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Zika, Mosquito tiene en jaque a América Latina.

DANIELLA CALDERÓN RUESTA

Este virus es causado por el mosquito Aedes aegypti, inicialmente ha generado


temor en Brasil, ya que se encuentra ligado a miles de casos de bebés nacidos
con defectos de nacimiento.

El zika fue identificado por primera vez en 1947, y provocó su primer caso en
humanos en 1952 en Uganda. Sin embargo, la mayoría de los casos fueron
leves, con fiebre y picazón, así como enrojecimiento de los ojos algunas pocas
veces. Las autoridades sanitarias apenas se dieron cuenta de su existencia
hasta un brote en la isla Yap en la Micronesia, en el Pacífico, en 2007.

El virus es actualmente una emergencia internacional de salud pública y el


mosquito que lo transporta coloniza cada vez más territorios. Este pequeño
viajero, que tiene sus mejores aliados en los desplazamientos humanos y el
cambio climático, lleva siglos especializándose en picar a nuestra especie. Brasil
ha puesto en marcha junto a científicos la búsqueda de soluciones más
sofisticadas, como liberar ejemplares estériles, infectarlos con bacterias o
manipularlos genéticamente.

Es atípico que este virus cause la muerte y se cree que solo una de cinco
personas infectadas desarrollan síntomas. Un inusual desorden neurológico en
el que se daña el sistema inmunológico de las células nerviosas, provocando
debilidad muscular y en algunos casos parálisis, el síndrome de Guillain Barré,
ha sido relacionado con la infección.

Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades


Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos, mencionó que no hay vacuna
contra el zika y no la habrá durante años.

Por otro lado, se culpa al brote que comenzó el año pasado del incremento de
niños con malformaciones en Brasil, donde miles de bebés han nacido con
microcefalia, enfermedad incurable y a veces fatal.

Transmisión: resistente y muy adaptado.


Actúa de manera muy sigilosa, sin zumbidos. No deja una gran picadura. Ataca
a cualquier hora del día, aunque prefiere las primeras horas de la mañana o la
tarde, y casi nunca por la noche, como sí hace el mosquito de la malaria. Solo la
hembra se alimenta de los humanos, puesto que necesita nuestra sangre para
desarrollar sus huevos, mientras que el mosquito macho prefiere el néctar de las
plantas.

Los adultos viven entre cuatro y seis semanas. Succionan sangre cada tres o
cuatro días y en su búsqueda pican a muchas personas, transmitiendo a su paso
el virus. Cada mosquito hembra puede poner más de 400 huevos en cuatro ciclos
reproductivos relativamente rápidos. De siete a diez días después habrá nacido
un nuevo mosquito adulto que portará el virus de su progenitora.

Vuela tan solo un rango de entre 200 y 400 metros, lo que condiciona todos sus
hábitos de alimentación y reproducción y lo ha llevado a convertirse en un
mosquito doméstico, urbano y de hábitos domiciliarios: vive cerca de las casas y
se reproduce en cualquier pequeño lugar donde haya agua limpia estancada.
Contenedores de agua guardada para lavar o cocinar, maceteros, tuberías
externas de aire acondicionado, restos de neumáticos y jardineras, son algunos
de los más frecuentes, pero se han documentado hasta 20.000 lugares donde el
mosquito puede poner sus huevos y reproducirse, a veces en lugares
minúsculos.

“Necesitan muy pocos nutrientes, un pequeño tapón de una bebida donde


se acumuló un poco de agua es suficiente”, explica Carolyn McBride,
profesora asistente de Ecología y Biología de la evolución de la
Universidad de Princeton (EE UU), especializada en el Aedes aegypti.

Sin que haya claridad sobre otras formas de contagio, la principal recomendación
es evitar la picadura de mosquitos. Utilizar repelente, vestir pantalones y blusas
de manga larga es la mejor solución para protegerse.

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