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VERBAL
PRONOMBRES PERSONALES
Aspecto formal:
Ěgo > ieo > ío (reducción del triptongo) >ió (dislocación del acento, como en Deus) >yo.
Ĭll(e) > él (pérdida de “e” final y de “l”; en textos primitivos, sobre todo leoneses,
aparece “ell”.
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Ĭlla > ella
Esta añadidura de “alteros” se hizo tal vez para poner de relieve el llamado plural
inclusivo.
La oposición:
Mihi > mí
Me > me
No se establece por el caso, sino por ser capaz de ir o no con preposición: “ a mí”, que
es igual a decir “me”.
Te > te
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LEÍSMO, LAÍSMO Y LOÍSMO
En la tercera persona el dativo era ILLI > LE y el acusativo ILLUM, ILLA, ILLUD > LO, LA,
LO, con sincretismo formal entre el masculino y el neutro.
LE / LO
+ -
La RAE, por utilizarlo muchos escritores, llegó a considerar que era la forma correcta
para la expresión del complemento directo personal. Protestaron las academias
americanas que seguían utilizando LO, entonces la RAE dio marcha atrás y ahora da
como correcto LO, aunque no condena LE.
LA / LE
+ -
con marca de género, donde LA implica no-LE, solo para el femenino, pero LE
masculino no implica no-LA, para masculino o para femenino. El foco está en Burgos y
Vitoria.
Con este uso se instaura una coherente contraposición de Laísmo y Loísmo con los
correspondientes términos de la oposición:
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LA / LO
+ -
El cambio de LES por LO se hace en Aragón: “se les diré a mis amigos”, por “ se lo diré a
mis amigos”. Este SE equivale a un LE:
desde el último tercio del XIV. Es una evolución condicionada de ILLI, es una evolución
de fonética sintáctica en la que SE es un alomorfo de LE.
MECUM > MIGO (“i” analógica de “mi”, pues debería ser “migo”)
INTERACCIONES
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da”. En Chile y en algunos casos de Andalucía aparece “Loh, Lohotroh (todas las haches
llevan un punto encima) por Nos y Nosotros: “Si Uhteh (las haches con punto) se
quean lohotroh loh (las haches con punto) vamos”. No se ve muy claro este cambio a
no ser que haya un influjo de las formas átonas de 3ª persona.
El pronombre nos dará ocasión para comprobar que estas formas que consideramos
más estables como YO, TÚ, NOSOTROS y VOSOTROS se utilizan en realidad como
índices de otras personas. Es decir, no solo los usos anómalos demuestran la
dinamicidad del sistema, sino que también los elementos considerados siempre como
más estáticos presentan una movilidad asombrosa. El sistema de pronombres nos dará
ocasión para comprobar alteraciones, pasos, influencias entre hechos morfológicos y
relaciones sintácticas. Se comprobará esto al analizar el SE, pues esta partícula,
además de ser una unidad morfológica, puede ser utilizada como signo categorial de
unas formas que hasta ahora habían sido llamadas de pasiva refleja y pasiva
impersonal. En estos casos el SE ha dejado de ser una unidad morfológica y puede ser
considerado como un signo categorial.
En resumen, todos estos hechos no hacen más que corroborar el carácter dinámico de
la lengua, en contra de alguna versión estructuralista que consideraba la lengua como
una realidad de comportamientos estancos, como decía L. Hjelmslev.
LA CATEGORÍA PRONOMBRE
Cuando el hablante utiliza la lengua se transforma en un “up” que por medio de unos
sonidos se pone en comunicación y transmite un mensaje a un “tú”. La persona que
utiliza la lengua es siempre singular. La persona a quien va dirigida la lengua puede ser
singular o plural. A esta 1ª persona le llamaremos el sujeto primero de la lengua, que
no tiene por qué coincidir con el sujeto gramatical. En todo acto de lengua se puede
distinguir:
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1º porque el llamado pronombre de 1º y 2ª no sustituye nunca a un nombre. La 3º
persona puede sustituir a personas, animales o cosas. Este sí puede sustituir pero no
puede ser definido como pronombre personal porque sustituye a animales o cosas
también. Así pues el de 1ª y 2ª no son pronombres y el de 3ª es pronombre, pero no
personal.
EL PROBLEMA DE LA SERIE
Según la gramática tradicional forman serie: yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos, y la
alternancia es debida al cambio de persona: 1ª, 2ª, 3ª.
Unas palabras forman serie cuando tienen unas notas comunes y cambian por la
actualización de otra nota que supone la alternancia. Así, YO, TÚ, Él, según la gramática
tradicional, tienen en común ser pronombres personales y lo que da la alternancia es
1ª, 2ª, 3ª persona. Pero como ya vimos es difícil mantener esta aseveración.
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3.- Funcionalmente, y viendo la distribución, YO y TÚ no son nunca término de
preposición (no es gramatical decir: “para yo”; en cambio, sí lo es “para él”). YO y TÚ
disponen de formas tónicas como términos de preposición: “para mí, para ti”. LE no
puede ser utilizado como término de preposición:*para le. Vemos, pues, que no hay
entre ellos paralelismos distribucionales.
