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DISTRITOS MILLONARIOS

El 6 de julio pasado, el Congreso aprobó la creación de otro distrito: Megantoni. Estimado


lector usted se preguntará dónde queda Megantoni. Este nuevo distrito -casi del tamaño de
Chipre y que pertenecerá a la provincia de La Convención- está ubicado en la inmensidad de la
selva y podría competir como uno de los distritos más ricos del país. ¿Por qué? Porque allí se
ubican los lotes del gas de Camisea; el 56,57,58 y 88.

Se estima que Megantoni, que aún no tiene alcalde, reciba por concepto de canon gasífero
entre S/. 180 a S/. 200 millones. Es decir, una tonelada de dinero para sus 12 mil habitantes.
¿Qué podría suceder en Megantoni? Muy fácil. Que bandas organizadas en movimientos
políticos locales corruptos se desarrollen, tomen el gobierno local y se aprovechen de sus
ingentes recursos.

De alguna manera u otra, en las últimas dos décadas, con el boom del precio de los minerales y
con la revolución de la energía, aparecieron varios distritos o provincias millonarias. De allí que
los malos ejemplos sobran. Es un lugar común decir que el crecimiento económico en el Perú
se produjo en plena debilidad institucional.

El distrito de San Marcos en la provincia de Huari en la región Ancash fue por un momento el
campeón de los distritos millonarios. ¿Qué sucedió en San Marcos? Todos los males. Alcaldes
corruptos, ineficiencia, ingobernabilidad y otros problemas derivados de un crecimiento
económico sin la capacidad institucional. Hoy según el INEI en San Marcos la pobreza está
entre el 27% al 36% de la población. Es decir, casi un tercio de los 14 mil habitantes. ¿Cómo
podría persistir la pobreza en un distrito pequeño que ha tenido millones de soles en sus
cuentas bancarías?

Si a ello agregamos que alrededor de 800 personas reciben el programa Pensión 65 y son
alrededor de 1000 hogares que reciben algún otro programa social, entonces el fracaso se hace
inminente. Si revisamos la cobertura del agua y saneamiento entonces la cosa se pone color de
hormiga. Para terminar: San Marcos tiene más de 100 millones de presupuesto y no ha
ejecutado ni la mitad.

Como San Marcos, también podríamos mencionar Challhuahuacho, en Cotabambas, donde los
indicadores sociales son para llorar. ¿Qué podría suceder en Megantoni? Repetimos. Lo mismo
que sucede ahora en San Marcos o en Challhuahuacho.

Si en los distritos o provincias millonarias existiera algún mínimo de institucionalidad (partidos


políticos fuertes, justicia, una burocracia eficiente) el ingente dinero podría haberse convertido
en desarrollo para sus habitantes.

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