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Enciclopedia y Glosario de Astronomía. Departamento de Astronomía.

Facultad de
Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. Compilación de José
L. López Lubián (marzo 2006, uso personal)

EL AGUA, SOLVENTE UNIVERSAL

Nuestro origen marino es evidente: el agua es el componente principal de los


organismos vivos. La llevamos con nosotros hasta los lugares más inhóspitos: una
lagartija o una rata del desierto poseen la misma proporción (entre 60 y 90 %) de
su peso corporal que un pez o una ballena.
Es tal la dependencia de la vida terrestre respecto del agua que los científicos
interesados en descubrir espectroscópicamente huellas de una posible actividad
exobiológica concentran sus observaciones y esperanzas en la llamada "zona
habitable", es decir el rango de distancias a una estrella en que el agua superficial
pueda encontrarse en su fase líquida.
Cuando se habla de vida, se habla de un ser capaz de reproducirse y evolucionar
en un medio dentro del cual muchas reacciones químicas puedan ocurrir. Las
macromoléculas, fundamentos de la vida, reaccionan rápidamente sólo si están en
solución. En estado sólido, las reacciones son demasiado lentas. En estado
gaseoso, en tanto, muchas macromoléculas, demasiado pesadas en presencia de
gravedad, tenderían a caer y no quedarían disponibles para más reacciones. Por
esto último, las especulaciones de vida en un planeta gaseoso son válidas, pero
muy remotas.

Un solvente especial entre todos

Entre los diferentes solventes posibles, el agua líquida es uno muy especial: tiene
la mayor constante dieléctrica (e = 80).
Para entender éste concepto, es necesario saber como es la molécula: dos
átomos de hidrógeno están ligados a uno de oxígeno. Mientras los primeros tienen
un sólo electrón, el segundo posee ocho. Pero el átomo de oxígeno ejerce una
atracción mucho más fuerte hacia los electrones, por lo tanto todos éstos,
incluyendo los de los átomos de hidrógeno, pasan la mayor parte de su tiempo con
el oxígeno. Así, la carga eléctrica parcial es negativa del lado de éste último y
positiva del lado de los hidrógenos. Por ello, el agua es llamada una molécula
“polar”.
Ésta propiedad le permite al agua crear lazos con cualquier soluto (molécula en
solución) que sea también bipolar. Si es una sal, se dice que está ionizada.

Vida y agua

Ésta última propiedad es importantísima para la biología: permite que se formen


macromoléculas gracias a la atracción del solvente hacia sus grupos hidrófilos
(OH, CO, COOH) y su repulsión hacia los hidrófobos (CH, CH3, cadenas
alifáticas).
Las configuraciones de las macromoléculas permiten reacciones químicas muy
específicas (llamadas “llave-cerradura”), que son valiosas para construir
estructuras complejas con un alto contenido de información. Es el caso, muy
interesante, de las enzimas: estas están hechas de pequeñas moléculas
(aminoácidos) ligados entre sí, las cuales tienen grupos laterales de átomos que
pueden ser polares o no polares. El resultado es que los distintos aminoácidos de
la cadena serán desplazados alrededor de un soluto de acuerdo a su carga por las
moléculas de agua que están alrededor. Esto obliga a las enzimas a adoptar una
forma tridimensional específica, lo que asegura su efectividad y rapidez para
catalizar determinadas reacciones químicas.
Otros solventes, como los hidrocarburos, los alcoholes o el amoníaco líquido
(NH3) serían mucho menos favorables para una bioquímica como la nuestra a
causa de la ausencia o escasez de puentes de hidrógeno. Es más: con su
actividad química, el NH3 ataca esencialmente cualquier compuesto orgánico.
Habría impedido el nacimiento de la vida como la conocemos. Además, no es
líquido a las temperaturas terrestres, sino gaseoso: en mundos más fríos, el NH3
quizás sería un solvente más adecuado para la química de una vida muy distinta a
la de aquí. Sin embargo, no olvidemos que la velocidad de las reacciones
químicas disminuye exponencialmente con la velocidad...
Otra ventaja del agua: el oxígeno molecular (O2), producto de la disociación del
agua a manos de la radiación solar ultravioleta, es a su vez disociado por ésta
misma radiación en la alta atmósfera. Ello da como resultado el ozono (O3), cuya
capa nos protege (y al resto del agua también) de los peligrosos UV.

En el Sistema Solar, un planeta azul

Europa, el más pequeño de los satélites galileanos de Júpiter, es un serio


candidato para albergar vida en su interior: hay fuertes sospechas que debajo de
su superficie cubierta de icebergs, se esconde un océano de agua. Bien podría
haber formas de vida como las bacterias de los fondos marinos, aquí en la Tierra.
La futura sonda Europa Orbiter usará un radar y un láser, que medirán las
variaciones de altura del hielo a causa de la atracción gravitatoria de Júpiter, para
aclarar este intrigante caso. El sistema ya fue probado al descubrir un lago bajo de
5 km. de hielo en la Antártida.
Titán, el mayor satélite de Saturno, tiene grandes cantidades de hidrocarburos,
muy ligados a la química orgánica, quizás en estado líquido. Pero éstos no poseen
bipolaridad. La sonda Cassini-Huyghens, que llegará a su superficie cerca del
2004, dirá la última (o recién la primera) palabra.
Ahora, si observamos la Tierra a gran escala, con la visión más global que nos da,
por ejemplo, una vista desde el espacio, vemos como el agua tiene propiedades
físico-químicas fundamentales para la estabilidad de las actuales, con variaciones
mínimas.
La fase líquida del agua (el hielo) es menos densa que la fase líquida. El resultado
es que el hielo flota sobre el agua en vez de hundirse, contrariamente a lo que
ocurre con casi todas las demás substancias, incluyendo el NH3, cuando
experimentan dichas fases simultáneamente.
Si los lagos y mares de la Tierra se congelaran a la manera del NH3, el hielo se
hundiría y se acumularía en el fondo año tras año, donde quedaría aislado del
calor del verano que pudiera derretirlo. No existirían por tanto los deshielos
primaverales que conocemos y, al cabo de un tiempo, todas las extensiones de
agua se congelarían.
Por último, el agua tiene uno de los mayores calores específicos de todas las
substancias conocidas: se necesita una gran cantidad de energía para elevar un
poco su temperatura. Como consecuencia, los océanos son, gracias a esa gran
inercia térmica, unos excelentes reguladores de la temperatura y climas terrestres.

IONIZACION

Es la pérdida o la adquisición de electrones por parte de un átomo o una molécula.


El resultado es un desbalance en la carga eléctrica que necesita ser restablecido.

ANDRÓMEDA - LA PRINCESA ENCANTADA

Al ser una de las primeras constelaciones en recibir nombre, se ha dado tiempo


para crear una rica mitología en su entorno, sumándosele las leyendas asociadas
a otros grupos estelares de posterior bautizo.
Andrómeda es hija de Cefeo y Casiopea, reyes de la antigua Etiopía. Casiopea
presumió de superar la belleza de las Nereidas, 50 hermosas hijas del dios marino
Nereo. Poseidón, casado con una de ellas, montó en cólera y mandó al monstruo
Cetus (la Ballena) a castigar el reino de los etíopes. El juicio del oráculo de
Ammón fue que la única manera de calmar a Poseidón era la entrega de
Andrómeda a Cetus, por lo que los gobernantes encadenaron a su hija a una roca
frente al mar. Perseo, hijo de Zeus, la libera montando a Pegaso, el caballo alado,
y se la lleva consigo como su mujer.
La constelación es conocida por contener a la galaxia Andrómeda, miembro del
grupo local de galaxias al que pertenece nuestra Vía Láctea. Situada a 2,2
millones de años luz es la galaxia espiral más cercana y el objeto más distante
que se puede ver a simple vista. Está inserta al sur de Casiopea, al oeste de
Perseo y fuera de un extremo de la Gran Escuadra de Pegaso. Muchos
consideran que la estrella ubicada al nordeste de la escuadra de Pegaso
pertenece a Andrómeda.
La más importante de las galaxias que nos rodea, en un principio fue confundida
con una nebulosa. Es muy parecida a la Vía Láctea, un remolino con 200 billones
de soles y un torbellino de nubes de polvo y gas. Tiene la luminosidad necesaria
para ser vista con prismáticos desde una ciudad y a simple vista con cielo oscuro.

ANTLIA - LA MÁQUINA NEUMÁTICA

Esta constelación meridional debe su nombre a Nicolás-Louis de Lacaille,


astrónomo que estuvo en el observatorio del Cabo de Buena Esperanza, al
suroeste de Sudáfrica, cerca de Ciudad del Cabo, entre 1750 y 1754. En ese
período, luego de revisar unas 10 mil estrellas meridionales, el investigador realizó
una división del cielo sur con 14 nuevas constelaciones, entre las que está Antlia.
El nombre hace alusión a la Máquina Neumática -Antlia Pneumatica- inventada
por Robert Boyle, científico británico del siglo 17, precursor de la química moderna
y uno de los primeros defensores de los métodos científicos.
Es una constelación débil y pequeña, en los alrededores de la Vía Láctea
meridional y cercana a la Vela y la Popa. Su estrella alpha es el elemento más
brillante de la constelación y carece de nombre. Su color es rojo y su magnitud es
variable, posiblemente.
Contiene una galaxia espiral grande y débil (NGC2997), con un núcleo estelar.
Para su observación se requiere un telescopio potente.

APOLONIO DE PERGA

Matemático griego, llamado el “Gran Geómetra”, que vivió durante los últimos
años del siglo III y principios del siglo II a.C. Nació en Perga, Panfilia (hoy
Turquía). Escribió sobre cálculos aritméticos y estadística y colocó los cimientos
de la geometría de posición con su Tratado de las cónicas, que en un principio
estaba compuesto por ocho libros. Apolonio hizo también importantes
contribuciones a la astronomía griega, en especial con la aplicación de modelos
geométricos al movimiento de los planetas.

APUS - EL AVE DEL PARAÍSO

Esta constelación está bajo el Triángulo Austral -Triangulum Austral-, cerca del
Polo Sur y no es visible desde las latitudes más septentrionales.
Debe su nombre a un antiguo vocablo griego que significa "sin pies" y proviene de
Apus Indica, nombre del Ave del Paraíso de la India. Los primero ejemplares de la
especie que se encontraron muertos en Europa en el siglo 16 carecían de patas,
por lo que se creyó que pasaban toda su vida volando. En 1758, el naturalista
sueco Carl von Linneo llamó esta especie con el calificativo ápoda, que significa
sin pies.
Tiene a S Apodis, que es una nova "tardía", cuya luminosidad supera la magnitud
10, por lo que se puede observar con un telescopio mediano, aunque a períodos
irregulares se entorpece su visibilidad pues entra en erupción y emite un material
oscuro, similar al hollín, en su atmósfera.
También está Theta Apodis, cuya magnitud oscila entre 6,4 hasta menos de 8 en
ciclos irregulares de alrededor de 100 años.

AQUARIUS - EL ACUARIO

Esta constelación viene desde la época de Babilonia y, haciendo honor a su


denominación, está ubicada en el cielo cerca de un delfín, un río, un pez y una
serpiente marina. En ocasiones se le asocia con Zeus derramando el agua de la
vida desde los cielos.

Posee un atractivo racimo globular, M 2, que se ve como una borrosa mancha de


luz con prismáticos o telescopios pequeños. Ya con instrumento de 100 mm se
observa la figura jaspeada del conjunto estelar y uno de 150 mm ya nos mostrará
a las estrellas.
Dignas de atención son un par de nebulosas: Saturno y Helix. La primera (NGC
7009) es pequeña y debe su nombre al hecho de que en las primeras
observaciones mostraba una apariencia similar al planeta de los anillos. La
segunda es la más grande y cercana de las nebulosas planetarias, usando la
mitad del diámetro angular de la Luna, ocupando su luminosidad una vasta área y,
por eso, se observa fácil con un telescopio de baja potencia o prismáticos en un
cielo oscuro.
A simple vista se ve una lluvia de meteoros cuyo cenit se logra el 28 de julio de
cada año y se denomina Delta Acuarios.

AQUILA - EL AGUILA

Asociada a un águila por los astrónomos de la cuenca del Éufrates, en la antigua


Babilonia, toma su nombre del ave perteneciente a Zeus. La tarea principal de
Aquila era transportar a Ganímedes, joven y hermoso príncipe troyano, al cielo
para servir como copero de la divinidad.
Acá han aparecido dos novas importantes. El año 389 la primera alcanzó la
intensidad de Venus y la segunda, en 1918, superaba el brillo de Altair, la estrella
más esplendorosa de la constelación.
Altair es uno de los astros más importantes del cielo y destaca en la Vía Láctea
entre Sagitario y el Cisne.
A simple vista llama la atención Eta Aquilae, astro gigantesco que está
considerado como una variable Cepheid brillante con magnitud variable de 3,5 a
4,4, en alrededor de una semana. En su momento más luminoso alcanza el brillo
de Delta Aquilae y en el más bajo se topa con Iota Aquilae.
Cabe nombrar a R Aquilae, visible con prismáticos en cielo oscuro, con magnitud
oscilante entre 6 y 11, 5 para un período de 284 años.
Por último, está NGC 6709 que es un grupo de puntos de estrellas que aparecen
en racimo sobre un fondo lleno de cuerpos celestes, también visible con
prismáticos en cielo oscuro.

ARA - EL ALTAR

Esta constelación está al sur de Escorpio y su nombre original -Ari Centauri- hace
alusión al altar del centauro Quirón. Mitad hombre y mitad caballo, a diferencia de
sus pares, destacó por su bondad y sabiduría. Estuvo a cargo de la educación de
varios héroes griegos, tales como Aquiles y Jasón. Otras asociaciones de Ara han
sido el altar de Dionisio, hecho por Noé después del diluvio, el altar de Moisés y
también el del Templo de Salomón.
Tenemos acá a U Arae, estrella variable tipo Mira, con el brillo suficiente para
permitir ser avistada con un telescopio pequeño cuando alcanza su magnitud
máxima de 8, después de lo cual cae en 5 magnitudes, para volver a aparecer en
un período de 7 meses.
NGC 6397 es seguramente la agrupación globular más cercana y está entre Beta
Arae y Theta Arae. Su estado es de mediana dispersión, por lo que con
prismáticos potentes se puede detectar sin dificultad. Se supone que tiene 50 años
luz de ancho.

ARIES - EL CARNERO
Cuenta una leyenda de la antigua Grecia, que el rey de Tesalia tuvo dos hijos,
Frixo y Hele, quienes fueron maltratados por su madrastra. Hermes, dios protector
de comerciantes y pastores, mandó a Crisomalo, un carnero alado cuyo vellocino
era de oro. El carnero tomó a los niños y los montó en su lomo, volando hacia el
Este, pero cuando cruzaba el estrecho que separa Europa de Asia, Hele resbaló
cayendo al agua y ahogándose. A ese lugar los griegos le llamaron Helesponto o
mar de Hele. Frixo llegó sano y salvo a Cólquide, en las costas del mar Negro,
donde sacrificó al carnero y ofreció el vellocino de oro al rey Eetes, quien lo puso
bajo la custodia de un dragón insomne. Años después, los argonautas
comandados por Jasón, primo de Frixo, recuperaron el preciado vellocino con la
ayuda de Medea, quien hizo que el dragón se durmiera.
Esta constelación es la primera del zodíaco, ya que el Sol, en cierta época entró
en ella el día del equinoccio de primavera. Actualmente, a causa de la precesión
de la tierra, el Sol está en Piscis para ese equinoccio.
Esta constelación es muy conocida y fácil de ubicar, aunque hay consenso en que
tiene pocos objetos interesantes. Digna de mención es Gamma Arietis, bella
estrella doble, descubierta en 1664 por Robert Hooke, con una separación de 8
segundos de arco, fácil de encontrar y observar.

Aristarco de Samos (310-230 a.C.)

Fue un matemático y astrónomo griego que vivió y estudió en Alejandría por el año
270 antes de JC.
Con su discípulo Hiparco, logró grandes adelantos en la ciencia astronómica: fue
el primero en intuir que la Tierra gira alrededor del Sol. Sin embargo, como es
común con las obras de los antiguos griegos, sólo tenemos un fragmento de su
tratado sobre el tamaño del Sol y de la Luna y sus respectivas distancias a la
Tierra. Sabemos de su obra través de otro sabio, Arquímedes.
Aunque su método para calcular las distancias era pertinente, sus cálculos fallaron
por falta de instrumentos precisos.

Aristóteles (384-322 a.C.)

Fue un filósofo y científico griego que comparte junto a Platón y Sócrates la


distinción de ser uno de los más destacados de la antigüedad.
Nacido en Estagira (Macedonia), hijo de un médico de la corte real, Aristóteles se
trasladó a Atenas a los 17 años para estudiar en la Academia de Platón.
Permaneció en esta ciudad unos 20 años, primero como estudiante y más tarde
como maestro.
A la muerte de Platón, acaecida en el año 347 a.C., Aristóteles partió para Assos,
ciudad de Asia Menor en la que gobernaba un amigo suyo, Hermias, al que
Aristóteles sirvió de asesor, casándose además con su sobrina e hija adoptiva,
Pitia. Tras ser capturado y ejecutado Hermias a manos de los persas en el 345
a.C., Aristóteles se trasladó a Pella, capital de Macedonia, donde se convirtió en
tutor del hijo menor del rey, Alejandro, más conocido como Alejandro III el Magno.
En el año 335 a.C., al acceder Alejandro al trono, Aristóteles regresó a Atenas y
estableció su propia escuela: el Liceo. Debido a que gran parte de las discusiones
y debates se desarrollaban mientras maestros y estudiantes paseaban por el
Liceo, este centro llegó a ser conocido como escuela peripatética. A raíz de la
muerte de Alejandro en el año 323 a.C. creció en Atenas un fuerte sentimiento
antimacedonio, con lo que Aristóteles se retiró a una propiedad familiar en Calcis,
en la isla de Eubea, donde moriría al año siguiente.

El sabio

La obra científica de Aristóteles pueden clasificarse de acuerdo a su contenido


puesto que tratan de lógica, metafísica, ciencia natural o ética. Los escritos sobre
ciencia natural están encabezados por: la Física, en ocho libros, tratando de los
fundamentos generales y de las relaciones de la naturaleza como un todo. Siguen
cuatro libros sobre los cielos o universo. Hay, además de todo esto, una enorme
cantidad de obras, de las cuales se conservan menos de la mitad. Aristóteles
originó y señaló muchas líneas de estudio hasta entonces desconocidas, como la
lógica, gramática, y retórica en su aspecto científico y también la crítica literaria, la
historia natural y la psicología. Fue el primero en ensayar una historia de la
psicología, así como las formas de gobierno existentes en esa época.
E todos los casos arranca de los hechos que selecciona y logra puntos de vista
generales para llegar a un orden sistemático; a la causa misma de los hechos.

LA ASISTENCIA GRAVITACIONAL

Hace mucho tiempo que los astrónomos saben que las órbitas de los cometas se
alteran al pasar cerca de los planetas. Sin embargo, fue recién en los años '60 que
a Michael Minovitch, un estudiante del JPL (Jet Propulsion Laboratory) de la NASA
(National Aeronautics and Space Administration), se le ocurrió usar ese principio
para las trayectorias de las naves espaciales.
Ésta técnica de vuelo espacial, que permite ahorrar grandes cantidades de
combustible, fue usada por primera vez el 5 febrero 1974, cuando la sonda
Mariner X se aprovechó de la gravedad de Venus para luego dirigirse a Mercurio.

En el espacio, sin roces

Cuando vamos pedaleando cuesta abajo en un valle, aceleramos hasta que una
subida nos frene nuevamente, a causa del roce con el pavimento y el aire. La
aceleración es también llamada "ganar momento". Ese momento se pierde, pues,
al llegar cuesta arriba.
Ahora bien, en el espacio no hay roce, ya que es vacío.
Ahora imaginemos que hacemos girar una bolita atada al extremo de una cuerda
de 50 cm. de largo: nuestra mano es el Sol y la bolita, la Tierra. Resulta fácil
detenerla. Si ahora atamos una pelota al extremo de una cuerda de varios metros
de largo y la hacemos girar, notaremos que es bastante más difícil. Esa pelota
podría ser Júpiter, el más masivo de los planetas del Sistema Solar. Como vemos,
Júpiter es una gran reserva de momento.
Finalmente imaginemos un partido de Base-Ball. Cuando el bate, que la fuerza del
bateador ha provisto de un gran momento, golpea la pelota, ésta acelera
enormemente mientras que el bate es frenado. Lo mismo le sucede a los planetas
que son "aprovechados" por las sondas: pierden una ínfima parte de su velocidad
mientras que las sondas aumentan la suya. El bate, al igual que los planetas, se
mueve.
Esta técnica se emplea con éxito desde la primicia de Mariner X. Eso sí, las
sondas no emplean la fuerza mecánica, como el bate, sino la gravitacional.
El más espectacular uso de la asistencia gravitacional es sin duda el que hizo la
sonda Voyager 2: al salir de la Tierra, su velocidad era inferior a la de escape
solar. Tras beneficiarse del enorme momento de Júpiter y, gracias a la
extraordinaria conjunción de todos los planetas externos menos Plutón, los visitó a
todos, aprovechando cada vez el paso cerca de un planeta para seguir.
La asistencia gravitacional puede servir también para disminuir la velocidad: el
Voyager 2, al llegar a Neptuno, no se acercó en el sentido del desplazamiento del
planeta, sino en "contra". Esto le permitió visitar Tritón, el gran satélite neptuniano.
La sonda Galileo, cuya delicada misión era colocarse en órbita joviana e introducir
una sonda en la atmósfera del gigante gaseoso, también disminuyó su velocidad,
llegando a Júpiter contra su movimiento alrededor del Sol.

LOS ASTEROIDES

En 1980 se publicó un descubrimiento geológico que cambiaría la visión de la


prehistoria. Luis y Walter Álvarez y sus colegas hallaron evidencia de una delgada
capa de arcilla en el límite del Cretáceo y del Terciario. Esa arcilla, presente en
todo el mundo, contiene una proporción anormalmente elevada del elemento iridio
y otros elementos trazas, comunes en los meteoritos pero muy escasos en la
corteza terrestre. Estas características sugieren que los efectos climáticos de un
gran cuerpo que impactó a la Tierra en la península del Yucatán (México) se
hicieron sentir en todo el mundo, causando la muerte del 75 % de las especies,
incluyendo todos los dinosaurios.

Un cinturón de asteroides

Al mirar la Luna con un telescopio, o una fotografía de Mercurio, el rasgo que más
sobresale son los numerosos cráteres de impacto, algunos de los cuales son muy
grandes. ¿Cuál es su origen?
Si nos fijamos en la distribución de los planetas, podemos notar que el de más
afuera se halla siempre entre 1,3 y 2 veces más lejos del Sol que el
inmediatamente anterior. La única excepción es Júpiter, el cual se halla 3,4 veces
más lejos del Sol que Marte. Este vacío intrigó desde muy temprano a los
astrónomos.
A fines del siglo XVIII, William Herschel había descubierto Urano, por lo que había
mucho entusiasmo en descubrir el astro que faltaba. Casualmente, fue el 1 enero
1800 que el astrónomo italiano Giuseppe Piazzi descubrió un objeto muy pequeño
y poco luminoso, cuya velocidad indicaba que se encontraba entre Marte y Júpiter.
El cuerpo fue llamado Ceres, en honor a la diosa del trigo, muy ligada a la isla de
Sicilia donde había trabajado Piazzi. Hoy en día se sabe que Ceres, el más grande
de los asteroides, tiene 1000 Km de diámetro y su masa es una quinta parte la de
la Luna. La búsqueda continuó y en 1807 ya se habían descubierto 3 nuevos
cuerpos: Pallas, Vesta y Juno (Fig: masa y tamaños a escala asteroides). Como
los telescopios de la época los mostraban como puntos de luz, igual que estrellas,
Herschel propuso llamarles asteroides (de latín aster: estrella).

Un planeta imposible

Hasta hoy, se han contabilizado más de cuatro mil asteroides. Todos juntos
formarían un cuerpo de 1500 Km de diámetro, cuya masa sería un 5 % de la Luna,
o una 3300ava parte de la Tierra.
Los asteroides tienen composiciones químicas muy variadas, ligadas
estrechamente a la distancia del Sol a la cual se formaron, hace unos 4.500 mil
millones de años. Como lo explica la secuencia de formación del Sistema Solar,
los fragmentos de materia del disco de acreción se cohesionaron en
"planetesimales" de cerca de 500 Km de diámetro cuyo calor interno, producido
por la radioactividad natural y la energía resultante de las violentas colisiones,
permitió que se diferenciaran químicamente (lo que influyó, como veremos, en su
clasificación): los metales más densos se hundieron hacia el centro, mientras que
los silicatos y los compuestos a base de carbono, más livianos, eran llevados
hacia la superficie. Ahí estaban a merced del violento flujo de partículas y
radiación del joven Sol. Por ello, mientras más cercanos a éste, los asteroides
tienen una mayor cantidad de metales, los cuales, más densos, no eran tan
sensibles a dicho flujo; mientras más lejos, en cambio, más elementos volátiles
contienen (como carbono, nitrógeno, sodio, potasio).
Sin embargo, los planetesimales no pudieron seguir aglomerándose hasta formar
un planeta a causa de las fuertes mareas gravitacionales que generaba, desde
muy temprano en la historia del Sistema Solar, el gigante Júpiter. Éste, además de
impedir la formación de un quinto planeta interno, provocó la dispersión por
"difusión caótica" de muchos asteroides. Algunos tienen por ello órbitas más
cercanas al Sol, que cruzan las de los planetas internos, cayendo a veces sobre
ellos, originando cráteres. Otros asteroides fueron simplemente expulsados del
Sistema Solar.
La clasificación de los asteroides, consecuencia de lo anterior, está dada por una
letra según los elementos que predominan en ellos: los hay de tipo M (metales), S
(silicato), C (carbono) y U (unknown, desconocido).

Colisiones con planetas

El cinturón de asteroides no es, como podría imaginarse, un lugar peligroso para


la navegación espacial a causa de miles de cuerpos juntos en un pequeño
volumen. En realidad, cientos de miles de Km separan los asteroides unos de
otros y las colisiones entre ellos son muy poco frecuentes. Éstas, cuando ocurren,
producen una gran cantidad de polvo en el Sistema Solar interior. Ese polvo es el
que vemos como estrellas fugaces cuando caen a gran velocidad (entre 20 y 40
km./s) en la atmósfera terrestre, sublimándose por el calor del roce con el aire.
Hay tres familias de asteroides según el tipo de órbitas que recorren. La primera la
forman los más cercanos al Sol: los Atenas, un centenar del tipo M y cuyas órbitas
no llegan a la Tierra; los Apolo, cerca de mil, son los que cruzan la órbita de la
Tierra. Son del tipo M y S; los Amor, unos dos mil, cruzan la órbita de Marte sin
alcanzar la Tierra.
La segunda familia es el Cinturón Principal, entre las órbitas de Marte y Júpiter.
Son del tipo S y C.
La tercera familia es conocida como los Troyanos y cruzan la órbita de Júpiter.
Son del tipo C.
Hasta hace poco, el estudio de los asteroides, conocidos como la “materia prima”
del Sistema Solar, se llevaba a cabo principalmente con el análisis de los
meteoritos que caían a la Tierra. Sin embargo, como vimos, éstos últimos son
fragmentos producidos por colisiones: es difícil llegar a conclusiones generales a
partir de pedazos aislados.
Por ello, los planetólogos quieren examinar de cerca un asteroide, con la ayuda de
sondas. El proyecto norteamericano NEAR (Near Earth Asteroid Rendez-vous),
tras algunos problemas de falta de combustible que fueron salvados gracias a la
asistencia gravitacional, sigue su curso. En febrero del 2000 se colocará en órbita
alrededor del asteroide del tipo S perteneciente la familia Amor, llamado Eros (eso
sí que se llama "rendez-vous" para los astrónomos). Es una tarea difícil ya que no
se conoce con exactitud la masa de Eros: no se sabe la velocidad exacta a la cual
llegar para quedar en órbita.
Seis experimentos están previstos para conocer la superficie y el interior de Eros:
el primero de ellos es un examen de cambios de frecuencia de radio para ver el
efecto Doppler de Eros. Se podrá calcular así su atracción gravitacional, clave
para colocarse en órbita. Luego, una cartografía integral en colores con detalle de
un metro (!!). Un cálculo de la densidad para conocer la composición química; un
espectrómetro infrarrojo permitirá saber cuanta luz solar refleja Eros producto de
su composición superficial; un espectrómetro de rayos X y de rayos Gama
permitirá medir la actividad de elementos radiactivos así como la fluorescencia
causada por la radiación de alta energía proveniente del Sol y del espacio; un
radar-láser, capaz de medir con mucha precisión los desniveles, el cual,
combinado con el densitómetro, evidenciará si Eros es un cuerpo homogéneo o un
agregado caótico; finalmente, un magnetómetro para saber si hay presencia de
hierro y níquel. Las interpretaciones y conclusiones de estos experimentos
aportarán importantes respuestas a origen del Sistema Solar.
Radioactividad :

LA ASTROLOGÍA

Para nuestros antepasados, el cielo debe haber sido un verdadero teatro en el que
intervenían grandiosos fenómenos meteorológicos y astronómicos.
Deben haber sentido grandes emociones cuando, desde lo alto, azotaban las
tormentas, se ocultaba el Sol durante un eclipse o aparecía un cometa
amenazante.
A la variedad de fuerzas cósmicas, la imaginación de los antiguos hizo
corresponder un conjunto de figuras míticas y pobló el cielo de héroes o gigantes
más o menos jerarquizados, de animales familiares o de monstruos legendarios,
de los cuales el Zoológico de las constelaciones trae hasta nosotros algunos
vestigios. Incluso los fenómenos regulares, pero sorprendentes, como la salida y
puesta del Sol y de la Luna (y las fases de esta última) dependen de divinidades
que son el astro o que lo dirigen permanentemente. Cada astro es viviente y es
objeto de culto. Se adoran las piedras caídas del cielo.
Así, es probable que, desde hace miles de años, la práctica de la astronomía haya
sido muy estimulada por la idea de que las posiciones de los astros ejercían una
influencia sobre las personas.
Es así como algunas personas sintieron que podían interpretar y predecir las
“señales de los cielos”.
¿Cómo se pudo llegar a creer en algo así?
Si un eclipse, una lluvia de meteoros o el paso de un cometa ocurrían junto a la
muerte de un jefe o durante una catástrofe natural, aquellos fenómenos celestes
sin duda han de ser vistos como los causantes. Además de estos eventos
puntuales, resultó evidente que el movimiento anual del Sol y de los planetas en el
cielo tenía grandes consecuencias en las plantas y los animales. Las
configuraciones de las estrellas y los planetas en el momento de ocurrir los
mencionados eventos fueron recordados por las personas encargadas de velar
por la posición de los astros a lo largo de las estaciones; cada vez que dichas
configuraciones se volvían a presentar, la expectación y la angustia debían
apoderarse de las mentes de aquellos primeros astrónomos.
Hoy en día, la astrología es vista como la predicción que se puede hacer del
destino de una persona en base a la configuración del Sol, la Luna y los planetas
en el momento de su nacimiento.
Conviene distinguir entre la que ha sido llamada astrología “judicial” y la
“Horoscópica”. La primera es más antigua y corresponde a predicciones generales
sobre el futuro de un país o gobierno, de las cosechas, inundaciones o tormentas
en base a los planetas, los eclipses, los halos lunares, etc.
La segunda, más reciente, se inició cuando fue posible determinar la posición de
los cuerpos con mayor precisión, con la ayuda de gnomones y varillas, por
ejemplo. Es la que se usa ordinariamente para predecir el “día a día” de cada
persona.

LA ASTROLOGÍA

Para nuestros antepasados, el cielo debe haber sido un verdadero teatro en el que
intervenían grandiosos fenómenos meteorológicos y astronómicos.
Deben haber sentido grandes emociones cuando, desde lo alto, azotaban las
tormentas, se ocultaba el Sol durante un eclipse o aparecía un cometa
amenazante.
A la variedad de fuerzas cósmicas, la imaginación de los antiguos hizo
corresponder un conjunto de figuras míticas y pobló el cielo de héroes o gigantes
más o menos jerarquizados, de animales familiares o de monstruos legendarios,
de los cuales el Zoológico de las constelaciones trae hasta nosotros algunos
vestigios. Incluso los fenómenos regulares, pero sorprendentes, como la salida y
puesta del Sol y de la Luna (y las fases de esta última) dependen de divinidades
que son el astro o que lo dirigen permanentemente. Cada astro es viviente y es
objeto de culto. Se adoran las piedras caídas del cielo.
Así, es probable que, desde hace miles de años, la práctica de la astronomía haya
sido muy estimulada por la idea de que las posiciones de los astros ejercían una
influencia sobre las personas.
Es así como algunas personas sintieron que podían interpretar y predecir las
“señales de los cielos”.
¿Cómo se pudo llegar a creer en algo así?
Si un eclipse, una lluvia de meteoros o el paso de un cometa ocurrían junto a la
muerte de un jefe o durante una catástrofe natural, aquellos fenómenos celestes
sin duda han de ser vistos como los causantes. Además de estos eventos
puntuales, resultó evidente que el movimiento anual del Sol y de los planetas en el
cielo tenía grandes consecuencias en las plantas y los animales. Las
configuraciones de las estrellas y los planetas en el momento de ocurrir los
mencionados eventos fueron recordados por las personas encargadas de velar
por la posición de los astros a lo largo de las estaciones; cada vez que dichas
configuraciones se volvían a presentar, la expectación y la angustia debían
apoderarse de las mentes de aquellos primeros astrónomos.
Hoy en día, la astrología es vista como la predicción que se puede hacer del
destino de una persona en base a la configuración del Sol, la Luna y los planetas
en el momento de su nacimiento.
Conviene distinguir entre la que ha sido llamada astrología “judicial” y la
“Horoscópica”. La primera es más antigua y corresponde a predicciones generales
sobre el futuro de un país o gobierno, de las cosechas, inundaciones o tormentas
en base a los planetas, los eclipses, los halos lunares, etc.
La segunda, más reciente, se inició cuando fue posible determinar la posición de
los cuerpos con mayor precisión, con la ayuda de gnomones y varillas, por
ejemplo. Es la que se usa ordinariamente para predecir el “día a día” de cada
persona.

ASTRONOMÍA EN EL INFRARROJO

La opacidad del polvo a las longitudes de onda de la luz visible dificulta la


observación de las estrellas jóvenes. Observar espectroscópicamente las
longitudes de onda infrarrojas es una excelente alternativa: el polvo es excitado
por las radiaciones de la estrella central y emite luz en ese rango de longitudes de
onda. De hecho, el Telescopio Espacial de Nueva Generación (NGST), sucesor
del HST (Hubble Space Telescope), tendrá visión infrarroja. La radioastronomía,
con sus enormes antenas, aporta también grandes conocimientos sobre las
protoestrellas.

LAS ATMÓSFERAS Y EL EFECTO INVERNADERO EN EL SISTEMA SOLAR

No sólo la Tierra posee un efecto invernadero. Marte, Venus y Titán (un satélite de
Saturno) también tienen una temperatura superior a la que la radiación solar por sí
sola les otorgaría.
Desde hace más de veinte años, los científicos recogen datos sobre los
parámetros fundamentales que gobiernan este efecto: el flujo de energía solar o la
densidad y composición de la atmósfera. Además, el estudio comparativo de los
planetas perfecciona los complejos mecanismos de cambio de temperatura y
evolución, desde el nacimiento del Sistema Solar, hace 4,5 mil millones de años.
Se trata de comprender las estabilizaciones y las desregulaciones catastróficas de
los climas en el pasado y de modelar su comportamiento futuro.

Cómo aumenta la temperatura superficial

El efecto invernadero se explica grosso modo así: la atmósfera debe ser


transparente a las longitudes de onda visible e infrarrojo cercano. Eso permite a
una fracción de la luz solar (la que no ha rebotado irremediablemente al espacio a
causa de los factores descritos más adelante en “anti invernaderos”) impactar la
superficie del planeta, siendo re-emitida por ésta como rayos infrarrojos. Las
capas bajas de la atmósfera absorben el infrarrojo, el cual es "re-irradiado" hacia
la superficie, calentándola.
Algunos componentes moleculares pueden absorber fuertemente la radiación
térmica del suelo, en el infrarrojo lejano. En la Tierra, los principales gases
involucrados son el vapor de agua (H2O) y el dióxido de carbono (CO2), los
cuales, debido a su estructura molecular, poseen un "espectro de absorción" muy
rico: absorben muchas longitudes de onda del infrarrojo.
La amplitud del efecto invernadero está determinada por la extensión del espectro
infrarrojo en el cual la atmósfera absorbe eficazmente la radiación térmica de la
superficie. La densidad atmosférica juega un papel importante, ya que la absorción
infrarroja aumenta con la presión. Así, la enorme diferencia entre los efectos
terrestre y venusino es atribuida a la presión atmosférica cien veces superior que
hay en la superficie de Venus.

Ventanas del invernadero

Los constituyentes atmosféricos tienen "ventanas", que actúan como las puertas
de un invernadero: en un planeta, la radiación comprendida en esas ventanas es
reenviada al espacio, contribuyendo negativamente al balance energético. En la
Tierra, esta ventana está comprendida entre los 8 y los 12 micrómetros. En Titán,
entre 16 y 25 micrómetros. Venus tiene una ventana en una longitud de onda
mayor, cerca de los 2,3 micrómetros. Las ventanas juegan un papel muy
importante en la temperatura a nivel del suelo. Si se agrega en la atmósfera un
componente que las obtura total o parcialmente, ocurre un aumento sustancial de
la temperatura superficial. Es así como el progresivo enriquecimiento en metano
(CH4) y en clorofluorocarbonos (CFC), que absorben fuertemente en la ventana 8-
12 micrómetros, es una de las causas del recalentamiento global.

Mares y nubes de agua y metano

Los componentes atmosféricos condensables, como el agua y el metano (en


Titán) amplifican o estabilizan el efecto invernadero. En la Tierra, a causa de las
grandes reservas de agua líquida que son los océanos, mares y los lagos, la
concentración del vapor de agua está determinada por su presión de vapor
saturante en la baja atmósfera. Por ello, depende fuertemente de la temperatura.
Un leve calentamiento inicial de la temperatura a nivel del suelo provocará un
incremento de la concentración de vapor de agua, el cual a su vez inducirá más
efecto y, por ende, calor. Este ciclo combina la interacción entre el ciclo del agua y
el del CO2: el calentamiento inducido por un incremento de la concentración de
CO2 es duplicado por el efecto retroactivo del vapor de agua. Los modelos
atmosféricos actuales estiman que el factor de multiplicación de este efecto puede
ser de 10 en Titán, donde el metano, presente en la atmósfera y en la superficie
(probablemente en lagos), cumple el rol del agua en la Tierra. En Marte, al
contrario, la energía solar 2,3 veces más débil que en la Tierra; el consecuente frío
limita enormemente la concentración de agua en la atmósfera, impidiendo que
ésta participe del efecto invernadero.

Anti-invernaderos

La condensación de constituyentes atmosféricos, la acción fotoquímica de la


radiación solar ultravioleta, el polvo y las cenizas volcánicas en suspensión
pueden absorber o difundir en el espacio la radiación solar visible. El aporte de
energía solar disminuye y, si la capa de partículas está a gran altura, no puede
contribuir al efecto invernadero a baja altura. De ahí un enfriamiento de la
superficie. Mientras más intenso es el efecto invernadero, más fácil crear un "anti
efecto invernadero". Éste fenómeno, tan comentado en caso de conflicto nuclear
global (partículas generadas por las explosiones), es seguramente la causa de la
extinción masiva de los dinosaurios, hace 65 millones de años, cuando
presumiblemente nos impactó un enorme asteroide, un acontecimiento que se
repite, para objetos de gran tamaño, con una frecuencia de varios millones de
años.

AURIGA - EL COCHERO

Esta constelación es muy fácil de encontrar, especialmente a causa de la luminosa


Capella, la estrella cabra, y a su séquito de tres cabritos. Las antiguas leyendas
muestran a Auriga como un cochero con una cabra en el hombro y dos o tres crías
en el brazo. Otras versiones hacen aparecer al cochero como Erecteo, hijo de
Hefesto, quien inventó un carro para mover su cuerpo lisiado.
Desde la época de los romanos, Capella ha sido considerada la estrella cabra.
Está a casi 50 años luz de distancia, aunque es parecida a nuestro, su tamaño es
mayor.
Destaca acá Epsilon Aurigae, estrella supergigante que forma un especial sistema
variable, apagándose cuando su compañera cada 27 años pasa por delante. En
un eclipse, su brillo baja dos tercios de magnitud. La fase más profunda del eclipse
demora un año, lo que señala que la compañera se rodea de un gran disco de gas
y polvo.
Mencionemos tres racimos interesantes: M36 está a unos 5 grados al sudoeste de
Theta Aurigae y contiene unas 60 estrellas más débiles de octava magnitud; M 37
es un racimo abierto, del tamaño de la Luna, visible con prismáticos, aunque un
telescopio pequeño recién nos mostrará su cantidad de estrellas; M 38, más
pequeño y se asemeja a la letra griega pi cuando se observa con un telescopio de
baja potencia.

Problemas con el Big Bang

El Big Bang logra dar una explicación satisfactoria para la relación entre la
velocidad de alejamiento y la distancia de las galaxias, la radiación cósmica de
fondo (RCF) y la proporción cósmica del elemento helio (25 %). Sin embargo, hay
otras cosas que no logra explicar. Mencionemos dos de ellas.
La primera es la uniformidad del universo: en cualquier dirección que miremos, la
RCF es siempre la misma.
Ahora, sabiendo que la velocidad de la luz es la más rápida forma posible de
propagación de información y de procesos físicos, hay una distancia máxima que
la luz pudo recorrer desde que nació el universo.
Esa distancia es conocida como la “distancia horizonte”: dos objetos separados
por ella no han estado nunca en contacto físico.
Dicho de otra forma, una región del espacio separada de otra por más que la
distancia horizonte, está más allá del horizonte.
Ahora, si miramos en dos direcciones opuestas del espacio, veremos zonas
separadas por casi 100 veces la distancia horizonte.
¿Cómo es posible, entonces, que su radiación cósmica sea idéntica?
La única respuesta posible es que el universo se inició de manera totalmente
uniforme, lo que es muy difícil, para los cosmólogos y los físicos, de demostrar.
La segunda duda respecto del Big Bang es que no explica porqué la densidad
(masa y energía) del universo es tan cercana a la densidad crítica: los modelos
actuales del universo no son capaces de decir si la expansión continuará para
siempre (universo “abierto”) o bien, a causa de la gravedad, se detendrá y el
universo colapsará en un llamado “Big Crunch” (universo “cerrado”).
La respuesta a esta crucial interrogante para conocer el futuro del universo está en
el mejor conocimiento posible que tengamos de las propiedades de las fuerzas
(las interacciones) de la naturaleza.
En cuanto a las otras preguntas, si hay una respuesta, será en la primera década
del siglo XX, cuando los grandes telescopios, con el VLT del norte de chile a la
cabeza, apunten sus enormes espejos hacia los remotos orígenes del cosmos.
cosmología: estudio de la arquitectura y evolución del universo considerado en su
conjunto

BOÖTES - EL BOYERO

El nombre de esta constelación tiene su origen en la palabra griega boyero y que


perteneció al hijo de Deméter. La leyenda señala que alcanzó un lugar en el cielo
a causa de haber inventado el arado. Otra leyenda lo muestra como hijo de Zeus y
Calisto, con el nombre de Árcade y Arcturus. Su madre fue convertida en osa por
Hera, esposa de Zeus, en un ataque de celos, y estuvo a punto de morir en manos
de su propio hijo cuando estaba cazando. Fue salvada por Zeus quien la llevó al
cielo, donde se convirtió en la Osa Mayor o Ursa Major.
La estrella más brillante de esta constelación se llama Arcturus y significa
"guardián del Oso". En ocasiones aparece guiando a los perros de caza de Canes
Venatici y moviendo a los osos de Ursa Maior y ursa Minor. Al unir las tres
estrellas del mango de la Osa mayor y se "arquea hasta Arcturus", se ubica esta
constelación.
Este astro está situada a 37 años luz y es una de las estrellas más luminosas
dentro de las más cercanas, con colores entre amarillo y naranjo. La actual
ubicación de Arcturus en el cielo ha cambiado unas dos veces el diámetro
aparente de la Luna en los últimos 2 mil años.

CAELUM - EL BURIL

Es una de las constelaciones menos interesantes. Corresponde a una de las


muchas regiones del cielo del hemisferio meridional en que fueron divididas y
nombradas por Nicola-Louis de Lacaille, astrónomo del siglo 18. Incluye la zona
que está entre las constelaciones la Paloma -Columba- y Erídano - la fluvial
Eridanus. La carencia de interés estriba en que es una región en gran parte vacía.
A ella pertenece R Caeli, una estrella variable tipo Mira, cuya magnitud cambia de
6,7 a 13,7 durante un período de alrededor de 13 meses.

CAMELOPARDALIS - LA JIRAFA

Esta constelación fue bautizada por Bartsch en 1624, ya que le pareció que
representaba al camello que transportó a Rebeca hasta donde Isaac. Cabe
recordar que "Camello-leopardo" era el nombre que los griegos asignaron a la
jirafa, pues creían que tenía cabeza de camello y las manchas del leopardo. Se
sitúa en un gran zona entre el Cochero y las Osas.
La estrella Z Camelopardalis es del tipo variable y cataclísmica, entrando en
erupción desde una mínima magnitud de 13 a la máxima de 9,6, lo que es muy
débil, cada 2 o 3 semanas. Sin embargo, al apagarse deja de cambiar y
permanece estancada en una magnitud intermedia. Ello puede durar muchos
meses, incluso a finales de los años 70, esta estrella permaneció en la magnitud
11,7 durante varios años.
VZ Camelopardalis es una estrella que oscila entre las magnitudes 4,8 y 5,2 y se
ubica cerca de Polaris, pudiendo verse cada noche del año desde las latitudes
más septentrionales.

CANCER - EL CANGREJO O CÁNCER

Según la mitología de la antigua Grecia, Cáncer tuvo la misión de distraer a


Hércules en su combate contra el monstruo de las 9 cabezas Hidra. El cangrejo
fue aplastado por el pie de Hércules, sin embargo, y como recompensa, Hera lo
puso entre las estrellas. El símbolo del zodíaco representa las pinzas del cangrejo.
Miles de años atrás, el Sol alcanzaba el solsticio de verano cuando estaba delante
de esta constelación. En ese entonces, encima nuestro había, en una latitud norte,
lo que conocemos como el Trópico de Cáncer. A causa de la precesión, la
posición más septentrional del sol se ha movido en dirección este, hacia la frontera
entre Géminis y Tauro.
La constelación no posee ninguna estrella con luminosidad superior a 4, se ubica
entre Géminis y Leo, y su renombre lo debe al zodíaco y a su hermoso racimo M
44, llamado La Praesepe o Colmena.
La Praesepe o Colmena (M 44) es uno de los racimos más notables del cielo, fácil
de ver con prismáticos desde una ciudad y visible a simple vista con cielo oscuro.
Tiene unas 200 estrellas, las que esparcidas abarcan 1,5 grados.
También cuenta con M 67, racimo de unas 500 estrellas débiles, que abarcan 1,5
grados. Se pueden ver con un telescopio de baja potencia.
R Cancri es una estrella variable brillante de período largo, que es visible con
prismáticos cuando alcanza su máxima magnitud de 6,2, luego baja a 11,2 y sube
al cabo de casi un año.

CANES VENATICI - LOS PERROS DE CAZA

Fue ideada por Johannes Hevelius, astrónomo polaco, en 1687. Se esconde al sur
del brazo de la Osa Mayor y contiene una gran cantidad de objetos celestes. Los
perros de caza son los lebreles Asterión y Chara, guiados por el Boyero cuando
recorre el cielo del norte en busca de Ursa Maior y Ursa Minor.
El corazón de Carlos, Cor Caroli, Alpha Canum Venaticorum, es una estrella doble
ancha, con 20 segundos de arco de separación, visible con un telescopio
pequeño. Fue nombrada así por Edmund Halley en honor a su mecenas Carlos II,
rey de Inglaterra.
El racimo M 3 es una joya extraña en el cielo norte, a medio camino entre Cor
Caroli y Arcturus, a unos 35 mil años luz, con 200 de ancho. Sus estrellas son
visibles con un telescopio de baja potencia.
Otra estrella interesante es Y Canum Venaticorum (E-B 364), llamada también La
Superba, es de quinta magnitud, con un colorido rojo. Su magnitud oscila entre 5,2
a 6,6 durante 157 días.
También integra esta constelación la famosa Galaxia Molinillo (M 51), la que
aparece como un resplandor redondo de octava magnitud con un núcleo brillante.
Veremos su estructura espiral con un telescopio de 300 mm.

CANIS MAIOR - EL CAN MAYOR

Es una de las constelaciones más impresionantes, tiene en Sirius, la Estrella del


Perro, su elemento más luminoso. Dice la leyenda que Sirius se levanta a la
misma hora que el Sol a finales del verano en el hemisferio norte, por lo que sus
luminosidades se unen produciendo los calurosos "días de perro".
El Can Mayor y el Can Menor, constelación vecina, son parte de muchas
leyendas. En la antigua Grecia decían que el Can Mayor podía correr a muchísima
velocidad. En una ocasión le ganó una carrera a un zorro, considerada la criatura
más veloz del mundo. En premio, Zeus colocó al perro en el cielo. Otra dice que
ambos perros ayudan a Orión mientras practica la caza. Con el ojo puesto en
Lepus, la Liebre, agachado debajo de Orión, el Can Mayor parece dispuesto a
saltar. Otras versiones muestran a Sirius como el perro de caza de Orión.
Sirius es la estrella más importante de nuestro cielo. Está apenas a 8,7 años luz
de distancia. Agrega a ello que es unas 40 veces más brillante que el Sol, lo que
explica su gran luminosidad.
En las notas de los antiguos griegos y romanos, Sirius aparece descrita como una
estrella "rojiza". Actualmente eso está en duda, ya que otras estrellas brillantes
también han sido descritas como rojas. Posiblemente ese tono se explique por los
matices de estos cuerpos celestes cuando centellean.
M 41 es un hermoso racimo abierto rodeado por un lienzo cuajado de estrellas. Si
observamos bien, detectaremos una estrella roja cerca del centro del racimo.

CANIS MINOR - EL CAN MENOR

Esta constelación, la compañera pequeña de Canis Maior, sólo posee dos


estrellas de luminosidad superior a 5 magnitudes: Procyon y Gomeisa. Además de
ser uno de los perros de caza de Orión, se cuenta que el Can Menor era también
uno de los podencos de Acteón. En una ocasión Acteón vio a Ártemis, diosa de la
caza y los bosques, mientras se bañaba con sus amigas. Atraído por su
extraordinaria belleza se detuvo a mirar y ella lo sorprendió. Enojada porque un
mortal la había visto desnuda lo convirtió en venado, a continuación lanzó su
jauría de podencos tras él y fue devorado.
Procyon, Alpha Canis Minoris, es una bella estrella amarilla que sigue la senda de
Orión por el cielo. Está apenas a11,3 años luz y está acompañada de una enana
blanca muy débil. Es visible a simple vista.
Con prismáticos es visible Beta Canis Minoris, una estrella que está en un campo
que contiene otro astro de intenso color rojo.

CAPRICORNUS - EL CAPRICORNIO

Desde los tiempos de los caldeos y los babilonios, Capricornus ha recibido el


nombre de "cabra". En ocasiones se muestra como una cabra, pero casi siempre
se le pone la cola de un pez. Está asociado a la leyenda sobre el dios Pan, quien
cuando escapaba de Tifón, el monstruo, se tiró al Nilo. La parte sumergida se
transformó en cola de pez, mientras que su parte superior siguió siendo de cabra.
Hace miles de años, el Sol alcanzó su posición más meridional en el cielo, el
solsticio de invierno, cuando estaba delante de Capricornio. Durante ese tiempo se
hallaba el Trópico de Capricornio en latitud sur. Aún se llama así, aunque el Sol, a
causa de la precesión, ahora se ubica en Sagitario para ese solsticio. Capricornio
es la constelación menos visible del zodiaco.
Alpha Capricorni es una doble estrella que tiene una separación de 6 minutos de
arco perceptible a simple vista en una noche clara y estable. Es un doble por
casualidad, pero cada estrella en sí misma es una doble binaria.
A unos 40 mil años luz esta M 30, un racimo globular con un centro muy denso.
Para ser apreciado se requiere un telescopio de mediana potencia.

CARINA - LA QUILLA
En medio de uno de los yacimientos más ricos de la Vía Láctea está esta
constelación del hemisferio sur. Con prismáticos son visibles en su interior una
media docena de brillantes racimos abiertos.
La Quilla es parte de una constelación antes conocida como el Barco de Argo
(Argo Navis), la nave en la que Jasón y los Argonautas viajaron para buscar el
Vellocino de Oro. Esta constelación abarcaba una zona tan grande del cielo que
fue dividida en cuatro constelaciones separadas: Brújula, Popa, Vela y Quilla.
Su estrella más importante es Canopus: Alpha Carinae, supergigante amarilla es
la segunda estrella más luminosa del cielo y está a unos 74 años luz.
Otra estrella importante es Eta Carinae. En 1827 alcanzó la primera magnitud y
durante unas semanas de 1843 fue, junto a Sirius, el astro más brillante del cielo.
Sin embargo, en los últimos años Eta ha sido demasiado débil para ser vista con
prismáticos.

La circunda Eta Carinae Nebula (NGC 3372), la nebulosa más delicada de la Vía
Láctea. tiene dos grados de ancho, con grietas que parecen romperla.
Superpuesta en la parte más brillante de la nebulosa está lo oscura nebulosa Ojo
de la Cerradura (NGC 3324).

Un brillante racimo abierto, NGC 3532, está a unos tres grados de Eta Carinae, y
es el más elegante de los que integran la Quilla, con unas 159 estrellas visibles en
un telescopio de poca potencia.

CASSIOPEIA - CASIOPEA

Llama la atención su figura en forma de W, ubicada en la cara opuesta de Polaris


vista desde la Osa Mayor. Casiopea puede verse todo el año desde las latitudes
medio septentrionales.
Para la mitología griega era la reina de la antigua Etiopía, esposa de Cefeo y
madre de nuestra conocida Andrómeda, causante de la ira de Poseidón.
Para los romanos, en castigo por su presunción Casiopea estaba encadenada, lo
que provocó el castigo y rescate de su hija, y está ubicada en el cielo al revés. Los
árabes mostraban a esta constelación como un camello arrodillado.
En el centro de la W de Casiopea está Gamma Cassiopeiae, que es la estrella
cuya luminosidad es la tercera de la constelación.
M 52 es un grupo de unas cien estrellas que es uno de los más prolíficos en la
mitad septentrional del cielo, pero es sólo uno de los diversos racimos abiertos
que integran Casiopea.
NGC 663 es un pequeño racimo abierto de estrellas débiles, muy atrayente si se
observa con un telescopio pequeño.

CENTAURUS - EL CENTAURO

El centauro Quirón es un personaje habitual de la mitología griega, híbrido de


hombre y caballo. A diferencia de sus pares, monstruosos y brutales, Quirón era
bondadoso y sabio y enseñó a humanos como Aquiles, Jasón y Hércules. Este
último le hirió accidentalmente y el centauro, entre grandes sufrimientos y
paradojal víctima de su inmortalidad, suplicó a los dioses que pusieran fin a sus
padecimientos. Zeus accedió a sus súplicas, permitió su muerte y le ubicó entre
las estrellas.
Esta gran constelación abarca la luminosa Vía Láctea, en las fronteras de la Cruz
del Sur.
A los pies del Centauro, está Alpha Centauri, a una distancia de 4,3 años luz, lo
que la hace la vecina más cercana al Sol. Es una de las estrellas binarias más
hermosas, donde cada uno de sus componentes gira alrededor del otro cada 80
años. La separación es de unos 20 segundos de arco. Alpha y Beta Centauri son
los faros luminosos que indican la Cruz del Sur.
Omega Centauri es un racimo globular frecuentemente citado como el ejemplo
más elegante del cielo. Tiene una colonia de cerca de un millón de miembros. A
simple vista parece una estrella borrosa de cuarta magnitud. Situada a 17 mil años
luz, es uno de los racimos más cercanos a la Tierra, sólo superado por NGC 6397
en el Altar.

CEPHEUS - CEFEO

Esta constelación lleva el nombre del rey del antiguo reino de Etiopía, Cefeo,
esposo de Casiopea y padre de Andrómeda. Cada uno de ellos está representado
en el cielo con sendas constelaciones. En la presentación de Andrómeda
conocemos la leyenda que protagoniza esta especial familia.
Cefeo es una constelación mediana, con cinco estrellas luminosas fáciles de
ubicar, pues están frente a Casiopea, conformando la imagen de una casa con
tejado en punta.
Está Delta Cephei, una de las más conocidas dentro de las variables, pues es
prototipo de las Cephei. Su variación fue descubierta en 1784 por un joven
sordomudo. Su magnitud más alta es 3,5, tan brillante como su vecina Zeta
Cephei y decrece hasta 4,4, que es la luminosidad de Epsilon Cephei. Completa
un ciclo cada 5,4 días.
Mu Cephei es un astro tan rojo que ha sido llamado la Estrella Granate.

CETUS - LA BALLENA, EL MONSTRUO MARINO

En la antigua Grecia se le mencionaba como el monstruo que amenazó a


Andrómeda, antes de ser destrozado por Perseo. Sin embargo, con posterioridad
se le asoció a la ballena que tragó a Jonás. Esta constelación posee astros
débiles, pero abarca una amplia zona del cielo. Su cabeza la conforman un grupo
estelar cercano a Tauro y Aries, mientras que cuerpo y cola apuntan hacia
Acuario.
La estrella Mira: Omicron Ceti da nombre a una clase de estrellas y es la variable
de período largo más conocida. Observada en 1596, desapareció para volver en
1609. El astrónomo polaco Johannes Hevelius la bautizó como la estrella
Maravillosa, Mira Stella, en 1662.
Se le ve a simple vista, con cielo oscuro.
La más luminosa de las galaxias en Cetus es M 77, con una espiral de novena
magnitud de núcleo brillante, a cuyo alrededor se puede observar un débil disco
circular con un telescopio de 100 mm.

CIRCINUS - EL COMPÁS

Nicolas-Louis de Lacaille, astrónomo francés, adscrito al Observatorio del Cabo de


Buena Esperanza, al sur de Africa, entre los años 1750 y 1754, clasificó más de
10 mil estrellas. El Compás es una de las constelaciones que este científico
compiló. Debe su nombre al hecho de que los primeros exploradores de los mares
del sur, tenían más interés en los instrumentos modernos que le auxiliaban en la
navegación que en la mitología, inagotable fuente de nombres para la población
estelar.
Destaca Alpha Circini, estrella de tercera magnitud, la más luminosa de esta
constelación, ubicada en la cercanía de Alpha Centauri. Está a unos 65 años luz y
tiene una compañera de novena magnitud.

COLUMBA - LA PALOMA

Esta es una constelación moderna y rinde homenaje a la paloma que Noé envió
desde el arca cuando finalizaron las lluvias del diluvio universal para constatar si
podía encontrar tierra seca. Su nombre se lo debe al holándés Petrus Plancius,
teólogo y cartógrafo, que vivió en el siglo 16. Se ubica al sur del Can Mayor.
Destaca la estrella T Columbae, que es una variable Mira, que tiene una magnitud
máxima de 6,7. Desciende hasta una magnitud de 12,6 y luego vuelve a subir
durante un período de siete meses y medio.
También tenemos a NGC 1851, un gran y brillante racimo globular de 7ª magnitud,
que con prismáticos y buen cielo se verá como una mancha tenue. Premunidos de
un telescopio de 150 mm se distinguirán las estrellas más brillantes.

