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Desde los primeros presagios, el desastre se veía venir mucho antes de que el
pueblo mexica tan siquiera pensara sobre lo que fuera a ocurrir en el año de 1517
con la llegada de los españoles. La sensación de incertidumbre que llego a sentir
toda su gente no se comparó con el miedo, terror, muerte y desgracia que
después tendrían que vivir.
Las grandes matanzas llegaron, los españoles unidos con los tlaxcaltecas
comenzaron a dar guerra en Cholula, en donde el odio que los tlaxcaltecas tenían
a los cholultecas pudo mucho más que su solidaridad ante aquel pueblo mexica.
Tampoco se podrá olvidar la matanza del Templo Mayor en donde apuñalaron e
hirieron y la sangre de los guerreros corrió en honor de los que dieron pelea.
Una vez que llegaron los españoles a Tenochtitlan, el ambiente de guerra por
supuesto que no cambio. Los españoles vinieron mucho mejor armados que el
pueblo mexica y a pesar de eso, nuestros guerreros les dieron pelea y con
valentía enfrentaron a los barbudos, protegieron a sus niños y aunque iban de un
lugar a otro en busca de protección, el enemigo mató y dio sangre a quienes con
buena voluntad les recibieron y brindaron su hogar.
Tenochtitlan se vino abajo y Cuauhtémoc junto con todo su pueblo, todos los
mexicanos con tristeza perdieron la batalla, sus tradiciones, sus vidas,
absolutamente todo. Los españoles no solo terminaron quedándose todo el oro,
también obtuvieron un pueblo esclavo, con su triunfo se llevaron también la alegría
del pueblo mexica.
El texto da fin con una serie de cantos tristes que reflejan cómo es que los
mexicanos vivieron esta batalla en sus vidas, como su nombre lo indica, el
ambiente de tristeza, dolor y coraje por lo perdido es expresado en estos
hermosos cantos.