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La Geografía política y sus principales temas

Algunos investigadores afirman que de todas las disciplinas de la Geografía, la Geografía


política ha ocupado (y aún ocupa) un status inferior (Johnston, 1981; Muir, 1976; Taylor, 1977).
Dicha afirmación la sustentan a través de una serie de razones; una de ellas es que los
geopolíticos mostraron un fuerte sesgo hacia el determinismo ambiental que caracterizó a la
Geografía política hasta fmes de la década de 1950, tiempo durante el cual se mantuvo a la
especialidad en una posición desmedrada en comparación a otras ramas de la Geografía.
(Dikshit, 1977).

Sin embargo, a fines de la década de 1960 y durante toda la década de 1970, se observó un
significativo cambio positivo, tanto en conceptos como en aspectos metodológicos. Es por eso
que el propósito de la presente investigación es el de examinar la "médula del conocimiento" y
la naturaleza que caracterizan los principales temas que en la actualidad componen la
Geografía política.

ALCANCEY DEFINICIONESDE LA DISCIPLINAY SU NATURALEZA INTERDISCIPLlNARlA:

Geografía política es el estudio de las estructuras espaciales y areales y de las interacciones


entre procesos y sistemas políticos, o sencillamente, el análisis espacial de fenómenos
políticos" (Kasperson y Minghi, 1969). Preseott (1972) ha señalado ‘las dos direcciones o
énfasis distintos existentes en tal sentido dentro de la Geografía política; una, intenta estudiar
la influencia que ejerce 'a Geografía en la política, mientras que la otra pretende estudiar la
influencia de la política en la Geografía. .Esta naturaleza dual de la Geografía política viene
claramente expresada en el editorial del primer ejemplar de la revista Polítical Geography
Quarterly. El Comité Editorial clasificó los diferentes tópicos de la Geografía política bajo dos
encabezamientos: "Temas geográficos" y "Perspectivas geográficas". En el primer caso algún
"topico espacial" se ha identificado para estudiado dentro de la Geografía Política, mientras
que en el segundo caso, un "tópico político" se somete a investigación desde una perspectiva
espacial(Taylor, O'Loughlin et al., 1982). Una característica de la Geografía política que llegó a
estar de bastante actualidad durante la década de 1970, fue su naturaleza interdisciplinaria.
Dicha característica se vio reflejada en la adopción y difusión de conceptos cuyos orígenes
provenían de la Ciencia Política, Sociología y Psicología, principalmente.

Los PRINCIPALES TEMAS ENGEOGRAFIA Política

Los geógrafos políticos tienden a organizar sus pensamientos alrededor de ciertos temas que
ya han alcanzado el status de paradigmas.

El tema de la diferenciación areal: Este tema se identifica con la definición de Hartshome la


que establece que la Geografía es el estudio de la diferenciación de áreas sobre la superficie de
la tierra. En la actualidad, el análisis de la diferenciación areal se presenta en tres escalas
dentro de las regiones: macrorregiones, mesorregiones y microrregiones. Al nivel macro, es
posible encontrar títulos como: "El paisaje revolucionario asiático", o "El impacto de las
relaciones políticas entre naciones en sus relaciones económicas"
El tema espacial: En este sentido, dicho tema representa la parte más dinámica y moderna de
los trabajos en Geografía política. El tema espacial constituye, probablemente, el tema más
importante en el grueso de la Geografía actual, pero aún está en los comienzos dentro de la
Geografía política. Algo común para todos los trabajos que recién se mencionarán, son los
siguientes principios:

l. La localización se ha traducido a expresiones matemáticas y geoestadísticas, llegando a


ocupar un lugar importante todo tipo de medición exacta, a diferencia del tema de
diferenciación areal clásico.

2. El tema espacial se aplica en áreas de investigación que se han considerado ser "nuevas
fronteras" de la Geografía política. De ahí que puedan ser interpretadas como el tema más
activoy moderno en Geografía política y uno de loscuales en donde se pueden esperar los mas
interesantes logros en el futuro.

