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Prefacio
Este libro se escribe para presentar un sistema de verdad bíblica que incluya a las personas, sus
problemas y el Dios viviente. La consejería se basa en las convicciones de que: 1) La Palabra de
Dios debe ser nuestra autoridad en consejería, 2) la consejería es parte del ministerio básico del
discipulado en la iglesia local, y 3) el pueblo de Dios puede y debe estar preparado para aconsejar
de manera efectiva.
Este libro se ha escrito con once objetivos en mente:
1. Ampliar y reforzar la confianza del pueblo de Dios basado en que las Escrituras son
suficientes, superiores y prácticas para enfrentar todos los aspectos de la vida.
2. Animar a los creyentes a pensar bíblicamente acerca de todo lo relacionado con la
consejería.
3. Ayudar a los cristianos a entender a las personas y sus problemas mediante una óptica
escritural.
4. Demostrar por qué nuestros métodos de consejería deben estar de acuerdo con nuestras
convicciones teológicas.
5. Proveer preceptos bíblicos para aconsejar eficazmente a personas que luchan con
problemas.
6. Motivar a los creyentes para que participen en el ministerio de consejería, y equiparlos
para que sean más competentes en esta tarea.
7. Dar a los creyentes principios bíblicos específicos para discernir la diferencia entre
aconsejar lo que aparenta ser bíblico y aconsejar lo que realmente lo es.
8. Adoptar un acercamiento a las Escrituras que sea tanto exegéticamente correcto como
esencialmente práctico.
9. Presentar una breve perspectiva histórica sobre el ministerio de la consejería; ver cómo la
psicología secular se ha infiltrado e influido en la iglesia a lo largo del siglo veinte y cómo el
movimiento de la consejería bíblica progresa.
10. Animar a la iglesia a aceptar las responsabilidades que Dios le ha dado para aconsejar y
presentar un método para el desarrollo de un ministerio de consejería.
11. Responder a algunas de las objeciones que surgen contra la consejería bíblica y aclarar qué
se entiende por esta
Introducción
Vivimos en tiempos extraños e, irónicamente, mientras el mundo secular en forma creciente se ha
estado desconectando de la industria de la psicoterapia profesional, el mundo evangélico ha
estado abiertamente tratando de conciliar la psicología secular con las verdades bíblicas. Mientras
el mundo ha llegado a desconfiar cada vez más de la psicología, los cristianos parecen estar cada
vez más comprometidos con ella. Quizás sea acertado decir que muchos en la iglesia son adictos a
la psicoterapia. Una de las tendencias prometedoras en el mundo evangélico de nuestros días es el
surgimiento de un énfasis renovado sobre la consejería que es bíblica y no simple psicología
coloreada con palabras y frases bíblicas, sino un ferviente esfuerzo por ayudar a la gente a resolver
sus problemas llevándolas a las verdades escriturales objetivas que pueden cambiar la vida.
PSICOLOGIZAR LA IGLESIA
Es innegable que en los últimos veinticinco años la psicología ha hecho increíbles incursiones
dentro de la cultura evangélica. Alrededor de la última década ha surgido un sinnúmero de clínicas
evangélicas de psicología. Aunque casi todas dicen ofrecer consejería bíblica, la mayoría brinda
psicología secular disfrazada con términos espirituales. El surgimiento de clínicas de consejería
implica otro problema para la iglesia: La tendencia ha quitado el ministerio de consejería de su
propio terreno en el cuerpo de la Iglesia y llevado a la mayoría de los cristianos a la idea de que
son incompetentes para aconsejar.