Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
C
Cirujano de Cabeza y Cuello.
Titulo:
CARCINOMA DE TIROIDES
Como toda guía de práctica clínica, ésta intenta ser una herramienta de ayuda a la hora de
tomar decisiones clínicas, pero no las reemplaza. En el documento no existen respuestas para
todas las cuestiones que se plantean en la práctica diaria. La decisión final acerca de un
particular procedimiento clínico, diagnóstico o de tratamiento dependerá de cada paciente en
concreto, y de las circunstancias y valores que estén en juego por lo tanto, del juicio clínico
particular.
Las guías clínicas pretenden disminuir la variabilidad de la práctica clínica y ser un referente
para todos los actores implicados en el proceso de salud enfermedad particular.
Aprobado por:
1
I. Definiciones:
Aunque los nódulos tiroideos son comunes, los carcinomas diferenciados de tiroides (CDT)
clínicamente detectables son relativamente raros: constituyen menos del 1% de todos los
cánceres humanos. La incidencia anual en el mundo oscila entre 0,5 a 10 casos por 100.000
habitantes, con una edad promedio en el momento del diagnóstico de 45 a 50 años. Los CDT
son raros en la niñez y adolescencia, con una incidencia creciente con la edad en los adultos.
Se presenta con frecuencia de 2 a 4 veces mayor en las mujeres que en los hombres.
En autopsias rutinarias, entre 5% y 36% de los adultos exhiben micro carcinomas tiroideos
(diámetro <1 cm), siendo raros en niños. Otero y Martín reportaron la presencia de nódulos
tiroideos en 35,9% de los especimenes obtenidos de 1.000 autopsias realizadas en el Instituto
Nacional de Cancerología: 20% resultaron malignos. Correa y colaboradores, en 1961,
reportaron una incidencia de nódulos tiroideos de 40% en autopsias de individuos en una zona
de bocio endémico en Cali, Colombia; no reportaron la incidencia de enfermedades malignas.
Según cifras del Ministerio de Salud, la morbilidad por cáncer de tiroides en Colombia asciende
a 164,2 por 100.000 en hombres y a 224,5 por 100.000 en mujeres, mientras que en los
Estados Unidos se diagnostican 12.000 casos nuevos por año (40 casos nuevos por millón de
habitantes). Entre 1992 y 1995 murieron en Colombia 660 personas (202 hombres y 458
mujeres) por cáncer de tiroides; la mortalidad en los Estados Unidos es de 6 personas por
millón por año. La Tabla 1 ilustra el comportamiento de los casos nuevos de cáncer de tiroides
diagnosticados en el Instituto Nacional de Cancerología entre 1996 y 1998.
PATOGÉNESIS
Irradiación tiroidea
La irradiación externa del cuello durante la niñez incrementa el riesgo de carcinoma papilar. El
período de latencia oscila entre 5 y 20 años y persiste durante el resto de la vida.
Por encima de 1500 cGy el riesgo disminuye, presumiblemente porque a dichas dosis ocurre
destrucción total o casi total del tejido viable, eliminando así cualquier sustrato capaz de sufrir
transformación maligna. La irradiación a corta edad es un factor de riesgo principal; después
de los 15 a 20 años de edad, no hay incremento en el riesgo.
Otros factores
En países donde la ingestión de yodo es adecuada, las formas diferenciadas representan más
del 80% de todos los carcinomas tiroideos, siendo el papilar el tipo histológico más frecuente
(60% a 80% de todos los casos). No existe incremento de la incidencia de cáncer de tiroides
en países donde la ingestión de yodo es baja, pero hay un incremento relativo del carcinoma
folicular y del anaplásico. Según Correa y colaboradores, el bocio endémico está asociado
solamente con carcinomas de tipo folicular y anaplásico. El carcinoma papilar no parece
asociarse con bocio; por el contrario, hay ciertos datos que indican que estaría asociado con
una excesiva ingestión de yodo.