El tema hombre-medio ambiente: El tema hombre- medio ambiente tiene dos definiciones: la
antigua, considera "el medio ambiente físico como la causa motriz" y su influencia sobre el ser
humano (Harvey, 1969). La segunda definición utilizada hasta el presente corresponde a la de
ecología humana. (Pattison, 1964; Murphey, 1973).

El tema del paisaje: Este es el tema más débil de entre los que se han identificado aquí. Dicho
tema enfatiza el impacto que ejerce el hombre sobre el paisaje y acerca del aspecto
sociocultural y político que toma el paisaje construido por el hombre. Como se podrá observar,
los temas acerca del paisaje han sobrepasado los límites del tema hombre-medioambiente y
representan una reacción adicional al determinismo ambiental del pasado. Su contribución a la
política geográfica radica en concentrar su atención sobre el impacto que las ideologías, las
leyes hechas por el hombre y las políticas de gobierno, pueden hacer sobre el medio ambiente.
Evidentemente, este último tema no posee una frontera que se pueda diferenciar en forma
nítida de los temas restantes. Sus alcances se entrelazan o intersectan, contribuyendo con esto
a enriquecer aún más el campo de la Geografía política.
LOS ENFOQUES ACTUALES DE LA GEOGRAFÍA POLÍTICA

De una y otra, fundamentalmente, va a extraer la Geografía Política el marco teórico y


metodológico, independientemente de la adscripción profesional de los diferentes autores: si
en los inicios la Geografía Política obtiene su inspiración de la Geografía, tras la Segunda
Guerra Mundial son los modelos provenientes de la Ciencia Política los que predominan. nos
encontramos con numerosos enfoques; algunos se ocupan sólo de una parte de nuestro
objeto de estudio y otros intentan abarcar todas las áreas de indagación geográfico-política,
pero indudablemente han atraído a un buen número de investigadores. Agruparlos no es
sencillo, pero es posible distinguir seis grandes conjuntos de enfoques: el análisis de la política
territorial, las geografías de los bienes públicos y de la elección racional, las geografías políticas
marxistas y neomarxistas, la geografía política humanista, la geografía del poder y las teorías
geográfico- políticas postmodernas o postestructuralistas.

Los diversos enfoques del análisis de la política territorial: Con la pretensión de estudiar la
política territorial nos encontramos con un conjunto de enfoques diversos que intentan
explicar los procesos políticos que se producen entre diferentes partes de los Estados- nación.

A) Los sistemas territoriales: El análisis de sistemas territoriales es la forma más tradicional de


abordar el estudio de la política territorial. En el interior de los Estados se distinguen varios
sistemas territoriales: confederaciones, federaciones y sistemas unitarios. Duchacek (1986: 80
y SS.) sugiere que cada uno de ellos está asociado en su nacimiento aun conjunto distintivo de
valores y, por lo tanto, conlleva un diseño constitucional, un proceso político y una cultura
política distintivos. Estos elementos estarían unidos en un “movimiento circular complejo de
causas-efectos-causas” que explicaría la tendencia a permanecer.

B) Las relaciones centro-periferia: Existen varios tipos de análisis centro-periferia en ciencias


sociales, pero aquí nos vamos a ocupar del más directamente relacionado con la política
territorial: el de Rokkan y Urwin. El enfoque de Rokkan y Urwin (1982,1983) se basa en un
modelo centro-periferia de construcción del Estado. Existirían tres conjuntos de procesos
(militar-administrativos, económicos y culturales) que permiten a los centros dominara las
periferias de una o varias formas, pero teniendo en cuenta que cada conjunto influye sobre los
demás, es decir, no son independientes unas relaciones de otras. El modelo de Rokkan y
Urwin, como ilustra Wellhofer (1988), se ancla en el modelo de la economía neoclásica: los
centros surgen porque tienen condiciones naturales más ventajosas, que son magnificadas por
la división espacial del trabajo. La competencia por los recursos económicos y políticos asegura
la regeneración del sistema y, de este modo, el intercambio entre centro y periferia es
mutuamente ventajoso para ambas áreas.

