Vous êtes sur la page 1sur 32

R enero de 2018 – segunda época, año 1, número

Revista para un debate político socialista


1
* La consulta popular del 4 de febrero de 2018
* Capitalismo y patriarcado en la coyuntura ecuatoriana
* La Ideología Alemana

Artículos de Carlos Rojas Reyes, Alejandra Santillana Ortiz,


Gabriela Toro Aguilar, Mario Unda
R, revista para un debate político socialista
segunda época, año 1, número 1, enero de 2018
quito, ecuador

Cierre de la edición: 30 de enero de 2018


Los artículos firmados reflejan el punto de vista de sus autores

Ilustraciones: todas las ilustraciones de este número, incluidas la tapa y la


contratapa, son fotografías de Maritza Idrobo, serie 1ero. de mayo. Las cenefas
de la tapa y de la contratapa fueron tomadas del número 7 de la primera época,
y pertenecen a un grafiti de J-quatro.

Correspondencia, colaboraciones, opiniones, críticas, sugerencias, dirigirlas a:


R.la.revista@gmail.com
Casilla 17-03-856, Quito-Ecuador

Comité Editorial:
Ellis Bethania
Fernando López Romero
Lucho Moreno Sambonino
Elizabeth Rivera
Floresmilo Simbaña
Mario Unda

Editor: Mario Unda

2
índice
Presentación, página 4
Consulta popular
R Tres palabras sobre la consulta popular, por Mario Unda, página 5
R La imprescriptibilidad de los delitos sexuales, el inicio de un debate
sobre justicia social, por Gabriela Toro Aguilar, página 11
R Pronunciamiento del Movimiento Revolucionario de los Trabajadores
frente a la consulta popular del 4 de febrero de 2018, página 15

Feminismo
R Capitalismo y patriarcado en la coyuntura ecuatoriana (reflexiones al
vuelo), por Alejandra Santillana Ortiz, página 17

Marxismo
R La ideología alemana. Un libro que nunca existió, por Carlos Rojas
Reyes, página 22

3
Presentación
Vuelve la R después de un (largo) período de descanso. Vuelve en
momentos en los que el movimiento popular se enfrenta a nuevos y difíciles
retos. El tránsito del correísmo al morenismo; las apetencias de la derecha y de
la burguesía, que presionan impúdicamente por un retorno al neoliberalismo,
tal vez concediendo la gracia de un gradualismo inicial, hasta que las
condiciones políticas se les vuelvan más favorables; los juegos de equilibrio del
nuevo gobierno, que concede y no, que ofrece con la mano derecha a unos y con
la izquierda a otros. Vuelve en momentos en que la tarea central es el
fortalecimiento de las organizaciones populares y la necesidad de reconstruir un
programa político socialista, claramente diferenciado de las derechas y del
populismo.
Y en ese camino andamos…

4
Tres palabras
sobre la consulta del 4 de febrero
Mario Unda

1. El juego de intereses; los intereses en juego


La consulta del 4 de febrero pone en acción el juego de intereses y conflictos que
se fue armando durante los 10 años de correísmo y los primeros meses de la
transición posCorrea.
En breve recuento, el campo de conflictividad de la década correísta se
estructuró en torno a un conjunto de líneas definidas. La primera línea organizó
las relaciones entre el capital transnacional y el mercado interno; entre el
gobierno y la globalización neoliberal; y entre el gobierno y los capitales
transnacionales: básicamente, se trata de los desplazamientos frente a la lucha
de los grandes centros imperialistas por la hegemonía en el capitalismo mundial
y los roces y negociaciones con los capitales transnacionales. La segunda
articuló las relaciones entre el gobierno y la burguesía (en sus tres
representaciones: la económica -los gremios empresariales-, la política -los
partidos políticos de derecha-, y la ideológica -ciertos grandes medios de
comunicación-); se jugaba al mismo tiempo el control político sobre las clases
subalternas, la representación de los fines estratégicos del capital y la autonomía
relativa del Estado; pero también el proyecto económico. La tercera línea marca
las relaciones intraestatales y las relaciones internas a Alianza Pais; se definió
en ella la subordinación del conjunto del Estado al Ejecutivo y la subordinación
del movimiento político al aparato estatal y al caudillo.

5
La cuarta línea dio forma a la relación entre el gobierno y los
movimientos populares; se disputó la clausura del largo período de resistencia
popular, la reducción del pueblo a la obediencia al Estado y a los patronos y la
disputa en torno a la autonomía del movimiento popular. La quinta línea de
conflictos opuso a las clases dominantes y al movimiento popular; se querellaba
acá la disputa en torno al neoliberalismo y, nuevamente, la autonomía política
del pueblo.
Las elecciones produjeron un primer desplazamiento, poniendo en
primer plano el conflicto entre el gobierno y la derecha, pero el trámite de la
contienda y sus resultados mostraron, más bien, la debilidad de los
contendientes. Pero antes de que este juego de debilidades se clarifique, se
produce un nuevo desplazamiento; necesitado de construir un nuevo escenario
de legitimidad, el gobierno de Moreno ensaya un primer movimiento político:
la diferencia de estilos y los diálogos; ambos generan los primeros conflictos
abiertos con Correa, que resiente un posible rebasamiento de su liderazgo y
comienza una política de clara oposición al gobierno. La necesidad de enfrentar
la ofensiva correísta y la presión de los escándalos de corrupción, que
comprometieron directamente al vicepresidente, llevan a Moreno a impulsar un
segundo movimiento, la consulta popular. Quedaba determinada así la ruptura
de Alianza Pais en la transición del correísmo al morenismo.
De esta manera, el escenario político resulta colonizado por la disputa
entre las dos alas de la “revolución ciudadana”. Se disputa el control del aparato
estatal; el control del partido; el control de las relaciones con los grupos
dominantes; el control de las relaciones con las clases subalternas. En el
momento, esto se expresa en la disputa por la plaza de caudillo, es decir, de
árbitro bonapartista. El trasfondo es el desplazamiento del bloque en el poder
de grupos vinculados al proyecto de la llamada “revolución ciudadana”.
Pero detrás de ello, asoman las narices los otros conflictos del período
anterior. De modo que en el escenario inmediato se juegan sus apuestas cuatro
fuerzas: el gobierno de Moreno, la oposición correísta, las derechas y el
movimiento popular. ¿Qué disputa cada una de ellas con el pretexto de la
consulta?
El gobierno de Lenin Moreno se juega la recomposición de un espacio de
legitimidad para gobernar (esto, claro, si obtiene una significativa votación
afirmativa para las preguntas centrales). Eso significa, por un lado, liberarse de
las presiones y de los chantajes correístas y, por otro lado, mantener un cierto
espacio de maniobra para negociar con los grupos de poder económico y con los
movimientos populares.
La oposición de Rafael Correa se juega sus posibilidades de mantenerse
como opción política con miras al 2019 y al 2021, para lo cual requiere mantener
la presencia de Correa en el escenario; para asegurar esa presencia necesita, al
mismo tiempo, minimizar las posibilidades de que Moreno pueda postularse
como aspirante al trono vacante. El correísmo apuesta al debilitamiento de
Moreno, a su deslegitimación; en el extremo, esto supone la desestabilización
del gobierno.

