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Antecedentes históricos

La palabra agrario se deriva del latín Ager, Agrarium, campo, aplicándose a todo
lo relativo al campo. Se ha definido el Derecho Agrario "como el conjunto de
normas, leyes, reglamentos y disposiciones en general, doctrina y jurisprudencia
que se refieren a la propiedad rústica y a las explotaciones de carácter agrícola".

El Derecho Agrario trata de regular todas aquellas relaciones jurídicas derivadas


del campo.

El artículo 27 constitucional, en donde están incluidas las garantías de la


propiedad, además de consignar la propiedad originaria de la nación sobre aguas
y tierras del país y de consignarse el derecho de propiedad privada, se
establecen los derechos de propiedad comunal y ejidal, que son conocidos como
Derecho Agrario. Éste trabajo trata sobre la autoridad más importante con
respecto al Derecho Agrario, se tata de la Secretaría de la Reforma Agraria,
además se incluye una breve historia sobre la problemática de la tierra y la
agricultura, funciones y organigrama de esta institución gubernamental.

Creada por publicación en el Diario Oficial de la Federación con fecha 31 de


diciembre de 1974, la Secretaría de la Reforma Agraria es una Secretaría de
Estado, dependiente del Poder Ejecutivo Federal, que tiene a su cargo el
ejercicio de las atribuciones y facultades que expresamente le ordene el Artículo
27 Constitucional, la Ley Agraria, la Ley Orgánica de la Administración Pública
Federal y otras leyes, así como reglamentos, decretos, acuerdos y órdenes del
Presidente de la República.

Es aquella rama del Derecho, que persigue ajustar las relaciones jurídicas de
carácter agrario a los dictados de la justicia social, con el objeto de facilitar y
crear las condiciones necesarias para llevar a cabo una auténtica Reforma
Agraria Integral, o sea, para lograr un aumento de la producción agrícola y para
hacer posible una más justa y equitativa distribución de la propiedad agraria.
Origen de la Cuestión Agraria en México

Los más antiguos datos del Derecho Agrario en México se encuentran en a


época precolonial. Desde entonces se ha buscado la mejor forma de hacer
productiva la tierra, y es también desde entonces que se distinguen las
instituciones agrarias, por ejemplo las de los aztecas; por medio de tales
instituciones se puede apreciar claramente la proyección de su estructura social,
ésta se formaba de nobles, sacerdotes, el ejército, del pueblo en el que había
agricultores, comerciantes, artesanos y esclavos.

Las guerras fueron fuente de ingreso territorial para los aztecas; así es como se
apoderaban de las tierras, y las repartía entre los más altos rangos.

La denominación que se le dio a la propiedad agraria entre los aztecas fue la


siguiente:

Tlatocalli. Ésta era la propiedad del monarca

Pillali. Tierras de los principales nobles.

Altepetlalli. Tierras propiedad del barrio.

Calpulli. Tierras que se les repartieron a cada jefe de familia, para que las
cultivaran y sostuvieran.

Miltchimalli. Con éstas tierras se sostenían al ejército.

Teotlalpan. Eran las tierras de los dioses, el producto se destinaba al


mantenimiento de los gastos que originaba el culto.

La Desposesión de la Tierra

Al consumarse la caída de Tenochtitlán, la Corona española adoptó diversas


medidas tendientes a organizar la vida política, económica y social de ese nuevo
y enorme territorio. Al efecto, el Consejo Real de las Indias emitió diversas
disposiciones para promover el mejoramiento espiritual y material de los indios;
sin embargo, de manera paralela también autorizó la creación de otras
instituciones, en primer término la encomienda, cuyo propósito era modificar las
costumbres de los naturales y obtener tributos y tierras. En la época colonial los
españoles probaron varias formas para hacer del campo un eje económico y
productivo: la encomienda, las composiciones, los mayorazgos y la hacienda
principalmente.

La encomienda fue un premio que se concedió a la mayoría de los soldados que


vinieron con Cortés. Se les concedió el derecho de explotar directamente el
trabajo de los indios encomendados, en especial mediante la recaudación de
tributos.

LEY DE DESAMORTIZACION DE BIENES DE MANOS MUERTAS

25 de junio de 1856

Art. 1°.- Todas las fincas rústicas y urbanas que hoy tiene ó administran como
propietarios las corporaciones civiles ó eclesiásticas de la República, se
adjudicarán en propiedad á los que las tienen arrendadas, por el valor
correspondiente á la renta que en la actualidad pagan, calculada como rédito al
seis por ciento anual.

Art. 8°.- Solo se exceptúan de la enagenación que queda prevenida, los edificios
destinados, inmediatamente y directamente al servicio ú objeto del instituto de
las corporaciones, aun cuando se arriende alguna parte no separada de ellos,
como los conventos, palacios episcopales y municipales, colegios, hospitales,
hospicios, mercados, casas de corrección, y de beneficiencia. Como parte de
cada uno de dichos edificios podrá comprenderse en esta excepción una casa
que éste unida a ellos, y la habiten por razón de oficio, los que sirven al objeto
de la institución, como las casas de los párrocos y de los capellanes de
religiosas. De las propiedades pertenecientes a los ayuntamientos, se
exceptuarán también los edificios, egidos y terrenos destinados exclusivamente
al servicios público de las poblaciones a que pertenezcan.

que carecieran de ella, lo que iba en contra de los principios del liberalismo
dominantes en el Congreso. Según los liberales, uno de los principales
problemas del país era la existencia de muchos grupos indígenas, con
costumbres, autoridades propias y una economía de subsistencia cerrada al
mercado nacional. El atraso y aislamiento de los indios se debía al usufructo
comunitario de sus tierras, lo que debilitaba las aspiraciones de progreso y los
esfuerzos individuales. Por eso se postuló la expropiación de los ejidos, y las
tierras le propios y de repartimiento, que podrían ser adquiridas en propiedad
plena por quienes las usufructuaban e incluso por personas ajenas a la
comunidad 'desamortizada".

