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The Military Studies and Research Center (CESIM) was created on "Current Scenarios" is a free publication of The
December 12, 1994 in order to help different bodies of the Chilean Army in Military Studies and Research Center (CESIM).
The ideas expressed in the articles are those of
matters related to military science. It also contributes to exchange ideas the authors and do not necessarily represent
and develop research and academic extension in the areas of security the thought, doctrine or official position of
and defense. To fulfill its tasks the Center maintains an active relationship CESIM or the Chilean Army.
with the national and international academic community
The journal is indexed in the Catalogue of
the On-line Regional Information System
for Scientific Journals of Latin America, the
Caribbean, Spain and Portugal Latindex,
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Escenarios
COMITÉ EDITORIAL
Actuales
Contenidos
Director de la revista
Coronel Diego Jiménez Ramírez
Director del Centro de Estudios e Investigaciones
Militares
Editorial
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Editor
Coronel Eduardo Fuenzalida Helms
Coordinador del Área de Extensión
Artículos
Periodistas Panorama político económico actual de Europa, sus desafíos tras
María Ignacia Matus Matus la crisis financiera
María Angélica Guíñez Hinojosa
Armando Di Filippo Martínez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Editorial
El presente año se inició con una de las mayores incertidumbres por las
que ha atravesado la Unión Europea. La crisis económica que por primera vez
puso en jaque la viabilidad del euro, tras el desplome de la economía griega,
ha expandido la preocupación mundial sobre sus posibles efectos. Lo anterior,
deja de manifiesto la relevancia de establecer regímenes internacionales
adecuados a las actuales necesidades y desafíos.
Por otra parte, el surgimiento del bloque BRICS, integrado por Brasil, Rusia,
India, China y Sudáfrica, se posiciona como un nuevo desafío para estas
potencias emergentes que tienen una participación cada vez más influyente
en el escenario internacional. Centrado en el plano regional, el coronel
Eduardo Fuenzalida aborda a Brasil, un BRICS en América. Para tales efectos,
analiza las principales características de cada uno de los países, para luego
centrarse en el caso brasilero.
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Considerando los recientes acontecimientos ocurridos en el norte del país y el
cada vez más fuerte compromiso con la seguridad internacional, el cientista
político Erich Haun presenta el Desminado humanitario. Aporte de Chile a la
seguridad internacional. Instancia atingente para abordar las principales
labores que se han desarrollado con el fin de dar cumplimiento al compromiso
adquirido en 1997, tras la adhesión del país a la Convención de Ottawa.
Por último, y como una forma de recordar a quienes han aportado al debate
académico en la esfera mundial, el doctor Iván Witker rememora la obra de
Samuel Huntington. Sus influyentes publicaciones, como Political Order in
Chanching Societies o The clash of civilizations and the remarking of the world
order, dieron cuenta, con una verdadera visión prospectiva, de las cambiantes
realidades que el mundo experimenta.
DIRECTOR CESIM
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Escenarios Actuales. Año 17, mayo, Nº 1 (2012), pp. 5-16.
Centro de Estudios e Investigaciones Militares
Santiago de Chile
ISSN 0717-6805
Resumen:
Comprender la crisis financiera por la que atraviesa Europa requiere, en
primera instancia, remontarse a sus raíces. En este contexto, el autor efectúa
un breve marco histórico, esbozando las tendencias que han dado origen a
la actual gobernanza económica internacional, para luego profundizar en el
caso europeo. Dentro de este análisis la influencia del proceso globalizador, el
poder de las entidades financieras y el rol de Alemania son abordados en mayor
profundidad para presentar perspectivas posibles respecto al futuro de la zona
euro.
Abstract:
To understand the financial crisis afflicting Europe requires first to go back to its
roots. In this context, the author presents a brief historical framework, outlining Palabras Clave
the trends that have led to the current international economic governance; Europa
then delves into the European case. Within this analysis, the influence of the Crisis financiera
globalization process, the power of financial institutions and the role of Germany Unión Europea
are discussed in greater detail to present possible scenarios for the future of the Eurozona
euro area. Banco Central Europeo
Introducción
Keywords
Este trabajo se propone examinar la génesis, desarrollo, estado Europe
actual y perspectivas de la situación político-económica de Europa tras Financial crisis
la crisis financiera. Con tal fin intenta proveer, en primer lugar, un marco European Union
histórico de la constitución de los Estados europeos a partir de la posguerra. Euro area
En segundo lugar, sugiere algunas causas que germinaron o potenciaron European Central Bank
la crisis y, finalmente, se aboca al examen de la crisis misma y su probable
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Armando Di Filippo M.
evolución futura. Se trata de un bosquejo esquemático que no pretende profundizar en detalles específicos, sino
resaltar los rasgos centrales del proceso.
Conviene recordar que en Europa durante la primera mitad del siglo XX, las instituciones de la democracia no se
habían afianzado. Tras el fin de la Primera Guerra Mundial y después de la crisis de los años treinta, el descrédito del
dogma de la autorregulación de los mercados también se acentuó. En el decenio siguiente comenzaron a emerger,
por un lado, las experiencias autoritarias de corte nazi-fascista que contribuyeron a desatar la última guerra mundial,
y por otro, las de filiación comunista.
Los gobiernos nazi-fascistas implantaron un sistema centralizado de poder, controlado por el Estado, pero
asociado con las grandes empresas privadas, especialmente las que les permitieron construir el complejo
industrial-militar con que fueron equipados sus ejércitos. El derecho de asociación ciudadano y sindical se limitó
creándose organizaciones corporativas únicas que agruparon a empresarios y obreros conjuntamente, bajo el
control político del Estado autoritario. El gobierno soviético, por su parte, expresó otra forma de autoritarismo y de
dictadura que abolió la propiedad privada, estatizó las empresas y eliminó también toda modalidad democrática
de asociación ciudadana.
En suma, durante la primera mitad del siglo XX ni los regímenes políticos democráticos ni los regímenes económicos
capitalistas de mercado (en sus expresiones liberales) se habían consolidado en Europa.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, tuvieron lugar trascendentales y decisivas transformaciones del orden
internacional. Se inició una nueva era en el funcionamiento tanto del capitalismo como de la democracia. El impacto
ante la barbarie de la conflagración condujo a una especie de reflexión ética que se tradujo, entre otros efectos, en
la fundación de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Los ideales de la paz, de la cooperación y de la defensa
de los derechos humanos lograron reducir o moderar el uso de la fuerza entre las potencias occidentales. Tras la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, la ONU fue sancionando nuevas declaraciones asociadas a la
defensa de otro tipo de derechos como los económicos, sociales y culturales.
El proceso de descolonización aumentó rápidamente la membresía de la ONU y sin duda fue un paso necesario,
aunque de ninguna manera suficiente para la democratización de los pueblos que habían sido colonias de las
potencias occidentales.
Estos eventos tuvieron así un gran impacto, no solo en el afianzamiento de la democracia y en la reivindicación
de los derechos ciudadanos, sino también en los vínculos entre el mercado y el Estado. Las democracias sociales
y los Estados benefactores implantados en las sociedades occidentales de posguerra, se vieron estimulados
por el surgimiento de las agencias sectoriales de la ONU, tales como la Organización para la Alimentación y
la Agricultura (FAO), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia y la Juventud (UNICEF), la Organización de
Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y
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la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde se sistematizó información comparable y actualizada, y se
fijaron estándares sociales orientados a la defensa de los derechos económicos, socioculturales y laborales que
estas agencias estudiaron y promovieron.
El keynesianismo se propagó por toda Europa Occidental fortaleciendo la política fiscal y aumentando la
carga tributaria aplicada a las grandes corporaciones y a las grandes fortunas, con la que se financió el gasto en
infraestructuras físicas y sociales. Se legitimó así la existencia de sistemas económicos capitalistas democráticos con
importante participación del Estado.
Las democracias parlamentarias de Europa han evidenciado, desde entonces, una estabilidad notable, perdurando
sin interrupciones durante el resto del siglo XX y lo que va corrido de este siglo. Debe resaltarse que no todos los
países europeos occidentales incorporaron al mismo tiempo los gobiernos democráticos. España, por ejemplo, lo
hizo tras la muerte de Francisco Franco; más tarde se sumaron Portugal y Grecia. Aún muy posterior, ha sido la
democratización de los países europeos que formaron parte del bloque soviético hasta su disolución a fines de los
años ochenta.
En Europa Occidental tuvo lugar un círculo virtuoso entre integración y democratización política. En esta fase
histórica, el capitalismo quedó contenido y encausado por la presencia de las democracias sociales en Europa
apoyadas en los principios del keynesianismo, que operaron también en Estados Unidos.
El nuevo escenario de posguerra, al menos en los países hegemónicos de Occidente, significó una cierta sujeción
de las grandes corporaciones oligopólicas a los dictados de la democracia social. Hubo una gran expansión de los
bienes públicos infraestructurales (carreteras, transportes, telecomunicaciones, etc.) y sociales (salud, educación,
previsión social) y una mejor defensa de los derechos sindicales y laborales. En los países desarrollados la
economía creció a una tasa sin precedentes (alrededor de 5% en promedio) y la distribución del ingreso mejoró
ostensiblemente.
El Occidente desarrollado había basado su competitividad en altos niveles de productividad que superaban las
diferencias de costos salariales con sus competidores. Apoyadas en dicho poder productivo y competitivo las
grandes potencias occidentales promovieron la defensa de los mercados libres y abiertos que, con la fundación
del General Agreement on Tariffs and Trade (GATT), habían estimulado el comercio norte-norte desde el fin de la
Segunda Guerra Mundial.
Como lo hicieron notar los economistas de la escuela estructuralista latinoamericana (asociados a las ideas de
CEPAL), la condición de centro hegemónico del capitalismo siempre se basó en el dominio de la tecnología aplicada
al poder productivo global, proyectada al campo de la capacidad militar y al de los medios de propagación de las
ideas e ideologías de la cultura hegemónica. El indicador económico de esa superior capacidad tecnológica de los
centros hegemónicos fue la alta productividad media del trabajo y su proyección bajo la forma de costos unitarios
más bajos por unidad de producto elaborado.
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Sin embargo, tras el período de extremo dinamismo que había experimentado el capitalismo occidental durante el
cuarto de siglo posterior al fin de la Segunda Guerra Mundial, se empezaron a experimentar tendencias recesivas e
inflacionarias, alimentadas de un lado por el alto costo del petróleo tras la instalación de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP), y por una expansión del gasto público en infraestructuras físicas y sociales no
solventable con los ingresos fiscales corrientes. Otras fuentes de expansión del gasto público fueron las guerras de
alcance limitado y el inicio de la carrera espacial.
Mirado este proceso desde una perspectiva histórica más amplia, su rasgo esencial fue la creciente pérdida de
competitividad del capitalismo occidental frente a sus competidores asiáticos de turno. Las economías asiáticas
desarrollaron un sistema industrial orientado hacia la exportación y crecieron a tasas mucho más veloces que las
economías occidentales, debido a altísimos coeficientes de ahorro-inversión respecto del producto, y a costos
laborales considerablemente más bajos.
Por oposición, las economías occidentales registraban coeficientes de ahorro e inversión mucho más bajos y, en el
caso de Estados Unidos, evidenciaba niveles de gasto público mucho más altos por su participación en costosas
guerras de alcance limitado, por la carrera armamentista y espacial, y por diferentes formas de gasto social que
incrementaban sus costos laborales. A partir de la década de los años setenta, los consiguientes desequilibrios
presupuestarios fueron financiados con creciente endeudamiento público y privado. A partir de dicha década,
la economía estadounidense empezó a gastar por encima de sus ingresos y a solventar sus déficits emitiendo
bonos soberanos que eran adquiridos por los países superavitarios y acreedores de Asia. Este cambio importante
fue facilitado por nuevas reglas monetarias y financieras orientadas a promover el uso de la tasa de interés como
instrumento principal de política. La era del monetarismo estaba empezando a sustituir la era keynesiana.
La economía europea, en donde las socialdemocracias habían arraigado con especial profundidad, registraba la
misma, o aún mayor, pérdida de dinamismo y competitividad que la estadounidense debido a causas parecidas.
Pero el peso relativo de los factores causales era distinto, con proporciones inferiores de gastos en el campo
militar y en el de la investigación espacial, y superiores en lo atingente al costo del Estado benefactor. Aun así,
los mecanismos de la integración económica europea lograban reservar buena parte de su mercado interno a su
propia producción, generando un cierto “blindaje” frente al embate de la competencia asiática. Alrededor del 70%
del comercio internacional de los países de la Unión Europea (UE) tenía lugar en ese entonces (y hasta hoy) entre
ellos mismos.
A lo largo de los años setenta, la recesión con inflación (acentuada por la elevación sideral de los costos del
petróleo) favoreció un deterioro de la confianza en las políticas fiscales que imponían fuertes cargas tributarias a las
corporaciones transnacionales (CT) y aumentaban los costos laborales derivados del creciente peso de los salarios
(públicos y privados) en el ingreso nacional total. Las grandes empresas corporativas que lideraban los mercados
oligopólicos carecían de incentivos para acrecentar sus inversiones dentro de las propias economías desarrolladas
de Occidente.