6
Para las derechas (en sus caras políticas, gremiales e ideológicas) se trata
de presentarse como los fautores de la consulta y del eventual triunfo del sí, por
un lado, ante los votantes, por otro, ante el gobierno. Apuestan a que el
debilitamiento del gobierno por los embates correístas lo vuelvan más
permeable a sus propias presiones. He aquí por dónde el correísmo se ha
convertido en aliado objetivo de las derechas.
Finalmente, para las izquierdas y, sobre todo, para los movimientos
sociales, se trata de la generación de brechas que puedan permitir mejores
condiciones para luchar por la recuperación de los derechos conculcados durante
la década correísta. En el horizonte, dos premisas básicas: la lucha por la
constitución del pueblo como sujeto autónomo y la lucha por la democratización
y el socialismo, entendidos como lucha permanente por el autogobierno de la
sociedad.

2. De dónde venimos, en dónde estamos


Venimos de un gobierno populista, el de Correa. Esto significa que proviene de
una profunda crisis de la dominación burguesa, la crisis del neoliberalismo, la
incapacidad del bloque neoliberal para continuar en el manejo del Estado, el
desgaste de la movilización popular tras 25 años seguidos de resistencia y el
“vacío político” resultante que permite el triunfo de la “revolución ciudadana”.
Significa también que cumple un conjunto de funciones necesarias para
la recomposición de la dominación burguesa:
a. No representa a uno u otro sector del bloque dominante, sino la defensa
y promoción de los fines estratégicos de la burguesía (para lo que significó el
correísmo tras la crisis neoliberal: dinero barato; condiciones generales de la
producción; homogenización de las condiciones de la competencia capitalista;
normalización de la explotación del trabajo; ampliación del mercado interno;
regulación de la relación con la globalización capitalista; domesticación del
pueblo levantisco).
b. Surgiendo de una profunda crisis de hegemonía, obtiene su fuerza de
su capacidad para presentarse continuamente como árbitro supremo de las
conflictividades sociales y políticas.
c. Ofrece un espacio de representación política especialmente a los
sectores de las clases subalternas con menor capacidad de representarse por sí
mismos.
d. Tiende rápidamente a un “remate carismático”: el caudillismo
(enlazando con elementos presentes desde muy atrás de nuestra historia
republicana en la cultura política de la sociedad: el personalismo del poder, el
clientelismo, la corrupción).
e. En resumen: es una vía para la concreción de la autonomía relativa del
Estado, característica de todo Estado burgués moderno, y lo hace de mejor
manera que los regímenes políticos manejados por los representantes directos
de las clases dominantes.
Para eso,

7
f. Requiere la construcción de un Estado fuerte, lo que conlleva a la
concentración de poderes y al autoritarismo.
g. Presta atención (real o simbólica) a demandas postergadas por
regímenes neoliberales u oligárquicos.
h. Emprende un ataque sin tregua a las posibilidades de
autorepresentación de las clases subalternas, lo que se expresó en la política de
criminalización de la protesta -deslegitimación, ruptura de vínculos entre los
más organizados y los menos organizados, oferta de puestos a dirigentes y sus
familiares, entrega selectiva de proyectos según se apoyara o no al gobierno,
división de organizaciones, creación de organizaciones paralelas sujetas al
Estado, adopción de leyes que controlan y reprimen a la organización y a la
protesta social (desde el COIP a los decretos 16 y 739), represión violenta a la
movilización, utilización del espionaje y de la infiltración, judicialización de la
protesta, utilización de la justicia para perseguir a los luchadores sociales, largas
condenas y prisión.
Esta política fue construida, entre otras cosas, a través de mecanismos
legales e institucionales manipulados al efecto. Un ejemplo claro es la
denominada “función de transparencia y control social” y, específicamente el
Consejo de participación Ciudadana, mero instrumento de captura de todas las
funciones del Estado por parte del Ejecutivo y del caudillo.
i. Como todo populismo, oscila entre momentos progresivos y regresivos.
Esto depende, en parte, del sentido del período: fue progresivo al inicio de la
fase, determinada por la resistencia popular al neoliberalismo; regresivo hacia
el final, cuando el tiempo parece marcado por una recuperación de las derechas.
Y depende también de la trayectoria de cada experiencia populista. El correísmo
vivía ya una clara tendencia regresiva, que se vuelve dominante por lo menos
desde 2011 (profundización del carácter autoritario, limitación de los derechos y
garantías, control de la justicia, utilizada como herramienta de persecución
política) y que se profundiza como efecto de la crisis (recurso a medidas de
carácter neoliberal: búsqueda de tratados de libre comercio, apertura a las
privatizaciones, propuesta de flexibilización laboral, expropiación de dineros de
los trabajadores para financiar políticas sociales -desconocimiento de la deuda
al IESS, incautación de utilidades-, etc.); todo esto se vuelve más complejo con
el desboque de la corrupción.
El tránsito del correísmo al morenismo se produce en este momento
particular, y eso explica la relativa facilidad con que el gobierno se muestra
dispuesto a responder a las demandas empresariales. Sin embargo, pugna por
sostener su carácter bonapartista, por lo que trata de mantener equilibrios,
negándole ciertos triunfos (por ejemplo, en las primeras medidas económicas,
la persistencia tributaria y el énfasis en la pequeña y mediana empresa; sobre
todo, la elección de la nueva vicepresidenta, puesto cuyo control más de un
sector ya daba por seguro).
Estos reparos se refuerzan -al menos coyunturalmente- por la necesidad
que tiene el gobierno de buscar respaldos sociales hacia su izquierda, hacia los
movimientos populares, mucho más en vísperas de la consulta popular.
Entonces las ofertas pueden cubrir la devolución amplia de derechos y garantías.

8
3. Por qué sí
Como toda consulta popular de las últimas décadas, la del 4 de febrero
contiene preguntas centrales y preguntas señuelo (similar, en ese sentido, a la
consulta de 2011, aquella en la que Correa pidió que el pueblo le permitiera
“meter las manos en la justicia”).
En este sentido, las preguntas centrales: son la 3 (acerca del Consejo de
Participación Ciudadana) y la 2 (sobre la reelección indefinida). La pregunta 3
plantea el cese de los miembros actuales del Consejo de Participación
Ciudadana y su reemplazo por un consejo de transición elegido por la Asamblea
de entre ternas enviadas por el ejecutivo; a partir de 2019 (se supone) el Consejo
de Participación será elegido por votación universal. Por sus implicaciones, es
de las más importantes en la consulta popular.
En la actual Constitución, el Consejo de Participación es el encargado de
nombrar a los titulares o miembros de la Procuraduría General del Estado,
Superintendencias, Defensoría del Pueblo, Defensoría Pública, Fiscalía General
del Estado, Contraloría General, Consejo Nacional Electoral, Tribunal
Contencioso Electoral, Consejo de la Judicatura (que a su vez nombra, evalúa,
asciende, sanciona y despide a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, a
los jueces y a todos los servidores de la función judicial). Baste esta enumeración
para dar cuenta del enorme poder que concentra en sí el Consejo de
Participación; y, por lo tanto, la enorme importancia que tiene su control.
Como vimos antes, dado su carácter populista, el régimen correísta
necesitaba fortalecer y concentrar el poder del Estado y generar una amplia zona
de falta de representación autónoma de las clases subalternas. Pero eso no podía
lograrlo sin subordinar a todos los poderes del Estado bajo la égida del Ejecutivo
y de la figura del presidente. El control del Consejo de Participación fue una de
las claves, pues eso le permitió colocar en sus manos prácticamente todas las
funciones del Estado. En esas condiciones, la función real del Consejo no podía
ser “promover la participación ciudadana, estimular procesos de deliberación
pública y propiciar la formación ciudadana en valores, transparencia y lucha
contra la corrupción”, como reza el numeral 1 del artículo 208 de la Constitución
de Montecristi; por el contrario, su principal cometido fue convertirse en una
de las más importantes herramientas para la concentración de todos los poderes
en el Ejecutivo y en la persona del presidente.
Ya se sabe que la concentración de poderes en el Ejecutivo no fue
utilizada solamente para construir carreteras, y aumentar el presupuesto del
área social, sino también -y con mucho empeño- para poner en marcha una
política destinada a desestructurar las posibilidades de autonomía de los
movimientos populares.
Así, el autoritarismo del gobierno anterior tuvo como pieza clave el
control del Consejo de Participación Ciudadana. De manera que los intentos
para redemocratizar la vida política y para la recuperación de los derechos y
libertades de organización y de movilización pasan por una drástica
reestructuración del Consejo.

