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EL BAUTISMO

849 El bautismo, puerta de los sacramentos, cuya recepción de hecho o al menos de


deseo es necesaria para la salvación, por el cual los hombres son liberados de los
pecados, reengendrados como hijos de Dios e incorporados a la Iglesia, quedando
configurados con Cristo por el carácter indeleble, se confiere válidamente sólo
mediante la ablución con agua verdadera acompañada de la debida forma verbal.

Derecho Canónico

Capítulo I De la celebración del Bautismo:


850 al 860
Capítulo II Del ministro del Bautismo
861 al 863
Capítulo III De los que van a ser bautizados
864 al 871
Capítulo IV De los padrinos
872 al 874
Capítulo V De la prueba y anotación del Bautismo
875 al 878

Bautismo de deseo

el bautismo de deseo se reduce en último término a la caridad y a la rectitud de


conciencia. En los catecúmenos y en general en todos los adultos, que desean
cumplir la voluntad de Dios, tiene que estar vivo y explícito el deseo de recibir
el bautismo y todos los demás medios de salvación que Dios nos ha otorgado en
Cristo. Esto basta para recibir el perdón de los pecados y la justificación, pero sin
el bautismo de agua no son incorporados al Cuerpo de Cristo, la Iglesia.

Documentos eclesiásticos:

 Inocencio III (hacia el a. J 201) habla de un judío que se bautizó a sí mismo


en peligro de muerte, dice que entró en el cielo, aunque su bautismo fue
inválido (Dz 413).
 S. Pío V (a. l567) condena la siguiente proposición de Bayo: La contrición y
la caridad no pueden remitir los pecados en los catecúmenos.
 El Santo Oficio, en 1953, se pronuncia en contra de L. Feeney, quien se atrevió
a afirmar la necesidad absoluta de pertenecer a la Iglesia católica para obtener
la salvación.

Bautismo de Sangre o martirio

Se trata de la muerte violenta delos adultos, recibida por su fe y amor a Cristo, y


en los niños infligida por odio a la fe en Cristo. El martirio es un bautismo real:
más glorioso y más noble que el del agua.

Además, todos los teólogos sin excepción admiten la validez del martirio para la
salvación, porque, según dice S. Tomás, si la pasión de Cristo actúa en el bautismo
de agua por una cierta representación analógica, el martirio es la fiel imitación de
la misma muerte de Cristo.

El martirio es siempre un acto de la Iglesia, puesto que el mártir no padece sólo


por Cristo, sino también por su Cuerpo.

LA MATERIA Y LA FORMA

 El concilio de Florencia dice: “La materia de este sacramento es el agua


verdadera y natural: no importa que sea fría o caliente” (DH 1314)
Concilio de Trento: “Si alguien dijere que para el bautismo no es necesaria el
agua verdadera y natural, y que por lo mismo aquellas palabras de nuestro
Señor Jesucristo: “El que no renaciere del agua y del Espíritu Santo (Jn 3,5) la
convierta en una metáfora: sea anatema” (DH 1615)
 Canon 853: Fuera del caso de necesidad, el agua que se emplea para
administrar el bautismo debe estar bendecida según las prescripciones de los
libros litúrgicos.
 El agua verdadera y natural es indispensable para la validez del sacramento.
Acompañado de la verdadera formula trinitaria (DH 1615)}
 Una formula bautismal del ministro: acompañando el rito, se encuentra en el
s. IV, en forma descriptiva: “Sea bautizado el siervo de Dios (N) en el nombre
del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”, o también en la forma indicativa
impersonal: “Es bautizado uno”; y en occidente en la forma indicativa
personal: “N., yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amen”. Ambos tipos de fórmulas, tanto deprecativas como la
indicativa o declarativa, son aceptadas por la Iglesia.
FUNDAMENTO BIBLICO

Esta Doctrina aparece con una claridad especial en las cartas de S. Pablo, el
cual construyó una teología en torno a la vida de la Iglesia. Sin embargo, también
los demás escritos
del NT insisten en ella con diversos matices.