“conmigo” solo se utiliza cuando hay identidad entre el sujeto y el complemento. Esto
ha servido de base para hablar de una cuarta persona a R. Lenz, en La oración y sus
partes .Centro de Estudios Superiores, Madrid 1930.
“consigo” no es pronombre personal sino reflexivo, pues exige identidad con el sujeto
de la acción.Lo mismo se puede observar en otros usos: Yo me lavo, tú me lavas, él me
lava/ Yo te lavo, tú te lavas, él te lava. En estos usos hay identidad de sujeto y objeto,
pero en la 3º persona no lo hay: “Yo lo lavo, tú lo lavas, él lo lava”. Si mantenemos LO
no hay identidad entre sujeto y objeto, para que coincidan hay que acudir a un nuevo
índice: SE. Tampoco en este caso hay paralelismo entre YO-TÚ por un lado y Él por
otro. Se ve claro que en cuanto a la forma y distribución no se puede hablar de serie en
los pronombres.
F.N. F.V.
V. F.N.
Det. N.
En este esquema podemos observar que si la FN tiene una reescrituración YO, el verbo
debe ir en 1ª persona. Pasará el verbo a 2ª persona si aparece TÚ. El verbo
necesariamente va en 1ª o 2ª persona, lo demás no se altera.
Si ponemos “Él lava las manos”, podemos eliminar el índica personal, pero no
podemos
F.N. F.V.
V. F.N.
Det. N.
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poner Yo ni TÚ, pero podemos poner “el médico, Antonio etc.”, o una oración
completa. ¿Qué conclusión se saca de esto? Que al ir el verbo en 1ª o 2ª personas la
posibilidad de reescrituración de la frase nominal es solo YO, TÚ, mientras que si el
vebo va en 3ª persona la frase nominal puede tener una reescrituración con un
nombre, una oración etc.
Intensión Persona
(notas obligatorias) Hablar
Yo- tú Ahora
Extensión
(a quien se refiere) Uno
Intensión Negación de toda exigencia.
Él No tiene intensión. Cero
Extensión Ilimitada
1º y 2ª personas
SUJETO YO TÚ
COMPLEMENTO SIN ME TE
PREPOSICIÓN
COMPLEMENTO CON MI TI
PREPOSICIÓN
3ª persona
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VARIANTES DE YO Y TÚ
En el esquema
A) S.P. L. S.S.
El sujeto primero y el sujeto segundo representan niveles del proceso seguido que
únicamente toman una dimensión formal cuando coinciden con el enunciado así:
cuando decimos: “(yo digo) yo leo (a ti)” está latente el sujeto primero que coincide
con el que toma forma en el nivel fático. El esquema sería un S.P.=Sujeto gramatical y
un S.S. La coincidencia puede darse con respecto al otro sujeto:
S.P.= yo
Sujeto gramatical=S.S.=Tú
Esto nos muestra que la serie que empleaba la Academia para explicar los pronombres
personales: yo leo, tú lees, él lee, no es correlativa pues el enunciado que no incluya al
yo o al tú abarca tres niveles de sujeto, mientras que los enunciados en los que toman
forma el Yo y el Tú, reducen los sujetos a dos.
Las variantes que podemos encontrar ateniéndonos a este nivel de estructura del
proceso lingüístico son bastante numerosas: aparte de las (A) y (B) podemos encontrar
otro en el que el S.P. aparentemente entra a formar parte del nivel de lengua pero no
es más que apariencia, es el que llamaremos “falso estilo autobiográfico”.
Esto tiene una dimensión que sobrepasa los límites de la lingüística y entronca con la
estilística.
Hay un S.P. que no es el S.P. real. La lengua en estos casos implica a un S.P. que no es
el real (reproduce lo que otros ha dicho), por ejemplo, en los enunciados en los que
alguien presta la palabra para repetir lo que otro ha dicho.
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Otra variante presenta la posibilidad de que la lengua quede implicada en sí misma.
Esto sería un metalenguaje lingüístico.
D)
También puede darse una variante sobre esta forma: la lengua implica a la lengua que
implica bien al S.P., bien al S.S.; sería entonces un metalenguaje referido al proceso
lingüístico.
Estos fenómenos han sido estudiados por la lógica a quien le interesa la inmanencia o
trascendencia de los “denotata”. La lógica moderna tiene a un análisis del lenguaje no
para caracterizar el lenguaje natural, sino para proporcionar a la investigación en
general una forma de expresión verdadera.
La novela moderna tiende a una apertura del YO frente a lo que se consideraba NO-YO,
según la filosofía de FICHTE. El Yo tiende a incluir al TU, al ÉL, al NOSOTROS, al
VOSOTROS y al ELLOS. La crítica literaria ha observado estos hechos y así LIPPS:
Estructura de lo bello y del arte, habla del fenómeno que denominaba EINFÜLUNG,
que consiste en la teoría de la transferencia, la obra de arte a partir del romanticismo
no intenta proyectar el YO hacia el exterior sino eliminar la frontera entre el YO y el
NO-YO, asimilar a un mismo nivel el objeto y el sujeto; el sujeto estético se
transformará en objeto percibido.