9
Por supuesto, la pregunta y el anexo que la acompaña, tal como están
formulados, son insuficientes. Pero un triunfo del “Sí” en la tercera pregunta
abre posibilidades de recuperar el verdadero sentido de la participación y de la
democratización -entendida como tendencia permanente hacia el autogobierno
de la sociedad.
Así que también desde la perspectiva del movimiento popular, ambas
preguntas en el sentido de la lucha por la democratización. Para los
movimientos sociales es indispensable desmontar los mecanismos de represión
y de control.
¿Qué eso no resuelve los problemas? Por supuesto, pero puede crear un
nuevo escenario, una nueva correlación de fuerzas para las batallas que
inmediatamente -que ya mismo- están planteadas: el programa económico y la
reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana.

10
La imprescriptibilidad de los delitos
sexuales, el inicio de un debate
sobre justicia social
Gabriela Toro Aguilar

La imprescriptibilidad de los delitos sexuales contra niñas, niños y adolescentes


(población mayoritariamente afectada por este tipo de violencia de género), en
un principio, debería servir para que los abusos sexuales, las violaciones, el
incesto y otras formas de violencia sexual –reconocidas por las Naciones Unidas
como formas de tortura y, por lo tanto, crímenes de lesa humanidad– puedan
ser denunciadas por las y los sobrevivientes tiempo después de haber sufrido
uno o varios eventos traumáticos como los abusos sexuales en la infancia.
Es obvio que casi nadie se opone al SÍ en esta pregunta; a excepción de unos
cuantos por fidelidad a la línea correísta. Sin embargo, hay varios puntos
urgentes que vale aclarar y preguntarnos –lejos del entramado jurídico–.

Un panorama desalentador
Frente a la realidad de la violencia sexual el panorama ecuatoriano es de
los más desalentadores. Las cifras, que repetimos una y otra vez por no haber
algo más actualizado, dicen que 4 de cada 10 mujeres han sufrido violencia
sexual. Se sabe, esto es un subregistro. El estigma sobre víctimas y
sobrevivientes, la impunidad en el sistema judicial, el encubrimiento familiar y
social, la negligencia del Estado, y muchos otros factores, impiden que más

11
personas puedan hablarlo o denunciarlo. Más del 80% de los delitos sexuales se
perpetran en los entornos más íntimos de las víctimas. Y no hay datos
actualizados accesibles y públicos por edad, sexo, etnia, estrato económico,
formación escolar, entorno donde se perpetró el hecho de violencia sexual y al
que pertenece quien abusó o violó. Con esa información tendríamos una
mínima idea de por dónde va esta gran problemática; tanto es así, que en octubre
del año pasado el Comité de los Derechos del Niño, en sus observaciones al
Estado ecuatoriano, pidió que se implemente un sistema actualizado de datos
sobre las violencias a niñas, niños y adolescentes.
¿Por qué ahora sí le interesa a la política partidista el abuso sexual
infantil? ¿Por qué, hace un par de años todavía se protegía a violadores y
abusadores sexuales con sentencia en mano? Están Jorge Heriberto Glas Viejó,
dos hombres protegidos por las firmas de “honorabilidad” de quienes son ahora
asambleísta Gabriela Rivadeneira y ministra de justicia Rosana Alvarado, está
la negligencia del exministro de educación Augusto Espinosa y el testimonio de
Anne Malherbe a favor de un profesor sentenciado. Y, seguramente, están
muchos más que fueron protegidos, sobreseídos, absueltos o indultados gracias
a todos los gobiernos anteriores. Al Estado ecuatoriano nunca le importó la
realidad de víctimas y sobrevivientes, la de sus familias, cuidadores (que no
abusaron) y sus seres queridos. Ahora, el que menos, quiere ganar popularidad
mediática, para botón: Dalo Bucaram y el abogado Pedro Granja (bien suelto de
opiniones antifeministas en su cuenta de twitter), ni hablar de Jaime Nebot, que
cree que hacer justicia es hacer públicos los nombres y rostros de los presuntos
violadores o abusadores. Y, pese a la extensa lista de protocolos, planes y
campañas –que ya existen y no han funcionado– contra el abuso sexual infantil
(ASI) y la violencia sexual, pese a la omisión, negligencia y encubrimiento, no
se puede dejar pasar que los delitos sexuales sean imprescriptibles.

La imprescriptibilidad es un paso importante, pero no lo es todo


La prevención y atención permanentes hacia víctimas y sobrevivientes
de ASI, violación, incesto y otros tipos de violencia sexual es una deuda
histórica de la sociedad y el Estado ecuatoriano. Sería maravilloso que “Votando
SÍ en la pregunta cuatro, salvaremos a nuestros hijos del abuso”, como dicen los
memes de la corriente morenista de AP. La imprescriptibilidad es un paso
importante pero no lo es todo. Hace falta un gran programa integral nacional
de prevención del ASI, porque este es un problema que nos involucra a todas y
todos: familias, centros de estudio y trabajo, barrios, organizaciones sociales,
grupos religiosos, lugares y personas vinculadas al deporte, las artes u otras
actividades recreativas.

“Estos son crímenes donde las víctimas no tienen cómo comprender las vivencias en las
que se han visto involucradas. Los niños entienden la ternura, pero no tienen cómo leer

12
lo sexual-adulto ni cómo defenderse ante esa confusión, y aun para adolescentes, si el
terror de ese sufrimiento está instalado, la parálisis será similar. Si no existen las
condiciones para comprender que se trató de un crimen, no se puede elaborar un relato,
y sin relato no hay denuncia. Las víctimas necesitan tiempo para elaborar una denuncia.
Negarles eso es negar el derecho a justicia.” Vinka Jackson1

El nivel de participación social implica –a grandes rasgos– que adultas y


adultos que cuidan y están cerca de niñas, niños y adolescentes sepan cómo
cuidarlos apropiadamente. Por lo general, en los casos de ASI, violación, incesto
y otras formas de violencia sexual, suele haber descuido, negligencia, malos
tratos o abandono. Todavía no está claro que hay que cuidar a los seres más
vulnerables, que no se pueden proveer autónomamente de las necesidades
vitales más básicas. Hay quienes reclaman “¿Por qué no lo dijeron antes?”, la
cita de Vinka Jackson lo clarifica; a esto hay sumar que, muchas veces, quienes
debían cuidar a esa niña, niño o adolescente fueron quienes los abusaron. En
otros casos, si pudieron mostrar o decir algo, no les creyeron o encubrieron a las
personas perpetradoras.
Las instituciones no se quedan atrás: con pruebas técnicas jueces o fiscales
absuelven a hombres que violaron o abusaron; las directivas y el profesorado de
escuelas, colegios y universidades desacreditan a las víctimas y protegen a
abusadores; y en la Iglesia, por encima de todas las instituciones, reina el
silencio, su mensaje es: no existe el ASI. Basta ver sentencias absolutorias, casos
archivados, escuchar los rumores en los centros de estudio o empezar a
preguntarse por la niña o el niño que con muchísimo malestar ya no quiere ir a
catequesis.
Es muy importante conocer que quien abusa o viola irrespeta el límite
más importante de toda persona: la integridad de su cuerpo, su subjetividad, la
comprensión de la realidad, el relacionamiento con sus entornos y más
condiciones para una infancia, adolescencia y adultez de bienestar. Porque lo
que logra un abuso, una violación o un incesto, es el colapso de las estructuras
del yo; dependiendo de la cercanía del perpetrador, la frecuencia, el nivel de
violencia, la forma de actuación de las personas adultas a cargo de la niña, niño
o adolescente, y muchos más factores que condicionan la permanencia del
trauma o la recuperación frente al mismo.

