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Las masas obreras no estaban todavía organizadas como fuerza política capaz de
gobernar la sociedad, no tenían confianza, en su capacidad de hacerlo. Pero la política
aborrece el vacío y el poder fluye siguiendo la línea de menor resistencia, por lo que los
asientos vacíos a la mesa del gobierno ruso fueron inmediatamente ocupados por un grupo
organizado de políticos de oposición liberal burgueses.
Incluso después de romper con los mencheviques en 1903, seguían creyendo que la
revolución rusa sería una revolución burguesa limitada. La lógica de esa posición parecía
exigir que apoyaran al nuevo gobierno provisional en 1917.
Primero, Lenin encarnaba el estado de ánimo de los activistas de base del partido que a
su vez estaban inmersos en un movimiento obrero de masas que se desplazaba rápidamente
hacia la izquierda como respuesta a la profundización de la crisis social y política.
Segundo, debido a las fuerzas de clase que representaba, el gobierno provisional era
incapaz de satisfacer las reivindicaciones populares resumidas en el eslogan bolchevique
paz, pan y Tierra. El gobierno estaba decidido a prolongar la guerra, no podía resolver la
crisis económica y no estaba dispuesto a distribuir la tierra entre los campesinos.
Tercero, las masas se organizaron en una red de consejos (soviets) de obreros, soldados
y campesinos. Los soviets permitían la expresión democrática de las reivindicaciones
populares, organizaban protestas de masas para conseguirlas y representaban un gobierno
popular alternativo embrionario.
La dualidad de poder era muy inestable, y por tanto insostenible, o bien el gobierno
provisional aplastaba a los soviets y restablecía el dominio incuestionable de la propiedad
privada, o los soviets derrocaban el gobierno provisional y creaban un nuevo orden social.
(Faulkner)
La misión de Lenin consistía en equipar a su partido con esa idea y prepararlo para una
segunda revolución. Su posición se reforzó en julio cuando Trotski y un pequeño grupo de
seguidores se unieron al partido bolchevique; los dos líderes revolucionarios trabajaron
desde entonces como estrechos aliados políticos.
Esto era lo que Lenin, siguiendo a Marx, llamaba la dictadura del proletariado. Se puede
considerar a la dictadura y la democracia como conceptos opuestos.
Pero la idea es sólida. El estado es una institución represiva, sea cual sea la clase que lo
controla. Pero mientras que un Estado burgués defiende la propiedad de los ricos, un estado
obrera en el que los delegados elegidos son responsables frente a las asambleas de masas y
las milicias populares armadas están bajo control democrático, defiende los intereses de la
gran mayoría.
En determinado momento las cosas llegaron a un punto crítico. Las masas esperaban de
los soviets una solución final de la crisis revolucionaria que satisficiera las reivindicaciones
populares y materializara las promesas de la revolución