C) el regionalismo político: Una de las opiniones más difundidas entre los estudiosos de los
cincuenta y sesenta era que las divisiones persistentes (cleavages) centro- periferia de base
étnica “se disolverían en el baño ácido de la modernidad”. El regionalismo político ha sido
estudiado desde varias perspectivas, destacando las teorías estructuralistas de Hechter (1975)
sobre el “colonialismo interno” y de Nairn (1975, 1977) sobre el origen del nacionalismo
periférico en el desarrollo desigual de las regiones. Los geógrafos políticos se han interesado
por los motivos de la reciente politización de dichas identidades regionales, así como su
conformación social y su desarrollo como naciones de base étnica.
La geografía de los bienes públicos: El enfoque geográfico-político liberal o del bienestar se
basa en una versión adaptada de la definición de Lasswell (1936) de la Ciencia Política como el
estudio de “quién en la sociedad obtiene qué, cuándo y cómo”, reformulada espacialmente
como “quién consigue qué, dónde”. Los dos componentes principales del bienestar social -la
calidad residencial y la renta privada-y sus relaciones con la elección de localización, las
políticas públicas y el contexto jurídico. Existirían tres determinantes de la geografía del
bienestar social: la división espacial del trabajo, los gobiernos y los diferentes medios. En este
caso, los conceptos económicos se aplican a los acontecimientos políticos, la pieza clave de los
cuales es considerar que las decisiones electorales son vitales para entender las preferencias y
elecciones de los consumidores. Esta línea de investigación cree que la intervención del Estado
es mínima, dado que los valores y fines individuales son lo más importante y no existen
objetivos colectivos independientes de los individuales, En este sentido, Buchanan (1975)
considera que el Gobierno cumple dos funciones fundamentales: en primer lugar, tiene un rol
protector del intercambio individual y voluntario en un mercado privado y, en segundo lugar,
tiene un rol productor de bienes y servicios que en el mercado privado no se logran producir
pero que los individuos consideran necesarios para su bienestar social. existen bienes públicos
“impuros” que están ubicados en un lugar determinado y debido a que no son igualmente
accesibles para todos, están más disponibles para unos consumidores que otros (por ejemplo,
los parques públicos u otros elementos urbanos). De éstos se ocupa la geografía de los bienes
públicos.

Las geografías políticas marxistas y neomarxistas

A) La economía política marxista: introducen la economía política marxista en la explicación


geográfico-política como elemento constitutivo fundamental de la misma. De varias maneras
se considera que los procesos de producción y distribución de las mercancías tienen una
influencia directa en los procesos políticos interiores y exteriores de los Estados. Entendiendo
que el Estado capitalista interviene para mantener el orden social, se distinguen varias
funciones del mismo, que forman el marco para un estudio geográfico-político: en primer
lugar, suministrador de bienes públicos, regulador y facilitador de la actuación del mercado e
ingeniero social; en segundo lugar, las tres funciones anteriores se subsumen en el rol primario
del Estado como “árbitro” entre grupos o clases sociales en conflicto y, finalmente, “agente”
en la sociedad y la economía de una clase dirigente cuyo interés principal es mantener el
sistema capitalista. La geografía política de un Estado no puede ser explicada sin tener en
cuenta la economía capitalista, que influye y circunscribe su acción. También, en la medida que
el Estado no es sólo productor y consumidor, la subdisciplina se ha de ocupar de otros
aspectos de los aparatos de Estado relacionados con la burocracia, la represión y la ideología.
En otras palabras, las estructuras geográfico-políticas hunden sus raíces en la forma y
condiciones en las que se realiza la producción de bienes -en el caso del capitalismo,
mercancías-, que es históricamente variable.

B) El análisis de sistemas mundiales: Taylor plantea que el “mundo” ya no puede seguir siendo
explicado sólo en términos de Estados-naciones, ni de sus economías “nacionales”. En la
perspectiva geográfico-política que elabora, se considera al mundo como un sistema espacial
de centros, periferias y semiperiferias, estrechamente interrelacionados entre sí, que cambian
al ritmo de los ciclos de auge y crisis a los que está sometida la economía neocapitalista. Se
distinguen tres escalas de análisis: la economía-mundo, que es el ámbito de la realidad; la
localidad, que es el ámbito de la experiencia, y el Estado-nación, instancia mistificadora,
ámbito de la ideología. La escala decisiva en el análisis es la de la economía-mundo y no ya la
estatal, que era la que primaba en la Geopolítica anterior. "Al centrarse sobre la escala
internacional y al tomar las fuerzas económicas como determinantes de las relaciones entre
Estados, hay, sin embargo, una tendencia a relegar los procesos políticos y culturales que se
producen a escala estatal como si estuvieran relacionados casualmente con las fuerzas
económicas"(Smith 1986: 180). En la medida en que se intenta investigar la dinámica global de
la economía-mundo se traslada a un segundo plano, conscientemente o no, el papel de los
procesos políticos que se siguen produciendo en el contenedor del Estado-nación.

