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Desprendimiento placentario
Amenaza de parto prematuro
Restricción de crecimiento fetal
Hemorragia genital
Muerte perinatal
LÓBULOS ACCESORIOS
La placenta puede presentar un cotiledón accesorio o lóbulos satélites, con conexiones
vasculares al cuerpo placentario. Estos lóbulos no siempre son expulsados durante el
alumbramiento y ocasionan hemorragia post-parto.
Placenta bipartida o bilobulada
La placenta bilobulada o bipartita es aquella formada por dos lóbulos, de forma irregular,
separados por segmentos de membrana pertenecientes a la placa coriónica por donde
corren vasos procedentes del cordón umbilical que ocasionalmente sufren trombosis y
provocan hemorragias con serios problemas fetales durante el parto. La literatura reporta
una incidencia de 4.2 a 6% de todas las placentas examinadas rutinariamente.
Las vellosidades a estudiar acá provienen de lóbulos que son muy pequeños y estuvieron
asociados a los dos lóbulos mayores que constituyen la placenta bilobulada. Esta
anomalía de implantación placentaria puede asociarse con inserción velamentosa del
cordón y vasa previa. Diagnosticada mediante exámenes con tecnología actualizada de
luz y sonido, ecografía transabdominal así como la endoscopia transcervical intrauterina
baja y ultrasonido vaginal; las técnicas de ML y MEB ampliarían el análisis
histomorfológico proporcionando la evidencia que explica.
Placentas múltiples con feto único
En casos aislados, la placenta está formada por varios discos independientes con tamaño
similar. El cordón se implanta entre los dos lóbulos placentarios, ya sea a través de un
puente coriónico que los conecta, o en las membranas intermedias. Este tipo de placenta
se denomina bilobulada, pero también recibe el nombre de placenta bipartita o duplicada
Las placentas con tres o más lóbulos son raras y se denominan multilobuladas Commented [R1]: HONESTAMENTE NO SE PORQUÉ NO
LO ELIMINÉ, QUERIA TU OPINION ANTES
Placenta succenturiata.
Consta de un lóbulo principal donde habitualmente se inserta el cordón y de uno o varios
lóbulos accesorios de pequeño tamaño (cotiledones aberrantes) unidos al principal por
vasos fetales. La frecuencia de aparición es de 5-6%. El principal riesgo es la persistencia
intraútero del lóbulo accesorio tras el alumbramiento, ya que este puede producir graves
hemorragias. Estas placentas corresponden a una versión más pequeña de las placentas
bilobuladas. Hay una incidencia dos veces mayor de los lóbulos accesorios de la
placenta gemelar.
Placenta espuria: Es similar a la anterior, pero sin conexiones vasculares entre los
lóbulos placentarios.
Placenta membranácea
También llamada placenta difusa es una anormalidad rara en la que la mayoría de las
membranas fetales permanecen cubiertas por vellosidades coriónicas, porque el corion no
ha logrado diferenciarse en la ausencia de corion liso y el corion frondoso (tiene una
incidencia de 0.25 a 0.5: 10.000)
El examen ecográfico demuestra una placenta que cubre la mayor parte o toda la pared
uterina. Esta condición a menudo se asocia con placenta accreta, increta, percreta y vasa
previa. Estos embarazos son complicados por hemorragias anteparto recurrentes, abortos
involuntarios en el segundo trimestre, parto prematuro, restricción de crecimiento
intrauterino y muerte fetal. La entrega a menudo se complica con la hemorragia posparto
y la retención placentaria. En varios casos fue necesario realizar una histerectomía
inmediatamente después del parto.
Placenta en Embarazos múltiples: En embarazos monocigóticos dado que proceden de Commented [R2]: PIJA DE INTERESANTE, PERO SABEMOS
un mismo cigoto, si la división se da en la etapa de blastocito, están en sacos amnióticos PORQUÉ LLEGAN A FUSIONARSE? SERIA BUENO SABERLO
distintos, pero dentro del mismo saco coriónico, de modo que comparten una misma POR SI PREGUNTA, ELLA ES BIEN REJODIDA
Cuando una placenta se presenta en el grado II o III antes de la semana 34 puede decirse
que está envejecida prematuramente. Esta insuficiencia determina malnutrición uterina Commented [R3]: Placenta grado II: consiste en las
pudiendo provocar un parto prematuro, crecimiento intrauterino retardado o un bebé de placentas cuya placa basal se identifica en su totalidad
bajo peso al nacer. Hay mayor riesgo de placenta envejecida en mujeres mayores de 35 y da la impresión de que está separada del miometrio
años, multíparas, con preeclampsia, tabaquismo y déficits nutricionales. En la placa corial se visualiza con un perfil muy
ondulado con calcificaciones difusas. Los tabiques que
penetran en la placenta no confluyen.