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económico. Para ello era necesario estimular la iniciativa privada de las corporaciones en el interior de los propios
países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Las tesis de la “economía de oferta” no resultaron exitosas porque para evadir la carga tributaria sobre sus casas
matrices, y reducir otros altos costos que se iban imponiendo en sus países de origen, las grandes corporaciones de
occidentes se transnacionalizaron. Estas grandes firmas, especialmente en la esfera industrial, crearon sus propias
cadenas productivas a escala global y pasaron a constituirse en CT, propiamente dichas. Las CT comenzaron a invertir
en economías periféricas (México y Centroamérica) y emergentes (sudeste de Asia) donde sus costos ambientales,
laborales, financieros y fiscales eran mucho más bajos que en sus países de origen.
Hasta hoy el aluvión de inversiones provenientes de CT que China ha recibido durante los últimos veinte años ha
buscado en grado importante participar de las ventajas competitivas de los bajos salarios vigentes en el gigante
asiático. Al ubicar sus plantas productivas fuera de los países centrales, dichas compañías tendían a reducir aún más
la carga tributaria que les podían imponer los países desarrollados.
La nueva estrategia inversionista de las CT fue posibilitada gracias a las facilidades ofrecidas por la expansión de
las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). Durante los 30 años siguientes, el desarrollo de las
TIC fue el fundamento de la transnacionalización empresarial y de la globalización del capitalismo. En particular,
el proceso de transnacionalización del capital financiero se apoyó fundamentalmente en ellas. Surgieron con gran
fuerza todas las grandes corporaciones cuya cotización bursátil es medida a través del índice Nasdaq de Wall Street
(Microsoft, Google, Apple, etc.), también se produjo la fecundación entre las TIC y la ingeniería genética, dando
lugar a los métodos de clonación y a los transgénicos, con aparición de nuevos centros de investigación y de nuevas
corporaciones (Monsanto por ejemplo) que aprovecharon esta gran revolución tecnológica.
Las TIC crearon las condiciones técnicas de posibilidad para operaciones bursátiles y especulativas a gran escala
fundadas en el uso del crédito. La participación del sector financiero en el PIB de los países desarrollados occidentales
aumentó notablemente, “inflando” las cifras de crecimiento del PIB real, las que en cualquier caso quedaron muy por
debajo de las cifras respectivas de las economías asiáticas de turno. Desde los años noventa tomó la posta China
con ritmos de crecimiento del producto iguales o superiores al 10% anual, sin precedentes en la historia previa del
capitalismo.
Cabe recordar aquí que, a partir de los años setenta, la economía estadounidense empezó a gastar por encima de
sus ingresos y a solventar sus déficits fiscales emitiendo bonos soberanos que, en grado significativo, eran (y siguen
siendo) adquiridos por los países superavitarios y acreedores de Asia. Este cambio importante fue facilitado por
nuevas reglas monetario-financieras orientadas a promover el uso de la tasa de interés como instrumento principal
de política. Se trataba de un aspecto de la nueva política monetarista que formaba parte del enfoque neoliberal y,
sustituía en grado creciente los tradicionales instrumentos fiscales (gasto público y tributación) propios de la era
keynesiana.
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mucha claridad sobre la capacidad de esas aseguradoras para afrontar las pérdidas que podían derivarse del impago
de dichas deudas.
El descenso de las tasas de interés también se verificó en la economía europea pero por causas diferentes a las que
promovieron las burbujas inmobiliarias y bursátiles en Estados Unidos. A partir de la introducción de la moneda
única (Euro) los 17 países de la UE adheridos a la “zonaeuro” quedaron regulados por un solo banco central y una
sola tasa de interés.
Las tasas de interés que se impusieron en la eurozona resultaron demasiado bajas para los países de la periferia
europea de acuerdo con sus tendencias históricas previas, facilitando el sobreendeudamiento privado y público. A
partir de la introducción del euro, esas tasas se nivelaron hacia abajo siguiendo la influencia sobre todo de las tasas
alemanas. Con ese bajo costo del crédito se hizo muy rentable endeudarse en el sector público y especular en el
sector privado de la periferia europea. En la esfera privada, una muestra de estas tendencias fueron las “burbujas”
inmobiliarias que, igual que en Estados Unidos, también proliferaron por dichos países.
En la esfera política y social, hasta fines del siglo XX, Europa había logrado con dificultades mantener sus
socialdemocracias basadas en mayores niveles de justicia distributiva y protección social a pesar de los mayores
costos laborales. Lo había hecho buscando contener la competencia asiática o aprovechando a través de la inversión
europea en Asia, los bajos costos salariales de dicha zona. También las ventajas de la cercanía geográfica y las
facilidades del mercado único, le aseguraban a las exportaciones de la propia Europa una alta proporción de su
propio mercado integrado.
Sin embargo, a partir del presente siglo la situación financiera de Europa, tras la instalación del Euro (1999) sin
una unión fiscal paralela, significó entregar un excesivo control del proceso económico al Banco Central Europeo
(BCE). Este se constituyó como un poder monetario con alto grado de autonomía, pero fuertemente influido por
las prácticas y estrategias económicas de Alemania (que opera como el centro de la UE). Este poder monetario-
financiero no ha estado contrabalanceado por el poder político de los gobiernos ni sometido a una fiscalización
democráticamente fundada.
Este debilitamiento de los sistemas políticos democráticos, muy elocuente en la historia reciente de la UE, está
generando una rápida erosión de la socialdemocracia frente a las exigencias que en materia de competitividad
emanan de los mercados globales.
Pero –más allá de esta pérdida de competitividad que es característica de todas las economías desarrolladas de
Occidente– ha sido la globalización monetario-financiera la que ha precipitado la actual crisis recesiva mundial.
Ambos aspectos están causalmente vinculados, ya que el mantenimiento de los altos estándares de consumo se ha
logrado con un proceso de creciente endeudamiento, con base en instrumentos financieros que han favorecido la
proliferación de prácticas especulativas.
El origen concreto de la actual crisis recesiva de Europa debe encontrarse en esta forma de contaminación
financiera asociada a prácticas especulativas. El colapso de la gran banca estadounidense (que con la tolerancia
cómplice del gobierno había provocado el inicio de la crisis), se propagó a todo el Occidente desarrollado y, a
partir de 2008, los gobiernos debieron asumir posiciones deficitarias y deudoras para rescatar la banca privada.
La oleada de rescates y salvatajes fue muy marcada a partir de la crisis de las hipotecas subprime en Estados
Unidos.
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En el caso de la banca europea estos rescates fueron necesarios, en parte por el contagio derivado de la adquisición de
títulos tóxicos provenientes de Estados Unidos, pero también por la toxicidad de los títulos hipotecarios originados
en las burbujas inmobiliarias de la propia Europa.
En Estados Unidos, todavía centro hegemónico del capitalismo mundial, la crisis de 2008 se ha estado enfrentando
con “imaginativas” políticas monetarias. De un lado, la banca estadounidense tiene reglamentariamente restringido
el préstamo directo de dinero al gobierno; y, de otro lado, el Departamento del Tesoro (ministerio de finanzas) por
razones atingentes a la lucha político-partidaria, no ha aumentado la presión tributaria sobre las transacciones
especulativas ni ha generado gasto público para estimular el crecimiento.
Como alternativa a las mencionadas políticas fiscales, propias de la era keynesiana, la Reserva Federal (Banco Central)
aplica políticas de flexibilización cuantitativa (quantitative easing) transfiriendo dinero a la gran banca privada a
cambio de activos financieros de todo tipo poseídos por esta.
En el caso del Banco Central Europeo su política monetaria no está acompañada por acciones fiscales y regulatorias,
dada la carencia en la eurozona de una unión fiscal y un gobierno federal unificado similares a los existentes en
Estados Unidos. Esta prevalencia unilateral de la política monetaria ha estimulado los mecanismos especulativos,
generando un círculo vicioso de recesión económica, crisis social y turbulencia política. Dado el poder de las
grandes finanzas privadas y el rol decisivo del Banco Central Europeo, tanto los procedimientos democráticos de
gobierno como la misma soberanía de los países periféricos de la UE, empiezan a ponerse en tela de juicio.
En la presente crisis, esos instrumentos monetarios se están manifestando crecientemente incapaces de contener la
recesión. Se ha generado un círculo vicioso consistente en los siguientes elementos:
• Primero, la actual recesión agrava los déficits fiscales originados parcialmente en rescates a la banca privada
“contaminada” por las hipotecas subprime (de alto riesgo).
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• Segundo, las políticas neoliberales de los gobiernos conservadores europeos pretenden enjugar dichos déficits
reduciendo el gasto público y vendiendo bonos del tesoro a los inversionistas privados.
• Tercero, la reducción del gasto público deprime la demanda agregada.
• Cuarto, la depresión de la demanda agregada agrava la recesión y el desempleo.
• Quinto, la mayor recesión agrava el déficit fiscal, recomenzando por esa vía el ciclo depresivo y hundiendo las
economías europeas en un rápido endeudamiento.
De este modo, la lógica del capital financiero está tomando creciente control no solo sobre Estados “periféricos”
(como Irlanda, Grecia y Portugal) sino también sobre otros países ubicados más cerca del “centro” (como España o
Italia) e imponiendo gobiernos de tecnócratas y ejecutivos no elegidos por la ciudadanía.
En resumen, existen actualmente dos datos esenciales para entender el modus operandi del neoliberalismo europeo
del siglo XXI: Primero, los instrumentos monetarios y financieros que maneja el Banco Central Europeo se han venido
globalizando e independizando de todo control democrático; de hecho el banco está dirigido por un experto
financiero que trabajó como asesor de la gran banca privada de inversiones. Y, segundo las funciones reguladoras del
estado democrático y sus políticas fiscales, tan usadas durante la era keynesiana, han sido suplantadas por el dogma
de la autorregulación de los mercados y la prevalencia de las políticas monetarias. La atención de los mercados y de
los gobiernos de la UE se focaliza en directivas que provienen del Fondo Monetario Internacional, y de las agencias
privadas evaluadoras de riesgo (Fitch, Standard and Poor´s, Moody´s, etc.).
El Banco Central Europeo en razón de regulaciones estatutarias, no puede adquirir deuda pública de los gobiernos
más deficitarios y endeudados. Ha sido concebido para vigilar la inflación y no asume responsabilidades en el
campo de la reactivación económica. Adicionalmente a estas razones reglamentarias, el gobierno alemán se resiste
a cualquier acción que tienda a hacerle compartir el peso de la deuda. Esto es atribuible al hecho de que se beneficia
por la prima de riesgo, entendida como la diferencia entre la tasa de interés pagada por los bonos públicos alemanes,
y la que pagan los restantes países de la zonaeuro.
Los gobiernos de los países endeudados emiten sus propios bonos del tesoro, los que para que puedan ser vendidos
al sector privado deben aumentar las tasas de interés, colocando sus bonos a valores bajo la par.
Los especuladores privados aprovechan estas vulnerabilidades, induciendo altibajos en las primas de riesgo que les
producen grandes ganancias. Con tal fin se encargan de generar rumores alarmistas respecto de la solvencia de los
países que son víctimas de dichos ataques especulativos. Hacen uso para ello de las agencias privadas evaluadoras
de riesgo, y de algunos medios de comunicación. Las agencias evaluadoras de riesgo que fueron tan benévolas
y permisivas con Lehman Brothers y otros bancos responsables del colapso financiero, no lo son tanto con los
gobiernos endeudados de la zonaeuro, degradando así sus calificaciones de riesgo. De esa manera, la alarma pública
deliberadamente promovida favorece la aplicación de mecanismos especulativos que agravan la inestabilidad
financiera de los países europeos.
Todos estos manejos se hacen a espaldas de la ciudadanía y en contra de los principios democráticos. Sin embargo,
la democracia (expresada al menos en la vigencia del sufragio universal) aún sobrevive en Europa y, cuando la
ciudadanía se pronuncia empiezan a emerger las turbulencias políticas.
A medida que fueron teniendo lugar las elecciones generales en los diferentes países de Europa, se han verificado
las sucesivas derrotas electorales de los partidos en el gobierno, con cierta independencia de su color político.
Esta tendencia puede ilustrarse con algunos ejemplos recientes. Así, en Italia el agravamiento de la crisis financiera
contribuyó a la salida de Silvio Berlusconi y el ingreso de Mario Monti (experto financiero estrechamente ligado a
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la gran banca transnacional), mediante manejos de cúpula no refrendados por la ciudadanía a través del sufragio
universal. Sin embargo, el caso italiano también refleja vicios y escándalos propios del gobierno de Berlusconi y no
es atribuible solamente a la crisis financiera.