CLASIFICACIÓN HISTOLÓGICA
Epiteliales
Malignos Carcinomas
CANCER DE TIROIDES
Papilar Convencional
Esclerosante oculto
Encapsulado
Folicular
Sólido trabecular
Ampliamente invasor
Anaplásico Fusocelular
Célula gigante
3
· Adenoma oncocítico u oxifílico (adenoma de células de Hürthle)
· Hiperplasia de células C
Mixtos:
· Carcinoma medular
Otros
Sarcomas
Linfomas
Metástasis
vez en Colombia, el Carcinoma Insular, cuyas características clínicas son equiparables a las
del carcinoma folicular mal diferenciado. (Carcangiu et al, 1984)
Macroscópica:
3. Márgenes apropiados.
4
Microscópica:
7. Comentarios.
8. Metástasis a distancia.
DIAGNÓSTICO
· nódulo tiroideo: único (forma de presentación más frecuente) o dentro de una glándula
El estudio del nódulo en tiroides es la base para el diagnóstico del cáncer de tiroides.
El método preferido es la biopsia por aspiración con aguja fina (BACAF), procedimiento
sencillo y de bajo riesgo, el cual se puede realizar bajo guía ecográfica (ver Tabla 2). La
incidencia de carcinoma diagnosticado por BACAF es baja, alrededor del 5%, en nódulos
dominantes dentro de bocios multinodulares y hasta de 9% en nódulos solitarios palpables.
4. Bocio multinodular.
5
5. Contenido quístico (acelular) en BACAF previo.
El reporte citológico actual de una BACAF deberá preferiblemente ser reportada bajo la
Clasificación de Bethesda que ha sido modificada (2010) y que se relaciona con la
conducta a seguir dependiendo del resultado actualmente se tiene 6 categorías:
Bethesda II · Benigno: y cuyo manejo puede ser médico o quirúrgico dependiendo de las
demás características de la lesión (tamaño, sospecha clínica de malignidad, factores de
riesgo entre otros)
Bethesda IV Neoplasia folicular · es una lesión de origen folicular que no puede distinguir
entre una lesión benigna o maligna dependiendo si la lesión compromete invasión
capsular, linfática . Usualmente el paciente es llevado a cirugía para definir con la pieza
patológica completa si se trata de una lesión benigna o maligna. Estos pacientes pueden ser
evaluados con una gamagrafía tiroidea, puesto que los nódulos hipercaptantes no requieren
cirugía por tratarse de lesiones benignas debido a que, las lesiones hipercaptante muy
raramente son malignas mientras los nódulos hipocaptantes pueden ser malignos
Debe tenerse en cuenta que, tanto la BACAF y la ecografía de cuello son examinador-
operador-dependientes.
2. Sexo masculino.
6
5. Nódulo firme, duro, irregular y fijo.
6. Adenopatías cervicales.
ESTADIFICACIÓN
La estadificación TNM de la UICC (Tabla 4) debió ser modificada para que incluyera la edad
del paciente como la variable independiente más importante. Esto permite definir índices
pronósticos adecuados para los CDT de origen folicular.
ESTADO EDAD
III T4 o N1, M0
IV Cualquier T, cualquier N, M1
T – Tumor Primario
7
T4 Tumor de cualquier tamaño que se extiende mas allá de la cápsula tiroidea
Nota: todas las categoría pueden subdividirse en: (a) tumor solitario; (b) tumor multifocal (el de
mayor tamaño determina la clasificación).
N – Ganglios Regionales
o en ganglios mediastinales.
Nota: Los ganglios linfáticos regionales son los cervicales y los mediastinales superiores.
PN0 El estudio histológico de una disección selectiva del cuello debe incluir 6
FACTORES PRONÓSTICOS
La supervivencia global a 10 años para adultos de mediana edad con CDT, sometidos
a un tratamiento inicial adecuado, está entre el 80% y 95%; 5% a 20% desarrollan recurrencias
locales y 10% a 15% hacen metástasis a distancia. La mortalidad varía
significativamente según el estado TNM, con un rango de 1,7% para estados I, hasta
La corta edad (<45 años) afecta el pronóstico más significativamente que las características
mismas del tumor primario.
8
Las tasas de recurrencia son mayores en los extremos de la vida.
relativo de muerte por cáncer papilar se incrementa 1,4 veces por cada centímetro de
incremento en el tamaño tumoral, y citan una mortalidad a 20 años del 6% para tumores
de 2 a 3,9 cm, de 16% para tumores entre 4 y 6,9 cm y de 50% para mayores de 7
1. Tipo histológico: las diferencias en las tasas de supervivencia entre el cáncer papilar y el
folicular se pierden cuando se hacen ajustes por edad y extensión tumoral.