San Juan, completando sin duda la alusión del Bautista al bautismo de Jesús en el
Espíritu (Jn 1, 33), pone como tema central del coloquio entre Jesús y Nicodemo la
necesidad de un nuevo nacimiento del agua y del Espíritu para entrar en el reino
de Dios: "En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del
Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios" (3, 5).
No es que comience la fe en el bautismo, sino que la fe precede (1 Jn 5, 6),
acompaña (Jn 19, 34-35), y prosigue (Jn 3, 5) la recepción del bautismo cristiano.
La fe de la Iglesia precede el bautismo.

Los Padres de la Iglesia (repiten la doctrina bíblica con diversos matices)

Los Hechos de los Apóstoles, llamados por algún autor "evangelio del Espíritu
Santo", describen claramente estos frutos del bautismo al atribuirle el perdón de
los pecados, el don del Espíritu Santo y el ingreso en la comunidad cristiana de
Jerusalén.

San Pedro compendia en pocas palabras esta teología bautismal: "Convertíos, y que
cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para remisión de sus
pecados, y entonces recibiréis el don del Espíritu Santo" (He 2, 38).

En cuanto a la teología de S. Pablo, cuya soteriología y eclesiología giran siempre


en torno al bautismo, baste citar el compendio que nos da la Sacro.s·anctzm1
concililnn: "Y así, por el bautismo, los hombres son injertados Unseruntur) en el
misterio pascual de Jesucristo: mueren con él, son sepultados con él y resucitan
con el (Rom 6, 4; Ef 2, 6Col 3, 11; 2 Ti m 2, 11 ), reciben el Espíritu de adopción
de hijos de Dios por el que clamamos: Abba, Padre (Rom 8, 15), y se convierten así
en los verdaderos adoradores que busca el Padre" (SC 6).

Frutos del Bautismo:

 Perdón de los pecados (He 2, 38)


 Regeneración espiritual (Jn 3, 5)
 Incorporación al Cuerpo de Cristo (1 Pe 2, 2).
MINISTRO DEL SACRAMENTO

861 § 1. Quedando en vigor lo que prescribe el c. 530, 1, es ministro ordinario del


bautismo el Obispo, el presbítero y el diácono.

862 Exceptuando el caso de necesidad, a nadie es lícito bautizar en territorio ajeno


sin la debida licencia, ni siquiera a sus súbditos.

863 Ofrézcase al Obispo el bautismo de los adultos, por lo menos el de aquellos que
han cumplido catorce años, para que lo administre él mismo, si lo considera
conveniente.

El he r e j e b a u t i z a válidamente , si pronuncia l a verdadera f ó r m u l a y co n la


intención de hacer lo que hace la Iglesia. (Dz 860; DH 1617).

El concilio de Florencia dice en su decreto para los Armenios: "El ministro de


este sacramento es el sace rdote, a l cual compete por oficio bautizar. Sin embargo,
en caso de necesidad puede bautizar no sólo el sacerdote y el diácono, sino también
el laico (incluso) mujeres, también el pagano o hereje, con tal de que observen la
forma de la Iglesia y tengan intención de hacer lo que hace la Iglesia" (Dz 696; DH
1315}:

VALIDEZ Y LICITUD DEL SACRAMENTO

850 El bautismo se administra según el ritual prescrito en los libros litúrgicos


aprobados, excepto en caso de necesidad urgente, en el cual deben cumplirse sólo
aquellas cosas que son necesarias para la validez del sacramento.

853 Fuera del caso de necesidad, el agua que se emplea para administrar el bautismo
debe estar bendecida según las prescripciones de los libros litúrgicos.

855 Procuren los padres, los padrinos y el párroco que no se imponga un nombre
ajeno al sentir cristiano.

854 El bautismo se ha de administrar por inmersión o por infusión, de acuerdo con


las normas de la Conferencia Episcopal.