En Grecia, ante la imposibilidad de constituir gobierno, la celebración de la segunda ronda de elecciones ha dado lugar a
un vertiginoso ascenso del movimiento Syriza, coalición de izquierda liderada por Alexis Tsipras que se consolidó como
la segunda fuerza política del país detrás del movimiento conservador Nueva Democracia capitaneado por Andonis
Samarás. A pesar de este avance electoral de la izquierda, el movimiento Nueva Democracia, asociado al menguante
movimiento socialista moderado denominado PASOK, capitaneado por Evangelos Venizelos, habrían logrado formar
gobierno, aceptando las austeras condiciones impuestas por la eurozona a Grecia. Sin embargo, debe enfatizarse el
fortalecimiento de los polos más extremos del espectro político, no solo del movimiento Syriza por el lado de la izquierda
sino también del partido Amanecer Dorado, de ideología nacionalsocialista conducido por Nikolaos Michaloliakos.
En Francia ha sido un gobierno conservador encabezado por Nicolás Sarkozy el que fue sustituido por otro gobierno
socialdemócrata presidido por Francois Hollande. De esta manera, se ha quebrado el “frente común” franco-alemán
a favor de las políticas de extrema austeridad promovidas por la canciller de Alemania, y se ha abierto un espacio de
debate que incluye propuestas orientadas a estimular el crecimiento económico de la eurozona. Este proceso muy
dinámico y fluido está aconteciendo al momento en que el presente artículo ha sido redactado.
En la poderosa Alemania la coalición que apoya a la líder democristiana de derecha, Ángela Merkel, ha sido derrotada
en recientes consultas electorales por la oposición socialdemócrata sin que, por el momento, estos resultados afecten
directamente el liderazgo de la canciller. A esta presión desde el interior del país, se suman las presiones de la propia
eurozona, fortalecidas desde la elección de Francois Hollande en Francia.
La crisis política que afronta Europa desgasta a los gobiernos sin respetar su color ideológico. Es más, los partidos
triunfantes en recientes elecciones generales terminan viéndose obligados a ejecutar políticas contrarias a sus
plataformas doctrinarias. Tal ha sido, en España el caso con el reciente rescate de un gran banco (Bankia) que ha
pasado del sector privado al público, precipitando las dudas sobre todo el sistema bancario español. Este crecimiento
de la banca pública está siendo llevado a cabo (a pesar de ser opuesto a sus convicciones programáticas) por el
gobierno conservador del señor Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, que ha sustituido al gobierno de centro
izquierda del señor José Luis Rodríguez Zapatero.
Las turbulencias en curso también dan lugar a coincidencias entre grupos políticos de diferente color, ya que al Partido
Popular (conservador) español liderado por Rajoy le convienen los reclamos de Francia (socialdemócrata) a favor de un
relajamiento de las duras condiciones impuestas por Alemania a los países de la eurozona que requieran un rescate.
Empezando por la situación inmediata, el gobierno conservador presidido por la señora Ángela Merkel se está
negando a ejecutar ninguna de las políticas de corto plazo que se han venido sugiriendo en la esfera monetario-
financiera para evitar la insolvencia de algunas de las economías grandes de la eurozona como Italia o España. El
gobierno de la señora Merkel ha rechazado, por el momento al menos, la idea de crear bonos públicos emitidos
por la eurozona (y no, como hasta ahora, emitidos por los gobiernos nacionales); tampoco ha querido aumentar los
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fondos disponibles del mecanismo de estabilidad financiera o aceptar un respaldo comunitario conjunto al sistema
bancario de los países de Europa.
En la actitud de Alemania se discierne en primer lugar, una completa reticencia a compartir las cargas de la deuda
de los países más agobiados, y una firme determinación de hacerles pagar por sus “excesos” de gasto a través de una
austeridad rigurosa, aun a costa de intervenir directamente en sus políticas internas.
Sin necesidad de entrar a argumentar sobre su falta de solidaridad con los países periféricos de la eurozona, la
estrategia alemana es errada por dos razones fundamentales. Primero, porque desde Keynes sabemos que toda
recesión trae capacidades ociosas, y que la extrema austeridad fiscal agrava la recesión, por lo tanto, agrava también
la capacidad ociosa. La muestra más obvia e inmediata de esta capacidad ociosa es el desempleo de la fuerza
de trabajo. En el conjunto de la UE la tasa de desocupación ha superado al 10%, en Grecia supera el 20% y en
España alcanza al 24% de la fuerza de trabajo (y de casi el 50% para el desempleo juvenil). Segundo, la política de
austeridad forzada promovida por Alemania es equivocada porque, si los países de la eurozona van cayendo uno
a uno, también el mercado europeo al que Alemania destina casi la mitad de sus exportaciones, dejará de comprar
productos alemanes y puede precipitar a este país en una recesión.
Esta reticencia alemana a cambiar las tendencias del círculo vicioso comentado más arriba, amenaza con promover
el abandono de la eurozona por parte no solo de Grecia, sino quizá de otras economías de mayor tamaño. Esta
actitud no es digna de las responsabilidades y liderazgo de un país que es hoy el centro hegemónico de la Unión
Europea en la esfera económica.
Cualquiera de las alternativas financieras de corto plazo, mencionadas precedentemente es solo una solución
provisoria para evitar el colapso financiero definitivo de los países más endeudados. La solución de fondo, en el
mediano y largo plazo pasa por reactivar el poder productivo de Europa, lo que a su vez exige la consolidación de la
unión política europea.
En este momento, la centralización monetaria representada por el Banco Central Europeo, no acompañada por
una federación política que se exprese en un gobierno económico unificado a nivel de la UE y un aparato fiscal
consolidado, está significando en la práctica que los países de la eurozona han cedido su soberanía para implementar
políticas públicas a un poder monetario que (con la excepción de Alemania favorecida a corto plazo por las primas
de riesgo) no responde a sus intereses. No responde ni puede responder porque aunque actuara muy activamente
para inyectar liquidez, adquirir bonos públicos, etc., sigue atado a la naturaleza exclusivamente monetaria de
sus instrumentos, y no puede ser complementado en su acción por la política regulatoria y fiscal unificada de un
gobierno económico europeo que todavía no existe. Faltan, por ejemplo, los ministerios de finanzas y economía que
puedan promover una política de desarrollo conjunta.
Una política de desarrollo como la que requiere la UE para superar la actual recesión, exige una acción regulatoria y fiscal
unificada. Regulatoria porque se trata de seguir evitando los excesos especulativos de la gran banca privada transnacional,
de consolidar una banca pública de desarrollo, de promover proyectos de inversión, etc. Fiscal, porque la tributación
y el gasto público son instrumentos insustituibles para redistribuir la carga de la deuda y estimular el crecimiento. De
manera paradójica, ante la prevalencia de las políticas monetarista, las urgencias de los procesos históricos actuales están
exigiendo la restauración de este tipo de acciones, como lo prueba la forzada creación de una banca pública en España,
o la evidente insuficiencia de los esfuerzos monetarios para estimular la demanda agregada y reactivar el crecimiento.
Cuando Alemania perdió la Primera Guerra Mundial las potencias vencedoras le impusieron el pago de una deuda
agobiadora. Obviamente Alemania no pudo pagarla, las turbulencias sociales se trasladaron al plano político, y el
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Panorama político económico actual de Europa, sus desafíos tras la crisis...
extremismo nazi se apoderó del gobierno. El resultado fue la Segunda Guerra Mundial. Aunque las circunstancias
históricas son profundamente distintas, sigue siendo cierto que hay límites sociales y políticos a las voraces
modalidades usureras que hoy debilitan la democracia europea. El gobierno de la señora Merkel debiera repasar la
propia historia de Alemania para tomar conciencia de la existencia de dichos límites.
En el siglo XXI no es la arbitrariedad de los vencedores de una guerra militar la que amenaza a Europa, sino la
arbitrariedad de una racionalidad microeconómica aplicada al sector financiero. La racionalidad microeconómica de
la banca conspira contra el equilibrio de todos los mercados. En efecto la noción de prima de riesgo o tasa de riesgo
pone de manifiesto que la banca privada, cuanto más desconfía de la solvencia del deudor, menos dinero le presta
o más intereses le carga por su préstamo. Por lo tanto, a quien ya tiene dificultades para pagar, la banca privada le
agrega nuevos sinsabores cortándole recursos o agravándole la carga de la deuda. Este criterio es el que está en
vigencia con la autorregulación de los mercados financieros.
Hay, en estos procedimientos una lógica que tiene cierta justificación frente a deudores privados. Pero esa misma
lógica, aplicada al sector público olvida las dimensiones sociales y políticas de las sociedades humanas. Cuando un
deudor privado es embargado o ejecutado por la banca, entrará en quiebra o perderá parte de sus activos. Cuando
se trata de un país, las consecuencias políticas y sociales son muy distintas, como la propia historia de Alemania
previa a la Segunda Guerra Mundial lo demuestra.
La receta de la extrema austeridad tiene algo de fruición punitiva, algo así como lograr la salvación a través del
arrepentimiento y la redención. Es una transposición falsa de comportamientos individuales que pueden tener
sentido a escala personal, pero que no se aplican a las sociedades nacionales consideradas como un todo. Cuando
un deudor individual, sobre todo si carece de riquezas –como es el caso con la mayoría de los “ciudadanos de a pie”–
se ha endeudado más allá de sus posibilidades no le queda otro remedio que la austeridad y el sacrificio ya que no
puede incrementar sus ingresos a voluntad, sobre todo si está desempleado. Pero una nación que tiene un quinto o
más de su población trabajadora desocupada, posee un potencial productivo que no puede reactivarse sin estímulos
provenientes del aparato fiscal del Estado. Esto exige –volviendo a la visión keynesiana– aumentar y no disminuir el
gasto público-social. La receta de la austeridad es contradictoria con la existencia de tales niveles de desempleo.
Alemania dice predicar con el ejemplo porque logró dinamizar y estabilizar su economía, aumentando su
productividad industrial y su competitividad internacional. Pero efectuó ese esfuerzo antes de la gran crisis actual
iniciada desde 2008, cuando todavía la actividad económica global era relativamente dinámica, y esa recuperación
se basó en exportaciones al resto de la eurozona. Hoy Europa está en recesión y debe recuperar su capacidad de
compra, para ello requiere políticas de estímulo productivo que reactiven su economía, reduzcan el desempleo y
aumenten el poder adquisitivo de la eurozona. En ausencia de poder adquisitivo ejercido por la eurozona, tampoco
Alemania habría podido lograr su recuperación económica.
La UE se construyó sobre la base de la solidaridad y del espíritu europeísta y no sobre los fundamentos del
nacionalismo excluyente o del “financierismo” especulativo. Esta valiente decisión histórica, salvó a los países
europeos de la decadencia y la irrelevancia en un mundo dominado por potencias de enorme y creciente escala.
Hoy está en una encrucijada, que solo puede resolverse con más Europa, creando un gobierno económico común,
fortaleciendo su unión política y democratizando el funcionamiento de sus instituciones supranacionales.
En el futuro inmediato se pondrán a prueba los valores, las prácticas y las instituciones de la democracia ciudadana
europea. Si Europa fracasa, el mundo verá fragmentarse un faro de influencia cultural irreemplazable que precisamente
se inició hace más de 2.000 años en Grecia, cuna de la civilización europea. Ese país que hoy está acorralado por
exigencias económicas tan irrazonables como las que experimentó Alemania antes de la era del nazismo.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Armando Di Filippo M.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Panorama político económico actual de Europa, sus desafíos tras la crisis...
Escenarios Actuales. Año 17, mayo, Nº 1 (2012), pp. 17-26.
Centro de Estudios e Investigaciones Militares
Santiago de Chile
ISSN 0717-6805
Resumen:
El presente trabajo tiene como principal objetivo establecer una diferenciación
conceptual entre lo que se entiende como nuevas amenazas, amenazas
emergentes y amenazas no tradicionales, considerando tanto la posición del
Estado frente a su propia percepción, como también a los alcances que algunas
concepciones de seguridad poseen. Se concluye que existe una gran confusión
entre los conceptos señalados, que da como principal consecuencia, una falta
de rigurosidad académica en el empleo de los mismos, que a su vez se manifiesta
en la elaboración de diversas directrices, en una perspectiva más práctica.
Abstract:
The main objective of this paper is to establish a conceptual distinction between Palabras Clave
what is understood as new threats, emerging threats and non-traditional Nuevas amenazas
threats, considering both the position of the State in its own perception, as well Amenazas emergentes
as to the scope that some concepts of security may have. It may be inferred Amenazas no tradicionales
that there exists great confusion on the precise meaning of these concepts and Seguridad
this results for them, a lack of academic precision. This, in turn, is manifested in Defensa
preparation of various guidelines in a more practical perspective.
Keywords
New threats
Emerging threats
Non-traditional threats
Security
Defense
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Lester Cabrera T.