3. Grado: hay consenso general en cuanto a que los carcinomas foliculares de bajo grado,
ampliamente invasores o pobremente diferenciados, cursan con un pobre pronóstico,
independiente de otros factores.
4. Multifocalidad: para el cáncer papilar puede llegar a ser del orden de 78% cuando se hace
examen microscópico detallado, en cortes finos, de la totalidad del órgano. Sin embargo, las
tasas de recurrencia clínica en el lóbulo contralateral de pacientes tratados con lobectomía son
apenas de 4% a 7%, lo cual sugiere que muchos de estos focos de enfermedad no son
biológicamente agresivos. Aparentemente tendrían efecto sobre el intervalo libre de
enfermedad y las tasas de recurrencia local y a distancia, pero no sobre la mortalidad.
5. Metástasis regionales: aunque el cáncer papilar con frecuencia se disemina a los ganglios
linfáticos regionales (11% a 44% en el momento del diagnóstico), esto tiene efectos deletéreos
menores sobre el pronóstico, excepto en casos de compromiso bilateral y/o mediastinal
superior. La presencia de enfermedad ganglionar en el momento del diagnóstico, en pacientes
con cáncer folicular es menos frecuente (3% a 12%), pero la mejor evidencia disponible señala
9
que constituye una variable independiente para recurrencia y muerte.
Figura 2
II
II
10
II
TRATAMIENTO INTERDISCIPLINARIO
Cirugía
Generalidades
En personas fallecidas por carcinoma tiroideo, se ha comprobado que la recurrencia local con
invasión de estructuras vitales en cuello es la principal causa de muerte.
11
3) No deben sacrificarse estructuras normales
Evaluación preoperatoria
Todo paciente que requiera tratamiento quirúrgico debe someterse a los estudios
preoperatorios según la edad y comorbilidades pero debe incluir estudios de función tiroidea
Estudios Adicionales
· Radiografía de tórax.
Procedimientos quirúrgicos
3. Disección radical modificada de cuello (preservación del nervio accesorio del espinal,
vena yugular interna y músculo esternocleidomastoideo): es el procedimiento indicado
ante la presencia de enfermedad metastásica ganglionar a nivel del cuello, mas allá del primer
relevo ganglionar (grupo central). La disección debe incluir los niveles ganglionares II, III, IV y
V; el nivel I no se incluye, por la baja incidencia de enfermedad metastásica. De encontrarse
invasión tumoral a nivel de las estructuras a preservar, estas deberán ser removidas.
4. Procedimientos ampliados:
b) Infiltración del cartílago cricoides (39%): cuando el tumor invade menos del 15% de la
12
circunferencia, no es necesaria la reconstrucción; cuando compromete entre el 15% y el 35%,
es necesario practicar reconstrucción del defecto con un colgajo mioperióstico de
esternocleidomastoideo; y cuando se hace necesario extirpar del 35% al 70%, hay que utilizar
un colgajo mioperióstico de esternocleidomastoideo y soporte.
c) Infiltración a la tráquea (64% de los casos avanzados): debe hacerse una evaluación previa
mediante endoscopia y radiología para determinar el grado de compromiso intraluminal y
circunferencial. Cuando el compromiso es menor del 30% de la circunferencia del primer anillo
traqueal, el defecto puede reconstruirse con un colgajo mioperióstico de
esternocleidomastoideo, sin emplear soporte. En caso de invasión de la línea media, del 30%
de la circunferencia del segundo y tercer anillos traqueales, hay que extirpar el cartílago
afectado e introducir un tubo de traqueostomía en el defecto. Cuando el defecto es mayor del
30% de la circunferencia, pero con menos de 6 cm de longitud, hay que utilizar un soporte con
colgajo mioperióstico de esternocleidomastoideo para cerrar el defecto. En casos de defectos
traqueales de más de 6 cm de longitud puede servir como sonda de traqueostomía un tubo en
T de Montgomery. En casos de extirpación de más del 60% de la circunferencia de la tráquea,
el tratamiento preferido es la resección traqueal circunferencial con anastomosis termino-
terminal
Estas cirugías sólo deben realizarse ante la certeza de una erradicación total de la enfermedad
local. Las alternativas de reconstrucción incluyen, ascenso gástrico, reconstrucción esofágica
con colgajos pediculados, colgajo libre de yeyuno y traqueostoma mediastinal.