1
Revista Paula, “La cruzada de Vinka y James”, 5 de noviembre de 2016
(http://vinkajackson.com/prensa/la-cruzada-vinka-james/). Vinka Jacksn es psicóloga
infantil, sobreviviente de incesto, promotora de la imprescriptibilidad de los delitos sexuales
en Chile, junto al cirujano James Hamilton y otros sobrevivientes de abusos sexuales del
sacerdote Karadima.

13
La pregunta 4 podría ser el inicio para la sensibilización y
planificación de medidas reales
Tenemos mucho que trabajar y conocer para prevenir y actuar contra todas las
formas de violencia sexual; y con en el plural debemos estar organizaciones
sociales, colectivos y personas que acompañamos a sobrevivientes y víctimas.
Una pequeña reforma jurídica y un par de campañas no bastan; ahora es el
‘boom’ pero esta realidad solo decrecerá con una participación activa del tejido
social y con otras políticas estatales de corto, mediano y largo plazo. Es posible
que el entramado jurídico empiece a conocer y comprender profundamente la
realidad de la violencia sexual, de las víctimas y sobrevivientes. Y aquí hay un
punto imposible de obviar: las organizaciones de mujeres y feministas ya han
elaborado aportes, reflexiones y procesos que deben ser incluidos en la
construcción de la prevención y atención real del abuso sexual infantil. Por eso,
la pregunta 4 podría ser el inicio para la sensibilización y planificación de
medidas reales –valga la reiteración– frente al ASI o tan solo ser un par de
artículos muy llamativos de la ley ecuatoriana.

14
Pronunciamiento del Movimiento
Revolucionario de los Trabajadores
frente a la consulta popular
del 4 de febrero de 2018

La consulta popular fue planteada por el gobierno de Moreno para


recuperar la legitimidad que había perdido el correísmo y para resolver las
disputas internas dentro de Alianza País; por eso, las preguntas centrales, se
refieren a eliminar la reelección indefinida y a cesar a los miembros del Consejo
de Participación, que tienen que ver con el traspaso incompleto del poder del
régimen anterior al actual.
En este contexto, los trabajadores y las trabajadoras ecuatorianos
manifestamos que consultar al pueblo, que es realmente quien es el soberano,
siempre es positivo, porque nosotros somos los que tenemos que pronunciar
sobre las cuestiones importantes del país.
Del mismo modo, consideramos que la batalla contra la reelección
indefinida es ante todo por el fortalecimiento de la democracia a través del
recambio de autoridades, contra el caciquismo, los populismos y los liderazgos
poco democráticos.
En cuanto al Consejo de Participación, el gobierno actual necesita de
urgencia tomar el control de este organismo, para colocar a funcionarios fieles,
que respondan a sus directrices y que le permitan implementar sus políticas.
Sin embargo, también señalamos con claridad que la Consulta Popular es
insuficiente porque allí no se ha tomado en cuenta la propuesta del FUT y de la

15
CEDOCUT para poner a incluir en las preguntas las reformas constitucionales
de 2015, porque allí no se aprobó solamente la reelección indefinida, sino el
atentado a los derechos de organización de los trabajadores públicos, la
reducción de funciones de la Contraloría, la limitación del derecho de consulta
popular, y el reforzamiento del control del Estado sobre la comunicación. En
pocas palabras, se ha incluido los aspectos fundamentales para deshacer el
estado correísta sino solo para poner ese aparato represivo que fue construido
en el gobierno anterior al servicio del nuevo, ni se han dado paso a la
recuperación del derecho al trabajo, a la contratación colectiva y a la libertad
sindical.
Hace falta una reforma radical de la política económica que, como hemos
visto en la exigua alza salarial, sigue de lado del capital financiero y de los
grupos económicos más poderosos del país; no se plantea nada de las libertades
democráticas, la Ley de Comunicación sigue vigente y la amnistía a los líderes
populares se hace a gotas. Las organizaciones sociales aún sobreviven en
condiciones precarias, acosadas por la maquinaria burocrática.
Igualmente, nada se ha dicho de un cambio radical en el sistema
universitario, que permita que nuestros jóvenes puedan acceder a la
universidad, para seguir aquella carrera que su vocación les dicte y no estar a
merced de un sistema ineficaz de asignación de cupos.
Esta Consulta Popular, por la que llamamos a votar decididamente por el SI, el
pueblo tiene que convertirla en un plebiscito contra la política correísta, contra
las leyes y los aparatos del estado que durante más de una década se levantaron
en contra de los trabajadores, que hicieron que la banca tuviera las ganancias
más grandes de su historia mientras el desempleo y el subempleo volvieron a
sus deplorables cifras de los últimos 50 años.
Tenemos que exigir al actual gobierno que se pronuncie claramente por
los cambios drásticos que hay que introducir, para resolver las necesidades
urgentes de los trabajadores del campo y de la ciudad, que señale
específicamente cómo se va a desmantelar el monstruo creado por el correísmo
en contra de las organizaciones sociales y los sectores populares. De lo contrario,
tarde o temprano, se volverán otra vez contra el pueblo.
Pero nuestro sí es con firmeza un sí contra el retorno a las políticas
neoliberales, por las que suspiran los políticos, los economistas y los periodistas
de derechas. El pueblo no debe olvidar que las políticas neoliberales que ahora
se nos proponen son las mismas que llevaron a la crisis bancaria, al salvataje
bancario, al incremento de la pobreza y a la destrucción de las políticas sociales

¡A VOTAR SÍ EN LA CONSULTA POPULAR!


¡A CONVERTIR LA CONSULTA POPULAR EN EL PRIMER PASO DE
LA LUCHA CONTRA EL ESTADO CORREÍSTA!
¡A FORTALECER LAS ORGANIZACIONES SOCIALES!

16
Capitalismo y patriarcado en la
coyuntura ecuatoriana
(reflexiones al vuelo)
Alejandra Santillana Ortiz

1. La teoría feminista marxista, y en general los diálogos (mayoritariamente


tensos, pero siempre fundamentales) entre feminismo y marxismo, han
contribuido a la comprensión sobre el origen, carácter y desarrollo tanto del
capitalismo como del patriarcado. Es así, que si bien las formulaciones sobre la
división sexual del trabajo, realizada por Marx (en el capítulo 5 del tomo 1 de El
Capital) ubican el trabajo reproductivo como parte consustancial del
capitalismo; o aquello propuesto por Engels sobre la importancia de la familia
burguesa y la propiedad privada dan cuenta de los pilares del capitalismo en las
esferas públicas y privadas; pensadoras como Silvia Federici sostienen que el
origen del capitalismo incluye otros fenómenos no abordados por el marxismo:
el desarrollo de una nueva división sexual del trabajo que subordina el trabajo
femenino y el rol reproductivo de las mujeres a la reproducción de la fuerza del
trabajo; el surgimiento de un nuevo orden patriarcal, que se sostiene en la
exclusión de las mujeres del trabajo asalariado y el sometimiento a los hombres;
y la maquinización del cuerpo proletario y su transformación, en lo que
constituiría la función primera de las mujeres en el capitalismo: reproducción
de la fuerza de trabajo.