Introducción
¿Existe alguna diferencia teórica entre los conceptos de nuevas amenazas, amenazas emergentes y
amenazas no tradicionales? ¿Cuáles son los aspectos que dichos conceptos involucran? El presente trabajo tiene por
objetivo responder a las anteriores interrogantes, pero sin perjuicio de un posterior y necesario desarrollo, resulta
conveniente otorgar respuestas amplias y simples, a modo netamente introductorio.
Las amenazas son una parte cotidiana y constante de los diferentes actores que componen en su totalidad el
sistema internacional, pero con un énfasis en el Estado, debido tanto a su propia evolución como institución política
fundamental, como también a los cambios que ha experimentado su entorno; la percepción de lo que lo amenaza
ha cambiado, haciéndose cada vez más compleja a consecuencia de una serie de elementos, dentro de los que es
posible destacar el avance de la tecnología, la globalización y la disminución de su importancia relativa frente a
otros actores, entre otros. Lo anterior ha generado como consecuencia directa un aumento en las condiciones de
amenaza que tiene el Estado, en el sentido de que a medida que evoluciona y se desarrolla el sistema internacional
en su conjunto, también lo hacen aquellos fenómenos que le afectan.
Considerando lo anterior, los Estados, los académicos y especialistas ligados al ámbito de los estudios estratégicos,
han establecido una serie de conceptos para referirse a aquellos fenómenos o procesos que le implican consecuencias
negativas a la normalidad del Estado, y que no provienen directamente de otro actor estatal, o de elementos ya
conocidos: estos fenómenos o procesos son conocidos como las nuevas amenazas, amenazas emergentes o
amenazas no tradicionales. Sin embargo, y pese a que se tienen nociones relativamente acertadas sobre lo que
incluyen dichos conceptos, su diferenciación y tratamiento dentro de un contexto teórico queda excluido en la gran
mayoría de los análisis que se realizan al respecto, la cual es vital a la hora de discutir una futura implementación de
medidas para enfrentar las consecuencias negativas de aquellos fenómenos.
Los aspectos que los conceptos señalados involucran son, en un sentido amplio, tres, como una forma de
diferenciación entre los mismos. En primer lugar, una necesaria vinculación y apreciación entre el objeto mismo
de los fenómenos que, en un principio, son parte de las amenazas señaladas, y los medios que se encuentran
de por medio. En segundo lugar, las consecuencias que las mismas producen en la sociedad. Y en tercer lugar,
y no por ello menos importante, la ponderación que le otorga el Estado dentro de su escala de evaluaciones,
para estimar a su vez el grado de esfuerzos que realiza en su combate. Estos tres elementos constituyen un
marco de análisis conceptual que permite establecer tanto similitudes como divergencias en los conceptos ya
mencionados.
Finalmente, se toma como conclusión, que pese a que se posee una correcta diferenciación entre lo que es una
amenaza del tipo tradicional versus las nuevas tipologías, se carece en general de elementos críticos para formular
diferenciaciones entre estas últimas, lo que genera como directa consecuencia una percepción errada e incompleta
a la hora de tomar decisiones en lo relativo a la adopción de medidas de seguridad, con el único fin de prevenir
dichos sucesos, o en su defecto minimizar las posibles consecuencias negativas.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
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Reflexiones en torno a los conceptos de nuevas amenazas, amenazas emergentes y ...
explicación sobre cómo organizar y gestionar esta nueva realidad. Los modelos y formas de generar herramientas
cognoscitivas fueron amplias, y lograron tener, incluso hasta nuestros días, una importante acogida y reflexión, tanto
desde un punto de vista académico como en la forma de llevar lo anterior a la práctica, a través de la implementación
de diversas políticas.1
Lo cierto es que el papel de la seguridad y la defensa debía ser modificado, ya que las amenazas de antes ya no
eran las principales; y las nuevas formas de afectar al Estado, tanto en su fondo como en su forma, estaban en
un constante cambio. Frente a esto, el vocabulario de los estudios estratégicos comenzó a incorporar nuevos
conceptos, como una manera de entender los fenómenos contemporáneos. En aquel escenario, surge el concepto
de amenazas “asimétricas”, colocando de plano el hecho que los nuevos procesos que afectaban en mayor medida al
Estado en particular, y al sistema internacional en general, no poseían una naturaleza que se contrarrestara con los
medios tradicionales, es decir, la utilización de los componentes propios de la defensa. Pero además, está el hecho
de que al ser asimétricas, las amenazas no se ubicaban dentro de la lógica estratégica clásica; por ende, su manejo
debía necesariamente tener por parte del Estado, una modificación, la que dependerá casi en su totalidad, en las
capacidades que posea la institución señalada.
Pese a lo anterior, y de acuerdo a Mariano Cesar Bartolomé, aún se estaba en presencia de un orden internacional del
tipo westfaliano y clausewitziano, donde eran los Estados, aunque en decadencia de su importancia con respecto a
algunas décadas atrás, los que manejaban las decisiones más importantes en el sistema internacional. Los modelos
estratégicos empleados seguían siendo los mismos que los utilizados desde hace décadas, como se evidenció con la
Guerra del Golfo del año 1991. Por ese entonces, y como se mencionó en su momento, la asimetría venía de la mano
con un modo estratégico en el caso de un conflicto bélico, pero no frente a un fenómeno concebido como un todo,
pese a los acontecimientos que ya se estaban presentando en el mundo.2
Fueron los atentados del 11-S los que demostraron que se estaba en presencia de una amenaza que iba de la mano
con lo antes planteado. Y si bien habían ocurrido atentados que de alguna forma presagiaban lo que iba a venir,
nunca en la magnitud e impacto. Por ejemplo, ya a principios de la década de los 90, se reconocía en el Pentágono
los desafíos que estos fenómenos, como el terrorismo, implicaban desde el punto de vista estratégico, tomando
como referencia algunos acontecimientos ligados a un coche-bomba ocurridos en Beirut: “una bomba terrorista
venció la teórica ventaja militar de una unidad anfibia de la Marina, apoyada por aviones, un acorazado y la capacidad de
inteligencia combinada de una nación, para ganar la mayor victoria política de importancia estratégica por los terroristas
y sus patrocinadores […] simbólicamente los terroristas derrotaron la fuerza militar de un superpoder al costo de un chofer
de camión Mercedes Benz amarillo”.3
Entonces, el planteamiento clásico westfaliano y clausewitziano, de alguna forma se colocaba en tela de juicio, al
encontrarse los principales problemas para la seguridad internacional, no necesariamente provenientes de un Estado,
sino que de actores o procesos que van más allá, colocando los paradigmas estratégicos en duda. Esto encuentra un
eco con lo que sostiene Colin Gray, en lo relativo a las “falacias estratégicas”: el hablar de desafíos provenientes de
amenazas convencionales y fenómenos como amenazas no tradicionales, afecta la visión de la lógica del conflicto,
reduciéndola a un par de opciones que, de acuerdo a la experiencia, no puede considerarse como absoluta. Para
no tener aquello, no solamente se requiere observar lo que ocurre en el sistema internacional, sino que también las
1 Para mayor información, véase el capítulo 1 de ARELLANO GRAMUNT, Julio. Amenazas Globales. Centro de Estudios e Investigaciones
Militares. Ejército de Chile. 2006.
2 BARTOLOMÉ, Mariano César. La Seguridad Internacional en el Siglo XXI, más allá de Westfalia y Clausewitz. Academia Nacional de Estudios
Políticos y Estratégicos. Ministerio de Defensa Nacional. Santiago de Chile, 2006.
3 BERMÚDEZ, Lilia (1990). “El Terrorismo en la Guerra de Baja Intensidad”, en Bartolomé, op. cit., p. 73.
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Lester Cabrera T.
carencias, fortalezas e intereses propios de cada Estado, con una amplitud conceptual que debe estar acorde a la
transformación de las amenazas.4
Por razones lógicas, este hecho así como una serie de acontecimientos que se han venido produciendo desde el fin
de la Guerra Fría, han establecido un verdadero replanteamiento estratégico, en el sentido que el marco conceptual
con el cual se operaba en la época bipolar, no encaja a la hora de señalar cuáles son los principales desafíos a los
que tienen que hacer frente los países. Por ejemplo, la preocupación mundial en torno a las enfermedades de la
salud, el efecto invernadero, la capa de ozono e incluso en los temas relativos a la protección de la persona frente
a los acontecimientos diarios, como su capacidad para poder obtener alimentos, como a su vez de los países para
otorgarlos, son elementos que no se presentaban antes de una manera tan categórica. Con ello, el marco de la
seguridad no solamente puede circunscribirse al ámbito netamente de la defensa, en directa relación además con
los fenómenos antes señalados como el terrorismo, sino que se amplía a una gama muy superior de procesos y
elementos, a los que el Estado debe, según algunos, hacer frente necesariamente.5
Considerando el panorama antes descrito, es posible entender que la seguridad, y compartiendo los parámetros
establecidos en su momento por Barry Buzan, es un concepto que se encuentra “subdesarrollado”, ya que se
enmarca dentro de una acepción en la cual se le coloca en un plano multifacético y etéreo, realizando una
comparación en este plano con conceptos tales como la igualdad, la paz, la justicia y la libertad, entre otros
puntos de vista. En este plano, no existe una definición clara y debidamente consensuada de lo que se pretende
establecer con dicho concepto en el actual sistema internacional, como también sucedió en el pasado siglo
XX.6 Pero de lo que hay algo claro, es el hecho del elemento psicológico que establece tácitamente el vocablo:
la acción (o percepción en su defecto) de proteger algo.7 Siendo así, la seguridad posee en gran medida un
elemento que va desde un emisor a uno o varios receptores, actuando en este plano la concepción de una
eventual disuasión.
Sin embargo, surge inmediatamente una pregunta frente a lo señalado. Si se va a proteger algo, ¿qué es, y ante qué
se va a proteger? De la respuesta a la anterior interrogante, surgen a su vez el establecimiento de aquellos puntos
estratégicos o “críticos” a proteger para aquel actor, no individualizando al Estado propiamente tal, y los fenómenos
o acciones que, de acuerdo a su propia percepción, son parte de una posible o eventual amenaza. Frente a esto, los
señalados actores deben tomar medidas para poder seguir su normal desarrollo y evolución; es decir, un plan que
otorgue “seguridad”. Pero esto último se define principalmente por los aspectos internos de cada actor, de acuerdo
a su realidad y objetivos.
Además, se debe considerar en un análisis amplio y holístico, tanto de los fenómenos que afectan a otros actores
similares, como también las temáticas que se manejan en el sistema internacional. Lo anterior es lo que se conoce
como “el dilema de la seguridad”, el que, y de acuerdo a Max Manwaring, va más allá de la determinación a qué es y
qué no es agresión para su seguridad. La realidad muestra que el cuestionamiento debe ser por qué, cuándo y cómo
se debe intervenir para proteger a la población y prevenirla de eventuales sufrimientos, lo que a su vez, otorga las
4 GRAY, Colin. Categorical confusion? The strategic implications of recognizing challenges either as irregular or traditional. Strategic Studies
Institute. Army War College, Washington DC. Estados Unidos. 2012. Pp. 14-17.
5 WIRTZ, James. “New Agenda for Security and Strategy?” en BAYLIS, John, WIRTZ, James y GRAY, Colin, Strategy in the Contemporary World. An
Introduction to Strategic Studies. Oxford University Press, 2010. pp. 335-353.
6 BUZAN, Barry. People, States and Fear: An Agenda for International Security Studies in the Post-Cold War Era. Londres: Wheatsheaf Books. 1990.
7 Esta forma de presentar a la seguridad y amenazas no es nueva. Ya en la década de los 1970, se comenzaban a generar trabajos e
investigaciones en torno a esta forma de comprender el fenómeno de la seguridad en el sistema internacional. Véase al respecto los estudios
realizados por Robert Jervis, Perception and Misperception in International Politics, y del profesor Jack Levy, Misperception and the cause of War.
Otro estudio muy interesante sobre la naturaleza de las amenazas es el que ofrece David Baldwin, Thinking about Threats, publicado en The
Journal of Conflict Resolution.
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Reflexiones en torno a los conceptos de nuevas amenazas, amenazas emergentes y ...
bases para establecer redefiniciones en torno a la misma soberanía del Estado, cuando este no puede responder
positivamente a lo señalado.8
La realidad mundial refleja otra idea adjunta a lo anterior. El Estado ha comenzado a verse minimizado en sus acciones
para combatir en forma efectiva las tipologías de amenazas que se ciernen en el sistema internacional.9 Frente a esto,
la gran mayoría de estos ha adoptado medidas que se aplican y conjugan a través de organismos internacionales, o
en su defecto, gracias a las acciones realizadas en cumbres o reuniones periódicas. Un buen ejemplo de lo anterior
a nivel hemisférico, lo representa la Declaración de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre Seguridad
en las Américas, del año 2003, donde se establece en forma explícita que las amenazas nuevas y tradicionales, que
representan un peligro para la seguridad del hemisferio, deben ser tratadas de una manera multidimensional,
estableciendo a su vez la necesidad de que los enfoques tradicionales de seguridad deben ampliarse en el tono
señalado. En conjunto con lo anterior, se señala cuales son las nuevas amenazas, enumerando una serie de fenómenos
al respecto.