COMA BERENICES - LA CABELLERA DE BERENICE

Esta constelación carece de estrellas brillantes, lo que la hace dif´ícil de visualizar,


y se sitúa entre Arcturus y Denebola, abarcando una vasta área del cielo. Se
conforma con algunas estrellas débiles superpuestas en una nube de galaxias, al
borde norte del racimo de galaxias en Virgo.
Se asocia a una interesante leyenda entre personas reales. Se cuenta que
Berenice, la hermosa esposa del rey Ptolomeo III en el Antiguo Egipto, prometió
sacrificar su larga y dorada cabellera a Afrodita si el rey retornaba ileso del campo
de batalla. Y cumplió su promesa. Sin embargo la frondosa cabellera desapareció
del templo, por lo que el rey ordenó ejecutar a los guardianes, en castigo a su
descuido. Cuando se aprontaban a dar cumplimiento al castigo, el astrónomo real
le avisó al rey que la propia Afrodita, maravillada con el regalo, la había colocado
en el cielo para ser admirada.
M 53 es un racimo globular con un diámetro de tres minutos de arco y se halla
situada cerca de Alpha Comae Berenices.
La galaxia Ojo Negro (M 64) es una galaxia extraña, ya que parece un formación
común en espiral, con brazos muy curvados.
Bajo un cielo oscuro y con un telescopio pequeño, aparece NGC 4565 como una
fina línea de niebla. Es una galaxia en espiral, con una faja de polvo muy clara.

LOS COMETAS

Las grandes viajeras del Sistema Solar son antiguas y ocasionales compañeras de
la humanidad. Su nombre proviene del griego aster kometes (estrellas melenudas)
a causa de su gran cola, neblinosa y débilmente luminosa que se extiende a
través del espacio, como una estrella deshilachada. A diferencia de las
trayectorias predecibles de los planetas o de las estrellas inmutables, los cometas
eran vistos como irregulares, portadores de inestabilidad, desastres y catástrofes.
Este temor era comprensible si se piensa que los antiguos (y mucha gente
actualmente) creían en una gran influencia de los astros sobre las personas y sus
destinos: cambios de gobernantes y reyes o advertencia de guerra. Sin duda era
un miedo ancestral justificado, si pensamos que un gran asteroide, como el que
cayó en Yucatán (México) hace 65 millones de años, puede causar la extinción de
casi toda la vida en la Tierra, en este caso, los dinosaurios. Sin remontarse a
tiempos tan remotos, en 1908 cayó en Siberia un cuerpo que se supone era un
fragmento de cometa de 50 metros a una velocidad de 30 km/s. Una expedición
llegó años después (el lugar es muy inaccesible) y constató que la explosión había
devastado el bosque boreal en un área de 1.000 km2. También hubo cometas a
los que se atribuyeron, por conveniencia o no, efectos positivos: Napoleón, nacido
el año 1769 cuando era visible un cometa, pensaba que era un presagio para su
gloria. En 1811, la aparición de otro cometa le hizo creer en el éxito de su invasión
a Rusia, la que resultó en una cruenta derrota. Sin embargo, según los expertos
en vinos portugueses, la cosecha excepcional de aquel año se debió a la
influencia sobre el clima del fenómeno celeste...
Si antes se les temía por desconocimiento, hoy en día astrónomos y geoquímicos
esperan los cometas con gran ansiedad: los elementos que contienen son
idénticos a los que había en la gran nube de gas y polvo original y su estudio
permitirá aclarar importantes dudas acerca de nuestro origen. Como veremos
luego, el investigador de cometas es como un arqueólogo del Sistema Solar.
Los cometas en la historia
Los antiguos sabios chinos han registrado cometas desde hace más de 2000
años, con una frecuencia de 30 por siglo. En 1532 dos astrónomos, el italiano
Girolamo Fracastorio y el alemán Pedro Apiano, notaron que la cola del cometa
que apareció aquel año apuntaba siempre en dirección opuesta al Sol. En 1577,
Tycho Brahe, el gran astrónomo maestro de Johanes Kepler, trató de determinar
la distancia de un cometa aparecido ese año. Si, tal como lo creía Aristóteles, los
cometas eran un fenómeno atmosférico, el paralaje (ver distancias) debía ser
mucho más grande que el de la Luna. Pero obtuvo un paralaje demasiado
pequeño para medirlo: era entonces un objeto astronómico. Cuando en 1687 Isaac
Newton descubrió la ley de gravedad, pudo explicar lo que un amigo suyo,
Edmund Halley, había deducido cinco años antes: el cometa que apareció ese año
seguía la misma trayectoria que los de 1456, 1531 y 1607. Halley se sorprendió
que los cometas girasen en torno al Sol en unas órbitas tan elípticas y que cuando
entraban al perihelio, se tornaban visibles, lo que sólo ocurría durante esa
pequeña porción de su órbita. El largo afelio transcurría en el inescrutable espacio
lejano donde el cometa "desaparecía".

En el nacimiento del Sistema Solar

El origen de los cometas está bastante bien establecido. Se trata de restos de la


nebulosa original de gas y polvo, aglutinados en fragmentos hace 4.500 millones
de años, que quedaron tras la formación de los planetas gigantes (Júpiter, Saturno
y, en menor medida Urano y Neptuno). Mientras que a la altura de los planetas
terrestres, los compuestos volátiles fueron soplados por el viento solar, a la altura
de los gaseosos, la temperatura y la radiación son demasiado débiles como para
sublimar (convertir un sólido en gas sin pasar por el estado líquido) el hielo y los
demás compuestos volátiles a base de carbono, nitrógeno y oxígeno.
Los fragmentos que no fueron atrapados por la gravedad de los gigantes
gaseosos conocieron dos destinos. Los más cercanos, situados más allá de la
órbita de Neptuno (entre 40 y 200 UA) conformaron un disco aplanado: el cinturón
de Kuiper, llamado así en honor a su descubridor, Peter Kuiper. De él vienen, tras
ser perturbados por la gravedad de Neptuno, los cometas de período corto, que
nos visitan cada pocos años: el Encke, que se acerca a 52.000.000 km. del Sol,
alejándose luego hasta 627.000.000 km. (4,2UA), dentro de los últimos límites del
cinturón de asteroides, cada sólo 3,3 años. El cometa d'Arrest, que nos visita cada
6,4 años, y el Halley, el cual alcanza los 55 km/s en su perihelio, a 90.000.000 km,
mientras que su afelio está a 5.400.000.000 km. (más allá de Neptuno) en un
período de 76 años. Los dos primeros son investigados por científicos que
lanzaron sondas especializadas, mientras que el Halley fue aproximado por varias
sondas en 1986.
Los demás fragmentos fueron arrojados en todas las direcciones hacia órbitas
muy distantes (entre 2.000 y 100.000 UA) por las perturbaciones gravitatorias de
Júpiter y Saturno, tras un fenómeno llamado "dispersión caótica". De ahí que se
distribuyen en una esfera y no en el plano de la eclíptica, tal como lo sugirió el
holandés Jan Oort en 1950.
Para que un cometa vuelva de la nube de Oort hacia el Sistema Solar, después de
miles, millones o incluso miles de millones de años, es necesario que sea
perturbado por la gravedad de, por ejemplo, una estrella cercana. En efecto, las
estrellas no están quietas en el espacio. Se mueven y, a lo largo de la vida del
Sistema Solar, muchas se nos han acercado y alejado. Recientemente se han
descubierto algunos asteroides con una velocidad mayor a la de escape solar (42
km/s a 1 UA del Sol). Vendrían de otros sistemas solares y quizás visitarán otras
estrellas o sistemas en cientos o miles de millones de años más. Nada excluye
que se descubran cometas con una velocidad similar: su examen espectral, por
radioastronomía, o eventualmente sondas, nos dirá cual era su medio de origen,
una ardua tarea considerando que el polvo y los gases interestelares han
interactuado químicamente con el cometa, dificultando su análisis.
Montañas de nieve sucia.
En 1950, el astrónomo norteamericano Whipple propuso, sin conocer de verdad la
composición de los cometas, su hipótesis de que serían grandes "bolas de nieve
sucia". Se basaba, como veremos, en la observación "indirecta" de las longitudes
de onda emitidas por la intensa actividad de sus atmósferas excitadas por el Sol.
Cuando un cometa se acerca a Sol, se "activa": el calor sublima el hielo (que
compone entre un 50 y un 80 % de un cometa) y el vapor crea una atmósfera.
Pero la débil gravedad de los pequeños cometas (1 a 10 km. de radio apenas) no
la retiene bien, de ahí su enorme tamaño: Puede tener las dimensiones de Júpiter
(140.000 km.). La mayoría de los cometas se "activan" a más o menos 3 UA del
Sol, donde la temperatura (200°K o -73°C), llamada de equilibrio es la de
sublimación del agua en el vacío.
Las dos colas que poseen los cometas se deben a la acción del Sol sobre dicha
atmósfera: la primera es muy curva y está hecha de polvos creados por la
sublimación de los hielos y acelerados por la "presión de radiación", es decir los
fotones solares. Brilla porque los polvos reflejan la luz solar. La otra es la cola de
iones, más rectilínea, producida por la disociación de las moléculas de la
atmósfera por la radiación ultravioleta y su ionización por los protones y electrones
del viento solar.
La naturaleza física de estos dos fenómenos está establecida desde fines del siglo
XIX, en el caso de la presión de radiación, y desde los trabajos del astrónomo
alemán L. Bierman, en 1951, en el caso del viento solar. Sin embargo, la
composición química de las colas y, con mayor razón, de los núcleos, ha
desafiado los análisis.
En el espectro visible, se ha detectado desde hace un siglo la presencia de
bandas de emisión, más anchas que las rayas espectrales, de radicales. Dicho
sea de paso, esos espectros son una suerte para los espectroscopistas
moleculares porque pueden estudiarlos en condiciones difícilmente reproducibles
en laboratorio: en los cometas, a bajas temperaturas, las moléculas emiten por
fluorescencia: absorben un fotón solar y reemiten uno con longitud de onda similar
o superior.
Sin embargo, los iones y radicales identificados en el espectro visible no provienen
de la sublimación de los hielos del núcleo: son moléculas "hijas", resultantes de la
fotólisis (disociación de los enlaces electrónicos por la radiación solar) de las
moléculas "madres", las que provienen a su vez de los hielos del núcleo.
En el espectro ultravioleta, accesible sólo desde el espacio a causa de la capa de
ozono, las observaciones comenzaron con cohetes y luego con el IUE
(International Ultraviolet Explorer), lanzado en 1978. Las observaciones en dicho
espectro sirvieron para probar la disociación de las moléculas de agua (en
hidrógeno y el radical OH) y ver la presencia de monóxido de carbono (CO).
Sin embargo, es el espectro infrarrojo que ofrece el sueño de los cometólogos:
observar las moléculas "madres". Para ello es necesario un avión estratosférico
porque el agua de la atmósfera terrestre es opaca a los infrarrojos. En 1986, la
sonda rusa Vega llevó un espectrómetro infrarrojo hasta el cometa Halley y pudo
ver el espectro del agua y del dióxido de carbono (CO2) y una misteriosa señal, de
3,3 a 3,5 micrómetros, típica de los enlaces entre el carbono y el hidrógeno de las
moléculas orgánicas como los alcoholes. Esta longitud de onda ha sido captada
en todos los cometas examinados posteriormente.
Finalmente, la sonda europea Giotto hizo una buena labor gracias a sus
espectrómetros de masa, capaces de analizar directamente la composición de los
gases y polvos, aunque sin poder diferenciar dos moléculas de igual masa (CO y
N2, por ejemplo).
La próxima misión será colocar una sonda en órbita alrededor de un cometa, el
2003. Es el proyecto ROSSETTA de la Agencia Espacial Europea (ESA). Durará
varios años y será quizás la gran oportunidad de contrastar las teorías de
formación del Sistema Solar.

Viento Solar: Está compuesto por partículas (protones en su mayoría) expulsadas


a gran velocidad (200 a 400 km/s) de las estrellas a causa de la gran temperatura
de su corona. Posee una densidad de cerca de 10 iones por metro cúbico. Este
viento sopló la nube de polvo original, dejando visible el disco de acreción. Sin el
campo magnético de la Tierra que nos protege, el viento solar ionizaría las
moléculas de nuestros tejidos, dañándolos.
Sublimación: cambiar de sólido a gas sin pasar por el estado líquido.

NICOLÁS COPÉRNICO (1473-1543)

Astrónomo polaco, conocido por su teoría que sostenía que el Sol se encontraba
en el centro del Universo y la Tierra, que giraba una vez al día sobre su eje,
completaba cada año una vuelta alrededor de él. Este sistema recibió el nombre
de heliocéntrico o centrado en el Sol.

Infancia y educación

Copérnico nació el 19 de febrero de 1473 en la ciudad de Thorn (hoy Toru), en el


seno de una familia de comerciantes y funcionarios municipales. El tío materno de
Copérnico, el obispo Ukasz Watzenrode, se ocupó de que su sobrino recibiera una
sólida educación en las mejores universidades. Copérnico ingresó en la
Universidad de Cracovia en 1491, donde comenzó a estudiar la carrera de
humanidades; poco tiempo después se trasladó a Italia para estudiar derecho y
medicina. En enero de 1497 Copérnico empezó a estudiar derecho canónico en la
Universidad de Bolonia, alojándose en casa de un profesor de matemáticas
llamado Domenico María de Novara que influiría en sus inquietudes. Este
profesor, uno de los primeros críticos sobre la exactitud de la “Geografía” del
astrónomo del siglo II, Tolomeo, contribuyó al interés de Copérnico por la
geografía y la astronomía. Juntos observaron el 9 de marzo de 1497 la ocultación
(eclipse a causa de la Luna) de la estrella Aldebarán.
En 1500, Copérnico se doctoró en astronomía en Roma. Al año siguiente obtuvo
permiso para estudiar medicina en Padua (la universidad donde dio clases Galileo,
casi un siglo después). Sin haber acabado sus estudios de medicina, se licenció
en derecho canónico en la Universidad de Ferrara en 1503 y regresó a Polonia.

Regreso a Polonia
Copérnico vivió en el palacio episcopal de su tío en Lidzbark Warminski entre 1503
y 1510, y trabajó en la administración de la diócesis y en las actividades contra los
caballeros Teutónicos. Allí publicó su primer libro, una traducción del latín de
cartas de ética de un autor bizantino del siglo VII, Teofilatos de Simocata. Entre
1507 y 1515 escribió un tratado breve de astronomía, conocido como el
“Commentariolus”, que no se publicaría hasta el siglo XIX. En esta obra sentó las
bases de su nueva astronomía de concepción heliocéntrica.
Después de su traslado a Frauenburg, en 1512, Copérnico tomó parte en la
comisión del quinto Concilio Luterano para la reforma del calendario (1515);
escribió un tratado sobre el dinero (1517) y empezó a trabajar en su obra principal,
“De revolutionibus orbium caelestium” (Sobre las revoluciones de los cuerpos
celestes), que culminó en 1530 y fue publicado el 24 de mayo de 1543, poco antes
de su muerte, por un editor luterano en Nuremberg, Alemania.

La cosmología a principios del siglo XVI

La cosmología anterior a la teoría de Copérnico postulaba un universo geocéntrico


en el que la Tierra se encontraba estática en el centro del mismo, rodeada de
esferas que giraban a su alrededor. Dentro de estas esferas se encontraban
(ordenados de dentro a afuera): la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter,
Saturno y, finalmente, la esfera exterior en la que estaban las llamadas estrellas
fijas (se pensaba que esta esfera exterior fluctuaba lentamente y producía el
efecto de los equinoccios).
En la antigüedad era difícil de explicar por cosmólogos y filósofos el movimiento
aparentemente retrógrado de Marte, Júpiter y Saturno. En ocasiones, el
movimiento de estos planetas en el cielo parecía detenerse y comenzaban a
moverse en sentido contrario. Para poder explicar este fenómeno, los cosmólogos
medievales pensaron que los planetas giraban en un círculo que llamaban
epiciclo, y el centro de cada epiciclo giraba alrededor de la Tierra, trazando lo que
denominaban una trayectoria deferente. Era grosso modo el sistema de Tolomeo.

El sistema de Copérnico y su influencia

La teoría de Copérnico establecía que la Tierra giraba sobre sí misma una vez al
día, y que una vez al año daba una vuelta completa alrededor del Sol. Además
afirmaba que la Tierra, en su movimiento rotatorio, se inclinaba sobre su eje (como
un trompo). Sin embargo, aún mantenía algunos principios de la antigua
cosmología, como la idea de las esferas dentro de las cuales se encontraban los
planetas y la esfera exterior donde estaban inmóviles las estrellas. Por otra parte,
esta teoría heliocéntrica tenía la ventaja de poder explicar los cambios diarios y
anuales del Sol y las estrellas, así como el aparente movimiento retrógrado de
Marte, Júpiter y Saturno, y la razón por la que Venus y Mercurio nunca se alejaban
más allá de una distancia determinada del Sol. Esta teoría también sostenía que la
esfera exterior de las estrellas fijas era estacionaria.
Una de las aportaciones de la teoría de Copérnico era el nuevo orden de
alineación de los planetas según sus periodos de rotación. A diferencia de la teoría
de Tolomeo, Copérnico vio que cuanto mayor era el radio de la órbita de un
planeta, más tiempo tardaba en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Pero
en el siglo XVI, la idea de que la Tierra se movía no era fácil de aceptar y aunque
parte de su teoría fue admitida, la base principal fue rechazada.
Entre 1543 y 1600 Copérnico contaba con muy pocos seguidores. Fue objeto de
numerosas críticas, en especial de la Iglesia, por negar que la Tierra fuera el
centro del Universo. La mayoría de sus seguidores servían a la corte de reyes,
príncipes y emperadores. Los más importantes fueron Galileo y el astrónomo
alemán Johannes Kepler, que a menudo discutían sobre sus respectivas
interpretaciones de la teoría de Copérnico. El astrónomo danés Tycho Brahe llegó,
en 1588, a una posición intermedia, según la cual la Tierra permanecía estática y
el resto de los planetas giraban alrededor del Sol, que a su vez giraba también
alrededor de la Tierra.
Con posterioridad a la supresión de la teoría de Copérnico, tras el juicio
eclesiástico a Galileo en 1633, que lo condenó por corroborar su teoría, algunos
filósofos jesuitas la siguieron en secreto. Otros adoptaron el modelo geocéntrico y
heliocéntrico de Brahe. En el siglo XVII, con el auge de las teorías de Isaac
Newton sobre la fuerza de la gravedad, la mayoría de los pensadores en Gran
Bretaña, Francia, Países Bajos y Dinamarca aceptaron a Copérnico. Los filósofos
puros de otros países de Europa mantuvieron duras posturas contra él durante
otro siglo más.

Cosmología: estudio de la arquitectura y evolución del universo considerado en su


conjunto.

CORONA AUSTRALIS - LA CORONA AUSTRAL

Forma parte de las 48 constelaciones originales del catálogo de Ptolomeo en el


siglo 2 d.C. Se trata de un pequeño y discreto grupo, que se ve especialmente
desde el hemisferio norte, como semicircular y de débiles estrellas. Se sitúa bajo
Sagitario y representa una coronas de hojas de laurel o de olivo, la que
pertenecería a Quirón, según algunas leyendas.
En "Metamorfosis" del poeta romano Ovidio, se cuenta otra leyenda relacionada
con esta corona. Juno descubre que Júpiter, su esposo, es amante de Sémele,
joven mortal. Para castigar ésta relación se hace pasar por sirvienta de Sémele,
convenciéndola de pedir a Júpiter que apareciera ante ella en toda su gloria. A
pesar de aterrorizarse ante la perspectiva, accede a la petición. Sémele, al verlo
en todo su esplendor, es abatida por el fuego. A pesar de la tragedia, el hijo que
llevaba en el vientre se salva y se convierte en Baco, dios del vino, el que en
homenaje a su madre coloca la corona en el cielo.
NGC 6541 es un racimo globular que presenta un pequeño disco nebuloso visto
con un telescopio pequeño, pero si usamos uno de 200 mm veremos que su borde
se convierte en estrellas.

CORONA BOREALIS - LA CORONA BOREAL

La Corona Boreal se ubica a 20 grados al noroeste de Arcturus, mostrándose


como un pequeño semicírculo de estrellas débiles, pero claras.
En una leyenda que forma parte de la mitología griega, se dice que la corona
pertenecía a Ariadna, hija de Minos, el rey de Creta. Ella rechazaba la propuesta
matrimonial de Dioniso, el que se presentaba en su forma humana, puesto que no
deseaba casarse con un mortal después de haber sido abandonada por Teseo.
Como prueba de su condición divina, Dioniso le quita la diadema y la lanza al
cielo, con ello logra que le acepte, casándose con él y alcanzando la condición de
inmortal.
En esta corona destaca R Coronae Borealis, una de las estrellas más notables,
conocida como R Cor Bor, que es una nova que repite su ciclo de cambio de
magnitud al revés que las demás. Normalmente tiene una luminosidad de
magnitud 5,9 y a intervalos irregulares disminuye repentinamente hasta alcanzar,
a veces, magnitud 8 cuando un material oscuro entra en erupción en su atmósfera.
Cuando el material se disipa, se recupera con lentitud.
Otra estrella interesante es T Coronae Borealis, la que en 1862 alcanzó de
repente la magnitud 2 y actualmente brilla con magnitud 10,2. Es conocida como
una nova recurrente y en 1946 repitió el fenómeno inesperadamente. Existe una
alta posibilidad de que lo vuelva a hacer.

CORVUS Y CRATER - EL CUERVO Y LA COPA

"Arquéese hasta Arcturus", acelere hasta Spica, gire al oeste y verá un grupo de 4
estrellas al que los antiguos llamaban El Cuervo. A su costado está Crater,
constelación más débil y que simula una copa.
Se dice que enviado por Apolo a buscar una copa de agua, el cuervo demoró en
retornar ya que esperó la maduración de un higo cerca de un manantial. Llevó la
copa y una serpiente de agua entre sus garras y contó a Apolo que su retraso se
debía a un ataque de la serpiente. Sabiendo de la mentira del cuervo, Apolo pone
a los tres en el cielo. La copa queda al lado del cuervo, muy cerca, pero la
serpiente le impide beber.
Dignas de atención son las estrellas R Corví, una variable del tipo Mira con
magnitud que oscila entre 6,7 y 14,4 durante unos 10 meses, y la Estrella de
Tombaugh. Esta última es una variable y cataclísmica muy débil, también
conocida como TV Corbi, descubierta en 1931 por Clyde Tombaugh mientras
buscaba planetas.
NGC 4048 y NGC 4039 forman un débil par de galaxias de 11ª magnitud, que
interactúan. Son uno de los pares más brillantes de galaxias conectadas y es
necesario un telescopio de 200 mm para observarlas. Su nombre más difundido es
Cola de Anillo, aunque también la nombran Antena y Cola de Rata.

CRUX - LA CRUZ DEL SUR

Sin lugar a dudas es la constelación austral más famosa, la mítica Cruz del Sur
aparece en la bandera de varios países. Su difundida forma sirvió de orientación a
los marinos durante siglos, puesto que el extremo superior de la cruz señala el
camino hacia el polo sur celeste. Dada su lejanía, ésta constelación no apareció
en los mapas como entidad separada sino hasta 1592. Antes la presentaban como
parte de Centauro.
Esta constelación posee el par de opuestas más impresionantes de la Vía Láctea
meridional: el Joyero y el Saco de Carbón.
Destacan Acrux, como se conoce a Alpha Crucis, doble estrella brillante del pie de
la cruz, a unos 4,5 segundos de arco. Hay una tercera de 5ª magnitud a unos 90
segundos de arco. Además está Gamma Crucis o, también, Gacrux, amplia doble
estrella,al norte de la cruz. Es una doble óptica, con una estrella de magnitud 6,4 a
casi 2 minutos de arco de una primaria y brillante naranja.
El Joyero, aunque pequeño, es uno de los racimos más elegantes, superpuesto en
Kappa Crucis, centellea visto con cualquier instrumento y posee diversas estrellas
de colores contrastados.
Por su parte, El Saco de Carbón es una de las nebulosas oscuras más grandes y
densas, situada al este de Acrux, se observa bien bajo un cielo oscuro contra las
nubes de estrellas de la Vía Láctea.

CYGNUS - EL CISNE

Es la respuesta del hemisferio norte a la Cruz del Sur. Como una gran cruz, el
Cisne atraviesa la Vía Láctea nórdica que en esta parte del cielo alcanza la
plenitud. Con cielo despejado se ve el Cisne en la Vía Láctea, que aparece
dividida en dos partes: una nebulosa oscura entre nosotros y las estrellas más
lejanas causa el fenómeno.
Una leyenda dice que el Cisne es Orfeo, el héroe de Tracia, que cantaba y tocaba
la lira de manera tan hermosa que los animales salvajes y los árboles iban a
escucharle. Orfeo habría sido llevado al cielo como un cisne para que pueda estar
cerca de su amada lira. Otra leyenda señala que detrás del cisne está Zeus, que
toma esa forma para seducir a Leda de Esparta,
La estrella Deneb (Alpha Cygni), que significa "cola" en árabe, aludiendo al lugar
en que se ubica sobre el cisne, es una de las más potentes: 25 veces más densa y
60.000 veces más luminosa que el Sol. Está a 1.500 años luz y es la estrella más
lejana del conocido Triángulo de Verano, junto a vega y Altair. Vega está a 25
años luz y Altair sólo a 16.
Albireo (Beta Cygni), al pie de la cruz, es una de las panorámicas más hermosas
del cielo. Es una doble espectacular, con una separación de 34 segundos de arco.
La Estrella Voladora, 61 Cygni, es una doble cuyos componentes giran uno en
torno al otro por un período de 650 años.

CHAMAELEON - EL CAMALEÓN

Camaleón es el nombre de ciertos lagartos conocidos por su capacidad de


cambiar de color, confundiéndose con su entorno cuando se sienten amenazados,
respondiendo a variaciones de temperatura, luz, color y otros cambios
ambientales. Este cambio se debe a la acción de hormonas que afectan a unas
células pigmentarias especiales presentes en su piel. Sin embargo, los
camaleones no siempre cambian de color, como es la creencia generalizada.
En el siglo 17, el astrónomo Johann Bayer delineó esta constelación, ateniéndose
a descripciones de exploradores marinos del sur. El Camaleón es una de las
constelaciones más pequeñas y menos destacadas. La conforman unas pocas
estrellas débiles y está cerca del polo sur celeste, al sur de la Quilla y al lado de
Octans, el Octante, al sur.
Con un telescopio de 300 mm es posible observar a Z Chamaeleontis, débil
estrella variable que entra en erupción periódicamente, ya que su magnitud
mínima es de 16,2. No es fácil de ver, aunque está en un extremo del cielo con
escasa población de estrellas.

CHRISTIAN DOPPLER (1803-1853)

Físico y matemático austríaco, nacido en Salzburgo. Estudió en dicha ciudad y


posteriormente en Viena. Fue profesor en el Instituto técnico de Praga
(Checoslovaquia) y en el Instituto politécnico de Viena, y ocupó el cargo de
director del Instituto de Física de la Universidad de Viena en 1850. Describió el
fenómeno físico que se conoce hoy como efecto Doppler en su artículo
monográfico sobre los colores de la luz de las estrellas dobles, Acerca de la luz
coloreada de las estrellas dobles (1842).
En física, el efecto Doppler es la variación aparente de la frecuencia de cualquier
onda emitida, por ejemplo luz o sonido, cuando la fuente de la onda se acerca o se
aleja del observador. El efecto toma su nombre del físico austríaco Christian
Doppler, que formuló por primera vez este principio físico en 1842. El principio
explica por qué, cuando una fuente de sonido de frecuencia constante avanza
hacia el observador, el sonido parece más agudo (de mayor frecuencia), mientras
que si la fuente se aleja parece más grave. Este cambio en la frecuencia puede
ser percibido por un observador que escuche el silbato de un tren rápido desde el
andén o desde otro tren. Las líneas del espectro de un cuerpo luminoso como una
estrella también se desplazan hacia el rojo si la estrella se aleja del observador.
Midiendo este desplazamiento puede calcularse el movimiento relativo de la Tierra
y la estrella.

Delphinus - El Delfín

Es esta una constelación pequeña con una forma que, desde la antigüedad, ha
sido asimilada a un delfín.
Dice una leyenda que la sirena Amphitrite decidió casarse con Poseidón,
aconsejada por un delfín. El agradecimiento de Poseidón sería la explicación para
que el delfín haya alcanzado un lugar en el cielo, junto a las estrellas.
Este pequeño grupo de estrellas semeja a un cometa. Su estrella alpha se llama
Sualocin y la beta Rotanev, en honor a Niccolo Cacciatore, socio del famoso
observador Giuseppe Piazzi, en el siglo 19. Los atlas de estrellas de la época
incluían estos nombres sin explicarlos, pero Thomas Webb averiguó que ellos,
escritos al revés, son Nicolaus Venator, versión latina del nombre de Cacciatore.
La estrella Gamma Delphini es una doble óptica con una separación de 10
segundos de arco. El más luminoso de sus componentes tiene magnitud de 4,5 y
el más débil, de tono ligeramente verde, de 5,5.
R Delphini es una estrella Mira con magnitud oscilante entre 8,3 hasta 13,3
durante un período de 285 días.
LAS DISTANCIAS DEL UNIVERSO

Las enormes distancias que nos separan de cualquier estrella, incluso la más
cercana, nos obligan a renunciar a las habituales unidades terrestres: resultaría
incómodo y poco práctico decir que Andrómeda, la gran galaxia más cercana a
nuestra Vía Láctea, se encuentra a 21 trillones de kilómetros de nosotros. ¡Un
número astronómicamente grande!.
En el Sistema Solar, la medida útil es la unidad astronómica (UA). Ésta es la
distancia promedio entre el Sol y la Tierra: unos 150 millones de kilómetros. Así,
mientras que Mercurio, el planeta más cercano al Sol está a un tercio de UA de
Sol, el lejano Plutón bordea el fin del Sistema Solar, a 40 UA.
Sin embargo, las estrellas están mucho más lejos.
Para recorrer una distancia igual al diámetro del sistema solar (30 UA), la luz, a
300 mil kilómetros por segundo, se tarda cerca de cuatro horas. En un año, la luz
recorre 10 trillones de kilómetros. Para llegar a Proxima Centauri, la estrella más
cercana a nosotros, la luz demora...cuatro años.
También se usa un método geométrico llamado paralaje: el desplazamiento
aparente de una estrella cercana respecto de una más lejana. Un paralaje de un
segundo de arco es llamado pársec. Se habla de movimiento aparente porque en
realidad es la Tierra la que se desplaza, según observamos el cielo desde
diferentes posiciones de nuestra órbita alrededor del Sol.
Un cuerpo que estuviera a un pársec de la Tierra tendría a un paralaje anual de un
segundo de arco, o sea 1/1800 del diámetro de la Luna.
Un pársec equivale a más o menos 3,3 años luz o 206.000 UA. Con este método,
las distancias más grandes que se pueden medir son de 100 pársec.
En el caso de objetos muy lejanos, como son justamente las galaxias y los
cuásares, las distancias se miden con un valor llamado “redshift”, o sea su lejanía
y la velocidad de su alejamiento aparente, el que se ve como un desplazamiento
hacia el rojo, es decir las longitudes de onda más largas.
Los objetos más distantes poseen un mayor redshift.
Su valor se expresa en “Z”. El desplazamiento hacia el rojo, que originalmente fue
atribuido al efecto Doppler, es en realidad un efecto relativista de la expansión del
universo. Mientras más lejos se encuentran, más se alejan. Así un alto valor de
redshift significa una gran distancia. Así, el redshift de una galaxia cercana puede
ser de Z = 0,001 mientras que el de un cuásar muy distante alcanza Z = 4,4.

Dorado - El Dorado

Ubicada hacia el sur, el Dorado fue catalogada por primera vez en 1603, en el
atlas de Bayer. Su nombre alude al pez dorado tropical, el mahi-mahi, miembro de
la familia de los Coryphaenidae, el que alcanza casi los 2 metros. Nadan muy
rápido y con frecuencia saltan sobre el agua como si jugaran, por lo que los
marineros creían que su presencia invocaba la buena suerte.
La Gran Nube de Magallanes (GNM)es una galaxia compañera de la Vía Láctea
que está a 168.000 años luz de distancia, o sea, a menos de la décima parte de la
distancia hasta la galaxia Andrómeda (M31). En consecuencia, abarca unos 11
grados del cielo y se puede observar bien desde el hemisferio sur. Desde esta
galaxia hizo sus guiños y destellos la supernova 1987A. Esta es una galaxia que
se puede observar bien bajo un cielo oscuro, pero se pierde fácilmente bajo las
luces urbanas.
Nebulosa de la Tarántula (NGC2070) o 30 Nebula Doradus es el nombre de una
espléndida nebulosa de emisión. Su tamaño es unas 30 veces el de la famosa
Gran nebulosa en Orioón (M 42).
La S Doradus es la única estrella superbrillante en el racimo abierto NGC 1910. La
luminosidad de S Doradus varía irregularmente entre las magnitudes 8 y 11. Es
una de las estrellas conocidas más resplandecientes.

Draco - El Dragón

Esta constelación está alrededor del polo norte y se ve mejor en los meses más
cálidos. El Dragón es una constelación grande y débil, difícil de dibujar pues se
enrosca entre la Osa Mayor, el Boyero, Hércules, la Lira, el Cisne y
Cefeo.Caldeos, griegos y romanos veían en este conjunto de estrellas a un
dragón, los hindúes observaban a un caimán y los persas descubrían a un hombre
tragando a una serpiente.
El dragón ha estado asociado a varias leyendas griegas. Una de ellas cuenta que
un dragón ayudaba a las Hespérides, hijas de Atlas, a custodiar el árbol de las
manzanas de oro. Cuando Hércules debe obtener esas manzanas mata al dragón.
Otra dice que Atenea lanzó un dragón alcielo, luego que este la atacara mientras
luchaba con los Titanes.
Antiguamente se tenía a Thuban, el elemento más brillante de la constelación,
como la estrella polar, pero desde entonces la precesión de la Tierra ha movido el
polo hacia Polaris.
Quadrantis es una de las lluvias de meteoros más fuertes, con máxima actividad
hacia el 3 de enero y dura algunas horas.
NGC 6543 es una nebulosa planetaria de 8ª magnitud asentada entre las estrellas
Delta y Zeta Draconis. Es de color azul brillante y se necesita una alta potencia
para distinguir su disco pequeño y borroso.

LOS ECLIPSES

Se trata del oscurecimiento de un cuerpo celeste producido por otro cuerpo


celeste. Hay dos clases de eclipses que implican a la Tierra: los de Luna, o
eclipses lunares, y los de Sol, o eclipses solares. Un eclipse lunar tiene lugar
cuando la Tierra se encuentra entre el Sol y la Luna y su sombra oscurece la
Luna. El eclipse solar se produce cuando la Luna se encuentra entre el Sol y la
Tierra y su sombra se proyecta sobre la superficie terrestre. Los tránsitos y
ocultaciones son fenómenos astronómicos similares pero no tan espectaculares
como los eclipses debido al pequeño tamaño de los cuerpos celestes que se
interponen entre la Tierra y un astro brillante.

Eclipse de Luna
Iluminada por el Sol, la Tierra proyecta una sombra alargada en forma de cono en
el espacio. En cualquier punto de este cono la luz del Sol está completamente
oscurecida. Rodeando este cono de sombra, llamado umbral, se encuentra un
área de sombra parcial, llamada penumbra. La longitud media aproximada del
cono de sombra es de 1.379.200 km.; a una distancia de 384.600 km., la distancia
media entre la Luna y la Tierra, tiene un diámetro de 9.170 km. aproximadamente.
Un eclipse total de Luna tiene lugar cuando la Luna penetra por completo en el
cono de sombra. Si penetra directamente en el centro, se oscurecerá alrededor de
2 horas; si no penetra en el centro, el periodo de fase total es menor, y si la Luna
se mueve solamente por el límite del cono de sombra su oscuridad puede durar
sólo un instante.
El eclipse parcial de Luna tiene lugar cuando solamente una parte de la Luna
penetra en el cono de sombra y se oscurece. La extensión del eclipse parcial
puede fluctuar desde una fase casi total, cuando la mayor parte de la Luna se
oscurece, a un eclipse menor cuando sólo se ve una pequeña zona de sombra de
la Tierra al pasar la Luna. Históricamente, el primer indicio que se tuvo del perfil de
la Tierra fue al ver su sombra circular pasando a través de la cara de la Luna.
Antes de penetrar la Luna en el cono de sombra, tanto en el eclipse total como en
el parcial, está dentro de la zona de penumbra y su superficie se va haciendo
visiblemente más oscura. La parte que penetra en el cono de sombra aparece casi
negra, pero durante el eclipse total el disco lunar no está totalmente oscuro, sino
que permanece ligeramente iluminado con una luz rojiza: los rayos solares son
refractados por la atmósfera terrestre y penetran en el cono de sombra. Si se
produce un eclipse lunar cuando la Tierra está cubierta con una densa capa de
nubes, éstas impiden la refracción de la luz; en esa situación la superficie de la
Luna se hace invisible durante la fase total.

Eclipse de Sol

La longitud de la sombra de la Luna varía de 367.000 a 379.800 km., y la distancia


entre la Tierra y la Luna de 357.300 a 407.100 km. Los eclipses totales de Sol
tienen lugar cuando la sombra de la Luna alcanza la Tierra. El diámetro de la
sombra nunca es mayor de 268,7 km. en el punto en el que toca la superficie de la
Tierra de forma que el área en la que es visible un eclipse total de Sol nunca es
más ancha que este diámetro y normalmente es bastante más estrecha. El ancho
de la zona de penumbra, o área del eclipse parcial en la superficie de la Tierra, es
de 4.800 km. aproximadamente. En algún momento, cuando la Luna pasa entre la
Tierra y el Sol, su sombra no alcanza la Tierra. En esos momentos tiene lugar un
eclipse anular durante el que aparece un anillo brillante del disco solar alrededor
del disco negro de la Luna.
La sombra de la Luna se mueve a través de la superficie terrestre en dirección
Este. Dado que la Tierra también gira en esta dirección, la velocidad a la que se
desplaza la sombra de la Luna sobre la Tierra es igual a la velocidad de la Luna en
su órbita, menos la velocidad de rotación de la Tierra. La velocidad de
desplazamiento de la sombra en el ecuador es de 1.706 km./h aproximadamente;
cerca de los polos, donde la velocidad de rotación es virtualmente cero, es de
unos 3.380 km./h. La trayectoria de un eclipse total de Sol y el tiempo de su fase
total se puede calcular a partir del tamaño de la sombra de la Luna y de su
velocidad. La duración máxima de un eclipse total de Sol es de unos 7,5 minutos,
pero estos eclipses son raros y sólo tienen lugar una vez cada varios miles de
años. Un eclipse total, normalmente, se puede ver durante unos tres minutos
desde un punto en el centro del recorrido de su fase total.
En áreas fuera de la banda barrida por la sombra de la Luna, pero dentro de la
penumbra, tienen lugar eclipses parciales y el Sol sólo se oscurece parcialmente.
Al principio de un eclipse total, la Luna comienza a moverse a través del disco
solar aproximadamente una hora antes de su fase total. La iluminación del Sol
disminuye gradualmente y durante la fase total (o cerca de ella) declina a la
intensidad del brillo de la luz de la Luna. Esta luz residual la produce en gran
medida la corona del Sol, la parte más exterior de la atmósfera solar. Cuando la
superficie del Sol se va estrechando hasta una pequeña franja, se hace visible la
corona. Un momento antes de que el eclipse sea total, en esta franja destellan
brillantes puntos de luz llamados perlas de Baily. Estos puntos son producidos por
los rayos del Sol al atravesar los valles y las irregularidades de la superficie lunar.
Las perlas de Baily son también visibles en el momento que finaliza la fase total
del eclipse (reaparición). Exactamente un momento antes, un momento después y
algunas veces en la fase total se pueden ver estrechas bandas de sombras en
movimiento sobre objetos en la superficie terrestre. El origen de estas bandas de
sombra no se conoce con exactitud, pero se piensa que están producidas por la
refracción irregular de la luz en la atmósfera terrestre. Antes y después de la fase
total, un observador situado en una colina o en una aeronave puede ver la sombra
de la Luna moviéndose en dirección Este a través de la superficie de la Tierra
como la sombra de una nube pasando rápidamente.

Frecuencia de los eclipses

Si la órbita de la Tierra estuviera en el mismo plano que la órbita de la Luna,


tendrían lugar dos eclipses totales durante cada mes lunar, un eclipse lunar por
cada Luna llena, y un eclipse solar por cada Luna nueva. Sin embargo, las dos
órbitas están inclinadas y, por tanto, los eclipses tienen lugar sólo cuando la Luna
o el Sol están a algunos grados de los dos puntos, llamados nodos, donde se
cruzan las órbitas.
Periódicamente, el Sol y la Luna vuelven a la misma posición relativa de uno de
los nodos y como resultado de esto los eclipses se repiten a intervalos regulares.
El tiempo del intervalo, llamado saros, es de un poco más de 6.585,3 días, unos
18 años y 11 días más 8 horas aproximadamente. El saros, conocido desde la
época de la antigua Babilonia, se corresponde casi exactamente a 19 pasos del
Sol por el mismo nodo, 242 pasos de la Luna por el mismo nodo y a 223 meses
lunares. La disparidad entre el número de pasos de la Luna y el número de meses
lunares es el resultado del movimiento de los nodos en dirección Oeste a razón de
19,5° por año. Un eclipse que se repite después del saros será una duplicación del
primero, pero será visible 120° más al Oeste en la superficie de la Tierra, debido al
tercio de un día, incluido en el intervalo. Los eclipses lunares se reproducen 48 o
49 veces y los solares 68 o 75 antes de que ligeras diferencias en los movimientos
del Sol y la Luna eliminen el eclipse.
Durante un saros tienen lugar, aproximadamente, 70 eclipses, 29 son de Luna y
41 de Sol; de estos últimos 19 suelen ser totales y 31 parciales. Como mínimo en
un año pueden tener lugar 2 eclipses, como máximo 7, y una media de 4. En el
siglo XX se habrán producido 375 eclipses: 228 de Sol y 147 de Luna.

Observación de los eclipses

Sólo durante un eclipse total de Sol se pueden analizar muchos problemas


astronómicos. Entre ellos se encuentran el tamaño y la composición de la corona
solar y la refracción de los rayos de luz al pasar cerca del Sol debido a su campo
gravitatorio, un fenómeno que intuyó Albert Einstein, el padre de la relatividad. El
gran brillo del disco solar y la iluminación producida por el Sol de la atmósfera de
la Tierra hacen imposible las observaciones de la corona solar excepto durante un
eclipse solar. El coronógrafo, un telescopio fotográfico, permite la observación
directa del borde del disco solar en todo momento. En la actualidad, las
observaciones científicas sobre los eclipses solares son muy valiosas,
especialmente cuando el recorrido del eclipse barre amplias superficies. Una red
compleja de observatorios especiales puede proporcionar a los científicos datos
que aumenten la información sobre cómo afectan a la atmósfera de la Tierra las
pequeñas variaciones del Sol y mejorar así las predicciones de las erupciones
solares.

EDMUND HALLEY (1656-1742)

Astrónomo británico, fue el primero en calcular la órbita de un cometa. Nació en


Londres y estudió en la Universidad de Oxford. Halley se interesó por las teorías
de Isaac Newton y le animó para que escribiera los Principios, que Halley publicó
en 1687 haciendo frente a los gastos. Fue nombrado astrónomo real en 1721 y
durante 18 años realizó un estudio sobre la revolución completa de la Luna a
través de sus nodos ascendente y descendente. El tratado científico más
importante de Halley fue la Synopsis astronomiae cometicae, iniciado en 1682 y
publicado en 1705. En esta obra, Halley aplicó las leyes de Newton a todos los
datos disponibles sobre los cometas y demostró matemáticamente que éstos giran
en órbitas elípticas alrededor del Sol. Su acertada predicción del regreso de un
cometa en 1758 (hoy conocido como cometa Halley) refrendó su teoría de que los
cometas son cuerpos celestes que forman parte del Sistema Solar.

EDWIN POWELL HUBBLE (1889-1953)

Astrónomo estadounidense que demostró la existencia de grandes sistemas de


estrellas o galaxias, muy alejadas de la Vía Láctea. Hubble nació en Marshfield
(Missouri) y estudió en la Universidad de Chicago y en la Universidad de Oxford.
Desde 1914 hasta 1917 estuvo relacionado con el observatorio de Yerkes en la
Universidad de Chicago. Se incorporó al personal del observatorio Monte Wilson
en 1919 y con posterioridad se convirtió en su director de investigaciones.
Después de 1948, supervisó también la investigación llevada a cabo con el
telescopio de 508 cm en el observatorio Monte Palomar. Hubble es también
conocido por la clasificación que hizo de los sistemas extragalácticos. Sus últimos
descubrimientos, relacionados con los movimientos y distancias galácticas, han
ayudado a verificar la teoría de la expansión del Universo.

Einstein, Albert (1879-1955), físico alemán nacionalizado estadounidense,


premiado con un Nobel, famoso por ser el autor de las teorías general y restringida
de la relatividad y por sus hipótesis sobre la naturaleza corpuscular de la luz. Es
probablemente el científico más conocido del siglo XX.
Nació en Ulm el 14 de marzo de 1879 y pasó su juventud en Munich, donde su
familia poseía un pequeño taller de máquinas eléctricas. Desde muy joven mostró
una curiosidad excepcional por la naturaleza y una capacidad notable para
entender los conceptos matemáticos más complejos. A los doce años ya conocía
la geometría de Euclides.
A la edad de 15 años, cuando su familia se trasladó a Milán, Italia, a causa de
sucesivos fracasos en los negocios, Einstein abandonó la escuela. Pasó un año
con sus padres en Milán y viajó a Suiza, donde terminó los estudios secundarios,
e ingresó en el Instituto Politécnico Nacional de Zurich.
Durante dos años Einstein trabajó dando clases particulares y de profesor
suplente. En 1902 consiguió un trabajo estable como examinador en la Oficina
Suiza de Patentes en Berna.

Primeras publicaciones científicas

En 1905 se doctoró por la Universidad de Zurich, con una tesis sobre las
dimensiones de las moléculas; también publicó tres artículos teóricos de gran valor
para el desarrollo de la física del siglo XX. En el primero de ellos, sobre el
movimiento browniano, formuló predicciones importantes sobre el movimiento
aleatorio de las partículas dentro de un fluido, predicciones que fueron
comprobadas en experimentos posteriores. El segundo artículo, sobre el efecto
fotoeléctrico, anticipaba una teoría revolucionaria sobre la naturaleza de la luz.
Según Einstein, bajo ciertas circunstancias la luz se comportaba como una
partícula. También afirmó que la energía que llevaba toda partícula de luz,
denominada fotón, era proporcional a la frecuencia de la radiación. Lo
representaba con la fórmula E = Honolulu, donde E es la energía de la radiación, h
una constante universal llamada constante de Planck y u es la frecuencia de la
radiación. Esta teoría, que planteaba que la energía de los rayos luminosos se
transfería en unidades individuales llamadas cuantos, contradecía las teorías
anteriores que consideraban que la luz era la manifestación de un proceso
continuo. Las tesis de Einstein apenas fueron aceptadas. De hecho, cuando el
físico estadounidense Robert Andrews Millikan confirmó experimentalmente sus
tesis casi una década después, éste se mostró sorprendido e inquieto por los
resultados.
Einstein, interesado por comprender la naturaleza de la radiación
electromagnética, propugnó el desarrollo de una teoría que fusionara las ondas y
partículas de la luz. De nuevo fueron muy pocos los científicos que comprendieron
y aceptaron estas ideas.
Teoría especial de la relatividad de Einstein

La tercera publicación de Einstein en 1905, “Sobre la electrodinámica de los


cuerpos en movimiento”, formulaba lo que después llegó a conocerse como la
teoría especial de la relatividad (o teoría restringida de la relatividad). Desde los
tiempos del matemático y físico inglés Isaac Newton, los filósofos de las ciencias
naturales (nombre que recibían los físicos y químicos) habían intentado
comprender la naturaleza de la materia y la radiación, y su interacción en algunos
modelos unificados del mundo. La hipótesis que sostenía que las leyes mecánicas
eran fundamentales se denominó visión mecánica del mundo. La hipótesis que
mantenía que eran las leyes eléctricas las fundamentales recibió el nombre de
visión electromagnética del mundo. Ninguna de las dos concepciones era capaz
de explicar con fundamento la interacción de la radiación (por ejemplo, la luz) y la
materia al ser observadas desde diferentes sistemas de inercia de referencia, o
sea, la interacción producida en la observación simultánea por una persona
parada y otra moviéndose a una velocidad constante.
En la primavera de 1905, tras haber reflexionado sobre estos problemas durante
diez años, Einstein se dio cuenta de que la solución no estaba en la teoría de la
materia sino en la teoría de las medidas. En el fondo de su teoría restringida de la
relatividad se encontraba el hallazgo de que toda medición del espacio y del
tiempo es subjetiva. Esto le llevó a desarrollar una teoría basada en dos premisas:
el principio de la relatividad, según el cual las leyes físicas son las mismas en
todos los sistemas de inercia de referencia, y el principio de la invariabilidad de la
velocidad de la luz, según el cual la velocidad de la luz en el vacío es constante.
De este modo pudo explicar los fenómenos físicos observados en sistemas de
inercia de referencia distintos, sin tener que entrar en la naturaleza de la materia o
de la radiación y su interacción, pero nadie entendió su razonamiento.

Primeras reacciones a Einstein

La dificultad de otros científicos para aceptar la teoría de Einstein no estribaba en


sus complejos cálculos matemáticos y su dificultad técnica, sino que partía del
concepto que tenía Einstein de las buenas teorías y su relación con la
experimentación. Aunque sostenía que la única fuente del conocimiento era la
experiencia, también pensaba que las teorías científicas eran creaciones libres de
una aguda intuición física, y que las premisas en que se basaban no podían
aplicarse de un modo lógico al experimento. Una buena teoría sería, pues, aquella
que necesitara los mínimos postulados para explicar un hecho físico. Esta escasez
de postulados, característica de la obra de Einstein, provocó que su trabajo no
fuera accesible para sus colegas, que lo dejaron solo.
Aun así, tenía importantes seguidores. Su primer defensor fue el físico alemán
Max Planck. Einstein permaneció cuatro años en la oficina de patentes, y luego
empezó a destacar dentro de la comunidad científica, y así ascendió en el mundo
académico de lengua alemana. Primero fue a la Universidad de Zurich en 1909;
dos años más tarde se trasladó a la Universidad de Praga, de lengua alemana, y
en 1912 regresó al Instituto Politécnico Nacional de Zurich. Finalmente, en 1913
fue nombrado director del Instituto de Física Kaiser Guillermo en Berlín.
La teoría general de la relatividad
Antes de dejar la oficina de patentes, en 1907, Einstein ya trabajaba en la
extensión y generalización de la teoría de la relatividad a todo sistema de
coordenadas. Empezó con el enunciado del principio de equivalencia según el
cual los campos gravitacionales son equivalentes a las aceleraciones del sistema
de referencia. De este modo, una persona que viajara en un elevador o ascensor
no podría en principio determinar si la fuerza que actúa sobre ella se debe a la
gravitación o a la aceleración constante del ascensor. Esta teoría general
completa de la relatividad no fue publicada hasta 1916. De acuerdo con ella, las
interacciones entre los cuerpos, que hasta entonces se atribuían a fuerzas
gravitacionales, se explican por la influencia de aquéllos sobre la geometría
espacio-tiempo (espacio de cuatro dimensiones, una abstracción matemática en la
que el espacio se une, como cuarta dimensión, a las tres dimensiones
euclidianas).
Basándose en la teoría general de la relatividad, Einstein pudo entender las
variaciones hasta entonces inexplicables del movimiento de rotación de los
planetas y logró predecir la inclinación de la luz de las estrellas al aproximarse a
cuerpos como el Sol. La confirmación de este fenómeno durante un eclipse de Sol
en 1919 fue toda una noticia y su fama se extendió por el mundo.
Einstein consagró gran parte del resto de su vida a generalizar su teoría. Su último
trabajo, la teoría del campo unificado o de la gran unificación (TGU), que no tuvo
demasiado éxito, consistía en un intento de explicar todas las interacciones físicas,
incluidas la interacción electromagnética y las interacciones nucleares fuerte y
débil, a través de la modificación de la geometría del espacio-tiempo entre
entidades interactivas.
La mayoría de sus colegas pensaron que sus esfuerzos iban en dirección
equivocada. Entre 1915 y 1930 la corriente principal entre los físicos era el
desarrollo de una nueva concepción del carácter fundamental de la materia,
conocida como la teoría cuántica. Esta teoría contempla la característica de la
dualidad onda-partícula (la luz presenta las propiedades de una partícula, así
como las de una onda), que Einstein había intuido como necesaria, y el principio
de incertidumbre, que establece que la exactitud de los procedimientos de
medición es limitada. Además, esta teoría suponía un rechazo fundamental a la
noción estricta de causalidad. Sin embargo, Einstein mantuvo una posición crítica
respecto a estas tesis hasta el final de su vida. "Dios no juega a los dados con el
mundo", llegó a decir.

Ciudadano del mundo

A partir de 1919, Einstein recibió el reconocimiento internacional y acumuló


honores y premios de distintas sociedades científicas, como el Nobel de Física en
1922. Sus visitas a países de todo el mundo (visitó España en 1923 y Argentina,
Uruguay y Brasil en 1925) eran un acontecimiento; le seguían fotógrafos y
periodistas.
El pacifismo y el sionismo fueron los dos movimientos sociales que recibieron todo
su apoyo. Durante la I Guerra Mundial, Einstein fue uno de los pocos académicos
alemanes que condenaron públicamente la participación de Alemania en el
conflicto. Después de la guerra siguió con sus actividades pacifistas y sionistas,
por lo que fue blanco de los ataques de grupos antisionistas y de derechas
alemanes. Sus teorías llegaron a ser ridiculizadas en público, especialmente la de
la relatividad.
Cuando Hitler llegó al poder en 1933, Einstein abandonó Alemania y emigró a
Estados Unidos, donde ocupó un puesto en el Instituto de Estudios Superiores en
Princeton, Nueva Jersey. Siguió con sus actividades en favor del sionismo pero
abandonó su postura pacifista anterior a la vista de la amenaza que suponía para
la humanidad el régimen nazi en Alemania.
En 1939 Einstein participó junto con otros físicos en la redacción de una carta
dirigida al presidente Franklin D. Roosevelt en la que se pedía la creación de un
programa de investigación sobre las reacciones en cadena. La carta, que sólo iba
firmada por Einstein, consiguió acelerar la fabricación de la bomba atómica, en la
que él no participó ni supo de su finalización. En 1945, cuando ya era evidente la
existencia de la bomba, Einstein volvió a escribir al presidente para intentar
disuadirlo de utilizar el arma nuclear.
Después de la guerra, Einstein se convirtió en activista del desarme internacional y
del gobierno mundial, y siguió contribuyendo a la causa del sionismo, pero declinó
una oferta de los líderes del Estado de Israel para ocupar el cargo de presidente.
A finales de la década de 1940 y principios de la de 1950, defendió en Estados
Unidos la necesidad de que los intelectuales del país hicieran todo lo posible para
mantener la libertad política. Einstein murió el 18 de abril de 1955 en Princeton.
Los esfuerzos de Einstein en apoyo de causas sociales fueron a menudo
percibidos como poco realistas. Sus propuestas nacían de razonamientos
cuidadosamente elaborados. Al igual que sus teorías, eran fruto de una
asombrosa intuición basada en cuidadosas y astutas valoraciones y en la
observación. A pesar de su actividad en favor de causas políticas y sociales, la
ciencia siempre ocupó el primer lugar en su vida, pues, como solía decir, sólo el
descubrimiento de la naturaleza del Universo tiene un sentido duradero. Entre sus
obras se encuentran La relatividad: la teoría especial y restringida (1916); Sobre el
sionismo (1931); Los constructores del Universo (1932); ¿Por qué la guerra?
(1933), con
Sigmund Freud; El mundo como yo lo veo (1934); La evolución de la Física (1938)
con el físico polaco Leopold Infeld, y En mis últimos años (1950). La colección de
los artículos de Einstein comenzó a publicarse en 1987 en varios volúmenes.

LAS ENANAS ROJAS

Son estrellas cuya masa es inferior a la mitad de la del Sol.


Su magnitud absoluta es muy débil por lo que no se sabe cuántas hay en realidad
en la Vía Láctea. Se supone, sin embargo, que hay tantas que la suma de sus
modestas masas supera a la de todas las otras estrellas juntas. (Fig: enana roja a
escala con otras estrellas)
Son extremadamente longevas: no necesitan fabricar enormes presiones de
radiación para impedir su propia contracción gravitatoria, por lo que no acaban tan
rápidamente su combustible. Dicho de otra forma, las reacciones termonucleares
de su núcleo se mantienen estables durante varios miles de miles de millones
(1012) de años.
La evolución a (muy) largo plazo de las enanas rojas es muy distinta a las estrellas
de masa similar a nuestro Sol. En vez de crecer desmesuradamente hasta
convertirse en gigantes rojas, crecen lentamente hasta alcanzar un tamaño, una
temperatura y una luminosidad similares a las del Sol, con una interesante
coincidencia: en el final de su vida una enana roja de 0,2 masa solar tendrá un
período de alrededor 5,5 mil millones de años con dichas características. Esto nos
hace suponer que en aquel lejano futuro la vida podrá quizás desarrollarse como
lo hizo aquí.
Si pudiéramos transportarnos hacia ese momento, podríamos quizá encontrar un
planeta acogedor. Sin embargo, al mirar hacia el cielo, no habría casi estrellas:
casi todas habrán muerto hace mucho.
Reacciones termonucleares: a una temperatura de 10 millones de grados Kelvin,
los núcleos de hidrógeno (que son en realidad protones) logran superar su
repulsión electromagnética debido a la intensa agitación térmica y se fusionan en
núcleos atómicos más pesados, como el helio. El proceso libera una cantidad
enorme de energía, pues la masa final del nuevo núcleo es inferior a la que se
utilizó para crearlo: se ha transformado en energía, en virtud de la ecuación de
Einstein: E = mc2.

Equuleus - El Caballo Menor

A excepción de la Cruz del Sur, Equuleus abarca menos espacio que las otras
constelaciones. Situada al sudeste del Delfín, carente de estrellas brillantes, es de
discreto interés.
Alpha Equulei, que es su estrella más luminosa, es llamada Kitalpha, vocablo
árabe que significa "caballo pequeño".
Hiparco, el famoso atrónomo griego del siglo 2 a.C., fue el que describió esta
constelación. Se le asoció a Celeris, hermano del conocido Pegaso o Caballo
Alado, quien fue regalado por Mercurio a Castor, quien es uno de los gemelos
simbolizados por Géminis.