17
2. Este lugar que ocupamos las mujeres en el capitalismo, ha significado el
desarrollo de permanentes mecanismos para que cumplamos nuestro trabajo en
la reproducción de la fuerza de trabajo y en su sostenimiento, estos mecanismos
se basan no solo en la obligatoriedad de sostener el cuidado y la reproducción de
la vida, si no en cumplir el destino manifiesto de la maternidad. A lo largo del
desarrollo de las fuerzas capitalistas, estos mecanismos que nos someten al lugar
reproductivo, y van incorporando la fuerza de trabajo femenina al plano de lo
productivo (siempre con mayor explotación y precarización en relación con los
hombres), han tenido su correlato patriarcal en el disciplinamiento de la vida de
las mujeres y el control sobre nuestros cuerpos.

3. Pero el momento actual del capital es el que nos permite alumbrar cuál es el
carácter de su proyecto histórico. Pensadoras feministas como Federici y Rita
Segato, coinciden en su caracterización sobre lo que acontece como proceso
histórico: una fase del capital muy similar a la acumulación originaria, cargada
de guerras y destrucción de los tejidos (de la vida, lo común o los entramados
comunitarios propondría Raquel Gutiérrez), desplazamiento del trabajo y
plusvalía absoluta, que para el caso de los pueblos del sur dependientes, ha
implicado la reprimarización de sus economías y un regreso agresivo a la
extracción de materias primas y el control de territorios, tierras, trabajo,
riqueza, en manos de un reducido grupo de capitalistas (nacionales y globales),
que nos regresa al tiempo ya no de la desigualdad, si no de los señoríos o la
dueñidad (Segato). Como sostiene la antropóloga argentina: “En esta fase
extrema y apocalíptica en la cual rapiñar, desplazar, desarraigar, esclavizar y
explotar al máximo son el camino de la acumulación, esto es, la meta que orienta
el proyecto histórico del capital es crucialmente instrumental reducir la empatía
humana y entrenar a las personas para que consigan ejecutar, tolerar y convivir
con actos de crueldad cotidianos.”2 (Ibid. 2016)

4. El aumento agresivo de la violencia contra las mujeres: feminicidios,


crueldad, trata, violencias de todo tipo, es un signo de esta etapa del capitalismo.
Esta guerra contra la vida, y contra nosotras, devela así mismo que el proyecto
histórico del capital y del patriarcado, es nuestro sometimiento al rol de
reproductoras y cuidadoras, a fin de cuentas, el amor que está presente en la
dinámica de la economía del cuidado es el trabajo que permite no solo reproducir
materialmente la fuerza de trabajo, si no evitar, aminorar, acolchar la locura que
el capitalismo salvaje le genera a la clase obrera. Cualquier intento por no

2
Para una explicación más completa, leer el aporte riguroso de Rita Segato en La Guerra
contra las Mujeres, publicado por la editorial Traficantes de Sueños:
https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/map45_segato_web.pdf

18
cumplir con ese mandato obligatorio de la reproducción en nuestros cuerpos,
cualquier mínimo aire de liberación, cualquier posibilidad que tengamos
nosotras para no ser controladas, se paga con violencia: “Se trata de crímenes
del patriarcado colonial moderno de alta intensidad, contra todo lo que lo
desestabiliza, contra todo lo que parece conspirar y desafiar su control, contra
todo lo que se desliza hacia fuera de su égida, con las varias estrategias y tácticas
diarias con las que muchos de nosotros, a propósito o inadvertidamente, nos
deslizamos y escabullimos de la vigilancia patriarcal y la desobedecemos”
(Segato, 2016).

5. A esto se suma, que la reprimarización de la economía y la expansión


agresiva del extractivismo así como del deterioro de las condiciones y derechos
de trabajadores y trabajadoras en las ciudades, de los niveles de explotación y
precarización, han abierto una nueva ola de control, que viene dado no solo por
el capital, si no que opera para el caso de los gobiernos progresistas de estas
últimas casi dos décadas, el control del Estado sobre nuestros cuerpos para la
necesaria reproducción de fuerza de trabajo para la modernización capitalista.
No en vano, a la par de la llegada del progresismo y los discursos de
participación iniciales, se desató un proceso de modernización capitalista en
donde el Estado ocupó el lugar de dirimir el impasse de las clases burguesas,
presente en la etapa neoliberal. Esta reforma institucional en clave de
Revolución Ciudadana funcionó a la par de procesos de transformación y
disciplinamiento de la clase trabajadora, de pérdida de autonomía material y
organizativa, de combinaciones entre plusvalía absoluta y relativa, y de la
conformación de un imaginario patriarcal que legitimó nuestro lugar de
subordinadas, sumisas y reproductoras.

19
6. A la ausencia de análisis sistemáticos que articulen patriarcado y capitalismo
en Ecuador, se suma un histórico pendiente de la izquierda y el campo popular
del país que avanza en la caracterización de lo que ha significado la
modernización capitalista, pero que deja de lado la violencia machista, y la
define como “situación extraordinaria, marginal, secundaria”, como “un
problema de las mujeres”. Si parte del qué hacer político implica comprender el
momento y las continuidades estructurales con el pasado, el entendimiento de
la modernización capitalista demanda la centralidad del análisis feminista sobre
cómo la clase se configura, cómo el capital se reproduce, qué implica el trabajo
y la modelación de subjetividades y sujetos, y qué se contrapone al capital y el
destino de muerte que ofrece el patriarcado: todos aquellos procesos y
experiencias colectivas que ponen en el centro la vida (digna, plena y autónoma)
e imaginan dando forma, horizontes emancipatorios.

7. En ese sentido, el aumento de feminicidios en Ecuador es sin duda un


elemento central en el carácter y la manera en cómo se despliegan capitalismo
y patriarcado 3. Como los datos muestran, entre los años 2014 y 2016 se
interpusieron 299 demandas por violencia de género, de esta 150 fueron
feminicidios perpetrados por parejas, ex parejas u hombres cercanos,
fundamentalmente en Quito, Guayaquil, Santo Domingo y Durán. A esto se
suman los datos alarmantes de cómo 6 de cada 10 mujeres hemos sufrido
violencia de género de algún tipo a lo largo de nuestra vida y de cómo de estos
6 casos, 4 son de violencia sexual. Los datos sobre violencia contra nosotras
únicamente por ser mujeres, no es menor. No sólo es relevante y central para la
vida de más de la mitad de la población ecuatoriana, si no que refleja el tipo de
sociedad que se va configurando en torno al disciplinamiento y la obligatoriedad
de nosotras para ocupar nuestro rol en el ámbito del trabajo reproductivo,
consustancial del capitalismo. La comprensión tanto del tipo de Estado en
cuanto relación social histórica, y del capitalismo (global y como formación
socioeconómica nacional, diría Cueva), requiere pensar el patriarcado y de esta
manera imaginar colectivamente su desmonte: de esta manera el feminismo
como teoría, postura política y ética alimenta la lucha de clases. Desde una
perspectiva crítica, feminista y marxista, el feminicidio constituye una guerra
perpetrada contra las mujeres, que pone de manifiesto lo que las consignas del
Paro Internacional de Mujeres habían señalado: si nuestros cuerpos no valen,
entonces produzcan sin nosotras.
(El año pasado se convocó a un potente Paro Internacional de Mujeres.
La convocatoria provino de las feministas argentinas y uruguayas que en sus
asambleas concluyeron que, a la exigencia de declaración de emergencia por el
crecimiento del feminicidio en el mundo, era necesario articular políticamente
con las demandas de las mujeres en tanto trabajadoras y determinantes de la