13
h) Manejo de enfermedad metastásica a distancia: los pacientes que presentan enfermedad
metastásica Macronodular pulmonar con criterios de resecabilidad pueden ser sometidos a
resección quirúrgica.o reducción tumoral previo a la yodoterapia . Igual conducta se
recomienda para metástasis óseas dado que la respuesta a la yodoterapa es pobre, solo el
7% de las metástasis óseas responden satisfactoriamente a esta; por eso el tratamiento debe
complementarse con radioterapia o servir de complemento para un eventual manejo
quirúrgico.
· Remoción del cáncer primario y de posibles focos adicionales en el mismo lado (80% de
casos) y en el contralateral (20% a 30% de casos).
· Eliminación de la baja probabilidad que existe de que un foco de cáncer residual, papilar o
folicular, sufra transformación a carcinoma anaplásico.
· Permitir, a través del hipotiroidismo resultante, la preparación de los pacientes para el rastreo
corporal con I131.
· Permitir que el I131 administrado con fines terapéuticos sea empleado específicamente
para erradicar metástasis, en vez de cantidades significativas de tejido tiroideo residual normal.
Ablación:
Administración de yodo radiactivo con el objeto de destruir el remanente de tejido tiroideo sano
y/o la enfermedad microscópica residual, en pacientes sometidos a una tiroidectomía por CDT.
Existen dos rangos de dosis:
Hormona tiroidea
Radioterapia
Puede emplearse como tratamiento paliativo único en pacientes con CDT considerado
inoperable. Sirve como complemento a la yodoterapia en pacientes con enfermedad
macroscópica residual irresecable y para el manejo de las metástasis óseas radiológicamente
evidentes o en caso de tumores de componenente mixto (bien diferenciado y pobre o mal
diferenciado)
Seguimiento
El seguimiento se hace con intervalos de tiempo ajustados a las características de cada caso,
mediante exámenes paraclínicos periódicos y determinaciones de los niveles séricos de TSH,
tiroglobulina (Tg) y anticuerpos antitiroglobulina.
MEDICINA NUCLEAR
Dado que un pilar fundamental del tratamiento del cáncer bien diferenciado de tiroides está
basado en la administración de yodoterapia se describen algunos puntos relevantes pero que
no reemplazan el manejo médico especializado y las guías de esa especialidad
15
o a terapia con I131, y se prefiere realizar el RCT después de la terapia (rastreo
El RCT debe realizarse con dosis bajas de I131 (2 a 3 mCi) para evitar el fenómeno
radiobiológico denominado aturdimiento, definido como la reducción en la captación o en la
efectividad de una terapia con I131 ocasionada en algunos pacientes por la administración
previa de I131 con fines diagnósticos. Parece corresponder a una supresión subletal y
presumiblemente temporal de la captación de I131. Este efecto es más pronunciado en los
remanentes de tejido tiroideo residual normal y las metástasis cervicales que en las metástasis
a distancia.
· Para permitir la elevación de la TSH a niveles superiors a 30 mU/L (por depleción del pool
corporal de T4).
· Para evitar los efectos de la interferencia por el yodo estable exógeno usado durante la
cirugía por ejemplo en la asepsia y antisepsia quirurgica.
1. Para crear condiciones óptimas para la detección y tratamiento del compromiso metastásico,
puesto que:
· El tejido tiroideo residual es una fuente de hormona tiroidea que inhibe la secreción de la
TSH. Los pacientes con remanentes significativos (>2 g) pueden no elevar suficientemente la
TSH al suspender la terapia supresiva. La ablación pierde su efectividad para disminuir el
riesgo de recurrencia cuando el I131 se administra con niveles de TSH que no sean ³30 mU/L.
· El tejido tiroideo residual es una fuente de tiroglobulina (Tg) que disminuye la especificidad de
la Tg sérica como marcador tumoral.
· El tejido tiroideo residual compite con las células tumorales por la captación del I131,
evitando la detección de metástasis ganglionares y/o pulmonares ocultas, al menos con las
dosis usuales de I131 para RCT.