Eridanus - Erídano

Esta constelación del hemisferio austral, descubierta por los antiguos griegos y
catalogada en el siglo 2 a.C. por el astrónomo Claudio Tolomeo, alude en su
nombre al río mitológico Erídano. Ello, tal vez, a causa de la longitud de ésta
constelación, la que se extiende desde las cercanías de Rigel, en el extremo de
Orión, donde está la estrella Cursa o Beta Eridani, hasta las fronteras del círculo
polar ártico, en que nos encontramos a Achernar, su estrella principal, de primera
magnitud.
Desde la antigüedad se le ha considerado como a un río, ya sea el Eufrates o el
Nilo. En el Libro II de "Metamorfosis", Ovidio cuenta que Faetón fue lanzado del
carro del Sol y se ahogó en el Erídano.
La Omicron 2 Eridani es una estrella triple compuesta de una enana naranja de
magnitud 4, una enana blanca de magnitud 9 y una enana roja de magnitud 11.
Las enanas roja y blanca forman un par (con separación de 8 segundos de arco) y
están distanciadas de las estrellas más brillantes por unos 80 segundos de arco.
Epsilon Eridani está apenas a 10,8 años luz, siendo una versión en pequeño de
nuestro Sol. Hasta ahora los radiotelescopìos han indagado sin éxito en la
búsquedas de indicios de vida inteligente.

BUSCAR PLANETAS CON VIDA

En el pasado, para descubrir e investigar vida extraterrestre, no había otra


alternativa que el examen de supuestos indicios de bacterias fósiles contenidos en
meteoritos del Sistema Solar (como el caso de aquel que cayó proveniente de
Marte), o el estudio de las comunicaciones radiales (la búsqueda SETI), captables
por radioastronomía, que civilizaciones distantes establecerían intencionalmente
entre ellas (¿y con nosotros?) a través de la inmensidad del espacio.

Índices de mundos habitables

Sin embargo, desde hace pocos años, contamos, o mejor dicho los astrónomos
cuentan, con la posibilidad muy concreta de buscar espectroscópicamente
evidencia de vida abundante, incluso primitiva en planetas fuera del sistema del
Sistema Solar, logrando así el sueño de quizá cientos de generaciones de
antepasados nuestros y de muchos de nosotros también.
Es tal la dependencia de la vida terrestre respecto del agua que los científicos
interesados en descubrir espectroscópicamente huellas de una posible actividad
exobiológica concentran sus observaciones y esperanzas en la llamada "zona
habitable", es decir el rango de distancias a una estrella en que el agua superficial
pueda encontrarse en su fase líquida, pues se le considera la condición sine qua
non de planeta habitable: el agua es un muy buen solvente, capaz de disolver la
mayoría de las moléculas bioquímicas y de acelerar las reacciones entre los
distintos compuestos.
Una vez ubicado un planeta que tenga el espectro del agua, se pueden identificar
sus demás componentes atmosféricos: en efecto, el vapor de agua es
semitransparente en el rango comprendido entre los 7,5 y 20 ?m. Es justamente
en ese rango que un planeta con una temperatura superficial es de 300°K (27°C)
tiene su peak de emisión. Las mejores observaciones se tendrían que hacer, pues,
en dicho rango espectral, donde veríamos fuertes bandas de absorción.
Se puede conocer también la presión atmosférica de un planeta con presencia de
agua, porque el ancho de las bandas espectroscópicas es directamente
proporcional a la presión. La mayor cantidad posible de agua que pueda provocar
una huella espectral está determinada por la presión de saturación del vapor, la
cual depende de la temperatura. Estos dos factores se pueden entonces inferir.
También es posible saber, por las formas que tiene la banda de absorción del
dióxido de carbono (CO2), si hay un efecto invernadero y la estructura térmica de
la alta atmósfera.

La tierra, una casualidad única?


Sin embargo no bastaría con la presencia de éstos componentes. La reciente
teoría del caos ha confirmado que sin la presencia de la Luna, un satélite
excepcionalmente grande respecto a la Tierra, el eje terrestre sería inestable: en
apenas dos millones de años variaría de 0° a 60° e incluso 90°. Eso
desestabilizaría las estaciones y el clima a tal punto que la vida sería virtualmente
imposible.
Además, en la Tierra existe una actividad volcánica permanente, causada por la
tectónica de placas y los "puntos calientes", que asegura un aporte constante de
CO2 a través de un ciclo, lo cual sostiene el efecto invernadero e impide la
congelación de los océanos.
Finalmente, la masa de la Tierra planeta es lo suficientemente grande como para
retener una atmósfera, una condición válida para cualquier planeta candidato a
albergar vida.

Si buscáramos vida en la Tierra

Como lo sugirió James Lovelock (el padre de la hipótesis Gaia), la vida primitiva,
basada en estructuras moleculares organizadas, se puede descubrir en planetas
del tipo terrestre con la ayuda de su "huella espectral": los procesos biológicos a
gran escala, si son sostenidos en el tiempo, producen una gran cantidad de
desechos. La construcción de los organismos y su posterior muerte crea un
exceso de productos en proporciones anormales. Por ejemplo, en la Tierra, la
presencia de oxígeno se debe a la fotosíntesis, o sea la disociación del agua
(H2O) y del CO2 por los organismos vivos. Ahora bien, el oxígeno es altamente
reactivo, es decir que sin la presencia de la vida que lo renueva sin cesar,
desaparecería, al combinarse con los elementos de la superficie. La proporción
actual del oxígeno en la atmósfera es de un 20 %. La prueba espectral más clara
de su presencia es el ozono, cuya relación con el oxígeno está en equilibrio. Es
posible encontrar oxígeno de origen inorgánico en un planeta de tipo terrestre: en
efecto, la radiación ultravioleta puede producir oxígeno al disociar las moléculas de
agua. Sin embargo, en la Tierra la cantidad de oxígeno producido así es alrededor
de 10-6 menor que la de origen orgánico, pues la capa de ozono impide el paso de
los UV hasta la tropopausa (la capa baja de la atmósfera) donde éstos hubieran
podido disociar el agua. Además, la inversión térmica de la alta atmósfera terrestre
mantiene un gran frío en la estratósfera (de la capa de ozono hacia arriba) por lo
que hay una muy baja presión de saturación de vapor, es decir muy poca agua
disponible.
Otro posible indicador de vida es el metano (CH4) producido por la
descomposición anaeróbica (sin aire) de ciertos organismos vivos, como las
bacterias presentes en los intestinos de las termitas y de los herbívoros. Si el
metano no fuera renovado sin cesar por ese mecanismo, desaparecería a causa
de su interacción con el oxígeno. Sin embargo, en el imaginario caso que otros
seres buscaran nuestras huellas espectrales desde otro planeta, la presencia de
CH4 sería mucho más difícil de detectar, pues este gas es mucho más escaso que
el oxígeno. Se necesitarían instrumentos extremadamente sensibles.

Otras evidencias
Se sabe que la vida en la Tierra ha conocido una larga evolución, a través de la
cual los metabolismos de las formas de vida han cambiado notablemente. En la
Tierra, se cree que han habido fundamentalmente dos: el más antiguo fue el de las
arqueobacterias, las cuales obtenían la energía necesaria para la vida del calor
que la tierra evacua. Dichos organismos convertían el dióxido de carbono (CO2)
en metano (CH4) con la ayuda del hidrógeno (H2) proveniente de la interacción
entre el agua de los océanos y los magmas calientes. Luego vinieron los
organismos que, aprovechando la energía de la luz solar gracias a la clorofila,
sintetizaban carbohidratos a partir del CO2 y del agua (H2O), liberando oxígeno en
la atmósfera. Es este último gas que nosotros, animales parásitos, hemos
aprendido a respirar.
Si se descubriera un planeta en una etapa evolutiva similar a la primera que hubo
en la Tierra, se podrían sin duda detectar los correspondientes gases
atmosféricos.
En resumen, una vez detectado un planeta de tipo Tierra por métodos indirectos,
podríamos inferir con bastante seguridad la presencia de vida si se confirma que la
distancia a su estrella es similar a la nuestra respecto del Sol.

LA ESPECTROSCOPÍA

La luz que vemos es sólo una ínfima parte de la radiación electromagnética: existe
un amplio rango de longitudes de onda, como los rayos X, los ultravioletas o los
infrarrojos, que no podemos ver.
Un rayo de luz blanca que pasa por un prisma se descompone en rayos de
diferentes colores que podemos observar sobre una pantalla: es el espectro
continuo que Newton examinó por primera vez.

Observar desde la Tierra

Desde la superficie de nuestro planeta, el rango de observación para los


astrónomos es pequeño: los gases de la atmósfera absorben totalmente la
radiación ultravioleta por debajo de los 2.900 Angströms. Además, el oxígeno, el
dióxido de carbono (CO2) y el vapor de agua (H2O) absorben toda radiación
superior a los 14.000 Angströms.
Estas “cortinas” dejan unas “ventanas” por las que pasa la radiación
electromagnética: son la zona espectral de la luz visible (“ventana visible-infrarrojo
cercano”) y la zona espectral conocida como las ondas de radio (“ventana
radioeléctrica”).
Aunque la observación astronómica (de la posición y magnitud de las estrellas) fue
practicada con gran precisión desde la antigüedad, recién hacia fines del siglo XIX
algunos descubrimientos relacionados con la naturaleza de la luz permitieron un
desarrollo espectacular de la astronomía en su conjunto y la astrofísica en
particular.
La técnica con la que los astrónomos descifran los mensajes contenidos en la luz
de las estrellas se llama espectroscopía.
¿En qué consiste?

En física y química física, la espectroscopía es el estudio de los espectros. Se


basa en que cada elemento químico tiene su espectro característico.
El análisis espectral de la luz fue desarrollado por los físicos y matemáticos
alemanes Gustav Kirchhoff y Robert Bunsen, en 1859. Ambos desarrollaron el
espectroscopio de prisma en su forma moderna y lo aplicaron al análisis químico.
Este instrumento, que es uno de los dos tipos principales de espectroscopio, está
formado por una rendija por la que entra la luz procedente de una fuente externa,
un conjunto de lentes, un prisma y un ocular. La luz que va a ser analizada pasa
por una lente colimadora, que produce un haz de luz estrecho y paralelo, y a
continuación por el prisma. Con el ocular se enfoca la imagen de la rendija. De
hecho, lo que se ve son una serie de imágenes de la rendija, conocidas como
líneas espectrales, cada una con un color diferente, porque el prisma separa la luz
en los colores que la componen. Los dos científicos alemanes mencionados
fueron los primeros en darse cuenta de que cada elemento emite y absorbe luz de
colores característicos, que componen su espectro.

Análisis espectral

La luz se emite y se absorbe en unidades minúsculas o corpúsculos llamados


fotones o cuantos. La energía de cada fotón es directamente proporcional a la
frecuencia u, por lo que es inversamente proporcional a la longitud de onda l. Esto
se expresa con la sencilla fórmula donde el factor de proporcionalidad h es la
denominada constante de Planck y c es la velocidad de la luz en el vacío. Los
diferentes colores o longitudes de onda (o sea las diferentes energías) de los
cuantos de luz emitidos o absorbidos por un átomo o molécula dependen de la
estructura de éstos y de los posibles movimientos periódicos de las partículas que
los componen, ya que estos dos factores determinan la energía total (potencial y
cinética) del átomo o molécula. Un átomo está formado por su núcleo, que no
contribuye a la emisión y absorción de luz porque es pesado y se mueve con
mucha lentitud, y los electrones que lo rodean, que se mueven a bastante
velocidad en múltiples órbitas; el átomo emite o absorbe un cuanto de luz de un
color determinado cuando uno de sus electrones salta de una órbita a otra. Los
componentes de una molécula son los núcleos de los diferentes átomos que la
forman y los electrones que rodean cada núcleo. La emisión y absorción de luz por
parte de una molécula corresponde a sus diferentes modos de rotación, a los
modos de oscilación de sus núcleos atómicos y a los movimientos periódicos de
sus electrones en las distintas órbitas. Siempre que cambia el modo de oscilación
o rotación de una molécula, también cambian sus movimientos electrónicos y se
emite o absorbe luz de un color determinado.
Por tanto, si se pueden medir las longitudes de onda de los fotones emitidos por
una molécula o átomo, es posible deducir como es su estructura cuáles son los
distintos modos de movimiento periódico de sus componentes.

¿Que es un espectro?
Algunos espectros están constituidos por fondo continuo sobre el cual se
superponen unas rayas claras y oscuras: son las rayas de emisión y de absorción,
respectivamente. Son características de la radiación estudiada. (Fig: bandas de
absorción emisión)
Esas rayas se deben a la emisión o absorción de radiación por un electrón que
abandona una trayectoria o nivel de energía en un átomo: cuando un electrón se
acerca al núcleo atómico, su energía disminuye, transformándose en radiación
cuya frecuencia es proporcional a la disminución de energía.
Al contrario, cuando absorbe la energía de un fotón, un electrón puede alejarse del
núcleo.
Einstein, el padre de la relatividad, fue el descubridor de este efecto, llamado
fotoeléctrico, lo que le valió el premio Nobel.

Espectro continuo

La forma de espectro más sencilla, llamada espectro continuo, es la emitida por un


cuerpo sólido o líquido que puede ser llevado hasta altas temperaturas. Estos
espectros no presentan líneas porque contienen luz de todos los colores, que se
suceden sin solución de continuidad como en un arco iris. Los espectros continuos
sólo pueden analizarse con métodos espectrofotométricos. En el caso de un
emisor ideal, llamado cuerpo negro, las intensidades de los colores del espectro
sólo dependen de la temperatura. Dos de las leyes que rigen la distribución de
energía en un espectro continuo fueron descubiertas alrededor de 1890 por el
físico alemán Wilhelm Wien y los físicos austríacos Ludwig Boltzmann y Josef
Stefan. La ley de Stefan-Boltzmann afirma que la energía total por unidad de
tiempo radiada por un cuerpo negro es proporcional a la cuarta potencia de la
temperatura absoluta; la ley de desplazamiento de Wien afirma que, a medida que
aumenta la temperatura, el espectro de radiación de un cuerpo negro se desplaza
hacia las frecuencias altas de forma directamente proporcional a la temperatura
absoluta. En 1900, el físico alemán Max Planck descubrió la tercera y más
importante de las leyes que describen la distribución de energía entre las
diferentes longitudes de onda radiadas por un cuerpo negro. Para deducir una ley
que explicara sus resultados experimentales, Planck argumentó que las
propiedades termodinámicas de la radiación térmica emitida por la materia debían
ser las mismas independientemente del mecanismo de emisión y de las
suposiciones sobre la naturaleza de los átomos. Estas ideas llevaron al desarrollo
de la teoría cuántica.

Espectros de bandas

La mayoría de la información que tienen los físicos sobre la estructura del átomo
se ha obtenido mediante espectroscopia. Los espectros moleculares son
igualmente útiles para determinar la estructura de las moléculas, algo que interesa
a los químicos aún más que a los físicos. La mayor parte de los espectros
moleculares son espectros de bandas, es decir, están formados por una serie de
bandas brillantes cada una de las cuales es similar a un fragmento del espectro
continuo, separadas por zonas oscuras. Estas bandas no son en realidad
continuas, sino que están formadas por muchas líneas muy juntas que pueden
resolverse mediante espectroscopios de alta resolución. El espaciado de las líneas
en cualquier serie de bandas moleculares depende de si el espectro es rotacional
o vibracional. Como los niveles de energía rotacionales pueden ser excitados por
energías bajas, están poco separados y las líneas de una banda rotacional están
muy apretadas, sin apenas espacios intermedios. Los niveles vibracionales, en
cambio, están mucho más separados, por lo que las líneas de una banda
vibracional están más espaciadas. También es posible excitar los niveles de
energía electrónicos de una molécula, y las transiciones de los electrones entre
dichos niveles dan lugar a las líneas electrónicas del espectro molecular, muy
separadas entre sí.
Igual que los espectros de absorción atómicos, también existen espectros de
absorción moleculares, que se obtienen haciendo pasar una radiación continua a
través de un líquido o gas molecular. Este tipo de espectro, formado por bandas
oscuras separadas por zonas brillantes, es el más usado para estudiar la
estructura molecular. Existen otras bandas en los espectros moleculares que no
pueden resolverse en líneas ni siquiera con los instrumentos más potentes, y
parecen ser regiones continuas de absorción o emisión de energía.

Funcionamiento del espectroscopio

Está hecho de un dispositivo que dirige el rayo de luz que se quiere estudiar hacia
un dispersor (un prisma). Se puede saber así con precisión la longitud de onda de
una radiación y detectar la presencia de elementos muy poco abundantes (en
estado de trazas).
Los grandes y modernos telescopios usan la espectroscopia de varias maneras:
un estudio de poca precisión usa unos filtros coloreados. Una precisión mayor
requiere del espectrógrafo o interferómetro de Michelson.
En la luz visible, el espectrógrafo es el instrumento ideal para la detección, el
estudio de la estructura y del perfil de las rayas de las bandas espectrales.
Debido a la poca energía que nos llega desde las estrellas más débiles y las
galaxias más lejanas, es preciso tener espectrógrafos muy luminosos, es decir que
tengan una alta capacidad de recolección de luz. Y con todo, los tiempos de
exposición suelen llegar a varias horas. Hoy en día, el uso de cámaras
electrónicas disminuye bastante esos tiempos. El análisis espectral ha permitido
conocer la composición química y la temperatura de miles de estrellas. Además,
gracias al efecto Doppler-Fizeau, evidenciable con la espectroscopia, sabemos
que el universo se expande, pues las galaxias se alejan unas de otras.
Espectrógrafo
En un espectrógrafo el ocular se sustituye por una cámara. No hace falta
fotografía en color para identificar las imágenes de la rendija. Se pueden calcular
sus longitudes de onda a partir de sus posiciones en la película fotográfica. Los
espectrógrafos son útiles en las regiones ultravioleta y visible del espectro, y
también en la zona infrarroja hasta los 1.200 nanómetros (nm). La espectroscopia
en las zonas extremas del ultravioleta y el infrarrojo es similar a la de la zona
visible; sin embargo, el vidrio no transmite esas radiaciones, por lo que las lentes y
prismas tienen que ser de cuarzo, fluorita, silvina o sal de roca. Las lentes también
pueden sustituirse por espejos cóncavos. Para esas longitudes de onda es
necesario utilizar emulsiones fotográficas especiales. Estos métodos permiten
investigar el espectro ultravioleta hasta longitudes de onda inferiores a los 60 nm;
los espectros de infrarrojos pueden investigarse con métodos especiales en zonas
más allá de los 0,01 cm.

Aplicaciones del análisis espectral

Los dos usos principales del análisis espectral se dan en la química y la


astrofísica.
El espectro de un elemento determinado es absolutamente característico de ese
elemento. Sin embargo, elementos distintos producen en ocasiones líneas que
están muy juntas, lo que lleva a posibles errores o mal interpretaciones. Por
ejemplo, la línea G de Fraunhofer, situada aproximadamente en 430,8 nm,
corresponde a dos líneas diferentes, una causada por el calcio, con una longitud
de onda de 430,7749 nm, y la otra causada por el hierro, con una longitud de onda
de 430,7914 nm. Con un espectroscopio ordinario sería difícil distinguir estas dos
líneas. Las otras líneas del calcio, sin embargo, son muy distintas de las otras
líneas del hierro. Por tanto, la comparación del espectro completo de un elemento
con un espectro conocido simplifica su identificación. Cuando se excita una
sustancia desconocida mediante una llama, un arco voltaico, una chispa u otro
método apropiado, un análisis rápido con un espectrógrafo suele bastar para
determinar la presencia o ausencia de un elemento determinado. Los espectros de
absorción son muchas veces útiles para identificar compuestos químicos.
Los espectros situados más allá de la región ultravioleta (rayos X y rayos gamma)
se estudian mediante detectores de ionización adecuados. Los espectros de rayos
gamma son útiles para el análisis por activación de neutrones. En esta técnica, se
irradia una muestra con neutrones en un reactor nuclear; la muestra se vuelve
radiactiva y emite rayos gamma. Los espectros de estos rayos gamma sirven para
identificar cantidades minúsculas de determinados elementos químicos en la
muestra. Esta técnica se emplea en investigaciones policiales, junto con formas
más convencionales de espectroscopia.
Los métodos magnéticos de espectroscopia en la región del espectro de las
radiofrecuencias, son muy útiles para proporcionar información química sobre las
moléculas y mostrar su estructura detallada. Uno de éstos métodos es la
resonancia magnética nuclear (RMN). Éstos método se basa en el hecho de que
los electrones y protones giran sobre sí mismos como pequeños trompos. Para
alinear los ejes de giro, se coloca la muestra en un campo magnético. Los
electrones o protones de la muestra invierten repentinamente sus ejes de giro
cuando se suministra la radiofrecuencia adecuada.

Aplicaciones astrofísicas

La distancia a la que puede situarse un espectroscopio de la fuente de luz es


ilimitada. Esto hace que el estudio espectroscópico de la luz solar permita un
análisis químico preciso de la composición del Sol. Se descubrió así helio en el
Sol. El estudio espectroscópico del Sol proporcionó fuertes indicios indirectos de la
presencia de un ion hidrógeno negativo. Por tanto, el estudio espectroscópico de
las estrellas ha proporcionado a los científicos importantes conocimientos teóricos,
y en la actualidad sigue siendo así, porque las estrellas constituyen unos
“laboratorios” en los que se mantienen condiciones inalcanzables en la Tierra,
como temperaturas extremadamente elevadas y presiones extremadamente altas
o bajas. Por ejemplo, durante mucho tiempo se pensó que ciertas líneas halladas
en los espectros de las nebulosas correspondían a un elemento no descubierto en
la Tierra, al que se llamó provisionalmente nebulio. En la actualidad, los científicos
saben que esas líneas son producidas por elementos conocidos en condiciones de
vacío muy elevado. El espectroscopio también es muy útil para estudiar objetos
del Sistema Solar, por ejemplo para conocer la composición química de los
cometas. El análisis espectral de los anillos que rodean el planeta Saturno ha
indicado que están formados en gran parte por amoníaco helado. Nuestro
conocimiento de la composición de la atmósfera de los planetas y satélites se
deriva en gran medida de las observaciones espectroscópicas.
Cuando la fuente de radiación se acerca al observador o se aleja de él, se produce
un desplazamiento de la posición de las líneas espectrales. Este desplazamiento
de las longitudes de onda, conocido como efecto Doppler, permite medir con
bastante precisión la velocidad relativa de cualquier fuente de radiación. En
general, si todas las líneas del espectro de una estrella se desplazan hacia el rojo,
la estrella se está alejando de la Tierra, y la velocidad de alejamiento puede
calcularse a partir de la magnitud del desplazamiento de las líneas. Por el
contrario, si la estrella se está acercando a la Tierra, su espectro se desplaza
hacia el violeta. El desplazamiento hacia el rojo observado en los espectros de las
galaxias indica que el Universo se está expandiendo.
El primero en usar la espectroscopia sistemáticamente para examinar las estrellas
fue Huggins, en 1864.
Las líneas espectrales de algunas estrellas distantes se duplican periódicamente.
Este fenómeno se debe a la presencia de dos estrellas que forman una estrella
doble o binaria, llamada “espectroscópica”, porque ambas estrellas no pueden
resolverse con un telescopio, y sólo su espectro indica que es una binaria. Las dos
estrellas giran una en torno a la otra. Cuando una de ellas se mueve hacia la
Tierra y la otra se aleja de nuestro planeta, todas las líneas del espectro de la
primera se desplazan hacia el violeta, y todas las de la segunda se desplazan
hacia el rojo. Cuando las dos estrellas se mueven en dirección transversal con
respecto a la línea de visión desde la Tierra, los espectros de ambas coinciden.
Todas las moléculas de un gas están en movimiento constante, por lo que en un
instante dado algunas se mueven hacia el espectroscopio y otras se alejan de él.
Las longitudes de onda de algunos de los fotones son más cortas, y las de otros
más largas, que si todos los átomos estuvieran en reposo. Debido a esta
variabilidad de la longitud de onda, cada línea del espectro se ensancha
ligeramente. Si se aumenta la temperatura, la velocidad media de las moléculas se
hace mayor, y las líneas se ensanchan aún más. Por tanto, la medida del ancho
de determinadas líneas espectrales proporciona una indicación de la temperatura
de la fuente, como por ejemplo el Sol. En muchos casos, el interior de una fuente
está a mayor temperatura que el exterior. El interior produce un espectro de
emisión de líneas anchas, y en el exterior se genera un espectro de absorción, con
líneas más estrechas al estar más frío. El resultado global para cada línea es una
zona brillante con un centro oscuro. Este fenómeno se conoce como
autoinversión.

ORÍGEN, VIDA Y MUERTE DE LAS ESTRELLAS

Los cosmólogos, quienes indagan acerca de la naturaleza del universo, dividen la


vida inmensamente larga de este último en varias eras. Cada era es un estado de
su evolución, es decir del comportamiento de la materia que contiene.
Estamos justo en la mitad de la llamada “era estelífera” (llena de estrellas) que se
inició unos pocos millones de años después del nacimiento del universo, cuando la
temperatura (es decir la agitación) de la materia disminuyó lo suficiente como para
que los protones y los electrones lograran unirse en átomos de hidrógeno,
deuterio, helio y litio. Se formaron así la primera generación de estrellas y,
después de unos miles de millones de años, de galaxias. El número actual
estimado de galaxias en el universo es de mil millones (109) y cada de una de
ellas contiene, en promedio, cien mil millones (1011) de estrellas: existiría
entonces la casi inimaginable cantidad de, al menos, 1020 estrellas.
Durante la era estelífera, que se prolongará hasta que la última estrella haya
desaparecido, en unos cien trillones (1014) de años más, la mayor parte de la
energía del universo es producto de la fusión termonuclear, el proceso cuyas
implicancias veremos luego.
La vida de la mayoría de las estrellas es tan larga que, a excepción de algunos
valiosos casos aislados, no podemos observar más de una de sus fases. Por ello,
el análisis de la información que presentan muchas estrellas por separado y el de
los cúmulos estelares ha sido de vital importancia para conocer en detalle los
factores involucrados en su origen, evolución y muerte (Fig: cúmulo de estrellas).

Nacimiento de las estrellas

No se conoce con exactitud el nacimiento de una estrella pues es algo que ocurre
en la intimidad de las nebulosas, las que son opacas a la luz visible (aunque
nuevas técnicas de astronomía en el infrarrojo y de ondas de radio milimétricas
permiten conocerlas mejor). Para saber más, ver radioastronomía y La Silla.
Las nebulosas están compuestas por un 75% de hidrógeno, un 20% de helio y el
resto de los elementos en proporciones cósmicas y su masa puede ser 100.000
veces la de una estrella común y su tamaño alcanzar entre 15 años luz y 30
pársecs (97,8 años luz; ver medidas astronómicas).
No son, como se podría pensar, densas nubes como las de una tormenta del
desierto. Son en realidad extremadamente tenues y frías. Su temperatura es
apenas superior a la del vacío espacial (de 10 a 50°K o -263 y -213°C) y, mientras
este último contiene un átomo por cm3, una nebulosa posee entre cien y diez mil
(102 y 104). A modo de comparación, un cm3 de aire contiene cien mil millones de
miles de millones (1020) de átomos.
Está claro que incluso en sus regiones más densas, como las nebulosas, el
espacio es esencialmente vacío y frío...
Eventos como la explosión de una supernova cercana, el paso cercano o el
encuentro directo con otra nebulosa producen una perturbación: una onda de
choque comprime los gases, haciendo aumentar su densidad, por lo que aparecen
unos llamados "glóbulos de Bok", llamados así en honor al astrónomo Bart Bok.
Éstos se derrumban sobre sí mismos en un colapso por efecto de la gravedad y
nacen así las protoestrellas. Las teorías predicen que, como consecuencia del
colapso, el material alrededor de la protoestrella adopta un movimiento de rotación
y una forma aplanada, como un disco.
En esa fase, llamada T-Tauri, el material de la nube de polvo (que aún rodea a las
protoestrellas) sigue acumulándose, por lo que tampoco podemos observarlas en
luz visible. Muchos astrónomos creen que de los discos de polvo, cuyas
dimensiones alcanzan las 100 UA (dos veces la órbita de Plutón), se originarán
futuros exoplanetas, al igual como ocurrió con nuestro Sistema Solar, hace 4500
millones de años.
Un poco después, la estrella comienza a emitir el llamado viento solar (cuyo origen
no está claro aún) en dirección de ambos polos estelares, despejando la nube.
Quedan por fin visibles la estrella y su disco.
Los colapsos gravitacionales son, a veces, fenómenos contagiosos: el derrumbe
de un glóbulo de gran masa produce una fuerte onda de choque de regreso, la
cual se propaga a través del espacio, comprimiendo y fecundando otras regiones
de la nebulosa, amorfas y estériles hasta entonces. Se ha calculado que los astros
más pequeños que pueden formarse a partir de los glóbulos de Bok tienen 0,01
(10-2) masa solar (Ms). Sin embargo, hasta 0,05 Ms, el derrumbe gravitacional no
logra producir la temperatura y la presión suficientes para que se inicien
reacciones termonucleares: el resultado es una estrella fallada llamada enana café
que se enfría y contrae lentamente. Algunos astrónomos incluyen a Júpiter y, en
menor medida, a Saturno (cuyas composiciones químicas son idénticas a la de las
estrellas) en ésta categoría.
Ahora, si la masa es suficiente (a partir de 0,05 Ms), menos de un millón de años
después del colapso, el núcleo es lo suficientemente caliente para que se inicien
las primeras reacciones de fusión termonuclear (que de momento sólo involucran
al deuterio): ha nacido una estrella. Su maduración, es decir el final de la
contracción gravitatoria y el inicio de la fusión del hidrógeno tomará unos 50
millones de años en el caso de las estrellas con masa similar a la del Sol.
A menudo nacen varias decenas de estrellas al mismo tiempo, a causa de la
fragmentación de los glóbulos de Bok. Las estrellas de la nebulosa de Orión, a
1500 años luz de distancia, nacieron de esa forma hace sólo algunos miles de
años.

¿De qué depende el destino de una estrella?

A comienzos del siglo XX, los astrónomos Ejnar Hertzsprung y Henry Russel
imaginaron un diagrama para clasificar las estrellas, llamado HR, en el cual las
éstas aparecen según sus características fundamentales: el tipo espectral más
intenso (que vemos como el “color”, es decir su temperatura superficial) y su
luminosidad intrínseca (es decir su tamaño), calculada respecto de la del Sol. Las
estrellas más calientes son azul-blanco y las más frías, rojas. Para el color
espectral, se ha establecido una clasificación con letras: O, B, A, F, G, K, M, que
se puede memorizar con una romántica frase: Oh, Be A Fine Girl, Kiss Me. Para
hacerla más fina, cada una de estas letras está dividida en diez: O1, F7, etc.
Además, como dos estrellas de mismo tipo espectral pueden tener masas muy
distintas, se les agrega una terminación, llamada de Morgan y Keenan: Ia0:
estrellas supergigantes más luminosas o hipergigantes. Ia: estrellas
supergigantes. Ib: estrellas supergigantes menos luminosas. II: estrellas gigantes
brillantes. III: estrellas gigantes. IV: estrellas sub-gigantes. V: estrellas de la
secuencia principal (como el Sol). VI: estrellas sub-enanas y, finalmente, VII:
estrellas enanas blancas.
Según ésta clasificación, el sol es G2 V, una enana roja como la estrella de
Barnard, M5 V y una supergigante roja como Betelgeuse, M2 Ia.
El diagrama HR permite clasificar las estrellas que vemos en su actual estado
según las dos características antes mencionadas y, además, conocer cual ha sido
y será su evolución. Como veremos, es su masa en el momento de su formación
la que determina su evolución.
Salta a la vista que las estrellas no se distribuyen al azar sino en regiones bien
delimitadas. El 90% se ubica en la llamada “secuencia principal”. Esta etapa de
sus vidas se inicia cuando las reacciones de deuterio -la fase de maduración antes
descrita- dan paso a las reacciones de fusión termonuclear del hidrógeno. La
enorme energía de estas reacciones crea una fuerte presión de radiación hacia
afuera, que detiene la contracción gravitatoria. Es un estado llamado “equilibrio
hidroestático”, que se prolonga hasta que se agota el hidrógeno.
La gran energía que produce la fusión termonuclear y las propiedades del
equilibrio hidroestático hacen que la mayor parte de la vida de las estrellas
transcurre en la secuencia principal: eso explica que casi todas estén ubicadas en
ella.
Pero la vida no es eterna: a medida que fusionan el hidrógeno transformándolo en
helio, la composición química de las zonas centrales de las estrellas cambia. Estos
cambios de composición obligan a la estrella a cambios de estructura,
luminosidad, temperatura y tamaño. Dejan la secuencia principal y se desplazan
hacia la derecha: disminuye su temperatura superficial (su espectro es más rojo),
pero su mayor radio hace que brillen más, por lo que su luminosidad aumenta. Se
han convertido en gigantes rojas o, si su masa es muy grande, en supergigantes.
Para comprender mejor estos cambios, es preciso entender lo que sucede en el
corazón mismo de las estrellas cuyo equilibrio es alterado.
La evolución y muerte de las estrellas
Según la teoría aceptada hoy en día, el factor primordial que controla los procesos
termonucleares que guían la evolución de una estrella es su masa. La vida de una
estrella es la lucha entre la gravedad (proporcional a su masa) que la contrae, y la
presión de radiación (producida por las reacciones termonucleares), que la
expande.
Cuando el hidrógeno comienza a escasear, las reacciones que lo transforman en
helio se trasladan hacia una capa externa. Sin presión de radiación, ya nada
impide que la gravedad actúe, comprimiendo el centro: esto hace que la materia
central adquiera las extrañas cualidades de la materia degenerada y que la
temperatura central alcance los 100.000.000 (108) de grados Kelvin. Se inicia
entonces la fusión del helio, llamada proceso triple alfa, pues con tres átomos de
helio se obtiene uno de carbono.
Sin embargo, como ya se dijo, lo que sucede luego va a depender de la masa de
la estrella.
Las estrellas masivas (entre 60 y 100 Ms) deben producir una gran cantidad de
energía para luchar contra su enorme gravedad. Su vida en la secuencia principal
es corta, de no más de 10 millones de años. Tras agotar rápidamente su
hidrógeno, su temperatura aumenta por las causas que ya vimos hasta obtener
carbono: cuando aquel se agota, otra contracción gravitatoria aumenta
nuevamente la temperatura y se crean, sucesivamente y en ciclos cada vez más
cortos, el oxígeno, el neón, el azufre, el silicio y finalmente el hierro. Este es el
último elemento en formarse por fusión pues, en una fracción de segundo, la
estrella colapsa en una espectacular y repentina muerte: una supernova.
Tras ésta, quedan objetos pequeños y muy densos: estrellas de neutrones o, en el
caso extremo, hoyos negros.
En comparación, una estrella como el Sol tiene una vida en la secuencia principal
de 10 a 12 mil millones de años, al cabo de la cual permanece otros mil millones
de años como gigante roja y muere tranquilamente, dejando una nebulosa
planetaria con una enana blanca en su centro.
Deuterio: es un isótopo del hidrógeno que contiene un neutrón adicional, por lo
que su masa es dos veces mayor. Cuando sea posible obtener energía de la
fusión nuclear controlada, el deuterio, presente en el agua de los océanos de
manera casi ilimitada, será el nuevo combustible de la humanidad.

Reacciones termonucleares: a una temperatura de 10 millones de grados Kelvin,


los núcleos de hidrógeno (que son en realidad protones) logran superar su
repulsión electromagnética debido a la intensa agitación térmica y se fusionan en
núcleos atómicos más pesados, como el helio. El proceso libera una cantidad
enorme de energía, pues la masa final del nuevo núcleo es inferior a la que se
utilizó para crearlo: se ha transformado en energía, en virtud de la ecuación de
Einstein: E = mc2.
Proporciones cósmicas:
Viento Solar: son partículas (principalmente protones) que salen de las estrellas a
una velocidad de 200 a 400 km/s. Este viento sopla la nube de polvo, dejando
visible el disco de acreción. Sin el campo magnético de la Tierra que nos protege,
el viento solar ionizaría las moléculas de nuestros tejidos, dañándolos.

EUCLIDES (300 A.C.)

Matemático griego, cuya obra principal, Elementos de geometría, es un extenso


tratado de matemáticas en 13 volúmenes sobre materias tales como geometría
plana, proporciones en general, propiedades de los números, magnitudes
inconmensurables y geometría del espacio. Probablemente estudió en Atenas con
discípulos de Platón. Enseñó geometría en Alejandría y allí fundó una escuela de
matemáticas. Los Cálculos (una colección de teoremas geométricos), los
Fenómenos (una descripción del firmamento), la Óptica, la División del canon (un
estudio matemático de la música) y otros libros se han atribuido durante mucho
tiempo a Euclides. Sin embargo, la mayoría de los historiadores cree que alguna o
todas estas obras (aparte de los Elementos) se le han adjudicado erróneamente.
Los historiadores también cuestionan la originalidad de algunas de sus
aportaciones. Probablemente las secciones geométricas de los Elementos fueron
en un principio una revisión de las obras de matemáticos anteriores, como
Eudoxo, pero se considera que Euclides hizo diversos descubrimientos en la
teoría de números.
Los Elementos de Euclides se utilizaron como texto durante 2.000 años, e incluso
hoy, una versión modificada de sus primeros libros constituye la base de la
enseñanza de la geometría plana en las escuelas secundarias. La primera edición
impresa de las obras de Euclides que apareció en Venecia en 1482, fue una
traducción del árabe al latín.

EXOBIOLOGÍA

Ante la pregunta ¿qué es la vida? estaríamos tentados de responder que se trata


de un sistema basado en la química del carbono. Pero ésta definición es
demasiado "terrestre", por así decirlo. Es la vida a la que estamos acostumbrados
aquí en la Tierra, la única vida que conocemos.
Nuestra biología, la única referencia
A través de los siglos, científicos, filósofos, naturalistas, escritores y artistas han
tratado de investigar el origen y la evolución de la vida (Fig: visiones de origen
vida). En películas, teleseries y novelas se ven a menudo seres, inteligentes,
primitivos, hostiles o amigables, cuyo metabolismo está basado en el silicio (Si) o
en otros elementos. Ante ello, surge la gran pregunta: ¿es concebible la vida sin
carbono?
Pero ¿qué es la vida? Algunos autores, en forma seria y otros más fantasiosos,
piensan que ciertas entidades de plasma, algunos seres de radiaciones o los
programas computacionales que se reproducen (los famosos "virus") son formas
de vida... y ninguno de éstos está basado en el carbono, ni mucho menos.
¿Que es la vida entonces? La mayoría de los biólogos concuerda en que los
organismos vivos son sistemas de moléculas en cadenas que pueden tener una
organización en estructuras tridimensionales; llevar a cabo reacciones químicas
(metabolismo); almacenar instrucciones para su propia reproducción; reproducirse
y, finalmente, evolucionar a través de mutaciones y selección natural.

A base de carbono

Nuestra biología fue posible porque el carbono reúne una serie de condiciones. En
primer lugar, el carbono es el cuarto elemento más abundante en el Sistema Solar
y en la corteza terrestre, después del hidrógeno (H), el helio (He) y el oxígeno (O2,
en su forma molecular). Asimismo, con la radioastronomía se han descubierto más
de 80 moléculas en los cometas, los asteroides y el espacio interestelar. Setenta
de ellas contienen carbono, mientras que menos de diez tienen silicio, el otro gran
"candidato" para una posible vida (Fig: átomo de carbono y algunas moléculas).
En segundo lugar, el carbono, presente en el metano (CH4) y en el dióxido de
carbono (CO2, este último altamente soluble en el agua), participa en los llamados
"ciclos geoquímicos": posee una gran movilidad entre la atmósfera, la superficie
sólida (carbonatos), los organismos vivos y los océanos. En comparación, el
dióxido de silicio (SiO2), también llamado sílice o "arena de playa", es, a
temperaturas como las terrestres, un sólido (casi) insoluble en el agua y
químicamente no-reactivo comparado con el CO2 (Fig: ciclo geológico del
carbono).
En tercer lugar, la capacidad que tiene el átomo de carbono de ligarse con otros
átomos, formando grandes cadenas, es una de las claves de nuestra compleja
biología. El carbono tiene la posibilidad, con sus valencias, de armar un sistema
de polímeros lineales, en el cual los átomos crean la "espina dorsal" de aquellas
macromoléculas. Cada eslabón de dichas verdaderas cadenas se ensambla con
dos similares suyos, pudiendo así almacenar información genética o catalizar, es
decir seleccionar y acelerar, reacciones químicas (Fig: un gen y una enzima).
Sin embargo, el problema no es sólo alcanzar los cuatro enlaces que puede tener
el carbono. Se trata también de no formar más de cuatro: se estima que dos
grupos laterales son el mayor número admisible porque si hubiera más grupos,
ocuparían todo el espacio y además impedirían la formación de cadenas,
formando más bien unos "montones". El nitrógeno (N), el fósforo (P) y el boro (B)
forman normalmente tres enlaces, pero a veces cuatro. El azufre (S) forma
generalmente dos enlaces y el silicio (Si) cuatro, pero ambos pueden formar hasta
más de seis enlaces. El carbono participa sólo en cuatro enlaces, bajo la forma de
moléculas estables: es el mejor "fabricante" de polímeros.
La cuarta condición para la química de la vida es ser estable y no romperse en
forma aleatoria ante los cambios de temperatura. Un enlace carbono-carbono es
dos veces más fuerte que uno silicio-silicio. Por otro lado, se sabe que un enlace
silicio-oxígeno es más de dos veces más sólido y estable que uno silicio-silicio;
como el oxígeno es muy abundante en la corteza terrestre, podría esperarse que
hubiera abundancia de cadenas de esa clase. Pero, desafortunadamente, los
polímeros a base de silicio-oxígeno son tan poco reactivos que su capacidad de
catalizar reacciones químicas, esencial en los procesos de la vida, es muy
limitada.
El boro con el nitrógeno pueden formar borazina (B3N3H6), un compuesto con
forma de anillo que posee propiedades similares al benceno (C6H6), un
compuesto estable en la mayoría de los planetas, pero demasiado sensible a la
luz.

Otras biologías: la incógnita

Se sabe que el carbono con su gran combinación de propiedades es, bajo las
condiciones de nuestra Tierra, el mejor elemento como base para la vida.
Debemos recordar que, cuando buscamos vida desde la tierra con instrumentos
como el espectroscopio, el objetivo es una vida tal como la concebimos aquí, es
decir que produzca modificaciones atmosféricas perceptibles parecidas a las que
ocurren en la Tierra.
Por ello, si llegáramos a hallar una forma de vida radicalmente distinta, quizás no
la consideraríamos como tal, o no se le daría la importancia que en realidad
tendría. Esa posición es conocida como antropocentrismo: es, por una lado, el
interés del ser humano solamente por lo que se le parece y, por otro lado, buscar
rasgos humanos donde no están.
En todo caso, más allá de esto, la búsqueda de vida extrasolar se ve tan larga
que, de momento, les basta a los científicos la dura tarea de buscar vida a base de
carbono, si es que la encuentran algún día.

EL COMIENZO DE LA EXOPLANETOLOGÍA

Durante los últimos 2000 años, los conocimientos científicos que prevalecieron
sucesivamente han, ya sea, avalado o invalidado la existencia de otros sistemas
planetarios.
En el siglo IV antes de Cristo, Aristóteles y Epicurio argumentaron
respectivamente en contra y a favor de una Tierra única e irrepetible. Las razones
que daba Epicurio en su "Carta a Herodoto" aparecen premonitoriamente como los
fundamentos filosóficos de la búsqueda SETI (Search for Extra-Terrestrial
Intelleigence): "Los mundos son en número infinito, algunos similares a éste, otros
distintos. Porque si los átomos son en número infinito, nada impide la infinidad de
mundos. No se podría negar que en dichos mundos existan plantas, animales y
todo el resto".
Veinte siglos después, Giordano Bruno, discípulo de Copérnico, fue codenado a la
hoguera por poner en duda la idea bíblica de una Tierra centro del universo y
único hogar, por voluntad del Dios cristiano, para la vida.
En 1695, Christiaan Huyghens, el brillante astrónomo holandés que intuyó la
naturaleza de los anillos de Saturno, publicó un libro llamado "Cosmotheoros" en
el cual se pregunta cual sería la mejor manera de detectar otros sistemas
planetarios.
A comienzos del siglo XX, algunos astrónomos pensaron que las llamadas
“nebulosas en espiral” eran lejanos sistemas planetarios en formación. Hoy en día
se sabe que son en realidad galaxias vecinas de la nuestra, que la insuficiente
precisión de los telescopios de la época y la gran distancia impedían distinguir con
claridad.

Larguísimas e infructuosas búsquedas

Pero es sólo a fines de los años cuarenta que P.Van de Kamp, un astrónomo
norteamericano, lleva a cabo la primera búsqueda real de "cuerpos oscuros", entre
los que están los planetas y específicamente los gigantes gaseosos del tipo
Júpiter, cuya gran masa pudiera afectar gravitatoriamente el movimiento de una
estrella. Con su método creyó encontrar algo alrededor de la estrella de Barnard,
pero hoy su hallazgo ha sido invalidado.
Desde los años cuarenta hasta la última década del siglo XX, hubo numerosos
anuncios de planetas extrasolares, pero todos resultaron, tarde o temprano, ser
falsos. En los años 70, las esperanzas y la confianza de los buscadores de
planetas estuvieron a punto de ser sepultadas: muchas horas de observación, a lo
largo de estudios de más de diez años sobre numerosas estrellas, resultaron ser
en vano, a pesar de que la técnica de la espectrografía ya estaba operacional.
En vez de planetas, sólo falsas alarmas, causadas por las oscilaciones propias de
las estrellas observadas. Era tal el pesimismo que, a comienzos de los años 90,
una nueva escuela de astrónomos llegó a pensar que los planetas gigantes
gaseosos debían ser extremadamente escasos en la galaxia.

Las primeras certezas

Sin embargo, en 1983 el satélite infrarrojo IRAS (Infrared Astronomical Satellite)


detectó polvo (léase partículas microscópicas y gases) alrededor de numerosas
estrellas de tipo T-Tauri, es decir muy jóvenes y de no más de seis masas solares.
Tales características las emparentaban con el modelo de formación de nuestro
Sistema Solar, pues el Sol también tuvo una fase T-Tauri cuando estaba aún
rodeado de polvo. Muchos astrónomos se preguntaban si también se estarían
formando allí planetas.
Un año después, dos astrónomos del Jet Propulsion Laboratory (laboratorio de
propulsión a chorro, JPL) lograban, gracias a un coronógrafo, la primera fotografía
directa (en el espectro de la luz visible) de un disco de polvo de 400 UA de
diámetro alrededor de la estrella Bêta () Pictoris. Ésta es una estrella una vez y
media más masiva que el Sol, situada a 50 años luz de nosotros, en la
constelación del pintor y observable a simple vista desde el hemisferio sur. De un
disco similar al suyo resultó el llamado plano de la eclíptica, en el cual orbitan los
planetas del Sistema Solar. De hecho, con los conocimientos actuales, los
astrónomos del JPL piensan que Pictoris es una muetra de lo que fue el Sistema
Solar a lo más 100 o 200 millones de años después del nacimiento del Sol. Ese
instante relativamente corto en la vida de un sistema planetario explicaría que no
se hallan podido encontrar más discos como el de Pictoris.
El primer planeta, un desafío a la ciencia
En 1995, dos astrónomos suizos anunciaron por fin el ansiado hallazgo: con la
técnica de la velocidad radial aplicada en tiempo real a 142 estrellas a la vez,
descubrieron un planeta dos veces más pequeño que Júpiter alrededor de la
estrella llamada 51-Pegasi. Sin embargo, este primer hallazgo reveló un gran
problema que se mantiene hasta hoy: escapa totalmente a nuestro (único) modelo
conocido de sistema planetario.
El planeta, bautizado 51-Pegasi B, orbita a sólo 0,05 UA de la estrella.
Recordemos que Mercurio, el más cercano al Sol, está a 0,4 UA de éste, o sea
ocho veces más lejos. A tan pequeña distancia, la temperatura de 51-Pegasi B ha
sido calculada en unos 1000°K (720°C). Su composición química podría ser similar
a la de los gaseosos del Sistema Solar: hidrógeno y helio, los cuales resisten el
intenso calor y radiación gracias a la enorme gravedad del planeta.
Parece improbable que 51-Pegasi B y los demás planetas con características
similares descubiertos desde entonces se hayan formado en ese lugar. Podría
tratarse de enanas cafés que perdieron parte de su masa en beneficio de sus
estrellas. Existen tres otras hipótesis. Las dos primeras suponen que los planetas
se formaron lejos de sus estrellas, a unas 5 UA.
En la primera de ellas, los planetas fueron "frenados" por el grueso y viscoso disco
protoestelar, y se desplazaron en espiral hacia las protoestrellas. Éstas últimas a
menudo rotan rápidamente, generando un intenso campo magnético, el que -
sumado a la gravedad de la estrella- estabilizaro los planetas en sus posiciones
actuales, impidiendo que caigan finalmente en sus estrellas.
En la segunda hipótesis, había planetas telúricos cerca de la estrella que fueron
ejectados fuera del sistema, al frío y vacío espacio intereselar, por perturbaciones
gravitatorias (algo similar al fenómeno de "dispersión caótica" que afectó a los
asteroides y a los cometas). Nosotros, en la Tierra seríamos afortunados, pues el
disco de polvo del Sistema Solar, mucho menos espeso, impidió que los gigantes
gaseosos llegaran cerca del Sol y ocurriera algo parecido.
Ésta hipótesis tiene una variante: hubo interacciones gravitatorias entre varios
gigantes de tipo Júpiter y como consecuencia, un planeta fue ejectado hacia la
estrella y los otros, hacia órbitas más distantes.
Finalmente, otros astrónomos piensan que los planetas tipo 51 Pegasi B no serían
gigantes gaseosos sino colosales esferas de hierro y níquel, formadas ahí mismo,
a partir de una nube de polvo muy masiva ...
A pesar del desafío que plantean a las teorías vigentes, los planetas del tipo 51
Pegasi B poseen la ventaja de poder ser detectados fácilmente: sus grandes masa
y proximidad a la estrella alteran ésta última de manera muy evidente y la
brevedad de sus períodos orbitales favorece búsquedas de no más de unos
cuantos meses. A modo de comparación, si buscáramos a Júpiter con éstos
métodos, tendríamos que estudiar las perturbaciones en la velocidad radial del Sol
durante a lo menos 12 años en forma sostenida. Encontrar Urano o Neptuno sería,
a fortiori, virtualmente imposible. Ahora, la búsqueda de planetas terrestres y la
búsqueda de vida extrasolar son otras historias.

Fornax - El Horno

El 8 de mayo de 1794, en Francia y por orden del Tribunal Revolucionario, es


guillotinado el dirigente de la campesinos Antoine Lavoiser, científico francés
considerado el fundador de la química moderna. En su honor, el astrónomo
Lacaille inventó esta constelación.
Aunque no hay puntos brillantes destacables en el Racimo de galaxias Formax,
con un telescopio grande se ve este racimo cerca del límite de Fornax-Eridanus.
Con un ocular de campo ancho se observan hasta nueve galaxias en un solo
campo visual. NGC 1316, la galaxia más brillante, es también la fuente de radio
Fornax A.
Se llama Sistema Formax a una galaxia enana poco habitual. Es un grupo grande
de estrellas muy débiles, de forma esférica, que incluye racimos globulares. Con
un telescopio de 250 mm veremos al racimo NGC 1049, de magnitud 12,9.

LA FOTOGRAFÍA

A fines del siglo XIX, varios avances claves de la ciencia permitieron un gran
impulso para la astronomía. Entre ellos destaca el descubrimiento de las
propiedades fotosensibles de algunas sales de plata. Había nacido la fotografía, o
“registro con luz”.
En 1845, los franceses Foucault y Fizeau obtienen la primera fotografía de un
astro: usando la técnica del daguerrotipo, retrataron al Sol. Luego, en 1884, los
hermanos Henry toman la primera fotografía de una estrella.
Las fotografías así obtenidas sirven para un examen morfológico (de la forma) del
astro. Este método ha servido para el estudio de la Luna, de los planetas del
Sistema Solar y para conocer la distribución de objetos mucho más distantes.
Las fotografías pueden ser tomadas con filtros que dejan pasar más o menos
anchura espectral.
Es así como una estrella tiene aspectos muy distintos según la longitud de onda a
la que se le observa.
Sin embargo, hoy en día la fotografía tiene rivales: el estudio de la naturaleza
física de la luz utiliza cámaras electrónicas y espectroscopios.

LAS FUERZAS DE LA NATURALEZA

Para la muy compleja física moderna, todos los fenómenos de la naturaleza (los
procesos de creación y destrucción de partículas, las desintegraciones
radioactivas y la emisión/absorción de energía) son el efecto de cuatro grandes
campos de fuerza llamados interacciones o fuerzas fundamentales.
Estas interacciones son la gravedad, el electromagnetismo, la interacción nuclear
débil y la interacción nuclear fuerte.
Las partículas de la materia están asociadas a los cuatro campos de la física. Esto
significa que cada partícula es capaz de generar uno o más de dichos campos.
A su vez, toda partícula que se ubica en un campo idéntico a los que puede crear
reaccionará.
En la historia humana: el electromagnetismo
Si consideramos que la humanidad no tuvo conciencia de la gravedad hasta
Newton, el magnetismo fue el primer efecto de interacción conocido por los seres
humanos.
La tradición atribuye a Tales de Mileto la primera descripción de la magnetita, un
óxido de hierro con propiedades magnéticas, llamado así en nombre de la ciudad
griega de Magnesia, donde habría sido descubierto. Sin embargo, los chinos, finos
observadores de la naturaleza, conocen la brújula, una aplicación práctica de la
magnetita, al menos desde el siglo V después de J.C. No es improbable que se
dieran cuenta de las propiedades de la magnetita antes o junto los griegos.
Señalemos de paso que los polinesios, muy buenos astrónomos, navegaban
enormes distancias sin brújulas.
Los árabes habrían introducido estas últimas en Europa, donde el primero en
describirlas en detalle fue el francés Pierre Pèlerin en 1269 (o “Petrus Peregrinus”
en latín, la lengua de los estudiosos de la época).
En 1600, William Gilbert, médico de la reina inglesa Elisabeth I, publica el tratado
“De Magnete” tras descubrir, con la ayuda de sus brújulas de inclinación, que la
Tierra actuaba como un imán gigante esférico. También se da cuenta que al
calentar magnetita al rojo vivo, perdía sus propiedades.
En 1831, los sorprendentes experimentos de Faraday en torno a las bobinas
eléctricas tuvieron como resultado más espectacular el dínamo eléctrico. En 1864,
James Clerk Maxwell, admirador de Faraday, emitió la “teoría electromagnética”,
según la cual la luz y las ondas radioeléctricas son un campo eléctrico y un campo
magnético asociados, dirigidos en ejes perpendiculares.
El hierro normal no está magnetizado: sus átomos están dispuestos al azar. Sin
embargo, la presencia de un campo lo magnetiza. En 1905, el francés Pierre Curie
descubrió que ésto era efectivo sólo hasta cierta temperatura, más allá de la cual
sólo son conservadas las propiedades paramagnéticas. Dicha temperatura ha sido
llamada “de Curie”.
El electromagnetismo es responsable de la atracción de las partículas con carga
(electrones, protones, etc.). Es la fuerza que mantiene unidos dos o más átomos o
moléculas. El electromagnetismo es una propiedad del átomo. En los átomos
intactos normales, las cargas tienden a neutralizarse mutuamente si están
presentes en números iguales. Cualquier desbalance, llamado ionización, crea un
campo magnético.
En la mayoría de los materiales, los átomos se encuentran orientados al azar, lo
que anula casi todo el efecto. Las ligeras propiedades magnéticas (llamadas
paramagnetismo) que conservan los materiales se expresan en su
“permeabilidad”: el vacío tiene permeabilidad 1,00; las substancias
paramagnéticas, entre 1,00 y 1,01. El níquel y el cobalto, ambos ferromagnéticos,
tienen 40 y 55, mientras que el hierro, varios miles.

La gravedad

Si consideramos a una partícula en forma aislada, su campo electromagnético es


varios billones de billones de billones de veces más intenso que el gravitatorio. La
intensidad de éste último es tan pequeña que se le puede ignorar.
Sin embargo, al haber muchas partículas, la suma de sus masas constituye una
fuente de gravedad cuyo alcance es infinito y que, a nivel cósmico, mantiene al
universo entero cohesionado.
La gravedad, o atracción que liga los cuerpos provistos de masa, fue descubierta y
publicada por el físico inglés Isaac Newton, en 1687, aunque sus fundamentos
venían desde que Johannes Kepler describiera las órbitas de los planetas. Newton
se dio cuenta de que si la Luna giraba alrededor de la Tierra sin huir hacia el
espacio, algo la mantenía en órbita. Ese algo es un campo hacia todas partes y de
alcance indefinido, cuya intensidad disminuye en proporción al cuadrado de la
distancia desde la fuente.
La masa de todas las partículas de un cuerpo esférico y homogéneo (como el Sol
o la Tierra) actúa como si una sola partícula, con toda la masa, estuviera en el
centro de gravedad de dicho cuerpo.
El universo entero es como una “tela de araña” gravitatoria, con las modificaciones
aportadas por la relatividad. Las explicaciones sobre su evolución, nacimiento,
expansión y final, la cosmología, se basan, entre muchos otros cálculos, en la
cantidad de materia presente en él, de la temperatura promedio del universo, de la
velocidad de expansión, de la naturaleza y cantidad de partículas y radiación
emitidas por las estrellas, etc.
Si estamos en un universo “cerrado”, la gravedad provocará su colapso final.

Interacciones nucleares
A pesar de que el electromagnetismo mantiene unido al átomo, hacia 1930
muchos físicos se preguntaban cómo se podía mantener unido el núcleo
(compuesto de cargas positivas que se repelen) y como se originaba la
radioactividad.
Fueron los años en que se perfeccionaron los conocimientos sobre la
radioactividad artificial y los aceleradores de partículas.
Para entender las interacciones fuerte y débil, es preciso hundirnos en los
componentes más pequeños de la materia, las partículas elementales, cuyo
reciente descubrimiento está ligado a los avances de las matemáticas y de la
física nuclear.
Los hadrones (mesones, bariones y sus quarks correspondientes) poseen un
campo cuya intensidad es 137 veces la del electromagnético a nivel de partículas
y que decrece tan rápido (100 veces al duplicar a distancia en vez de 4, como la
gravedad y el electromagnetismo) que más allá de la distancia correspondiente a
un núcleo atómico, su acción puede ignorarse. Aunque ese campo es
extremadamente importante para las partículas que se rozan a distancias
nucleares, su influencia en los movimientos de los objetos astronómicos es nula.
Su existencia es, en cambio, importante en los procesos que tienen lugar en el
núcleo de las estrellas, es decir, la nucleosíntesis o fusión de núcleos de la que se
obtienen elementos cada vez más pesados.
Los leptones también generan un campo con un alcance similar (en realidad, más
corto), pero con una intensidad un billón (mil millones o 109) de veces menor que
la del campo electromagnético: la interacción débil. Ésta fuerza se ve involucrada
en el decaimiento de los elementos radioactivos y en la emisión de partículas
como el neutrino.
Para tener una idea de lo complejo y a veces contradictorio del tema de las
fuerzas, la gravedad, a pesar de su alcance y efectos astronómicos, es 10.000
billones de billones de veces menos intensa que la interacción débil.
Los vectores de las fuerzas
Tras ver las propiedades de las fuerzas, surge una pregunta: ¿cómo pueden
actuar a distancia?
La respuesta (aún inconclusa) está en ciertas partículas, llamadas vectores. Un
vector es un intermediario entre las partículas, un modo de propagación de una
fuerza.
De hecho, aunque suene extraño y redundante, las interacciones deben
intercambiar partículas por medio de las interacciones.
Así, está el fotón para el electromagnetismo, el gravitón (aún sin descubrir) para la
gravedad, el pión para la interacción fuerte a nivel protón neutrón, el gluón para
interacción fuerte a nivel de quark y, finalmente, la partícula W (weak es débil en
inglés) para la interacción débil, la que sigue sin ser descubierta.