Vasa previa Placenta grado III: son las placentas con gran
depósito de calcio a todos los niveles. Los tabiques de
ambas partes de la placenta ya confluyen y se
Se define como vasa previa la presencia de vasos fetales en las membranas, desprotegidos fusionan entre sí. En el interior de los cotiledones
de tejido placentario o cordón, que cruzan a través del orificio cervical interno. Su placentarios se observan zonas de calcificación y
incidencia global es baja, oscilando entre 1/2000-6000 gestaciones, aunque aumenta en degeneración.
presencia de factores de riesgo. La incidencia de vasa previa aumenta hasta 1/50 casos
cuando:
La lesión vascular puede ocurrir durante el embarazo y sobre todo durante el parto,
especialmente en el momento de la rotura de las membranas amnióticas. Como la
hemorragia en caso de rotura de vasa previa procede del feto, no suele ser muy abundante
pero con un resultado letal por exanguinación fetal.
Se estima que la incidencia de esta complicación es de uno de cada 3 000 partos y tiene
una elevadísima tasa de mortalidad neonatal, superior al 95 % en la mayoría de las series.
Factores de riesgos
gestaciones conseguidas mediante técnicas de reproducción asistida
los embarazos múltiples sobre todo si se trata de gestaciones monocoriales
las anomalías de inserción placentaria tales como las placentas previas de inserción
baja y las variaciones anatómicas como las variantes bilobuladas y succenturiata.
Diagnóstico
Se sospecha clínicamente al observarse una hemorragia vaginal generalmente
coincidiendo con la rotura espontánea o artificial de la bolsa amniótica, aunque también
puede presentarse durante la dilatación e incluso durante el periodo expulsivo como en el
caso que se presenta, todo ello acompañada de signos de sufrimiento fetal grave por
anemia aguda severa.
TRASTORNOS CIRCULATORIOS
En términos conceptuales, los trastornos del riego placentario pueden agruparse en: (1)
aquéllos en los que se interrumpe el flujo sanguíneo materno hacia o dentro de la placenta
y (2) aquéllos que alteran el sanguíneo fetal a través de las vellosidades. Muchas de estas
lesiones son frecuentes y se observan en placentas maduras normales.
Si bien limitan el flujo placentario máximo, la reserva funcional de la placenta es muy
grande. Algunos calculan que la placenta puede perder hasta 30% de sus vellosidades sin
que haya efectos adversos en el feto. Sin embargo, si las lesiones son extensas pueden
limitar en grado intenso el crecimiento del feto.
Corioangioma
Debido a la similitud entre sus componentes con los vasos sanguíneos y el estroma de las
vellosidades coriónicas, se considera que el término más apropiado es el de corioangioma.
Son los únicos tumores benignos de la placenta y su incidencia se aproxima al 1%. Es
posible que con estas lesiones se incrementen las concentraciones de fetoproteína a en el
suero de la madre, lo que induzca a una valoración ecográfica urgente. Características
frecuentes de la lesión es su predominio hipoecoico, su forma redondeada y bien
circunscrita, su ubicación cerca de la superficie coriónica y la protrusión hacia la cavidad
amniótica.
La confirmación del aumento del flujo sanguíneo mediante Doppler a color puede ayudar
a distinguir entre estas lesiones y otras tumoraciones placentarias (Prapas, 2000).
Los tumores pequeños suelen ser asintomáticos. A pesar de esto, los grandes, de manera
característica aquéllos con más de 5 cm, pueden asociarse a la existencia de cortocircuitos
arteriovenosos significativos dentro de la placenta, lo cual conduce a anemia fetal e
hidropesía. Los tumores grandes también pueden complicarse con hemorragia preparto,
parto prematuro, anomalías del líquido amniótico y restricción del crecimiento fetal.