La Geografía política humanística: En otras palabras, consideran al individuo como parte


integrante fundamental de la explicación en Ciencias Sociales y, aunque no rechazan, ni mucho
menos, la existencia de estructuras subyacentes, pretenden realizar una ciencia social
antropocéntrica, es decir, que en la misma, la acción y la conciencia humana desempeñan un
papel activo y central. Se tratan de forma especial los problemas de las ideologías territoriales
o, si se prefiere, el significado del territorio para los actores políticos, y conceptos como los de
“sentido del lugar”, “territorialidad” o “nacionalismo territorial” se constituyen en los ejes
básicos del análisis. Por tanto, los problemas de percepción del territorio constituyen una de
las columnas de la geografía humanística, pero junto a ellos aparece la preocupación por el
modo en el que se ha construido socialmente el espacio, que no se puede considerar como
una estructura previa determinante. Este tipo de enfoque examina “la base sobre la que el
Estado se funda y organiza, ya través de la cual justifica sus acciones territoriales, tanto
doméstica como globalmente” (Smith 1986: 179). Mediante este análisis se logran, al menos,
dos objetivos. En primer lugar, se muestra el carácter contingente del Estado, de cualquier
Estado, y del Estado como institución. En segundo término, se vinculan las estructuras
interestatales con la acción del ser humano, lo que ayuda a dejar de entender lo internacional
como escenario exclusivo de las instituciones estatales.

La Geografía del poder: En última instancia, este enfoque geográfico- político entroncaría con
una perspectiva más amplia dentro de las Ciencias Sociales. “En toda relación circula el poder,
que no es ni poseído ni adquirido, sino pura y simplemente ejercido (...) por actores
provenientes de [la] población (...) Éstos producen el territorio partiendo de esta realidad
primera dada que es el espacio” (Raffestin 1980:3). La relación es el momento clave para el
análisis del poder, debido a que éste se enmascara, se oculta, no es fácilmente aprehensible ni,
por supuesto, cuantifiable; pero “el poder se manifiesta con ocasión de la relación, proceso de
cambio o de comunicación, cuando, en la relación que se establece, se enfrentan o se unen los
dos polos” (Raffestin 1980: 45), a partir de lo que se crean “campos” de poder que ya se
pueden analizar. Para Clava1 es clara la necesidad del Leuiatán estatal para asegurar la
viabilidad de una arquitectura social compleja, y la misión de la Geografía Política entonces no
podría ser otra que, en primer lugar, mostrar a los hombres esa necesidad y, en consecuencia,
hacer aceptar a los “idealistas” esa “realidad”, a fin de que no continúen “sacrificando la
organización de la sociedad” por alcanzar una utopía; o lo que es lo mismo, convencer a
aquéllos que se oponen al orden social existente que no intenten superarlo, porque en una
sociedad tan “numerosa” la defensa del individuo implica la autoridad. Por otro lado, es
fundamental para la Geografía Política el hecho de poder reconsiderar las relaciones políticas
como relaciones de poder, que van más allá de las relaciones constituidas en torno al Estado.

Las teorías geográfico-políticas postmodernas o postestructuralistas: La reflexión está


focalizada sobre los supuestos fundamentales de la comunidad política moderna: la soberanía,
el locus de la política, la seguridad nacional, la identidad y la diferencia, etc. A pesar de esta
fragmentación vamos a agrupar las diferentes corrientes del pensamiento geográfico-político
postmoderno, más por las afinidades temáticas de los autores que por la unidad de enfoque
que, como ya hemos dicho, no existe.