3
Revisar el importante trabajo realizado por el Colectivo Geografía Crítica y el movimiento
de mujeres sobre feminicidio entre 2014 y 2016: http://geografiacriticaecuador.org/wp-
content/uploads/2016/11/mapa_feminicidios.jpg
20
economía de cuidado. Para esto se creó un diálogo y una alianza con las
trabajadoras en paro de Polonia y de Corea.)
8. Bajo esa perspectiva, tres factores se presentan en la coyuntura actual: la
reciente aprobación de la Ley Contra la Violencia a las Mujeres; la consulta
popular y los escenarios en disputa; y las salidas a la situación económica
nacional. El primer elemento, es sin duda un triunfo del movimiento de mujeres
y feminista del Ecuador, ha sido la constancia, la denuncia y la movilización de
una inteligencia colectiva, la que ha permitido que la actual Asamblea apruebe
finalmente una Ley que busca erradicar la violencia contra las mujeres. Este
hecho, no solo abre una puerta para que se levante una mínima institucionalidad
de género en el país y se establezca la corresponsabilidad del Estado en la
garantía de vidas libres de violencias; si no que muestra la centralidad que ha
adquirido la violencia en la vida cotidiana de todas las mujeres y la deuda
histórica que el Estado tiene con nosotras. Este es, sin embargo, un primer paso,
queda aún mucho camino por recorrer, en donde a la política pública se sume la
transformación de imaginarios y valores culturales que desmonten el
machismo, la misoginia y el sexismo. Es en este contexto, que dar contenido
político a la dimensión de género, clase y étnico se vuelve urgente: un camino
programático que no olvide nunca la importancia de las luchas feministas en la
transformación radical del país. El segundo factor se refiere a la salida a la
situación económica del país (crisis y desempleo, presión sobre recursos
naturales, fortalecimiento de los pactos y alianzas con grupos económicos, etc.),
que por ahora nos muestra la estrategia negociada del gobierno de Lenin Moreno
y la presión de los grandes grupos empresariales para que sean los mecanismos
neoliberales, los que primen. No podemos permitir que esta salida sea
nuevamente por el lado del capital y el conservadurismo, es en este escenario
que una propuesta articulada de los diferentes actores sociales y políticos del
campo popular se vuelve urgente, y en donde las demandas del movimiento de
mujeres y feminista deben ocupar un lugar central. En ese sentido, la Consulta
Popular del 4 de febrero, constituye una posibilidad para desmontar el correismo
de la institucionalidad pública estatal, una respuesta simbólica y política que le
diga NO a la Revolución Ciudadana por anti popular, patriarcal y colonial, y
una opción (pequeña y condicionada) para que las organizaciones del campo
popular, en donde se encuentra el movimiento de mujeres y feminista,
construyan un camino político propio, popular, democrático, plurinacional y
feminista. Requerirá de un enorme esfuerzo para no permitir que este escenario
sea nuevamente una acumulación de fuerzas para la derecha política, económica
y para los grupos ultra conservadores.

21
La Ideología Alemana. Un libro que
nunca existió
Carlos Rojas Reyes

Se puede decir que uno de los textos fundacionales del marxismo, para la teoría
y la práctica, ha sido La Ideología Alemana, especialmente el Capítulo 1.
Feuerbach, del que desprendimos muchas de nuestras concepciones:
“La Ideología Alemana (GI) fue publicada por primera vez en el formato
actual en 1932 como parte del Marx Engels Gesamstausgabe (MEGA), esta edición
sirvió de base para muchas traducciones y ediciones. La edición Mega fue
precedida por una traducción rusa y por la publicación de lo que hoy conocemos
como Capítulo 1: Feuerbach. En este formato el libro y en particular el capítulo
sobre Feuerbach fue por largo tiempo considerado un texto central para la
comprensión de las enseñanzas de Marx y Engels. Este fue el texto en donde,
como Althusser dijo e hizo fama, Marx descubrió el continente de la historia.”
(Maidan).
Sin embargo, La Ideología Alemana es un libro que nunca existió. Fue
una invención de los editores que, tomando fragmentos de diversos lugares, se
inventaron un libro, tal como la publicación de los manuscritos originales de
Marx y Engels lo demuestran:
“Como resultado de la investigación sobre el manuscrito original para la
publicación de una nueva edición científica de las obras y artículos completos

22
de Marx y Engels, el equipo editorial del MEGA 2 ha concluido que el capítulo
sobre Feuerbach es más como una reconstrucción editorial –basados sobre la
evidencia fílmica de las intenciones autorales de Marx y Engels- de algunos
fragmentos que Marx y Engels colocaron al lado del manuscrito original para
su uso posterior…” (Maidan).
Hasta ahora continúan las discusiones sobre cómo publicar
efectivamente estos fragmentos y existen al menos “siete propuestas
diferentes”, aunque el Capítulo 1 ya ha sido publicado por MEGA 2 en el 2004.
(Maidan).
Este hecho muestra cómo los textos de Marx y Engels sufrieron una serie
de distorsiones significativas, en la medida en que su publicación estaba
sometida a los intereses políticos inmediatos de una corriente u otra,
especialmente de parte de la burocracia soviética. Digamos que con La Ideología
Alemana también se construía una ideología propia, un Marx hecho a la medida
de las necesidades de un partido político, de una doctrina.
No está demás señalar la importancia que tuvo este texto en la
conformación del “materialismo histórico”: “La Ideología Alemana es
usualmente mirada como el más temprano y más importante trabajo preparado
en colaboración por Marx y Engels, y es considerado como la “cuna” del
materialismo histórico. El Capítulo I, en particular, es considerado como la más
completa realización del temprano materialismo histórico”. (Xiaoping 3)
La tarea en el presente es una primera lectura de estos fragmentos, de
acuerdo con los manuscritos originales, a fin de indagar qué es lo que
efectivamente se decía en ellos, cuáles son los cambios, cuáles son las
consecuencias de esos cambios, para nuestra visión actual del marxismo.
Es indispensable volver sobre estos textos y confrontarnos con esa
historia que era capaz de manipular los textos, para responder a las necesidades
de la batalla política o de la inmediatez de las necesidades de una burocracia.
Lamentablemente no existe una edición en español y al parecer ni
siquiera está en curso una traducción científica apegada al texto. Utilizará la
versión inglesa de los fragmentos, basada fiel y literalmente en la publicada por
MEGA2 en el 2004, llevada a cabo por Terrel Carver y Daniel Blank, Los
manuscritos de Marx y Engels de la “Ideología Alemana”. Presentación y análisis del
“Capítulo Feuerbach”. Además, estos autores, en otro libro, trazan las vicisitudes
históricas y políticas por las que atravesaron estos manuscritos. (Carver, Terrel
y Blank, Daniel) (Carver) Una síntesis de este largo recorrido de La Ideología
Alemana se puede encontrar en el propio Carver. (T. Carver)
A continuación, mostramos las tres primeras páginas del manuscrito,
precedidas por las notas técnicas de la edición, que es la manera cómo MEGA2
lo publicó y que se encuentra en pleno debate. No hay un acuerdo sobre el modo
cómo deberían presentarse esos manuscritos, para evitar reconducir a la idea de
un texto orgánico, en donde solo hay fragmentos destinados a un uso futuro,
todavía no decidido.