Debido a las secuelas graves para el feto en caso de tumores grandes, el tratamiento puede
incluir alguna maniobra para reducir el flujo sanguíneo hacia el tumor mediante oclusión
del vaso o ablación.
ANOMALÍAS DE ADHESION DE LA PLACENTA Commented [R4]: Creo que le podríamos decir así
¿Cuáles son los factores de riesgo que predisponen a desarrollar anomalías de
inserción placentaria?
FACTORES DE RIESGO
El antecedente de mayor relevancia es la cesárea previa. La PP está relacionada
directamente con el número de cesáreas previas;
0.67% luego de la 1era
1.8% luego de la 2da.
3% luego de la 3ra.
10% luego de la 4ta.
Adherencia placentaria
Se produce cuando la placenta que se adhiere al útero de una forma anormal su incidencia
que en la actualidad es de 3/1000 aumentado en gran parte debido al aumento del número
de cesáreas. Esta adherencia anormal, resulta de una ausencia de la decidua basal parcial
o completa y el desarrollo incompleto de una capa de fibrina, la capa de Nitabuch, de
forma que la línea de separación fisiológica entre la capa esponjosa de la decidua y el
miometrio está ausente. A causa de esta alteración, la adherencia anormal puede afectar
a uno o varios cotiledones o incluso a toda la placenta, constituyendo la placenta ácreta
focal, parcial o total respectivamente.
Su morbilidad asociada está principalmente causada por el elevado riesgo de la
hemorragia masiva, necesidad de Transfusión, infección intra abdominal y lesión de
órganos adyacentes. Se ha asociado a una elevada mortalidad materna de Hasta el 7% ser
se reclasifican función de grado de invasión de la misma sobre el miometrio, que son las
siguientes:
Acreta: Las vellosidades coriónicas se insertan directamente sobre el miometrio (80% de
los casos)
Increta: Las vellosidades coriónicas invaden el miometrio (15% de los casos)
Percreta: Las vellosidades coriónicas invaden el miometrio y la capa serosa e inclusos
órganos adyacentes como la vejiga (5% de los casos).
PLACENTA ACRETA
Placenta Accreta. Es la adherencia anómala de las vellosidades coriónicas al miometrio.
Esta grave complicación no se detecta sino hasta el momento del parto o la cesárea cuando
se presentan dificultades para el desprendimiento de la placenta.
Afortunadamente es una complicación poco frecuente y que se presenta principalmente
en los casos de placenta previa; por lo que toda paciente con placenta previa debe saber
que existe el riego de esta penetración anormal de la placenta que obligue a quitarle el
útero durante la cesárea.
El acretismo placentario se refiere a la invasión o penetración de la placenta más allá de
la superficie endometrial del útero hacia su pared muscular o incluso hasta rebasar su
recubrimiento seroso e interesar órganos vecinos como la vejiga.
Esta grave complicación no se detecta sino hasta el momento del parto o la cesárea cuando
se presentan dificultades para el desprendimiento de la placenta. Dependiendo del grado
de penetración (acreta, percreta o increta) y de la extensión (toda la placenta o sólo un
segmento) generalmente se tiene que realizar histerectomía, es decir, extirpar el útero
completo evitando tratar de despegar toda la placenta pues esto sólo producirá mayor
hemorragia y agravará el problema.
Pércreta. Es cuando las vellosidades coriales han invadido todo el espesor del músculo
uterino, han llegado hasta la serosa y pueden, en algunos casos, atravesar esta capa y
llegar a la cavidad peritoneal. En casos poco frecuentes se puede producir invasión de
estructuras abdominales.
Tratamiento: Extirpación quirúrgica una vez se haya dado a luz.
Síntomas: Suelen causar hemorragia vaginal en el tercer trimestre y con frecuencia
resultan en un parto prematuro.
RESTOS PLACENTARIOS
Se presentan casos en los que sin existir un problema de penetración excesiva de la
placenta o acretismo, hay retención de lóbulos o de fragmentos placentarios lo cual
ocasiona hemorragias severas después del parto. Esto se previene o se resuelve mediante
la revisión manual cuidadosa de toda la cavidad uterina después del alumbramiento.
Mola hidatiforme: Es una masa o tumor poco común que se forma en el interior del útero
al comienzo de un embarazo. Es un tipo de enfermedad trofoblástica gestacional (ETG).
