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Paleocristiano

Durante este periodo el cristianismo se expande y establece en Roma teniendo tres etapas: el 1er
siglo donde se da la persecución de cristianos, el 2do siglo donde se da la expansión del
cristianismo en la clase media y alta de la sociedad romana y el 3er siglo donde el cristianismo es
público.

Arquitectura

1er siglo

Durante este periodo el cristianismo era una religión perseguida, por lo tanto, oculta; los fieles
celebraban sus cultos en edificios privados principalmente en las catacumbas que podían tener
hasta cuatro niveles y se dividían en cámaras mayores, privadas y públicas. La arquitectura de los
primeros cristianos fue modesta en envergadura y ambición. Las dos funciones arquitectónicas
básicas –proveer espacio para las necesidades espirituales de los vivos y espacio de enterramiento
para los muertos- se satisfacían de la forma más pragmática y sin pretensiones.

La cámaras públicas que eran destinadas a las clases bajas eran largos pasillos de nichos en donde
los cuerpos eran envueltos en sábanas o en el mejor de los casos eran tapados con lápidas de
madera. Las cámaras mayores o comunitarias eran cavernas que fueron trabajadas para ser más
grandes y se utilizaban columnas como soporte, estas no eran para gente común, se necesitaba de
cierto privilegio o estatus para acceder a ellas; en estas cámaras es donde se solía sepultar a
personajes ejemplares, ejemplos de vida, mártires o santos, que se consideraban intermediarios
entre lo divino y que al considerarse consagrados no se colocaban en el piso.

Las cámaras privadas eran para las clases altas, de poder, pues estas cámaras eran familiares y
estaban decoradas como una casa romana pues su objetivo era brindar comodidad a la familia de
los muertos. Es en ellas donde se encuentra la mayor parte de pintura.

2do siglo

En este siglo el cristianismo comienza a extenderse en la sociedad romana alcanzando a entrar en


las clases medias y altas por lo que dejó de ser una religión completamente oculta lo que le
permitió salir de los centros funerarios trasladándose a la casa romana; se empezaron a erigir (o
en la mayoría de los casos adaptar casas romanas) centros comunales o casas de reunión
pertenecían generalmente a la clase media y contaban con espacios amplios para las
celebraciones o para fungir el papel de refugio y hospital. En Roma estos establecimientos eran
llamados “titulus”, por el bloque de mármol que se ponía en esas casas indicando la propiedad.
Cabe señalas que estos tituli no son exclusivos de este siglo pero es en este cuando se desarrollan
más y son más evidentes.

En este periodo los centros funerarios empiezan a trasladarse al aire libre como cementerios,
monumentos a los mártires y santuarios de peregrinaje, los dos últimos llamados martyria los
cuales consistían en pequeñas iglesias o sepulcros de planta central hechos en honor a un mártir
albergando su tumba o recordando su martirio cuando no conmemoraba algún suceso de la vida
de Jesucristo.

3er siglo

Después del Edicto de Milán en el 313, al salir de la clandestinidad, los seguidores de la religión
cristiana empiezan a construir y utilizar libremente distintos tipos de edificios, (…) como religión
del estado en el Imperio Occidental, el cristianismo asumió un aura imperial (…) De repente el
humilde refugio que estaba en boga se volvió inadecuado e inoportuno. Constantino y la Iglesia
exigían nuevas formas arquitectónicas monumentales (…) esta arquitectura paleocristiana no era
un estilo nuevo radical e independiente, sino todavía una arquitectura muy romana. Se inspiró
creativamente en una larga y rica tradición y cambió las viejas formas para que se ajustaran a las
nuevas funciones.

Las iglesias construidas para el cristianismo tenían una planta de cruz latina/romana la cual hace
referencia a la crucifixión y, como lo hace desde el comienzo la arquitectura paleocristiana, existen
relaciones espaciales profundamente simbólicas, además de tomarse los conceptos de centro u
recorrido para sus construcciones donde se busca transmitir este paso o transición de la
obscuridad a la luz, de lo terrenal a lo divino. La forma de cruz en la planta era símbolo o
representación del cuerpo humano donde la entrada eran los pies, el crucero (donde se cruzan los
travesaños) el corazón (parte simbólicamente más emotiva) y el presbiterio la cabeza (poder,
conocimiento); la cúpula, siempre colocada sobre el altar, significaba la iluminación, la luz divina.
Inclusive el uso del oro en la decoración de estos centros tiene un significado pues este refleja una
luz amarilla la cual sugiere y transmite calidez además de acentuar la iluminación.
Estas iglesias están conformadas por pasillos a través de naves separadas por columnas , el
número de estas naves siempre es non teniendo como máximo nueve y a mayor número mayor
jerarquía

1 Un dios

3  Santísima trinidad

5  cuatro elementos más la presencia divina

7  representación del todo

9  suma máxima

Se inició la construcción de basílicas las cuales se concebían como un edificio longitudinal de


planta rectangular, dividida en naves separadas por columnas, la nave central es algo más alta que
las laterales, sobre cuyos muros se levantan ventanas para la iluminación interior, al fondo de esta
se disponía el ábside para el altar de planta semicircular o poligonal con bóveda de cuarto de
esfera bajo la que se alberga el altar.

En las grandes basílicas, como la de San Pedro y San Juan de Letrán, en Roma, la estructura de su
cabecera se completaba con una nave transversal llamada transepto. Al edificio basilical se accede
a través del atrio o patio rectangular (antecedente de los claustros), con una fuente en el centro,
que conducía hasta el nártex o sala transversal, situada a los pies de las naves, desde donde
seguían la liturgia los catecúmenos. Los techos eran planos de madera y a dos aguas en el exterior,
en los muros se utiliza el mármol y los mosaicos.

Otras construcciones también frecuentes fueron los edificios conmemorativos o funerarios en


los que se utilizó la planta centralizada: los baptisterios (edificios para bautismo), los mausoleos
(tumbas) o los martyrium (conmemorativos del lugar de martirio de algún santo)

El bautisterio o batisterio toma su forma de los baños romanos, es de planta circular u octogonal;
en su centro se encontraba la cisterna o cuba de bautismo de gran tamaño y de forma cruciforme
o hexagonal.

Pintura

Escultura
Suntuaria

La pintura de las catacumbas da el inicio de la iconografía paleocristiana, llena de simbolismo,


anagramas (entre los que destaca la representación del Crismón) y de imágenes ocultas donde una
sola imagen tenía dos interpretaciones, En estas pinturas se representaban escenas bíblicas como
medio del sistema de evangelización al igual que escenas paganas o mitológicas como puede ser el
Cristo-Orfeo, tan frecuente en el siglo III, o el Cristo-Sol, o Apolo, montado sobre un carro solar ; las
figuras simbólicas más recurrentes son el Buen Pastor, el o la Orante (las palmas de frente
significan oración) y figuraciones de Cristo y de los fieles. Son frescos o figuras trazadas con estuco,
en un inicio la gama de colores es limitada al amarillo, rojo, verde y blanco pero esta se va
ampliando; hacia la mitad del siglo el arte tiende hacia formas más clásicas.

También en los siglos II y III se desarrolla el mosaico, que estaba hecho para perdurar en el tiempo
sin perder detalle y color. En ellos se siguió la técnica romana utilizando teselas de mármol o
vidrio. En cuanto a escultura esta se encuentra en los sarcófagos en forma de relieves que
presentan una serie de narrativa de los evangelios contando los pasajes más importantes de estos
ya sea de forma que siguen el estilo cristalino o bien aparecen divididas por arcos, columnas o
árboles.

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