El origen de las fuerzas

Aunque hoy en día el universo presenta cuatro interacciones, los físicos piensan
que todas poseen la misma naturaleza, es decir que son las emanaciones de una
sola fuerza (no descubierta aún) que explicaría toda la física. Esta teoría, llamada
de la gran unificación (TGU), quizás logre ser desarrollada por las complejas y
fecundas ecuaciones de la física cuántica.
La búsqueda de la TGU es la búsqueda del origen del universo pues tiene una
estrecha relación con la teoría del Big Bang. Según ésta, a las altísimas
temperaturas que reinaban antes de 10-43 segundos después del Big Bang sólo
había una fuerza. Desafortunadamente, ningún laboratorio fabricado por humanos
podrá alcanzar esa temperatura.
Hoy en día, un paso muy importante ha sido dado hacia la TGU, con el hallazgo
de la fuerza electrodébil, una síntesis del electromagnetismo y de la interacción
débil que ocurre cuando la temperatura alcanza los 1015 ?K.
Teóricamente, a una temperatura aún mayor, 1027 ?K, es decir más cerca del
instante "cero", sólo hay dos fuerzas: gravitacional y electronuclear.
Si quieren llegar más allá, los físicos deberán integrar la interpretación continua y
determinista de la relatividad con aquella discontinua e indeterminista de la física
cuántica. (Fig: efecto cuántico) El nombre de lo que buscan ya existe: es la
"gravitación cuántica". Estamos hablando de un momento en que el universo, de
apenas 10-33 centímetros de diámetro, tenía una temperatura de 1032 ?K.
Es la era cuántica, donde nada se puede explicar en los términos que nos son
familiares.
cosmología: estudio de la arquitectura y evolución del universo considerado en su
conjunto

EL FUTURO DEL UNIVERSO

La larga vida del universo puede representarse como una línea del tiempo. En ella
aparecen los años transcurridos desde el Big Bang como potencias de diez: cada
vez que elevamos una potencia, el tiempo aumenta diez veces. Para mayor
comodidad cada fecha de la que hablaremos se contará a partir del Big Bang (Fig:
línea del tiempo universo)
En estos momentos, a unos quince mil millones (1,5 x 1010) de años, vivimos en
la “era estelífera”, que se inició con el nacimiento de las primeras estrellas, a más
o menos un millón (106) de años.
La tasa de nacimiento de estrellas en las galaxias depende de la cantidad de
hidrógeno disponible en los gases interestelares. Las estrellas usan aquel
elemento como combustible termonuclear, transformándolo en helio y luego en
otros elementos más pesados. Esos elementos, de los cuales es cada vez más
difícil obtener energía, comenzarán a modificar la composición del gas interestelar:
el combustible estelar se agotará inevitablemente.
¿Cuándo y cómo?
Las estrellas más longevas son las enanas rojas, específicamente aquellas con
una masa 0,08 veces la del Sol: tardarán 10 mil miles de millones (1013) de años
en acabar con su hidrógeno. La era estelífera durará hasta que la última de ellas
haya muerto, es decir que haya concluido su actividad termonuclear, alrededor de
los cien mil miles de millones (1014) de años.
¿Que ocurrirá luego?
Comenzará la que ha sido llamada “era de degeneración”. Por degeneración
entendemos un estado mecánico-cuántico especial de la materia, como el que se
da al interior de las enanas cafés y en las enanas blancas (éstas últimas son los
vestigios de las antiguas estrellas de masa comprendidas entre 0,08 y 8 veces la
del Sol). Son justamente las enanas blancas las que contendrán la mayor parte de
la materia ordinaria (llamada “bariónica”) del universo.
También habrá estrellas de neutrones, las cuales provienen del espectacular
colapso de las estrellas de más de 8 masas solares.
Será un universo sin estrellas, frío y oscuro, pues los astros antes nombrados casi
no emitirán radiación. Los planetas que no hayan sido destruidos por los
sobresaltos finales de sus estrellas vagarán estériles por el espacio. La
temperatura del vacío interestelar será de apenas unas fracciones de grado
encima del cero absoluto (0° Kelvin).
Pero a pesar de esa aparente desolación, algunos acontecimientos agitarán e
iluminarán esas tinieblas: las galaxias se reestructurarán de acuerdo a la
interacción y encuentros entre las estrellas muertas. Una pequeña minoría de
éstas será atrapada por los hoyos negros, los cuales seguirán creciendo a lo largo
de la era de degeneración.
De vez en cuando, la colisión de dos enanas cafés podrá significar el nacimiento
de una nueva y brillante enana roja: serán los únicos rayos de luz de ese universo;
quizás los vean seres que logren desarrollarse en los planetas surgidos de los
restos de dichas colisiones...
Esa nueva generación de estrellas poseerá una longevidad de miles de miles de
millones (1012) de años, apenas un instante en la era de degeneración. Sin
embargo, serán escasas: no más de 10 o 100 a la vez en una galaxia del tamaño
de la Vía Láctea. Juntas, esas diez o cien no brillarán con más intensidad que
neutro actual Sol.
Si, por casualidad (una en mil miles de millones de años), colisionaran dos enanas
blancas relativamente masivas, una espectacular explosión (una sopernova del
futuro) brillará poderosamente contra el fondo oscuro.
¿Y después?
Lo que sigue depende de la esperanza de vida de los protones. Aunque no se ha
podido comprobar experimentalmente (por falta de tiempo, claro), los físicos creen
que alrededor de 1037 años, todo lo que está compuesto por átomos habrá
desaparecido. La masa-energía almacenada en las enanas blancas, estrellas de
neutrones y los demás objetos se disipará: El decaimiento de los protones produce
positrones, neutrinos, piones y fotones de rayos gama. La materia se irá
“deshaciendo”, dejando el universo cada vez más vacío y oscuro.
Será el fin de la era de degeneración.
Comienza entonces la penúltima era del universo: la era de los hoyos negros, los
únicos objetos que aún existirán, pues no son afectados por el decaimiento de los
protones.
Los hoyos negros tampoco son eternos: un proceso mecánico-quántico muy lento
conocido como la radiación de Hawking los “evapora”.
Contrariamente a lo que se dice o cree, los hoyos negros no son totalmente
negros: emiten un espectro térmico de fotones y otras partículas elementales. La
tasa de emisión depende de la curvatura de la superficie del hoyo negro y de su
tamaño o masa.
Un hoyo negro de una masa solar tiene una emisión muy leve. A medida que los
hoyos negros se evaporan, el proceso se acelera y concluye con una brusca
emisión de rayos gama.
La temperatura superficial (si podemos hablar de superficie) de los hoyos negros
depende de su masa: uno de masa solar está a 10-7 °K y se demora 1065 años
en evaporarse mientras que uno de masa similar a la de una galaxia de cien mil
millones (1014) de soles está a10-18 °K y tarda10100 años en evaporarse.
La era de los hoyos negros concluirá cuando el último de ellos se halla evaporado.
Ya nada material queda. Sólo fotones acelerados a unos enormes redshifts;
también neutrinos, electrones y positrones separados por distancias gigantescas.
Si se llegaran encontrar un electrón y un positrón, es probable que queden en una
órbita más grande que todo el universo actual... hasta que, tras enormes lapsos de
tiempo, caigan en espiral uno hacia el otro y se aniquilen mutuamente.
Al menos, así es la teoría.
Reacciones termonucleares: a una temperatura de 10 millones de grados Kelvin,
los núcleos de hidrógeno (que son en realidad protones) logran superar su
repulsión electromagnética debido a la intensa agitación térmica y se fusionan en
núcleos atómicos más pesados, como el helio. El proceso libera una cantidad
enorme de energía, pues la masa final del nuevo núcleo es inferior a la que se
utilizó para crearlo: se ha transformado en energía, en virtud de la ecuación de
Einstein: E = mc2.

LAS GALAXIAS

Una fotografía del cielo muestra, además de las estrellas puntuales, una multitud
de objetos elongados. La calidad cada vez mayor de los telescopios de Herschel
permitió verlos mejor: fueron llamados nebulæ (nubes en latín), pues no se podía
resolverlos con precisión. El filósofo alemán Immanuel Kant los llamó “universos
islas”. Hoy sabemos que son galaxias lejanas. Uno de los primeros catálogos de
esas nebulæ (103 en total) fue realizado en 1781 por el astrónomo y “cazador de
cometas” francés Charles Messier, justamente para no confundirlos con cometas.
Como la clasificación de Messier abarcó las galaxias, cúmulos y nebulosas más
visibles del espacio, esos objetos reciben la letra M y un número. Hacia 1908,
15.000 nebulæ habían sido descritas, pero su naturaleza era desconocida: no se
sabía si eran nubes de polvos y gases luminosos dentro de la galaxia o bien
objetos muy lejanos, con miles de millones de estrellas en su seno.
Para saber la verdad, había que medir la distancia a las nebulæ. Sin embargo,
como están muy lejos, el método del paralaje no servía.
Miles de millones de galaxias alejándose
En 1924, Edwin Hubble, con el telescopio de 100 pulgadas (2,5 metros) del monte
Wilson, el más grande de la época, logró individualizar algunas estrellas (unas
variables) de la espiral principal de la galaxia de Andrómeda (M31), así como en
otras galaxias cercanas (M33 y NGC 6822, el llamado “grupo local”).
Las variables más luminosas, unas supergigantes, alcanzan 2x104 luminosidades
solares (Ls): su magnitud absoluta muy grande. Su brillo varía en períodos que
dependen de su magnitud absoluta, pues hay una relación período-luminosidad.
Gracias a esto, podemos calcular facilmente su distancia. Con la (pequeña)
magnitud aparente de dichas variables (18), Hubble, tras algunos cálculos, pudo
saber su distancia. (Fig: grupo local de galaxias) (Fig: Andrómeda M31)
Situada a 725.000 parsecs de la VL, M31 es muy similar a la nuestra. Pero hay
algunas diferencias: M31 tiene más cúmulos globulares que la VL; en el disco de
ésta última hay más formación de estrellas, pero el núcleo de M31 es más
luminoso y su disco, que contiene 300.000 estrellas, algo más grande.
Fue el estudio de los espectros y el efecto Doppler de M31 y muchas otras
galaxias lo que le permitió a Hubble descubrir la expansión del universo, un claro
indicio del Big Bang.
Tipos de galaxias
Las galaxias difieren mucho unas de otras. La mayoría de ellas es espiral o
elíptica. Una minoría es irregular.
Las espirales son de dos tipos: normales y “de barra”. Algunos astrónomos creen
que todas las espirales tienen una barra, aunque débil. Como sea, en ambas
espirales y de barra se observa una transición morfológica entre dos extremos: 1)
el bulbo central es grande y luminoso; los brazos son débiles. 2) el bulbo es
pequeño, a veces ausente ; los brazos están bien abiertos. La VL y M31 están
entre estos dos extremos. Todas las galaxias espiral y de barra giran en el sentido
de sus brazos.
Las galaxias espiral tienen entre 6.000 y 30.000 parsecs de diámetro y el
hidrógeno atómico se extiende aún más allá. Sus masas van de 109 a 1012
masas solares (Ms) y sus luminosidades, de 109 a 1012 Ls. La VL y M31 son
relativamente grandes y masivas.
Las elípticas son sistemas que varían desde esféricos hasta elipsoidales.
La mayoría de sus estrellas son viejas (estrellas rojas). En ese sentido, las
galaxias elípticas se parecen a los bulbos centrales de las espirales.
Observaciones en los rayos X han mostrado que 1 a 2 % de la masa de las
elípticas podría presentarse como un gas a más de 106 °K.
En las más grandes de las galaxias elípticas cercanas, se pueden ver cúmulos
globulares. Las elípticas más grandes (gigantes) alcanzan una luminosidad de
1011 Ls y contienen al menos 1012 Ms. Su tamaño es considerablemente superior
al de las mayores galaxias espirales.
Las elípticas más pequeñas (enanas) tienen apenas unos 1.500 parsec de
diámetro. Su brillo de 106 Ls es equivalente al de las estrellas más potentes (las
supergigantes) Son las galaxias más comunes en el universo. A veces contienen
tan pocas estrellas que se puede ver a través. Las irregulares son el 25 % de las
galaxias del universo. No presentan simetría. Muchas de ellas parecen tener altas
tasas de nacimiento de estrellas. Las más conocidas son las Nubes de
Magallanes, nuestras más cercanas vecinas, visibles en el hemisferio sur. Están
diez veces más cerca que M31. Las Nubes de Magallanes están en órbita
alrededor de la VL. La gran Nube es mucho más masiva que la Pequeña y posee
una débil barra, aunque sin brazos. Parece ser que, hace unos 200 millones de
años, hubo una colisión entre las dos. (Fig: nubes de Magallanes)

Propiedades de las Galaxias


Uno de los más importantes, difíciles y controversiales problemas de la astronomía
moderna es el de la escala de distancias a las galaxias.
Para ello se necesita un proceso de varias etapas. Tras determinar la distancia a
los cúmulos de nuestra propia galaxia con la ayuda de sus estrellas más brillantes
(unas supergigantes variables), podemos extrapolar los cálculos para estrellas de
ese tipo situadas en otras galaxias gracias a la ley del inverso del cuadrado de la
propagación de la luz.
Sin embargo, las estrellas individuales sólo son visibles en las galaxias cercanas.
Para determinar distancias aún mayores (a cúmulos de galaxias), se necesitan
objetos mucho más brillantes, como las supernovas.
Así, el conocimiento de los radios y luminosidades de las galaxias depende de la
precisión con se conozcan las distancias que nos separan de ellas.
Determinar la masa de las galaxias es más complicado y sólo se conoce las de
una pequeña parte. Para calcularlas, se puede usar su influencia gravitacional
sobre otros objetos o sobre las estrellas que hay en ellas.
En tanto, el movimiento interno de las galaxias puede calcularse gracias a la
observación del efecto Doppler en el espectro visible o en los 21 cm (la emisión de
las nubes de hidrógeno) y luego se puede calcular su masa con la tercera ley de
Kepler.

Galileo (Galileo Galilei) (1564-1642)

Físico y astrónomo italiano que, junto con el astrónomo alemán Johannes Kepler,
comenzó la revolución científica que culminó con la obra del físico inglés Isaac
Newton.
Su principal contribución a la astronomía fue el uso del telescopio para la
observación y descubrimiento de las manchas solares, valles y montañas lunares,
los cuatro satélites mayores de Júpiter y las fases de Venus. En el campo de la
física descubrió las leyes que rigen la caída de los cuerpos y el movimiento de los
proyectiles. En la historia de la cultura, Galileo ha pasado a representar el símbolo
de la lucha contra la autoridad religiosa y política y de la libertad en la
investigación.
Nació cerca de Pisa el 15 de febrero de 1564. Su padre, Vincenzo Galilei, ocupó
un lugar destacado en la revolución musical que supuso el paso de la polifonía
medieval a la modulación armónica. Del mismo modo que Vincenzo consideraba
que las teorías rígidas impedían la evolución hacia nuevas formas de música, su
hijo mayor veía la teología física de Aristóteles como un freno a la investigación
científica. Galileo estudió con los monjes en Vallombroso y en 1581 entró en la
Universidad de Pisa para estudiar medicina. Al poco tiempo cambió sus estudios
de medicina por la filosofía y las matemáticas, abandonando la universidad en
1585 sin haber llegado a obtener el título. Durante un tiempo dio clases
particulares y escribió sobre el movimiento hidrostático y natural, pero no llegó a
publicar nada. En 1589 trabajó como profesor de matemáticas en Pisa, donde se
dice que demostró ante sus alumnos el error de Aristóteles, que afirmaba que la
velocidad de caída de los cuerpos era proporcional a su peso, dejando caer desde
la Torre inclinada de esta ciudad dos objetos de pesos diferentes. En 1592 no le
renovaron su contrato, posiblemente por oponerse a la filosofía aristotélica. Ese
mismo año fue admitido en la cátedra de matemáticas de la Universidad de
Padua, donde permaneció hasta 1610.
En Padua, Galileo inventó un compás de cálculo que resolvía problemas prácticos
de matemáticas. De la física especulativa pasó a dedicarse a las mediciones
precisas, descubrió las leyes de la caída de los cuerpos y de la trayectoria
parabólica de los proyectiles, estudió el movimiento del péndulo e investigó la
mecánica y la resistencia de los materiales. Apenas mostraba interés por la
astronomía, aunque a partir de 1595 se inclinó por la teoría de Copérnico, que
sostenía que la Tierra giraba alrededor del Sol desechando el modelo de
Aristóteles y Tolomeo en el que los planetas giraban alrededor de una Tierra
estacionaria. Solamente la concepción de Copérnico apoyaba la teoría de las
mareas de Galileo, que se basaba en el movimiento de la Tierra. En 1609 oyó
decir que en los Países Bajos habían inventado un telescopio. En agosto de ese
año presentó al duque de Venecia un telescopio de una potencia similar a los
modernos prismáticos binoculares. Su contribución en las operaciones navales y
marítimas le supuso duplicar sus ingresos y la concesión del cargo vitalicio como
profesor.
En diciembre de 1609 Galileo había construido un telescopio de veinte aumentos,
con el que descubrió montañas y cráteres en la Luna. También observó que la Vía
Láctea estaba compuesta por estrellas y descubrió los cuatro satélites mayores de
Júpiter. En marzo de 1610 publicó estos descubrimientos en “El mensajero de los
astros”. Su fama le llevó a servir como matemático en la corte de Florencia, donde
quedó libre de sus responsabilidades académicas y pudo dedicarse a investigar y
escribir. En diciembre de 1610 pudo observar las fases de Venus, que
contradecían a la astronomía de Tolomeo y confirmaban su aceptación de las
teorías de Copérnico.
Los profesores de filosofía se burlaron de los descubrimientos de Galileo, dado
que Aristóteles había afirmado que en el cielo sólo podía haber cuerpos
perfectamente esféricos y que no era posible que apareciera nada nuevo.
También discrepaba Galileo de los profesores de Florencia y Pisa sobre la
hidrostática, y en 1612 publicó un libro sobre cuerpos en flotación. Como
respuesta, inmediatamente aparecieron cuatro publicaciones que atacaban a
Galileo y rechazaban su física. En 1613 escribió un tratado sobre las manchas
solares y anticipó la supremacía de la teoría de Copérnico. En su ausencia, un
profesor de Pisa les dijo a la familia de los Médicis (que gobernaban Florencia y
mantenían a Galileo) que la creencia de que la Tierra se movía constituía una
herejía. En 1614, un cura florentino denunció desde el púlpito a Galileo y a sus
seguidores. Éste escribió entonces una extensa carta abierta sobre la irrelevancia
de los pasajes bíblicos en los razonamientos científicos, sosteniendo que la
interpretación de la Biblia debería ir adaptándose a los nuevos conocimientos y
que ninguna posición científica debería convertirse en artículo de fe de la Iglesia
católica.
A principios de 1616, los libros de Copérnico fueron censurados por un edicto, y el
cardenal jesuita Roberto Belarmino dio instrucciones a Galileo para que no
defendiera el concepto de que la Tierra se movía. El cardenal Belarmino le había
avisado previamente de que sólo tuviera en cuenta sus ideas como hipótesis de
trabajo e investigación, sin tomar literalmente los conceptos de Copérnico como
verdades y sin tratar de aproximarlos a lo escrito en la Biblia. Galileo guardó
silencio sobre el tema durante algunos años y se dedicó a investigar un método
para determinar la latitud y longitud en el mar basándose en sus predicciones
sobre las posiciones de los satélites de Júpiter, así como a resumir sus primeros
trabajos sobre la caída de los cuerpos y a exponer sus puntos de vista sobre el
razonamiento científico en una obra sobre los cometas, “El ensayador” (1623).
En 1624 Galileo empezó a escribir un libro que quiso titular “Diálogo sobre las
mareas”, en el que abordaba las hipótesis de Tolomeo y Copérnico respecto a
este fenómeno. En 1630 el libro obtuvo la licencia de los censores de la Iglesia
católica de Roma, pero le cambiaron el título por “Diálogo sobre los sistemas
máximos”, publicado en Florencia en 1632. A pesar de haber obtenido dos
licencias oficiales, Galileo fue llamado a Roma por la Inquisición a fin de
procesarle bajo la acusación de "sospecha grave de herejía". Este cargo se
basaba en un informe según el cual se le había prohibido en 1616 hablar o escribir
sobre el sistema de Copérnico. El cardenal Belarmino había muerto, pero Galileo
facilitó un certificado con la firma del cardenal, según el cual no sufriría en el futuro
ninguna otra restricción que no fuera las que para todo católico romano contenía
un edicto de 1616. Este escrito no pudo ser rebatido por ningún documento, pero
Galileo fue obligado a abjurar en 1633 y se le condenó a prisión perpetua
(condena que le fue conmutada por arresto domiciliario). Los ejemplares del
“Diálogo” fueron quemados y la sentencia fue leída públicamente en todas las
universidades.
La última obra de Galileo, “Consideraciones y demostraciones matemáticas sobre
dos ciencias nuevas”, publicada en Leiden en 1638, revisa y afina sus primeros
estudios sobre el movimiento y los principios de la mecánica en general. Este libro
abrió el camino que llevó a Newton a formular la ley de la gravitación universal,
que armonizó las leyes de Kepler sobre los planetas con las matemáticas y la
física de Galileo. Antes de la publicación de esta obra, Galileo se quedó ciego y
murió el 8 de enero de 1642 en Arcetri, cerca de Florencia.
La contribución más famosa de Galileo a la ciencia fueron sus descubrimientos de
la física de las mediciones precisas, más que los principios metafísicos y la lógica
formal. Sin embargo tuvieron más influencia sus libros “El mensajero de los astros
y el Diálogo”, que abrieron nuevos campos en la astronomía. Más allá de la
ciencia, ha quedado el papel de Galileo como defensor de la investigación
científica sin interferencias filosóficas y teológicas. Desde la publicación de la
documentación completa del juicio contra Galileo en 1870, toda la responsabilidad
de la condena a Galileo ha recaído tradicionalmente sobre la Iglesia católica de
Roma, encubriendo la responsabilidad de los profesores de filosofía que
persuadieron a los teólogos de que los descubrimientos de Galileo eran heréticos.
Juan Pablo II abrió en 1979 una investigación sobre la condena eclesiástica del
astrónomo para su posible revisión. En octubre de 1992, una comisión papal
reconoció el error del Vaticano.
Gemini - Géminis o Los Gemelos
Géminis forma parte del zodíaco y las diversas culturas la han ido asociando a
gemelos, dioses, hombres, animales y plantas. A las estrellas más brillantes de
esta constelación, los griegos las llamaron Castor y Pollux, nombre de los gemelos
que salieron del cascarón de Leda, engendrados por Zeus. Los gemelos
participaron del viaje de Jasón en pos del Vellocino de oro y colaboraron en la
salvación de Argo, después del naufragio a causa de una tormenta. Por esto los
navegantes tenían como carismática a esta constelación.
Castor (Alpha Geminorum) es una estrella séxtuple que tiene una separación de 3
segundos de arco.
Eta Geminorum es una estrella variable semirregular con una magnitud que oscila
entre 3,2 y 3,9 y retrocede durantes unos 8 meses.
M 35 es un brillante racimo abierto, muy bello visto con prismáticos y espectacular
si se dispone de un telescopio pequeño. La NGC 2158 es más pequeña y débil,
está a una distancia de 16.000 años luz, cinco veces la que hay hasta M 35.
Cara de Payaso o Esquimal (NGC 2392) es una extraña nebulosa planetaria de
magnitud 8 que tiene una brillante estrella central.

Grus - La Grulla

En 1603, Johann Bayer editaba su atlas de estrellas donde daba a ésta


constelación el nombre de Grus -la grulla- en homenaje al pájaro símbolo de los
astrónomos del antiguo Egipto. En otras ocasiones se le considera como una
cigüeña, un flamenco e incluso una caña de pescar.
Es un grupo estelar poco atractivo si se dispone de un telescopio pequeño,
aunque algunas de sus galaxias son reconocibles con telescopios de 200 mm y
mayores. Consta sólo de tres estrellas con luminosidad relevante.
Está Alnair, Alpha Gruis, que es una estrella de secuencia principal, grande y azul,
70 veces más luminosa que el sol. Dista 57 años luz y es la más brillante del
grupo, aunque este brillo se debe a su cercanía a nuestro planeta.
Por otro lado, Beta Gruis es una gigante roja mucho más grande. 800 veces más
luminosa que el Sol, pero sus 140 años luz de distancia la muestran más débil que
Alpha Gruis.
Por último, Gamma Gruis es una gigante azul, más luminosa que las anteriores,
pero que aparece más débil a casusa de su lejanía, 230 años luz.
Halley, Edmund (1656-1742), astrónomo británico, el primero en calcular la órbita
de un cometa. Nació en Londres y estudió en la Universidad de Oxford. Halley se
interesó por las teorías de Isaac Newton y le animó para que escribiera los
Principios, que Halley publicó en 1687 haciendo frente a los gastos. Fue nombrado
astrónomo real en 1721 y durante 18 años realizó un estudio sobre la revolución
completa de la Luna a través de sus nodos ascendente y descendente.
El tratado científico más importante de Halley fue la Synopsis astronomiae
cometicae, iniciado en 1682 y publicado en 1705. En esta obra, Halley aplicó las
leyes de Newton (véase Mecánica) a todos los datos disponibles sobre los
cometas y demostró matemáticamente que éstos giran en órbitas elípticas
alrededor del Sol. Su acertada predicción del regreso de un cometa en 1758 (hoy
conocido como cometa Halley) refrendó su teoría de que los cometas son cuerpos
celestes que forman parte del Sistema Solar.

Hercules - Hércules
Desde el hemisferio norte, Hércules, con su "piedra angular" de cuatro estrellas -
Epsilon, Zeta, Eta y Pi-, es una de las mejores constelaciones estivales.
Debe su nombre a uno de los héroes clásicos más famosos, fuertes y venerados
de todo el Mediterráneo. Se trata del hijo semimortal de Júpiter, involucrado en
múltiples y nobles proezas. La más conocida es la de los doce trabajos. Hacia el
final de su vida, en honor a su valentía, su padre le concedió la gracia de estar
entre los dioses y lo situó en el cielo.
El racimo de Hércules (M 13) es el racimo globular más impresionante del cielo
norte. A simple vista se ve como una mancha débil y borrosa, pero un telescopio
muestra una vista digna de contemplarse. Con un telescopio de 150 mm se ven
las estrellas de los extremos. Observarlo es mirar 23.000 años hacia atrás.
M 92 es primo de M 13, más pequeño y débil, este racimo está a unos 26.000
años luz.
Ras Algethi (Alpha Herculis) es una estrella muy roja, con magnitud variable de 3,1
a 3,9. Además es una doble, con compañera azul verde de magnitud 5 a una
distacia de unos 5 segundos de arco de un planeta primario naranja.

WILLIAM HERSCHEL (1738-1822)

Astrónomo alemán nacionalizado británico, hizo numerosas e importantes


aportaciones en el campo de la astronomía.
Su nombre original era Friedrich Wilhelm Herschel y nació en Hannover. A la edad
de 19 años se trasladó a Inglaterra donde trabajó como profesor de música y
organista, dedicando todo su tiempo libre a la astronomía y las matemáticas.
Como no podía obtener los instrumentos adecuados, se construyó sus propios
telescopios, los cuales perfeccionó constantemente. En 1774, con la ayuda de su
hermana Caroline, también astrónoma, comenzó un estudio exhaustivo y
sistemático del firmamento. En 1781 descubrió un nuevo planeta que denominó
Georgium Sidus en honor de Jorge III, pero que hoy se conoce universalmente
como Urano. Un año más tarde fue nombrado astrónomo privado del rey, cargo
que le permitió dedicarse totalmente a la astronomía. Instaló un telescopio en
Slough (Berkshire) con un espejo de 1,22 m y una distancia focal de 12,2 m. Con
este telescopio descubrió dos satélites de Urano y los satélites sexto y séptimo de
Saturno. Estudió el periodo de rotación de muchos planetas y el movimiento de las
estrellas dobles, de las que catalogó más de 800. También analizó las nebulosas,
aportando nuevas informaciones sobre su constitución y aumentando el número
de nebulosas observadas aproximadamente de 100 a 2.500. Herschel fue el
primero en formular que estas nebulosas estaban compuestas de estrellas. Fue
elegido miembro de la Sociedad Real en 1781 y nombrado Sir en 1816.
Se le considera fundador de la astronomía estelar.
Hiparco de Nicea (190-120 a.C.) fue el astrónomo griego más importante de su
época.
Nació en Nicea, Bitinia (hoy Iznik, Turquía) pero vivió casi toda su vida en Rodas y
Alejandría. Fue extremadamente preciso en sus investigaciones, de las que
conocemos parte por comentarse en el tratado científico “Almagesto” del
astrónomo alejandrino Tolomeo, sobre quien ejerció gran influencia.
Comparando sus estudios sobre el cielo con los de los primeros astrónomos,
Hiparco descubrió la precesión de los equinoccios. Sus cálculos del año tropical,
duración del año determinada por las estaciones, tenían un margen de error de 6,5
minutos con respecto a las mediciones modernas. También calculó la duración de
la revolución de la Luna y la magnitud de y distancias de los cuerpos más
celestes.
Hiparco inventó un método para localizar posiciones geográficas por medio de
latitudes y longitudes. Catalogó, hizo gráficos y calculó el brillo de unas mil
estrellas. También recopiló una tabla de cuerdas trigonométricas que fueron la
base de la trigonometría moderna.
De sus numerosos escritos poseemos únicamente sus comentarios sobre el
“Phœnomena”, de Eudoxio y Arato y un catálogo de 1026 estrellas fijas.

Horologium - El Reloj

Este pequeño grupo estelar al este de Achernar es una de las constelaciones


trazadas por Nicolas-Louis de Lacaille. Llamada primero Horologium Oscillatorium,
hace honor al reloj de péndulo inventado por el científico holandés Christiaan
Huygens en 1656. Es este un distinguido pensador del Renacimiento. Aplicando la
ley del péndulo descubierta por Galileo, aumentó la exactitud de los relojes. El
segundo gran aporte de Huygens a la ciencia fue el descubrimiento del anillo de
Saturno.
R Horologii es una estrella variable de largo período descubierta desde una
estación peruana monitoreada por la Universidad de Harvard. En 13 meses y
medio completa su ciclo de variación entre magnitudes de 5 a 14 y luego
retrocediendo.
NGC 1261 es un racimo globular de 8ª magnitud que tiene sólo 6 minutos de arco
de ancho y es visible perfectamente con un telescopio grande.

Hubble, Edwin Powell (1889-1953), astrónomo estadounidense que demostró la


existencia de grandes sistemas de estrellas o galaxias, muy alejadas de la Vía
Láctea. Hubble nació en Marshfield (Missouri) y estudió en la Universidad de
Chicago y en la Universidad de Oxford. Desde 1914 hasta 1917 estuvo
relacionado con el observatorio de Yerkes en la Universidad de Chicago. Se
incorporó al personal del observatorio Monte Wilson en 1919 y con posterioridad
se convirtió en su director de investigaciones. Después de 1948, supervisó
también la investigación llevada a cabo con el telescopio de 508 cm en el
observatorio Monte Palomar. Hubble es también conocido por la clasificación que
hizo de los sistemas extragalácticos. Sus últimos descubrimientos, relacionados
con los movimientos y distancias galácticas, han ayudado a verificar la teoría de la
expansión del Universo (véase Desplazamiento hacia el rojo).
Hydra - La Hidra Hembra

Se trata de la serpiente de nueve cabezas que Hércules tenía que matar como
parte de sus doce trabajos. Cada vez que cortaba una cabeza, surgían otras dos.
Solo el auxilio de su sobrino, quemando los muñones de los cuellos cortados e
impidiendo el nacimiento de nuevas cabezas, hizo que Hércules pudiera completar
su tarea.
Algunos cartógrafos han tratado de terminar con la forma de serpiente de Hidra. El
francés Joseph Lalande intentó, en 1805, trazar una constelación que llamó Félix
el Gato, combinando las estrellas de Hidra y Antlia, pero no trascendió. Hidra
continúa serpenteando en el cielo.
R Hydrae es una de las primeras estrellas variables conocidas. Los cambios de luz
de esta estrella Mira se observaron por primera vez a fines de 1600. En 13 meses
varía de 3,5 a un mínimo de 10,9.
V Hydrae es un extraño ejemplo de estrella gigante roja de baja temperatura que
produce carbono. Precisamente se la puede encontrar con facilidad por su color
carmesí. La magnitud de esta estrella oscila de manera irregular entre 6 y 12, con
dos períodos superpuestos, uno de 18 meses y otro de 18 años.
M 48 se consideró, en principio, un objeto Messier perdido, a causa de un error en
el registro de su posición. Ahora se cree que es el mismo que NGC 2548, un gran
racimo abierto visible con prismáticos o con un telescopio de campo amplio.

Hydrus - La Hidra Macho

Está ubicada cerca de Achernar, la desembocadura del río Erídano, y entre la


Gran y la Pequeña Nube de Magallanes. Johann Bayer dibujó esta constelación y
la mostró en su atlas de 1603. Hydrus es mostrada a veces como la Serpiente
Macho de Agua para diferenciarla de Hydra, una serpiente hembra de nueve
cabezas.
VW Hydri es la estrella variable cataclísmica más popular del hemisferio austral.
Habitualmente tiene una magnitud 13, pero cuando entra en erupción, cada mes,
puede llegar a la magnitud 8 en pocas horas.

Indus - El Indio

Esta constelación fue sumada al cielo austral en honor a los nativos de América
por Johan Bayer. La figura del Indio se ubica entre tres pájaros: Grus, Tucana y
Pavo (la Grulla, el Tucán y el Pavo Real).
Epsilon Indi, a 11,3 años luz, es una de las estrellas más cercanas al Sol y con
características muy similares. Su diámetro equivale al 80 % del diámetro del Sol y
la luminosidad equivale a un octavo. Se considera interesante investigar Epsilon
Indi para buscar planetas e indicios de inteligencia extraterrestre, tales como
señales de radio. A principios de los años 60, cuando Frank Drake empezó a
buscar señales de vida en la galaxia, utilizó esta estrella como objetivo y punto de
referencia. En 1972 el satélite Copernicus indagó por señales de láser, sin éxito.

LA INTERFEROMETRÍA

La técnica de la interferometría se basa en unir la información de dos o más


telescopios, obteniendo así un sólo e inmenso espejo virtual cuya abertura es tan
grande como la distancia que separa a los telescopios.
Para lograrlo, la luz de los éstos debe ser coherentemente llevada junta en fases:
esto significa que las ondas de luz de cada telescopio deben llegar exactamente al
mismo tiempo a un lugar llamado foco combinado. Ahí se crean unas llamadas
“franjas de interferencia”. El contraste y la posición de dichas franjas son medidos
y grabado durante un cierto tiempo, una noche entera por ejemplo. Esos datos
contienen información de detalles con ángulos muy finos y sirven como base
desde la cual se reconstruye la imagen final gracias a avanzados programas
informáticos .
Esta técnica es usada hace más de 20 años por la radioastronomía. Las 27
antenas parabólicas del Very Large Array en Nuevo México, EE.UU., y otros
alrededor del mundo son todos unos interferómetros.
Sin embargo, es mucho más difícil lograr hacer interferometría en el espectro
visible que en las longitudes de onda centimétricas, como es el caso de la
radioastronomía. En efecto, para lograr alinear satisfactoriamente ondas a nivel
nanométrico (el de la luz visible) se requiere una precisión extrema, para no
falsear la información.
En el caso de un telescopio como el VLT en modo interferométrico (el VLTI, que
comenzará a operar el 2002), las correcciones en luz visible deben alcanzar una
precisión constante de 0,00005 mm (5-5), a pesar del movimiento que los espejos
efectúan para seguir viendo los objetos que se desplazan en el cielo debido a la
rotación terrestre.
Complejos y sofisticados sistemas de control informatizados son necesarios para
que los haces de luz se combinen tras haber recorrido la misma distancia. Es así
como en el túnel subterráneo que une los telescopios del VLT, unos piezo-cristales
detrás de cada espejo compensan las microscópicas variaciones en el trayecto de
la luz causadas por las turbulencias del aire o vibraciones mecánicas.
Es con el apoyo de ésta técnica que europeos y norteamericanos pretenden, a
comienzos del siglo XXI, ver directamente exoplanetas y, ojalá, huellas de vida
extrasolar (Búsqueda) como es el caso del proyecto TPF o Terrestrial Planet
Finder .
Figuras: folletos ESO; paper Mariotti; paper Angel-Wolff; enciclopedias

JÚPITER

Cuando Venus y Marte se encuentran en la porción más lejana de su órbita


respecto de nosotros, se ven bastante apagados. En esos momentos, Júpiter se
convierte en el objeto más brillante del cielo después del Sol y la Luna, gracias a
su gran albedo (refleja un 52 % de la luz que recibe del Sol) y diámetro (11 veces
más ancho que la Tierra). Además, se le puede ver durante toda la noche, pues
Júpiter está a 778 millones de km (5,2 U.A.) del Sol, demasiado lejos para que
éste nos encandile. Por ello, Galileo apuntó muy prontamente su telescopio hacia
el gigante gaseoso. El 7 enero 1610, se percató que había tres manchas a un lado
y una en el otro. Noche tras noche, siguió observando los pequeños objetos
mientras oscilaban alrededor del planeta. El 13 enero notó un cuarto objeto.
Concluyó que los cuatro giraban en torno a Júpiter, como la Luna alrededor de la
Tierra. Galileo había descubierto los primeros objetos del Sistema Solar invisibles
al ojo desnudo. Se trataba de Ío, Europa, Ganímedes y Calisto como los bautizó el
astrónomo holandés Simon Marius, en honor a los personajes que acompañan al
dios griego Zeus, o Júpiter como lo llamaban los romanos.
El más antiguo según la teoría del nacimiento del Sistema Solar, Júpiter fue el
primer planeta en formarse a partir de la nube de polvo y gas original.
El primer argumento sería la existencia de los asteroides (el "cinturón") entre
Marte y Júpiter, (entre 2 y 4 U.A.).
Se cree que un protoplaneta de 10 masas terrestres (el futuro Júpiter) ya existía a
5,2 U.A. del Sol cuando ningún otro planetesimal había alcanzado aún el tamaño
de la Luna. Sus mareas gravitacionales impidieron tempranamente la
aglomeración de un planeta a 2,8 U.A. del Sol, porque dispersaron los asteroides,
incluso fuera del plano de la eclíptica, por un fenómeno llamado dispersión
caótica.
Otro argumento es la composición química de Júpiter: para alcanzar un 75 % de
hidrógeno y un 24 % de helio (el resto es neón, oxígeno, carbono, nitrógeno y
azufre), como lo constató la sonda Galileo Probe, el gran protoplaneta fue capaz
capturar desde muy temprano, por colapso gravitacional, mucho gas de la
nebulosa original antes que el viento solar la dispersara.
Un tercer argumento tiene que ver con el comportamiento de los hielos formados
por elementos volátiles (carbono, nitrógeno, etc) que se subliman fácilmente con el
calor (ver cometas): Cerca del Sol, la temperatura y el viento solar subliman y
soplan los gases hacia fuera. Al llegar a 5 UA, el frío actúa como un muro: detiene
los gases, condensándolos en hielo, el cual forma fragmentos más masivos que
sedimentan mejor y más rápido por efecto de la gravedad. Eso explica el gran
tamaño de Júpiter, formado a esa distancia privilegiada.

Un megaplaneta

En los planetas gaseosos, la superficie no existe. Para medir su radio, se toma


como referencia el límite de la atmósfera en que la presión es de 1 bar, la misma
que reina en la superficie terrestre. Así, el diámetro ecuatorial joviano es de
146.000 km, unas 11 veces el terrestre. En el volumen de Júpiter cabrían entonces
1.300 Tierras. Sin embargo, su masa, calculada gracias al período de traslación de
sus satélites, es sólo 318 veces la terrestre: el hidrógeno y el helio, ambos muy
ligeros, hacen que la densidad joviana sea de apenas 1,33 gramos/cm3 (la
terrestre es de 5,5).
Cuando en 1687 el astrónomo Cassini observó Júpiter con su telescopio, no vio un
círculo sino una elipse. También notó unas enigmáticas manchas superficiales
cuyo desplazamiento le sirvió para calcular el período de rotación joviano: apenas
9 horas 55 minutos. La consiguiente enorme fuerza centrífuga "abulta" el diámetro
ecuatorial. Si a éste le restamos el diámetro polar (137.000 km), obtenemos la
diferencia. Dividiendo esa diferencia por el diámetro ecuatorial, hemos calculado el
"achatamiento": 0,062.
El de la Tierra (0,0033) es diecinueve veces menor.
Un sistema planetario
A 5,2 U.A. de distancia, el Sol se ve cinco veces más pequeño que desde la Tierra
y el año (la traslación) demora 11,86 años. Júpiter recibe sólo un 3,7 % de la luz
que recibimos en la Tierra. Es un mundo frío (la superficie de las nubes está a
123°K o -150°C) y oscuro que presenta sin embargo interesantes fenómenos. Los
movimientos convectivos del fluido hidrógeno metálico (buen conductor eléctrico)
crean un campo magnético 10 veces más intenso que el de la Tierra y enormes
cinturones de radiación, cuyas partículas cargadas de alta energía, medidas por el
Probe, se extienden hasta 0,4 radios jovianos por encima de la atmósfera. Se
piensa que Júpiter, cuya masa es dos veces mayor a la de todos los demás
planetas juntos, es una estrella abortada a causa de la insuficiente temperatura
(sólo 10.000?K) y presión de su núcleo para desencadenar reacciones
termonucleares. Júpiter emite 1,7 veces más calor (radiación infrarroja) que el que
recibe como radiación solar.
Los satélites jovianos llamados galileanos (Ío, etc.) son sólo 4 de los 16 que se
formaron junto al gigante o que fueron capturados posteriormente por su enorme
atracción gravitatoria.
A pesar de su gran número, en total no representan más que 1/4000 de la masa
total de Júpiter (en comparación, la Luna es una 81ava parte de la Tierra, por lo
que son consideradas casi como un planeta doble).
El más espectacular de todos es Ío, de 3660 km de diámetro y con una densidad
anormalmente elevada a esas latitudes del Sistema Solar (3,57). Está tan cerca
del centro de Júpiter (a 432.000 km, un poco más que la Luna de la Tierra) que la
gran atracción joviana lo obliga a desplazarse muy rápido: su traslación es de sólo
1,77 días (la Luna lo hace en 27,32 días). Las mareas gravitacionales del gigante
calientan su interior: la disipación de esa energía produce un intenso volcanismo
(a 1300°K) que expulsa sulfuros naranjo-negros a más de 300 km de altura,
contaminando su órbita con una tenue neblina.
Otro satélite joviano que ha cautivado últimamente a los astrónomos es Europa,
debajo de cuyas capas de hielo se esconde quizás un océano de agua con
condiciones para la vida.
Planeta de récords, Júpiter posee el satélite con la traslación más larga en todo el
Sistema Solar (Sinope, con 785 días (dos años y un mes), y el más distante: el
excéntrico Parsifae, a 35.000.000 km en su punto más alejado, es decir 50 veces
la distancia Tierra-Luna.
Las primeras sondas a Júpiter, Pioneer X y Pioneer XI, fueron lanzadas el 2 marzo
1972 y 5 abril 1973 respectivamente. La primera pasó a 150.000 km encima de la
superficie visible de Júpiter el 3 diciembre 1973 mientras que la segunda pasó a
sólo 40.000 km sobre su polo norte, viéndolo por primera vez. Posteriormente, dos
sondas más avanzadas, Voyager I y Voyager II fueron lanzadas el 20 agosto y el 5
septiembre 1977 respectivamente..

Hundirse en el gas

Pero la más espectacular misión ha sido sin duda Galileo, una sonda doble
lanzada el 18 octubre 1989 (Fig: sonda doble Galileo). Tras acercarse una vez a
Venus y dos a la Tierra, para conseguir la asistencia gravitacional de ambos
planetas (como lo hiciera la sonda Mariner X para ir a Mercurio), el 12 julio 1995,
la sonda, separada en el Orbiter y el Probe, se encontraba a 80.000.000 km (5
meses de viaje) de Júpiter. El 7 diciembre 1995, el Orbiter dio una vuelta de 22
meses alrededor del sistema joviano, y luego el Probe se hundió en el gigante a la
enorme velocidad de 47 km/s (180.000 km/hora), 50 veces más rápido que la bala
de un fusil, con un ángulo de 8,5 grados. 1,5 grados más y se perdía en el
espacio. 1,5 grados menos y era destruida por el intenso calor del roce. En apenas
dos minutos, desaceleró hasta "sólo" 0,5 km/s (2.800 km/hora), aguantando 228 g:
llegó a pesar lo mismo que un avión DC10 vacío (!!). El intenso calor del roce
atmosférico calentó su escudo protector de carbono fenólico a 14.000°C (2,5
veces la temperatura superficial del Sol), reduciéndolo en más de dos tercios. El
Probe transmitió exitosamente durante 61 minutos y luego se perdió en la densa
atmósfera.
A pesar de haber recibido todos los datos que envió, serán necesarios años para
que entender y unir los hilos de la dinámica y evolución de Júpiter.
En 1979, Voyager midió un 18 % de helio. Sin embargo, el Probe demostró la
utilidad de hundirse: encontró un 24 %, es decir casi lo que tenía el Sol cuando se
formó (28 %). La escasez de oxígeno (y por ende de agua) convierte a Júpiter en
un planeta más seco de lo esperado: los modelos previos al experimento Probe
suponían la presencia de agua como una capa (posiblemente líquida) de cristales.
Ahora bien, la abundancia de carbono joviano supone un aporte vía cometas, las
cuales también traen agua (y por ende oxígeno), como es el caso del agua de los
océanos terrestres. Esa contradicción no ha podido ser explicada.
Otra meta era comprobar la presencia de compuestos orgánicos complejos, los
cuales resultaron ser muy escasos: la probabilidad de una evolución biológica es
muy remota.
El Probe midió además las violentas tormentas que animan la atmósfera hasta
muy por debajo de la capa visible. Halló velocidades de 180 metros por segundo o
700 km/hora (En la Tierra, los tornados más violentos no superan 300 o 500
km/hora). Las evidencias que envió el Probe indican que esos vientos se originan
por el calor interno de Júpiter y no por efecto del Sol, como en la Tierra.
En su descenso, el Probe detectó dos capas de nubes donde la visibilidad es de
casi dos kilómetros: hielo de amoníaco blanco teñido por sulfuros (es la capa
visible) y luego hidrosulfuros de amoníaco color café. Debajo de estas dos capas
de 15.000 km de espesor en total, hay un océano de hidrógeno y helio metálicos
(debido a la enorme presión) de 45.000 km de profundidad que cubre el núcleo
rocoso.
Sin embargo, contrariamente a los Voyager; los sensores ópticos del Probe no
vieron relámpagos. Sólo señales de radio de lejanos destellos, diez veces más
energéticos que los terrestres (Fig: relámpagos lado oscuro).
En cuanto a los descubrimientos del Galileo Orbiter, se podría resumirlos así:
Ganímedes tiene un campo magnético; hay flujos volcánicos de hielo en Europa,
lo que deja suponer que sí hay agua debajo de la capa de hielo; Calisto tiene una
atmósfera de hidrógeno y CO2; Europa, Ío y ganímedes tienen núcleos metálicos,
no así Calisto; el volcanismo de ïo es muy caliente y produce cambios en la
superficie en cuestión de meses.

Viento Solar: Está compuesto por partículas (protones en su mayoría) expulsadas


a gran velocidad (200 a 400 km/s) de las estrellas a causa de la gran temperatura
de su corona. Posee una densidad de cerca de 10 iones por metro cúbico. Este
viento sopló la nube de polvo original, dejando visible el disco de acreción. Sin el
campo magnético de la Tierra que nos protege, el viento solar ionizaría las
moléculas de nuestros tejidos, dañándolos.
Sublimación: cambiar de sólido a gas sin pasar por el estado líquido.
Reacciones termonucleares: a una temperatura de 10 millones de grados K, los
núcleos de hidrógeno (que son en realidad protones) logran superar su repulsión
electromagnética debido a la intensa agitación térmica y se fusionan en núcleos
atómicos más pesados, como el helio. El proceso libera una cantidad enorme de
energía, pues la masa final del nuevo núcleo es inferior a la que se utilizó para
crearlo: se ha transformado en energía, en virtud de la ecuación de Einstein, E =
mc2.

IMMANUEL KANT (1724-1804)

Filósofo alemán, considerado por muchos como el pensador más influyente de la


era moderna.
Nacido en Königsberg (ahora, Kaliningrado, Rusia) el 22 de abril de 1724, Kant se
educó en el Collegium Fredericianum y en la Universidad de Königsberg. En la
escuela estudió sobre todo a los clásicos y en la universidad, física y matemáticas.
Tras la muerte de su padre, tuvo que abandonar sus estudios universitarios y
ganarse la vida como tutor privado. En 1755, ayudado por un amigo, reanudó sus
estudios y obtuvo el doctorado. Después, enseñó en la universidad durante 15
años, y dio conferencias primero de ciencia y matemáticas, para llegar de forma
paulatina a disertar sobre casi todas las ramas de la filosofía.
Aunque las conferencias y escritos de Kant durante este periodo le dieron
reputación como filósofo original, no se le concedió una cátedra en la universidad
hasta 1770, cuando se le designó profesor de lógica y metafísica. Durante los 27
años siguientes continuó dedicado a su labor profesoral y atrayendo a un gran
número de estudiantes a Königsberg. Las enseñanzas religiosas nada ortodoxas
de Kant, que se basaban más en el racionalismo que en la revelación divina, le
crearon problemas con el gobierno de Prusia y en 1792 Federico Guillermo II, rey
de esa nación, le prohibió impartir clases o escribir sobre asuntos religiosos. Kant
obedeció esta orden durante cinco años, hasta la muerte del rey, y entonces se
sintió liberado de su obligación. En 1798, ya retirado de la docencia universitaria,
publicó un epítome donde se contenía una expresión de sus ideas de materia
religiosa. Murió el 12 de febrero de 1804.

Filosofía de Kant

La piedra angular de la filosofía de Kant, a veces llamada filosofía crítica, está


recogida en su Crítica de la razón pura (1781), en la que examinó las bases del
conocimiento humano y creó una epistemología individual. Al igual que los
primeros filósofos, Kant diferenciaba los modos de pensar en proposiciones
analíticas y sintéticas. Una proposición analítica es aquella en la que el predicado
está contenido en el sujeto, como en la afirmación “las casas negras son casas”.
La verdad de este tipo de proposiciones es evidente, porque afirmar lo contrario
supondría plantear una proposición contradictoria. Tales proposiciones son
llamadas analíticas porque la verdad se descubre por el análisis del concepto en sí
mismo. Las proposiciones sintéticas, en cambio, son aquellas a las que no se
puede llegar por análisis puro, como en la expresión “la casa es negra”. Todas las
proposiciones comunes que resultan de la experiencia del mundo son sintéticas.
Las proposiciones, según Kant, pueden ser divididas también en otros dos tipos:
empírica, o a posteriori, y a priori. Las proposiciones empíricas dependen tan sólo
de la percepción, pero las proposiciones a priori tienen una validez esencial y no
se basan en tal percepción. La diferencia entre estos dos tipos de proposiciones
puede ser ilustrada por la empírica “la casa es negra” y la a priori “dos más dos
son cuatro”. La tesis de Kant en la Crítica consiste en que resulta posible formular
juicios sintéticos a priori. Esta posición filosófica es conocida como
transcendentalismo. Al explicar cómo es posible este tipo de juicios, Kant
consideraba los objetos del mundo material como incognoscibles en esencia;
desde el punto de vista de la razón, sirven tan sólo como materia pura a partir de
la cual se nutren las sensaciones. Los objetos, en sí mismos, no tienen existencia,
y el espacio y el tiempo pertenecen a la realidad sólo como parte de la mente,
como intuiciones con las que las percepciones son medidas y valoradas.
Además de estas intuiciones, Kant afirmó que un número de conceptos a priori,
llamados categorías, también existen. Dividió las categorías en cuatro grupos: los
relativos a la cantidad, que son unidad, pluralidad y totalidad; los relacionados con
la cualidad, que son realidad, negación y limitación; los que conciernen a la
relación, que son sustancia-y-accidente, causa-y-efecto y reciprocidad; y los que
tienen que ver con la modalidad, que son posibilidad, existencia y necesidad. Las
intuiciones y las categorías se pueden emplear para hacer juicios sobre
experiencias y percepciones, pero, según Kant, no pueden emplearse para que se
apliquen sobre ideas abstractas o conceptos cruciales como libertad y existencia
sin que lleven a inconsecuencias en la forma de binomios de proposiciones
contradictorias, o antinomias, en las que ambos elementos de cada par pueden
ser probados como verdad.
En la Metafísica de la ética (1797) Kant describe su sistema ético, basado en la
idea de que la razón es la autoridad última de la moral. Afirmaba en sus páginas
que los actos de cualquier clase han de ser emprendidos desde un sentido del
deber que dictase la razón, y que ningún acto realizado por conveniencia o sólo
por obediencia a la ley o costumbre puede considerarse como moral. Kant
describió dos tipos de órdenes dadas por la razón: el imperativo hipotético que
dispone un curso dado de acción para lograr un fin específico; y el imperativo
categórico que dicta una trayectoria de actuación que debe ser seguida por su
exactitud y necesidad. El imperativo categórico es la base de la moral y fue
resumido por Kant en estas palabras claves: “Obra como si la máxima de tu acción
pudiera ser erigida, por tu voluntad, en ley universal de la naturaleza”.
Las ideas éticas de Kant son el resultado lógico de su creencia en la libertad
fundamental del individuo, como manifestó en su Crítica de la razón práctica
(1788). No consideraba esta libertad como la libertad no sometida a las leyes,
como en la anarquía, sino más bien como la libertad del gobierno de sí mismo, la
libertad para obedecer en conciencia las leyes del Universo como se revelan por la
razón. Creía que el bienestar de cada individuo sería considerado, en sentido
estricto, como un fin en sí mismo y que el mundo progresaba hacia una sociedad
ideal donde la razón “obligaría a todo legislador a crear sus leyes de tal manera
que pudieran haber nacido de la voluntad única de un pueblo entero, y a
considerar todo sujeto, en la medida en que desea ser un ciudadano, partiendo del
principio de si ha estado de acuerdo con esta voluntad”. En su tratado La paz
perpetua (1795) Kant aboga por el establecimiento de una federación mundial de
estados republicanos.
Kant ha tenido mayor influencia que ningún otro filósofo de la era moderna. La
filosofía kantiana, y en especial como la desarrolló el filósofo alemán Georg
Wilhelm Friedrich Hegel, estableció los cimientos sobre los que se edificó la
estructura básica del pensamiento de Karl Marx. El método dialéctico, utilizado
tanto por Hegel como por Karl Marx, fue un desarrollo del método de razonamiento
articulado por antinomias que Kant aplicó. El filósofo alemán Johann Fichte,
alumno de Kant, rechazó la división del mundo de su maestro en partes objetivas y
subjetivas y elaboró una filosofía idealista que también influyó de una forma
notable en los socialistas del siglo XIX. Uno de los sucesores de Kant en la
Universidad de Königsberg, Johann Friedrich Herbart, incorporó algunas de las
ideas kantianas a sus sistemas de pedagogía.

Otras obras

Además de sus trabajos sobre filosofía, Kant escribió numerosos tratados sobre
diversas materias científicas, sobre todo del área de la geografía física. Su obra
más importante en este campo fue Historia universal de la naturaleza y teoría del
cielo (1755), en la que anticipaba la hipótesis de la formación del Universo a partir
de una nebulosa originaria, hipótesis que fue más tarde desarrollada por el francés
Pierre de Laplace.
Entre otros escritos de Kant figuran Prolegómenos a toda metafísica futura (1783),
Principios metafísicos de la filosofía natural (1786), Crítica del juicio (1790) y La
religión dentro de los límites de la razón pura (1793).

JOHANNES KEPLER (1571-1630)

Astrónomo y filósofo alemán, famoso por formular y verificar las tres leyes del
movimiento planetario conocidas como leyes de Kepler.
Kepler nació el 27 de diciembre de 1571, en Weil der Stadt, en Württemberg, y
estudió teología y clásicas en la Universidad de Tübingen. Allí le influenció un
profesor de matemáticas, Michael Maestlin, partidario de la teoría heliocéntrica del
movimiento planetario desarrollada en principio por el astrónomo polaco Nicolás
Copérnico. Kepler aceptó inmediatamente la teoría copernicana al creer que la
simplicidad de su ordenamiento planetario tenía que haber sido el plan de Dios. En
1594, cuando Kepler dejó Tübingen y marchó a Graz (Austria), elaboró una
hipótesis geométrica compleja para explicar las distancias entre las órbitas
planetarias, órbitas que se consideraban circulares erróneamente. Posteriormente,
Kepler dedujo que las órbitas de los planetas son elípticas; sin embargo, estos
primeros cálculos sólo coinciden en un 5% con la realidad.
Kepler planteó que el Sol ejerce una fuerza que disminuye de forma inversamente
proporcional a la distancia e impulsa a los planetas alrededor de sus órbitas.
Publicó sus teorías en un tratado titulado Mysterium Cosmographicum en 1596.
Esta obra es importante porque presentaba la primera demostración amplia y
convincente de las ventajas geométricas de la teoría copernicana.
Kepler fue profesor de astronomía y matemáticas en la Universidad de Graz desde
1594 hasta 1600, cuando se convirtió en ayudante del astrónomo danés Tycho
Brahe en su observatorio de Praga. A la muerte de Brahe en 1601, Kepler asumió
su cargo como matemático imperial y astrónomo de la corte del emperador
Rodolfo II. Una de sus obras más importantes durante este periodo fue
Astronomía nova (1609), la gran culminación de sus cuidadosos esfuerzos para
calcular la órbita de Marte. Este tratado contiene la exposición de dos de las
llamadas leyes de Kepler sobre el movimiento planetario. Según la primera ley, los
planetas giran en órbitas elípticas con el Sol en un foco. La segunda, o regla del
área, afirma que una línea imaginaria desde el Sol a un planeta recorre áreas
iguales de una elipse durante intervalos iguales de tiempo. En otras palabras, un
planeta girará con mayor velocidad cuanto más cerca se encuentre del Sol.
En 1612 Kepler se hizo matemático de los estados de la Alta Austria. Mientras
vivía en Linz, publicó su Harmonices mundi, Libri (1619), cuya sección final
contiene otro descubrimiento sobre el movimiento planetario (tercera ley): la
relación del cubo de la distancia media (o promedio) de un planeta al Sol y el
cuadrado del periodo de revolución del planeta es una constante y es la misma
para todos los planetas.
Hacia la misma época publicó un libro, Epitome astronomiae copernicanae (1618-
1621), que reúne todos los descubrimientos de Kepler en un solo tomo.
Igualmente importante fue el primer libro de texto de astronomía basado en los
principios copernicanos, y durante las tres décadas siguientes tuvo una influencia
capital convirtiendo a muchos astrónomos al copernicanismo kepleriano.
La última obra importante aparecida en vida de Kepler fueron las Tablas rudolfinas
(1625). Basándose en los datos de Brahe, las nuevas tablas del movimiento
planetario reducen los errores medios de la posición real de un planeta de 5 °a 10'.
El matemático y físico inglés sir Isaac Newton se basó en las teorías y
observaciones de Kepler para formular su ley de la gravitación universal.
Kepler también realizó aportaciones en el campo de la óptica y desarrolló un
sistema infinitesimal en matemáticas, que fue un antecesor del cálculo.
Murió el 15 de noviembre de 1630 en Regensburg.