Causas
Una mola hidatiforme, o un embarazo molar, es el resultado de la fertilización anormal
de un ovocito (ovario). Que resulta en un feto anormal. La placenta crece normalmente
con poco o ningún crecimiento del tejido fetal.
Esta anormalidad placentaria a menudo dará lugar a la restricción del crecimiento fetal y
bajo peso al nacer en los bebés. Las mujeres con insuficiencia placentaria pueden notar
menos movimiento fetal. Algunos síntomas de insuficiencia placentaria son el
desprendimiento de placenta, el parto prematuro y la preeclampsia.
La mola hidatidiforme (MH) esta catalogada dentro de las enfermedades trofoblasticas
gestacionales(ETG) y esta caracterizada por la degeneración hidrópica de las vellosidades
coriales con hiperplasia de trofoblasto y regularmente con la ausencia del feto. Se puede
clasificar en dos grupos: la mola completa y la imparcial, las cuales se diferencian en su
cariotipo, histopatología, presentación clínica y el riesgo de malignidad. La mola
completa o clásica no posee feto o embrión, y generalmente su cariotipo es 46,XX o
46,XY, todo el material genético proviene del padre, por la fertilización de un solo
espermatozoide de un “huevo vacío” con subsecuente duplicación del material genético
y menos frecuentemente por dispérmia. Mientras que la mola parcial o incompleta son
usualmente triploides , pueden asociarse a la presencia de feto, embrión o saco gestacional
y se desarrollan por la fertilización dispérmica de un óvulo.
En 1976 se clasificó la mola hidatidiforme en completa o parcial de acuerdo a las
características morfológicas y citogenéticas. La mola completa se caracteriza por una
rápida progresión, una inflamación hidrópica de las vellosidades coriónicas e hiperplasia
trofoblástica, ausencia de embrión o feto, y un cariotipo diploide de origen paterno
(46,XX o 46,XY), y está asociado a enfermedad trofoblástica maligna; sus síntomas
característicos son el sangrado vaginal irregular, aumento tamaño del útero, quistes
ováricos, elevación marcada de la gonadotropina corionica humana. La mola parcial
presenta vellosidades coriónicas de diferentes tamaños, con progresión lenta y focal de la
vellosidad que por contener vasos sanguíneos presentan menor cambio hidrópico,
observándose hiperplasia trofoblástica. También se pueden reconocer estructuras de
embrión o feto que tiende a fallecer en una temprana edad gestacional por la presencia de
complicaciones maternas y fetales, entre las que se destaca el desarrollo de trastorno
hipertensivo asociado al embarazo de aparición temprana, que presenta rangos de
severidad y puede observarse hasta en el 40% de los casos, si la gestación alcanza el
segundo trimestre. Cuando el feto se identifica hay retardo en el crecimiento intrauterino
y anomalías congénitas asociadas a triploidia.
Alteraciones morfológicas de las vellosidades placentarias asociadas a
malformaciones fetales múltiples del sistema esquelético
Las malformaciones congénitas se definen como un conjunto de defectos físicos,
genéticos y químicos presentes al momento de nacer, cuya etiología es diversa y su
manifestación simple o compleja, dentro de estas encontramos las que afectan al sistema
esquelético: cráneo, cara y extremidades que estas pueden ser diagnosticadas mediante
ultrasonidos, pero están igualmente la que no son detectables y en estos casos se necesita
la biopsia de las vellosidades coriales y un análisis histopatológico para ver si hay algún
defecto cromosómico.
El parénquima placentario está representado por las vellosidades coriales las cuales
durante la gestación estas pueden sufrir de degeneración, sin embargo en otros casos es
normal. Cuando estas lesiones afectan a una gran cantidad de vellosidades se compromete
lo que es el desarrollo normal del feto y consiguiente vienen las malformaciones. La falta
de desarrollo de la placenta genera directamente algunos defectos congénitos al igual que
ciertas lesiones en las vellosidades como la necrosis trofoblástica, el edema, la inmadurez,
la trombosis e inclusiones del trofoblasto son encontradas con mayor frecuencia en
defectos del tubo neural y cromosopatías siendo estas últimas responsables de un gran
número de anomalías congénitas.