2. Para disminuir el riesgo de recurrencia y muerte por CDT en pacientes con factores de mal
pronóstico.
Dosis de ablación:
Los pacientes cuyo tumor primario es menor de 1.,0 cm y sin factores de riesgo, no se
benefician de la yodoterapia ablativa (riesgo de recurrencia: 8%, riesgo de muerte: 0%).
16
Cuando existen uno o más de los siguientes factores de riesgo: tumor primario >1,0 cm pero
<4,0 cm, metástasis a ganglios cervicales ipsilaterales y/o multifocalidad, debe hacerse
ablación “a dosis bajas” con 30 mCi (riesgo de recurrencia: 31%, riesgo de muerte: 6%),
recordando que el éxito de la ablación dependerá de la dosis del RCT previo (peligro de
aturdimiento), del tamaño del remanente y de la preparación de los pacientes (ver
“Preparación para la Ablación”, más adelante). El éxito esperado bajo condiciones ideales
(eficacia) llega a 94%.
En pacientes con uno o más de estos factores: edad mayor de 45 años, tumor de más 4 cm,
invasión extratiroidea, cualquier grado de invasión vascular en carcinoma papilar y/o
carcinoma folicular ampliamente invasor, recomendamos hacer ablación “a dosis altas” con
150 mCi (riesgo de recurrencia: 36%, riesgo de muerte: 14%), ya que en estos casos es
altamente probable la presencia de enfermedad microscópica residual o de mayor resistencia
al tratamiento.
2. La ablación a bajas dosis puede emplearse como estrategia inicial para optimizar el manejo
del cáncer residual, atendiendo las siguientes directrices:
· Los pacientes con cáncer residual no yodocaptante por causa de una elevación insuficiente
de la TSH<30 mU/L, secundaria a la presencia de un remanente normal funcionante, deben
recibir una dosis de ablación £30 mCi.
· Los pacientes con cáncer residual no yodocaptante a pesar de tener una TSH ³30 mU/L no
se beneficiarán de una ablación. Requieren formas alternativas de manejo como cirugía
adicional, radioterapia y/o quimioterapia, o más recientemente, terapia de rediferenciación
celular.
· Los pacientes con cáncer residual significativamente menos yodocaptante que el remanente
tiroideo normal, pero que cursen con una TSH ³30 mU/L, pueden ser sometidos a terapia y no
a ablación.
· Los pacientes con cáncer residual significativamente menos yodocaptante que el remanente
tiroideo normal, en presencia de una TSH <30 mU/L, deben ser sometidos a resección
quirúrgica del remanente ya que la ablación (a dosis altas o bajas), podría someter al tumor a
una dosis de radiación subletal, capaz de alterar su habilidad para concentrar I131, sin destruir
su capacidad de crecimiento.
17
ablación (algunos recomiendan 1 año).
· Hospitalizar, con fines de aislamiento, a todo paciente que no cumpla con alguno de los
siguientes criterios de egreso: a) egreso basado en la dosis administrada (£33 mCi); b) egreso
basado en mediciones de la tasa de dosis (7mR/ a 1m); y c) egreso basado en cálculos
individuales, de la exposición más probable al individuo máximamente expuesto, es decir,
quien habite con el paciente (DETE<5,0 mSv). El tiempo promedio de hospitalización es de 48
horas.
· El paciente debe reiniciar la suplencia hormonal 24 horas después de haber recibido la dosis
de I131.
El remanente tiroideo ideal para lograr una ablación exitosa con I131, es aquel con volumen £2
g, el cual permite la elevación de la TSH por encima de 30 mU/L. Los grandes remanentes no
son tributarios de ablación con I131. La cirugía complementaria es el manejo de elección en
dichos casos.
Terapia
Dado que las dosis altas de I131 pueden asociarse con complicaciones significativas, el
tratamiento debe llevarse a cabo únicamente cuando existan expectativas razonables en favor
del paciente. Los candidatos a terapia con I131 deben cumplir los siguientes criterios.
· Existir expectativas de proveer una dosis de radiación adecuada con I131, sin riesgo de
complicaciones mayores. En caso contrario se recomienda:
18
- Si existiera un manejo alternativo (ej., remoción quirúrgica), debe emplearse.