Ciertamente aquel documento, como muchos otros de similar espíritu, son una prueba oficial y patente del
impacto que poseen los desafíos contemporáneos, y que establece en su medida el sistema internacional, en
torno a la seguridad. El problema sin embargo, no se reduce a un simple acto de reconocer o no reconocer, sino
que va más allá. La situación de los Estados es sumamente diferente en lo referente a temas de seguridad, por
diversos motivos, y frente a eso, si bien hay consensos, la especificidad es lo que finalmente marca la diferencia
entre las concepciones de seguridad. Con ello, la clasificación de lo que entiende un país como amenaza, ya sea
nueva, emergente o no tradicional, resulta clave a la hora de generar y establecer los mecanismos necesarios para
hacerles frente.
Lo anterior se refleja en lo que sostiene el coronel Arturo Contreras, en el sentido de que “las amenazas emergentes,
nuevas amenazas o amenazas asimétricas, como indistintamente se las conoce desde principios de los 90, constituyen
nombres diferentes que se refieren a lo que con el tiempo ha terminado por asociarse a todo lo que afecte a un determinado
status quo […] en dicho contexto, se consideran como amenazas a la paz, a la estabilidad y a la seguridad, tanto interna
como internacional, a las más diversas situaciones, condiciones o fenómenos sociales, políticos y naturales, los cuales, en
la medida en que se asimilan a la idea de conflicto, ya sea desde la perspectiva de la sociología como de la lógica de la
8 MANWARING, Max. The Strategic Logic of the Contemporary Security Dilemma. Strategic Studies Institute. Washington DC: U.S. Army War
College, 2011, p. 7.
9 Una perspectiva similar es la que ofrece Francis Fukuyama en su obra La construcción del Estado: hacia un nuevo orden mundial en el siglo XXI,
el que sostiene que son los mismos Estados los culpables de la proliferación de los problemas de seguridad internacional, colocando como
eje de su argumento la falta de gobernabilidad de los mismos, y su transformación en verdaderos “Estados fallidos”, que albergan a grupos
radicales y terroristas fuera de su control.
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Lester Cabrera T.
guerra, dejan en evidencia importantes contradicciones conceptuales”.10 Y son justamente aquellas contradicciones, las
que se desea en algún grado, esclarecer.
Las amenazas, como se señaló en su momento, vienen de la mano con el concepto de seguridad y defensa. Pero
incluso en este plano, es posible establecer diferencias conceptuales de alta relevancia en la manera de hacer frente
a los desafíos que afecten de forma diferenciada tanto a la seguridad por un lado, y a la defensa por otro. Con
esto, qué tipo de seguridad y de defensa se requiere, se define de acuerdo al tipo y características de las amenazas,
creando de forma inmediata una no menor diferenciación conceptual.
Si la percepción de amenaza proviene de una fuente sobre la que se minimiza o se disuade con los medios
que involucra la defensa como tal, se habla de una amenaza “tradicional” o del tipo convencional. Por regla
general, se establece que este tipo de amenaza no solamente afecta el desarrollo normal de un Estado, sino
que también comprometería la integridad territorial del mismo. Pero además, se tiene en consideración que se
habla de una amenaza convencional o tradicional, cuando el actor o fenómeno que irradia futuras y eventuales
complicaciones del tipo mencionado, se trata de uno bien identificado y delimitado, en el sentido de que si
bien se conoce al potencial adversario y de alguna forma los medios que dispone, no se conoce cómo y cuándo
los empleará.11
Como una forma de otorgar una definición del concepto amenazas tradicionales, Andrés Fontana las define
como “las que provienen de posibles agresiones calculadas, que afectan la soberanía o la integridad territorial de los
Estados e implican el empleo, real o potencial, de medios militares para su materialización, para responder a ellas o para
neutralizarlas anticipadamente”.12
La definición antes dada, si bien otorga elementos que son de gran valor de uso, el hecho de que una amenaza
que afecte la soberanía, inmediatamente se ubica dentro de un proceso cognoscitivo ligado a las amenazas de
índole tradicional. Sin embargo, aquello no necesariamente es absoluto. En reiterados casos, las nuevas tipologías de
amenazas establecen fenómenos que hacen vulnerable y permeable, e incluso en algunos casos ya una flagrancia de
hecho, la integridad territorial y soberanía del Estado, sin necesariamente aplicar mecanismos como los conocidos
de las amenazas tradicionales.
Entonces, ¿cuándo nos encontramos frente a una nueva amenaza, una amenaza emergente o una amenaza no
tradicional? La respuesta requiere establecer un elemento básico, como forma de comprender las diferencias que
se pueden sostener. La idea de establecer un fenómeno o proceso como amenaza, dependerá en mayor medida, de
la ecuación que resulte entre percepciones y capacidades que tenga el Estado en torno a la amenaza; es decir, si el
Estado posee una fuerte capacidad bélica frente a eventuales adversarios, pero una marginal capacidad en cuanto
a su control fronterizo para evitar un tránsito constante y creciente de bienes y servicios ilegales, la percepción
natural será que este hecho provoca un mayor daño y, por consiguiente, se comienza a transformar en una amenaza,
y viceversa. Por ende, y para los efectos de delimitación, las amenazas tendrán sus impactos de acuerdo a la
ponderación que realice cada Estado. Esto último no excluye que el Estado adquiera su punto de vista, considerando
la realidad internacional, tanto desagregada y/o como un todo.
Siendo así, resulta posible señalar algunos puntos que caracterizan a cada uno de los fenómenos que es
posible categorizar como amenazas. Las nuevas amenazas son, como su nombre lo señala, “nuevas”. Es decir, el
10 CONTRERAS, Arturo. Estrategia. Las viejas y las nuevas amenazas. Santiago. MAGO editores, 2008, p. 59.
11 PALMA, Hugo. Seguridad, alcances y desafíos. Lima, Perú, CEPEI, 2007, pp. 44-46.
12 FONTANA, Andrés. Definiciones de amenazas. Complejidad de riesgo e interdependencia. Buenos Aires: Universidad de Belgrano, Argentina, 2003.
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Reflexiones en torno a los conceptos de nuevas amenazas, amenazas emergentes y ...
Estado no tiene conocimiento alguno de que se produzcan, únicamente porque no se ha manifestado antes.
Este concepto va de la mano con otros dos que son necesarios a la hora de captar y delimitar la clasificación
antes dada: innovación y tecnología. Las nuevas amenazas corresponden a la innovación que pueden emplear
diversos actores, a través de una importante base tecnológica, como una forma de atentar negativamente
contra los intereses del Estado, o bien de aquellos actores que son parte del funcionamiento del mismo. El único
ejemplo plausible de lo anterior, recae en lo que se denomina como “cibercrimen” o “ciberterrorismo” con sus
necesarias variantes y usos en un momento determinado. En síntesis, lo nuevo radica en que el acontecimiento
o proceso no ha sido ponderado por el Estado, ya que desconocía completamente de su existencia previa.
Algo similar ocurre con una parte del terrorismo: no es el fenómeno en el fondo lo que se modifica, sino que
lo nuevo viene de la mano con la forma en cómo se ejecuta. Pero para todos los efectos, se acopla al esquema
cognoscitivo anterior.
Algo relativamente similar ocurre con el concepto de amenazas emergentes. Si nuevamente nos colocamos en
la perspectiva del Estado, son fenómenos que se ponderaban o se tenía conocimiento de ellos, sin perjuicio de
que hayan afectado o no al Estado en su momento. Sin embargo, su evolución, como el mismo hecho de que de
un momento a otro se presenten en un espacio o realidad que no se tenía en consideración, hace el necesario
traspaso a una amenaza. Este concepto implica entonces un punto de partida que va más allá que el pleno
desconocimiento y una evolución-progresión del fenómeno, hasta alcanzar niveles que superen las capacidades
del Estado para confrontarlos de manera exitosa, aunque también se puede considerar un evento que si bien no
es propio de una realidad, pero que se ha manifestado en otras latitudes, se haga presente de un momento a otro
en la propia.13
Poniendo un ejemplo de lo anterior, se rescata la evolución que han experimentado diversos grupos que, con una
intencionalidad y funcionalidad primaria, comenzaron a transitar por caminos que se apartaban de sus objetivos
iniciales, desfigurando con ello incluso el let motiv de la organización. Un buen ejemplo de ello son los cambios que
se han producido en grupos tales como Sendero Luminoso en Perú y los Zetas en México.
El primer grupo comenzó un camino en torno a la vía armada con un alto sustento político-ideológico, ligado al
marxismo-maoísmo, con el principal fin de obtener consecuencias tanto en el ámbito social del Perú, como también
en los aspectos electorales, aunque esto último con una menor preponderancia, a la luz de la evolución de la
organización; pero una vez desbaratados los mandos y las diversas células, principalmente las cercanas al principal
líder del grupo, Abimael Guzmán, Sendero Luminoso osciló entre una eventual desaparición a fines de la década
de los 90 y una transformación estratégica en cuanto a sus objetivos, más relacionados a los medios y alcances que
poseía posterior a la detención de su principales cabecillas. Con esto se observa un cambio de una fuerza que en sus
comienzos era combatida en su mayoría por las instituciones ligadas a la seguridad interna, tales como la policía,
a ser tratada como un grupo insurgente con características narcoterroristas, y combatida por los elementos que
componen la defensa del país.
El caso de los Zetas es, por sí mismo, muy diferente al de Sendero Luminoso, tanto por el fondo, por la forma estratégica
en que se plantea el grado de conflictividad como por la operatividad del grupo señalado. Si bien los Zetas siempre
fueron una parte integrante de uno de los más importantes carteles del narcotráfico en México, el cartel del Golfo, su
vinculación a este, así como también su posterior transformación a un grupo independiente, y las formas de operar
13 Esta última perspectiva es altamente discutible, ya que los fenómenos que son de alguna manera clasificados como “amenazas”, son
progresivos, y tienen una planificación que otorga que el elemento de sorpresa, sea únicamente parte del discurso de la opinión pública, si el
Estado no toma los resguardos pertinentes.
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Lester Cabrera T.
que nunca antes se habían presenciado en aquel ámbito, dan cuenta de un fenómeno en evolución que va más allá
del simple tráfico de drogas en un territorio bien definido.
Las amenazas no tradicionales son tal vez, la categoría más compleja a la hora de otorgar alguna clasificación
entre la tipología de las amenazas, debido a que es un vocablo muy amplio por sí mismo, y que no ofrece en
una primera observación alguna delimitación conceptual en forma clara, ya que en su conjunto se encuentran
todas aquellas amenazas que no se encuentran dentro de la categorización de tradicional. Pero sin perjuicio de lo
anterior, es posible establecer que lo no tradicional puede concebirse al mismo tiempo como aquellas acciones
que no son parte de la costumbre y percepción del Estado frente a determinados procesos, como puede ser
efectivamente el narcotráfico o el terrorismo. Pero el hecho de que estos procesos tengan una categorización con
una mejor definición, deja un espacio para otros fenómenos que han sido categorizados por diferentes Estados
como amenazas, como es el caso de las catástrofes que se generan producto de fenómenos naturales, tales como
los terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, huracanes, pandemias, etc.14 La cualidad de amenaza viene
relacionado, además de la visión misma del Estado en este plano, del impacto que el fenómeno tiene en una
localidad determinada y su estrecha relación con la magnitud del fenómeno en si. Un ejemplo de aquello es que
para una región o una población que sufre movimientos sísmicos en un gran intervalo de años, el impacto en
términos generales de un sismo de 5.0 grados Richter, será muy diferente a lo que suceda en un país habituado a
aquellos.
Pero la amenaza no tradicional implica algo no menor: la focalización de un fenómeno como una amenaza que ya se
encuentra, en gran medida, dimensionada y tipificada como tal, es decir, está en una categoría en la cual el Estado
ha generado los instrumentos necesarios para establecer que un fenómeno determinado, bajo características bien
definidas, constituye una amenaza para su desarrollo. Esto inmediatamente cobra una importancia mayúscula a
la hora de diferenciar una amenaza no tradicional con otro tipo de sucesos que, si bien pueden ser perjudiciales
para el Estado, no se encuentran categorizados dentro de una perspectiva “novedosa”. En otras palabras, dentro del
conjunto de amenazas, las que no se encuentran dentro del conjunto de “tradicionales”, en lo relativo a su eventual
combate o formas de atenuar determinados fenómenos, las “no tradicionales” son el resto, pero con el atenuante del
conocimiento y categorización del Estado como tales.