Se realizo un estudio con vellosidades placentarias de abortos terapéuticos de 13, 16, 20
y 38 semanas, provenientes de embarazadas cuyos fetos cursaron con malformaciones
múltiples del sistema esquelético o de miembros. En la serie analizada se encontraron los
siguientes datos ultrasonográficos: Caso 1 (13 sg) - retardo del crecimiento en
extremidades superiores del feto obtenido en aborto incompleto; Caso 2 (16 sg) -
dilatación de ventrículos laterales, fosa craneana posterior ocupada por imagen quística,
malformación de Dandy-Walker, ventriculomegalia severa, encefalocele, gastroquisis,
desarrollo retardado de miembros superiores e inferiores y polidramnios; Caso 3 (20 sg)
- calota craneal con exposición de masa encefálica, anencefalia y retardo del crecimiento
de las extremidades; Caso 4 (38 sg) - nacido muerto, malformación de mano con ausencia
del pulgar y múltiples malformaciones congénitas con antecedentes familiares.
Es una complicación que pone en grave riesgo al bebé, ya que se ve afectado el órgano
que le aporta nutrientes y oxígeno al feto. Dependiendo del grado de desprendimiento
puede haber desde un sufrimiento fetal leve, grave o incluso la muerte si el
desprendimiento es muy severo.
Es un problema que no puede prevenirse, sólo detectarlo lo antes posible a través del
monitoreo fetal y la ecografía.
Las mujeres con mayor predisposición a sufrir un desprendimiento de placenta son las
embarazadas con presión alta o preeclampsia, con diabetes, edad avanzada, fumadoras,
con alto número de partos anteriores y aquellas con antecedentes de separación de
placenta o que hayan sufrido un traumatismo abdominal.
En caso de desprendimiento de placenta, se debe extraer al bebé de forma inmediata, ya
sea por parto vaginal, si este está ya avanzado, o por cesárea urgente en el caso de no
haberse iniciado el trabajo de parto.
Consecuencias Fetales
Tradicionalmente la causa de muerte fetal se ha diferenciado en: causas maternas, causa
fetal y causa placentaria.
Las causas son múltiples y se pueden atribuir a diversos orígenes como ambientales,
maternos, fetales y ovulares, y en parte a factores desconocidos. Es por ello por lo que
durante el embarazo el feto puede morir por:
Reducción o supresión de la perfusión sanguínea útero-placentaria: originada por
hipertensión arterial, inducida o preexistente a la gestación, cardiopatía materna,
hipotensión arterial materna por anemia aguda o por otra causa.
Reducción o supresión del aporte de oxígeno al feto: puede estar causada por alteraciones
de la membrana del sinciotrofoblasto, infarto y calcificaciones de la placenta, nudos,
torsión exagerada y procidencia o prolapso del cordón umbilical, o por otros factores.
En el caso de la placenta previa, se pueden presentar complicaciones en el bebé tales
como crecimiento fetal retardado, defectos congénitos y nacimiento prematuro. La madre
puede presentar sangrados aproximadamente desde la semana 24, porque la placenta se
implanta en la parte inferior del útero y, aunque no impide que el bebé se desarrolle, la
mayor complicación se presenta en el parto, porque esta se sitúa en el lugar en el que el
cuello del útero se abre para que nazca el bebé. Genera sangrados muy fuertes y
usualmente en necesario hacer cesárea.
La placenta accreta puede causar partos prematuros antes de la semana 37 y muerte
fetal. La placenta tiene que penetrar hasta cierto punto la pared del útero para hacer el
intercambio sanguíneo, pero cuando sobrepasa, se fija o atraviesa esta barrera, se requiere
de un diagnóstico previo con ecografía y resonancia nuclear magnética para determinar
su nivel. Lo mismo sucede con la placenta circumbalada o circunmarginada.
Hipertermia, toxinas bacterianas y parasitosis: Intervienen las virosis graves, las
infecciones bacterianas y parasitarias de la madre, de las membranas ovulares, del feto y
de la placenta.
ANOMALÍAS DE LAS MEMBRANAS
Tinción meconial
La presencia de meconio en el líquido amniótico es relativamente frecuente, y su
incidencia varía entre 12 y 20%. La tinción del amnios puede ser evidente en el transcurso
de 1 a 3 h después de la expulsión del meconio. La exposición más prolongada puede
producir tinción del corion, el cordón umbilical y la decidua.