23
24
25
Como se puede ver, el texto es completamente tentativo, lleno de
tachaduras y correcciones. La columna izquierda pertenece a Engels y a la
derecha, en negrita, las observaciones que Marx iba realizando y, desde luego,
las variaciones incluso mínimas que hacía Marx sobre su propio texto, tal como
aparecen en las páginas de muestra colocadas aquí.
A continuación, revisaré dos análisis de los nuevos fragmentos que
reemplazan al Capítulo 1. Feuerbach, para establecer los nuevos debates que se
dan allí y sus perspectivas; entonces, tomaré la introducción de Carver en
extenso y de manera más puntual, el estudio de Wei Xiaoping.
Para Carver, el acceso a la versión original de estos fragmentos permite
una reconstrucción a las preocupaciones efectivas de Marx y Engels y a la
manera en que sus perspectivas teóricas se interrelacionaban y superponían, sin
dejar de lado los desacuerdos que pueden llegar a ser significativos:
“El lector así gana un acceso fácil al laboratorio “colaborativo” en el que
Marx y Engels trabajaron activamente juntos –muchas veces luchando uno con
otro- para encontrar una nueva forma de responder a cuestiones tales como:
¿Qué deberíamos entender por humanidad, civilización, industria, política y
sociedad? ¿Cómo deberíamos conectar el cambio social con el futuro deseable?
¿Qué valida la verdad y las políticas de sus respuestas?” (Carver, Terrel y Blank,
Daniel 1)
Sin embargo, es indispensable en cualquier lectura que se haga, el insistir
en su carácter fragmentario, provisional, no corregido, lleno de cruces,
tachaduras, reformulaciones y así evitar que al final tengamos, otra vez, un
“libro” o un texto sistemático. Insistir que no se encuentra aquí una formulación
acabada y pulida del materialismo histórico, lo que ya es bastante decir.
En su aproximación, Carver resalta ese trabajo conceptual y, por ende,
lingüístico que acerca o distancia a las formulaciones de Marx respecto de las
de Engels: “Más bien hay que enfocarse en el vocabulario que se contrasta y
mirar cómo surge esas diferencias y cómo se desarrollan”. (Carver, Terrel y
Blank, Daniel 6)
Uno de los aspectos centrales que trata Carver es acerca del carácter del
texto, del enfoque que los autores tienen. Se produce un desplazamiento de un
texto inexistente entendido ante todo como una formulación teórica,
conceptual, que inaugura un paradigma, e incluso una doctrina, a unos
fragmentos que son, básicamente, políticos:
“Lo que emerge en la discusión de los manuscritos es que ambos tienen
una posición común –que ellos están trabajando en cierto sentido, juntos- pero
uno concibe preeminentemente como una posición política y la argumentación
como política”; mientras que el otro, Engels, tiene un enfoque más polémico
respecto de las posiciones conceptuales, “ideológicas”, de la “ideología
alemana”. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 7)
Dentro de este acuerdo general, Marx elige una versión mucho más
política, acudiendo a una terminología que hace descender el discurso teórico a
las cuestiones políticas prácticas. De todas formas, es una cuestión de matices
porque para ambos no se trata solamente de que los autores que discuten “estén

26
pensando equivocadamente” sino que “están haciendo política de forma
equivocada”. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 7)
Marx se desplaza –los añadidos de Marx en negrita- desde las
consideraciones abstractas hacia aquellas que son más políticas: realidad,
materialistas prácticos, comunistas, revolucionar, mundo existente:

in reality {it} is a matter of & for the


practical materialists, i.e. the communists,11 it
is a matter of revolutionising the existing
world
[06 Bogen, 08 Seite, L Column, p. 44]

en realidad, es {it} cuestión de y para


materialistas prácticos, esto es los comunistas,
es una cuestión de revolucionar el mundo existente 4

Como señala Carver: “En las páginas que siguen, Marx está devaluando el
lenguaje de las teorizaciones con intimidantes notas y extirpando una
abstracción en favor de una referencia concreta:

Feuerbach’s
theoretical conception “conception” of
perceptibility the perceptible world
is limited on the one hand to
merely viewing it, & on the
to merely
other feeling {it}
[06 Bogen, 08 Seite, L Column, p. 44]

La “concepción” teorética de
Feuerbach
de la perceptibilidad del mundo perceptible
es limitada de una parte a
meramente observarla, y
de otra meramente sentida

Siguiendo con Carver: “Aquí está una inserción de Marx (p.44)


estableciendo este contraste –entre la muy general abstracción de un filósofo y
la “concreta” referencia de una potente alternativa política:
{insertion}
{he} considers “man” instead of “actual
historical man”. “Man” is in reality
“German man”. {end insertion}
{inserción}

4
Todas las traducciones al español son propias.

27
{él} considera “hombre” en vez de “actual
Hombre histórico”. “Hombre” es en realidad
“hombre alemán”. {final de la inserción}

Ambos critican la “ideología” de Feuerbach, resaltando su carácter no


práctico, el quedarse en abstracciones vacías e intemporales, sin un adecuado
sentido de la realidad política:
He does not see
how the perceptible world surrounding him is
not a thing handed down directly from
eternity, staying always the same, but rather
the product of industry & of social
conditions & to be sure in the sense that it is
a historical product, the result of the
activity of a whole series of generations,
[06 Bogen, 08 Seite, L Column, p. 44]

El no ve
cómo el mundo perceptible que le rodea es
o una cosa manejada directamente desde
la eternidad, manteniéndose siempre la misma, sino más bien
el producto de la industria y de las condiciones sociales
y para estar seguro en el sentido de que es
un producto histórico, el resultado de
la actividad de una totalidad de series de generaciones,

En esta cita larga, pero necesaria para mostrar el giro del pensamiento de
Marx, se hace visible, en las inserciones en negrita realizadas por Marx, hacia
lo más concreto y político que se quiere dar a este debate; hay una exigencia de
un vocabulario mucho más específico en Marx: producto, condiciones sociales,
actividad, etc. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 7-8)
Más bien, estaríamos ante un texto que se separa de las grandes
afirmaciones ontológicas sobre la historia y que produce una “epistemología de
la acción, antes que un conocimiento como tal”. (Carver, Terrel y Blank, Daniel
9)
Por ejemplo, en otro pasaje, no tratan de definir lo que una cosa es, sino
más bien cómo se da históricamente un hecho. Los insertos de Marx muestran
como Bauer “no capta el carácter profundamente histórico de las cosas/objetos,
incluso de los naturales, porque ellos presumen una antítesis entre la naturaleza
“intemporal” y la historia “que sucede”. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 9)
Inclusive cuando se trata de referirse al “materialismo”, o a la concepción
“materialista”, este giro que va de lo ontológico a lo político se torna evidente:

The French & the English at


least, even when they have conceived
conceived of the connection of this fact with

28
so-called history in a highly tendentious way,
particularly as long as they were biased by
political ideology, have always all the same
made the first attempts to give a materialistic
basis to the writing of history by being the first
to write histories of civil society, of trade &
of industry.
[06 Bogen, 11 Seite, L Column, p. 64]