Finalmente, existe un elemento que no es menor en lo que se refiere a la sistematización de las amenazas, el que
implicaría un reconocimiento tácito por parte del Estado, con respecto a la evolución de una amenaza que está
en ciernes, versus una amenaza debidamente instalada e institucionalizada. En este sentido, para muchos países
que sufren el flagelo del narcoterrorismo, aquello ya no representa, tanto bajo una perspectiva del fenómeno en
sí como del punto de vista temporal, la calificación de amenaza nueva o emergente, sino que un fenómeno real
que afecta al Estado desde lo más profundo. Sin embargo, este hecho no solamente implica un reconocimiento
conceptual y teórico, sino que también se deben avizorar las posibles consecuencias económicas y políticas que
dicho reconocimiento tendría para el normal funcionamiento del Estado.
14 Desde una visión amplia, afirmar la existencia de “catástrofes naturales” es compleja. Aquellos fenómenos se han producido desde hace
millones de años. Lo que los convierte en una catástrofe como tal, si bien se relaciona principalmente con la magnitud del acontecimiento en
sí, es finalmente la ubicación geográfica del suceso. Considerando lo anterior, resultaría más apropiado hablar de fenómenos naturales, y que
tienen como consecuencia aspectos que podrían catalogarse como catástrofe. El suceso no es una catástrofe en sí.
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Reflexiones en torno a los conceptos de nuevas amenazas, amenazas emergentes y ...
Conclusiones
Las amenazas y su clasificación, como se mencionó en su momento, no es un tema novedoso para la literatura ligada
a los estudios estratégicos. Sin embargo, la anterior acepción se aplica solamente en aquellos países en que dicha
rama del conocimiento posee un alto valor en cuanto a su pensamiento crítico, como también en los tópicos que
desarrolla. En resumidas cuentas, el desarrollo de los estudios estratégicos tiene una directa relación con el grado de
vinculación que un Estado posea, y de la adopción de una verdadera “masa crítica” en las diferentes temáticas que se
agrupan en el concepto señalado, en directa relación con el panorama planteado.
Pero aquel común denominador, que últimamente se ha puesto también en tela de juicio por algunos Estados, no
resulta comprensivo ni contemporáneo con los sucesos. No resulta adecuado ni apto establecer bajo una misma
categorización aquellos fenómenos que han sido parte constante de la humanidad, con aquellos que son una parte
de la naturaleza, como por ejemplo el terrorismo por un lado, con los desastres que pueden producir los fenómenos
de la naturaleza por otro. Su accionar, intencionalidad y también su objetivo mismo, no son similares bajo ninguna
perspectiva, y por lo tanto, su tratamiento también debe ser diferente.
Sin embargo, existe otra caracterización que debe necesariamente realizarse, la que se basa principalmente
en el objetivo y la consecuencia de la amenaza. Si bien es cierto que las señaladas tipologías de amenazas son
eminentemente tratadas dentro del plano de la seguridad, sus fines y consecuencias son en algunos casos
diametralmente diferentes, y si bien afectan a un segmento importante del Estado o de alguno de sus componentes,
la consecuencia, importancia y tratamiento de aquel acto, puede resultar también diametralmente opuesto. Si
ocurre un atentado terrorista, se presume una clara intencionalidad de un actor más o menos determinado, pero
el objeto en sí –la generación del terror– traspasa los objetivos, estableciéndose con ello que un atentado de las
características señaladas implica a una parte considerable, por no decir en su totalidad, a la sociedad. Mientras que
el desenlace que puede producirse producto de un fenómeno natural si bien es impredecible y tanto o más dañino
que el anterior caso, no se atribuye al actuar del hombre en aquello, y en numerosos casos, se puede apreciar una
escalada del suceso que permite tomar medidas de contingencia, disminuyendo con ello su potencial gravedad,
con lo que se deja en duda la necesidad de colocar como reales amenazas a la seguridad del Estado, estos últimos
acontecimientos.
Finalmente, cabe destacar la consecuencia del hecho en sí y su grado de implicación en la sociedad misma.
Un fenómeno natural, si bien coloca en una posición de vulnerabilidad al Estado que se ve afectado, no es un
elemento que afecte directamente la seguridad y defensa del mismo. Obviamente hay aspectos que se toman
en consideración, pero que a la larga son transversales al desarrollo mismo del país. Diferente situación ocurre
cuando se tiene un proceso que pone en tela de juicio la soberanía e institucionalidad misma del Estado, como
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puede ser un grupo no controlado de narcotraficantes o un sistema de inteligencia inadecuado para hacer frente
a un eventual ataque terrorista. La soberanía y la integridad territorial están en juego, pero por un actor que no
está catalogado como tradicional. Por ende, se requiere una categorización diferente en su tratamiento. Pero
el principal objetivo del Estado es establecer, con una visión crítica y prospectiva, cuáles son realmente sus
principales amenazas y establecer las necesarias diferencias en su tratamiento, para un uso adecuado, eficiente y
eficaz de sus recursos. Parafraseando a Colin Gray, lo que se requiere para definir seguridad y amenazas se reduce
a dos palabras: prudencia conceptual.15
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Reflexiones en torno a los conceptos de nuevas amenazas, amenazas emergentes y ...
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Centro de Estudios e Investigaciones Militares
Santiago de Chile
ISSN 0717-6805
Resumen:
La conformación de este nuevo bloque supone, sin duda, grandes desafíos en el
marco del estudio de las relaciones internacionales. Lo anterior, principalmente,
en razón de lo heterogéneo de las potencias emergentes que integran los BRICS,
y con ello los respectivos desafíos que conlleva. En el caso de Brasil, esta instancia
significa una oportunidad de incrementar su posicionamiento internacional y
con ello su liderazgo regional, no obstante superar y asumir las diferencias entre
los miembros del bloque.
Abstract:
The formation of this new block assumes with no doubt, major challenges
within the framework of studies of international relations. This is mainly due
to the heterogeneity of the emerging powers that make up the BRICS, and
thereof the respective challenges involved. In the case of Brazil, this situation
means an opportunity to increase its international position and thus its regional
leadership, notwithstanding that it must overcome and assimilate existing Palabras Clave
differences among the members of the block. BRICS (Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica)
Introducción Potencia emergente
Multilateralismo
El presente artículo tiene como finalidad entregar una descripción Brasil
general de los países BRICS. En este sentido, destaca lo que representan, Estrategia Nacional de Defensa
su vigencia como potencias emergentes y la relación que pudiera existir Brasileña
entre ellos, dando un énfasis especial a Brasil. Verificado lo anterior, se estima
oportuno determinar los posibles efectos que en las áreas de la seguridad
y defensa, pudiera traer el hecho que Brasil sea integrante de esta nueva Keywords
asociación global. BRICS (Brazil, Russia, India, China and
South Africa)
Es necesario precisar que el término BRIC fue acuñado el 2001 por el Emerging Power
economista Jim O’Neill de Golmand Suchs, una de las empresas de inversión Multilateralism
y valores más grande del mundo, refiriéndose a Brasil, Rusia, China e India en Brazil
su calidad de economías emergentes. Brazilian National Defense Strategy
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CRL. Eduardo Fuenzalida H.
Ello porque estos cuatro países tienen en común una gran población, territorio y recursos. En concreto, conformaban
en esa época el 42% de la población del mundo, el 15% del Producto Interior Bruto (PIB) global y el 12,8% del
volumen comercial planetario.
En 2010, Sudáfrica inició conversaciones para unirse a la agrupación BRIC, registrándose formalmente su ingreso en
agosto de ese año, con lo que se convirtió en un país miembro el 24 de diciembre de 2010.
Estos países emergentes, de continuar con esta alianza formal, pueden marcar una diferencia global, dado que China
e India serán los grandes proveedores mundiales de tecnología y servicios. Por su parte, Brasil ocupará una posición
de liderazgo en biodiversidad, hierro, etanol y alimentos, Rusia lo hará en industria de armamento, proveedor de
petróleo y gas natural, en tanto Sudáfrica destacará por su gran riqueza en minerales, especialmente oro, platino,
diamantes, uranio, cobre y gas.
Estas cinco naciones tienen características de desarrollo económico muy diferentes, por lo que su gran fortaleza radica
en que pueden complementarse entre sí en áreas tales como: las finanzas, la energía, los servicios, la tecnología, la
agricultura, la protección medioambiental y la seguridad alimenticia, así como en las negociaciones multilaterales
de comercio en el marco de la Organización Mundial del Comercio.1
Pero en contramedida, aún existen diferencias importantes entre ellos en áreas de los derechos humanos, democracia,
proteccionismo agrícola y el control demográfico, aspectos no fáciles de solucionar.
En este momento, los países BRICS tienen un enorme potencial pero, al mismo tiempo, un gran desafío, ya que
deben promover políticas sociales y de desarrollo económico para consolidar su crecimiento a largo plazo.
Situación de Rusia
Si se focaliza el análisis en Rusia,2 se puede afirmar que por sus características territoriales, demográficas, políticas,
económicas, militares y culturales, dispone de capacidades para intervenir como potencia mundial, pero también
enfrenta importantes dilemas geopolíticos, económicos y políticos, cuya adecuada resolución condicionará durante
la próxima década su realidad estatal y su proyección internacional.
A pesar de ello, el acceso al poder de una nueva élite gobernante y el desarrollo del Estado le están permitiendo
recuperar una posición de potencia global cuestionada por las potencias occidentales durante la década de los años
noventa.
La limitada potencialidad de la economía rusa, sobre todo en comparación con China o la India, es compensada
por Moscú por la importancia de sus recursos energéticos y todavía destacada capacidad científica y tecnológica
que mantiene disponible, y que tiene previsto impulsar durante los próximos años a través del complejo militar-
industrial.
No es menor la influencia directa que Rusia es capaz de ejercer a escala regional en los países de su entorno
estratégico en Europa Oriental, Cáucaso Sur, Oriente Medio y Asia Central. En estas áreas, que Moscú considera
vitales para su seguridad nacional, está dispuesta a enfrentar cualquier expansionismo o interferencia unilateral
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Brasil, un BRICS en América
de terceras potencias. Esto obliga a tomar en consideración la capacidad militar, convencional y nuclear, que tiene
disponible Rusia y que está revisando doctrinalmente y modernizando logística y operativamente, porque será uno
de los instrumentos esenciales con los que tiene previsto respaldar su posición y proyección internacional.3
No obstante, el gobierno ruso concede prioridad al empleo de medios cooperativos y no militares para asegurar
la estabilidad de su país y su posición global. En este marco debe inscribirse su participación activa en la creación
del Grupo BRIC (2009 fecha de la primera cumbre) y la recuperación del protagonismo en el G-20, como foros de
articulación de programas políticos y económicos alternativos a los elaborados por las grandes potencias.
Por último y sobre su proyección internacional, se estima imprescindible considerar que Rusia está lentamente
sustituyendo la concepción de la política exterior, heredada de la antigua URSS, que se basaba en criterios de afinidad
ideológica y división en áreas de influencia político-militar, por una nueva visión donde su política exterior, el grado
de confianza y sobre todo, la importancia en las percepciones de amenazas, son muy distintas.
Con cerca de 1.250 millones de habitantes, India no puede ser ignorada por el mundo, a pesar de que su potencialidad
en algunas áreas parezca débil comparativamente con China, ya que posee importantes dominios políticos,
económicos y militares.
En este sentido, es claramente el Estado más poderoso en la región del sur de Asia, lo que le permite percibirse a sí
misma como potencia hegemónica.
Independiente de sus capacidades y características geopolíticas, este país no juega el papel de líder regional ni
mucho menos mundial, a semejanza de como lo puedan hacer Estados Unidos y, de una manera cada vez más
clara, China. Prueba de ello, es que no ha sido capaz de impedir la interferencia de actores externos en las dinámicas
de seguridad regional, ni de modificar los comportamientos internacionales de sus vecinos en la dirección de sus
propios intereses. La explicación a esta situación se encuentra en los crecientes compromisos de seguridad que
las grandes potencias tienen en la región, particularmente en el área de Afganistán y Pakistán, pero también, en la
habilidad que ha mostrado tradicionalmente este último país para generar apoyos por parte de actores externos.
Adicionalmente conlleva el hecho de que subsistan importantes debilidades que limitan sus ambiciones
internacionales, como por ejemplo, su alto consumo energético debido a su crecimiento poblacional y comercial,
aspecto que le demanda buscar alternativas ajenas a lo convencional en esta materia (nuclear).5 Su crecimiento
demográfico deberá ser controlado, si se quiere asegurar el equilibrio entre recursos y necesidades y la degradación
del medioambiente tendrá que ser contenida, para evitar que la salud de la población sea puesta en peligro por una
polución en aumento.
3 Ibídem, p. 44.
4 Ibídem, pp. 77 - 78.
5 Ver: www.acquip.com. Consultado el 10 de mayo 2012.
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El agua constituirá un problema mayor en el futuro, al que deberá dar respuesta tanto en sus aspectos cualitativos
como cuantitativos. La fundición de los glaciares del Himalaya que alimentan los grandes ríos, como consecuencia
del calentamiento climático, constituirá una preocupación importante. En cuanto a infraestructura, la debilidad de
la red de carreteras, ferroviarias, portuarias y aeroportuarias seguirá siendo un desafío.