De acuerdo con Benirschke et al. (2006), no puede determinarse con precisión el
momento ni la fecha de la expulsión de meconio. El meconio puede expulsarse en
distintas situaciones clínicas.
Primero, en la mayor parte de los fetos la emisión de meconio se impide por efecto de
una contracción tónica del esfínter anal y por la carencia de peristalsis intestinal. Así, es
raro que los fetos de pretérmino expulsen meconio, pues tienen mecanismos
gastrointestinales inmaduros.
Por el contrario, en los fetos de postérmino, que tienen un tubo digestivo maduro, es
posible que la expulsión de meconio sea ordinaria y se observa la tinción del líquido
amniótico en alrededor del 30% de estos. En segundo lugar, la estimulación del nervio
vago inducida por la compresión del cordón o la cabeza del feto puede asociarse a emisión
de meconio en ausencia de sufrimiento fetal. Por último, la expulsión de meconio también
se relaciona con acidosis fetal, patrones no alentadores de frecuencia cardiaca fetal y
calificaciones bajas de Apgar.
En estos casos, hay teorías que sugieren que la hipoxia fetal causa relajación del esfínter
anal, así como jadeo en el feto, con aspiración subsecuente del meconio en el interior del
útero. Si el feto aspira el meconio antes o durante el parto, la sustancia puede obstruir Las
vías respiratorias e inducir hipoxia grave, inflamación e infección (el síndrome de
aspiración de meconio). Un riesgo
Materno grave es que una embolia de líquido amniótico cargado con meconio aumenta
en gran medida la tasa de mortalidad materna por insuficiencia cardiorrespiratoria y
coagulopatía por consumo. Además, el riesgo de metritis puerperal con líquido amniótico
teñido con meconio aumenta entre dos y cuatro veces.
Corioamnionitis
Varios microorganismos pueden infectar las membranas, el cordón umbilical y, a la larga,
al feto. Las vías para la infección son su ascenso desde las estructuras genitales inferiores,
la diseminación hematógena a través de la sangre materna, la diseminación directa desde
el endometrio o las trompas de Falopio y la contaminación yatrógena en el transcurso
de procedimientos con penetración corporal. Entre éstas, la infección ascendente es la
más frecuente, y muchas veces se relaciona con rotura prolongada de las membranas y
trabajo de parto prolongado. En general, las bacterias vaginales se mantienen excluidas
de las estructuras reproductivas superiores por el cierre del orificio interno del cuello
uterino, así como por un tapón mucoso dentro del canal cervical. La entrada de
microorganismos puede inducir una infección inicial en el corion y la decidua adyacente,
en el área que descansa sobre el orificio interno. Después, su avance puede conducir a la
afectación de las membranas en todo su grosor (corioamnionitis). En ese momento, los
microorganismos pueden diseminarse siguiendo la
superficie del corion y el amnios e infectar el líquido amniótico. Puede presentarse
inflamación subsecuente de la placa coriónica y el cordón umbilical (funisitis)
La infección fetal puede deberse a la diseminación hematógena, la aspiración, la
deglución u otras variantes de contacto directo con el líquido amniótico infectado.
En términos macroscópicos, la infección se caracteriza por la opacificación de las
membranas. También puede haber un olor desagradable, lo cual depende de la especie
bacteriana y su población. La corioamnionitis oculta, producida por distintos
microorganismos, se cita muchas veces como una explicación posible de muchos casos
de rotura de membranas que no pueden explicarse de otra manera, el trabajo de parto
prematuro o ambos.
Otras anomalías
El concepto de amnios nodoso se utiliza para hacer referencia a una lesión de la placenta
que se caracteriza por nódulos pequeños numerosos de color castaño claro que se ubican
en el amnios que cubre la placenta. Se considera una característica del oligohidramnios
prolongado
e intenso.
Las bridas amnióticas se producen cuando existe disrupción del amnios que conduce a la
formación de bandas o tiras que atrapan al feto y restringen el crecimiento y desarrollo de
las estructuras estranguladas.
ANOMALÍAS DEL CORDÓN UMBILICAL
Dimensión del cordón
Longitud
Casi todos los cordones umbilicales tienen entre 50 y 60 cm de longitud y muy pocos son
anormalmente cortos o largos.