A) Los “disidentes” en Relaciones Internacionales: Varios politólogos, que en su mayor parte


se ocupan del estudio de las relaciones internacionales, estudian las prácticas espaciales de
representación que conforman la comunidad política y establecen una separación entre el
ámbito de la política -el Estado territorial-y el de la anarquía -las relaciones interestatales. Uno
de los autores más significados en este sentido es Rob Walker. La crítica principal de Walker
(1988,1993) ala teoría política moderna se centra en que da por supuesto el hecho fundacional
de la teoría y práctica política contemporánea: la concepción de que la auténtica vida política
tiene lugar en el contenedor territorial del Estado soberano. Ashley (1987,1989) reclama la
utilidad de la Geopolítica, que considera con notables similaridades ala actitud genealógica, en
el análisis de las relaciones internacionales: “Como la Geopolítica, una actitud genealógica se
ocupa del movimiento, el espacio, la estrategia y el poder” (Ashley 1987: 411). Su utilidad se
deriva de que la comunidad internacional es un producto, nunca completo, de múltiples
prácticas históricas, en el que continuamente están en competencia estrategias y códigos que
pretenden normalizar el mundo mediante la proyección de la dominación.

B) La Geopolítica crítica: Se trata, para Dalby, de superar el enfoque “realista” de la política


poder, tanto como las “toscas interpretaciones de los asuntos internacionales”, es decir,
desecha como punto de partida las bases de varias de las aproximaciones más importantes al
análisis de las relaciones internacionales. Encuentra la salida a este embrollo en la
investigación de la “dimensión ideológica”, pero no sólo en términos de percepciones, sino
fundamentalmente estudiando cómo los actores desempeñan y entienden sus papeles. En
este sentido, ha intentado volver a conceptualizar la Geopolítica como “discurso”; en efecto:
Compartimos la idea sobre la necesidad de superar los enfoques que reducen la explicación -
aunque sólo sea “en última instancia”"El análisis centra, así la atención sobre cómo estos
discursos se usan en política y se enfocan en las prácticas discursivas, o en otras palabras como
se se construyen y usa el discurso" (Dalby 1990a:40).

Conclusiones: Podría parecer que algunos enfoques son más “conservadores” (por ejemplo, la
geografía de los bienes públicos) y otros más “progresistas” (por ejemplo, las geografías
políticas marxistas y neomarxistas), pero quizás convendría recordar el caso de Ratzel y
Kropotkin, que teniendo el evolucionismo darwinista como fundamento común elaboraron
construcciones teóricas tan diferentes y desarrollaron prácticas políticas en las antípodas una
de otra.
Max Weber, "Economía y sociedad" - Cap. Ill "Tipos de dominación"

1. Las Formas de Legitimidad: Debe entenderse por "dominación", de acuerdo con la


definición ya dada la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado
para mandatos específicos (o para toda clase de mandatos). No es, por tanto, toda especie de
probabilidad de ejercer "poder" o "influjo" sobre otros hombres. Un determinado mínimo de
voluntad de obediencia, o sea de interés (externo o interno) en obedecer, es esencial en toda
relación auténtica de autoridad. Pero toda dominación sobre una pluralidad de hombres
requiere de un modo normal (no absolutamente siempre) un cuadro administrativo (ver cap. I,
§ 12); es decir, la probabilidad, en la que se puede confiar, de que se dará una actividad,
dirigida a la ejecución de sus ordenaciones generales y mandatos concretos, por parte de un
grupo de hombres cuya obediencia se espera. En lo cotidiano domina la costumbre y con ella
intereses materiales, utilitarios, tanto en ésta como en cualquiera otra relación. Pero la
costumbre y la situación de intereses, no menos que los motivos puramente afectivos y de
valor (racionales con arreglo a valores), no pueden representar los fundamentos en que la
dominación confía. Normalmente se les añade otro factor: la creencia en la legitimidad. Para
ello es conveniente partir de relaciones modernas y conocidas.

1. Tan sólo los resultados que se obtengan pueden justificar que se haya tomado este punto de
partida para la clasificación y no otro. La "legitimidad" de una dominación tiene una
importancia que no es puramente "ideal" -aunque no sea más que por el hecho de que
mantiene relaciones muy determinadas con la legitimidad de la "propiedad".