Resulta evidente que los problemas de seguridad más apremiantes que debe afrontar provienen de la región sur de
Asia, por lo que un papel más activo y un mayor énfasis en el liderazgo regional, debería conducir a un incremento
de la seguridad constituyéndose en un prerrequisito para garantizarle un estatus de gran potencia.
En cuanto a sus Fuerzas Armadas, no dejan de ser organizaciones lentas en transformarse, no obstante, la
modernización continuará en el futuro apremiada por los desafíos regionales y por el temor a una mayor intromisión
de potencias externas en su entorno regional, fundamentalmente Estados Unidos y China.
En todo caso el panorama no es tan negativo y se estima que en el curso de las próximas décadas, una India que
se encuentra en una fase de desarrollo económico muy favorable, verá acelerado su crecimiento económico y
seguramente incrementará su peso como potencia regional. Para ello, deberá movilizar sus recursos internos y su
capacidad de esfuerzo para aprovechar esta ventajosa situación.
La reforma económica china lleva cerca de 30 años, transformado profundamente a la sociedad y diluyendo
paulatinamente la capacidad de control del Partido Comunista. Cuando más desarrollado se vuelve el país, más
inseguros y amenazados se sienten sus dirigentes. Esta percepción de fragilidad es clave para entender las
motivaciones de Beijng, además de un factor fundamental que puede provocar un cambio en la orientación de su
posición internacional.
Otra incógnita se refiere a que China no parece haber resuelto la cuestión de su identidad internacional. ¿Debe
actuar como un país desarrollado, o como un país en vías de desarrollo? ¿Debe asumir responsabilidades globales
o preocuparse solo por sus intereses? El debate debiera continuar abierto durante años y provocará tensiones entre
China y Occidente, al existir una clara divergencia entre la percepción y las expectativas que cada uno de ellos tiene
sobre el otro. El mundo pedirá cada vez más a China, pero Beijng no parece dispuesto a sacrificar su crecimiento
económico ni su estabilidad política a cambio de compromisos y responsabilidades internacionales.
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multilateral. El nuevo estatus de China le obliga a desarrollar una relación positiva y equilibrada con Estados
Unidos, sus vecinos de Asia Oriental y, en menor medida, con la Unión Europea. Es de ellos, de quien depende,
en gran parte, el mantenimiento de la paz y de la estabilidad que exige su gran prioridad: el desarrollo de su
economía.
Por otro lado, Sudáfrica que exhibe cifras de crecimiento económico y de población menores respecto a China,
India, Brasil y Rusia, pero posee otros datos que reflejan su relevancia en el contexto de los mercados dinámicos. Su
trascendencia, radica en que es la “puerta de enlace” con el resto del vasto continente africano. Lo que es importante
entender, es por qué merece la pena asegurarse una “puerta” al continente africano. En primer lugar, destaca su
potencial como proveedor de recursos naturales para la industrialización de los países emergentes. Segundo, el
continente africano contribuye con un vigoroso mercado de consumo y de trabajo de alrededor de 1.000 millones
de personas. Un tercer argumento es que presenta grandes tasas de crecimiento económico y los más altos retornos
sobre las inversiones. Por último, los BRICS tienen crecientes intereses en África, considerada región de legitimidad
política en la definición de la agenda global. Junto con ello, Sudáfrica debe hacer esfuerzos para constituirse en la
voz del continente.
Este país tiene una innegable proyección en el continente africano, cuya población será de mas de 1.700 millones de
personas en el 2.050,7 y su carácter de miembro del grupo BRICS es percibida por los sudafricanos como un factor
que potenciará su protagonismo en el área.
En función de todo lo expuesto sobre los BRICS, se estima que se debe estar atento al desarrollo de esta alianza de
países emergentes, su protagonismo futuro y el marco estratégico de seguridad internacional. En el desarrollo de
este artículo se intentará ir despejando estas incógnitas con un énfasis especial al caso de Brasil.
Inserto en el grupo de los países BRICS, Brasil se está convirtiendo en líder a nivel regional, y tiene muchos aspectos
a su favor para constituirse en un poderoso interlocutor en el horizonte mundial.
Es cierto que Brasil es poderoso, pero no lo suficientemente, por lo que necesita la integración con Sudamérica.
Como muestra de esta preocupación impulsó la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
Por otra parte, aparece cada vez con más fuerza, como el socio privilegiado de Estados Unidos en su gestión de los
asuntos latinoamericanos y caribeños. No obstante, en ciertas ocasiones ha tenido una postura propia, como fue en
mayo de 2010 al firmar un acuerdo de cooperación nuclear con Turquía e Irán, aspecto que irritó en su momento a
Estados Unidos.
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Brasil ha conseguido salir adelante de la crisis financiera que afecta al mundo, con un sistema democrático consolidado
y que no se ha dejado arrastrar por el populismo de turno, que se suele encontrar en algunos países de América Latina.
Exhibe además datos impresionantes, como su superficie de 8.514.880 kilómetros cuadrados, sus fronteras terrestres
de 14.500 kilómetros, sus costas que se extienden por sobre los 7.500 kilómetros y una población que bordea los 200
millones de habitantes.
Dentro de los principales factores de riesgo, se puede mencionar que es el segundo consumidor mundial de cocaína,
con grandes extensiones de cultivo de coca en la región amazónica para consumo doméstico, constituyendo además
un excelente mercado para la cocaína producida en Colombia, Bolivia y Perú. Por otro lado, existe una actividad de
financiamiento ilegal en la “triple frontera”, ubicada entre Brasil, Argentina y Paraguay, relacionada con el lavado de
dinero procedente del narcotráfico.
Factor económico
La economía brasileña es la primera de América Latina y la segunda de toda América. El Producto Interno Bruto
(PIB) llegó a U$ 2.282 mil millones, el año 2011. La renta per cápita está en torno a U$ 11.600.9 El país cuenta con
una economía desarrollada y diversificada en sectores como el agrícola, minero, manufacturero y de servicios, así
como un gran mercado de trabajo. Sus mayores socios comerciales son la Unión Europea, Mercosur y América
Latina, Asia y Estados Unidos. En cuanto a sus principales productos de exportación se encuentran: aeronaves,
equipos electrónicos, automóviles, alcohol, textiles, calzado, hierro, acero, café y soya.
Las perspectivas de la economía mejoraron gracias al descubrimiento de enormes reservas de petróleo y gas
natural. Los inmensos depósitos frente a la costa brasileña llamados Presal, permitirá que Brasil sea uno de los
mayores exportadores de petróleo del mundo dentro de unos pocos años. La Agencia Nacional de Petróleo, calcula
que las reservas en este lugar pueden alcanzar los 80.000 millones de barriles de petróleo, casi seis veces en relación
a las actuales reservas comprobadas (14.000 millones de barriles). Mención aparte constituyen sus reservas de
agua, según cálculos de organismos internacionales, en los acuíferos y las cuencas fluviales de Brasil se encuentra
alrededor del 12 por ciento del agua dulce del planeta.10
Como todo país que marcha velozmente para posesionarse dentro de los más desarrollados, hay aspectos que
deben optimizarse, la infraestructura de transporte es todavía precaria y, en determinados casos, mal conservada.
Su sistema ferroviario y portuario es insuficiente, mientras que la red de aeropuertos precisa ser readecuada. La
desigualdad y los indicadores de pobreza aún son desfavorables y su gobierno anualmente intensifica las iniciativas
tendientes a disminuir este déficit.
Brasil aspira además avanzar en África, mediante inversiones estatales y privadas en su disputa de espacios frente
a China, situación que se hace cada vez más intensa debido a la crisis global y la necesidad de conquistar nuevos
mercados y fuentes de materias primas. En este sentido, la petrolera estatal Petrobras planea realizar inversiones
por U$ 2.400 millones hasta 2015, donde China cuenta con una presencia más importante en el sector energético.
Las inversiones petroleras así como en construcción civil, minería y agricultura fueron analizadas por la presidenta
Rousseff en la gira realizada por el continente africano en octubre de 2011, donde incluyó países como Sudáfrica,
Mozambique y Angola, principales socios de Brasil en dicha área.
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Brasil, un BRICS en América
Capacidad de liderazgo
El primero de enero de 2003, Luís Inácio Lula da Silva, al asumir la presidencia de Brasil, pronunció su discurso en
la Asamblea Legislativa anunciando su proyecto político sudamericano: “Lograr una América del Sur políticamente
estable, próspera y unida por ideales democráticos y de justicia social”. En efecto, a lo largo de su mandato, el presidente
Lula da Silva fue coordinando y estrechando lazos y colaboraciones entre las diversas iniciativas subregionales
existentes, creadas en diferentes momentos y con distintos protagonistas y cometidos, desde el Mercado Común
Centroamericano hasta la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, pasando por la Comunidad
Andina, la Comunidad Iberoamericana de Naciones , hasta que, el 23 de mayo de 2008, en Brasilia, se firmó,
bajo el patrocinio del presidente Lula, el Tratado Constitutivo de UNASUR donde estaban incluidos los 12 países
sudamericanos. Este organismo tiene como objetivo central construir, de manera participativa y consensuada, un
espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus integrantes.
Una de las características actuales de la política exterior de Brasil es su afán en lograr un estatus de gran potencia,
derivado de su extensión, población, riquezas naturales y de su posición en el subcontinente sudamericano. Dando
un paso más, y ya en la línea de adoptar una política regional hemisférica de liderazgo, con rasgos estabilizadores
e integradores en los asuntos de América Latina y el Caribe propuso la creación de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la Cumbre de Costa do Sauipe, el 17 de diciembre de 2008.
La geopolítica brasileña siempre ha establecido que el destino manifiesto de Brasil es la salida al océano Pacífico
para convertirse en nación bioceánica. Este anhelo, dada la importancia que representa el asia-pacífico, es posible
que se cristalice mediante la concreción de los proyectos que incluyen las obras destinadas a la construcción de los
corredores bioceánicos.11
Otra muestra del liderazgo y posicionamiento mundial y regional de Brasil, fue durante el 2011 la intervención de la
Presidenta de Brasil Dilma Rousseff en el seno de la Organización de Naciones Unidas, donde señaló los siguientes
objetivos y aspiraciones respecto a la política exterior de su país:12
· Brasil es una potencia y debe estar presente en el Consejo de Seguridad en forma permanente.
· Pidió participación en la solución a la crisis financiera que afecta al mundo.
· Instó a un reconocimiento explícito del Estado Palestino.
· Planteó la necesidad de preocuparse por temas de interés común, como el cambio climático, el rol de la mujer en
el desarrollo económico y social y la erradicación de la pobreza.
De acuerdo a lo señalado por el doctor Leslie Wehner,13 Brasil no tiene fácil el cumplimiento de este liderazgo en
la región y deberá aunar muchas voluntades y generar ciertos consensos. Argentina, por ejemplo, mantiene una
rivalidad al oponerse para que adquiera un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de N.U. Venezuela lo
apoya en algunos contextos multilaterales y aspiraciones, pero no en todos. De hecho, Venezuela genera sus propios
espacios de liderazgo que compiten con la propuesta brasileña, cumpliendo un rol de Estado revolucionario. Chile
por su parte, apoya a Brasil en lo político y diplomático, pero no necesariamente cuando el ámbito es comercial a
nivel regional o global.
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CRL. Eduardo Fuenzalida H.
Pero Brasil, en procura de profundizar y consolidar su liderazgo, está incorporado en la mayoría de los organismos
internacionales existentes en la región, solo no integra la Comunidad Andina y la Alianza del Pacífico, por razones
meramente geográficas.
En contramedida, Brasil está presente en la mayoría de los organismos, a modo de ejemplo se puede citar:
En muchas de las organizaciones precitadas ha sido su gestor, en otras un entusiasta e importante participante, y en
todas un actor con voz junto a una gran capacidad de mediación y liderazgo, tendientes a orientar las inquietudes
de la región a la que pertenece.
Factor militar
Las Fuerzas Armadas de Brasil están constituidas por el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, su contingente alcanza
a los 372.000 hombres y mujeres.
Respecto a su gasto en defensa, se pretende incrementar de un 1,5% hasta un 2% del Producto Interno Bruto en
la próxima década, presionado por la necesidad de defender sus inmensas reservas petroleras y otras riquezas
naturales, conforme a lo señalado por el Ministro de Defensa Sr. Celso Amorim el 2 de junio de 2012, quien señaló
que el aumento del gasto militar aproximaría a Brasil al promedio de las otras potencias emergentes del grupo BRICS.