Los cordones cortos pueden asociarse a una evolución perinatal adversa, como
restricción del crecimiento fetal, malformaciones congénitas, sufrimiento durante el parto
y aumento al doble del riesgo de muerte.
Los cordones en extremo largos tienen más posibilidad de relacionarse con prolapso del
cordón o formación de nudos, así como con anomalías, sufrimiento y pérdidas fetales.
Tanto el volumen del líquido amniótico como la movilidad del feto influyen de manera
positiva en la longitud del cordón. Se identificaron tasas más altas de cordones con
acortamiento notorio cuando había una limitación fetal crónica debida a oligohidramnios
o reducción del movimiento fetal, como el que se observa con el síndrome de Down o
disfunción de las extremidades.
Diámetro
La determinación de la longitud del cordón umbilical antes del nacimiento
plantea limitaciones técnicas. Debido a esto, los investigadores estudiaron el diámetro del
cordón umbilical como un indicador capaz de predecir la condición del feto. Aunque los
cordones umbilicales delgados se relacionan con crecimiento fetal deficiente, y aquéllos
que tienen un diámetro mayor, con macrosomía, la utilidad clínica de este parámetro
todavía no queda clara.
Cordón gelatinoso: Es cuando el diámetro del cordón es mayor que el promedio, por un
aumento de la gelatina de Wharton. Aunque se le ha encontrado relacionado con ciertas
patologías que producen edema fetal, se puede ver con frecuencia en casos completamente
normales
Número de vasos
Arteria umbilical única
En una revisión de cerca de 350 000 partos, Heifetz (1984) observó una incidencia de
arteria única de 0.63% en nacidos vivos, 1.92% en muertes perinatales y 3% en gemelos.
La incidencia aumenta mucho en mujeres con diabetes, epilepsia, preeclampsia,
hemorragia preparto, oligohidramnios o polihidramnios y anomalías cromosómicas.
Aunque existen varias teorías, la que se acepta con más frecuencia como etiología es la
atrofia de una arteria umbilical que antes era normal. En muchos casos se detecta una
arteria umbilical única mediante la ecografía de rutina. El número de vasos en el cordón
podía cuantificarse mediante ecografía en cerca del 98% de los casos estudiados entre las
17 y las 36 semanas.
En la mayor parte de los fetos, un cordón con sólo dos vasos constituye un hallazgo
aislado y no se asocia a otras anomalías. Sin embargo, hasta en una tercera parte de todos
los recién nacidos con una sola arteria umbilical hay anomalías . El pronóstico perinatal
es mejor cuando un cordón umbilical con dos vasos constituye un hallazgo ecográfico
aislado. Por otra parte, muchos investigadores no han observado aumento del riesgo de
aneuploidía si no hay otras anomalías estructurales que acompañen al cordón con dos
vasos
Anastomosis de Hyrtl. Esta conexión entre las dos arterias umbilicales se observa en los
3 cm de cordón adyacentes a su sitio de inserción en la placenta. Hallada en la mayor
parte de las placentas, esta anastomosis funge como un sistema para equilibrar la presión
entre las arterias umbilicales (Gordon et al., 2007). Como consecuencia, la redistribución
de los gradientes de presión y el flujo sanguíneo mejora el riego placentario, en especial
durante las contracciones uterinas o si ocurre compresión de una arteria umbilical. Los
fetos con una sola arteria umbilical carecen de esta válvula de seguridad. Esto podría
explicar en parte el aumento de la incidencia de muerte sin otras causas aparentes durante
la fase avanzada del embarazo o el trabajo de parto en estos fetos.
Cordón umbilical con cuatro vasos
La inspección cuidadosa puede revelar un remanente venoso. Estos restos son raros y su
vínculo con algún aumento del riesgo de anomalías congénitas no está bien definido
Inserción bifurcada En esta anomalía infrecuente, el sitio de inserción es normal pero Commented [R6]: ¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE ESTA Y
los vasos umbilicales pierden su gelatina de Wharton protectora poco antes de unirse a la LA VELAMENTOSA?
placenta. En consecuencia, se encuentran cubiertos sólo por amnios y tienden a
comprimirse, torcerse y experimentar trombosis.