Lacerta - El Lagarto

Ubicada al sur de Cefeo, Lacerta está demasiado al norte para ser circumpolar en
las latitudes medio-septentrionales más altas.
Fue el astrónomo alemán Johannes Hevelius, en 1690, quien sugirió que este
grupo estelar se llamara Lagarto. Otros propusieron nombres en honor a Luis XIV
de Francia y ederico el Grande de Prusia, pero fueron desestimados y este
pequeño mamífero de cola larga se incrustó en el cielo.
BL Lacertae es un objeto que varía de 13 a 16,1 y, por tanto, es invisible para la
mayoría. Vale la pena observarlo, aunque no es una estrella sino el núcleo de una
galaxia elíptica lejana. Parte de estos objetos del tipo BL Lacertae (BL Lac)
cambian hasta dos magnitudes en un solo día. Algunas teorías recientes sugieren
que los objetos BL Lac, los quásars y otras galaxias de gran energía son parientes
cercanos de las llamadas "galaxias activas". Esta potente fuente de energía en el
centro puede ser un agujero negro rodeado por una masa turbulenta y compleja
de gas y polvo.
Pierre Simon, marqués de Laplace (1749-1827)
Astrónomo y matemático francés, conocido por haber aplicado con éxito la teoría
de la gravitación de Newton a los movimientos planetarios en el Sistema Solar.
Nació en Normandía y estudió en la Escuela Militar de Beaumont. En 1767 fue
profesor de matemáticas en la Escuela Militar de París y en 1785 fue elegido
miembro de la Academia de Ciencias Francesa.
Laplace realizó su trabajo más importante al desarrollar el análisis matemático del
sistema de astronomía gravitacional elaborado por el matemático, físico y
astrónomo británico Isaac Newton. Demostró que los movimientos planetarios son
estables y que las perturbaciones producidas por la influencia mutua de los
planetas o por cuerpos externos, como los cometas, solamente son temporales.
Trató de dar una teoría racional del origen del Sistema Solar en su hipótesis
nebular de la evolución estelar. En Mecánica celeste (5 volúmenes, 1799-1825)
Laplace sistematizó toda la obra matemática que se había realizado sobre la
gravitación. Exposición del sistema del mundo (1796) contiene un resumen de la
historia de la astronomía. También trabajó sobre la teoría de la probabilidad en su
Teoría analítica de las probabilidades (1812) y en Ensayo filosófico sobre la
probabilidad. (1814).

Leo y Leo Minor - El León y El León Menor

A la inversa de la mayoría de las constelaciones zodiacales, Leo, con la hoz


dibujando una gran cabeza, puede representarse como su homónimo, un león
sentado parecido a la esfinge egipcia.
Los babilonios y otras culturas del suroeste asiático vinculaban a leo con el sol,
puesto que el solsticio de verano ocurría cuando aquél estaba en esta parte del
cielo. Leo Minor solo últimamente integra el catálogo de constelaciones, siendo
presentado por johannes Hevelius en el siglo 17.
Gamma Leonis es una hermosa estrella doble que tiene unas componentes de
color naranja amarillento de 2ª y 3ª magnitud separados por 5 segundos de arco.
R Leonis es una variable Mira, fácil de ubicar cerca de Regulus. Su magnitud
oscila entre 5,9 y 11 durante unos 10 meses y medio.
R Leonis Minoris es otra estrella Mira cuya magnitud va entre 7,1 y 12,6 durante
un año.
M 65 y M 66 son dos galaxias espirales cerca de Theta Leonis, que pueden verse
con prismáticos, aunque se ven mejor con un telescopio.
Se llama Leonids a una lluvia de meteoros que ocurre anualmente el 17 de
noviembre. En 1966 se contabilizaron 40 meteoros por segundo.

Lepus - La Liebre

Por estar al sur de Orión, es fácil de encontrar a pesar de ser una constelación
débil. De hecho, antiguamente se pensaba que era su silla. Los egipcios la
identificaban con el barco de Osiris. Griegos y romanos la asociaron con la Liebre,
ya que a Orión le gustaba cazar a estos animales y parecía adecuado colocar una
a sus pies en el cielo.
Gamma Leporis es una estrella doble con colores contrastantes con una
separación de 96 segundos de arco. Está relativamente cerca de la Tierra, a 21
años luz y forma parte del grupo de la Osa Mayor.
R Leporis es un elemento variable al que el astrónomo inglés J. Rusell, en el siglo
19, denominó Estrella Carmesí de Hind, a causa de ser parecida a una gota de
sangre en el cielo. Durante un período de 14 meses, su magnitud va desde un
máximo de 5,5 a un mínimo de 11,7. Es impresionante ver su impresionante color
cuando el cielo está oscuro y la estrella de Hind está a punto de alcanzar su
máximo brillo.
M 79. Con el centro galáctico en Sagitario, se encuentra en un lugar del espacio
en el que sorprende ver racimos globulares.

Libra - La Balanza

Libra es una de las constelaciones del zodíaco y se vinculaba a Temis, la diosa


griega de la justicia, cuyo distintivo era un par de balanzas.
Con forma de cometa voladora, Libra es fácil de encontrar trazando un recorrido
hacia el oeste desde Antares y sus brillantes vecinas en Escorpio. La línea llega
hasta un punto entre Alpha y Beta Librae, las que tienen nombres árabes. Zuben
El Genubi, la "pinza del sur", la primera y Zuben Eschamali, la "pinza del norte", la
segunda. En principio se estimaba que estas estrellas eran parte de Escorpio.
Libra se convirtió en constelación independiente en tiempos de los antiguos
romanos.
Delta Librae, parecida a Algol, es una variable eclipsable cuya magnitud se apaga
cada 2,3 días y oscila entre 4,9 y 5,9. El ciclo es visible a simple vista.
S Librae es una estrella Mira que oscila entre un máximo de 8,4 y un mínimo de 12
durante un período de poco más de 6 meses.

LA LUNA

Tal y como los griegos conjeturaron, la Luna es el más cercano de todos los
cuerpos celestes. En la mitad de su órbita elíptica, la Luna se acerca hasta unos
354.000 km. (perigeo) mientras que en la otra mitad se aleja hasta unos 404.000
km. (apogeo). El promedio es de 382.000 km.
El diámetro de la Luna es de 3.450 km Los de la Tierra y del Sol son 3,65 y 412
veces más grandes, respectivamente. Ahora bien, si pensamos que la distancia
Tierra-Sol es 390 veces la distancia Tierra-Luna, resulta que el diámetro aparente
de la Luna es el mismo que el del Sol. Esta coincidencia explica que en los
eclipses de Sol, éste quede casi perfectamente ocultado por nuestro satélite. La
pequeña masa lunar (80 veces menor que la terrestre) se explica por su baja
densidad (3,34).
Llegar a la Luna

La proximidad y el aspecto prominente de la Luna han excitado desde siempre la


imaginación humana. Muchos debieron soñar con alcanzarla sujetándose a un
recipiente con humo o vapor aprisionados, pues se creía que la atmósfera
terrestre llegaba hasta los astros.
En el siglo II después de J.C. el sirio Luciano de Samosata escribió la primera
historia conocida de un viaje espacial: un barco es alzado por una tromba marina
hasta alcanzar la Luna. En 1638, el sacerdote inglés Francis Godwin escribió "El
hombre en la Luna", un viaje a bordo de un carro tirado por grandes gansos que
migraban hasta allá. En 1650, el escritor y duelista francés Cyrano de Bergerac,
en "Viaje a la Luna", imaginó siete formas de llegar a ella. Todas eran erróneas
menos una: el uso de cohetes (Fig: ilustración viaje Luna), una visionaria idea que
prefiguraba la Carrera Espacial.
Al igual que con Marte, mucho se especuló en torno a la posibilidad de vida en la
Luna. En 1835, Richard Adams Locke, un escritor inglés, publicó unos artículos
pseudo-científicos en los que detallaba la superficie de la Luna y describía
numerosos seres vivientes. Millones de personas le creyeron. Sin embargo,
algunos dudaban: la superficie lunar no estaba nunca oscurecida por nubes. Los
"mares" sombríos que desde los tiempos de Galileo se veían con poca precisión
(por la mala calidad óptica de los telescopios de la época) tenían cráteres de
impacto: no podía haber agua en ellos. ¿Cuál sería la verdad?
Ésta llegaría a manos de las primeras sondas. En octubre 1959 los rusos enviaron
la sonda Lunik III, la cual se deslizó más allá de la Luna y tomó las primeras fotos
del lado oculto desde una altura de 60.000 km. Sorprendentemente, éste casi no
tenía "mares" (Fig: primeras fotos lado oculto). Luego, a comienzos de 1965, los
EE.UU. lanzaron dos sondas (Ranger VIII y IX) diseñadas para estrellarse en la
superficie lunar, tomando fotos antes del impacto final. La superficie lunar era
(bien) dura y no de cenizas como se creía. El 3 febrero 1966 la sonda soviética
Luna IX logró posarse suavemente y el 3 abril del mismo año, Luna X se colocaba
en órbita lunar. Juntas tomaron fotos a nivel del suelo y midieron la radioactividad
de las rocas lunares, concluyendo que eran similares al basalto (una roca con
poco sílice y muchos minerales oscuros -olivino y piroxeno- a base de hierro y
magnesio) de los fondos oceánicos y las zonas volcánicas. Los norteamericanos
también alunizaron suavemente en septiembre 1967 con la sonda Surveyor V, la
cual, guiada por control remoto desde la Tierra, recorrió y comprobó el origen
meteórico del hierro lunar, producto de los bombardeos de meteoritos ocurridos
hasta hace 3.100 millones de años.
Sin embargo quedaba lo más importante: enviar un humano a la Luna.
Tras diversas y aceleradas proezas técnicas (era una auténtica carrera ideológica)
y algunas tragedias, sólo los EE.UU. lograron enviar tripulaciones a la Luna. Los
rusos, tras haber sido pioneros en muchos aspectos, se conformaron con
vehículos a control remoto capaces de traer rocas o de recorrer la superficie
recolectando datos (Fig: vehículos rusos). Apollo VIII, lanzado el 21 diciembre
1967, se aproximó muy cerca de la Luna con tres hombres a bordo. El 18 mayo
1968, Apollo X también se aproximó, lanzando un módulo lunar a sólo 15 km. de la
Luna. Éstas pruebas fueron seguidas por el gran acontecimiento del 20 julio 1969,
transmitido por televisión a todo el mundo: Neil Armstrong, jefe de la misión Apollo
XI, pisa por primera vez otro mundo (Fig: Hombre en la Luna). Cinco de las seis
misiones tripuladas que siguieron tuvieron éxito (Apollo XIII falló, afortunadamente
sin pérdidas humanas), hasta que en 1971, el programa finalizó. Las conclusiones
fueron algo tristes: la Luna está muerta geológicamente desde a lo menos 4.000
millones de años; no hubo ni habrá vida en ella ni hay indicios de agua superficial
o en el subsuelo.

Origen de la Luna

Los casi quinientos kilos de muestras de rocas traídas por las expediciones
permitieron establecer la composición química y la edad de las rocas lunares. Esta
última se puede determinar con las concentraciones de elementos radioactivos
cuya cantidad disminuye con el tiempo. Así, las más recientes pruebas, basadas
en la cantidad de tungstenio transmutado en hafnio, arrojan una edad entre 4,5 y
4,52 mil millones de años. O sea que la Luna se formó unos 100 millones de años
después de la Tierra, cuando ya había ocurrido la diferenciación química terrestre:
un núcleo de hierro-níquel rodeado de un manto de silicatos.
La última teoría sobre la formación lunar es un titanesco choque rasante entre la
Tierra y un planeta del tamaño de Marte, con un núcleo de hierro y un manto de
silicatos bien diferenciados (Fig: secuencia choque). Tras el impacto que destrozó
al astro impactor, el calor producido por la energía del choque vaporizó los
elementos volátiles (sodio, potasio, carbono, nitrógeno), dejando los refractarios
(óxidos de aluminio y calcio). Los dos núcleos se fusionaron, explicando la gran
densidad de la Tierra. Ésta quedó rodeada por una esfera de polvo, parte del cual
recayó sobre la Tierra, a causa de la cercanía: no se pudo cohesionar producto de
las mareas gravitacionales terrestres. Sin embargo, más allá del límite de Roche
(donde dichas mareas ya no impiden la cohesión de los fragmentos, en este caso
más allá de 2,9 radios terrestres), la acreción resultó. La Luna se formó, pues, en
una zona entre 2,4 y 4,6 radios terrestres alrededor de la Tierra. Esa distancia ha
ido aumentando hasta unos 60 radios terrestres actualmente, porque la Luna se
aleja de nosotros lenta pero inexorablemente.
Los conocimientos más recientes que se tienen sobre la Luna provienen de la
sonda Lunar Prospector, la que desde el 11 enero 1998 se encuentra en una
órbita lunar polar de 100 km. de altitud. La nave tiene un gravímetro capaz de
detectar las anomalías gravitatorias que sirve para conocer en profundidad los
efectos de los impactos meteóricos en la corteza. Tiene también un magnetómetro
que ya ha descubierto interesantes anomalías, cuyo origen es desconocido: en
algunas zonas de la Luna, el magnetismo, anormalmente elevado, impide que el
viento solar alcance la superficie, como si fuera una mini-magnetósfera.
La elección de una órbita polar no fue fruto del azar: ya en 1954, Arthur C. Clarke,
en su libro “la exploración de la Luna”, creía en la posibilidad de que hubiera agua
congelada en las profundas grietas lunares. En 1961, Bruce Murray, el director de
la Planetary Society, una organización norteamericana cuyo fin es la investigación
del Sistema Solar, planteó que sobre las latitudes 78 norte y 78 sur, las bajas
temperaturas producto de la permanente penumbre posibilitarían la presencia de
agua. El espectrómetro de neutrones del Lunar Prospector ya ha encontrado
hidrógeno en los polos, lo cual es casi una evidencia de agua. La presencia de
dicha molécula, así como de metales como el titanio, es vista con especial interés
para la colonización de la Luna y su uso como base, en la segunda mitad del siglo
XXI, hacia otros planetas. Es además un parámetro fundamental para conocer la
historia del aporte de elementos volátiles por parte de los cometas, y extrapolar
conclusiones hacia la evolución de la Tierra y nuestra atmósfera.
Radioactividad:

Lupus - El Lobo

Esta es una constelación pequeña con estrellas de 2ª magnitud, situada al sur de


Libra y al este de Centauro. Está muy cerca de esta última, como si el Centauro
acariciara al Lobo, su mascota. Los antiguos griegos y romanos llamaban Therion
a este grupo de estrellas, representación de un animal salvaje indeterminado.
RU Lupi es una estrella variable nebular débil, que no llega a alcanzar nunca una
magnitud superior a 9. Su variación irregular es característica de las estrellas
jóvenes rodeadas de nebulosidad.

HISTORIA DE LA LUZ

Al iluminar los objetos, la luz nos ayuda a conocer el universo del cual somos
parte.
El descubrimiento, hace pocos siglos de las propiedades físicas de la luz hizo
cambiar casi toda nuestra visión de mundo.
La astronomía, a diferencia de otras ciencias, no puede llevar a un laboratorio su
objeto de estudio. Todo lo que se sabe de las estrellas y otros cuerpos
Los orígenes
En la antigüedad, Pitágoras y Euclides de Alejandría pensaban que el ojo enviaba
unos rayos que al tocar un objeto, lo hacían visible. Especulaciones más o menos
pintorescas se sucedieron hasta el siglo XVII, cuando aparecieron las primeras
respuestas satisfactorias: en 1678, el holandés Christiaan Huyghens desarrolló
una interpretación de la luz en términos de onda, o sea de vibraciones que se
propagan. Esa teoría ondulatoria explicaba muy bien las leyes de reflexión y
refracción de la luz.
Sin embargo, Isaac Newton, cuya reputación era más grande gracias a su teoría
de la gravedad, creía que la luz estaba compuesta de corpúsculos, o pedazos de
materia distintos según el color.
La teoría ondulatoria de la luz recobró fuerza en el siglo XIX pero la física cuántica,
aparecida entre 1900 y 1930, mostraría una realidad mucho más sutil.

Onda y corpúsculo

Hoy sabemos que la luz es una forma de radiación electromagnética similar al


calor radiante, las ondas de radio o los rayos X. La luz corresponde a oscilaciones
extremadamente rápidas de un campo electromagnético, en un rango determinado
de frecuencias que pueden ser detectadas por el ojo humano. Las diferentes
sensaciones de color corresponden a luz que vibra con distintas frecuencias, que
van desde aproximadamente 4 × 1014 vibraciones por segundo en la luz roja
hasta aproximadamente 7,5 × 1014 vibraciones por segundo en la luz violeta. El
espectro de la luz visible suele definirse por su longitud de onda, que es más
pequeña en el violeta (unas 40 millonésimas de centímetro) y máxima en el rojo
(75 millonésimas de centímetro). Las frecuencias mayores, que corresponden a
longitudes de onda más cortas, incluyen la radiación ultravioleta, y las frecuencias
aún más elevadas están asociadas con los rayos X. Las frecuencias menores, con
longitudes de onda más altas, se denominan rayos infrarrojos, y las frecuencias
todavía más bajas son características de las ondas de radio. La mayoría de la luz
procede de electrones que vibran a esas frecuencias al ser calentados a una
temperatura elevada. Cuanto mayor es la temperatura, mayor es la frecuencia de
vibración y más azul es la luz producida.

Naturaleza de la luz

La luz es emitida por sus fuentes en línea recta, y se difunde en una superficie
cada vez mayor a medida que avanza; la luz por unidad de área disminuye según
el cuadrado de la distancia. Cuando la luz incide sobre un objeto es absorbida o
reflejada; la luz reflejada por una superficie rugosa se difunde en todas
direcciones. Algunas frecuencias se reflejan más que otras, y esto da a los objetos
su color característico. Las superficies blancas difunden por igual todas las
longitudes de onda, y las superficies negras absorben casi toda la luz. Por otra
parte, para que la reflexión forme imágenes es necesaria una superficie muy
pulida, como la de un espejo.
La definición de la naturaleza de la luz siempre ha sido un problema fundamental
de la física. El matemático y físico británico Isaac Newton describió la luz como
una emisión de partículas, y el astrónomo, matemático y físico holandés Christiaan
Huygens (el que descubrió la naturaleza de los anillos de Saturno) desarrolló la
teoría de que la luz se desplaza con un movimiento ondulatorio.
En la actualidad se cree que estas dos teorías son complementarias, y el
desarrollo de la teoría cuántica ha llevado al reconocimiento de que en algunos
experimentos la luz se comporta como una corriente de partículas y en otros como
una onda. En las situaciones en que la luz presenta movimiento ondulatorio, la
onda vibra perpendicular a la dirección de propagación; por eso, la luz puede
polarizarse en dos ondas perpendiculares entre sí.

Velocidad

El primero en medir la velocidad de la luz en un experimento de laboratorio fue el


físico francés Armand Fizeau (descubridor del efecto Doppler-Fizeau), aunque
observaciones astronómicas anteriores habían proporcionado una velocidad
aproximadamente correcta. En la actualidad, la velocidad de la luz en el vacío se
toma como 299.792.458 m/s, y este valor se emplea para medir grandes
distancias a partir del tiempo que emplea un pulso de luz o de ondas de radio para
alcanzar un objetivo y volver. Este es el principio del radar. El conocimiento
preciso de la velocidad y la longitud de onda de la luz también permite una medida
precisa de las longitudes. De hecho, el metro se define en la actualidad como la
longitud recorrida por la luz en el vacío en un intervalo de tiempo de 1/299.792.458
segundos. La velocidad de la luz en el aire es ligeramente distinta según la
longitud de onda, y en promedio es un 3% menor que en el vacío; en el agua es
aproximadamente un 25% menor, y en el vidrio ordinario un 33% menor.
La luz tiene un efecto importante en muchos compuestos químicos. Las plantas,
por ejemplo, emplean la luz solar para llevar a cabo la fotosíntesis, y la exposición
a la luz de determinados compuestos de plata hace que se oscurezcan en
presencia de otros compuestos químicos, característica empleada en la fotografía.
Además, la luz tiene un importante uso en astronomía, pues se le analiza
espectroscópicamente para conocer la composición química de los astros, de los
cometas y, próximamente, de los exoplanetas, con el Terrestrial Planet Finder
(TPF).
La luz se emite y se absorbe en unidades minúsculas o corpúsculos llamados
fotones o cuantos. La energía de cada fotón es directamente proporcional a la
frecuencia u, por lo que es inversamente proporcional a la longitud de onda l. Esto
se expresa con la sencilla fórmula donde el factor de proporcionalidad h es la
denominada constante de Planck y c es la velocidad de la luz en el vacío. Los
diferentes colores o longitudes de onda (y, por tanto, las diferentes energías) de
los cuantos de luz emitidos o absorbidos por un átomo o molécula dependen de la
estructura de éstos y de los posibles movimientos periódicos de las partículas que
los componen, ya que estos dos factores determinan la energía total (potencial y
cinética) del átomo o molécula.

Lynx - El Lince

Con sólo una estrella de 3ª magnitud, el Lince es una de las constelaciones más
difíciles de encontrar. Johannes Hevelius dibujó esta figura en 1690 y,
posiblemente, la llamó así pues se requiere vista de lince para ubicarla. Lo mismo
con sus objetos.
Paseo Intergaláctico (NGC 2419). A unos 7 grados al norte de Castor, la estrella
más brillante de Géminis, se ubica este racimo globular, muy débil y lejano. Está a
más de 60 grados de cualquier otro globular. A 210.000 años luz, está más lejos
que la Gran Nube de Magallanes y tan remota que puede escapar de atracción
gravitacional de nuestra galaxia. A causa de esto, el astrónomo Harlow Shapley la
llamó Paseo Intergaláctico. Con un telescopio de 250 mm, la NGC 2419 parece un
difuminado lazo de luz.

Lyra - La Lira

Esta constelación está dominada por Vega, una de las estrellas más luminosas del
cielo.Es fácil imaginar las cuerdas de la lira extendidas a través del paralelogramo
de cuatro estrellas que la acompaña.
Apolo regaló la lira a su hijo Orfeo, quien la tocaba con tanta belleza que los
animales salvajes quedaban extasiados. Amaba tan apasionadamente a su
esposa Eurídice que cuando ésta murió bajó a los infiernos para
salvarla.Convenció a los dioses, los que la liberaron a condición de que Orfeo no
la mirara durante el viaje. Pero éste, impaciente, la miró y ella fue transportada al
Hades para siempre. Desconsolado, Orfeo fue despedazado por un grupo de
mujeres después de ignorar sus insinuaciones. Los amantes se reunieron y Zeus
los honró colocando la lira de Orfeo en el cielo.
Epsilon Lyrae es una estrella "doble doble", con las estrellas de 5ª magnitud ?1 y
?2, ambas dobles, con separaciones inferiores a 3 segundos de arco.
Beta Lyrae es una variable eclipsable que oscila entre magnitudes 3,3 y 4,4 en 13
días.
La famosa Nebulosa del Anillo (M 57) está a medio camino entre Beta y Gamma
Lyrae. Con un telescopio de 75 mm aparece como una estrella desenfocada a
bajo aumento.

LA MAGNITUD DE LAS ESTRELLAS

Desde Hiparco de Nicea, el mayor o menor brillo de las estrellas se llama


magnitud. Cuanto más brillante es un astro, menor es su magnitud. Se dice que
las 20 estrellas más brillantes son de primera magnitud. Otras menos brillantes
son de segunda magnitud. Siguen luego las de tercera, cuarta, y quinta magnitud,
hasta las que son apenas visibles, de sexta magnitud. (Fig: estrellas de distinta
magnitud)
En 1856, el astrónomo inglés Norman Progson cuantificó la clasificación de
Hiparco, demostrando que una estrella de primera magnitud era una 100 veces
más brillante que una de sexta.
Si se considera este intervalo de 5 magnitudes como un coeficiente de centésima
parte de brillo, el coeficiente para una magnitud sería de 2,512: una estrella de
magnitud 4 es 2,512 veces más brillante que una de quinta magnitud y 6,3 (2,512
x 2,512) veces más brillante que una de sexta magnitud.
Los grandes brillos se miden en magnitudes positivas, si es necesario: Sirio, la
estrella más brillante del cielo, tiene una magnitud de -1,4. La de Venus es de -4,2;
la de la Luna llena, de -12,7 y la del Sol, de -26,9.
Hasta ahora sólo hemos hablado de magnitudes aparentes. Si conocemos su
distancia y su magnitud, podemos calcular su verdadera luminosidad.
Los astrónomos basaron la escala de magnitudes absolutas en el brillo de una
estrella a una distancia de 10 pársecs, o 3,26 años luz (el pársec es la distancia a
la que una estrella mostraría un paralaje de menos de 1 segundo de arco). Así, el
Sol, una estrella de clase G común y corriente, tiene una magnitud absoluta de
sólo 4,86.

MARTE

El cuarto y último de los planetas telúricos o internos es el que quizás más


fantasías ha despertado en la humanidad: muchos le llaman el “planeta rojo con
hombrecitos verdes”.
Cientos de películas, novelas e historietas han creado una imagen de familiaridad
con él.
Situado a 230.000.000 km (1,5 UA) del Sol, es un planeta pequeño, de sólo 6.850
km de diámetro, una densidad de 3,9 (la Tierra tiene 5,5) y una masa diez veces
menor que la nuestra: su atracción gravitatoria es tres octavas partes la terrestre:
una persona de 70 kilos pesaría allá apenas 25 kilos. Por lo mismo, Marte sólo
pudo retener una tenue atmósfera de dióxido de carbono (CO2) cuya presión (0,01
bar o 10 milibares a nivel del suelo) es 100 veces menor a la que hay en la Tierra.
La temperatura superficial es de -140°C (133°K) en los polos y de -25°C en el
ecuador, con máximas de 15°C (288°K) en verano.
Cuando nos encontramos en el mismo lado del Sol, en conjunción, 83.000.000 km
nos separan de él. Sin embargo, dada la pronunciada elíptica de su órbita, cada
32 años Marte logra acercarse a sólo 48.000.000 km de nosotros (Fig: conjunción
Marte Tierra). Es una estupenda oportunidad para observarlo, pues al estar al
exterior de nuestra órbita, el Sol lo alumbra a favor nuestro, como cuando la Luna
está llena.
Observaciones y fantasías
En 1580 el danés Tycho Brahe observó cuidadosamente Marte (sin telescopio,
pues aún no existían) para predecir sus movimientos. Tras la muerte de Tycho, su
ayudante, el alemán Johannes Kepler, tuvo que abandonar la idea, prevaleciente
hasta entonces, de las órbitas circulares debido a la gran excentricidad de Marte.
En su lugar creó, en 1609, las leyes de órbitas elípticas que llevan su nombre.
En 1659, Christian Huyghens, ayudado de un telescopio y por el desplazamiento
de una mancha superficial que llamó Syrtis Maior (gran ciénaga), calculó que la
rotación de Marte era de 24, 5 horas. En 1673, el francés Cassini logró calcular el
paralaje de Marte y se tuvo entonces la primera idea cercana a la realidad de
cuales eran las distancias entre los planetas.
En 1781 William Herschel notó que el eje de rotación era de 25,17 grados por lo
que, al igual que la Tierra, tiene estaciones (Fig: ejes Tierra y Marte). Sin embargo,
al estar más lejos del Sol, su año (traslación) es de 668,61 días (1,88 veces el año
terrestre): las estaciones duran casi el doble que en la Tierra. Tres años después,
el mismo Herschel descubría los casquetes de hielo en ambos polos marcianos En
1877, aprovechando un acercamiento excepcional a Marte, el norteamericano
Asaph Hall descubrió, con la ayuda de su esposa que insistió en buscar un día
más, dos pequeños satélites, de apenas 20 km cada uno, que llamó Fobos y
Deimos, “miedo” y “terror”, los hijos de Marte, el dios de la guerra. Ambos están
trabados gravitacionalmente y muestran siempre la misma cara a su planeta .
Ese mismo año, Giovanni Schiaparelli trazó un mapa de la superficie marciana.
Notó delgadas líneas negras que unían zonas oscuras, como canales (canali, en
italiano). Muchas personas, destacando el famoso astrónomo y charlatán
norteamericano Percival Lowell, empezaron a conjeturar, mezclando ciencia y
fantasía en libros muy bien vendidos: los habitantes de Marte, luchando contra la
desertificación producida por la incapacidad gravitatoria de retener una atmósfera,
habían estado tratando de salvar su planeta durante quizá miles de años. Su
avance tecnológico les permitía traer agua desde los casquetes polares hasta sus
granjas y ciudades, en las zonas templadas...
En 1897, Herbert George Wells publicó "La guerra de los mundos" y el 30 octubre
1938, el talentoso dramaturgo y cineasta Orson Welles, a los 23 años de edad,
transmitió "en vivo" por la radio una invasión de la tierra por mortíferos alienígenas
armados con "rayos de la muerte", creando un gigantesco pánico en el estado de
New Jersey.

El verdadero Marte
Sin embargo, muchos astrónomos dudaban de las fantasías de Lowell y
compañía. En 1926 se pudo calcular por primera vez la temperatura superficial de
Marte, la que resultó ser muy tan fría como la antártica. Además, las diferencias
entre el día y la noche indicaban que la atmósfera debía ser muy delgada.
En 1947, el astrónomo Peter Kuiper (el mismo que descubrió la zona de donde
provienen los cometas de período corto) midió la fracción de luz infrarroja
marciana y concluyó que estaba compuesta sobre todo de CO2; no encontró
nitrógeno, oxígeno ni vapor de agua, lo que limitaba seriamente las posibilidades
de vida.
La realidad mostrada por las primeras sondas fue sobrecogedora. Tras las veinte
fotografías tomadas el 14 julio 1965 a 10.000 km de la superficie por Mariner IV,
las sondas Mariner VI y VII, más sofisticadas, enviaron 200 imágenes en 1970,
algunas de las cuales mostraban un gran caos superficial, dejando suponer un
complejo desarrollo geológico. Su superficie mostraba además numerosos
cráteres de impactos: la delgada atmósfera marciana erosiona débilmente y no
borra huellas tan rápido como en la Tierra. El 30 mayo 1971 fue lanzada Mariner
IX, que se colocó en órbita y comenzó a trazar un mapa muy preciso.
Los paisajes de Marte fueron vistos por primera vez por las sondas Viking I y II, las
que dejaron caer un módulo cada una sobre su superficie, en 1975. Tienen cierta
similitud con la Tierra: Marte es un inmenso desierto helado, parecido al Gobi en
Asia central si no fuera por el color rosado del cielo y de la dominante roja-naranja
de las rocas del suelo, causada por el óxido de hierro. Las vastas llanuras
cubiertas de dunas se asemejan al gran Erg del Sahara. Los volcanes gigantes se
parecen a los de Hawaii; sin embargo alcanzan los 15.000 metros sobre el nivel
medio del planeta. El Monte Olimpo, el más grande en el Sistema Solar tiene
27.000 metros de altitud y su cráter alcanza 65 km de diámetro. Cuando se
formaron, levantaron una enorme región, el domo de Tharsis, el cual cedió y se
abrió en dos. Quedó una cicatriz de casi 4.000 km de largo, 400 de ancho y 2 de
profundidad: el cañón de Valles Marineris, sin duda la más imponente estructura
geológica del Sistema Solar.
Como en la Tierra, los polos de Marte están cubiertos por una capa de hielo de
agua y, cuando la temperatura baja mucho, de CO2 congelado. Sin embargo,
cuando estos casquetes polares se derriten (en el verano de cada hemisferio), el
agua no corre por la superficie: la presión atmosférica es tan débil que el hielo se
sublima. Ahora bien, existen huellas inequívocas de escurrimiento superficial,
erosión fluvial, aluviones y drenaje; algunos ríos alcanzaron 2000 km de largo. Los
planetógos sugieren que hubo dos tipos de escurrimientos de agua en Marte. El
primero, muy antiguo (hace 3 mil millones de años) ocurrió bajo una atmósfera
más densa que la actual, cuya mayor presión impedía la sublimación del agua. El
segundo, mucho más reciente (200 millones de años), se debió a la actividad
geológica: grandes mesetas llenas de hielo (como el suelo permafrost de Siberia)
fueron calentadas por un volcanismo subyacente y se derrumbaron bruscamente,
provocando unos aluviones de barro catastróficos, sin equivalentes en la Tierra: en
la región de Ravi Vallis el aluvión alcanzó un caudal gigantesco: 300 millones de
metros cúbicos por segundo, es decir mil veces más que el río Amazonas en
período de crecida (!). Otra evidencia de la presencia de agua en el subsuelo es la
corona redondeada de materiales de eyección que se aprecia alrededor del cráter
Yuti. Ese tipo de eyección sólo ocurre si el cuerpo impactor choca contra una
superficie blanda, llena de hielo o agua.
Hoy en día Marte parece estar muerto: no más volcanismo ni ríos. La única
actividad son las tormentas de polvo (como la de 1971 que duró varios meses)
que esculpen las piedras del desierto y crean inmensos campos de dunas,
cambiando el paisaje entre las visitas de las sondas.

ALH 84001, Pathfinder y Global Surveyor

Marte ha sido y sigue siendo un gran candidato para la vida extraterrestre. La


presencia de agua, aunque hoy esté congelada, es casi una evidencia para los
exobiólogos. En 1996, la (muy) publicitada noticia de que habría huellas de
bacterias en un meteorito de 1,9 kilos, descubierto en 1984, reavivó la discusión.
La roca del ALH 84001, como fue llamado el meteorito, se formó en Marte hace
4,5 mil millones de años, durante la primerísima juventud del planeta. Es lava que
se solidificó lentamente, cristalizándose: no es un lugar usual para encontrar
fósiles, al menos en la Tierra (los hay más bien en rocas sedimentarias). Sufrió
fracturas y cambios químicos durante su larga estadía en el suelo hasta que fue
eyectado al espacio por el impacto de un asteroide, hace 16 millones de años.
Posteriormente cayó en la Antártida hace 13.000 años, siendo ambas fechas
determinadas por el comienzo y final de los efectos de la exposición a los rayos
cósmicos, provenientes de las profundidades del universo.

¿Cuál es la evidencia de vida?

Apenas unos glóbulos de carbonatos que, sumando cuatro puntos de vista que
individualmente no bastarían, indican un origen biológico: primero, los compuestos
de carbono que sugieren que hubo materia orgánica; segundo, los inusuales
pequeños cristales de magnetita (un óxido de hierro, Fe2O3), similares a los que
sólo producen las bacterias terrestres; tercero, hay minerales, normalmente
incompatibles, cuya cercanía unos con otros se debería, al menos en la Tierra, a
una acción orgánica y, cuarto y último punto de vista, las evocativas formaciones
con aspecto de bacterias.
Un problema es que esos objetos en forma de bacteria son demasiado pequeños:
apenas entre 0,02 y 0,1 micrón. En la Tierra, en cambio, alcanzan entre 1 y 2
micrones. Muchos biólogos creen que en bacterias tan diminutas como las
marcianas no hay espacio suficiente para albergar una cantidad mínima de
moléculas biológicas, como el ADN.
Sin embargo, un argumento a favor es que en algún momento de la evolución tuvo
que haber intermediarios entre las moléculas y las bacterias. Quizás sea éste el
caso de los “organismos” del ALH 84001. El tema tiene largos días por delante.
Conviene finalmente hablar de las últimas (hasta el momento) y más impactantes
sondas que fueron enviadas a Marte: el Mars Pathfinder (con su robot de
exploración Sojourner) y el Mars Global Surveyor.
Tras cinco años de estudios, los ingenieros de la NASA (National Aeronautics and
Space Administration) lograron, por un precio muy barato en relación, por ejemplo,
a la sonda Cassini-Huyghens (que llegará a Saturno a un precio diez veces
mayor), una sonda que fue todo un éxito, tanto científico como comunicacional: el
Pathfinder. Ésta “amartizó” en una zona llamada Ares Vallis, una llanura
compuesta de grava y rocas traídas hasta allí por una de las catastróficas
inundaciones descritas más arriba y débilmente erosionadas por las tormentas de
arena.
Los análisis químicos de las rocas fueron el rasgo más sobresaliente.
Las similitudes entre la arena del sitio al que llegó el Viking y éste indican que las
tormentas afectan la composición del suelo y modifican la superficie marciana a
escala global.
En tanto, uno de los descubrimientos más interesantes del Global Surveyor, en
órbita marciana desde el 11 septiembre 1997, se debió a una casualidad: los
ingenieros tuvieron dificultades para colocarlo en su órbita correcta, a causa de un
desperfecto en un panel solar que impedía las complicadas maniobras de frenado
con el roce con la atmósfera marciana. Durante varios meses la sonda pasó 120
veces sobre Marte, algunas de las cuales a muy baja altura, entre 100 y 200 km.
Los investigadores aprovecharon cada uno de estos vuelos para encender un
magnetómetro destinado a captar un eventual campo magnético. En las rocas del
hemisferio sur, las más antiguas, se detectaron franjas de unos 200 km de ancho,
cuyo magnetismo presenta alternancias de orientación, del manera similar a como
el fondo oceánico nos muestra como el campo de la Tierra se ha invertido
numerosas veces.
Todo indica que Marte tuvo un núcleo caliente que además de generar un fuerte
campo magnético, probablemente producía tectónica de placas, el mismo
fenómeno que causa la “deriva de los continentes” en la Tierra. En todo caso, el
fenómeno dejó de existir hace 3,9 mil millones de años.
Éste y otros descubrimientos son sólo los primeros de la abundante cosecha del
Mars Global Surveyor. En la segunda década del siglo XXI se prevén misiones
tripuladas por geólogos especialistas en rocas sedimentarias, los que podrán
aclarar qué ocurrió en la superficie marciana. Es una de las razones de las
prolongadas misiones orbitales de la estación MIR: comprender y poder
contrarrestar los efectos adversos sobre el organismo de un largo viaje (cerca de
un año)en microgravidez.
Excentricidad es un cálculo que ilustra, para facilitar la comparación entre diversos
cuerpos, la magnitud de la elipsidad de sus órbitas. Se obtiene restando el
perihelio al afelio y dividiendo el resultado por el afelio. Por ejemplo, Mercurio, el
más excéntrico de los planetas interiores: 70.000.000 - 55.000.000 = 15.000.000 /
70.000.000 = 0,2

Sublimación: cambiar de sólido a gas sin pasar por el estado líquido. La


sublimación ocurre por un gran aporte de calor o por falta de presión.

Rayos cósmicos: son generalmente protones, neutrones, núcleos atómicos,


neutrinos o fotones extremadamente energéticos emitidos por las estrellas de
nuestra galaxia (incluyendo al Sol) o desde fuera de ésta. Millones de ellos nos
atraviesan cada segundo. Su energía se mide en electrón-volt (eV).

LA MATERIA
¿De qué están hechas las cosas?

Saber cuáles son las fuerzas que gobiernan al universo y la naturaleza física de la
materia que forma las cosas fueron tempranas interrogantes en las mentes de los
seres humanos.
La materia fue durante largos milenios un misterio que aparentemente sólo dioses
y espíritus podían aclarar: su origen y naturaleza han sido esclarecidos sólo en los
dos últimos siglos y aún queda mucho por descubrir. En ese sentido, los físicos
disponen hoy en día de herramientas tecnológicas (aceleradores de partículas
para descubrir nuevas elementos y partículas subatómicas) y de teorías
matemáticas cada vez más poderosas.

Los comienzos

Para Tales de Mileto -basado en los relatos de Homero- el océano era la fuente de
todas las cosas. Anaxímenes pensó que el aire, al dispersarse, daba lugar al
fuego y, al condensarse, a la tierra y al agua.
En el 450 antes de JC, Leucipo de Mileto y su discípulo Demócrito de Abdera
consideraron que no se podía dividir la materia indefinidamente: había un límite
compuesto por unas diminutas partículas que llamó “átomos” (indivisibles). Creían
que la combinación de los átomos en órdenes diversos producía todos los
compuestos de la naturaleza.
Sin embargo, por el 430 antes de JC, el griego Empédocles de Agrigento llegó a la
conclusión de que la Tierra (es decir la materia) estaba formada por las mismas
cuatro sustancias básicas que describió Anaxímenes.
Un siglo después, Aristóteles supuso que el cielo era un quinto elemento: el “éter”.
La fama de éste sabio y la concordancia de sus ideas con el posterior cristianismo
hicieron que el “atomismo” de Demócrito sobrevivieran sólo en los escritos de
Epicurio de Samos y del latín Lucrecio, en su poema “Sobre la naturaleza de las
cosas”, escrito el año 60 antes de JC. Sólo siglos después, la historia los
reconoció.
En la edad media, los alquimistas, combinando una buena experimentación con
charlatanería y creencias a veces absurdas, pensaban que “lo metálico” de la
materia se explicaba por el mercurio y la “combustibilidad”, por el azufre.
En el siglo XVI, el alquimista suizo Paracelso agregó que la sal (cloruro de sodio,
NaCl), considerada como un elemento, confería la resistencia al calor...
La alquimia es conocida por su afanosa búsqueda de la “piedra filosofal”: se creía
que restándole o aumentándole a un elemento una cantidad justa de otro, se le
cambiaba su naturaleza. El gran sueño (nunca logrado) era convertir el plomo (o
cualquier otro metal) en oro agregándole una cantidad justa de mercurio. Con esos
experimentos, que a menudo eran vistos como al filo de la brujería, fueron
descubiertos casualmente compuestos muy importantes como los ácidos
minerales (nítrico, clorhídrico y sulfúrico) o el fósforo, lo que significó grandes
avances, puesto que hasta ese entonces sólo se conocía al ácido acético (del
vinagre).
Gracias a los nuevos ácidos, era posible obtener varios metales a partir de tierras
sin tener que llegar a altas temperaturas.
Señalemos que el mismísimo Isaac Newton se dejó tentar por la alquimia y su
misticismo.
En 1661, el inglés Robert Boyle sentó las bases de la química moderna. En su
libro “El químico escéptico” estableció el primer criterio moderno para definir a un
elemento: “una substancia básica que puede combinarse para formar compuestos
y que no puede descomponerse en una substancia más simple, una vez aislada
de un compuesto”. Sin embargo Boyle conservaba una visión medieval y seguía
creyendo que se podía obtener oro a partir de otros elementos.
Un siglo después de Boyle, los trabajos de Henry Cavendish (famoso por
descubrir la constante gravitacional) descubrió que dos gases, el hidrógeno y el
oxígeno, se podían para formar agua. Su hallazgo causó un gran escándalo ya
que destruía la idea del agua como elemento.
Hacia 1780, el químico francés Lavoisier (quien fuera guillotinado durante la
revolución francesa), además de descubrir que el aire se descomponía en oxígeno
y nitrógeno, había establecido una lista de cerca de 30 elementos.

De la alquimia a la relatividad

Los pioneros del siglo XVIII introdujeron nuevos métodos de trabajo, apartando la
especulación filosófica: se privilegió la observación y la experimentación; se
provocaban los fenómenos y se establecían leyes generales que podían ser
validadas o rechazadas por nuevas experiencias. Apareció así el método científico
moderno.
También se comenzó a entrever un nuevo concepto: la energía. Conocida como
calor (“fluido calórico”) y luego como trabajo mecánico, fue finalmente llamada
energía potencial, la cual puede convertirse en calor o trabajo.
Las nociones de energía y materia permanecieron separadas durante dos siglos
hasta que, a comienzos del siglo XX, Albert Einstein y otros físicos demostraron
que masa y energía son una sola entidad, la esencia fundamental de la realidad.
Es la relatividad, según la cual una cantidad de materia puede convertirse en una
enorme cantidad de energía (y viceversa, es decir que a altas energías, las
partículas aumentan de masa). Es así como se explica la enorme energía de las
reacciones nucleares, lo que condujo a las tristemente famosas bombas atómicas.
A comienzos del siglo XX, la física cuántica consideró que la radiación
electromagnética (como la luz) está asociada a granos de materia llamados
fotones.

El átomo y los elementos

A pesar de haber sido descartado durante siglos por la iglesia, el atomismo de


Demócrito nunca fue desechado por completo. El filósofo italiano Giordano Bruno,
atomista, fue quemado por herejía en 1600 por atreverse a decir que el universo,
infinito, estaba poblado de estrellas que no eran más que otros soles, alrededor de
los cuales podían orbitar otros planetas (los que hoy llamamos exoplanetas).
Desde ese entonces, Bruno es un símbolo y un mártir de la independencia de la
ciencia respecto del poder político y los dogmas religiosos.
Hacia fines del siglo XVIII, era cada vez más claro que los compuestos estaban
formados por elementos más simples, cuyas proporciones se conocían muy bien.
Después de reunir los conocimientos de la época, el químico John Dalton, en
1808, publicó tales avances. Pero el conjunto sólo tenía sentido si se consideraba
que los elementos estaban constituidos por cuerpos de diverso peso (como es el
caso del hierro, del azufre, etc.) e indivisibles, que Dalton llamó átomos en honor a
los visionarios griegos atomistas.
También en esos años, el químico italiano Amadeo Avogadro, aplicando la teoría
atómica a los gases, descubrió que dos volúmenes iguales de gases de cualquier
naturaleza tenían siempre el mismo número de partículas. Al principio pensó que
eran átomos, pero pronto se comprobó que podían ser grupos de átomos o
“moléculas”.
Sin embargo, en esa época no era posible medir con precisión el peso atómico de
los elementos y las moléculas. Pasaron largos años hasta que así fuera, llegando
finalmente hasta la elaboración de la tabla periódica, o sea la sistematización del
peso atómico y las características químicas de los elementos. Desde ese
entonces, se han seguido descubriendo o creando (no los hay en la naturaleza)
nuevos elementos cada vez más pesados, algunos de ellos radioactivos, pues sus
núcleos tan pesados son inestables. Son justamente la radioactividad y las
contradicciones entre la cantidad de carga electromagnética y el peso atómico las
que condujeron a la comprensión de la estructura de las partículas que componen
el átomo, las llamadas partículas subatómicas.

¿Qué es y cómo es un átomo?

Entender su estructura no fue fácil.


Cuando se colocaba a los elementos en la tabla periódica, no se sabía
exactamente porqué “calzaban” justo en grupos con determinadas propiedades.
La respuesta vino del descubrimiento de los electrones por J. Thomson, después
de experimentar con tubos catódicos (de vacío) recién perfeccionados. Sin
embargo, Thomson pensaba que los electrones estaban arracimados en un
cuerpo principal con carga positiva, lo que, como veremos, era falso.
Los electrones eran el único flujo de partículas conocido a comienzos del siglo XX;
eran llamados partículas “beta”. Debido a su pequeña masa, penetraban muy bien
los obstáculos (delgadas placas metálicas). Sin embargo, en los años 1910, el
inglés Ernest Rutherford y los esposos franceses Pierre y Marie Curie (los
descubridores, junto a Henri Becquerel de la radioactividad natural) detectaron
nuevas partículas, menos penetrantes que los electrones, emitidas por las
substancias radioactivas. Fueron llamadas “alfa” (luego Rutherford averiguó que
eran núcleos de helio, es decir dos protones y dos neutrones juntos, gracias a un
análisis espectroscópico).
Al pasar cerca de un campo magnético, alfas y betas eran desviadas de distinta
forma, lo que probaba que poseían masas y cargas distintas.
Pero hubo más: Rutherford detectó unas radiaciones a la salida de los tubos
catódicos cuya carga era igual a la del electrón, pero positiva: salían en dirección
opuesta a los electrones y un campo magnético actuaba sobre ellos al revés que
con éstos. Atravesaban fácilmente la materia. Pronto se vio que eran partículas
subatómicas y fueron llamados protones, es decir “lo primero”. Sin embargo, no
era tan fácil arrancar protones del átomo como electrones. Se supuso que éstos
estaban en la parte exterior y los protones, en un núcleo más difícil de alcanzar, de
carga positiva y con casi toda la materia.
Luego Rutherford, usando unas placas fotográficas detrás de placas metálicas
(oro y aluminio) bombardeadas por partículas alfa, descubrió que los átomos
estaban compuestos principalmente de vacío, puesto que las placas eran
fácilmente atravesadas: sólo escasas partículas alfa interactuaban con los núcleos
de los metales.
Pero quedaba el problema de la masa: el núcleo del helio, si bien tenía una carga
positiva dos veces mayor que la del hidrógeno, su masa era cuatro veces mayor.
Y así era el caso de todos los elementos: tienen menos protones (carga positiva)
que los que su masa indica.
La respuesta vino de la radioactividad, específicamente de los isótopos. Algunos
de ellos emitían partículas y después cambiaban de lugar en la tabla periódica: en
1913 se demostró que cuando un átomo emitía una partícula alfa (dos protones y
dos neutrones), se transformaba en un elemento dos lugares más abajo en la
tabla. Si, en cambio, emitía una beta (en electrón), ocupaba un lugar
inmediatamente superior.
Fue hacia 1930 que finalmente la explicación llegó: fue descubierto el neutrón, una
partícula de gran poder penetrador, sin carga y con masa similar a la del protón.
El neutrón permitía explicar los pesos atómicos y los isótopos. Había nacido la
física nuclear. Lo que sucedió después tiene que ver con aplicaciones mortíferas
de la fisión nuclear con mortíferas bombas y una cuestionada fuente de energía.
Hoy sabemos que el átomo es el elemento constitutivo de la materia. Está
compuesto por un núcleo con protones de carga positiva (p+) y neutrones sin
carga (n) cuyas masas son similares: 1,64x 10-24g. El núcleo está rodeado por
electrones (e-) de carga negativa, que equilibran la carga del átomo. Como la
masa de los electrones es 1/1836 veces la de los protones, se les puede
despreciar para calcular el peso específico de un elemento o molécula.
Los protones son estables. Los neutrones aislados, en cambio, decaen
espontáneamente al cabo de 10 minutos, porque les es energéticamente
favorable. Este decaimiento o desintegración genera un positrón (p+), un electrón
(e-) y un neutrino (v?). Las leyes de la conservación de la carga obligan a que
junto al protón se produzca un electrón, así la carga resultante es nula, como la
del neutrón.
Las partículas subatómicas y la física cuántica
Los conocimientos actuales de la materia son mucho más difíciles de explicar. Con
el descubrimiento de los rayos cósmicos, los ciclotrones y los modernos y
gigantescos aceleradores de partículas, han aparecido numerosas nuevas
partículas, algunas de las cuales viven sólo millonésimas de segundo: interactuan
con la materia, aniquilándose apenas son creadas. Es el caso de, por ejemplo, el
antielectrón, llamado positrón o del antiprotón.
La explicación del origen del universo, del funcionamiento de las estrellas y del
futuro del universo se hallan en las pequeñas fracciones de la materia. Es como
una paradoja: para conocer lo infinitamente grande, hay que sumergirse en lo
infinitamente pequeño.

Los estados de la materia

La materia puede presentarse bajo varias formas o estados, dependiendo de la


temperatura y de la presión.
En el estado sólido, compacto y coherente, los átomos están ordenados y ocupan
posiciones determinadas geométricamente, aunque están animados por
movimientos (vibraciones) que son proporcionales a la temperatura. No se debe
confundir a los cristales, sólidos perfectos, con el llamado “estado amorfo”: es el
caso del vidrio, que no es más que un líquido cuya gran viscosidad lo hace
parecer sólido.
El estado líquido es el intermediario entre el sólido y el gaseoso. Los átomos
pueden moverse unos respecto de otros pero en forma limitada. Un líquido
adquiere la forma del recipiente que lo contiene y su superficie libre es horizontal.
En la Tierra, hay dos líquidos en grandes cantidades: el agua y el petróleo. Los
únicos elementos en forma líquida son el mercurio y el bromo. Todos los demás
líquidos son fabricados.
El que sigue es el estado gaseoso. Es el mejor conocido de todos. Ocurre cuando
la temperatura es tal que las moléculas se mueven constantemente unas respecto
de otras, chocando varios miles de millones de veces por segundo. El conjunto de
esos choques sobre un elemento de pared se traduce en la presión.
Los gases son elásticos, comprimibles y menos densos que los sólidos y los
líquidos. Cuando un gas ocupa un espacio muy grande, el recorrido promedio de
las moléculas aumenta y su presión disminuye.
El cuarto estado de la materia es llamado plasma. Es un conjunto de partículas
electrizadas (electrones e iones positivos) obtenido a más de 3000 °K. Las
estrellas están constituidas por plasma que alcanza hasta 60.000 °K.
Reacciones termonucleares: a una temperatura de 10 millones de grados Kelvin,
los núcleos de hidrógeno (que son en realidad protones) logran superar su
repulsión electromagnética debido a la intensa agitación térmica y se fusionan en
núcleos atómicos más pesados, como el helio. El proceso libera una cantidad
enorme de energía, pues la masa final del nuevo núcleo es inferior a la que se
utilizó para crearlo: se ha transformado en energía, en virtud de la ecuación de
Einstein: E = mc2.
Isótopos: viene del griego Iso y Topos, el “mismo lugar”. Son todos los miembros
de una familia de sustancias que ocupan el mismo lugar en la tabla periódica.
Algunos pueden ser estables y otros, emitir radiaciones. Los núcleos con una
cantidad igual de protones son isótopos. Los núcleos con número igual de
neutrones (por ejemplo en hidrógeno 2 y el helio 3, cada uno de ellos con un
protón) son isótanos.
Los núcleos de igual masa (como el calcio 40 y el argón 40) son isóbaros.
Fisión nuclear: en la fisión nuclear, al contrario de la fusión, son los núcleos
atómicos pesados e inestables los que al fisionarse, se convierten en dos núcleos
más ligeros. La masa de éstos es menor que la original, es decir que ha sido
transformada en energía, como lo dice la ecuación de Einstein, E = mc2.
Rayos cósmicos: son partículas muy energéticas provenientes del espacio
profundo. Pueden ser electrones, positrones o núcleos más pesados. Cuando
chocan con la atmósfera o la superficie de la Tierra, ceden su enorme energía
cinética generando una gran cantidad de partículas secundarias. Recientemente
se han descubierto partículas que poseen la energía de una pelota de tenis
servida por un “top ten”. Su origen aún no ha sido esclarecido.

Mensa - La Mesa, Monte Mesa

Esta es la única constelación que se refiere a un lugar material concreto. Primero


fue bautizada como Mons Mensa por Nicolas-Louis de Lacaille, por el Monte
Mesa, al sur del cabo de Buena Esperanza, en Sudafrica, donde trabajaba. Ideó
esta pequeña constelación partiendo de estrellas entre la Gran Nube de
Magallanes y el Octante.
Mensa, sin estrellas brillantes, es poco interesante, aparte de las bondades de la
Gran Nube de Magallanes, del mismo modo que el monte Mesa a veces se oculta
en las nubes.
Alpha Mensae es una estrella enana que tiene magnitud aparente de 5,1. Está
relativamente cerca ya que su luz tarda sólo 28 años en alcanzarnos.
Beta Mensae es una débil estrella de magnitud 5,3 que está muy cerca de la Gran
Nube de Magallanes y se ubica a 155 años luz.

OBSERVACIÓN DE MERCURIO Y VENUS

Al estar más cerca del Sol que nosotros, nunca vemos a Mercurio y Venus
demasiado lejos de aquél. Venus no puede estar a más de 47° y mercurio a más
de 28° del Sol. Cuando sus órbitas se encuentran al este del Sol, Venus y
Mercurio se ven por la noche en el firmamento occidental después del crepúsculo:
son las "estrellas vespertinas".
Por el contrario, si están al oeste del Sol, aparecen poco antes del alba, saliendo
por el este no mucho antes de que salga el Sol: son las "estrellas matutinas".
Pareció natural para los antiguos observadores pensar que estaban frente a dos
estrellas diferentes. Pero Pitágoras, quizá informado por los babilonios, supuso
que se trataba de los mismos.
Venus es mucho más fácil de observar: está más cercano a la Tierra: cuando
estamos en el mismo lado del Sol, apenas 40 millones de km. (100 veces la
distancia a la Luna) nos separan. De Mercurio, la distancia más pequeña que nos
separa alcanza los 92 millones de km. Venus es también más grande que
Mercurio (12.400 v/s 4.825 km. de diámetro) y refleja más luz gracias a las nubes
de su atmósfera. Mercurio, como la Luna, sólo tiene rocas desnudas para reflejar
la luz del Sol.
Venus, en su momento más brillante, tiene una magnitud de -4,22. Es 12,6 veces
más brillante que Sirio (la estrella más luminosa) y el objeto más brillante fuera del
Sol y la Luna. Mercurio sólo tiene una magnitud de -1,2, casi tan brillante como
Sirio. La proximidad de Mercurio con el Sol hace que sólo sea visible cerca del
horizonte y cuando el firmamento está aún brillante: a pesar de su brillo resulta
difícil de observar. Dicen que el mismo Copérnico nunca llegó a observarlo.
El hecho que estos dos planetas se encuentren siempre cerca del Sol y oscilen de
un lado a otro de éste hizo suponer a Heráclides, el 350 antes de Cristo, que
rodeaban al Sol más que a la Tierra. Diecinueve siglos después, Copérnico volvió
a sugerir la idea, pero respecto de todos los planetas del Sistema Solar. El 11 de
diciembre de 1610, Galileo, observando Venus a través de su telescopio, vio una
esfera iluminada sólo en parte. Tras repetir la observación, concluyó que eran
fases, como las de la Luna. Mercurio mostró fases también. Al no poder
explicarlas con el modelo geocéntrico vigente, éste fue abandonado
definitivamente por los astrónomos serios pero no por la Iglesia Católica, la que
persiguió fanáticamente a aquellos que discrepaban de la idea de una Tierra
centro del universo (y el Hombre dueño de ella) por la "voluntad de Dios".

MERCURIO

El más cercano al Sol de todos los planetas, orbita a sólo 58 millones de


kilómetros (0,387 UA) de distancia en promedio, en un recorrido muy excéntrico:
una máxima y una mínima de 70 y 55 millones de km., respectivamente. A tan
poca distancia, el campo gravitatorio del Sol actúa como una traba, del mismo
modo que la Tierra con la Luna: provoca una disminución de la velocidad de
rotación (59 días) en comparación con la traslación (88 días): Mercurio, cuyo
diámetro es de 4.825 kilómetros, da tres giros sobre sí mismo en dos giros
alrededor del Sol. Su día solar es entonces de 176 días terrestres, dos veces más
largo que su año. Esto explica la enorme diferencia de temperatura entre la cara
iluminada (450°C o 720°K) y la oscura (-170°C o 100°K).
Desde la superficie de Mercurio, el Sol se ve dos veces y media más grande en el
cielo y su intensidad, 6 veces mayor que en la Tierra. La gran velocidad de
traslación mercuriana (47,9 km/segundo promedio, la más alta del Sistema Solar)
aumenta en el perihelio (más cerca del Sol), respetando las leyes de Képler. Esto
crea un curioso fenómeno para un observador que estuviera en su superficie: el
Sol se detendría en el cielo, retrocedería y luego volvería a ir en el sentido
correcto.
A causa de su cercanía con el Sol (nunca está a más de 27 grados de aquél), es
de difícil observación. Los mejores telescopios se encandilan con la intensa luz
solar y no alcanzan una buena resolución (ver observación de Mercurio y Venus).
Aún desconocido
Mercurio es, junto a Plutón, el planeta menos explorado del Sistema Solar. La
sonda Mariner X, lanzada el 3 de Noviembre 1973 pasó cerca de Venus, el 5 de
Febrero 1974, usando por primera vez la asistencia gravitacional, una estrategia
que todas las sondas posteriores adoptaron: se aprovecha la fuerza de atracción
de un planeta para desviar, frenar o acelerar una sonda que pase a proximidad.
Tras su primer vistazo del 29 de marzo, a 718 km. de distancia y con una
resolución de 1,5 km., Mariner X se colocó en una órbita de 176 días (el doble del
año de Mercurio) alrededor del Sol. El 21 Septiembre del mismo año pasó a
48.000 km. y el 16 Marzo 1975, a sólo 330 km., enviando por última vez señales:
había agotado su combustible. Cartografió sólo un 45 % de la superficie
mercuriana, con instrumentos hoy en día obsoletos. Por eso, las futura misión
Mercury Orbiter es esperada con expectación por los planetólogos, quienes
podrían aclarar, de paso, la última polémica surgida: la probable existencia de
agua (en fase sólida o hielo) en las oscuras y frías grietas de los polos, detectada
por los radares de Goldstone, Arecibo y el VLA (very large array).
La sobreabundancia de hierro (Mercurio tiene una densidad de 5,4, la segunda del
Sistema Solar después de la Tierra) podría deberse a dos razones: la primera es
que, de acuerdo a la teoría del origen del Sistema Solar, el viento solar fue muy
intenso durante la fase de acreción de los planetesimales y redujo la cantidad de
elementos volátiles (carbono, nitrógeno, sodio, potasio) disponibles.
La otra razón sería el impacto catastrófico de un enorme meteorito, el que arrancó
las 3/4 partes del manto de rocas livianas.