2. No toda "pretensión" convencional o jurídicamente garantizada debe llamarse "relación de


dominación".

3. La "legitimidad" de una dominación debe considerarse sólo como una probabilidad, la de ser
tratada prácticamente como tal y mantenida en una proporción importante. Ni con mucho
ocurre que la obediencia a una dominación esté orientada primariamente (ni siquiera siempre)
por la creencia en su legitimidad.

4. "Obediencia" significa que la acción del que obedece transcurre como si el contenido del
mandato se hubiera convertido, por sí mismo, en máxima de su conducta.

5. Desde un punto de vista puramente psicológico la cadena causal puede mostrarse diferente;
puede ser, especialmente, el "inspirar" o la "endopatía".

6. El ámbito de la influencia autoritaria de las relaciones sociales y de los fenómenos culturales


es mucho mayor de lo que a primera vista parece.

7. El que el dirigente y el cuadro administrativo de una asociación aparezcan según la forma


como "servidores" de los dominados, nada demuestra respecto del carácter de "dominación".

2. Existen tres tipos puros de dominación legítima. El fundamento primario de su legitimidad


puede ser:
1. De carácter racional: que descansa en la creencia en la legalidad de ordenaciones estatuidas
y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer la autoridad
(autoridad legal).

2. De carácter tradicional: que descansa en la creencia cotidiana en la santidad de las


tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa
tradición para ejercer la autoridad (autoridad tradicional).

3. De carácter carismático: que descansa en la entrega extracotidiana a la santidad, heroísmo


o ejemplaridad de una persona y a las ordenaciones por ella creadas o reveladas (llamada)
(autoridad carismática). En el caso de la autoridad legal se obedecen las ordenaciones
impersonales y objetivas legalmente estatuidas y las personas por ellas designadas, en méritos
éstas de la legalidad formal de sus disposiciones dentro del círculo de su competencia.

En el caso de la autoridad tradicional se obedece a la persona del señor llamado por la


tradición y vinculado por ella (en su ámbito) por motivos de piedad (pietas ), en el círculo de lo
que es consuetudinario. En el caso de la autoridad carismática se obedece al caudillo
carismáticamente calificado por razones de confianza personal en la revelación, heroicidad o
ejemplaridad, dentro del círculo en que la fe en su carisma tiene validez.

3. DOMINACIÓN TRADICIONAL: Debe entenderse que una dominación es tradicional cuando


su legitimidad descansa en la santidad de ordenaciones y poderes de mando heredados de
tiempos lejanos, "desde tiempo inmemorial", creyéndose en ella en méritos de esa santidad. El
señor o los señores están determinados en virtud de reglas tradicionalmente recibidas. El
soberano no es un "superior", sino un señor personal, su cuadro administrativo no está
constituido por “funcionarios" sino por "servidores", los dominados no son "miembros" de la
asociación sino: 1) "compañeros tradicionales"(§ ?a, o 2) "súbditos". Las relaciones del cuadro
administrativo para con el soberano no se determinan por el deber objetivo del cargo, sino por
la fidelidad personal del servidor. Los mandatos son legítimos de dos maneras:

a) en parte por la fuerza de la tradición que señala inequívocamente el contenido de los


ordenamientos, así como su amplitud y sentido tal como son creídos.

b) en parte por arbitrio libre del señor, al cual la tradición le demarca el ámbito
correspondiente.

En el tipo puro de dominación tradicional es imposible la "creación" deliberada, por


declaración, de nuevos principios jurídicos o administrativos. Nuevas creaciones efectivas sólo
pueden ser legitimadas por considerarse válidas de antaño y ser reconocidas por la "sabiduría"
tradicional.