868 § 1. Para bautizar lícitamente a un niño, se requiere:

1/que den su consentimiento los padres, o al menos uno de los dos, o quienes
legítimamente hacen sus veces;
2/ que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión
católica; si falta por completo esa esperanza debe diferirse el bautismo, según las
disposiciones del derecho particular, haciendo saber la razón a sus padres.

§ 2. El niño de padres católicos, e incluso de no católicos, en peligro de muerte, puede


lícitamente ser bautizado, aun contra la voluntad de sus padres.

869 § 1. Cuando hay duda sobre si alguien fue bautizado, o si el bautismo fue
administrado válidamente, y la duda persiste después de una investigación
cuidadosa, se le ha de bautizar bajo condición.

875 Quien administra el bautismo procure que, si falta el padrino, haya al menos un
testigo por el que pueda probarse su administración.

La práctica tradicional del bautismo de los niños, praxis común de la Iglesia católica
y de la mayor parte de las iglesias hermanas, ha sido objeto de numerosas
controversias por parte de teólogos y agentes de pastoral.

 El bautismo, es necesario para la salvación, es el signo y el instrumento del


amor proveniente de Dios que nos libra del pecado original y comunica la
participación en la vida divina
 deben asegurarse unas garantías para que este don pueda desarrollarse
mediante una verdadera educación en la fe y en la vida cristiana, de manera
que el sacramento alcance su "verdad" total.

Estas garantías normalmente son proporcionadas por los padres o la familia


cercana, aunque diversas suplencias sean posibles en la comunidad cristiana. Pero
si estas garantías no son serias, podrá llegarse a diferir el sacramento, y aun deberá
rehusarse, si fueran éstas enteramente nulas.

Dice también la Instrucción Pastoralis actio: ''La Iglesia, aunque consciente de su fe


que actúa en el bautismo de los niños y de la validez del sacramento que ella
confiere, reconoce límites a su praxis, ya que, exceptuando el caso de peligro
de muerte, ella no acepta d a r el sacramento sin el consentimiento de los padres
y la garantía seria de que el niño bautizado recibirá la educación católica" (n.14).

Ritual para el bautismo de los niños

Un paso importante en la reforma y actualización litúrgica ha sido dado gracias a


la promulgación del nuevo rito del bautismo para los niños, publicado en 1969.
Es la primera vez en la historia de la Iglesia que se tiene cuenta de la condición
infantil de los bautizandos. Antes se usaba el rito de adultos, un poco abreviado.

Todos los liturgistas están de acuerdo en considerar como progresos


importantes los siguientes:

 El enriquecimiento de la teología del bautismo, apareciendo en este nuevo


ritual en toda su amplitud dentro de la economía de la salvación, en
relación con el misterio de Cristo y de la Iglesia.
 La importancia dada a la participación responsable de los padres y
padrinos, en su encarnación concreta de la Iglesia, los cuales sirven de
garantía de que el niño crecerá en la fe.
 La acentuación pascual del sacramento que se expresa en la celebración
preferencial del Domingo o por Pascua, así como su orientación a la
Eucaristía.

Se pone asimismo de relieve que la pastoral bautismal debe hoy tomar en serio
todo el empeño catecumenal necesario para responsabilizar a los padres en el
bautismo de sus hijos. Por eso se desea la conveniente práctica de la inscripción
previa al bautismo, abriéndose así un itinerario de maduración en la fe, abierto
a las diversas posibilidades futuras. No se podrá conceder el bautismo hasta que
los padres no muestren su madurez para cuidar y educar a su hijo en la fe de la cual
el bautismo es expresión y causa. En el campo pastoral habrá, pues, que tener en
cuenta la situación concreta d e l bautizando y actuar en consecuencia,
comenzando por la instrucción catequética.

Bibliografía

DH

Derecho Canónico

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