Una débil atmósfera

La superficie de Mercurio es, a primera vista, parecida a la lunar: muchos impactos


de meteoritos demuestran una inexistencia de actividad geológica desde hace a lo
menos 3,9 mil millones de años, el récord del Sistema Solar. Hay además unos
acantilados de más de 160 km. de largo y 2,5 km. de profundidad.
Sin embargo, Mercurio tiene una débil atmósfera cuyo origen es objeto de un
intenso debate, pues se creía que las altas temperaturas otorgaban a las
partículas una velocidad superior a la de escape, saliendo al espacio. Algunos
piensan que
El enigmático campo magnético de Mercurio, aunque cien veces menor que el de
la Tierra, es el segundo mayor de los planetas telúricos. Su presencia significa que
el núcleo de hierro está en estado líquido y animado por movimientos de
circulación que crean dicho campo por "efecto dínamo", lo que se contradice con
la aparente solidificación geológica del planeta. Es probable que una proporción
de azufre en el núcleo ayude a rebajar un poco la temperatura de fusión del hierro
y así permitir que existan corrientes que generen el mencionado efecto dínamo.
La interacción entre este campo y el viento solar (diez veces más denso que el
que llega a la Tierra) resulta en un dinamismo y turbulencias únicos en el Sistema
Solar: se dan excelentes condiciones para estudiar el plasma, llamado también el
"cuarto estado de la materia", gracias a tormentas magnéticas muy breves (unos
minutos y no horas como aquí) y diez veces más violentas que las terrestres (las
llamadas auroras boreales). Se cree que durante las fuertes tormentas solares o
durante el perihelio, las partículas ionizadas, muy energéticas, logran atravesar el
campo magnético e impactan la superficie de Mercurio, eyectando nuevas
partículas que son atrapadas por dicho campo. Se crean además fuertes
corrientes eléctricas superficiales y/o internas.
Excentricidad es un cálculo que ilustra, para facilitar la comparación entre diversos
cuerpos, la magnitud de la elipsidad de una órbita. Se obtiene restando el perihelio
al afelio y dividiendo el resultado por el afelio. Por ejemplo, Mercurio, el más
excéntrico de los planetas interiores: 70.000.000 - 55.000.000 = 15.000.000 /
70.000.000 = 0,2
Viento Solar: Está compuesto por partículas (protones en su mayoría) expulsadas
a gran velocidad (200 a 400 km/s) de las estrellas a causa de la gran temperatura
de su corona. Posee una densidad de cerca de 10 iones por metro cúbico. Este
viento sopló la nube de polvo original, dejando visible el disco de acreción. Sin el
campo magnético de la Tierra que nos protege, el viento solar ionizaría las
moléculas de nuestros tejidos, dañándolos.
Ionización: es la pérdida o la adquisición de electrones por parte de un átomo o
una molécula. El resultado es un desbalance en la carga eléctrica que necesita ser
restablecido.

Microscopium - El Microscopio

Ubicada al sur de Capricornio y al este de Sagitario, esta pequeña y débil


constelación fue configurada por
Nicolas-Louis de Lacaille alrededor de 1750. Evoca el crucial invento del
microscopio, cuya paternidad se
atribuye al óptico holandés Zacharias Jannsen, alrededor de 1590, y a Galileo,
entre otros.
R Microscopii es una débil estrella Mira variable que tiene un ciclo rápido que dura
sólo 4,5 meses, durante el cual baja de magnitud 9,2 a 13,4 y vuelve a subir.

Monoceros - El Unicornio

Mococeros es la terminología latina de la palabra griega que significa "un solo


cuerno". Según se cree, la existencia imaginaria del mítico unicornio deriva de una
descripción confusa de un rinoceronte.
Es esta una constelación débil creada por el astrónomo alemán Jakob Bartsch
alrededor de 1624. Ansiosos de generar un símil invernal al Triángulo de Verano
del hemisferio norte, algunos observadores proponen un triángulo de invierno que
limita con Betelgeuse (en Orión), Sirius (en Can Mayor) y Procyon (en Can
Menor). Monoceros y la franja de la Vía Láctea, llenan el espacio en este triángulo.
M 50 es un hermoso racimo abierto, ubicado a un tercio de la distancia entre Sirius
y Procyon, muy fácil de encontrar.
Con un telescopio de 250 mm la Nebulosa del Rosetón (NGC 2237) en forma de
anillo y el racimo abierto que contiene (NGC 2244) presenta una escena de
espectacular belleza.
El Racimo del Arbol de Navidad (NGC 2264) debe su nombre a su parecido con
un abeto navideño.

Musca - La Mosca

Está al sur de la Cruz del Sur y es fácil de ubicar. En 1603, Johann bayer la
nombró en su atlas de estrellas como Apis, la Abeja. Años después, Edmond
Halley la llamó Musca Apis, la Abeja Mosca, y posteriormente
Nicolas-Louis de Lacaille la llamó Musca Australis, la Mosca austral, para no
confundirla con la mosca en la
espalda de Aries, el Carnero. Como esta mosca septentrional ya no es una
constelación, la Mosca austral paso a ser la Mosca.
Beta Muscae es una elegante estrella doble con dos estrellas de 4ª magnitud que
giran una en torno a la otra en un período de cientos de años. El par está a unos
520 años luz de la Tierra. La separación de 1,6 segundos de arco es muy estrecha
y es un desafío para un telescopio de 100 mm.
NGC 4372 es un racimo globular que está cerca de Gamma Muscae y sus débiles
estrellas se encuentran esparcidas por 18 minutos de arco.
NGC 4833 es un racimo globular débil y grande a menos de un grado de Delta
Muscae, es necesario un telescopio de 100 mm o más para separar y distinguir las
estrellas del racimo.

LAS NEBULOSAS

El nacimiento de una estrella es un evento aún mal conocido, que ocurre en el


corazón de las nebulosas. Éstas son vastas nubes de gases están constituidas
principalmente de hidrógeno (70%), helio (28%), óxido de carbono y de polvo
interestelar, es decir ínfimas partículas de silicatos y grafito cuyo diámetro no
supera los 0,0001 milímetros. Su densidad muy baja: apenas decenas o cientos
átomos por cm3.
El espacio contiene innumerables nebulosas que en su interior casi siempre
albergan estrellas muy jóvenes, cuya luz se ve difusa y de un intenso color azul.
Cuando la radiación de una estrella joven es lo suficientemente intensa, puede
arrancarle electrones a los átomos del gas de la nebulosa (los ioniza). El resultado
es un intenso color rojo en el caso del hidrógeno, o verde esmeralda en el caso del
oxígeno. Este fenómeno es apreciable en la nebulosa Trifide, en la constelación
del Sagitario, situada a 3.000 años luz de nosotros, hacia el centro de la Vía
Láctea, nuestra galaxia.

NEPTUNO

Al menos en sus dimensiones, Urano y Neptuno pueden ser considerados


planetas gemelos, con 53.000 y 51.000 km. de diámetro respectivamente y una
naturaleza gaseosa y helada (-210°C o 63°K).
En el volumen de Urano cabe 67 Tierras mientras que en el de Neptuno, 57.
Neptuno es sin embargo más denso que su hermano (1,66 contra 1,27) ya que
está compuesto principalmente de metano (CH4), un gas más denso que el
hidrógeno. Así, si Urano es 14,5 veces más masivo que la Tierra, Neptuno lo es 17
veces.
Orbitando a 4.500.000.000 km. del Sol en promedio (30 UA), su traslación demora
casi 165 años. Es un mundo helado, oscuro, donde el Sol, que se ve como una
estrella apenas más brillante que las demás, entrega 900 veces menos luz que en
la Tierra.

Descubierto por cálculos


Pocos años después de ser descubierto Urano, su órbita comenzó a presentar
irregularidades respecto de los cálculos preestablecidos. A partir de 1821 el
astrónomo francés Alexis Bouvard intentó calcular las perturbaciones producidas
por los demás planetas conocidos. Pero Urano se mostraba rebelde y se apartaba
de toda predicción. Bouvard concluyó, como muchos otros, que debía haber un
planeta más allá.
A partir de 1841 y en forma independiente, un estudiante de matemáticas inglés
de sólo 22 años, John Couch Adams y un francés, Joseph Leverrier, ubicaron la
posición teórica del misterioso desconocido. Sin embargo, mientras Adams no fue
tomado en serio por sus compatriotas, Leverrier fue ayudado por el alemán
Johann Galle, quien justo tenía un nuevo mapa de la región celeste en que
supuestamente estaba el nuevo planeta. La noche del 23 septiembre 1846, tras
apenas una hora apuntando con su telescopio, Galle y su ayudante Heinrich
D'Arrest vieron por primera vez un objeto de octava magnitud que no figuraba en
el mapa. Fue bautizado Neptuno, como el dios del mar, por su color verdoso.
Tres semanas después de ser visto por primera vez, se le descubrió un satélite,
llamado Tritón, como un hijo de Neptuno: es un gran cuerpo de 2700 km. de
diámetro que orbita en forma retrógrada (por razones desconocidas) a 365.000
km. del centro de Neptuno, una distancia apenas mayor a la de la Luna respecto
de la Tierra. Sin embargo, a causa de la gran atracción gravitatoria de Neptuno, su
velocidad es mayor: su traslación tarda sólo 5,8 días, una quinta parte de la lunar.
Tritón es el único satélite de grandes dimensiones y cercano a su planeta con una
órbita retrógrada en todo e Sistema Solar. No fue sino hasta 1949 que Gerard
Kuiper, el astrónomo que dedujo el origen de los cometas de corto período,
descubrió un segundo satélite neptuniano, Nérida, el más excéntrico de los
satélites del Sistema Solar: su distancia al centro de Neptuno va desde 1.420.000
km. hasta 9.982.000 km. (!) y completa su traslación en 365,21 días, casi un año
terrestre.

El último en ser visitado

Hasta que la sonda Voyager 2 lo alcanzara en 1989, rozando su polo norte a


apenas 5.000 km., se sabía muy poco de Neptuno, a causa de la enorme distancia
que nos separa. Al pasar tan cerca, dicha sonda mostró que su atmósfera está en
constante y rápido movimiento: estrías y turbulencias gigantescas se desplazan a
1000 km/hora en sentido contrario a la rotación del planeta. Existe una mancha
llamada la Gran Mancha Oscura, cuyo diámetro es igual al de la Tierra.
Neptuno posee un sistema de seis anillos, débiles y aparentemente discontinuos a
causa de las perturbaciones de los seis pequeños satélites (no más de 150 km. de
diámetro) que orbitan junto a ellos.
Tritón, en tanto, tiene varios rasgos interesantes: la sonda Voyager 2 pasó a sólo
39.000 km. de su superficie: fotografió su casquete polar norte cubierto de hielo de
metano y nitrógeno. La temperatura de Tritón (-235°C o 38°K) es la más fría del
Sistema Solar. Existen extraños cráteres de los que surge una substancia oscura:
las mareas gravitacionales del cercano Neptuno deben tironear el interior de su
satélite, calentándolo, produciendo volcanismo y géisers criogénicos, de la misma
manera que Júpiter activa a Ío, su sulfuroso satélite, el más activo de todo el
Sistema Solar.
Tritón "cae" lentamente hacia Neptuno. Cuando, en 50 millones de años más,
aquél llegue a la "zona de Roche", una distancia que equivale generalmente a
2,44 radios ecuatoriales de un planeta, será despedazado por las mareas
gravitacionales de Neptuno y convertido en anillos.
Algunos astrónomos creen que la gran inclinación de la órbita de Tritón (20
grados) se explicaría porque es un planetesimal primigenio del Sistema Solar
"capturado" por la gravedad de Neptuno tardíamente. Habría permanecido
congelado desde entonces. Su examen, como el de los cometas y de los
asteroides, será de gran utilidad para conocer mejor la historia remota del Sistema
Solar.

Newton, Isaac (1642-1727)

Matemático y físico británico, es considerado uno de los más grandes científicos


de la historia. Hizo importantes aportes en muchos campos de la ciencia. Sus
descubrimientos y teorías sirvieron de base a la mayor parte de los avances
científicos desarrollados desde su época. Newton fue junto al matemático alemán
Gottfried Wilhelm Leibniz uno de los inventores de la rama de las matemáticas
denominada cálculo. También resolvió cuestiones relativas a la luz y la óptica,
formuló las leyes del movimiento y dedujo a partir de ellas la ley de la gravitación
universal.
En el verano de 1661, Newton ingresó en el Trinity College de la Universidad de
Cambridge. Recibió su título de bachiller en 1665. Después de una interrupción de
casi dos años provocada por una epidemia de peste, volvió al Trinity College,
donde le nombraron becario en 1667. Recibió el título de profesor en 1668.
Durante esta época se dedicó al estudio e investigación de los últimos avances en
matemáticas y a la filosofía natural que consideraba la naturaleza como un
organismo cuyo mecanismo era bastante complejo. Casi inmediatamente realizó
descubrimientos fundamentales que le fueron de gran utilidad en su carrera
científica.

El método de las fluxiones

Newton obtuvo en el campo de las matemáticas sus mayores logros. Generalizó


los métodos que se habían utilizado para trazar líneas tangentes a curvas y para
calcular el área encerrada bajo una curva, y descubrió que los dos procedimientos
eran operaciones inversas. Uniéndolos en lo que él llamó el método de las
fluxiones, Newton desarrolló en el otoño de 1666 lo que se conoce hoy como
cálculo, un método nuevo y poderoso que situó a las matemáticas modernas por
encima del nivel de la geometría griega.
Aunque Newton fue su inventor, no introdujo el cálculo en las matemáticas
europeas. En 1675 Leibniz llegó de forma independiente al mismo método, al que
llamó cálculo diferencial; su publicación hizo que Leibniz recibiera en exclusividad
los elogios por el desarrollo de ese método, hasta 1704, año en que Newton
publicó una exposición detallada del método de fluxiones, superando sus
reticencias a divulgar sus investigaciones y descubrimientos por temor a ser
criticado. Sin embargo, sus conocimientos trascendieron de manera que en 1669
obtuvo la cátedra Lucasiana de matemáticas en la Universidad de Cambridge.

Óptica

La óptica fue otra área por la que Newton demostró interés muy pronto. Al tratar
de explicar la forma en que surgen los colores llegó a la idea de que la luz del Sol
es una mezcla heterogénea de rayos diferentes -representando cada uno de ellos
un color distinto- y que las reflexiones y refracciones hacen que los colores
aparezcan al separar la mezcla en sus componentes. Newton demostró su teoría
de los colores haciendo pasar un rayo de luz solar a través de un prisma, el cual
dividió el rayo de luz en colores independientes. Esta es la base de la
espectroscopía, desarrollada en el siglo XIX para el estudio de la composición
química y naturaleza física de las estrellas.
En 1672 Newton envió una breve exposición de su teoría de los colores a la
Sociedad Real de Londres. Su publicación provocó tantas críticas que confirmaron
su recelo a las publicaciones por lo que se retiró a la soledad de su estudio en
Cambridge. En 1704, sin embargo, publicó su obra “Óptica”, en donde explicaba
detalladamente su teoría.

Principios elementales

En agosto de 1684 la soledad de Newton se vio interrumpida por la visita de


Edmund Halley (el mismo que reconoció el cometa que lleva su nombre) un
astrónomo y matemático con el que discutió el problema del movimiento orbital.
Newton había estudiado la ciencia de la mecánica como estudiante universitario y
en esa época ya tenía ciertas nociones básicas sobre la gravitación universal.
Como resultado de la visita de Halley, volvió a interesarse por estos temas.
Durante los dos años y medio siguientes, Newton estableció la ciencia moderna de
la dinámica formulando las tres leyes del movimiento. Aplicó estas leyes a las
leyes de Kepler sobre movimiento orbital (formuladas por el astrónomo alemán
Johannes Kepler) y dedujo la ley de la gravitación universal. Probablemente,
Newton es conocido sobre todo por su descubrimiento de la gravitación universal,
que muestra como a todos los cuerpos en el espacio y en la Tierra les afecta la
fuerza llamada gravedad. Publicó su teoría en “Principios matemáticos de la
filosofía natural” (1687), obra que marcó un punto de inflexión en la historia de la
ciencia, y además consiguió que su autor perdiera su temor a la publicación de
sus teorías.
La aparición de “Principios” también implicó a Newton en un desagradable
episodio con el filósofo y físico Robert Hooke. En 1687 Hooke afirmó que Newton
le había robado la idea central del libro: que los cuerpos se atraen recíprocamente
con una fuerza que varía inversamente al cuadrado de su distancia. Sin embargo,
la mayor parte de los historiadores no aceptan los cargos de plagio de Hooke.
En el mismo año de 1687, Newton apoyó la resistencia de Cambridge contra los
esfuerzos del rey Jacobo II de Inglaterra para convertir la universidad en una
institución católica. Después de la Gloriosa Revolución de 1688, que expulsó a
Jacobo de Inglaterra, la universidad eligió a Newton como uno de sus
representantes en una convocatoria especial del Parlamento británico. Los cuatro
años siguientes fueron de gran actividad para Newton, que animado por el éxito de
“Principios”, trató de compendiar todos sus primeros logros en una obra escrita. En
el verano de 1693 Newton mostró síntomas de una severa enfermedad emocional.
Aunque recuperó la salud, su periodo creativo había llegado a su fin.
Las conexiones de Newton con los dirigentes del nuevo régimen de Inglaterra le
llevaron a su nombramiento como inspector y más tarde director de la Casa de la
Moneda en Londres, donde vivió hasta 1696. En 1703 fue elegido presidente de la
Sociedad Real, un cargo que ocupó hasta el final de su vida. Como presidente,
ordenó la inmediata publicación de las observaciones astronómicas del primer
astrónomo real de Inglaterra John Flamsteed. Newton necesitaba estas
observaciones para perfeccionar su teoría lunar; este tema le proporcionó ciertos
conflictos con Flamsteed.
Newton también se implicó en una violenta discusión con Leibniz acerca de la
prioridad de la invención del cálculo. Utilizó su cargo de presidente en la Sociedad
Real para que se formara una comisión que investigara el tema y él, en secreto,
escribió el informe de la comisión que hacía a Leibniz responsable del plagio.
Newton incluso recopiló la relación de acusaciones que la sociedad había
publicado. Los efectos de la disputa se alargaron casi hasta su muerte.
Además de su interés por la ciencia, Newton también se sintió atraído por el
estudio de la alquimia, el misticismo y la teología. Muchas páginas de sus notas y
escritos (especialmente en los últimos años de su carrera) están dedicadas a
estos temas. Sin embargo, los historiadores han encontrado poca relación entre
estas inquietudes y sus trabajos científicos.

Norma - La Escuadra

Esta pequeña constelación se ubica al este de Centauro y del Lobo. En principio,


Nicolas-Louis de Lacaille la llamó Norma et Regula, la Escuedra y el Nivel,
aludiendo a las herramientas del carpintero. Pero el nivel se ha olvidado y ha
quedado como la Escuadra. A su costado se ubica Circinus, el Compás.
Ubicada al sur de la Vía Lactea, Norma presenta buenos campos para los
prismáticos, con diversos racimos abiertos. Para ser una constelación pequeña, ha
tenido suerte con la aparición de novas: se recuerda una en 1893 y otra en 1920.
NGC 6067 es un pequeño racimo abierto, en el que unos buenos prismáticos nos
permiten ver unas 100 estrellas en un campo sorprendente, NGC 6087 es otro de
los espectaculares racimos abiertos de Norma.

OCTANS - EL OCTANTE

Nicolas-Louis Lacaille ideó esta constelación del polo sur y la llamó Octans
Hadleianus, en homenaje al octante y su inventor. Antecesor del sextante, el
octante -inventado por John Hadley en 1730- era un instrumento utilizado para
medir la altitud de un cuerpo celeste, un dispositivo básico para que los
navegantes estableciesen sus rutas deviaje y los astrónomos orientasen sus
observaciones.
Sigma Octantis es la estrella del polo sur.Tiene magnitud 5,4 y es difícil de ubicar
a simple vista en una noche oscura, por lo que aunque caracteriza al polo, no es
una estrella señalizadora tan adecuada como Polaris.
Los polos celestes se desplazan a medida que el eje terrestre se mueve o
balancea como un trompo, durante unos 26 mil años. La vez que Sigma Octantis
estuvo más cerca del polo, a menos de medio grado, fue alrededor de 1870.
Estará a un grado alrededor del año 2000.
De aquí a unos 3 mil años, el polo se moverá por la Quilla y en 7 mil años pasará
cerca de Delta Carinae. En 2ª magnitud, es la estrella más brillante del polo sur de
todos los tiempos.

OPHIUCHUS - OFIUCO

Esta constelación cubre una vasta zona del cielo, con varios puntos interesantes,
incluyendo algunas de las nubes de estrellas más ricas de la Vía Láctea.
Ophiuchus aparece enroscado con Serpens, la Serpiente. Su nombre alude a la
palabra griega para "portador de serpiente" y suele identificarse con Asclepio, dios
de la medicina.
La leyenda dice que Asclepio supo del poder curativo de las plantas a través de
una serpiente. Su talento médico era tal que incluso resucitaba muertos, lo que
enfurecía a Hades, dios del mundo subterráneo, el que convenció a su hermano
Zeus para que lo matara con un rayo. Más tarde, Zeus lo situó en el cielo en
premio a sus habilidades médicas, junto a la Serpiente, su maestra.
El 9 de octubre de 1604, Ofiuco visitó la supernova más reciente de la galaxia. La
estrella de Kepler por semanas brilló más que Júpiter.
M 9, 10, 12, 14, 19 y 62, son todos racimos globulares que muestran diversos
ejemplos de concentraciones de estrellas. Todas ellas se ven con prismáticos,
pero con un telescopio de 150 o más se aprecian bastante mejor.
RS Ophiuchi es una nova recurrente que entró en erupción en 1898, 1933, 1958,
1967 y 1985. Su magnitud va de 11,8 hasta 4,5.
La Estrella de Barnard es una enana roja de magnitud 9,5 y su movimiento
aparente es el más grande conocido. A 6 años luz, es la más próxima después del
sistema Alpha Centauri.

ORION - ORIÓN

Con distintos nombre en las culturas antiguas, para los griegos Orión era un
gigante y un gran cazador. Cuentan que Artemis, diosa de la Luna y de la caza, se
enamoró de él y dejó de cumplir su tarea de iluminar el cielo nocturno. Apolo, su
hermano gemelo, viendo a Orión nadar en el mar, desafió a su hermana para
golpear lo que parecía un punto entre las olas. Artemis le disparó una flecha y le
mató. Cuando el mar devolvió el cuerpo de Orión, vió lo que había hecho y
desconsolada colocó su cuerpo en el cielo, junto con sus perros de caza. Su pena
explica por qué la Luna parece triste y fría.
Orión es espectacular, con Rigel, Betelgeuse y sus tres estrellas en línea brillando
en el cielo entre diciembre y abril.
Betelgeuse (Alpha Orionis) es impresionante, variable con magnitud 0,3 a 1,2 en
un período de casi 7 años.
Rigel (Beta Orionis) es una potente supergigante, a unos 1.400 años luz de
distancia y es 50 mil más luminosa que el Sol.
La Gran Nebulosa (M 42) es un nido de estrellas que se considera una de las más
bellas panorámicas que se puedan observar, visible a simple vista con cielo
oscuro. Los torbellinos de nebulosidad que presenta se extienden desde su núcleo
de 4 estrellas llamado Trapezium y dan fuerza a la nebulosa. Es también llamada
nebulosa de Orión.

Pavo - El Pavo Real

Esta es una constelación moderna, creada por Johann Bayer y catalogada en su


atlas de 1603. No está lejos del polo sur celeste, al sur de Sagitario y de la Corona
Austral.
Su nombre está asociado al pavo consagrado a Hera en la mitología griega. Hera
sospechaba que Zeus, su marido, estaba enamorado de la mortal Io y que la
había transformado en vaquilla para ocultarla. Hera pidió a Argus Panoptes -un
gigante de cien ojos- que vigilara a la vaquilla, pero Zeus pidió a Hermes que lo
matara. Enterada Hera de la muerte del gigante distribuyó sus ojos por la cola del
pavo en su honor.
Estrella de Pavo (Alpha Pavonis) es una estrella que está a 150 años luz. Se trata
de un sistema binario con elementos que giran uno en torno al otro en menos de 2
semanas, pero están demasiado unidos como para distinguirlos con un telescopio.
NGC 6752 es un racimo globular espectacular, que está a 17 mil años luz. Es el
tercero en tamaño después de Omega Centauri y 47 Tucanae.
NGC 6744 es una galaxia débil pero hermosa y es una de las espirales con barra
más grande de las observadas hasta ahora.

Pegasus - Pegaso

Esta constelación no tiene estrellas brillantes, pero es fácil de localizar pues sus
estrellas más luminosas, junto a Alpha Andromedae, forman la Gran Escuadra de
Pegaso.
En la mitología griega, cuando Perseo decapitó a la Medusa Gorgona, Pegaso
derramó su sangre. Llevado el caballo alado al monte Helicón, una coz suya hizo
manar el manantial de Hipocrene, fuente de inspiración de los poetas.
M 15 es uno de los mejores racimos globulares nórdicos y está a 34 mil años luz.
Observado con prismáticos parece una parcela nebulosa, pero aperados de un
telescopio veremos una obra maestra.
NGC 7331 es la galaxia espiral más luminosa de Pegaso, pero estamos sólo ante
una magnitud de 9.
El Quinteto de Esteban es un grupo de galaxias muy débil situado a medio grado
de la galaxia NGC 7331.

Perseus - Perseo
Es esta una hermosa constelación que atraviesa la Vía Láctea. Sus estrellas
forman un arco entre Casiopea y Capella, en el Cochero.
La proeza más conocida de Perseo, hijo de Zeus y la mortal Danae, fue ultimar a
la Medusa Gorgona, una de las tres hermanas, que era tan horrible que sólo con
su mirada convertía en piedra a quien la encarara. Usando el escudo de bronce de
Ateneo como espejo, logró acercarse lo suficiente para partirle la cabeza y hacer
brotar su sangre.
Entre las variables eclipsables, la centelleante Algol es la estrella más conocida.
En ciclos de 2 días, 20 horas y 48 minutos su magnitud cae de 2,1 a 3,4 en un
eclipse de 10 horas de duración.
M 34 es un brillante racimo abierto ubicado en medio de un rico campo de
estrellas. Con prismáticos o telescopio es un panorama atractivo.
El par de racimos abiertos NGC 869 y 884 son espectaculares observados con
prismáticos.
Perseids es la denominación de una de las más interesantes lluvias de meteoros
procedentes del cometa periódico Swift-Tuttle que alcanza su clímax el 11 y 12 de
agosto de cada año.

Phoenix - El Fénix

Símbolo por excelencia del renacimiento, en la mitología griega el Fénix era un


ave de extraordinaria belleza que vivió por 500 años. La leyenda dice que había
hecho su nido con ramas y hojas aromáticas y lo había ubicado de manera tal de
recibir los rayos solares del mediodía, hasta que fue destruido por el fuego. Sin
embargo, un pequeño gusano salió entre las cenizas e iluminado por el Sol se
transformó en un nuevo Fénix.
En el antiguo Egipto y en monedas romanas se contemplan representaciones
pictóricas de este pájaro milagroso. La idea de este pájaro tiene antecedentes en
la antigua China, donde se conocía a un pájaro de fuego llamado Ho-neaou.
SX Phoenicis es el paradigma de una enana Cepheid variable, cuya magnitud va
entre 7,1 y 7,5 y repite en 79 minutos y 10 segundos. Aunque los períodos
Cepheid son muy exactos, acá la escala varía con un brillo máximo de 6,7. Este
cambio se produce pues la estrella tiene dos constelaciones diferentes que
evolucionan simultáneamente. La variación de luminosidad es difícil de controlar y
necesita de una cuidadosa comparación con las estrellas fronterizas.

Pictor - El Caballete del Pintor

Esta constelación austral fue llamada primero Equuleus Pictoris, el Caballete del
Pintor, por Nicolas-Louis Lacaille, y luego su nombre se redujo a Pintor. Está al sur
de la Paloma, al lado de la luminosa Canopus, la que opaca su pálido grupo de
estrellas.
En 1925 apareció una nova inhabitual, presentándose como una resplandeciente
estrella de 2ª magnitud, creciendo su brillo hasta casi llegar a la magnitud 1 y de
ahí empezó a decaer, sin abandonar su luminosidad de magnitud 2 hasta 2 meses
más tarde.
Beta Pictoris es una estrella de 4ª magnitud ubicada en un disco de polvo y
cristales de hielo, lo que quizás sea un sistema planetario en formación. La
nebulosa que la envuelve puede verse con telescopios grandes y técnicas
especiales.
La Estrella de Kapteyn fue descubierta por el astrónomo holandés Jacobus
Kapteyn en 1897. Está apenas a 12,7 años luz y se desplaza rápidamente entre
las lejanas estrellas del fondo, dibujando 8,7 segundos de arco por año, que es la
anchura de la Luna cada dos siglos. De magnitud 8,8 es visible con prismáticos.

Pisces - Piscis o El Pez

Por siglos esta poco luminosa constelación ha sido asociada a uno o dos peces.
Entre los mitos griegos y romanos, se cuenta que Afrodita y su hijo Heros eran
perseguidos por el monstruo Tifón y, ante la inminencia de su captura, se
transformaron en peces para huir nadando con sus colas atadas para no
separarse.
El anillo de estrellas en el pez occidental se llama el Círculo y está bajo Pegaso.
Debajo de Andrómeda se ubica el pez oriental.
En agosto del año 7 a.C. en Piscis hubo una triple conjunción, en la que Júpiter y
Saturno se mostraron cerca uno del otro tres veces en un solo año, lo que produjo
un panorama inverosímil en el cielo. Este fenómeno es una de las más seguras
explicaciones para la famosa Estrella de Belén.
Zeta Piscium es una hermosa estrella doble con magnitud 5,6 y 6,5, con sus
elementos separados por 24 segundos de arco.
M 74 es una galaxia espiral vecina a Eta Piscium. A pesar de ser la más luminosa
de Piscis, es débil en términos absolutos, por lo que requiere un cielo oscuro y un
telescopio de por lo menos 200 mm para visualizarla.
La Estrella de Van Maanen es un raro ejemplo de estrella blanca enana de
magnitud 12,2. Se puede observar con un telescopio de 200 mm.
Piscis Austrinus - El Pez austral
Es una constelación fácil de ubicar debido a su única estrella brillante, Fomalhaut,
denominada La Solitaria, conocido punto de referencia. Los antiguos persas, la
veían como estrella real con el privilegio de ser una de las vigilantes del cielo.
Algunos de los antiguos atlas muestran al Pez Austral bebiendo el agua que se
derrama de la jarra de Acuario. Está ubicada al sur de Acuario y Capricornio.
Relativamente cerca, a 22 años luz, Fomalhaut, de magnitud 1,2, es el doble de
grande que el Sol y su luminosidad es 14 veces mayor.
A unos dos grados de arco hacia el sur hay una estrella enana de magnitud 6,5
que aparenta compartir el desplazamiento de Fomalhaut. Están tan separadas que
no se las puede asociar a un sistema binario y, tal vez, son supervivientes de
algún racimo desaparecido.
Pitágoras (c. 582-c. 500 a.C.), filósofo y matemático griego, cuyas doctrinas
influyeron mucho en Platón.
Nacido en la isla de Samos, Pitágoras fue instruido en las enseñanzas de los
primeros filósofos jonios Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. Se dice que
fue el primero en llamarse a sí mismo “Filósofo” o amante de la sabiduría.
Pitágoras habría sido condenado a exiliarse de Samos por su aversión a la tiranía
de Polícrates. Hacia el 530 a.C. se instaló en Crotona, una colonia griega al sur de
Italia, donde fundó un movimiento con propósitos religiosos, políticos y filosóficos,
conocido como pitagorismo.
La filosofía de Pitágoras se conoce sólo a través de la obra de sus discípulos. De
sus prédicas no se conserva nada escrito por lo que no se puede decir cuales son
ideas realmente suyas.

LOS PLANETAS DEL SISTEMA SOLAR

Con las radiaciones que el joven Sol comienza a emitir, se inicia un flujo contrario
al de las partículas atraídas por gravedad hacia él. Con gran velocidad, energía y
hacia todas direcciones, la radiación y las partículas que forman viento solar,
comienzan a "despejar" la nube de polvo con la excepción del disco de acreción.
Es a partir de esos momentos que la estrella queda directamente visible para los
astrónomos (Fig: Jóvenes estrellas con cúmulos de gas).
El disco de acreción es irregular: está fragmentado en zonas más masivas y/o
densas, con más atracción gravitatoria, que serán los planetas.
Los fragmentos individualizados del disco de acreción son así soplados con una
violencia proporcional a su distancia del Sol.
La distancia al Sol, primera diferenciación
Según aquel modelo aceptado para nuestro Sistema Solar, la composición
química de cada uno de los planetas es consecuencia directa de esa distancia:
mientras más cerca del Sol, mayor es la proporción de elementos y compuestos
más resistentes al flujo de partículas, gracias a su densidad y masa: éstos son
hierro, níquel, magnesio y silicatos (rocas a base de silicio), entre otros.
En cambio, los livianos y volátiles hidrógeno, helio, carbono, metano, amoníaco,
benceno, además de otros gases inertes son, siempre según el modelo,
inexorablemente "barridos" hacia fuera, hasta zonas frías más estables. Casi
siempre ausentes en los pequeños planetas internos, son al contrario los
componentes principales de los planetas gaseosos y gigantes situados más allá
del cinturón de asteroides. Dichos gigantes presentan una estructura interna
relativamente idéntica: un núcleo metálico rodeado de rocas y, por encima,
hidrógeno, helio y metano, amoníaco, hidrosulfuros y cristales de agua. Los
planetas gaseosos son "pesos pesados" cuya gran masa pudo retener esas
enormes atmósferas.

Todos diferentes, todos parientes

Pese a sus diferencias, todos los planetas del Sistema Solar son parientes
cercanos.
Es, además de la distancia respecto del Sol, la larga historia individual de cada
uno de ellos que produjo la significativa heterogeneidad entre, por ejemplo, los
planetas llamados "telúricos" o interiores: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Si
bien todos ellos están constituidos de metal y silicatos, sus diferentes tamaños,
atracciones gravitatorias y distancias al Sol determinan fuertes diferencias en
cuanto a atmósferas y morfología superficial. Aún no se sabe si las atmósferas
provienen del interior de los planetas, por "desgasificación", o por aporte de
cometas.
En cuanto a morfologías, Mercurio por ejemplo, muy pequeño (5 % de la masa de
la Tierra) para retener atmósfera, muestra antiquísimos e intactos impactos de
meteoritos, que la inexistente erosión nunca borrará. Gracias a esos impactos, se
puede trazar la historia de los bombardeos meteóricos: la edad, la frecuencia y los
tamaños. Así, la investigación de los cráteres de la Luna entregó valiosas claves
sobre las características del aporte de masa que significa dicho bombardeo, es
decir la acreción, que aún dura. Hoy no cabe duda que caerán más meteoritos y
cometas sobre la Tierra: incluso se han calculado las probabilidades, las que
disminuyen a medida que aumenta el tamaño del cuerpo que nos impactará. Un
evento de consecuencias locales o globales ocurrirá sin duda, aunque no se sabe
si en unos pocos o en millones de años más.
Viento solar: Está compuesto por partículas (protones en su mayoría) expulsados
a gran velocidad de las estrellas a causa de la gran temperatura de su corona.
Posee una densidad de cerca de 10 iones por metro cúbico. Este viento sopló la
nube de polvo original, dejando visible el disco de acreción. Sin el campo
magnético de la Tierra que nos protege, el viento solar ionizaría las moléculas de
nuestros tejidos, dañándolos.

Desgasificación: llegada a la superficie de los gases atrapados junto a otros


elementos por una disminución de la presión.

Platón (c. 428-c. 347 a.C.)

Filósofo griego, uno de los pensadores más creativos e influyentes de la filosofía


occidental.
Platón nació en el seno de una familia aristocrática en Atenas. Su padre, Aristón,
era al parecer, descendiente de los primeros reyes de Atenas. Perictione, su
madre, estaba emparentada con el legislador del siglo VI a.C. Solón. Su padre
murió cuando aún era un niño y su madre se volvió a casar con Pirilampes,
colaborador del estadista Pericles.
De joven, Platón tuvo ambiciones políticas pero se desilusionó con los
gobernantes de Atenas. Más tarde se proclamó discípulo de Sócrates, aceptó su
filosofía y su forma dialéctica de debate: la obtención de la verdad mediante
preguntas, respuestas y más preguntas. Aunque se trata de un episodio muy
discutido, que algunos estudiosos consideran un metáfora literaria sobre el poder,
Platón fue testigo de la muerte de Sócrates durante el régimen democrático
ateniense en el año 399 a.C. Temiendo tal vez por su vida, abandonó Atenas
algún tiempo y viajó a Italia, Sicilia y Egipto.
En el año 387 Platón fundó en Atenas la Academia, institución a menudo
considerada como la primera universidad europea. Ofrecía un amplio plan de
estudios, que incluía materias como astronomía, biología, matemáticas, teoría
política y filosofía. Aristóteles fue su alumno más destacado.
Ante la posibilidad de conjugar la filosofía y la práctica política, Platón viajó a
Sicilia en el año 367 a.C. para ser tutor del nuevo gobernante de Siracusa Dionisio
el Joven. El experimento fracasó. Platón regresó a Siracusa en el año 361 a.C.,
pero una vez más su participación en los acontecimientos sicilianos tuvo poco
éxito. Pasó los últimos años de su vida dando conferencias en la Academia y
escribiendo. Murió próximo a los 80 años en Atenas en el año 348 o 347 a.C.
Obra
Los escritos de Platón adoptaban la forma de diálogos, donde se exponían ideas
filosóficas, se discutían y se criticaban en el contexto de una conversación o un
debate en el que participaban dos o más personas. El primer grupo de escritos de
Platón incluye 35 diálogos y 13 cartas. Se ha cuestionado la autenticidad de
algunos diálogos y de la mayoría de las cartas.

Primeros diálogos

Los diálogos se pueden dividir en tres etapas de composición. La primera


representa el intento que hizo Platón de comunicar la filosofía y el estilo dialéctico
de Sócrates. Algunos de esos diálogos tienen el mismo argumento. Sócrates se
encuentra con alguien que dice saber mucho, manifiesta ser ignorante y pide
ayuda al que afirma saber. Sin embargo, conforme Sócrates empieza a hacer
preguntas, se hace patente que quien se dice sabio realmente no sabe lo que
afirma saber y que Sócrates aparece como el más sabio de los dos personajes
porque, por lo menos, él sabe que no sabe nada. Ese conocimiento, por supuesto,
es el principio de la sabiduría. Dentro de este grupo de diálogos se encuentran
Cármides (un intento por definir la templanza), Lisis (una discusión sobre la
amistad), Laques (una búsqueda del significado del valor), Protágoras (una
defensa de la tesis de que la virtud es conocimiento y que es posible aprenderla),
Eutifrón (una consideración sobre la naturaleza de la piedad), y el libro I de La
República (una discusión sobre la justicia).

Diálogos intermedios y últimos

Los diálogos de los periodos intermedio y último de la vida de Platón reflejan su


propia evolución filosófica. Las ideas de esas obras se atribuyen al propio Platón,
aunque Sócrates sigue siendo el personaje principal en muchos diálogos. Los
escritos del periodo intermedio abarcan los de Gorgias (una reflexión sobre
distintas cuestiones éticas), Menón (una discusión sobre la naturaleza del
conocimiento), Apología (la defensa que hizo Sócrates de sí mismo durante el
juicio en el que fue acusado de ateísmo y corrupción de la juventud ateniense),
Crátilo (la defensa de Sócrates de la obediencia a las leyes del Estado), Fedro
(escena de la muerte de Sócrates, en la que discute sobre la teoría de las ideas, la
naturaleza del alma y la cuestión de la inmortalidad), El Banquete (destacada
realización dramática de Platón que contiene varios discursos sobre la belleza y el
amor) y La República (máxima obra filosófica de Platón, que es una detallada
discusión sobre la naturaleza de la justicia).
Entre los trabajos del último periodo se encuentran Teeteto (una negación de que
el conocimiento tiene que ser identificado con el sentido de percepción),
Parménides (una evaluación crítica de la teoría de las ideas), Sofista (una reflexión
posterior sobre las ideas o las formas), Filebo (discusión sobre la relación entre el
placer y el bien), Timeo (ideas de Platón sobre las ciencias naturales y la
cosmología), y Leyes (un análisis más práctico de las cuestiones políticas y
sociales).

Teoría de las ideas

En el centro de la filosofía de Platón está su teoría de las formas o de las ideas.


En el fondo, su idea del conocimiento, su teoría ética, su psicología, su concepto
del Estado y su perspectiva del arte deben ser entendidos desde esta perspectiva.

Teoría del conocimiento

La teoría de las ideas de Platón y su teoría del conocimiento están tan


interrelacionadas que deben tratarse juntas. Influido por Sócrates, Platón estaba
persuadido de que el conocimiento se puede alcanzar. También estaba
convencido de dos características esenciales del conocimiento. Primera, el
conocimiento debe ser certero e infalible. Segunda, el conocimiento debe tener
como objeto lo que es en verdad real en contraste con lo que lo es sólo en
apariencia. Ya que para Platón lo que es real tiene que ser fijo, permanente e
inmutable, identificó lo real con la esfera ideal de la existencia en oposición al
mundo físico del devenir. Una consecuencia de este planteamiento fue el rechazo
de Platón del empirismo, la afirmación de que todo conocimiento se deriva de la
experiencia. Pensaba que las proposiciones derivadas de la experiencia tienen, a
lo sumo, un grado de probabilidad. No son ciertas. Más aun, los objetos de la
experiencia son fenómenos cambiantes del mundo físico, por lo tanto los objetos
de la experiencia no son objetos propios del conocimiento.
La teoría del conocimiento de Platón se expone en La República, en concreto en
su discusión sobre la imagen de la línea divisible y el mito de la caverna. En la
primera, Platón distingue entre dos niveles de saber: opinión y conocimiento. Las
declaraciones o afirmaciones sobre el mundo físico o visible, incluyendo las
observaciones y proposiciones de la ciencia, son sólo opinión. Algunas de estas
opiniones están bien fundamentadas y otras no, pero ninguna de ellas cuenta
como conocimiento verdadero. El punto más alto del saber es el conocimiento,
porque concierne a la razón en vez de a la experiencia. La razón, utilizada de la
forma debida, conduce a ideas que son ciertas y los objetos de esas ideas
racionales son los universales verdaderos, las formas eternas o sustancias que
constituyen el mundo real.
El mito de la caverna describe a personas encadenadas en la parte más profunda
de una caverna. Atados de cara a la pared, su visión está limitada y por lo tanto no
pueden distinguir a nadie. Lo único que se ve es la pared de la caverna sobre la
que se reflejan modelos o estatuas de animales y objetos que pasan delante de
una gran hoguera resplandeciente. Uno de los individuos huye y sale a la luz del
día. Con la ayuda del sol, esta persona ve por primera vez el mundo real y regresa
a la caverna diciendo que las únicas cosas que han visto hasta ese momento son
sombras y apariencias y que el mundo real les espera en el exterior si quieren
liberarse de sus ataduras. El mundo de sombras de la caverna simboliza para
Platón el mundo físico de las apariencias. La escapada al mundo soleado fuera de
la caverna simboliza la transición hacia el mundo real, el universo de la existencia
plena y perfecta, que es el objeto propio del conocimiento.

Naturaleza de las ideas

La teoría de las ideas se puede entender mejor en términos de entidades


matemáticas. Un círculo, por ejemplo, se define como una figura plana compuesta
por una serie de puntos, todos equidistantes de un mismo lugar. Sin embargo,
nadie ha visto en realidad esa figura.
Lo que la gente ha visto son figuras trazadas que resultan aproximaciones más o
menos acertadas del círculo ideal. De hecho, cuando los matemáticos definen un
círculo, los puntos mencionados no son espaciales, sino lógicos. No ocupan
espacio. No obstante, aunque la forma de un círculo no se ha visto nunca -y no se
podrá ver jamás- los matemáticos y otros sí saben lo que es. Para Platón, por lo
tanto, la forma de círculo existe, pero no en el mundo físico del espacio y del
tiempo. Existe como un objeto inmutable en el ámbito de las ideas, que sólo puede
ser conocido mediante la razón. Las ideas tienen mayor entidad que los objetos en
el mundo físico tanto por su perfección y estabilidad como por el hecho de ser
modelos, semejanzas que dan a los objetos físicos comunes lo que tienen de
realidad. Las formas circular, cuadrada y triangular son excelentes ejemplos de lo
que Platón entiende por idea. Un objeto que existe en el mundo físico puede ser
llamado círculo, cuadrado o triángulo porque se parece (“participa de” en palabras
de Platón) a la idea de círculo, cuadrado o triángulo.
Platón hizo extensiva su teoría más allá del campo de las matemáticas. En
realidad, estaba más interesado en su aplicación en la esfera de la ética social. La
teoría era su forma de explicar cómo el mismo término universal puede referirse a
muchas cosas o acontecimientos particulares. La palabra justicia, por ejemplo,
puede aplicarse a centenares de acciones concretas porque esos actos tienen
algo en común, se parecen a, participan de, la idea de justicia. Una persona es
humana porque se parece a, o participa de, la idea de humanidad. Si humanidad
se define en términos de ser un animal racional, entonces una persona es humana
porque es racional. Un acto particular puede considerarse valeroso o cobarde
porque participa de esa idea. Un objeto es bonito porque participa de la idea, o
forma, de belleza. Por lo tanto, cada cosa en el mundo del espacio y el tiempo es
lo que es en virtud de su parecido con su idea universal. La habilidad para definir
el término universal es la prueba de que se ha conseguido dominar la idea a la
que ese universal hace referencia.
Platón concibió las ideas de manera jerárquica: la idea suprema es la de Dios,
que, como el sol en el mito de la caverna, ilumina todas las demás ideas. La idea
de Dios representa el paso de Platón en la dirección de un principio último de
explicación. En el fondo, la teoría de las ideas está destinada a explicar el camino
por el que uno alcanza el conocimiento y también cómo las cosas han llegado a
ser lo que son. En lenguaje filosófico, la teoría de las ideas de Platón es tanto una
tesis epistemológica (teoría del conocimiento) como una tesis ontológica (teoría
del ser).

Teoría política
La República, la mayor obra política de Platón, trata de la cuestión de la justicia y
por lo tanto de las preguntas ¿qué es un Estado justo? y ¿quién es un individuo
justo?.
El Estado ideal, según Platón, se compone de tres clases. La estructura
económica del Estado reposa en la clase de los comerciantes. La seguridad, en
los militares y el liderazgo político es asumido por los filósofos-reyes. La clase de
una persona viene determinada por un proceso educativo que empieza en el
nacimiento y continúa hasta que esa persona ha alcanzado el máximo grado de
educación compatible con sus intereses y habilidades. Los que completan todo el
proceso educacional se convierten en filósofos-reyes. Son aquellos cuyas mentes
se han desarrollado tanto que son capaces de entender las ideas y, por lo tanto,
toman las decisiones más sabias. En realidad, el sistema educacional ideal de
Platón está, ante todo, estructurado para producir filósofos-reyes.
Platón asocia las virtudes tradicionales griegas con la estructura de clase del
Estado ideal. La templanza es la única virtud de la clase artesana, el valor es la
virtud de la clase militar y la sabiduría caracteriza a los gobernantes. La justicia, la
cuarta virtud, caracteriza a la sociedad en su conjunto. El Estado justo es aquel en
el que cada clase debe llevar a cabo su propia función sin entrar en las actividades
de las demás clases.
Platón aplica al análisis del alma humana un esquema semejante: la racional, la
voluntad y los apetitos. Una persona justa es aquella cuyo elemento racional,
ayudado por la voluntad, controla los apetitos. Existe una evidente analogía con la
estructura del Estado anterior, en la que los filósofos-reyes sabios, ayudados por
los soldados, gobiernan el resto de la sociedad.

Ética

La teoría ética de Platón descansa en la suposición de que la virtud es


conocimiento y que éste puede ser aprendido. Dicha doctrina debe entenderse en
el conjunto de su teoría de las ideas. Como ya se ha dicho, la idea última para
Platón es la idea de Dios, y el conocimiento de esa idea es la guía en el trance de
adoptar una decisión moral. Platón mantenía que conocer a Dios es hacer el bien.
La consecuencia de esto es que aquel que se comporta de forma inmoral lo hace
desde la ignorancia. Esta conclusión se deriva de la certidumbre de Platón de que
una persona virtuosa es realmente feliz y como los individuos siempre desean su
propia felicidad, siempre ansían hacer aquello que es moral.

Arte

Platón tenía una idea antagónica del arte y del artista aunque aprobara algunos
tipos de arte religioso y moralista. Su enfoque tiene que ver una vez más con su
teoría de las ideas. Una flor bonita, por ejemplo, es una copia o imitación de las
ideas universales de flor y belleza. La flor física es una reproducción de la
realidad, es decir, de las ideas. Un cuadro de la flor es, por lo tanto, una
reproducción secundaria de la realidad. Esto también significa que el artista es una
reproducción de segundo orden del conocimiento y, en realidad, la crítica
frecuente de Platón hacia los artistas era que carecían de un conocimiento
verdadero de lo que estaban haciendo. La creación artística, observó Platón,
parecía tener sus raíces en una inspirada locura.

Influencia

La influencia de Platón a través de la historia de la filosofía ha sido inmensa. Su


Academia existió hasta el año 529 a.C., en que fue cerrada por orden del
emperador bizantino Justiniano I, que se oponía a la difusión de sus enseñanzas
paganas. El impacto de Platón en el pensamiento judío es obvio en la obra del
filósofo alejandrino del siglo I Filón de Alejandría. El neoplatonismo, fundado en el
siglo III por el filósofo Plotino, fue un importante desarrollo posterior de las ideas
de Platón. Los teólogos Clemente de Alejandría, Orígenes y san Agustín fueron
los primeros exponentes cristianos de una perspectiva platónica. Las ideas
platónicas tuvieron un papel crucial en el desarrollo del cristianismo y también en
el pensamiento islámico medieval.
Durante el renacimiento, el primer centro de influencia platónica fue la academia
florentina, fundada en el siglo XV cerca de Florencia. Bajo la dirección de Marsilio
Ficino, los miembros de la academia estudiaron a Platón en griego antiguo. En
Inglaterra, el platonismo fue recuperado en el siglo XVII por Ralph Cudworth y
otros que se dieron a conocer como la escuela de Cambridge. La influencia de
Platón ha llegado al siglo XX de la mano de pensadores como Alfred North
Whitehead, que una vez le rindió tributo al describir la filosofía como una simple
“serie de anotaciones de Platón”.

PLUTÓN Y CARONTE

El último planeta del sistema solar, situado a 40 UA del Sol, es en realidad un


planeta doble: alrededor de Plutón, muy cerca (apenas 19.000 km.), órbita
Caronte, cuyo diámetro de 1270 km. es un poco más de la mitad del de Plutón
(2320 km.). Están totalmente sincronizados por el fenómeno de "traba
gravitacional" por lo que se muestran siempre la misma cara, así como la Luna
presenta la misma cara a la Tierra. Sin embargo, la "traba gravitacional" de
aquellos va más allá: mientras que nuestro planeta, 80 veces más masivo que la
Luna, está provisto de una gran inercia que lo mantiene en rotación, Plutón,
apenas 10 veces más masivo que Caronte, está totalmente "bloqueado" mirando a
su compañero. El lejano sistema doble posee un movimiento como el de una pesa
girando alrededor de un eje situado en el centro del mango.
La influencia de las mareas gravitacionales de su compañero podría causar
irregularidades en la superficie del pequeño Plutón, las que se sumarían a cráteres
producto de impactos con otros cuerpos.

El último planeta

No fue fácil encontrar a Plutón: un planeta tan lejano tiene una luminosidad tan
escasa y una traslación tan lenta que se "pierde" entre miles de estrellas
igualmente débiles e inmóviles. Fue descubierto recién el 13 marzo 1930 por el
norteamericano Clyde Tombaugh, quien había intuido su existencia por
perturbaciones en la órbita de Neptuno. Comparó durante un mes placas
fotográficas obtenidas con un telescopio que apuntó al mismo lugar -la
constelación de Géminis- de manera de ver un "destello" producido por el nuevo
planeta.
Los rasgos más notorios del sistema Plutón-Caronte, además de su lejanía que le
confiere a su traslación la eternidad de 247 años, son sin duda la excentricidad y
la gran inclinación de su plano orbital respecto de la eclíptica de su órbita: ambas
son las mayores del Sistema Solar .
Cuando Tombaugh calculó su órbita y su distancia, se dio cuenta que durante un
período de 20 años, Plutón y Caronte estaban más cerca del Sol que Neptuno:
durante su perihelio, se hallan a 4.425.000.000 km. y en su afelio, a 7.590.000.000
km. A partir de 1999, volvieron a ser los más lejanos.
A tal distancia del Sol, la energía que llega a la superficie de Plutón y Caronte es
6000 veces menor a la que nos llega en la Tierra: el astro del día se vería apenas
más brillante que las demás estrellas. Las fotos del HST (Hubble Space
Telescope) y la exploración radioastronómica indican que estaría compuesto de un
núcleo de rocas rodeado de un manto de hielo que le otorgan una densidad de 2
g/cm3. La bajísima temperatura (-230° C o 43° K) permite que se congele el
metano, cuyo color aparece rojizo.
Es posible que Plutón y Caronte no sean más que unos satélites de Neptuno
arrancados de su órbita por un fenómeno desconocido. Muchos astrónomos creen
que no son sino los planetoides más grandes del cinturón de Kuiper, del cual
provienen algunos cometas.
La naturaleza exacta de Plutón, seguirá siendo un misterio: las sondas Voyager no
pudieron llegar hasta él.
Excentricidad es un cálculo que ilustra, para facilitar la comparación entre diversos
cuerpos, la magnitud de la elipsidad de una órbita. Se obtiene restando el perihelio
al afelio y dividiendo el resultado por el afelio. Por ejemplo, Mercurio, el más
excéntrico de los planetas interiores: 70.000.000 - 55.000.000 = 15.000.000 /
70.000.000 = 0,2

Eclíptica: es el plano en el cual se mueven todos los demás planetas del Sistema
Solar. La órbita de los satélites de los planetas de la Tierra, Marte, Júpiter y
Saturno coinciden con este plano.

PRIMERAS BÚSQUEDAS DE COMUNICACIONES EXTRATERRESTRES

Hacia fines del siglo pasado, una serie de descubrimientos científicos


revolucionaron el mundo de la física y, en el caso que nos interesa en éste
capítulo, de las comunicaciones. Tales avances servirían de base no sólo para el
intercambio de información a distancia, es decir sin cable, en la Tierra, sino que
también para la búsqueda de posibles mensajes provenientes de civilizaciones de
mundos. Se trataba del nacimiento -mucho antes de la era espacial- de la SETI
(Search for Extra-Terrestrial Intelligence o búsqueda de inteligencia extraterrestre)
Los pioneros
En 1884, el físico alemán Heinrich Hertz demostró la existencia de las ondas de
radio, de naturaleza electromagnética. Pero su temprana muerte, en 1894, le
impidió ver la aplicación práctica de su hallazgo, siquiera a nivel de
comunicaciones en la Tierra. Sin embargo, dos de sus contemporáneos, el italiano
Guglielmo Marconi y el norteamericano (nacido en Serbia) Nikola Tesla se dieron
cuenta no sólo del potencial de la tecnología radial para las comunicaciones en la
Tierra; también creyeron captar señales de otros mundos. Tesla fue el primero en
publicar esta última idea, en 1901, tras unos experimentos impactantes para la
época: en 1899, se hallaba en su laboratorio de Colorado Springs cuando captó
una perturbaciones eléctricas que lo “terrorizaron, pues había en ellas algo
misterioso, por no decir sobrenatural”. Dichas perturbaciones no eran las
conocidas, provenientes del Sol, de las auroras boreales o de la Tierra. Eran
distintas, más regulares y Tesla supuso que había sido “el primer hombre en oír
señales controladas por una inteligencia de otro planeta”.
Escépticos, los astrónomos de la época no indagaron más allá y Tesla, demasiado
ocupado en sus demás investigaciones, tampoco. Sin embargo, el 20 enero 1919,
Marconi, quien ya era famoso por sus transmisiones inalámbricas más allá del
horizonte, causó una gran sensación periodística en los Estados Unidos. En una
interesante entrevista, el afamado italiano contó como las ondas de emitidas
desde la Tierra podían “viajar eternamente en el éter (se pensaba que el espacio
no era vacío sino lleno de éter) y llegar hasta otros planetas". Era entonces posible
captarlas, aunque fueran muy débiles. A modo de ejemplo, las ondas que él
mismo había estado enviando hace diez años ya se podrían, según él, captar
desde estrellas cercanas. Del mismo modo, Marconi pensaba seriamente que
podríamos recibir información de planetas más antiguos y por tanto poblados por
seres más avanzados que nosotros. En forma más reservada, creía que algunas
fuertes señales captadas por él mismo "provenían de las estrellas", pero no sabía
exactamente desde dónde, por lo que "habría que investigarlas mucho más
exhaustivamente antes de dar cualquier respuesta definitiva".
De inmediato comenzó una especie de fiebre periodística, científica, tecnológica e
incluso mística por la búsqueda de mensajes extraterrestres en la que se involucró
el mismísimo Albert Einstein, el padre de la teoría de la relatividad: creía en la
posibilidad de vida en Marte, si las condiciones fueran favorables. Los hipotéticos
marcianos usarían, según él, fuertes señales de luz, según él más fácilmente
controlables que las ondas de radio, para comunicarse con nosotros. La Academia
Francesa de Ciencias ofreció un premio de 100.000 francos de la época a aquellas
personas que “crearan el mejor medio para hacerle señas a un astro lejano y
recibir una respuesta”... Desde 1909, el astrónomo norteamericano David Todd,
pensando en señales provenientes de otros mundos, había ideado receptores muy
sensibles de ondas hertzianas a bordo de globos, para evitar las perturbaciones
atmosféricas, anticipándose, sin saber, a los grandes problemas que los modernos
buscadores de SETI tienen con las interferencias de radio frecuencias producidas
por nosotros, los millones de usuarios de teléfonos celulares, walkie-talkies,
televisores, etc. Tras el fracaso de sus globos, Todd pudo sin embargo lograr el
insólito apoyo del gobierno, la armada y el ejército de su país, así como de varias
embajadas, para que mantuvieran silencio radial los 22 y 23 agosto 1924, cuando
Marte se encontraría en su posición más cercana a la Tierra. Desde el vecino
planeta rojo, sin embargo, nada. También hubo pintorescos intentos, por parte de
astrónomos suizos, de enviar poderosos destellos de luz hacia Marte desde la
cumbre del Jungfrau, en los Alpes.
Por su parte, el director del Smithonian Astrophysical Observatory, G.C.Abbot,
pensaba que “Venus podía ser una fuente mucho más probable de señales, pues
Marte había de ser muy helado. No se sabía aún de las infernales condiciones,
totalmente incompatibles con la vida conocida, que reinan en la superficie de
nuestro planeta gemelo.
Charles Steinmetz, un famoso inventor, declaraba con lucidez e idealismo que “si
se hiciera el mismo esfuerzo en enviar señales a Marte que aquel que se hizo para
la guerra (la primera mundial), se tendría probablemente éxito. La revista
norteamericana Scientific American, sin quitarle validez a las conjeturas de
Marconi, opinaba que el uso de alfabeto Morse por parte de hipotéticos marcianos
era poco probable, que la distancia de aquí a Marte era demasiado grande y que
ni la Torre Eiffel (la antena más grande de la época) ni las antenas de la US Navy
(la armada) habían captado alguna señal hasta entonces. A parte de las dudas,
las turbulencias políticas de la época oscurecían un poco más el panorama: la
revista sospechaba a los bolcheviques rusos de la recién nacida URSS y/o al
agresivo imperialismo japonés, pues ambos habían convertido a la radio en un
medio privilegiado para su propaganda, tanto en sus países como hacia el
exterior.
Otro de los problemas, como lo sintió el visionario y pionero radio-escucha Percy
Maxim, era la retrasada y por tanto inadecuada tecnología de la época. Maxim
vertió sus preocupaciones en el libro “El lugar de la vida en el cosmos”, en el cual
se aborda extensamente el tema de las comunicaciones interestelares.
La confirmación de que las ondas de radio eran el camino para las
comunicaciones interestelares vino en 1933, con el descubrimiento, a manos de
Karl Jansky, de la radiación cósmica proveniente del centro de la Vía Láctea,
nuestra galaxia. Se inauguraba con ello, y con especulaciones más realistas, una
era de la búsqueda sistemática y científicamente fundamentada de
comunicaciones interestelares.
Lo rescatable de aquellos primeros inventores fue sin duda la originalidad de sus
ideas y no tenerle miedo a las controversias que provocaban sus audaces y
precipitados anuncios a los periodistas, al público y al resto de la comunidad
científica. Su imaginación desbordante, vista hoy como una curiosidad histórica,
los encaminó hacia los grandes avances actuales: desde la percepción de
misteriosas señales hasta la posibilidad de determinar la longitud de onda ideal
para posibles comunicaciones interestelares, los efectos y limitantes de la
atmósfera terrestre y la potencia necesaria para enviar y recibir señales. Ellos
demostraron que si bien las limitantes técnicas son importantes, no deben limitar
el pensamiento.

