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Derecho Canónico
Bautismo de deseo
Documentos eclesiásticos:
Además, todos los teólogos sin excepción admiten la validez del martirio para la
salvación, porque, según dice S. Tomás, si la pasión de Cristo actúa en el bautismo
de agua por una cierta representación analógica, el martirio es la fiel imitación de
la misma muerte de Cristo.
LA MATERIA Y LA FORMA
Esta Doctrina aparece con una claridad especial en las cartas de S. Pablo, el
cual construyó una teología en torno a la vida de la Iglesia. Sin embargo, también
los demás escritos
del NT insisten en ella con diversos matices.
San Juan, completando sin duda la alusión del Bautista al bautismo de Jesús en el
Espíritu (Jn 1, 33), pone como tema central del coloquio entre Jesús y Nicodemo la
necesidad de un nuevo nacimiento del agua y del Espíritu para entrar en el reino
de Dios: "En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del
Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios" (3, 5).
No es que comience la fe en el bautismo, sino que la fe precede (1 Jn 5, 6),
acompaña (Jn 19, 34-35), y prosigue (Jn 3, 5) la recepción del bautismo cristiano.
La fe de la Iglesia precede el bautismo.
Los Hechos de los Apóstoles, llamados por algún autor "evangelio del Espíritu
Santo", describen claramente estos frutos del bautismo al atribuirle el perdón de
los pecados, el don del Espíritu Santo y el ingreso en la comunidad cristiana de
Jerusalén.
San Pedro compendia en pocas palabras esta teología bautismal: "Convertíos, y que
cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para remisión de sus
pecados, y entonces recibiréis el don del Espíritu Santo" (He 2, 38).
863 Ofrézcase al Obispo el bautismo de los adultos, por lo menos el de aquellos que
han cumplido catorce años, para que lo administre él mismo, si lo considera
conveniente.
853 Fuera del caso de necesidad, el agua que se emplea para administrar el bautismo
debe estar bendecida según las prescripciones de los libros litúrgicos.
855 Procuren los padres, los padrinos y el párroco que no se imponga un nombre
ajeno al sentir cristiano.
1/que den su consentimiento los padres, o al menos uno de los dos, o quienes
legítimamente hacen sus veces;
2/ que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión
católica; si falta por completo esa esperanza debe diferirse el bautismo, según las
disposiciones del derecho particular, haciendo saber la razón a sus padres.
869 § 1. Cuando hay duda sobre si alguien fue bautizado, o si el bautismo fue
administrado válidamente, y la duda persiste después de una investigación
cuidadosa, se le ha de bautizar bajo condición.
875 Quien administra el bautismo procure que, si falta el padrino, haya al menos un
testigo por el que pueda probarse su administración.
La práctica tradicional del bautismo de los niños, praxis común de la Iglesia católica
y de la mayor parte de las iglesias hermanas, ha sido objeto de numerosas
controversias por parte de teólogos y agentes de pastoral.
Se pone asimismo de relieve que la pastoral bautismal debe hoy tomar en serio
todo el empeño catecumenal necesario para responsabilizar a los padres en el
bautismo de sus hijos. Por eso se desea la conveniente práctica de la inscripción
previa al bautismo, abriéndose así un itinerario de maduración en la fe, abierto
a las diversas posibilidades futuras. No se podrá conceder el bautismo hasta que
los padres no muestren su madurez para cuidar y educar a su hijo en la fe de la cual
el bautismo es expresión y causa. En el campo pastoral habrá, pues, que tener en
cuenta la situación concreta d e l bautizando y actuar en consecuencia,
comenzando por la instrucción catequética.
Bibliografía
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