- Si hay síntomas o evidencia de progresión, sin manejo alternativo disponible, se debe evaluar
el riesgo de la terapia vs el beneficio potencial. En casos específicos se pueden contemplar
posibilidades como la yodoterapia combinada con radioterapia y/o quimioterapia adyuvante o
con terapia de rediferenciación celular.
Existen tres métodos para calcular las dosis: el método dosimétrico, basado en el cálculo de
dosis de radiación a las células cancerosas, el método cuantitativo de dosis umbrales de
radiación y el método empírico de dosis fijas.
1. Método dosimétrico:
de una dosis de I131 capaz de proveer 200 cGy a la sangre, con una actividad retenida no
mayor a 120 mCi a las 48 horas (no mayor a 80 mCi en pacientes con metástasis pulmonares).
Requiere la administración inicial de 1 mCi de I131 y la subsecuente obtención de muestras de
sangre y orina durante 8 días para poder predecir la dosis de radiación a la sangre por cada
mCi de I131. Es una técnica engorrosa, que permite administrar dosis superiores a los 500
mCi. Actualmente no se realiza en el país.
Descrito por Maxon y colaboradores, quienes propusieron dosis umbrales para tratamientos
exitosos, así: 30.000 cGy para la ablación de remanentes y 8.500 cGy para el tratamiento de
metástasis ganglionares. Las dosis se basan en cálculos preterapia que incluyen la masa de
tejido a irradiar, el porcentaje de captación instantánea y la vida media efectiva basada sobre
datos de captación recolectados durante 72 horas. Tampoco se realiza actualmente en el país.
Este método es la base de las conductas en el INC, con las siguientes salvedades:
19
· Dado que los grandes focos tumorales responden menos al manejo con I131, se recomienda
· En pacientes con metástasis pulmonares macronodulares (>1 cm), se debe intentar, cuando
sea posible, reducir quirúrgicamente el volumen de enfermedad antes de administrar la terapia
con I131, para mejorar su eficacia.
Tratamiento repetido
· Es preferible esperar 1 año entre tratamientos, puesto que ello reduce el riesgo de leucemia.
· Si después de una o más terapias con I131, el RCT demuestra baja captación en las lesiones
y si tanto su tamaño como los niveles de Tg son estables o decrecientes, debe hacerse
seguimiento con Tg y estudios radiológicos a intervalos cada vez mayores, manteniendo el
paciente bajo terapia supresiva; es imposible eliminar del cuerpo todas las células tumorales.
³1 año. Se debe advertir a los pacientes sobre el peligro de desarrollar leucemia con dosis
acumulativas mayores de 800 mCi.
Se debe recalcar la importancia de administrar dosis iniciales de I131 que sean adecuadas.
20
SEGUIMIENTO
La recurrencia y mortalidad del cáncer de origen folicular ocurren con mayor frecuencia en los
5 primeros años, siendo más común durante el primer año de seguimiento. El sitio de
recurrencia, en el 80% de los casos es el cuello, especialmente en los ganglios cervicales. El
20% restante de las recaídas ocurre a distancia, con compromiso pulmonar en la mayoría de
los casos y, con menor frecuencia, compromiso óseo y cerebral.
Se recomienda control trimestral durante el primer año; control semestral hasta el quinto año y
luego control anual en forma indefinida. Entre 4 y 6 semanas después de la tiroidectomía, se
deben realizar exámenes basales de laboratorio, incluyendo TSH, tiroglobulina y anticuerpos
antitiroglobulina. Estos dos últimos sirven de base para el seguimiento, esperándose un
descenso continuado; lo contrario es indicativo de enfermedad persistente activa
La tiroglobulina (Tg) es un marcador casi ideal para el seguimiento de los tumores bien
diferenciados (no así en tumores que se han desdiferenciado ya que no la producen). Si bien
es exclusiva de la célula folicular, la Tg es producida tanto por la glándula tiroides sana, como
por el tejido tiroideo comprometido por patología tanto benigna como maligna.
La Tg debe medirse bajo supresión de TSH, empleando cifras menores5 ng/ml como valor de
corte. Si se mide sin supresión de TSH, se recomienda aplicar el corte en 10 ng/ml. Si existe
tejido tiroideo residual es mandatorio medirla bajo supresión, con valor de corte 10 ng/ml: en
este caso no tendrán validez alguna las mediciones sin supresión, dada la alta probabilidad de
obtener falsos positivos.