LOS EXOPLANETAS HOY

Desde el hallazgo del primer planeta extrasolar alrededor de la estrella 51 Pegasi


B -un hecho considerado entre los más espectaculares del siglo- en 1995, más de
veinticinco otros han sido descubiertos. Y la lista, tanto de planetas como de
astrónomos buscando, se alarga cada vez más. ¿Porqué tanto entusiasmo?
Mucho antes del comienzo de la exoplanetología, una idea estuvo siempre
presente, tanto en la comunidad científica como en el público: si acaso estábamos
solos en universo. De ella se originó la búsqueda de señales de radio que podrían
provenir de seres con inteligencia e intenciones comunicativas, la SETI (Search for
Extra-Terrestrial Life) y también las numerosas y, a veces, delirantes
especulaciones sobre las posibles formas de vida alienígenas. De ésta última
vertiente se origina la exobiología, o estudio de la bioquímica que probablemente
existiría en otros planetas si las condiciones fueran favorables.
Junto a estas inquietudes, los planetólogos se preguntaban además si el modelo
de creación y evolución del Sistema Solar era una excepción o un hecho presente
en otras estrellas.

El nacimiento de una ciencia

Los planetas extrasolares descubiertos desde 1995, todos ellos gigantes con
masas comprendidas entre 0,45 y 3,7 veces la de Júpiter, han desconcertado en
gran medida a los planetólogos. Aunque era probable que se dieran, las
diferencias respecto de nuestro Sistema Solar son demasiado grandes. Hay
planetas, como 51 Pegasi B, Tau Boötis, Upsilon Andromedae, Rho Cancri y Rho
Coronae Borealis (los llamados exoplanetas Pegasianos) que orbitan literalmente
en la corona de sus estrellas, dando una vuelta completa (su traslación o el año
local) en períodos entre 3,3 y 39,6 días. En comparación, Mercurio, el más
cercano al Sol, lo hace en 88 días. Nada que ver con Júpiter o Saturno, los cuales
se hallan a 5,2 y 9,5 UA del Sol, completando sus traslaciones en 11 y 29 años,
respectivamente.
Numerosas hipótesis tratan de explicar esa aparente aberración, sin que se haya
podido comprobar alguna de ellas. Sólo se sabe que los exoplanetas existen.
Pero ¿cómo se sabe que existen si nadie los ha visto ni les ha tomado una
fotografía? ¿Cómo han podido ser detectados?
Dificultades de la detección directa: el contraste
Si nos alejáramos a 10 pársecs (32,6 años luz) del Sistema Solar, el Sol se vería
como una estrella de magnitud 5. La Tierra, de magnitud 30, estaría separada por
0,1 segundo de arco del Sol. En tanto, Júpiter tendría una magnitud de 27,5 y
estaría a 0,5 segundo de arco (ver el universo en cifras).
Telescopios como el HST (Hubble Space Telescope) o el VLT (Very Large
Telescope) podrían ver sin dificultades los dos planetas, gracias a su sensibilidad
lumínica y resolución angular.
Sin embargo, hay un problema que ni el HST ni ningún otro telescopio (quizás sí
podrá el VLT en modo interferométrico, es decir con varios telescopios
combinados) puede aún resolver en el ámbito de la observación directa: la enorme
luminosidad de las estrellas encandila completamente los instrumentos actuales,
impidiéndoles ver eventuales planetas. El contraste es demasiado grande con los
planetas ¿Cómo superar este escollo?
En los años 30 el astrónomo Bernard Lyot, pensando en los eclipses de Sol,
imaginó la solución: cuando ocurren esos espectaculares pero escasos
fenómenos, la Luna, gracias a su tamaño aparentemente igual al del Sol, nos
permite ver la corona solar, cuya luminosidad es mucho menor que la de la
fotósfera.
Lyot ideó un sistema, aparentemente simple, para poder observar y estudiar la
corona solar sin tener que esperar que ocurra un eclipse: instaló un disco opaco
en el plano focal de su telescopio. Había inventado empíricamente el primer
coronógrafo.
Desde entonces, la tecnología ha llegado a los actuales coronógrafos en software
que permiten valiosas observaciones, tanto del Sol como de otras estrellas con
sus nubes o discos de polvo.

Más dificultades: difracción de los telescopios y atmósfera

Cuando la luz atraviesa el complejo sistema óptico de los modernos telescopios,


sufre un fenómeno de difracción que altera la imagen de las estrellas. Ésto se
traduce en que ya no las vemos como puntos luminosos sino como manchas,
llamadas manchas de difracción. El tamaño de dichas manchas disminuye a
medida que aumenta el tamaño de los telescopios. Así, para poder ver un exo-
planeta, la mancha debe ser inferior a la distancia que separa a aquél de su
estrella. Eso se llama “sacar al planeta del halo de difracción”.
Hasta el momento, el único planeta extrasolar descubierto a través de la
observación directa es Gliese 229 B, que por su gran masa (poco más de 20
veces Júpiter) es en realidad una enana café. Fue posible hallarlo gracias a que el
telescopio de 5 metros de diámetro de Mount Palomar, en los EE.UU. cuenta con
una óptica adaptativa, un sistema especialmente diseñado para superar, en
tiempo real, las limitaciones ópticas causadas por las turbulencias atmosféricas.
Además, Gliese 229 B se halla lo suficientemente lejos de su estrella (a 44 UA)
como para quedar fuera del halo de difracción y tener una buena relación de
contraste con aquella.

Pros y contras de la luz infrarroja

La dificultad del contraste es superada en gran medida cuando se observa en el


espectro infrarrojo: en él, la Tierra es más brillante que Júpiter pues al estar más
cerca del Sol, posee una mayor temperatura (290°K o 15°C contra 123°K o -
150°C). En el rango de longitudes de onda de los 10 micrones, la luminosidad de
la Tierra ya no es 10-9 veces (mil millones menos) la del Sol, sino 10-6 (un millón
menos), es decir, un contraste mil veces inferior y más ventajoso para la
observación. Sin embargo, hay algunos problemas. Como la longitud de onda de
los infrarrojos es mayor, la resolución angular de las observaciones es menor con
esta técnica. Esto implica que para una resolución comparable, el diámetro de los
telescopios infrarrojos debe ser más grande que el de aquellos diseñados sólo
para la luz visible. Además, en el infrarrojo no sólo brillan los planetas y las
estrellas, sino que, además, el llamado "polvo zodiacal". Éste es lo que queda de
la gran nube de gas y polvo original que colapsó gravitacionalmente para dar lugar
a un disco de acreción y luego a un sistema solar. Sus pequeñísimas y débilmente
luminosas partículas brillan mucho más fuerte en el infrarrojo que en la luz visible
porque el calor de la estrella aumenta significativamente su temperatura respecto
del vacío espacial circundante.
La "contaminación" del polvo zodiacal está presente tanto alrededor de la estrella
observada como en nuestro Sistema Solar .
Para los astrónomos, es una molestia que implica una pérdida de resolución de
más o menos 20 veces así como una disminución del contraste de un eventual
planeta extrasolar.

Las observaciones indirectas

La imposibilidad actual de ver directamente un exo-planeta es superada gracias a


algunos “trucos”: uno de éstos consiste en detectar las oscilaciones de una estrella
inducidas por la gravedad de un planeta. Fue el astrónomo norteamericano P. Van
de Kamp quien ideó y puso en práctica, en los años 30, la observación del débil
movimiento que una estrella describe alrededor de su centro de gravedad común
un planeta. Con ese y otros métodos asociados intentó larga e infructuosamente
descubrir algún planeta extrasolar alrededor de la estrella de Barnard. Fue con esa
estrategia que, cincuenta años después de Van de Kamp, los suizos Michel Mayor
y Didier Queloz descubrieron 51 Pegasi B con el telescopio de 1,93 metros del
Observatoire de Haute Provence, en los Alpes del sudeste de Francia (ver
velocidad radial y astrometría).

La ocultación o fotometría: eclipses lejanos

Si tenemos suerte, el plano de la eclíptica de un sistema extrasolar puede


encontrarse justo frente a nosotros. En ese caso, podemos ver la sombra que el
paso del (o de los) planeta (s) produce cuando pasa entre la estrella y nosotros,
del mismo modo que cuando vemos un eclipse de Sol o de Luna.
Si la teoría es simple, la práctica es más complicada: la probabilidad de encontrar
un sistema con tales características es en realidad muy escasa y los eclipses, al
igual que aquí, son poco frecuentes y duran sólo horas. Un extraterrestre tendría
una probabilidad de más o menos 1% de ver un eclipse terrestre. Además, la
ocultación sólo dura algunas horas. Cuando el planeta está cerca de la estrella (?1
UA), la escala de tiempo con que dicho fenómeno ocurre es del orden del año;
para un planeta más lejano, en cambio, puede ser de miles de años (!). Hasta el
momento, con esta técnica sólo se supone de la existencia de un planeta gaseoso
alrededor de la estrella ? (beta) Pictoris, la misma alrededor de la cual el satélite
infrarrojo IRAS descubrió el primer disco de acreción extrasolar en 1983.
Pese a todo, la fotometría, cuando resulte, podrá proveer una enorme cantidad de
información: el radio del planeta puede ser estimado a través de la alteración de la
luz de la estrella; se puede saber así la densidad e incluso la naturaleza química
de aquél, con un examen espectroscópico, es decir de la absorción de
determinadas longitudes de onda producida pos los elementos y moléculas del (o
de los) planeta (s).

Lentes gravitacionales: cuando la gravedad altera la luz


Tal como lo calculó Albert Einstein, el padre de la relatividad, Si la luz de una
estrella pasa a proximidad de un objeto masivo como un planeta, los rayos
luminosos son desviados. El resultado es una amplificación de la luz que alcanza,
en el caso de los planetas telúricos, unos pocos %. En el caso más favorable de
un gigante gaseoso, alcanza a varias decenas, incluso 100 %. Sin embargo, los
complejísimos cálculos matemáticos y las incertidumbres que podrían resultar de
la presencia de varios planetas son un serio inconveniente. Hasta el momento no
se ha informado de algún hallazgo. Sin embargo, el sistema de búsqueda EROS
II, basado en la Silla, tendrá posiblemente más éxito, gracias a la enorme cantidad
de estrellas (? 20 millones) que analiza en un amplio sector (todo el bulbo central,
es decir 80 grados de arco) de nuestra galaxia, la vía láctea.

Detectar los campos magnéticos

Al menos cuatro planetas del Sistema Solar poseen un campo magnético de


origen interno. La magnetósfera así creada crea un fenómeno de aceleración de
partículas éstas emiten ondas de radio que, en las longitudes decamétricas (? 10
metros), son incluso más intensas que las del Sol. Los instrumentos actuales
podrían captar dichas ondas provenientes desde un Júpiter situado a 100.000 UA,
o sea la mitad de la distancia a la estrella más cercana. Frente a la gran y molesta
interferencia de la magnetósfera terrestre, en el futuro un buen sitio de
observación podría ser... el lado oculto de la Luna.

Puppis y Pyxis - La Popa y La Brújula

Puppis está junto al Can Mayor y corresponde a la popa del barco Argo. Es el
punto más al norte de las constelaciones que forman los restos de la embarcación.
La Vía Láctea cruza la Popa, que presenta una variedad de racimos adecuados
para prismáticos y telescopios. A su costado está Pyxis, antes llamada Malus, el
mástil, que es más pequeña y débil.
Zeta Puppis es un sol azul y supergigante que está dentro de las galaxias más
grandes. Está a 2 mil años luz y es de 2ª magnitud.
L Puppis es una de las estrellas variables rojas más luminosas. Su magnitud va de
2,6 a 6,2 durante un ciclo de 5 meses.
M 46 es un hermoso racimo abierto que se ve, mediante un telescopio pequeño,
como una nube circular de estrellas débiles del diámetro aparente de la Luna.
NGC 2438 es una débil nebulosa planetaria que parece integrar el racimo M 46,
pero no lo comparte. Tiene magnitud 11 y un minuto de arco de ancho. Con un
telescopio de 200 mm se le visualiza.
T Pyxidis es una nova recurrente con magnitud mínima de 16 y que llega a 7
durante sus períodos de erupción, lo que pasa a lapsos de 12 a 25 años.
Radioastronomía, rama de la astronomía que estudia los objetos celestes y los
fenómenos astrofísicos midiendo su emisión de radiación electromagnética en la
región de radio del espectro.

Historia
Durante el tramo final del siglo XIX se llevaron a cabo intentos infructuosos para
detectar la radioemisión celeste. El ingeniero estadounidense Karl G. Jansky,
mientras trabajaba en los Laboratorios Telefónicos Bell en 1932, fue el primero en
detectar ruidos provenientes de la región cercana al centro de la Vía Láctea,
durante un experimento para localizar fuentes lejanas de interferencias de radio
terrestres. La distribución de esta radioemisión galáctica fue cartografiada por el
ingeniero estadounidense Grote Reber, utilizando un paraboloide de 9,5 m que
construyó en su patio de Wheaton, Illinois. En 1943 Reber también descubrió la
largamente codiciada radioemisión del Sol. Esta radioemisión solar había sido
detectada pocos años antes, cuando fuertes estallidos solares habían producido
interferencias en los sistemas de radar británicos, estadounidenses y alemanes,
diseñados para detectar aviones.
Como resultado de los grandes progresos realizados durante la II Guerra Mundial
en antenas de radio y receptores sensibles, la radioastronomía floreció en la
década de los años cincuenta. Los científicos adaptaron las técnicas de radar de
tiempo de guerra para construir diversos radiotelescopios en Australia, Gran
Bretaña, Países Bajos, Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas y muy pronto se despertó el interés de los astrónomos profesionales.
Fuentes de radioemisión discretas fueron catalogadas en número creciente y,
desde la década de los años cincuenta, fueron identificadas muchas radiofuentes
como distantes galaxias visibles. En 1963, la continua investigación de
radiofuentes muy pequeñas llevó al descubrimiento de radiofuentes casi estelares
llamadas quásares que, debido a que presentaban desplazamientos hacia el rojo
de una magnitud sin precedentes, parecían encontrarse a distancias enormes de
la Tierra. Poco después, en 1965, los radioastrónomos estadounidenses Arno
Penzias y Robert W. Wilson anunciaron el descubrimiento de radiación de fondo
de microondas cósmica de 3 K (-270 °C), que tiene muchas implicaciones para las
teorías del origen y la evolución del Universo (véase Cosmología). En 1968 se
descubrió un tipo nuevo de radiofuente, el púlsar, identificado rápidamente como
una estrella de neutrones que gira a gran velocidad.
Durante muchos años, los astrónomos se concentraron en el estudio de longitudes
de onda relativamente largas, cercanas a 1 m, para las que era fácil construir
grandes estructuras de antenas y receptores sensibles. Al desarrollarse las
técnicas para construir estructuras más grandes y más precisas, y perfeccionarse
los equipos de recepción de onda corta, las bandas de longitud de onda de hasta
1 mm cobraron especial importancia. Al mismo tiempo, el desarrollo de la
tecnología espacial (véase Astronáutica) permitió realizar observaciones de
longitudes de onda muy largas por encima de la ionosfera, por lo general opaca a
la radiación mayor de 20 metros.

Principios de radioastronomía

La radioemisión cósmica, por lo que sabemos, proviene de procesos naturales,


aunque de vez en cuando también se utilizan los radiotelescopios para buscar
(hasta ahora sin éxito) posibles fuentes de radioemisión de inteligencia
extraterrestre. Se ha reconocido que algunos mecanismos físicos producen la
radioemisión observada.
Tipos de emisión

A causa de los movimientos aleatorios de electrones, todos los cuerpos emiten


radiaciones térmicas, o calor, características de su temperatura. Se han utilizado
mediciones cuidadosas en todo el espectro de la intensidad de emisiones para
calcular la temperatura de los cuerpos celestes lejanos, así como de los planetas
del Sistema Solar y las nubes cálidas de gas ionizado de toda la galaxia.
Sin embargo, las mediciones de la radioastronomía se ocupan con frecuencia de
las emisiones no térmicas mucho más intensas originadas por partículas cargadas
como los electrones y los positrones que se mueven a través de los campos
magnéticos galácticos e intergalácticos. Cuando la energía de la partícula es tan
alta que su velocidad se acerca a la velocidad de la luz, a la radioemisión de estas
partículas 'ultrarrelativistas' se suele referir como radiación de sincrotrón, término
tomado del laboratorio de física de gran potencia, donde fue descubierto por
primera vez este tipo de radiación.
Tanto las radiofuentes de sincrotrón (no térmicas) como las térmicas, irradian en
una amplia gama de longitudes de onda. Por el contrario, una tercera categoría de
materia (átomos excitados, iones y moléculas) irradia en longitudes de onda
discretas características del átomo o de la molécula y del estado de excitación. La
radioemisión de amplia gama recibe el nombre de emisión continua y la
radioemisión discreta, emisión en línea.

Radiotelescopios

Las longitudes de onda de radio son relativamente largas, yendo desde 1 mm


hasta más de 1 km, y los radiotelescopios deben ser muy grandes para enfocar las
señales que entran y producir una radioimagen nítida. El radiotelescopio
estacionario más grande del mundo, en el Observatorio Arecibo en Puerto Rico, es
un plato cóncavo de 305 m de diámetro. Las mayores antenas parabólicas
dirigibles de plato miden de 50 a 100 m de diámetro y tienen una resolución de 1
minuto de arco aproximadamente, equivalente a la del ojo humano en longitudes
de onda ópticas. Las ondas de radio que entran son enfocadas por la superficie
parabólica en una pequeña antena de cuernos que las conduce a un receptor de
radio extremadamente sensible. Estos receptores, aunque similares en principio a
los aparatos de radio domésticos, detectan señales tan débiles como de 10-17 W.
Las partes críticas del receptor están con frecuencia enfriadas a temperaturas
cercanas al cero absoluto para obtener el mayor rendimiento posible. Para
observaciones de la línea espectral, se usan receptores especializados que
pueden sintonizar hasta 1.000 frecuencias de modo simultáneo.
Para obtener mayor resolución, se utilizan conjuntos de antenas como
interferómetros que dan resoluciones de más o menos 1 segundo de arco,
equivalente al de los grandes telescopios ópticos en condiciones de visión ideales.
El mayor radiotelescopio de este tipo es el radiotelescopio VLA, situado en una
llanura aislada cerca de Socorro, Nuevo México (Estados Unidos). El VLA
contiene un total de 27 platos parabólicos de 25 m de diámetro cada uno que se
mueven sobre vías de ferrocarril a lo largo de tres brazos de 21 km configurados
en forma de Y. Cada antena contiene su propio receptor y las señales de cada
receptor son enviadas a un edificio central donde son combinadas para formar la
imagen de alta resolución mediante una técnica que se conoce como
interferometría. Otros interferómetros utilizan antenas semejantes a las más
grandes de televisión. Una instalación de este tipo, en Cambridge, Inglaterra,
utiliza 60 antenas para detectar radiación en longitudes de onda de 2 metros.
Se pueden lograr resoluciones más altas incluso si las antenas se sitúan a miles
de kilómetros de distancia. Estos espaciamientos hacen poco práctico enviar las
señales desde cada antena directamente a un punto común. En su lugar, se
realizan grabaciones separadas en cada antena y las cintas individuales se envían
a unas instalaciones centrales donde se procesan. Esta técnica de interferometría
de muy larga base (VLBI) implica usar relojes atómicos en cada telescopio para
sincronizar las grabaciones individuales con una precisión de una millonésima de
segundo. De esta forma, se consiguen resoluciones angulares de una milésima de
arco de segundo, equivalente al tamaño angular aparente de una pelota de
baloncesto (básquetbol) a la distancia de la Luna. En 1984, el gobierno de Estados
Unidos asignó fondos para la construcción de una instalación llamada formación
de muy larga base (VLBA), una red de 10 radioantenas extendidas desde la
frontera de Estados Unidos con Canadá hasta Puerto Rico, y desde Hawai hasta
la costa atlántica. Canadá y Australia proyectan programas similares.

Clases de radiofuentes

Se han descubierto y estudiado muchas radiofuentes en nuestro Sistema Solar, en


nuestra galaxia y en el espacio profundo.

Radioastronomía del Sistema Solar

El Sol es la radiofuente más brillante del cielo. Su radioemisión es mucho más


intensa de lo esperado de la emisión térmica de su superficie visible, que tiene una
temperatura de cerca de 6.000 °C. Esto se debe a que la mayor parte de la
radioemisión observada en longitudes de onda de radio más larga proviene de la
atmósfera exterior, mucho más cálida, pero ópticamente invisible, que tiene
temperaturas de cerca de 1.000.000 °C. Además de la emisión térmica, se
producen explosiones y tormentas no térmicas, sobre todo durante los periodos de
gran actividad de manchas solares, cuando la intensidad de radioemisión puede
incrementarse en gran medida en un factor de un millón o más en periodos de
tiempo de una hora.
La otra fuente de radioemisión natural no térmica del Sistema Solar es el planeta
Júpiter. En longitudes de onda cercanas a los 15 m, Júpiter emite fuertes estallidos
de radiación que provienen de regiones relativamente pequeñas, cerca de la
superficie de la nube que gira con el planeta. La intensidad de estos estallidos
parece estar muy condicionada por la posición del satélite Ío. Además, Júpiter está
rodeado por extensos cinturones de radiación que irradian en la banda de
microondas a longitudes de onda menores de 1 metro.
Se ha observado que emana radiación térmica de la superficie o de la atmósfera
de todos los planetas excepto Plutón. Instrumentos a bordo de naves espaciales
han utilizado estas emisiones para conseguir información sobre las condiciones
meteorológicas de los planetas y otros fenómenos.

Radiofuentes galácticas

La Galaxia (cuando se escribe con mayúscula la palabra se refiere a nuestra


galaxia, también llamada Vía Láctea) emite ondas de radio como resultado de la
radiación de sincrotrón de electrones de rayos cósmicos que se mueven dentro del
débil campo magnético de la Galaxia. La emisión en línea de 21 cm de hidrógeno
neutro también se observa en toda la Galaxia. Los pequeños cambios en la
longitud de onda de 21 cm son producidos por el movimiento de nubes de
hidrógeno desde o hacia un observador. Estos cambios (desplazamiento hacia el
rojo) son un ejemplo del fenómeno conocido como efecto Doppler. Las nubes más
distantes del centro de la Galaxia giran alrededor del centro a máxima velocidad y
las observaciones del efecto Doppler se utilizan para medir la velocidad y
determinar la posición de las nubes de hidrógeno. De esta forma, ha sido posible
trazar las formas de los brazos espirales de la Vía Láctea, que todavía no se han
observado con longitudes de onda ópticas.
Además de la difusa radiación de fondo de microondas, en la Galaxia existen
fuentes discretas de radioemisión. Estas fuentes incluyen restos de supernovas,
radioestrellas, nebulosas de emisión, nubes moleculares y púlsares.
Los restos de supernova son nubes de fragmentos de estrellas que han explotado.
Los electrones relativistas producidos en la explosión de una supernova son
capturados por el campo magnético que rodea el lugar de la explosión. Cuando
estos electrones giran en espiral alrededor de las líneas del campo magnético,
continúan irradiando durante miles de años. En algunos casos, la estrella misma
continúa siendo fuente de radioemisión y se la denomina radioestrella. Otra clase
importante de radioestrellas comprende los sistemas de estrellas binarias (dobles)
que emiten ondas de radio cuando su masa se transfiere de un elemento al otro. A
menudo, las radioestrellas son también fuentes de rayos X.
La radioemisión térmica se observa en nubes de hidrógeno ionizado (llamadas
regiones H II) situadas a lo largo de los brazos espirales de la Galaxia. Cuando los
electrones libres se recombinan con iones de hidrógeno u otros elementos ligeros,
la potencia de radio que surge se puede observar como líneas de recombinación
en la región de radio del espectro.
Las líneas espectrales también son el resultado de transiciones vibratorias y
rotatorias de moléculas interestelares como el vapor de agua (H2O), el amoníaco
(NH3), el metanal (formaldehído, H2CO) y el monóxido de carbono (CO). Se
conocen más de 50 moléculas interestelares, incluyendo moléculas orgánicas y
muy complejas. En algunas nubes interestelares, las líneas moleculares de radio
son muy intensas debido al efecto máser (amplificación de microondas por
emisión estimulada de radiación). Véase también Láser.
La intensidad de la mayor parte de las radiofuentes cósmicas es constante, o sólo
varía lentamente con el tiempo. Sin embargo, los púlsares emiten estallidos
periódicos cortos o pulsos de radiación una vez por segundo. Aunque se les
descubrió por su intensa radioemisión, más tarde se vio que algunos también
emiten pulsos ópticos y rayos X. Se cree que los púlsares se forman cuando
estrellas como el Sol se contraen por efecto de su propia gravedad a dimensiones
de unos 10 km. La densidad entonces se hace muy grande y los átomos son
despojados de sus electrones, dejando una llamada estrella de neutrones.

Radiogalaxias

La mayor parte de las galaxias emiten ondas de radio y lo hacen con potencias
comparables a las de nuestra propia galaxia —unos 1032 W. Sin embargo, en el
caso de las llamadas radiogalaxias, la radioemisión es de más de 100 millones de
veces más fuerte. La mayor parte de esta potencia no se origina en las galaxias
mismas, sino en nubes de gases ionizados y recalentados o plasma, situadas a
cientos de miles o incluso millones de años luz de la galaxia madre. Estas
radionubes gigantes pueden tener 100 veces el tamaño de la galaxia misma y se
encuentran entre los objetos conocidos más grandes del Universo.
Para generar las potentes radioemisiones de las radiogalaxias se necesita gran
cantidad de potencia, que puede ascender a una fracción significativa de la
potencia total que resultaría de la combustión nuclear de una galaxia entera. El
origen de esta potencia y la forma en que se convierte en radioemisiones han sido
los problemas más importantes de la astrofísica desde que se descubrieron las
radiogalaxias.
Imágenes detalladas de radiogalaxias, obtenidas con radiotelescopios de alta
resolución como el VLA, muestran a menudo un notable chorro de material
conectando una brillante radiofuente compacta en el núcleo galáctico con los más
extendidos radiolóbulos (nubes). Se acepta que estos chorros o haces transporten
potencia desde el núcleo galáctico al plasma radioemisor y que la fuente de
potencia se encuentra en un objeto muy denso, posiblemente un agujero negro
situado en el centro de la galaxia. Con frecuencia se encuentra una radiofuente
compacta en el centro de una radiogalaxia. Cerca del centro de una extraña
radiogalaxia observada a mediados de los años ochenta, dos brillantes cúmulos
de estrellas emiten chorros en apariencia trenzados.

Quásares

Los quásares parece que irradian con la luminosidad de cientos de galaxias, pero
cada quásar es más pequeño que una galaxia normal en una relación de cerca de
un millón. Los quásares tienen desplazamientos hacia el rojo muy grandes y por lo
tanto, se piensa que están a gran distancia de la Vía Láctea. Como los quásares
parecen ser tan potentes y como su radiación varía con rapidez, en principio se
creyó que más bien serían débiles objetos cercanos en vez de potentes objetos
distantes. No obstante, se han ido acumulando evidencias que apoyan la
interpretación cosmológica de los desplazamientos hacia el rojo. Las
radiogalaxias, los quásares y los brillantes objetos conocidos como objetos tipo BL
Lacertae probablemente son fenómenos muy relacionados.
Al igual que las radiogalaxias, algunos quásares también están rodeados de
lóbulos extendidos de radioemisiones potentes, pero la mayor parte de la
radioemisión desde los quásares proviene de un núcleo brillante de sólo unos
cuantos años luz de diámetro y coincide con el quásar visible ópticamente.
Cuando se observa con interferómetros de alta resolución, a menudo se ve que
este núcleo está compuesto por dos o más regiones más pequeñas que parecen
moverse la una hacia la otra con velocidades 'superlumínicas', muy superiores a la
velocidad de la luz. Aunque estas velocidades tan altas parecen violar en principio
la teoría de la relatividad de Albert Einstein, de hecho se pueden explicar como el
resultado de un movimiento algo menor que la velocidad de la luz, casi dirigida
hacia el observador. El intervalo de tiempo observado entre las sucesivas
posiciones de los chorros relativistas de material parece acortarse y la velocidad
parece multiplicarse por un factor grande por encima de la velocidad real.

Cosmología

Como las radiogalaxias y los quásares son radiofuentes con tanta potencia,
pueden ser detectados a gran distancia. A causa del tiempo que tardan en llegar
las señales a la Tierra desde las radiofuentes lejanas, los radioastrónomos pueden
ver el Universo como era hace más de mil millones de años, o incluso el origen del
Universo (la llamada Gran Explosión). Por desgracia no es posible determinar la
distancia a una radiofuente con sólo radiomediciones, de modo que es imposible
distinguir entre una potente fuente lejana y una cercana pero relativamente débil.
Sólo se puede determinar la distancia si la fuente es ópticamente identificada
como una galaxia o un quásar que tiene un desplazamiento hacia el rojo
mensurable. No obstante, de los estudios de la distribución de gran cantidad de
radiofuentes, parece que cuando el Universo sólo tenía unos pocos cientos de
miles de años, la cantidad de radiofuentes intensas era mucho mayor y sus
dimensiones más pequeñas. Véase Cosmología.
Radiotelescopio VLA, el mayor radiointerferómetro del mundo, que se encuentra
cerca de Socorro, Nuevo México, EEUU. Su nombre, VLA, proviene del inglés,
Very Large Array. Consta de una serie de 27 antenas parabólicas, de 25 m de
diámetro cada una, colocadas en tres brazos de 21 km, en forma de Y. Es
administrado por el Observatorio Nacional de Radioastronomía y entró en pleno
funcionamiento en 1981, aunque algunos de sus elementos se habían utilizado
durante años.
El VLA funciona por el principio de la interferometría, una técnica de
radioastronomía en la que se utilizan conjuntamente diversas antenas para
construir una imagen del cielo tan detallada como la que se obtendría con la
antena más grande. Cada antena contiene su propio receptor; las señales de cada
una se envían a un edificio central donde, combinadas, forman una imagen de alta
resolución. El poder de resolución total (posibilidad de precisar los detalles) de las
27 antenas es igual al de una sola antena con un diámetro de 27 km. La
resolución máxima en una longitud de onda de 1,3 cm es como la resolución de un
telescopio óptico con un reflector de aproximadamente 91 cm de diámetro.

LA RELATIVIDAD

Es la teoría desarrollada a principios del siglo XX, que originalmente pretendía


explicar ciertas anomalías en el concepto de movimiento relativo, pero que en su
evolución se ha convertido en una de las teorías básicas más importantes en las
ciencias físicas. Esta teoría, desarrollada fundamentalmente por Albert Einstein,
fue la base para que los físicos demostraran la unidad esencial de la materia y la
energía, el espacio y el tiempo, y la equivalencia entre las fuerzas de la gravitación
y los efectos de la aceleración de un sistema.

Física clásica

Las leyes físicas aceptadas de forma general por los científicos antes del
desarrollo de la teoría de la relatividad (hoy denominadas leyes clásicas) se
basaban en los principios de la mecánica enunciados a finales del siglo XVII por el
físico y matemático británico Isaac Newton. La mecánica newtoniana y la
relativista se diferencian por sus suposiciones fundamentales y su desarrollo
matemático, pero en la mayoría de los casos no se distinguen apreciablemente en
sus resultados finales; por ejemplo, el comportamiento de una bola de billar al ser
golpeada por otra bola puede predecirse mediante cálculos matemáticos basados
en cualquiera de los dos tipos de mecánica con resultados casi idénticos. Como la
matemática clásica es muchísimo más sencilla que la relativista, es la que se
emplea en este tipo de cálculos.
Sin embargo, cuando las velocidades son muy elevadas (si suponemos, por
ejemplo, que una de las bolas de billar se mueve con una velocidad próxima a la
de la luz) las dos teorías predicen un comportamiento totalmente distinto, y en la
actualidad los científicos están plenamente convencidos de que las predicciones
relativistas se verían confirmadas y las clásicas quedarían refutadas.
En general, el límite de aplicación de la mecánica clásica a un objeto en
movimiento viene determinado por un factor introducido por el físico holandés
Hendrik Lorentz y el físico irlandés George Fitzgerald a finales del siglo XIX. Este
factor se representa con la letra griega g (gamma) y depende de la velocidad del
objeto según la siguiente ecuación: donde v es la velocidad del objeto, c es la
velocidad de la luz y b = v/c. El factor gamma no difiere prácticamente de la unidad
para las velocidades observadas en la vida diaria. Por ejemplo, las mayores
velocidades que se encuentran en la balística ordinaria son de unos 1,6 km/s, la
mayor velocidad que puede obtenerse con un cohete propulsado por combustibles
normales es algo superior, y la velocidad de la Tierra en su órbita alrededor del Sol
es de unos 29 km/s; para esta última velocidad, el valor de gamma sólo difiere de
la unidad en cinco milmillonésimas. Por tanto, para fenómenos terrestres
ordinarios, las correcciones relativistas son poco importantes.
Sin embargo, cuando las velocidades son muy grandes, como ocurre a veces en
fenómenos astronómicos, las correcciones relativistas se hacen significativas.
La relatividad también es importante para calcular comportamientos en distancias
muy grandes o agrupaciones de materia de gran tamaño. A diferencia de la teoría
cuántica, que se aplica a lo muy pequeño, la teoría de la relatividad se aplica a lo
muy grande.
Hasta 1887 no había aparecido ninguna grieta en la estructura de la física clásica,
que se estaba desarrollando con rapidez. Aquel año, el físico estadounidense
Albert Michelson y el químico estadounidense Edward Williams Morley llevaron a
cabo el llamado experimento de Michelson-Morley. El experimento pretendía
determinar la velocidad de la Tierra a través del éter, una sustancia hipotética que,
según se creía, transmitía la radiación electromagnética, incluida la luz, y llenaba
todo el espacio. Si el Sol se encuentra en reposo absoluto en el espacio, la Tierra
debería tener una velocidad constante de 29 km/s debido a su rotación en torno al
Sol; si este astro y todo el Sistema Solar se están moviendo a través del espacio,
el continuo cambio de dirección de la velocidad orbital de la Tierra hará que su
valor se sume a la velocidad del Sol en algunas épocas del año y se reste en
otras. El resultado del experimento fue totalmente inesperado e inexplicable: la
velocidad aparente de la Tierra a través del hipotético éter era nula en todos los
periodos del año.
Lo que pretendía detectar el experimento de Michelson-Morley era una diferencia
en la velocidad de la luz a través del espacio en dos direcciones distintas. Si un
rayo de luz se mueve en el espacio a 300.000 km/s y un observador se desplaza
en la misma dirección y sentido a 29 km/s, la luz debería moverse con respecto al
observador con una velocidad aparente igual a la diferencia entre esos dos
valores. Si el observador se mueve en la misma dirección pero en sentido
opuesto, la velocidad aparente de la luz debería ser la suma de ambos valores. El
experimento de Michelson-Morley no logró detectar una diferencia de este tipo (de
hecho, el experimento empleó dos haces de luz perpendiculares entre sí). Ese
resultado no podía explicarse con la hipótesis de que el paso de la luz no se ve
afectado por el movimiento de la Tierra.
En la década de 1890, Fitzgerald y Lorentz aventuraron la hipótesis de que,
cuando cualquier objeto avanza a través del espacio, su longitud en la dirección
del movimiento se ve alterada por el factor beta. El resultado negativo del
experimento de Michelson-Morley se explicaba suponiendo que, aunque un rayo
de luz atravesaba efectivamente una distancia más corta que el otro en el mismo
tiempo (es decir, avanzaba más lentamente), el efecto no pudo observarse porque
la distancia se medía necesariamente con algún dispositivo mecánico que también
sufría el mismo acortamiento. Efectivamente, si un objeto de 2,99 m de longitud se
mide con una cinta métrica que indica 3 m pero ha encogido 1 cm, el objeto
parecerá tener 3 m de longitud. Así, en el experimento de Michelson-Morley, la
distancia recorrida por la luz en un segundo parecía ser la misma
independientemente de la velocidad real de la luz. Los científicos consideraban
que la contracción de Lorentz-Fitzgerald era una hipótesis poco satisfactoria, ya
que empleaba el concepto de movimiento absoluto pero sacaba la conclusión de
que ese movimiento no podía medirse.

Teoría de la relatividad especial

En 1905, Einstein publicó el primero de dos importantes artículos sobre la teoría


de la relatividad, en el que eliminaba el problema del movimiento absoluto
negando su existencia. Según Einstein, ningún objeto del Universo se distingue
por proporcionar un marco de referencia absoluto en reposo en relación al
espacio. Cualquier objeto (por ejemplo, el centro del Sistema Solar) proporciona
un sistema de referencia igualmente válido, y el movimiento de cualquier objeto
puede referirse a ese sistema. Así, es igual de correcto afirmar que el tren se
desplaza respecto a la estación como que la estación se desplaza respecto al tren.
Este ejemplo no es tan absurdo como parece a primera vista, porque la estación
también se mueve debido al movimiento de la Tierra sobre su eje y a su rotación
en torno al Sol. Según Einstein, todo el movimiento es relativo.
Ninguna de las premisas básicas de Einstein era revolucionaria; Newton ya había
afirmado que “el reposo absoluto no puede determinarse a partir de la posición de
los cuerpos en nuestras regiones”. Lo revolucionario era afirmar, como hizo
Einstein, que la velocidad relativa de un rayo de luz respecto a cualquier
observador es siempre la misma, aproximadamente unos 300.000 km/s. Aunque
dos observadores se muevan a una velocidad de 160.000 km/s uno respecto al
otro, si ambos miden la velocidad de un mismo rayo de luz, los dos determinarán
que se desplaza a 300.000 km/s. Este resultado aparentemente anómalo quedaba
demostrado en el experimento de Michelson-Morley. Según la física clásica, sólo
uno de los dos observadores -como mucho- podía estar en reposo, mientras que
el otro cometía un error de medida debido a la contracción de Lorentz-Fitzgerald
experimentada por sus aparatos; según Einstein, ambos observadores tienen el
mismo derecho a considerarse en reposo y ninguno de los dos comete un error de
medida. Cada observador emplea un sistema de coordenadas como marco de
referencia para sus medidas, y un sistema puede transformarse en el otro
mediante una manipulación matemática. Las ecuaciones de esta transformación,
conocidas como ecuaciones de transformación de Lorentz, fueron adoptadas por
Einstein, aunque las interpretó de forma radicalmente nueva. La velocidad de la
luz permanece invariante en cualquier transformación de coordenadas.
Según la transformación relativista, no sólo se modifican las longitudes en la
dirección del movimiento de un objeto, sino también el tiempo y la masa. Un reloj
que se desplace en relación a un observador parecería andar más lento y
cualquier objeto material parecería aumentar su masa, en ambos casos en un
factor igual al factor G (gamma mayúscula), inverso del factor g. El electrón, que
acababa de descubrirse, proporcionaba un método para comprobar esta última
suposición. Los electrones emitidos por sustancias radiactivas tienen velocidades
próximas a la de la luz, con lo que el factor G podría llegar a ser de 2 y la masa del
electrón se duplicaría. La masa de un electrón en movimiento puede determinarse
con facilidad midiendo la curvatura de su trayectoria en un campo magnético;
cuanto más pesado sea el electrón, menor será la curvatura de su trayectoria para
una determinada intensidad del campo. Los experimentos confirmaron
espectacularmente la predicción de Einstein; el electrón aumentaba de masa
exactamente en el factor que él había predicho. La energía cinética del electrón
acelerado se había convertido en masa de acuerdo con la fórmula: E = mc2.
La hipótesis fundamental en la que se basaba la teoría de Einstein era la
inexistencia del reposo absoluto en el Universo. Einstein postuló que dos
observadores que se mueven a velocidad constante uno respecto de otro
observarán unas leyes naturales idénticas. Sin embargo, uno de los dos podría
percibir que dos hechos en estrellas distantes han ocurrido simultáneamente,
mientras que el otro hallaría que uno ha ocurrido antes que otro; esta disparidad
no es de hecho una objeción a la teoría de la relatividad porque según esta teoría,
la simultaneidad no existe para acontecimientos distantes. En otras palabras, no
es posible especificar de forma unívoca el momento en que ocurre un hecho sin
una referencia al lugar donde ocurre. Toda partícula u objeto del Universo se
describe mediante una llamada “línea del universo”, que traza su posición en el
tiempo y el espacio. Cuando se cruzan dos o más líneas del universo, se produce
un hecho o suceso. Si la línea del universo de una partícula no cruza ninguna otra
línea del universo, no le ocurre nada, por lo que no es importante (ni tiene sentido)
determinar la situación de la partícula en ningún instante determinado. La
“distancia” o “intervalo” entre dos sucesos cualesquiera puede describirse con
precisión mediante una combinación de intervalos espaciales y temporales, pero
no mediante uno sólo. El espacio-tiempo de cuatro dimensiones (tres espaciales y
una temporal) donde tienen lugar todos los sucesos del Universo se denomina
continuo espacio-tiempo.
Todas las afirmaciones anteriores son consecuencias de la relatividad especial o
restringida, nombre aplicado a la teoría desarrollada por Einstein en 1905 como
resultado de su estudio de objetos que se mueven a velocidad constante uno
respecto de otro.

Teoría de la relatividad general

En 1915, Einstein desarrolló su teoría de la relatividad general, en la que


consideraba objetos que se mueven de forma acelerada unos respecto de otros.
Einstein desarrolló esta teoría para explicar contradicciones aparentes entre las
leyes de la relatividad y la ley de la gravitación. Para resolver esos conflictos
desarrolló un enfoque totalmente nuevo del concepto de gravedad, basado en el
principio de equivalencia.
El principio de equivalencia afirma que las fuerzas producidas por la gravedad son
totalmente equivalentes a las fuerzas producidas por la aceleración, por lo que en
teoría es imposible distinguir entre fuerzas de gravitación y de aceleración
mediante un experimento. La teoría de la relatividad especial implica que una
persona situada en un vehículo cerrado no puede determinar mediante ningún
experimento imaginable si está en reposo o en movimiento uniforme. La relatividad
general implica que si el vehículo resulta acelerado o frenado, o toma una curva, el
ocupante no puede afirmar si las fuerzas producidas se deben a la gravedad o son
fuerzas de aceleración producidas al pisar el acelerador o el freno o al girar el
vehículo bruscamente.
La aceleración se define como el cambio de velocidad por unidad de tiempo.
Consideremos a un astronauta que está de pie en una nave estacionaria. Debido a
la gravedad, sus pies presionan contra el suelo de la nave con una fuerza igual al
peso de la persona, w. Si esa misma nave se encuentra en el espacio exterior,
lejos de cualquier otro objeto y prácticamente no influida por la gravedad, el
cosmonauta también se verá presionado contra el suelo si la nave acelera. Si la
aceleración es de 9,8 m/s2 (la aceleración de la gravedad en la superficie
terrestre), la fuerza con que el astronauta es presionado contra el suelo es de
nuevo igual a w. Si no mira por la escotilla, el cosmonauta no tiene forma de saber
si la nave está en reposo sobre la Tierra o está siendo acelerada en el espacio
exterior. La fuerza debida a la aceleración no puede distinguirse en modo alguno
de la fuerza debida a la gravedad. Einstein atribuye todas las fuerzas, tanto las
gravitacionales como las asociadas convencionalmente a la aceleración, a los
efectos de la aceleración. Así, cuando la nave está en reposo sobre la superficie
terrestre, se ve atraída hacia el centro de la Tierra. Einstein afirma que este
fenómeno de atracción es atribuible a una aceleración de la nave. En el espacio
tridimensional, la nave se encuentra estacionaria, por lo que no experimenta
aceleración; sin embargo, en el espacio-tiempo de cuatro dimensiones, la nave
está moviéndose a lo largo de su línea del universo. Según Einstein, la línea del
universo está curvada debido a la curvatura del continuo espacio-tiempo en la
proximidad de la Tierra.
Así, la hipótesis de Newton de que todo objeto atrae a los demás objetos de forma
directamente proporcional a su masa es sustituida por la hipótesis relativista de
que el continuo está curvado en las proximidades de objetos masivos. La ley de la
gravedad de Einstein afirma sencillamente que la línea del universo de todo objeto
es una geodésica en el continuo. Una geodésica es la distancia más corta entre
dos puntos, pero en el espacio curvado no es, normalmente, una línea recta. Del
mismo modo, las geodésicas en la superficie terrestre son los círculos máximos,
que no son líneas rectas en los mapas corrientes.

Confirmación y modificación

En la mayoría de los casos mencionados hasta ahora, las predicciones clásica y


relativista son prácticamente idénticas, aunque la matemática relativista es más
compleja. La famosa afirmación apócrifa de que sólo había 10 personas en el
mundo que entendieran la teoría de Einstein se refería al complicado álgebra
tensorial y a la geometría riemanniana de la relatividad general; en cambio,
cualquier estudiante de cálculo elemental puede comprender la relatividad
especial.
La teoría de la relatividad general ha sido confirmada en numerosas formas desde
su aparición. Por ejemplo, la teoría predice que la línea del universo de un rayo de
luz se curva en las proximidades de un objeto masivo como el Sol. Para
comprobar esta predicción, los científicos decidieron observar las estrellas que
parecen encontrarse muy cerca del borde del Sol. Estas observaciones no pueden
realizarse normalmente, porque el brillo del Sol oculta las estrellas cercanas.
Durante un eclipse solar total, sin embargo, es posible observar estas estrellas y
registrar con precisión sus posiciones. Durante los eclipses de 1919 y 1922 se
organizaron expediciones científicas para realizar esas observaciones. Después
se compararon las posiciones aparentes de las estrellas con sus posiciones
aparentes algunos meses más tarde, cuando aparecían de noche, lejos del Sol.
Einstein predijo un desplazamiento aparente de la posición de 1,745 segundos de
arco para una estrella situada justo en el borde del Sol, y desplazamientos cada
vez menores de las estrellas más distantes. Las expediciones que estudiaron los
eclipses comprobaron esas predicciones. En los últimos años se han llevado a
cabo mediciones semejantes de la desviación de ondas de radio procedentes de
quásares distantes, utilizando interferómetros de radio. Las medidas arrojaron
unos resultados que coincidían con una precisión del 1% con los valores predichos
por la relatividad general.
Otra confirmación de la relatividad general está relacionada con el perihelio del
planeta Mercurio. Hacía años que se sabía que el perihelio (el punto en que
Mercurio se encuentra más próximo al Sol) gira en torno al Sol una vez cada tres
millones de años, y ese movimiento no podía explicarse totalmente con las teorías
clásicas. En cambio, la teoría de la relatividad sí predice todos los aspectos del
movimiento, y las medidas con radar efectuadas recientemente han confirmado la
coincidencia de los datos reales con la teoría con una precisión de un 0,5%.
Otro fenómeno predicho por la relatividad general es el efecto de retardo temporal,
en el que las señales enviadas a un planeta o nave espacial situados al otro lado
del Sol experimentan un pequeño retraso (que puede medirse al ser devueltas a la
Tierra) en comparación con lo indicado por la teoría clásica. Aunque se trata de
intervalos de tiempo muy pequeños, las diferentes pruebas realizadas con sondas
planetarias han dado valores muy cercanos a los predichos por la relatividad
general. Se han realizado otras muchas comprobaciones de la teoría, y hasta
ahora todas parecen confirmarla.

Observaciones posteriores

Después de 1915, la teoría de la relatividad experimentó un gran desarrollo y


expansión a cargo de Einstein y de los astrónomos británicos James Jeans, Arthur
Eddington y Edward Arthur Milne, el astrónomo holandés Willem de Sitter y el
matemático estadounidense de origen alemán Hermann Weyl. Gran parte del
trabajo de estos científicos correspondió a un esfuerzo por ampliar la teoría de la
relatividad para que incluyera los fenómenos electromagnéticos. Recientemente,
numerosos científicos han tratado de unir la teoría gravitatoria relativista con el
electromagnetismo y con las otras dos fuerzas fundamentales, las interacciones
nuclear fuerte y nuclear débil. Aunque se han realizado algunos avances en ese
terreno, no ha habido grandes éxitos, y hasta ahora no se ha aceptado ninguna de
las teorías de forma generalizada.
Los físicos también han dedicado muchos esfuerzos al desarrollo de las
consecuencias cosmológicas de la teoría de la relatividad. Dentro del marco de los
axiomas planteados por Einstein son posibles muchas líneas de desarrollo. Por
ejemplo, el espacio está curvado, y se conoce exactamente su grado de curvatura
en las proximidades de cuerpos pesados, pero su curvatura en el espacio vacío
(causada por la materia y la radiación de todo el Universo) es incierta. Además, los
científicos no están de acuerdo en si es una curva cerrada (comparable con una
esfera) o abierta (comparable con un cilindro o una taza con paredes de altura
infinita).
La teoría de la relatividad lleva a la posibilidad de que el Universo se está
expandiendo: esa es la explicación generalmente aceptada para la observación
experimental de que las líneas espectrales de galaxias, quásares y otros objetos
distantes se encuentran desplazadas hacia el rojo. La teoría del Universo en
expansión hace que sea razonable suponer que la historia del Universo es finita,
pero también permite otras alternativas. Es parte de los misterios del futuro del
universo.
Einstein predijo que las perturbaciones gravitacionales importantes, como la
oscilación o el colapso de estrellas de gran masa, provocarían ondas
gravitacionales, perturbaciones del continuo espacio-tiempo que se expandirían a
la velocidad de la luz. Los físicos siguen buscando este tipo de ondas.
Gran parte de los trabajos posteriores sobre la relatividad se centraron en la
creación de una mecánica cuántica relativista que resultara satisfactoria. En 1928,
el matemático y físico británico Paul Dirac expuso una teoría relativista del
electrón. Más tarde se desarrolló una teoría de campo cuántica llamada
electrodinámica cuántica, que unificaba los conceptos de la relatividad y la teoría
cuántica en lo relativo a la interacción entre los electrones, los positrones y la
radiación electromagnética. En los últimos años, los trabajos del físico británico
Stephen Hawking se han dirigido a intentar integrar por completo la mecánica
cuántica con la teoría de la relatividad.

Reticulum - El Retículo

Ubicada entre la luminosa Achernar y Canopus, esta pequeña constelación estelar


débil fue llamada inicialmente Rhombus, el Rombo, por Isaak Habrecht de
Estrasburgo. Lacaille la volvió a bautizar con el nombre de Reticulum en homenaje
al retículo, que es la cuadrícula del ocular de un telescopio y que sirve para centrar
y enfocar. En algunos círculos también se llama la Red.
R Reticuli es una estrella de categoría Mira que presenta un vivo color carmesí y
su luminosidad oscila entre 7 y 13 en un período de 9 meses.

Sagitta - La Flecha

Esta es una constelación pequeña situada entre Altair, en el Aguila, y Albireo (Beta
Cygni). Los antiguos hebreos, persas, árabes, griegos y romanos identificaron a
este grupo de estrellas con una flecha y la asociaron con la saeta usada por Apolo
para aniquilar al Cíclope, con la flecha que Hércules lanzó a los Pájaros de
Stymphalia y con el dardo de Cupido.
U Sagittae es una estrella binaria eclipsable que cada 3,4 días cae de 6,5 a 9,3 de
magnitud.
V Sagittae es débil y cae irregularmente desde 8,6 a 13,9 de magnitud, pero es
atractiva ya que cambia un poco cada noche. Se piensa que hace tiempo era una
nova.
M 71 es un racimo fértil de estrellas débiles que está al sur de una línea imaginaria
entre Delta y Gamma Sagittae. Se le considera un racimo globular pobre y poco
poblado.

Sagittarius - Sagitario

Es parte del zodíaco y su rasgo más característico es el grupo de estrellas que la


habita, que parece una tetera.
Sagitario es un centauro, mitad hombre y mitad caballo, y se le asocia a Quirón,
también identificado con Centauro, aunque en su representación lleva un arco, lo
que no es propio de Quirón, famoso por su sabiduría y amabilidad. Otros dicen
que Quirón creó la constelación para guiar a Jason y los Argonautas.
Está en la Vía Láctea, en el centro de la galaxia, donde la banda es más ancha,
aunque aparece atravesada por oscuras líneas de polvo. Es un tesoro de racimos
globulares y galácticos, rico en nebulosas brillantes y oscuras.
El Gran Racimo de Sagittarius M 22 es un globular muy grande, el mejor de la
constelación. Su magnitud 6,5 lo hace fácil de ver.
M 23 es uno de los muchos racimos galácticos de Sagitario y tiene unas 100
estrellas en un área tan extensa como la Luna aparente.
La Nebulosa de la Laguna (M 8) es una formación difusa y espectacular alrededor
del racimo NGC 6530.
La Nebulosa Trífida (M 20) está al norte de M 8. Debe su nombre a 3 fajas de
nubes oscuras que la dividen.
La Nebulosa Omega (M 17), también conocida como el Cisne o la Herradura, sólo
puede verse con prismáticos.

Scorpius - El Escorpión

Para los griegos, Scorpius es el escorpión que mató a Orión y por ello ambas
constelaciones están en lados opuestos del cielo.
Es una bella constelación zodiacal, llena de luminosas estrellas y ricos campos
estelares, en la Vía Láctea. En el extremo norte, dibuja una línea de tres estrellas,
con Antares en el centro. Los persas veían a Antares y Fomalhaut como estrellas
reales, vigilantes del cielo.
Los romanos se referían a Antares como Cor Scorpionis (corazón del escorpión).
Los chinos aludían a su brillo como al "Gran Fuego".Está a unos 520 años luz y es
una supergigante roja de mil millones de kilómetros de ancho y nueve mil veces
más luminosa que el Sol, pero tiene una masa apenas 10 a 15 veces mayor que el
Sol. Su interior puede ser un vacío muy caliente.
Beta Scorpii es una estrella doble cuyos componentes tienen una separación de
13,7 segundos de arco y magnitudes 2,6 y 4,9.
M 4 es un extraño racimo globular que presenta aspectos distintos según el
instrumento con que se le observa.
El Racimo Mariposa (M 6) debe su nombre a que sus estrellas semejan una
mariposa.
Scorpius X-1 es una binaria en la que una expulsa gas sobre la otra, una estrella
densa que podría ser una enana blanca, una estrella de neutrones o un agujero
negro. Es una brillante fuente de rayos X..

Sculptor - El Taller del Escultor

Se ubica al sur de Acuario y la Ballena. Tiene escasos elementos atractivos y los


más interesante es un pequeño racimo de galaxias en espiral.
NGC 253, por medio de un pequeño telescopio, se ve como una de las galaxias
más interesantes del cielo, en especial observada desde el hemisferio sur. Grande
y aparentemente aplanada, la descubrió Caroline Herschel, en 1783, cuando
buscaba cometas.
NGC 55 es otra excelente galaxia de apariencia aplanada. A través de un
telescopio de 200 mm se ve con un extremo más luminoso que el otro.
Esta constelación, originalmente llamada El Taller del Escultor por Nicolas-Louis
de Lacaille, la podemos considerar como el grupo local más cercano a la Tierra en
todo el cosmos.

Scutum -El Escudo de Sobieski


Ideada por Johannes Hevelius a finales del siglo 17, la llamó Scutum
Sobiescianum en homenaje al rey de Polonia John Sobieski, quien rechazó la
invasión del ejército turco a su país en 1683.
Es fácil de identificar en el cielo, a pesar de no ser una constelación grande ni
brillante, ya que una de las nubes de estrellas de la Vía Láctea está dentro de sus
componentes.
R Scuti es una estrella variable semirregular tipo RV Tauri, que cae desde la
magnitud 5,7 a 8,4 con un período de 5 meses.
El Racimo Pato Salvaje (M 11) es un elemento muy interesante del tipo abierto,
fácil de ver con prismáticos y espectacular con telescopio. Es uno de los más
compactos en su tipo y la presencia de una estrella brillante en su fondo subraya
su belleza.

Serpens - La Serpiente

Es la única constelación que aparece dividida en dos partes. La cabeza y la cola,


Serpens Caput y Serpens Cauda, están separadas por Ofiuco (Portador de
Serpientes). Antiguamente estos tres elementos conformaban una sola
constelación.
R Serpentis es una estrella del tipo Mira, a medio camino entre Beta y Gamma
Serpentis, con un brillo máximo de 6,9 que cae hasta 13,4, con un período de un
año.
M 5 es un impresionante racimo globular que está a unos 26 mil años luz.
La Nebulosa del Aguila (M 16) es una sorprendente combinación de nebulosa y
racimo de estrellas, perfectamente visualizable a través de un telescopio de 200
mm.