4. DOMINACION CARISMATICA: Debe entenderse por "carisma" la cualidad, que pasa por
extraordinaria (condicionada mágicamente en su origen, lo mismo si se trata de profetas que
de hechiceros, árbitros, jefes de cacería o caudillos militares), de una personalidad, por cuya
virtud se la considera en posesión de fuerzas sobrenaturales o sobre humanas –o por lo menos
específicamente extracotidianas y no asequibles a cualquier otro-, o como enviados del dios, o
como ejemplar y, en consecuencia, como jefe, caudillo, guía o líder.
1. Ahora bien, el reconocimiento (en el carisma genuino) no es el fundamento de la
legitimidad, sino un deber de los llamados, en méritos de la vocación y de la corroboración, a
reconocer esa cualidad. Este "reconocimiento" es, psicológicamente, una entrega plenamente
personal y llena de fe surgida del entusiasmo o de la indigencia y la esperanza.

2. Si falta de un modo permanente la corroboración, si el agraciado carismático parece


abandonado de su dios o de su fuerza mágica o heroica, le falla el éxito de modo duradero y,
sobre todo, si su jefatura no aporta ningún bienestar a los dominados, entonces hay la
probabilidad de que su autoridad carismática se disipe. Este es el sentido genuinamente
carismático del imperio "por la gracia de Dios".

3. La dominación carismática supone un proceso de comunización de carácter emotivo. No hay


ninguna "jerarquía", sino sólo intervenciones del jefe, de haber insuficiencia carismática del
cuadro administrativo, bien en general, bien para un caso dado, y eventualmente cuando se le
reclame. No hay "sueldo" ni "prebenda" alguna, sino que los discípulos y secuaces viven
(originariamente) con el señor en comunismo de amor o camaradería, con medios procurados
por mecenas. La dominación carismática se opone, igualmente, en cuanto fuera de lo común y
extra cotidiana, tanto a la dominación racional, especialmente la burocrática, como a la
tradicional, especialmente la patriarcal y patrimonial o estamental. Ambas son formas de la
dominación cotidiana, rutinaria -la carismática (genuina) es específicamente lo contrario.

4. El carisma puro es específicamente extraño a la economía. Constituye, donde aparece, una


vocación en el sentido enfático del término: como "misión" o como "tarea" íntima. Desdeña y
rechaza, en el tipo puro, la estimación económica de los dones graciosos como fuente de
ingresos -lo que ciertamente ocurre más como pretensión que como hecho.

PANOPTISMO

una estricta división espacial: cierre, naturalmente, de la ciudad y del "terruño", prohibición de
salir de la zona bajo pena de la vida, sacrificio de todos los animales errantes; división de la
ciudad en secciones distintas en las que se establece el poder de un intendente. Cada calle
queda bajo la autoridad de un síndico, que la vigila.

Espacio

Recortado, inmóvil, petrificado. Cada cual está pegado a su puesto.

La inspección funciona sin cesar. La mirada está por doquier en movimiento: "Un cuerpo de
milicia considerable, mandado por buenos oficiales y gentes de bien", cuerpos de guardia en
las puertas, en el ayuntamiento y en todas las secciones para que la obediencia del pueblo sea
más rápida y la autoridad de los magistrados más absoluta,

Este espacio cerrado, recortado, vigilado, en todos sus puntos, en el que los individuos están
insertos en un lugar fijo, en el que los menores movimientos se hallan controlados, en el que
todos los acontecimientos están registrados, en el que un trabajo ininterrumpido de escritura
une el centro y la periferia, en el que el poder se ejerce por entero, de acuerdo con una figura
jerárquica continua, en el que cada individuo está constantemente localizado, examinado y
distribuido:
DISPOSITIVO DISCIPLINARIO.

-la disciplina hace valer su poder que es análisis

- Por detrás de los dispositivos disciplinarios, se lee la obsesión de los "contagios", de la peste,
de las revueltas, de los crímenes, de la vagancia, de las deserciones

-El gran encierro de una parte; el buen encauzamiento de la conducta de otra. De ahí el efecto
mayor del Panóptico: inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad
que garantiza el funcionamiento automático del poder. Hacer que la vigilancia sea permanente
en sus efectos, Panóptico es una máquina maravillosa que, a partir de los deseos más
diferentes, fabrica efectos homogéneos de poder

El Panóptico, por el contrario, debe ser comprendido como un modelo generalizable de


funcionamiento; una manera de definir las relaciones del poder con la vida cotidiana de los
hombres

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