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i.

La Trinidad en cuanto misterio en sentido estricto:

Misterio es una verdad desconocida por la razón, pero que podría


conocerla. Ahora bien misterio en sentido estricto se refiere a una verdad
desconocida, que la razón no puede conocerla por sí sola, sino que requiere que le
sea revelada. Y una vez revelada no alcanza de ella plena luz, pues su comprensión
sigue siendo oscura para su potencialidad cognocitiva. Pero no por eso es
irracional, pues la razón puede avanzar en su comprensión.

1) La Trinidad sólo puede ser conocida por revelación. La razón por sí sola no
puede conocerla. Las teorías de las razones necesarias (cf. San Anselmo, Ricardo
de S. Victor) son sólo razones de congruencia, que presuponen que la doctrina
de la Trinidad ya ha sido revelada. Se opone al error de Günther, quien intentaba
deducir la Trinidad por la sola razón, analizando la conciencia divina (aplicando la
filosofía de Hegel).

2) Aún después de la revelación, la razón no puede alcanzar evidencia intrínseca,


pues "siguen envueltos en cierta oscuridad" los misterios de fe (cf. Dz 1796,
aunque no lo diga explícitamente respecto de la Trinidad).

3) La razón, expresa el sentido del dogma, lo explica por analogías y refuta


objeciones. Pues todo misterio en sentido estricto es suprarracional, pero no
irracional (cf. Dz 1797).

ii. En el misterio de la Trinidad afirmamos el único Dios es tres personas, que


tienen una misma naturaleza divina y que son, por lo tanto, iguales en poder y en
eternidad.

1) Existe un solo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

2) Padre, Hijo y Espíritu Santo son iguales, consustanciales o coesenciales, de


tal manera que nadie es inferior o superior, mayor o menor.

3) Lo común a los tres es la esencia o substancia divina. Pero se distinguen las


tres personas realmente entre sí.

iii. Las tres personas se distinguen realmente una de la otra.

1) El Padre posee la naturaleza divina como principio sin principio: El Padre es la


fuente, origen o principio de la deidad. Es principio sin principio. Engendra al
Hijo de su substancia. Da al Hijo todo, excepto el ser Padre. Espira, con el Hijo,
al Espíritu Santo (cf. L.G. 2).
2) El Hijo subsiste, en cuanto recibe eternamente del Padre la naturaleza divina,
por generación: El Hijo, engendrado de la substancia del Padre. Procede del
Padre por generación. Junto con el Padre, es principio del Espíritu Santo (cf.
L.G. 3).

3) El Espíritu no es engendrado, sino que procede del Padre y del Hijo por
espiración, como de un solo principio. El Espíritu Santo no es engendrado ni no
engendrado. Procede del Padre y del Hijo, pero no como de dos principios, sino
de un solo principio. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo por vía de
espiración, que es común al Padre y al Hijo (un sólo principio) (cf. L.G. 4).

TESIS 15. Por lo tanto se dan en Dios dos procesiones inmanentes

Santo Tomás parte de la fe de la Iglesia. Esta nos enseña que en Dios


existen dos procesiones inmanentes: La generación del Verbo (Nicea) y la
procesión del Espíritu Santo (Constantinopla I).

1) Procesión: Significa que una cosa se origina de otra.

- "ad extra": Todas las cosas proceden de Dios, en cuanto causa primera.
- "ad intra": Origen de una persona divina de otra por la comunicación de
la esencia divina.

2) Estas dos procesiones son la razón de que se den en Dios, tres personas
realmente distintas.

3) El sujeto de las procesiones inmanentes son las personas divinas, no la


naturaleza o esencia divina (cf. Letrán IV).

4) Santo Tomás para comprender estas procesiones busca en las cosas creadas
una cierta semejanza. Así, va a encontrar en la criatura racional, dos procesiones
inmanentes: Una, en el acto de conocer (se engendra una "noticia" o "verbo" de
lo conocido), y otra, en el acto de amar (el impulso hacia lo amado).

Encontrada esta semejanza, la aplicará a Dios, utilizando las reglas de la analogía


(semejanza, desemejanza y eminencia); evidentemente que la desemejanza es
mayor a la semejanza; así, por ejemplo, en el hombre la "noticia" que se engendra
en el conocer, no puede llamarse propiamente "Hijo", lo que si sucede en Dios.
5) En toda procesión se da:

a) de quien procede (Padre);


b) el que procede (Hijo);
c) por lo que procede (la naturaleza divina);
d) la acción por la que procede (engendrar );
e) relación entre los dos términos (Paternidad y Filiación).

ii. Cuatro relaciones reales inmanentes:

Santo Tomás trata ahora de comprender la distinción entre el origen y el


término de la procesión, esto es, la distinción de las personas.

1) Si no se distinguieran, una sería el nombre de la otra (modalismo).

2) Si se distinguiesen absolutamente, tendrían distinta naturaleza (una de ellas no


sería Dios, subordinacianismo de Arrio o triteísmo).

3) ¿Cómo se distinguen?, ¿Qué son los términos de la procesión? No pueden ser


sustancia (dos dioses), ni accidente (no cabe en Dios).

4) Pero existe el accidente "relación", que no inhiere en la sustancia en sí, sólo la


refiere a otro, es un "esse ad".

5) En Dios: En la misma substancia, se dan tres realidades realmente distintas:


Padre, Hijo, Espíritu Santo. Éstas, tienen un fundamento real: Generación y
espiración; y son el origen y el término de una relación real.

6) Luego, en Dios hay 4 relaciones reales:

1ª La del Padre hacia el Hijo o Paternidad.