Sextans - El Sextante

Esta es otra constelación ideada por Johannes Hevelius, quien le asignó este
nombre para recordar la destrucción del sextante que usó para medir las
posiciones de las estrellas y orientarse en sus observaciones astronómicas. El
sextante, al igual que el resto de sus instrumentos, fue destruido por un incendio
en septiembre de 1679.
Ubicada entre Leo e Hidra, la estrella más luminosa de Sextante, de magnitud 4,5,
apenas puede verse sin ayuda óptica. En la antigüedad, los chinos tomaron a una
de las estrellas más débiles de Sextans para representar a Tien Seang, el Ministro
de Estado en el Cielo.
La Galaxia de Spindle (NGC 3115) es de 10ª magnitud, de apariencia aplanada y
tiene forma de lente. A diferencia de otras galaxias débiles, ésta muestra una
visión satisfactoria con telescopios de 200 mm o más. Parece ser una galaxia
entre elíptica y espiral.

SUPERNOVAS
Cuando se les acaba el combustible a las estrellas supergigantes, conocen un fin
abrupto.
Por grande que sea su núcleo, es decir por mucha contracción gravitatoria que
pueda generar, la última reacción termonuclear posible es la que entrega hierro y
níquel como productos: los núcleos de estos átomos son los que más energía
interna tienen, los más ligados.
Si se formaran núcleos más pesados, éstos no entregarían energía a la estrella
sino que, al contrario, sería necesario darles energía para formarlos. Por ello, si un
núcleo es lo suficientemente masivo para comprimirse hasta las temperaturas
necesarias para producir hierro, su fin es inminente.
Una vez producido el hierro (proceso muy rápido) el núcleo deja de producir
energía. Entonces, su peso, en crecimiento con las capas superiores, lo comprime
cada vez más, hasta alcanzar la densidad en la cual los electrones son absorbidos
por los neutrones. El núcleo se derrumba sobre sí mismo en fracciones de
segundo en una implosión gravitacional llamada supernova.
Durante dicho derrumbe se alcanzan energías gigantescas cerca del centro, con
innumerables reacciones nucleares muy distintas a las normales en la evolución
previa de las estrellas. Es en esos instantes que se produce el oro y la mayoría de
los elementos más masivos que el hierro. Se produce así una cantidad enorme de
energía, con una gran liberación de rayos gamma y neutrinos.
Parte de esa energía escapa desde el centro y, de una manera cuyos detalles no
se conocen bien, detiene e invierte la caída de las partes más externas de la
estrella, expulsándolas con gran fuerza. Es como si éstas rebotaran cerca del
centro.
Hay dos tipos de supernovas. Las de tipo I son producidas por el colapso de
enanas blancas o estrellas de neutrones producido por un aporte de masa más
allá del límite. Esta situación se da en algunas estrellas binarias. En los espectros
de esas supernovas no hay hidrógeno (fue consumido por la enana blanca). Se les
conoce también como Novas.
Las supernovas de tipo II son las que hemos descrito más arriba. En sus
espectros sí hay hidrógeno.
A causa de su alta luminosidad (muy variable entre cada caso) de más de 1010
luminosidades solares (Ls), o sea una magnitud absoluta de -20, las supernovas
pueden ser vistas en galaxias muy remotas. Por ello, son muy útiles para conocer
las distancias extragalácticas, sobre todo ahora que se ha podido calibrar mejor
los distintos tipos de supernovas que hay.
El problema es que ocurren muy poco y las que han aparecido en galaxias
cercanas (cuya distancia es bien conocida), son más bien escasas.

Taurus - Tauro o El Toro

Otra constelación boreal zodiacal que destaca por tener a dos de los racimos más
grandes y emblemáticos del espacio celeste: las Hiadas y las Pléyades.
En todos los tiempos los toros han sido objeto de culto y veneración como
símbolos de fuerza y fertilidad. Los griegos creían que esta constelación era Zeus
disfrazado de toro. Zeus se enamoró de Europa, la hermosa hija del rey de los
fenicios. Una vez, jugando a la orilla del mar, Europa vio a un hermoso toro blanco
en la manada de su padre. El toro, que era Zeus disfrazado, se le acercó y se
postró ante ella, la que subió sobre sus espaldas. El toro corrió hacia el mar y
nadó hasta Creta en donde Zeus hizo de Europa su amante. Uno de sus hijos,
Minos, se convirtió en el rey de Creta.
Las Pléyades (M 45), también llamadas las Siete Hermanas, son el racimo abierto
más famoso y da forma al hombro del toro. Durante una noche oscura se pueden
ver 6 de sus estrellas a simple vista. En buenas condiciones se contemplan 9. Con
más de 500 estrellas, el racimo está a 410 años luz y cubre un área 4 veces el de
la Luna.
Las Hiadas es también un racimo abierto, pero está más cerca, a 150 años luz,
por lo que a simple viste se divisa la separación entre sus estrellas. Sus
componentes forman la cabeza del toro.
Aldebaran (Alpha Tauri) es una gigante estrella naranja, la más brillante de Tauro.
A 60 años luz, es el ojo del toro.

TELESCOPIO ESPACIAL HUBBLE

Es el primer observatorio en órbita de uso general, desarrollado en un marco de


cooperación entre la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA). Lanzado el 24
de abril de 1990, el HST (Hubble Space Telescope, en inglés) recibió su nombre
en honor del astrónomo estadounidense Edwin Hubble, quien demostró en los
años 20 el alejamiento de las Galaxias. El espejo principal del telescopio tiene un
diámetro de 2,4 m y sus lentes están diseñadas de forma que cuando realiza una
observación de la luz visible el telescopio puede determinar, en teoría, objetos
astronómicos que se encuentran a una distancia angular de hasta 0,05 segundos
de arco. En comparación, los grandes telescopios tradicionales sobre la Tierra,
funcionando cuando el cielo está en condiciones atmosféricas óptimas, obtienen
una resolución de imagen de 0,5 segundos de arco. En principio, el HST estaba
equipado para realizar observaciones en la regiones visible y ultravioleta del
espectro electromagnético y contaba con cinco detectores: las cámaras WFPC
(Wide Field Planetary Camera) y FOC (Faint Object Camera), los espectrógrafos
FOS (Faint Object Spectrograph) y GHRS (Goddard High Resolution
Spectrograph), y el fotómetro HSP (High Speed Photometer). Tiene también tres
sensores de guía de precisión que se pueden utilizar para medidas astronómicas
de gran precisión como la determinación de distancias de las estrellas.
Cuando el telescopio ya estaba en órbita, los científicos descubrieron que su
espejo principal no enfocaba bien debido a un error de fabricación. Se llevó a cabo
una misión de asistencia para reparar el problema en diciembre de 1993,
utilizando la lanzadera espacial Endeavour. Se insertó un dispositivo de corrección
óptica llamado COSTAR (Corrective Optics Space Telescope Axial Replacement)
en la ranura correspondiente al fotómetro de alta velocidad (HSP) que tuvo que
retirarse. La cámara WFPC, con un recorrido óptico diferente del de los otros
cuatro instrumentos, fue sustituida por la cámara WFPC2, que tenía incorporado
un elemento corrector para el defecto del espejo principal. Esta cámara ha
proporcionado imágenes más detalladas de algunos fenómenos, como la
formación de estrellas. El telescopio también facilitó una de las mejores visiones
del planeta Júpiter cuando fue bombardeado por los fragmentos del cometa
Shoemaker-Levy 9 en julio de 1994. Las imágenes de los efectos producidos por
las colisiones, proporcionaron a los científicos datos de gran importancia para el
análisis espectral de la composición química de la atmósfera de Júpiter.
En febrero de 1997, seis astronautas a bordo de la lanzadera espacial Discovery
llevaron a cabo una misión de puesta a punto del telescopio que incluía una
revisión técnica y la instalación de dos poderosos instrumentos de observación.
Los espectrógrafos GHRS y FOS fueron retirados y sustituidos por estos dos
nuevos instrumentos: el espectrógrafo STIS (Space Telescope Imaging
Spectrograph) y la cámara NICMOS (Near Infrarred Camera and Multi-Object
Spectrometer). Al contrario que sus predecesores, GHRS y FOS, que pueden
observar de una vez un único punto en el espacio, el espectrógrafo STIS puede
observar una línea continua. Esto permite, entre otras cosas, estudiar las diversas
velocidades a las que la materia gira en torno al centro de una galaxia.
La cámara NICMOS es el primer instrumento del HST que trabaja en la región
infrarroja del espectro electromagnético. La radiación infrarroja, al contrario que la
visible, no es reflejada ni absorbida por la materia y se detecta normalmente en
forma de calor radiante; por ello, esta cámara permitirá contemplar objetos
calientes, como estrellas en proceso de formación, que se encuentren en el
interior de nubes de polvo y gas. Los astrónomos también confían en detectar
galaxias tan lejanas que desde la Tierra parecen emitir radiación en la región
infrarroja en vez de en la visible. Además, la luz de estas galaxias ha recorrido una
distancia tan grande hasta alcanzar la Tierra que las galaxias aparecen como eran
cerca del origen del Universo, proporcionando a los astrónomos datos sobre las
galaxias en formación.
La NASA tiene previsto realizar otras dos nuevas revisiones del HST en los
próximos cinco años.

Telescopium - El Telescopio

Creada por Nicolas-Louis de Lacaille en el siglo 18 en homenaje al valioso


instrumento, primero fue bautizada como Tubus Telescopium. Está ubicada entre
Sagitario, Ofiuco, la Corona Austral y Escorpión.
RR Telescopii es una pequeña estrella del tipo nova muy interesante. En un
período de 13 meses variaba entre las magnitudes 12,5 y 15, hasta que en 1944
alcanzó la magnitud 6,5 y mantuvo ese estado por 5 años, volviendo a caer,
también con período de 13 meses. Se cree que puede ser un sistema binario
donde una gran estrella roja se hace cargo de las variaciones menores y otra más
pequeña y caliente es responsable de una parte de la conducta de la nova.

TOLOMEO, CLAUDIO (c. 100-c. 170)

Astrónomo, matemático y geógrafo cuyas teorías y explicaciones astronómicas


dominaron el pensamiento científico hasta el siglo XVI. También se reconocen sus
aportaciones en matemáticas, óptica y geografía. Posiblemente, Tolomeo nació en
Grecia, pero su nombre verdadero, Claudius Ptolemaeus, refleja todo lo que
realmente se sabe de él: “Ptolemaeus” indica que vivía en Egipto y “Claudius”
significa que era ciudadano romano. De hecho, fuentes antiguas nos informan de
que vivió y trabajó en Alejandría, Egipto, durante la mayor parte de su vida.

Almagesto

La primera y más famosa obra de Tolomeo, escrita originariamente en griego, se


tradujo al árabe como “al-Majisti” (Obra magna). En Europa, las traducciones
latinas medievales reprodujeron el título como “Almagesti”, y desde entonces se le
conoce simplemente como “Almagesto”. En esta obra, Tolomeo planteó una teoría
geométrica para explicar matemáticamente los movimientos y posiciones
aparentes de los planetas, el Sol y la Luna contra un fondo de estrellas inmóviles.
Esta obra no incluía ninguna descripción física de los objetos del espacio.
Tolomeo comenzó por aceptar la teoría mantenida de forma generalizada en aquel
entonces de que la Tierra no se movía, sino que estaba en el centro del Universo.
Por razones filosóficas, se consideraba que los planetas y las estrellas se movían
con movimiento uniforme en órbitas perfectamente circulares. Más tarde amplió la
teoría en un intento de explicar los enigmas astronómicos que presentaba, por
ejemplo, los aparentes movimientos de retroceso de los planetas y las variaciones
aparentes de tamaño o brillo de la Luna y de los planetas. Tolomeo planteó que
los planetas, el Sol y la Luna giraban en pequeñas circunferencias cuyos centros
giraban a su vez alrededor de circunferencias mucho más grandes que tenían su
centro en la Tierra. De esta forma, hizo que su sistema se adecuara a la mayoría
de las observaciones que habían registrado los astrónomos.
Utilizó el término “epiciclo” para describir la pequeña circunferencia sobre la que,
según él, giraban los objetos en el espacio. Para que funcionara la teoría de los
epiciclos, tuvo que introducir variaciones en las matemáticas tradicionales. Ésta
fue una de las razones por las que el astrónomo polaco Nicolás Copérnico
rechazó el sistema de Tolomeo en el siglo XVI y desarrolló su propia teoría
heliocéntrica, que establece de forma correcta que el Sol está situado en el centro
del Sistema Solar. Aun así, Copérnico mantuvo un elaborado sistema de epiciclos.

Otras obras

Tolomeo también contribuyó sustancialmente a las matemáticas a través de sus


estudios en trigonometría y aplicó sus teorías a la construcción de astrolabios y
relojes de sol. En su “Tetrabiblon”, aplicó la astronomía a la astrología y la
creación de horóscopos. En “Geografía”, obra de gran importancia histórica,
describe el mundo tal como lo conocía la gente de su tiempo. Esta obra, que utiliza
un sistema de latitud y longitud, influenció a los cartógrafos durante cientos de
años, pero adolecía de falta de información fiable. Tolomeo también dedicó un
tratado a la teoría musical: “Harmónicos”, y en Óptica exploró las propiedades de
la luz, especialmente la refracción y la reflexión. La “Óptica”, conocida solamente
por una versión árabe, hace hincapié en los experimentos y en la construcción de
aparatos especiales para promover el estudio de la luz y desarrollar una teoría
matemática de sus propiedades.

Triangulum Austral - El Triángulo Austral


Por primera vez esta constelación apareció en Uranometría, el atlas de Johann
Bayer, en 1603. Se presenta como una figura de tres caras en el cielo austral. Se
ubica al sur de Norma (el Nivel) y al este de Circinus (el Compás), instrumentos de
uso obligado para carpinteros y navegantes en los viajes al hemisferio sur.
R Trianguli Australis es una de las Cepheid de la constelación. Varía en una
magnitud de casi un punto, entre 6,0 y 6,8. Como toda Cepheid, es muy regular y
su período exacto es de 3.389 días.
S Trianguli Australis es otra brillante Cepheid que va de 6,1 a 6,7 en 6.323 días.
NGC 6025 es un pequeño racimo abierto, con unas 30 estrellas de 9ª magnitud,
con un fondo de estrellas más débiles.

Triangulum - El Triángulo

Esta es una constelación pequeña y débil situada al sur de Andrómeda, cerca de


Beta y Gama Andromedae. Pese a su carencia de atractivo, esta constelación era
muy conocida en la antigüedad. A causa de su similitud con delta, la letra griega,
se le conoció como Delta o Deltotum. Se le vincula al delta del río Nilo y a la isla
de Sicilia,en Italia, por su forma de triángulo. Los hebreos le dieron su nombre
asociándolo con la forma de un instrumento musical triangular.
La Galaxia del Molinillo (M 33) tiene una magnitud 5,5, alumbrando un área tan
grande que es muy difícil de abarcar visualmente. Se ve en forma de hilera pues
aparece de frente. Un telescopio de campo visual ancho es necesario para
contemplar la galaxia, ya que uno de campo estrecho es inútil para esta tarea.

Tucana - El Tucán

Los tucanes son los más grandes en la familia de los Ramphastos, aves de
colores luminosos y grandes picos que viven en América tropical. Johann Bayer
escogió este nombre para la constelación y la representó mostrando al Tucán
sentado sobre la Pequeña Nube de Magallanes, una de las galaxias más cercanas
a la Vía Láctea, cuidándola como a un huevo.
47 Tucanae (NGC 104) está a 16 mil años luz y brilla con magnitud 4,5,
compitiendo con Omega Centauri por el título del racimo globular más
espectacular del cielo.
Pequeña Nube de Magallanes (PNM) es una galaxia que se puede ver a simple
vista, con cielo y atmósfera adecuada, al lado de 47 Tucanae. Está a casi 200 mil
años luz de nosotros y se estima que tiene unos 30 mil años luz de ancho.

Ursa Maior - La Osa Mayor

Es una las constelaciones más antigua y más conocida. Muchas leyendas de


distintas culturas y naciones aluden a este grupo de 7 estrellas representadas por
un carro, nombre por el que también se la conoce.
Para los cherokees, en América del Norte, el brazo del carro es un grupo de
cazadores que porfiadamente persiguen a la osa desde que asoma en el cielo en
primavera hasta que se pone en las noches de otoño. Los chinos veían a las
estrellas de la Osa Mayor como una fuente de alimentos para la población en
época de escasez. Lo mismo decían los hebreos.
Mizar (Zeta Ursae Majoris) y Alcor conforman la famosa doble estrella aparente
ubicada en medio del brazo del carro. Tiene una separación de 12 minutos de arco
y a simple vista se percibe como un par. Mizar es una estrella binaria real,
separada por 14 segundos de arco.
M 81 es una galaxia espiral visible con prismáticos. Observada en condiciones
óptimas es impresionante.
M 82 está a medio grado de M 81 y es alargada y estrecha.
La Nebulosa de la Lechuza (M 97) es una nebulosa planetaria oval que tiene la
forma de este pájaro. Es grande y borrosa y para ubicarla se requiere al menos un
telescopio de 75 mm o más.

Ursa Minor - La Osa Menor

Esta constelación aparenta ser una cuchara con el mango doblado por un niño
juguetón. Fue Tales de Mileto, el astrónomo griego, el que la reconoció como
constelación el año 600 a.C.
En la antigua Grecia se decía que Zeus y Calisto, una mortal, tuvieron un hijo
llamado Arcas. Hera, esposa de Zeus, convirtió a la amante en una osa y, en una
ocasión y mientras cazaba, Arcas estuvo a punto de matarla. Zeus salvó a Calisto
y junto a su hijo los colocó en el cielo. Calisto es la Osa Mayor y Arcas la Osa
Menor.
Polaris (Alpha Ursae Minoris) es la estrella polar del hemisferio norte. Se trata de
una variable Cepheid a casi un grado del polo exacto. La precesión del eje de la
Tierra llevará al polo a casi 27 minutos de arco de Polaris alrededor del año 2100 y
luego empezará a alejarse otra vez.
Polaris está a 820 años luz, con una compañera de 9ª magnitud distanciada unos
18 segundos y medio de arco.

Vela - La Vela (de Argo)

Este grupo estelar, junto a Carina (la Quilla) y Pyxis (la Brújula), integraba un gran
agrupación de estrellas en el cielo austral que se denominaba Argos Navis, el
Barco Argo, que era la nave en que Jasón y los Argonautas viajaron en busca del
Vellocino de Oro. En 1750, Nicolas-Louis de Lacaille dividió a Argos Navis
distribuyendo sus estrellas en las constelaciones aludidas.
Delta y Kappa Velorum, junto con Epsilon e Iota Carinae, conforman una versión
corregida y aumentada, aunque de mayor debilidad, de la Cruz del Sur, por lo que
también se la conoce como la Falsa Cruz.
Gamma Velorum es una estrella doble que se percibe con prismáticos y pulso
firme. Su elemento principal es una Wolf-Rayet, muy caliente y brillante.
NGC 3132 es una brillante nebulosa planetaria que acompaña a los diversos
racimos en Vela, aunque está al borde de Antlia. Tiene magnitud 8 y un minuto de
arco de ancho y se la ve como la réplica meridional de la nebulosa de Anillo de
Lira, aunque con una estrella principal más luminosa.
LA VÍA LÁCTEA

Cualquiera de nosotros puede ver un cinturón de estrellas lejanas y débiles que se


extiende a lo largo del cielo, llamado Vía Láctea (de lactos = leche) a causa de su
color lechoso. Al mirar arriba o abajo, en cambio, se ven sólo estrellas.
Desde el hemisferio sur, la Vía Láctea (VL) es tan brillante que algunos pueblos
indígenas le colocaron nombre a zonas en que, desde el hemisferio norte, sólo se
ven algunas estrellas.
Uno de los mayores logros de la astronomía del siglo XX fue conocer la estructura
correcta de la VL.

Nuestra galaxia

En 1610, con el primer telescopio, Galileo descubrió que la VL estaba constituida


por una multitud de estrellas.
A finales del siglo XVIII, en 1785, William Herschel construyó los telescopios más
grandes de su época y los utilizó para explorar los cielos. No sólo descubrió el
planeta Urano, sino también cantidad de satélites y estrellas dobles, además de
innumerables cúmulos de estrellas y nebulosas. Como vio que en todas las
direcciones alrededor de la VL había la misma cantidad de estrellas, pesó que el
Sol debía encontrarse cerca de su centro. Hoy sabemos que eso es falso: grandes
nubes de polvo y gases restringen la observación óptica a estrellas situadas a no
más de 2000 parsecs (6.500 años luz) de distancia. Tras calcular que debía haber
unos 100 millones de estrellas (en realidad hay mil veces más) Herschel intentó
conocer el tamaño de la VL basándose en la comparación del brillo de las
estrellas, dado que su luz disminuye con el cuadrado de la distancia. Su resultado
fue demasiado pequeño: apenas 7.500 años luz de diámetro (es más de diez
veces mayor).
Observaciones radioastronómicas han revelado que la VL tiene forma de espiral,
con un engrosamiento central de estrellas viejas; un disco exterior de estrellas
tanto viejas como jóvenes y calientes que constituyen los brazos espirales; y un
gran halo de estrellas pálidas.
Las estrellas de la VL están todas unidas por la gravedad y giran alrededor de un
centro distante, oculto detrás de nubes de polvo y gases interestelares (hidrógeno
y helio en un 95%). El hidrógeno se puede detectar en la longitud de los 21 cm.
El gas se manifiesta por absorción o por emisión de luz. El polvo, en tanto, por una
fuerte absorción de luz. Las nubes de gases a una temperatura de hasta unos
30°K son principalmente hidrógeno molecular (H2) mientras que las que están a
unas cuantos cientos de grados contienen hidrógeno atómico (H). Cerca de las
estrellas más brillantes y calientes, en tanto, el hidrógeno es ionizado.
En las nubes situadas en un ancho anillo entre 3.000 y 8.500 parsecs del centro,
hay grandes cantidades de hidrógeno. Por ello, es ahí donde hay una gran tasa de
formación de estrellas y donde el brillo de las galaxias espiral es mayor.
El núcleo de la VL ha sido hasta hace poco una región misteriosa, oculta a la vista
por oscuras nubes de polvo interestelar. Del núcleo, los astrónomos obtuvieron la
primera descripción detallada en 1983, cuando fue lanzado el Satélite de
Astronomía Infrarroja (IRAS). Dicho satélite es el mismo que confirmó además la
existencia de nubes de polvo alrededor de algunas estrellas jóvenes. (Fig: nubes
de polvo IRAS) Son algunas de esas nubes de polvo las que probablemente se
transformarán en exoplanetas, en los cuales quizás habrá vida. Liberados de la
opacidad atmosférica de la Tierra que los ocultaba, los sensores a bordo del IRAS
grabaron con detalles sin precedentes las posiciones y las formas de
innumerables fuentes de energía infrarroja que ocupan el corazón de la VL. Entre
éstas se descubrió un objeto macizo que no era una estrella y demasiado
compacto para ser un cúmulo de estrellas; podría ser un agujero negro.

Forma y tamaño de la VL

La luz, a una velocidad de 300.000 km/s, necesitaría 400.000 años para atravesar
la VL de extremo a extremo de su halo. Éste último es una pálida zona con
estrellas que no pertenecen ni a los cúmulos, de los que ya hablaremos, ni a la
espiral visible de la galaxia. La espiral visible mide unos 100.000 años luz o 30.000
parsecs de diámetro.
La VL está compuesta de estrellas que giran alrededor de un centro común. El
Sol, situado a unos 30.000 años luz del centro de la VL, viaja a una velocidad de
unos 210 km/s y completa una revolución entera cada 230 millones de años.
Hay una gran cantidad de polvo y partículas de gas esparcidas entre las estrellas.
Esta materia interestelar intercepta la luz visible emitida por estrellas distantes, de
modo que los observadores en la Tierra no pueden contemplar con detalle las
partes lejanas de la Vía Láctea ni los cuerpos situados más allá: nuestra propia
galaxia es una “zona de impedimento”.
Los cúmulos estelares
Fuera de la VL, en su periferia cercana, se ubican unos conjuntos de estrellas
llamados cúmulos, ligados gravitacionalmente a aquella. Los más lejanos están a
150.000 años luz. Los cúmulos poseen una luminosidad máxima de 106 Ls. Son
de forma esférica ya que no giran sobre sí mismos (si lo hacen, muy lentamente).
Los hay de dos tipos: abiertos y globulares.
Fue el astrónomo norteamericano Harlow Shapley quien, siguiendo el
descubrimiento de Henrietta Swan Leavitt de la relación entre el periodo y la
luminosidad de las estrellas “variables cefeidas” esparcidas por toda la VL y en los
cúmulos, contribuyó al cambio de visión heliocéntrica hacia una galactocéntrica.
Es como sigue.
Miss Leavitt estudió una clase especial de estrellas supergigantes, las variables
cefeidas. Las variables más luminosas, unas supergigantes, alcanzan 2x104
luminosidades solares (Ls): su magnitud absoluta muy grande. Su brillo varía en
períodos que dependen de su magnitud absoluta, pues hay una relación período-
luminosidad. Gracias a esto, podemos calcular fácilmente su distancia.
Como los cúmulos no están en el plano de la galaxia, sus estrellas variables son
fáciles de ver hasta distancias muy grandes, al contrario de gran parte de la
galaxia. La mayor parte de los cúmulos contiene al menos unas pocas estrellas
variables. Shapley calculó las distancias a los cúmulos. En 1917, ya conocía la
distancia a 93 de ellos y construyó un mapa tridimensional. Los cúmulos resultaron
tener una disposición esférica, pero el centro de esa esfera no era el Sol, sino un
punto en medio de la VL, en la constelación del Sagitario, a unos 8.500 parsecs de
distancia de nosotros.
Shapley supuso (acertando) que los cúmulos estaban centrados sobre el centro de
la galaxia. Su suposición ha sido verificada por muchos medios, incluyendo la
distribución de los cúmulos en otras galaxias.

Virgo - Virgo, La Doncella, La Virgen

Virgo en el zodiaco es la única figura femenina y ha sido el símbolo de diversas


divinidades en diversas culturas. Para los babilonios era Ishtar, diosa de la
fertilidad; para los romanos era Astrea, diosa de la justicia; los griegos la llamaban
Deméter, diosa de la cosecha. Virgo se muestra sujetando una espiga de trigo o
llevando las balanzas de Libra, la constelación adyacente.
Spica (Alpha Virginis) es una estrella blanca y luminosa y que aparece como la
espiga de trigo. Está a 220 años luz, con una luminosidad 2 mil veces más grande
que la del Sol.
Porrima (Gamma Virginis) es una de las mejores dobles, donde cada componente
brilla con magnitud 3,7. Separada por 3 segundos de arco, el par es fácil de
descomponer, pero el año 2017 se verá más junta.
M 49 es una de las más brillantes galaxias eclípticas en el racimo de Virgo.
M 84 y 86 son 2 galaxias eclípticas que están muy cerca para ser vistas en el
mismo campo de un telescopio de poca potencia.
3C273 Virginis es el quásar más luminoso conocido, pero su magnitud es 13 lo
que hace necesario un telescopio de 200 mm para verlo. Está a 3 billones de años
luz y es el elemento más lejano que los aficionados pueden ver con telescopio.

Volans - El Pez Volador

La constelación de Piscis Volans, como la llamó primitivamente Johan Bayer en su


atlas de 1603, está al sur de Canopus. Actualmente es llamada solamente Volans.
Los marinos que surcaban los mares australes señalaban haber visto bancos de
peces voladores, lo que parece haber ideado el nombre. Las aletas pectorales de
estos peces alcanzan dimensiones parecidas a las alas de las aves y se deslizan
por el agua en recorridos que lluegan a los 400 metros.
S Volantis es una estrella Mira que tiene una magnitud 8,6, aunque a veces llega
hasta 7,7. Su promedio mínimo es 13,6. Este estrella tiene un período de casi 14
meses.

Vulpecula - La Zorra

Esta constelación tiene la especial particularidad de no estar vinculada a ninguna


leyenda interesante, referencia mitológica, relato popular o moraleja. Es una idea
de Johannes Hevelius en 1690, cuando la llamó Vulpecula Cum Anser que
significa la Zorra con el Ganso, pero finalmente quedó como la Zorra.
La Nebulosa de Dumbbell (M 27) es una excelente nebulosa planetaria, muy
acogedora para la exploración con telescopios pequeños. Es fácil de ubicar al
norte de Gamma Sagittae, pues es grande y brillante. De magnitud 7, con
prismáticos se verá como una débil mancha nebulosa. Con un telescopio
pequeño, se distinguirá su extraña forma, y con un instrumento de mayor potencia
se verá su estrella de magnitud 13.
La emisión de gases de la Nebulosa de Dumbbell se extiende a una velocidad de
27 kilómetros por segundo, pero jamás veremos algún cambio relevante debido a
lo indetectable del fenómeno para nuestros medios ópticos.

Departamento de Astronomía, Universidad de Chile 2006

Glosario de términos relacionados con la Astronomía.

Ácido sulfúrico
Ácido dibásico fuerte, oleoso, corrosivo y pesado de fórmula H2SO4 que es
incoloro en estado puro; es un agente oxidante y deshidratante muy potente. Es
abundante en la atmósfera de Venus.

Acreción
Acumulación de polvo y gas en cuerpos más grandes.

Afelio
Punto de la órbita de un planeta donde está más alejado del Sol.

Agujero negro
Objeto cuya gravedad es tan grande que la velocidad de escape es superior a la
velocidad de la luz. La luz que trata de escapar de un agujero negro vuelve a caer
sobre su superficie tal como lo hace una piedra lanzada al aire. Por ello, un
agujero negro es invisible desde su exterior.

Albedo
Reflectividad de un objeto; razón entre la luz reflejada y la luz incidente (varía
entre 0 y 1). Un objeto con albedo alto se ve más brillante que otro similar de
albedo bajo.

Alpha Centauri
La estrella brillante más cercana a nuestro sistema solar. Esta en la Constelación
austral del Centauro, muy cerca de la Cruz del Sur.

Angstrom
Unidad de longitud = 10-8cm. La usan los astrónomos para medir la longitud de
onda de la luz visible.

Año luz
Distancia que recorre la luz en un año, a una velocidad de 300,000 kilómetros por
segundo; 1 año luz es equivalente a 9.46053x1012 km, o 63240 UA.

Antípoda
El punto que está diametralmente opuesto en el otro lado del planeta; por ejemplo,
el polo norte terrestre es antípoda del polo sur.

Apogeo
El punto más distante de la Tierra en la órbita de un satélite artificial o de la Luna.

Ascensión recta
Coordenada en la esfera celeste análoga a la longitud que usamos en la tierra. Se
mide en horas, minutos y segundos de tiempo, hacia el este sobre el Ecuador
Celeste.

Asteroide
Cuerpos pequeños, de tamaños entre unos pocos metros hasta cientos de
kilómetros que orbitan el Sol; principalmente entre Marte y Júpiter. Los asteroides
reciben un número de serie cuando son descubiertos.

Atmósfera
1) Componente gaseosa que rodea la superficie de estrellas, y algunos planetas y
satélites. 2) Unidad de presión equivalente a la presión atmosférica media a nivel
del mar; una atmósfera corresponde a 105 N/m2.

Aurora
Brillo causado en la ionósfera de un planeta por la interacción de su campo
magnético con partículas cargadas procedentes del viento solar. En la tierra se
observan cerca de las regiones polares, y se conocen como Aurora Austral
(hemisferio sur) o Boreal (norte).

Bar
Unidad de presión; 1 bar = 0.987 atmósferas = 101,300 pascales = 14.5
libras/pulgada cuadrada = 100,000 Newtons por metro cuadrado.

Basalto
Término genérico que se aplica a las rocas ígneas de color oscuro compuestas
por minerales que son relativamente ricos en hierro (Fe) y magnesio (Mg). Son
comunes en zonas volcánicas.

Big-Bang
La gran explosión inicial que dio origen al universo en expansión actual a partir de
un estado de densidad y temperatura extremadamente altas.
Brecha
Roca de grano grueso, compuesta por fragmentos angulosos de otras rocas, que
se mantienen juntos mediante un cemento mineral o una matriz de grano fino.

Calcio K
Estrecha longitud de onda de luz azul que es emitida y absorbida por los iones del
elemento calcio. Son importantes en estrellas como el Sol.

Caldera
Gran depresión volcánica en forma más o menos circular. La mayor parte de las
calderas volcánicas se producen por el colapso del techo de la cámara magmática
debido a la eliminación del magma por erupciones voluminosas o movimientos
subterráneos. Sin embargo, otras podrían producirse por la desaparición explosiva
de la parte superior del volcán.

Calentamiento de marea
Calentamiento por fricción del interior de un satélite debido a la deformación
provocada por el empuje gravitacional de su planeta primario y posiblemente de
los satélites vecinos. Es muy importante en Io, el satélite más cercano a Júpiter.

Calisto
Satélite de Júpiter descubierto por Galileo.

Carbonato
Compuesto que contiene carbono y oxígeno; un ejemplo es el carbonato cálcico
(caliza).

Cenit
Intersección de la vertical de un lugar y la esfera celeste. El Sol sólo pasa por el
cenit durante el año en las zonas tropicales de la tierra.

Ceniza
Material de grano fino producido por una erupción piroclástica.

Ciclo solar
Variación periódica de la actividad magnética del Sol que dura aproximadamente
11 años. Esta se manifiesta en la frecuencia o número de los eventos activos del
Sol, que incluye las manchas y prominencias solares.

Cinturón de Kuiper
Zona del sistema solar externa a las órbitas de Neptuno y Plutón que contiene una
gran cantidad de objetos pequeños, tales como asteroides y cometas. Se cree que
el planeta Plutón puede ser originario del cinturón de Kuiper, como también
muchos de los cometas observados.
Cinturón de radiación
Regiones de partículas cargas en la magnetósfera de un planeta. En la Tierra
fueron descubiertos por Van Allen y llevan su nombre.

Coma
1) Polvo y gas que rodean al núcleo activo de un cometa. 2) Cúmulo de Galaxias
en la Constelación de Coma.

Cometa
Cuerpo pequeño del sistema solar compuesto de una aglomeración de hielos y
material rocoso. Cuando se acercan al sol generan una gran cola de gases y polvo
que les da su apariencia espectacular cuando son visibles a simple vista.

Constante de Hubble (H)


Número que describe la velocidad de expansión del universo actual. La velocidad
de alejamiento de un objeto distante debida a la expansión del universo se obtiene
multiplicando la constante de Hubble por la distancia que nos separa de el: v=Hd.

Constelación
Agrupación aparente de estrellas brillantes en la esfera celeste. El cielo está
dividido en 88 constelaciones.

Convección
Circulación de un fluído provocada por gradientes de temperatura. Es importante
en las capas externas de estrellas como el Sol.

Corona
Parte superior de la atmósfera solar, caracterizada por bajas densidades y altas
temperaturas (> 106 K); no es visible desde la Tierra excepto durante un eclipse
total de Sol o mediante la utilización de telescopios especiales llamados
coronógrafos.

Coronógrafo
Telescopio especial que bloquea la luz del disco solar para permitir el estudio de la
tenue atmósfera solar.

Cráter
1) Depresión formada por el impacto de un meteorito. 2) Depresión alrededor del
orificio de un volcán.

Cretáceo
Término geológico que denota el intervalo de la historia terrestre que comenzó
hace unos 144 millones de años y terminó hace unos 65 millones de años, con la
desaparición de los dinosaurios.

Cromósfera
Nivel más bajo de la atmósfera solar entre la fotósfera y la corona.

Cuasar
Objeto extragaláctico muy distante caracterizado por su apariencia óptica estelar,
su espectro con líneas de emisión anchas, y un gran corrimiento al rojo de su
espectro indicando grandes distancias. Se cree que son los núcleos de galaxias
distantes, donde hay materia cayendo hacia agujeros negros extremadamente
masivos (10^9 masas solares).

Declinación
Coordenada en la esfera celeste análoga a la latitud terrestre.

Densidad
Medida de masa por unidad de volumen; se expresa en gramos por centímetro
cúbico (o kilogramos por litro); la densidad del agua es 1.0, del hierro es 7.9 y del
plomo 11.3 gr/cm3.

Disco
Superficie visible del Sol (o cualquier cuerpo celeste) proyectado sobre el cielo.

Disco de acreción
Gas y polvo que se acumula en el plano ecuatorial de un cuerpo mayor, que
podría ser un hoyo negro, estrella, o planeta. El material en un disco de acreción
puede caer al cuerpo central, coagularse en cuerpos menores formado un sistema
planetario o de satélites, o bien formar un sistema de anillos como los de Saturno.

e=mc2
Fórmula de la famosa teoría de la relatividad de Einstein, conocida como relación
de equivalencia entre energía-masa. La energía e es igual a la masa m
multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado c2. Una pequeña masa produce
una enorme cantidad de energía. La fusión de elementos en los interiores
estelares y la caída de masa a un agujero negro producen grandes cantidades de
energía debido a esta relación.

Eclipse
Ocultación transitoria, total o parcial, de un astro debida a la interposición de otro
astro (eclipse de Sol debido al ocultamiento lunar) o al paso del primero por la
sombra proyectada por otro (eclipse de luna cuando ingresa al cono de sombra de
la tierra).

Eclíptica
Plano donde la Tierra describe su órbita alrededor del Sol. También es la
trayectoria aparente del Sol a la esfera celeste durante el año.

Efecto Doppler
Cambio aparente de la longitud de onda de un sonido o luz producido por el
movimiento relativo de la fuente y el observador.

Efecto invernadero
Aumento de la temperatura que se produce cuando la atmósfera absorbe la
radiación solar entrante pero bloquea la radiación térmica (infrarroja) saliente; el
dióxido de carbono es su principal causante.

Elementos siderófilos
Esta frase significa literalmente elementos amantes del hierro. Ello incluye el iridio,
osmio, platino y paladio, que se encuentran en los interiores ricos en metales de
los asteroides segregados químicamente o los planetas. Estos elementos son
extremadamente raros en la superficie de la Tierra, sin embargo son relativamente
abundantes en rocas que limitan el final del período cretáceo.

Enana blanca
Estrella de densidad muy alta (una tonelada por cm^3) que representa el estado
final de una estrella como el Sol. Su estructura se debe al equilibrio entre la fuerza
de gravitación y la presión de electrones degenerados en su interior.

Eólico
Relacionado con el viento y sus efectos asociados.

Equinoccio
Fechas en que el Sol cruza el Ecuador Celeste hacia el norte (equinoccio de otoño
en el hemisferio sur, 21 de Marzo) o sur (equinoccio de primavera, 21 de
Septiembre). Durante los equinoccios, el Sol sale por el punta cardinal Este y se
pone por el punto cardinal Oeste; y la duración del día y la noche es la misma en
toda la Tierra.

Erupción efusiva
Erupción volcánica relativamente silenciosa que expulsa lava basáltica a la
velocidad con la que una persona camina. La lava tiene una naturaleza fluída. La
erupciones del volcán Kilauea de la isla de Hawaii son de este tipo.

Erupción explosiva
Dramática erupción volcánica que lanza por el aire material que llega a cientos de
millas de distancia. La lave es baja en silicatos y puede ser muy peligrosa para la
gente que se acerque. Un ejemplo es el Monte St. Helens en 1980 (EEUU).

Erupción freática
Erupción volcánica o explosión de vapor, barro u otro material que no está
incandescente; esta forma de erupción está motivada por el calentamiento y
consiguiente expansión del agua contenida en el suelo debido a la cercanía de un
fuente ígnea de calor.

Escarpadura
Línea de acantilados producida por las fallas o la erosión; ladera o pendiente en
forma de acantilado de considerable longitud y relativamente recta, que rompe la
continuidad general del terreno mediante la separación de la superficies situadas a
diferentes niveles. Son muy prominentes en la superficie de Mercurio.

Escudos
Cualquiera de las extensas regiones donde las antiguas rocas del Precámbrico
afloran en la superficie de la Tierra.

Esfera celeste
Esfera imaginaria formada por el cielo.

Espectro
Descomposición de la luz en sus colores, longitudes de onda o frecuencias.

Espículas
Patrones de gas en forma de aguja que pueden verse en la atmósfera solar.

Estratósfera
Región fría de la atmósfera de un planeta sobre las regiones convectivas
(tropósfera). No tiene generalmente movimientos verticales pero algunas veces
presenta fuertes corrientes de chorro horizontales.

Europa
Satélite de Júpiter descubierto por Galileo.

Excentricidad
Parámetro geométrico que define la forma de una elipse u órbita planetaria; razón
entre la distancia focal y el eje mayor de una elipse.

Excéntrico
No circular, elíptico (aplicado a una órbita).

Fácula
Región brillante de la fotósfera que se ve en luz blanca, difícilmente visible excepto
cerca del limbo solar.

Falla
Grieta o rotura en la corteza de un planeta a lo largo de cual pueden producirse
movimientos o desprendimientos.
Fotósfera
Superficie visible del Sol, parte superior de una capa convectiva de gases situada
en la porción más externa del Sol cuya temperatura (5800 K) la hace emitir luz con
longitudes de onda visibles; se pueden observar en la fotósfera manchas solares y
fáculas.

Frontera Cretáceo-Terciario
Límite estratigráfico en la Tierra que marca el fin de la Era Mesozóica, más
conocida como la edad de los dinosaurios. Este límite está caracterizado por un
fenómeno de extinción global que produjo la abrupta desaparición de la mayoría
de las formas de vida sobre la Tierra.

Fuerzas de marea
Empuje gravitacional sobre los objetos planetarios por parte de planetas o satélites
cercanos. Cuando las fuerzas de marea de un planeta y varias lunas se
concentran sobre determinadas lunas, particularmente si las órbitas de varios
objetos hacen que se alineen de forma periódica, pueden generar una enorme
cantidad de energía dentro del satélite. La intensa actividad volcánica de Io es el
resultado de fuerzas de marea.

Fusión nuclear
Proceso nuclear donde varios núcleos pequeños se combinan para dar uno más
grande cuya masa es un poco más pequeña que la suma de los primeros. La
diferencia de masa es convertida en energía mediante la famosa equivalencia
E=mc2 de Einstein. Esta es la fuente de la energía del Sol y, en definitiva, de
(casi) toda la energía en la Tierra.

Galaxia
Objeto de grandes dimensiones (20000 a 200000 anos luz) que contiene una gran
cantidad de estrellas (miles de millones a millones de millones), Gas y polvo. El sol
pertenece a la galaxia conocida como Vía Láctea.

Ganimide
Satélite de Júpiter descubierto por Galileo.

Gigante roja
Estrella con un diámetro muy grande y temperatura superficial baja. Representa
las últimas etapas de la vida estelar, antes de convertirse en una enana blanca o
explotar como Supernova.

Granulación
Conjunto de pequeñas celdas vistas sobre la superficie del Sol debidas a los
movimientos convectivos de los calientes gases solares.
Gravedad
Fuerza física que atrae mutuamente a dos masas. Fue caracterizada por primera
vez por Sir Isaac Newton en su libro "principios matemáticos de filosofía natural"
en 1687. En ese libro se da una razón a los movimientos planetarios en torno al
Sol, explicando las Leyes de Kepler. También se explican las mareas en los
océanos terrestres como causa de la atracción gravitacional de la Luna y el Sol.

H-alfa
Longitud de onda de luz roja que es emitida y absorbida por el elemento
hidrógeno, esta longitud de onda se emplea frecuentemente para estudiar el Sol.

Heliocéntrico
Centrado en el Sol; ver Copérnico, Kepler, Galileo.

Heliopausa
Punto en el que el viento solar se une al medio interestelar o al viento solar
procedente de otras estrellas.

Heliósfera
Espacio dentro de los límites de la heliopausa que contiene al Sol y el sistema
solar.

Hemisferio
Mitad de la esfera celeste que está dividida por un círculo máximo, por ejemplo, el
horizonte, el ecuador celeste o la eclíptica.

Hielo
Los científicos planetarios utilizan esta palabra para referirse al agua, metano y
amoníaco que generalmente están en estado sólido en el sistema solar exterior.

Hipótesis Gaia
Esta hipótesis, que recibe su nombre por la diosa griega de la Tierra Gaea,
sostiene que la Tierra debería ser considerada como un organismo vivo. Fue
formulada por primera vez en 1969 por el biólogo británico James Lovelock.

Ígneo
Roca o mineral que se solidificó a partir de material parcial o totalmente fundido.

Inclinación
Inclinación de la órbita de un planeta, es el ángulo que forma el plano de su órbita
con la eclíptica. La inclinación de una órbita lunar es el ángulo que forma su órbita
con el plano del ecuador de su planeta.

Io
Satélite de Júpiter descubierto por Galileo.

Ion
Átomo o fragmento molecular que tiene una carga eléctrica positiva debido a la
pérdida de uno o más electrones; el ion más simple es el núcleo de hidrógeno, un
simple protón.

Ionosfera
Región de partículas cargadas en la parte superior de la atmósfera de un planeta:
la parte de la atmósfera terrestre que comienza a una altitud de unos 40 kilómetros
y se extiende hasta los 400 kilómetros o más.

Joven
1) Cuando se usa para describir estrellas, se refiere a estrellas en proceso de
formación, con edades de unos pocos millones de años o menos. Esto incluye a
todas las estrellas masivas (que evolucionan muy rápido y mueren jóvenes) y a las
estrellas en regiones de formación estelar.
2) Cuando se utiliza para describir la superficie de un planeta, "joven" significa que
los rasgos visibles tienen un origen relativamente reciente comparado con la edad
del planeta. Esto sucede cuando los rasgos más antiguos han sido destruídos por
la erosión o el volvanismo. Las superficies jóvenes presentan pocos cráteres de
impacto y son generalmente variadas y complejas; por el contrario, una superficie
"vieja" es una que ha cambiado relativamente poco a lo largo del tiempo
geológico. Las superficies de la Tierra e Io son jóvenes; las superficies de
Mercurio y Calisto son antiguas.

Júpiter
Quinto planeta del Sistema Solar, ubicado entre Marte y Saturno. Es el planeta
mas grande, concentrando el 80% de la masa de todos los planetas juntos.

Kelvin (K)
Unidad para medir temperatura: 0 K es el cero absoluto; el hielo se derrite a 273 K
(0° C, 32° F); el agua hierve a 373 K ( 100° C, 212° F).

Kilógramo (kg)
Masa de un litro de agua; un kilogramo es equivalente a 1,000 gramos o 2.2 libras.
Kilómetro (km)
Unidad de distancia; un kilómetro es equivalente a 1,000 metros o 0.62 millas.

Limbo
Extremo exterior del disco aparente de un cuerpo celeste.

Límite de Roche
El punto más cercano en el que un cuerpo líquido puede orbitar alrededor de su
planeta sin ser destruido por las fuerzas de la marea.

Llamarada
Erupción repentina de energía sobre el disco solar que puede durar de minutos a
horas, desde la que se emite radiación y partículas.

Luz visible
Radiación electromagnética que es visible al ojo humano; su longitud de onda está
entre 4000 y 7000 Angstrom.

Magma
Roca fundida en el interior de la corteza de un planeta que es capaz de realizar
una intrusión en las rocas adyacentes o de una extrusión hacia la superficie. Las
rocas ígneas se derivan del magma a través de la solidificación y los procesos
asociados o mediante la erupción del magma sobre la superficie.

Cola magnética
Porción de la magnetósfera planetaria que es empujada en la dirección del viento
solar.

Magnetopausa
Límite de la magnetósfera de un planeta.

Magnetósfera
Región del espacio donde domina el campo magnético de un planeta sobre el
producido por el viento solar.

Magnitud
Brillo de un cuerpo celeste designado en una escala numérica, donde la estrella
visible más brillante (Sirio) tiene magnitud -1.4 y la estrella más tenue visible tiene
un magnitud 6; graduada de tal forma que una disminución de una unidad
representa un aumento en el brillo aparente por un factor de 2.512 (5 magnitudes
representa un factor 100 en brillo); también llamado magnitud aparente.

Mancha solar
Área de la fotósfera solar que se ve como una mancha oscura. Parecen oscuras
porque son más frías que la fotósfera que las rodea.

Mare
Palabra del latín para "mar." Se usa para denominar las cuencas de impacto
cubiertas de basalto tan comunes sobre la cara vista de la luna.

Marte
Cuarto planeta en el Sistema Solar, órbita entre la Tierra y Júpiter. Posee dos
satélites naturales que probablemente fueron capturados desde el cinturón de
asteroides.

Mercurio
(1) Planeta del Sistema Solar más cercano al Sol. No posee atmósfera ni satélites.
Esta siempre relativamente cercano al Sol por que es difícil de observar, a pesar
de ser bastante brillante. (2) El mensajero de los dioses en la mitología griega o
romana.

Meteorito
Parte de un meteoroide que sobrevive a su paso por la atmósfera terrestre.

Meteoro
Fenómeno luminoso que se puede observar cuando un meteoroide entra en la
atmósfera, comúnmente llamado estrella fugaz.

Meteoroide
Pequeña roca en el espacio.

Mons
palabra latín para monte, montaña.

Nebulosa
Masa de polvo y gas de muy baja densidad en el medio interestelar. Muchas
veces asociadas a regiones de formación estelar.

Nebulosa solar
Gran nube de gas y polvo a partir de la cual se condensaron el Sol y los planetas
hace 4,600 millones de años.

Neptuno
Octavo planeta en el Sistema Solar, cuya órbita se encuentra entre Urano y
Plutón. Fue visitado por el Voyager II en Agosto de 1989.

Neutrino
Partícula fundamental supuestamente producida en grandes cantidades por las
reacciones nucleares en las estrellas; son muy difíciles de detectar porque la gran
mayoría de ellos pasan completamente a través de la Tierra sin interactuar.

Oblicuidad
Ángulo que forma el plano ecuatorial de un cuerpo astral con su plano orbital.

Ocultación
Bloqueo de la luz por la intervención de otro objeto; la Luna o un planeta pueden
ocultar (bloquear) la luz de estrellas lejanas.

Órbita
Trayectoria de un objeto que se mueve alrededor de un segundo objeto debido a
las fuerzas de atracción gravitacional.

Órbita geosincrónica
Órbita circular sobre el ecuador terrestre en la que el período orbital del satélite es
de 24 horas. Una nave espacial que siga esta órbita parece que cuelga inmóvil
sobre una posición fija de la superficie del planeta.

Ovoide
Con forma de huevo.

Paleozóico
Término geológico que denota el intervalo de la historia terrestre desde los 570 a
los 245 millones de años antes del presente.

Paralaje
Desplazamiento anual aparente de las estrellas cercanas con respecto a estrellas
lejanas debido al movimiento orbital de la Tierra en torno al Sol. Fue medido por
primera vez por Bessel en 1836, demostrando una vez mas el movimiento de
traslación de la tierra en torno al Sol, como habían sugerido Copérnico y Kepler.

Parsec
Unidad de distancia a la cual una estrella posee un paralaje de 1 segundo de arco.
Equivale a 3.26 años luz.
Penumbra
(1) Región filamentosa más externa de una mancha solar. (2) Región de la sombra
de un planeta o satélite en que hay un ocultamiento parcial de la superficie del Sol.

Perigeo
Punto en órbita más cercano a la Tierra.

Perihelio
Punto de la órbita de un planeta o cometa en que este se encuentra más cerca del
Sol.

Piroclástico
Relacionado con el material rocoso clástico (roto y fragmentado) formado por una
explosión volcánica.

Planeta Joviano
Cualquier de los cuatro planetas gaseosos más exteriores: Júpiter, Saturno, Urano
y Neptuno.

Planetas inferiores
Los planetas Mercurio y Venus; se denominan inferiores porque sus órbitas están
más cerca del Sol que la órbita terrestre.

Planetas menores
Otro término para referirse a los asteroides.

Planetas superiores
Los planetas Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón se denominan
superiores porque sus órbitas están más alejadas del Sol que la órbita de la Tierra.

Plasma
Gas de poca densidad donde los átomos individuales están cargados, aunque el
número total de cargas positivas y negativas es igual, manteniendo una
neutralidad eléctrica global.

Plutón
Planeta del sistema solar normalmente mas alejado del Sol. Debido a la alta
excentricidad de su órbita, Plutón se acerca más al Sol que Neptuno durante su
perihelio. Tiene un satélite llamado Caronte.

Precámbrico
Término geológico que denota el intervalo de la historia terrestre anterior a los 570
millones de años.

Prominencia, erupción solar


Erupción de gases caliente por encima de la fotósfera del Sol. Las erupciones
solares se pueden ver con más facilidad cerca del terminador, pero algunas son
visibles incluso como brillantes corriente sobre la fotósfera.

Pulsar
Estrella de neutrones que rota rápidamente emitiendo radiación en la dirección de
sus polos. Desde la tierra dicha radiación se observa sólo cuando un polo apunta
en nuestra dirección, como un faro. Se producen como resultado de la explosión
de estrellas masivas (Supernova).

Punto caliente
Centro de un vulcanismo persistente, se cree que es la expresión en superficie de
la ascensión de un penacho caliente en el interior del manto terrestre. Ejemplos:
Hawaii, Islandia, Galápagos.

Punto Lagrangiano
Una de las soluciones al problema de los tres cuerpos descubierto por el
matemático francés Lagrange en el siglo XVIII. Los dos puntos lagrangianos
estables, L4 y L5, están en la misma órbita que el cuerpo primario, adelantado y
atrasado respectivamente un arco de 60 grados.

Radar de apertura sintética


Sistema de captación de imágenes que usa el efecto Doppler para aumentar la
resolución efectiva.

Radiación
Energía radiada en forma de ondas o partículas; fotones.

Radio orbital síncrono


Radio orbital con el que el período orbital de un satélite es igual al período
rotacional de un planeta. Un satélite síncrono con una inclinación nula (el mismo
plano que el ecuador del planeta) permanece fijo en el cielo desde la perspectiva
de un observador sobre la superficie del planeta. Estas órbitas se utilizan
comúnmente para los satélites de comunicaciones en la tierra.

Rayo cósmico
Partículas de energía extremada alta que provienen del espacio. Los rayos
cósmicos interactúan usualmente con los átomos de la atmósfera antes de
alcanzar la superficie terrestre.

Rayo X
Radiación electromagnética muy energéticas, con longitudes de onda muy cortas.
Los rayos X tienen longitudes de onda más cortas que la luz ultravioleta pero más
largas que los rayos gama y rayos cósmicos.

Relatividad
Describe de forma más precisa que la mecánica newtoniana los movimientos de
los cuerpos en campos gravitatorios fuertes o con velocidades cercanas a la
velocidad de la luz. Predice la existencia de agujeros negros. (Curiosamente,
Einstein recibió el premio Nobel en 1921 no por la Teoría de la Relatividad sino por
su trabajo en 1905 sobre el efecto fotoeléctrico).

Resolución
Nivel de detalle de una imagen; bajas resoluciones sólo permiten ver los rasgos o
características grandes, mientras que resoluciones altas muestran detalles
pequeños.

Retrógrado
Rotación o movimiento orbital de un objeto en sentido horario cuando se ve desde
el polo norte de la eclíptica; moviéndose en el sentido opuesto a la gran mayoría
de los cuerpos del sistema solar.

Rotación sideral
Tiempo de rotación medido respecto a las estrellas fijas, no con respecto al Sol o
al cuerpo orbitado.

Rotación síncrona
Cuando el período rotacional de un satélite es igual a su período orbital el mismo
lado del satélite mira siempre hacia el planeta. Ejemplos: la Luna en torno a la
Tierra, y Caronte en torno a PLutón.

Satélite
Cuerpo que gira alrededor de un planeta, o de otro cuerpo más grande.

Saturno
Sexto planeta del sistema solar, orbitando entre Júpiter y Urano. Posee el sistema
de anillos más espectacular del sistema solar, y el mayor número de satélites
entre los planetas. Fue visitado por los Voyager I y II a comienzos de los 80, y por
la misión Cassini en pocos años mas.

Satélite guía, pastor


Satélite que limita la extensión de un anillo planetario mediante fuerzas
gravitacionales. Hacen regresar las minúsculas partículas que tratan de escapar
del anillo.
Satélites troyanos
Satélites que orbitan en los puntos lagrangianos, 60° delante y 60° detrás de un
planeta o satélite. Por ejemplo, Telesto y Calipso son troyanos de Tetis, satélite de
Saturno.

Semieje mayor
La mitad de la mayor de las dimensiones de una elipse.

Sideral
De, relacionado con, o expresado en relación con las estrellas o las
constelaciones.

Silicato
Roca o mineral cuya estructura esta dominada por los enlaces entre los átomos de
silicio y oxígeno (por ejemplo, olivino). Son abundantes en la corteza de los
planetas terrestres.

Solsticio
Fechas en que el Sol alcanza su separación aparente máxima con el Ecuador
Celeste hacia el norte (Solsticio de invierno en el hemisferio sur, 22 de Junio) o sur
(solsticio de verano, 21 de Diciembre).

Sublime
La sublimación se produce cuando una sustancia cambia directamente de un
estado sólido a gaseoso sin pasar por el estado líquido.

Tectónica
Fuerzas de deformación que actúan sobre la corteza de un planeta.

Temperatura de un cuerpo negro


Temperatura de un objeto si está reemitiendo toda la energía térmica que se le ha
añadido, es decir, si está en equilibrio con la radiación incidente.

Terminador
Línea divisoria entre la parte iluminada y oscura del disco de un planeta o satélite.

Tierra
Tercer planeta del Sistema Solar, entre Venus y Marte.

Tropósfera
Región baja de la atmósfera de un planeta donde la convección hace que el gas
permanezca mezclado y mantiene un incremento constante de la temperatura con
la profundidad. La mayor parte de las nubes están en la troposfera.
Tubo de lava
Túnel formado debajo de la superficie de un río de lava en solidificación.

Ultravioleta (UV)
Radiación electromagnética con longitudes de onda más cortas que la luz visible;
la atmósfera de la Tierra bloquea de forma efectiva la trasmisión de la mayor parte
de la luz ultravioleta.

Umbra
Región oscura en el centro de una mancha solar.

Unidad astronómica (UA)


Es la distancia media desde la Tierra al Sol; 1 UA = 149,597,870 km (92,960,116
millas).

Urano
Séptimo planeta del sistema Solar, orbitando entre Saturno y Neptuno.

Velocidad de la luz
La velocidad de la luz es 299,792,458 metros/segundo. La teoría de la Relatividad
de Einstein implica que nada puede ir más rápido que la velocidad de la luz.

Venus
Segundo planeta del sistema Solar, orbitando entre Mercurio y la Tierra. Posee
una espesa capa de nubes y la temperatura superficial más alta del sistema solar
debido al efecto invernadero producido por gases atmosféricos.

Vía Láctea
Históricamente se refiere a la franja blanquecina que atraviesa el cielo. Galileo
mostró que estaba compuesta por un número muy grande de estrellas. Hoy
denomina a nuestra galaxia.

Viejo
Superficie planetaria que ha sido poco modificada desde su formación,
generalmente aparece cubierta de gran cantidad de cráteres de impacto;
(comparar con joven).

Viento solar
Débil corriente de gas y partículas cargadas energéticamente, en su mayor parte
protones y electrones -- plasma -- que fluye desde el Sol; la velocidad del viento
solar alcanza velocidades de 350 kilómetros (217 millas) por segundo.
Volátiles
Compuestos con temperaturas de fusión bajas, como hidrógeno, helio, agua,
amoníaco, dióxido de carbono y metano.

Volcán
Abertura en la superficie planetaria por la cual el magma y los gases y cenizas
asociados son expulsados.

Volcán escudo
Volcán con la forma de un domo aplastado, ancho y bajo, construido por corrientes
de lava muy fluida. Por ejemplo, el monte Olympo en Marte.

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