Circulares
Es frecuente que el cordón se enrede en torno a partes fetales, y esto es más común con
los cordones largos. Las asas que se forman en torno al cuello se denominan circulares al
cuello, y varios estudios grandes informan la existencia de una circular de este tipo en 20
a 34% de los partos, de dos circulares en 2.5 a 5%, y de tres en 0.2 a 0.5%. A medida que
el trabajo de parto avanza, las contracciones pueden comprimir los vasos del cordón y
producir desaceleraciones de la frecuencia cardiaca fetal que persistan hasta que la
contracción termina. Durante el trabajo de parto, 20% de los fetos que tiene una circular
al cuello cursa con desaceleraciones variables de la frecuencia cardiaca de intensidad
moderada o intensa, y también tiene mayor probabilidad de presentar un pH más bajo en
la arteria umbilical. Por fortuna, el enrollamiento del cordón en torno al cuello es una
causa infrecuente de evolución perinatal adversa.
Presentación funicular
En casos excepcionales, el cordón umbilical puede ser la parte que se presente durante el
trabajo de parto y la mayor parte de las veces se asocia a presentación fetal anómala. El
prolapso del cordón o las anomalías de la frecuencia cardiaca fetal constituyen un
hallazgo Asociado durante el trabajo de parto, aunque la presentación funicular puede
identificarse antes del mismo con ecografía Doppler de flujo a color. En caso de existir
Durante el trabajo de parto, es característico que se indique cesárea.
Hematoma
Estas acumulaciones de sangre se relacionan con cordones cortos, traumatismos y
enredamiento. Pueden deberse a la rotura de una várice, por lo general de la vena
umbilical, y fuga de la sangre hacia el interior del cordón. Los hematomas también pueden
deberse a la punción de algún vaso umbilical.
Quistes
Los quistes del cordón en ocasiones pueden encontrarse a lo largo del mismo y se
denominan quistes verdaderos o seudoquistes, de acuerdo con su origen. Los quistes
Verdaderos son remanentes de la alantoides cubiertos por epitelio y pueden coincidir con
persistencia del uraco.
En contraste, los seudoquistes son más frecuentes y se forman A partir de la degeneración
focal de la gelatina de Wharton. Ambos tienen una apariencia similar en la ecografía. Los
quistes únicos del cordón umbilical que se identifican en el primer trimestre tienden a
resolverse en su totalidad, en tanto que los quistes múltiples pueden predecir el aborto
natural o la aneuploidía
(Ghezzi et al., 2003; Sepulveda et al., 1999b). Por otra parte, los seudoquistes que
persisten después de este periodo pueden relacionarse con defectos estructurales o
cromosómicos, en especial trisomías 18 y 13 (Sepulveda et al., 1999a; Smith et al., 1996).
Trombosis
La trombosis intrauterina de los vasos del cordón umbilical constituye un episodio
infrecuente (fig.27-8). Alrededor del 70% es de tipo venoso, 20% es venoso y arterial y
10% es arterial (Heifetz, 1988). Las trombosis venosas tienen tasas de morbilidad y
mortalidad más
Bajas que las arteriales. Estas últimas se relacionan con restricción del crecimiento
fetal y pérdida del producto.
Dilatación vascular
Una várice venosa umbilical es una dilatación intensa localizada que puede desarrollarse
dentro de la región intraamniótica de la vena umbilical o en su porción dentro del
abdomen fetal. Las que se ubican en posición intraabdominal se asocian al incremento de
las tasas
De pérdida fetal, anomalías estructurales y aneuploidía. Las complicaciones más
frecuentes son la rotura o la trombosis de la várice, la compresión en la arteria umbilical
y la insuficiencia
Cardiaca fetal debida al aumento de la precarga (Mulch et al., 2006). Un aneurisma de la
arteria umbilical corresponde a un adelgazamiento congénito raro de la pared del vaso,
con disminución del soporte que deriva de la gelatina de Wharton. De hecho, la mayor
parte
De estas lesiones se desarrolla en, o cerca de, la inserción del cordón En la placenta, donde
se carece de este soporte. Hay una asociación con arteria umbilical única, trisomía 18,
restricción del crecimiento fetal y mortinatalidad. Se sugiere que estos aneurismas
desencadenan la hipoxia y la muerte del feto por efecto de compresión de la vena
umbilical.