En diversos estudios se afirma que el propósito de la Ley Lerdo de crear una


importante clase de pequeños propietarios no se cumplió. Muchos de los
arrendatarios de bienes eclesiásticos, así como pequeños rancheros que vivían
en las inmediaciones de las comunidades, denunciaron y después compraron
tierras de la Iglesia o de los pueblos. Sin embargo, buena parte de ellos perdió
muy pronto los bienes recién adquiridos, que fueron a parar a manos de los
latifundistas.

Durante la Guerra de Reforma hubo ocasiones en que una misma propiedad


cambió de manos en dos o tres ocasiones. El clero católico pudo disfrazar
muchas ventas adjudicando las tierras a personas de su confianza, pero la
propiedad comunal fue ferozmente combatida por arribistas que declaraban su
apoyo a la causa liberal. Además de sus ventas disfrazadas, el clero presentó
una tenaz oposición al cumplimiento de la Ley y la Constitución, apoyando
doctrinal y económicamente a los conservadores que guerreaban para derrocar
a Juárez y los liberales. Por ello, en 1859 se expidió la Ley de Nacionalización
de los Bienes del Clero.

En 1860 finalizó la guerra civil, con la derrota del partido conservador. Poco
tiempo duró el gusto, pues cuatro años más tarde el ejército francés invadió el
país y, en alianza con los derrotados, constituyeron el llamado Segundo Imperio,
con Maximiliano de Habsburgo como emperador. El gobierno de la República,
encabezado por Benito Juárez, no dio ni pidió cuartel. En1866 se retiró el ejército
francés y un año más tarde fueron fusilados en Querétaro Maximiliano y los dos
más aguerridos generales conservadores: Miramón y Mejía.

Debe señalarse, empero, que Maximiliano también tenía algunos barruntos


liberales e incluso cierta sensibilidad social y política. Así, se negó a ordenar la
devolución de los bienes expropiados a la Iglesia y tuvo el propósito de ganar la
simpatía de los grupos indígenas afectados por la desamortización,
devolviéndoles sus tierras. De ese modo, en 1866 regresó a los tarahumaras las
tierras comunales que los liberales habían "desamortizado". Algo similar intentó
en las llanuras del oriente de Sonora y con los coras y huicholes de Nayarit. Hay
quienes sostienen que Maximiliano deseaba realizar una reforma agraria, para
lo cual expidió al menos dos ordenamientos importantes, que por supuesto no
pudieron tener vigencia efectiva: la Ley sobre terrenos de comunidad y de
repartimiento (26 de junio de 1866) y Ley Agraria del Imperio, que concede fundo
legal y ejidos a los pueblos que carezcan de él (16 de septiembre de 1866). Sin
embargo, los propios seguidores del Imperio, que por su situación política y sus
recursos se habían podido aprovechar de la desamortización para adquirir
bienes comunales y eclesiásticos, eran los principales opositores a los
propósitos del archiduque austriaco, tendientes a consolidar su dominio
mediante una aparente alianza con los campesinos.

B e n it o Juá re z e xp id e la L e y d e Na cion a liza ció n de


B ie n e s E cle siá st ico s
12 de Julio de 1859

En Veracruz, el presidente Juárez expide la Ley de


Nacionalización de Bienes Eclesiásticos, por la cual todas las
propiedades de la Iglesia pasan al dominio de la Nación. Para
ese entonces, la Iglesia Católica concentra el 52% de la
propiedad inmobiliaria del país, que en su mayoría no eran
laboradas, por lo que se les conocía como propiedades en
“manos muertas”.

Juárez, además de expropiar los bienes necesarios para el


desarrollo del país, cierra la fuente de financiamiento de las
constantes rebeliones en defensa de los fueros del clero.
Escribe Ramón J. Sender (El problema religioso en
Méjico): “La Iglesia, armada desde la independencia, provocó
y realizó corporativamente o por la acción de sus ministros los
pronunciamientos de más triste memoria; sostuvo con armas
y con el dinero de sus fieles durante años y años guerras
civiles que costaron país, como ya hemos dicho, más de medio
millón de hombres.”

Durante el primer semestre de este año, la situación para los


liberales es difícil por la falta de recursos. Buchanan,
presidente de Estados Unidos, busca la reelección y ofrece dar
una compensación a cambio de la cesión de Baja California.
Solamente los bienes del clero, de los cuales los
conservadores disponen ampliamente, pueden resolver el
problema si son incorporados al patrimonio nacional. Juárez
opta por la nacionalización y expide las Leyes de Reforma.

Este mismo día, Lerdo de Tejada sale a Estados Unidos a


conseguir un empréstito con hipoteca de los bienes
nacionalizados; y McLane escribe al departamento de Estado:
“Si logra negociar un empréstito en los Estados Unidos con la
hipoteca de la propiedad eclesiástica, hay pocas
probabilidades de que él o sus colegas estén dispuestos a
ceder la Baja California (...)”.

A esta Ley siguieron nuevas disposiciones: separación de la


iglesia y del Estado; matrimonio civil; secularización de
cementerios; de registro civil para el nacimiento, matrimonio y
defunción; supresión de monasterios; exclaustración de
monjas; y calendario de fiestas públicas laicas; el conjunto de
estas normas es llamado “Leyes de Reforma”.

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