2ª La del Hijo hacia el Padre o Filiación.
3ª La del Padre y el Hijo hacia el Espíritu Santo o Espiración
activa.
4ª La del Espíritu Santo hacia el Padre y el Hijo o Espiración
pasiva o procesión.

iii. De las cuales sólo tres se hallan en mutua oposición y son, así, realmente
distintas entre sí: Las tres Personas divinas

1) Relaciones opuestas entre sí: Son aquellas que sus términos son realmente
distintos entre sí. Todas las relaciones divinas son opuestas, salvo la espiración
activa, pues el Padre y el Hijo tienen en común el espirar, dar origen al Espíritu
Santo, es eso no se diferencian entre sí.
2) ¿Qué son estas relaciones opuestas? Son "Persona".

a. La definición clásica de persona (Boecio) sirve sólo análogamente para


aplicarla a las personas divinas: Substancia individual de naturaleza racional.

1) Substancia responde a la pregunta ¿Quién es?: Andrés, Juan, el arcángel


Gabriel, etc. Mientras la esencia responde a la pregunta ¿qué es?: hombre,
ángel, etc.
2) "Individual" añade a "substancia" lo concreto (no la "arboricidad" sino
"este árbol") y la incomunicabilidad a otro supuesto o persona.

3) de naturaleza intelectual, incluye Sto. Tomás también Dios y a los


ángeles.

b. En Dios, persona se usa analógicamente, pues en Él, persona se identifica


con la esencia. Pues persona no es la substancia sino lo que en la substancia
existe individualmente, es decir, el individuo incomunicable en la naturaleza
divina o distinto en la naturaleza divina o subsistente en la naturaleza divina.

c) En conclusión: La persona divina es la relación en cuanto que subsiste en la


naturaleza divina: Padre, Hijo, Espíritu Santo son "persona", no en cuanto cada
una tenga una "naturaleza divina" distinta, sino para significar una realidad
subsistente en la única naturaleza divina.

d) Distinción entre substancia y relaciones divinas: Es de razón (no real), pero


con fundamento "in re".

e) Principio fundamental del dogma trinitario: "En Dios todo es uno, mientras
no exista oposición relativa". (cf. Florencia).

iv. Propiedad o Noción:

Una nota peculiar que conviene únicamente a una divina persona y


distingue a ésta de las otras dos: innascibilidad y Paternidad son nociones del
Padre; Filiación del Hijo; Procesión del E.S.; y Espiración del Padre y del Hijo.

v. Las tres divinas personas son inexistentes entre sí (Perijóresis o


circunminsesión o circumincesión):

La mutua compenetración e inhabitación de las tres divinas personas entre


sí, sin separación, ni confusión. Las tres divinas personas in-existen entre sí o están
una en la otra. La razón está en la unidad numérica de la sustancia de las tres
personas.
vi. Y las tres (divinas personas) conjuntamente operan hacia fuera (ad extra):

Todas las operaciones divinas 'ad extra' son comunes a las tres divinas
personas (cf. Letrán IV y Florencia): Las tres personas constituyen un único
principio de todas las cosas (no tres principios). La razón está en que la naturaleza
divina es el "principium quo" (principio por el cual) de su actividad.
Sin embargo es posible la apropiación de alguna de estas operaciones a
una de las tres personas divinas. Es un modo especial de predicar de una sola
persona divina un atributo u operación divina común a las tres, en razón a cierta
afinidad con la propiedad de tal persona. Ej. Al Padre la creación: Padre creador.

vii. Al orden de las procesiones intradivinas corresponden las misiones en el


tiempo:

a Hay una cierta relación del enviado respecto al que envía. En Dios, por la
identidad sustancial, es una dependencia sólo de origen.

b. El fin de la misión es la presencia del enviado en un lugar determinado. En la


misión de una persona divina, sólo puede tratarse de un nuevo género de
presencia.

c. Las misiones temporales reflejan el orden de origen de las personas divinas: El


Padre envía, pero no es enviado, El Hijo es enviado y envía, el Espíritu Santo es
enviado, pero no envía.

d. Las misiones pueden ser:

1) Visibles: Por medio de una criatura (Ej.: Hijo asume la naturaleza humana
por unión hipostática; Espíritu Santo toma formas de criaturas, como signos
de su presencia).

2) Invisible: Al conferir Dios la gracia, presencia interior, inhabitación de Dios


en el alma del justo; ya sea como iluminación del Verbo, ya como
santificación del Espíritu.

ix. Experiencia de Dios Trino como fundamento histórico del cristiano en la fe.

a. W. Kasper enseña que la experiencia religiosa es como la tierra (condición de


posibilidad) para que crezca el conocimiento y la vivencia de la fe cristiana.
Consiste en un tipo de conocimiento no mediado por la razón, anterior a la razón y
a la revelación, que viene a ser una presencia de Dios que luego, por la razón y por
la gracia, se expresará en palabras.
b. San Pablo habla de la "inhabitación trinitaria" en Rm 8,14ss, una suerte de
experiencia histórica en cada creyente que lo impulsa a profesar su fe, clamar
"Abba". Evidentemente que esta experiencia será más fuerte en la medida que la
predicación y la catequesis se acreciente. Pero como enseña San Justino el
Espíritu actúa más allá de los límites de la Iglesia: semillas del Verbo, que preparan
la cosecha futura del Reino.

c. Enseña San Agustín: "Nadie ama lo que no conoce". Ciertamente. Pero también
es cierto que "Nadie conoce lo que no ama". "Tarde te amé...".

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