Los franceses & los ingleses por


último, hasta cuando ellos han concebido
concebido de las conexiones de este hecho con
la así llamada historia en una altamente forma tendenciosa,
particularmente en cuanto están sesgados por
una ideología política, tienen todos siempre
la misma hechura la primera tentativa de dar una base
materialista a la escritura de la historia por ser los primeros en
escribir historias de la sociedad civil, el comercio &
la industria. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 13)

Así que aquí Marx y Engels no están interesados en una “concepción


general de la historia”, sino en mostrar la importancia de la historia concreta de
la “sociedad civil, el comercio & la industria”, que constituye como su “base
materialista”. En otras palabras, el enfoque materialista no surge aquí en
oposición a alguna suerte de idealismo o idealidad, sino de colocar con claridad
los aspectos concretos, “historias”, de una sociedad dada. Por supuesto, no hay
aquí una formulación abstracta de lo que sería el materialismo histórico, aunque
pueda estar presupuesta.
Carver avanza algunas conclusiones: estos fragmentos no muestran tanto
una “ruptura” radical, como el paso de una “mirada filosófica sobre la
humanidad, organizada a través de tropos de la totalidad, pérdida y recuperación
(incluso redención), da paso… a un discurso politizado de una historia que se
hace siguiendo objetivos, que los dos autores asociación con el comunismo como
movimiento”. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 30)
Y especialmente porque la versión exacta del texto se aleja de cualquier
visión fundamentalista o dogmática; muestra, más bien, el lento hacerse de una
teoría, con sus vaivenes, retrocesos, oposiciones y no una especie de verdad dada
de una vez y por todas.
En el caso de Wei Xiaoping, se avanza todavía más para dilucidar
algunos temas claves especialmente relacionados con la conciencia y con su
racionalidad o irracionalidad, a la luz de la nueva edición de los fragmentos
llamados “Ideología alemana”. (Xiaoping)
“Exploro algunos de los problemas teoréticos cruciales en torno a la
naturaleza de la subjetividad y la conciencia, y las diferentes aproximaciones
aparentes en Marx y Engels en varios niveles de su propia evolución”.
(Xiaoping 4)

29
Wei Xiaoping encuentra que no existen solo tres premisas históricas para
entender cualquier fenómeno, sino que en estos fragmentos aparece un cuarto
elemento que ha sido prácticamente descuidado: primero, la satisfacción de
necesidades vitales; segundo, la producción de la vida material a través de los
instrumentos de producción; tercero, la vida humana como consecuencia de los
dos anteriores.
Sin embargo, junto a estos elementos harto conocidos, se añade otro; Wei
Xiaoping cita un texto que sería clave para introducir este nuevo aspecto:
“Solo ahora, después de haber considerado cuatro momentos, cuatro
aspectos primarios de las relaciones primarias históricas, encontramos que los
hombres también poseen ´consciencia´” (Marx and Engels, 1976, 43; cf. 2004,
15-16). (Xiaoping 4)
Y más adelante, una anotación de Marx al lado derecho del manuscrito,
como nota al margen:
“Los hombres tienen historia porque ellos deben producir su vida, y
porque ellos deben producirla además de una cierta manera: esto es determinado
por su organización física; su consciencia es determinada justo de la misma
manera”. (Xiaoping 5)
Este elemento que aparece solamente en la edición del MEGA 2, que
introduce la consciencia junto con las otras determinaciones ya conocidas, abre
un campo para una nueva reflexión, que trata de las relaciones de los seres
humanos con las relaciones sociales e incorpora como aporte crucial, el tema de
los elementos irracionales de la conciencia.
En este momento, se produce una diferencia entre los enfoques de Engels
y Marx. Para Engels la “Consciencia es, por lo tanto, desde el inicio efectivo de
un producto social, y permanece así en la medida en que los hombres existan,
que refleja no solo la escritura de Engels sino el punto de vista de Engels”.
(Xiaoping 6)
Así aparece la diferencia en los enfoques: “la consciencia reflejada o
restringida por el deseo natural, o por las relaciones sociales; la una basada sobre
la existencia natural y la otra sobre la existencia social”. (Xiaoping 6)
Para decirlo de manera explícita: o bien la conciencia es producto
exclusivamente de las relaciones sociales o la consciencia “depende de la
existencia natural de los seres humanos” y llega a ser social solo indirectamente.
(Xiaoping 6)
El texto abriría el espacio para un nuevo debate, que añade, de manos de
Marx, ese otro aspecto igualmente fundamental, que mira a los seres humanos
en una doble dimensión: como ser natural consciente y como ser social, como
una consciencia irracional y como consciencia racional.
Cualquier análisis, por ejemplo de la consciencia de clase, debería tomar
en cuenta estas dos entradas, que confluyen y que quizás se fusionan, aunque
nunca desaparecen del todo, de tal manera que en la cuestión de la formación de
la consciencia de clase ya no solo se trata de analizar su emergencia, su
conformación, a partir de las condiciones de producción del capital, de las tareas
que el proletariado y la humanidad se plantean en una época dada, pero, con
igual fuerza, establecer las condiciones actuales de la relación entre la

30
consciencia y la naturaleza, más aún en un momento de desastre ecológico de la
humanidad.
Así, finalmente, los cuatro elementos de la concepción de la historia
quedarían de la siguiente manera:
“1. La producción material es requerida para la vida diaria.
2. El modo de producción corresponde con el progreso real de la producción.
3. La forma de la relación, por lo tanto, la sociedad civil, relacionada con el modo
de producción.
4. Los diferentes niveles de la función de la sociedad civil como la base del
entendimiento de los diferentes resultados teoréticos y las formas de la
consciencia.” (Xiaoping 12)
Para concluir, hay que señalar que todavía hace falta una serie de estudios
que tope tanto los aspectos generales del texto como temas particulares; además,
habría que producir una confrontación entre la obra inventada, La Ideología
Alemana, que nunca existió, y los fragmentos tales como aparecen en los
manuscritos.
Todo esto llevará a repensar los fundamentos mismos del marxismo,
para comprenderlo a cabalidad como para aplicarlo a la realidad actual, desde
nuevas bases, con nuevos fundamentos.

Bibliografía

Carver, Terrel. "Marxismo crítico." 2015. https://marxismocritico.com/?s=terrel+carver. 2 Mayo


2016.
Carver, Terrel y Blank, Daniel. A political history of the editions of Marx and Engels´s "German
Ideology Manuscripts". New York: Palgrave MacMillan, 2014.
—. Marx and Engels´s "German Ideology" manuscripts. Presentation and Analysis of the "Feuerbach
Chapter". New York: Palgrave MacMillan, 2014.
Engels, Marx y. La ideología alemana. Barcelona: Grijalbo, 1974.
Maidan, Michael. "Marx and Philosophy." 2012.
http://marxandphilosophy.org.uk/reviewofbooks/reviews/2012/463. 2 Mayo 2916.
Xiaoping, Wei. "Rethinking historical materialism: the new edition of the "German
Ideology"." Science and society Vol. 74, No. 4 (2010): 498-508.
<http://www.jstor.org/stable/25769062>.

Mayo/2016

31
R enero de 2018 – segunda época, año 1, número

Revista para un debate político socialista


1
* La consulta popular del 4 de febrero de 2018
* Capitalismo y patriarcado en la coyuntura ecuatoriana
* La Ideología Alemana

Artículos de Carlos Rojas Reyes, Alejandra Santillana Ortiz,


Gabriela Toro Aguilar, Mario Unda

32

Vous aimerez peut-être aussi