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TU; el Yo por el Él; el TÚ por ÉL; el Nosotros…Los novelistas intentan trasladar esto a
sus obras.
1.- Sustituciones formales del YO. Bajo otra forma cualquiera se alude en forma
inequívoca al YO. Dentro de estas sustituciones distinguiremos:
Cuando una madre habla con otra sobre los hijos y le dice: “Les dices que tal y…” Hay
una matiz de impersonalización cuando decimos “En esta ventanilla vas y no te
atienden”.
c.- Sustitución del YO por una tercera persona que puede ser ÉL, nombre
propio, nombre de oficio, este, este + hicopocorístico. En C.J.Cela:”desde su ventana el
cronista (refiriéndose a él mismo)”. En Valle Inclán (Sonata de estío) vemos la
sustitución del nombre propio: “Ya sabe el Marqués de Bradomín la vida y obra de Fray
Lope del Castelllar (es este el que habla)”.
Tiene muchos casos esta sustitución, que tiene por fin obtener mayor objetividad
narrativa.
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2.- Sustituciones formales del TÚ
En los romances aparece con mucha frecuencia una 3ª persona sustituyendo a una 2ª.
Estando el rey presente, los vasallos se refieren en 3ª persona: “licencia le pido al rey
para irle a visitar”
En La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, los distintos capítulos van en 1º, 2ª y
3ª personas. Es autobiográfico. El primer capítulo empieza con YO, el segundo con TÚ y
el tercero con ÉL. Con esto, la estructuración de la materia novelesca, desde un índice
de 1ª persona, índice de subjetividad, cambia a una 2ª persona, siendo en este caso el
Yo visto desde el tú y en el tercer capítulo desde él.
En todas estas interacciones hay siempre una constante: las referencias deben quedar
suficientemente claras para que le lector sepa atenerse en la distribución de los
distintos suejtos.
El Yo como centro de las referencias exige todos los particulares egocéntricos referidos
a su yo. El esquema lingüístico en esta situación es estable al exigir que los particulares
egocéntricos se mantengan inalterables.
Julio Cortázar empieza así un relato, Las babas del diablo, “no se sabrá cómo hay que
contar esto, si en primera o en segunda, usando la tercera del plural o inventando
continuamente formas que no servirán de nada. Si se pudiera decir yo vieron subir la
luna, o nos duele el fondo de los ojos y sobre todo asís: tú la mujer rubia eran las
nubes que siguen sonriendo delante de mi tu sus nuestros vuestros sus rostros”.
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Puede alterar la 1ª, 2ª. 3ª pero no las referencias: “si se pudiera decir…” Cabrera
Infante consigue hacerlo, pero sale un texto tan confuso que debe poner paréntesis
para explicar a quién se refiere. El relato resulta farragoso. El relato se llama Tres
tristes tigres: “Él estaba ahí detrás y yo estaba aquí delante y estaba uno (él) detrás del
otro (yo) y así uno detrás y otro delante, todo, la lectura, el examen, lo que fuera
hubiera ido de lo más lindo”.
Coincidimos con otros lingüistas, como Alarcos, en diferenciar esta función reflexiva de
aquella que proviene de considerar la forma SE incluida en el lexema de verbos como:
“ocuparse, acordarse…”, de distinto valor en lengua que los correspondientes
“acordar, ocupar…” Por ello, la forma SE no es ahí del dominio morfosintáctico sino de
la estructura lexicológico-semántica.
Se dativo ético, típico del español, así llamado por su valor de subrayar la
persona que usufructúa la acción verbal: “Pedro se bebe un vaso de leche”.
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Se pasivo refleja, donde el sujeto expreso no produce la acción sino que la
padece, pero el verbo va construido en activa. Se trata de la voz media a que
aludíamos al hablar de las clases de verbos:”la casa se cayó de puro vieja”. Procede de
construcciones de verbos transitivos usados como tales. Las transformaciones sobre
los usos transitivos de verbos transitivos dan lugar a la pasiva refleja (ver Alcina,
pág.918):”La constructora edifica muchas casas en este barrio>Se edifican muchas
casas en este barrio”
BIBLIOGRAFÍA
ALARCOS LLORACH, E.: “Valores del SE”. Estudios de gramática funcional. Gredos,
Madrid 1970
HJELMSLEV, L.: “La naturaleza del pronombre” Ensayos lingüísticos. Gredos, Madrid
1972.
MANACORDA DE ROSETTI, Mª. V.: “La llamada pasiva con “se· en el sistema español”
Estudios de gramática estructural. Paidós, Bs.Aires 1969.
LENZ, R.: La oración y sus partes. Centro de Estudios Históricos. Madrid 1930
MANUALES: Marcos Marín, Lyons, Gili Gaya, Roca Pons, Alcina Blecua…)
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