21
Figura 3. ESQUEMA DE SEGUIMIENTO
La medición de Tg debe hacerse por métodos inmunométricos (IRMA o ICMA) para evitar
falsos positivos inducidos por la presencia de AcAntiTg. En este caso podrían presentarse
falsos negativos. Sin embargo, en presencia de AcAntiTg, son estos quienes deban ser usados
como marcadores tumorales.
Los niveles de AcAntiTg deben disminuir progresivamente, y se espera que al año de haber
desaparecido el estímulo inmunológico (la presencia de Tg) sus niveles sean indetectables
(memoria inmunológica), o sea que la presencia de AcAntiTg indica persistencia o recaída de
la enfermedad. Deben cuantificarse cada 2 años en los pacientes en quienes la medición haya
resultado negativa; en caso contrario se emplearán como marcador tumoral en el seguimiento
de los pacientes.
22
Referencias:
2. BAYLES SW, KINGDOM TT, CARLSON GW. Management of thyroid carcinoma invading
the aerodigestive
3. BEIERWALTES WH, NISHIYAMA RH, THOMPSON NW, ET AL. Survival time and “cure” in
papillary and follicular
thyroid carcinoma with distant metastases: statics following University of Michigan therapy. J
Nucl
Health and disease. Stanbury JB and Hatzel BS (eds). John Wiley & Sons. New York, 1980.
7. GRILLO H, SUEN HC, MATHISEN WAIN JC. Resectional management of thyroid carcinoma
invading the
8. HAKIM JA. Guías para el diagnóstico y tratamiento del cáncer de tiroides. Rev. Col Cirugía
11:319,
1996.
9. HAY ID. Papillary thyroid carcinoma. Endocrinol Metab Clin North Am 19:545, 1990.
10. HURLEY J, BECKER D. Treatment of thyroid cancer with radioiodine (I-131). In: Diagnostic
Nuclear
Medicine. Sandler M.P, Coleman R.E, Wackers FJ TH, et al (eds). Williams and Wilkins. Third
ed.
Baltimore, 1996.
23
carcinoma invading
12. LIN HS, KOSIMAR A, OPHER E, ET AL. Surgical management of thyroid masses:
assessing the need for
13. LOH KC, GREENSPAN FS, GEE L, ET AL. Pathological tumor-node-metastasis (pTNM)
staging for papillary
and follicular thyroid carcinomas: a retrospective analysis of 700 patients. J Clin Endocrinol
Metab
82:3553, 1997.
14. MAXON HR, ENGLARO EE, THOMAS SR, ET AL. Radioiodine-131 therapy for well-
differentiated thyroid
15. MAZZAFERRI EL, JHIANG SM. Long term impact of initial surgical and medical therapy on
papillary and
16. MCHENRY CR, RAEBURN C, STRICKLAND T, MARTY JJ. The utility of routine frozen
section examination for
19. OTERO E, MARTÍN F. Nódulos tiroideos. Incidencia en 1000 autopsias. Rev Fac Med
(Bogotá) 38:66,
1972.
21. ROSAI J, CARCANGIU ML, DELELLIS RA. Tumors of the thyroid gland. In: Atlas of Tumor
24
Pathology. Rosai
22. SCHLUMBERGER MJ. Papillary and follicular thyroid carcinoma. N Engl J Med
338:297,1998.
23. SHAHA A. Management of the neck in thyroid cancer. Otolaryngol Clin North Am 31:823,
1998.
24. SIMPSON WJ, PANZARELLA T, CARRUTHERS JS, ET AL. Papillary and follicular thyroid
cancer: impact of
26. SPENCER CA, WANG CC. Thyroglobulin measurement. Techniques, clinical benefits and
pitfalls.
27. TRESELER PA, CLARK OH. Pronostic factors in thyroid carcinoma. Surg Oncol Clin North
Am 6:555,
1997.
28. UICC. Glándula Tiroides. En: Hermanek P, Hutter RVP, Sobin LH, et al eds. Atlas TNM:
Guía ilustrada
29. ZANNINI P, MELLONI G, Surgical management of thyroid cancer invading the trachea.
Chest Surg Clin
25