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Amados, ningún tiempo será mejor que aquel que invirtamos para buscar
al Salvador, que ya se nos ha revelado.
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Pero los afanes de la Navidad son tantos que lo último que vemos es
al “niño que ha nacido”.
¿Se da cuenta del tiempo que perdemos en cosas tan triviales, en lugar de
invertirlo en conocer a Cristo?
Pablo decía que… muchas cosas las tenía por basura “a fin de
conocer a Cristo” (Fil. 3:3-12).
2
¿Cuántos kilómetros caminaron estos hombres para encontrarse con el
Salvador?
A ellos no les importó la distancia ni los riesgos hasta encontrar al
recién nacido rey.
… cuando se trata de los asuntos del Señor no siempre somos dados
a esforzarnos para dar lo mejor de nosotros.
La profecía decía:
“Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis con todo vuestro
corazón" (Jer. 29:13).
La Navidad quedaría sin sentido si no encuentras a Jesús en ella.
¿Lo has encontrado?
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III. EL REY QUE HA NACIDO MERECE LO MEJOR DE MI HONOR
… pero no cualquier rey, sino el único que un día cabalgará sobre los cielos
en un caballo blanco, con un letrero en mayúscula en su muslo, que
diría: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES (Apc. 19:16).
Nosotros tenemos que saber que Jesús es más que un gran maestro, un
profeta singular, un hacedor de milagros.
Él nació como Rey, gobierna como Rey y vendrá como Rey.
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Es una pena que la Navidad que celebramos en este tiempo no tenga el
sentido de la adoración.
Peor aún, por lo general llegan a ser navidades irreverentes.
Se puede ver como el culto a lo material y sensual, es lo que más se
exalta.
¡Oh, si pudiéramos imitar a esos sabios en su adoración!
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CONCLUSIÓN
Los sabios de oriente vinieron y abrieron sus tesoros para darle a Jesús lo
mejor de lo que ellos tenían. Esto es la Navidad.