Brasil gastó alrededor de 30.500 millones de dólares en defensa en el 2011 y espera mantener ese nivel en el 2012, lo
que equivale a la mitad del presupuesto militar de unos 63.000 millones de dólares de toda América del Sur, según
el Stockholm International Peace Research Institute. La justificación está dada por compromisos aún no resueltos,
como la compra de nuevos aviones caza, un contrato que el ministro de Defensa cifró en unos 5.000 millones de
dólares.14
Por otra parte, el aumento del presupuesto militar desde un tiempo a la fecha, es una oportunidad para la industria
de defensa local con ventas anuales por unos 2.700 millones de dólares. Cabe recordar que Brasil produce aviones,
radares, barcos, armas ligeras, municiones, paracaídas y trajes antibala que pretende además exportar a otros países
de América Latina. También existe la previsión de fabricar en los próximos tres o cuatro años un avión militar no
tripulado para misiones tácticas de vigilancia, en el que mostraron interés países como Colombia. Además, busca
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Brasil, un BRICS en América
asociarse a Argentina, Chile y Colombia en la producción del futuro KC-390, un transporte militar con el que
Embraer espera capturar hasta un 20 por ciento de un mercado de reposición de América Latina dominado por el
estadounidense Lockheed Martin C-130 Hércules.15
Sin embargo, la gran innovación introducida por Brasil, en el marco de la defensa, lo constituye la creación del
Consejo de Defensa Suramericano (CDS), destinado a contribuir fuertemente a establecer una identidad de defensa
sudamericana, teniendo en cuenta tres áreas principales; la amazónica, la andina y la rioplatense. Sus objetivos son:16
· Consolidar Sudamérica como una zona de paz, base para la estabilidad democrática y el desarrollo integral de sus
pueblos, y como contribución a la paz mundial.
· Construir una identidad sudamericana en materia de defensa, que tome en cuenta las características subregionales
y nacionales y que contribuya al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe.
En esencia, el verdadero desafío del CDS y de UNASUR es, establecer en el subcontinente un concepto propio de
defensa y seguridad que se ajuste a las necesidades de su proceso de integración. Una tarea difícil, pero no imposible.
En cuanto al cambio climático, Brasil organizó el año 1992 “La Cumbre de la tierra” para debatir sobre temas
medioambientales a nivel global. Veinte años más tarde, organizó un nuevo evento mundial “Río más veinte” llamada
oficialmente “Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable”. Fue un nuevo intento de Naciones
Unidas para avanzar sobre el compromiso de los Estados y la comunidad mundial en los grandes cambios de este
siglo XXI. El llamado de Naciones Unidas fue ambicioso invitando a los Estados, la sociedad civil y los ciudadanos a
sentar las bases de un mundo de prosperidad, paz y sustentabilidad, incluyendo tres temas; el fortalecimiento de los
compromisos políticos en favor del desarrollo sustentable, el balance de los avances y las dificultades vinculadas a
su implementación y las respuestas a los nuevos desafíos de la sociedad.17 El texto acordado en dicha cita –titulado
“El futuro que queremos”– fue propuesto por Brasil y generó el consenso internacional.
Respecto a como aporta en el contexto de los BRICS, destaca el fortalecimiento institucional del bloque de países
emergentes como forma de dar más voz a los países en desarrollo en el sistema internacional, la capacidad de
liderazgo que aúna la voluntad de un conjunto de países con grandes recursos naturales y con elevadas expectativas
de constituir una entidad geopolítica a mediano plazo y, finalmente, su especial reconocimiento y prestigio dentro
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CRL. Eduardo Fuenzalida H.
En concreto, la complementariedad que es preciso impulsar y consolidar a la postura de los países BRICS, se puede
obtener por parte de Brasil en su contribución en el liderazgo regional, los recursos naturales que posee, el factor
económico, agrícola, de protección del medioambiente, energía y en una entidad geopolítica.
· Los movimientos sociales, con capacidad de interpelar a los Estados asociándose para estos fines con movimientos
radicales y étnicos. Se caracterizan por aprovecharse de cualquier expresión social organizada para cometer ilícitos
que pretenden demostrar su desapego con la institucionalidad vigente y pretender crear un clima de inestabilidad.
· El narcotráfico y el aumento en su producción y consumo, junto al crimen organizado y al tráfico ilegal de armas
están estrechamente vinculadas y constituyen la principal amenaza en la región. Brasil por su extensa frontera
terrestre ha otorgado a su Ejército roles policiales en esos sectores, a fin de impedir que desde el exterior se
masifique la internación de productos ilícitos.
· Otro elemento a tener en cuenta, es la probabilidad que a nivel mundial se susciten situaciones complejas por
la amenaza que representa la carencia de los recursos energéticos, debido a los efectos e impactos sociales que
su alta demanda y precios tendrán en el mediano y largo plazo en el desarrollo de los países. Con lo anterior, se
podría tender a una política general de nacionalización de hidrocarburos y la protección de reservas de agua
dulce. Situación más crítica vivirán aquellos países que tengan mayor dependencia.
Sudamérica en general es un subcontinente rico en recursos naturales no renovables (minerales, petróleo y gas), por
lo que la conflictividad por esos motivos será recurrente en el futuro.
Su estrategia enfatiza que el Amazonas representa uno de los focos de mayor interés, lo que exige avanzar en un
proyecto de desarrollo que abarque al trinomio observación y control, movilidad y presencia.
Expresamente, se indica que Brasil será vigilante en la reafirmación incondicional de su soberanía sobre el
Amazonas brasileño, repudiando la tentativa de tutelaje sobre sus decisiones respecto a la preservación, desarrollo
y defensa de este territorio. No permitirá que organizaciones o individuos sirvan de instrumentos para intereses
foráneos –políticos o económicos– que quieran disminuir su soberanía.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Brasil, un BRICS en América
Otro aspecto destacable de la estrategia en comento, es la estimulación a la integración de América del Sur. Dicha
actitud no solamente contribuirá a la defensa de Brasil, sino posibilitará fomentar la cooperación e integración militar
regional y de las bases industriales de defensa, alejando de esta manera la sombra de conflictos dentro del área. Con
todos los países avanzará rumbo a la construcción de una unidad sudamericana.
· El Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas intensificarán las asociaciones estratégicas en las áreas cibernética,
espacial y nuclear y el intercambio militar con las Fuerzas Armadas de países amigos, en este caso particularmente
con las del entorno estratégico brasileño y de la comunidad de países de lengua portuguesa.
· El Ministerio de Defensa, el Ministerio de Relaciones Exteriores y las Fuerzas Armadas buscarán contribuir
activamente al fortalecimiento, la expansión y consolidación de la integración regional, con énfasis en la
investigación y desarrollo de proyectos comunes de defensa.
· Sobre el rol que estos países deben cumplir a nivel global, es oportuno citar, a modo de conclusión, lo señalado
por el propio creador de este concepto Jim O´Neill.19 Al preguntársele si estima que estos países van a cambiar
el mundo en la economía y otros ámbitos, expresó que el cambio implica todos los ámbitos, naturalmente. En
lo económico, dentro de 10 años la dimensión económica de estos países podrá alcanzar la de Estados Unidos,
y es de esperar que dentro de 18 años el volumen global de la economía de China alcance a la norteamericana.
China tendrá un estatus internacional comparable al de Estados Unidos y experimentará cambios económicos
muy notorios.
Es interesante resaltar el papel que los países BRICS en la actualidad están cumpliendo, desplazando paulatinamente
el indiscutido dominio de Occidente en el mundo, pero esa sustitución de los equilibrios de poder podría tener
implicaciones para la paz y los conflictos, tal como se señala en el Reporte 2012 sobre la Paz y los Conflictos dado a
conocer por expertos de cuatro institutos alemanes.20
· Sobre las causas que han producido la irrupción de los BRICS, entre otras se puede apreciar la falta de influencia
europea, producto de su recesión y sus inestables gobiernos. Estados Unidos, vive su propia crisis con varios
matices culturales, económicos, políticos y geopolíticos. Lo anterior, crea un clima de mucha incertidumbre, lo
que ahonda más la coyuntura actual.
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CRL. Eduardo Fuenzalida H.
· Por último, los BRICS han realizado cuatro cumbres. Su agenda ha constado tanto de temas de preocupación
económica y comercial, como de cooperación y de seguridad internacional, siendo un objetivo relevante,
transitar para conformar un sistema multipolar de relaciones internacionales, aspecto que podría modificar la
relación actual entre los Estados.
Aspira, además, a consolidar su liderazgo regional y proyectarlo internacionalmente, donde ser miembro
permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es una meta prioritaria. Esta situación lo transformaría
a lo menos, en agente mediador de cualquier conflicto que exista en el área, lo que impondría a Brasil acercarse
y relacionarse con todos los países de la región por igual.
· Los grandes recursos naturales que posee en su extenso territorio, en el mediano plazo eventualmente serán
motivo de conflictos, sobre todo las reservas de agua en el Amazona y las grandes reservas de petróleo localizadas
en su litoral. Este antecedente obligó a Brasil a desarrollar una estrategia de defensa que le permitiese hacer frente
a cualquier amenaza extracontinental y para ello requiere, sin lugar a dudas, la adhesión y apoyo de todos los
actores de la región, aspecto que permite comprender los esfuerzos que este país realiza en diferentes ámbitos y
sobre todo en el liderazgo regional.
En Brasil, sus autoridades encabezadas por la Presidente de la República, han reiterado la relevancia que se le
asigna a sus Fuerzas Armadas como instrumento fundamental de su seguridad y defensa, siendo con ello un
especial aporte en la construcción de este nuevo Brasil.
· Finalmente, Brasil como una aspiración legítima, continuará realizando acciones tendientes a consolidar su
liderazgo regional y paralelamente proyectar su esfera de influencias a nivel global. Producto de ese estatus,
Chile podría en mayor o menor medida, verse condicionado por la política exterior brasileña a la que se debe dar
una especial atención.
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ISSN 0717-6805
Brasil, un BRICS en América
Escenarios Actuales. Año 17, mayo, Nº 1 (2012), pp. 39-45.
Centro de Estudios e Investigaciones Militares
Santiago de Chile
ISSN 0717-6805
Desminado humanitario.
Aporte de Chile a la seguridad
internacional
Erich Haun Visnepolsky*
Resumen:
Las labores de desminado humanitario que desarrolla Chile son el reflejo
del compromiso internacional adquirido por el Estado, tras la adhesión a la
Convención de Ottawa en 1997. Para tales efectos, el país implementó una
estructura administrativa que se consolidó con la creación de la Comisión
Nacional de Desminado Humanitario. El presente artículo tiene por objeto
principal analizar la actual situación en torno a esta materia, toda vez que el
tema ha cobrado notoriedad pública tras los desplazamientos de artefactos a
raíz del invierno altiplánico y la obtención de una prórroga para el cumplimiento
de los metas sobre la remoción de las minas antipersonales.
Abstract:
The humanitarian demining tasks being carried out by the Chilean armed forces
are a clear demonstration of compliance with the international pledge made Palabras Clave
by the Chilean Government following the signing of the Ottawa Convention in Desminado humanitario
1997. For this purpose, the country has implemented an administrative structure Convención de Ottawa
that has resulted with the creation of the National Commission for Humanitarian Comisión Nacional de Desminado
Demining. This article is primarily intended to analyze the current situation Minas antipersonales
regarding this matter, since the issue has gained public notoriety following the Ejército de Chile
unearthing of explosive devices by altiplanic winter floods and after getting
approval for an extension for meeting the set goals for removal of antipersonnel
land-mines. Keywords
Humanitarian Demining
The Ottawa Convention
The National Demining Commission
Anti-personnel landmines
The Chilean Army
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Erich Haun V.
Introducción
Luego de un período de relativa estabilidad en términos de la presencia pública del tema del desminado
humanitario, el que puede ser atribuido a distintos factores, como por ejemplo a la ausencia de personas afectadas
por la detonación de tales artefactos en los últimos años, esta problemática cobró nueva relevancia a partir de la
ocurrencia del fenómeno climático conocido como “invierno altiplánico” en los primeros meses de este año.
Como es de público conocimiento, el evento metereológico, caracterizado por un incremento de las precipitaciones
en sectores de la alta cordillera de los Andes y el consecuente deslizamiento de grandes cantidades del recurso
hídrico hacia cuencas que normalmente poseen escasos flujos, implicó no solo consecuencias negativas para los
poblados cercanos a aquellas sino, además, el desplazamiento de minas antipersonales y antitanques sembradas en
décadas pasadas, tanto en el área próxima al límite con Bolivia, en la Región de Antofagasta, como a la frontera con
Perú, al norte de Arica.
La participación de personal del Ejército de Chile en la localización, aislamiento y detonación de tales artefactos, ante
el evidente riesgo de afectar la seguridad de las personas, renovó la inquietud pública respecto de la forma en que
el país estaba dando cumplimiento a lo acordado en la Convención de Ottawa de 1997, labor que se desarrollaba,
como veremos, en forma constante, metódica, profesional y, por cierto, silenciosa.
Ahora bien, el presente artículo no pretende analizar las consecuencias de carácter político u otras que se desarrollaron
con posterioridad a tales eventos, sino describir la forma en que ha evolucionado el desminado humanitario,
destacar cuáles han sido los aspectos más llamativos de esta tarea en la actualidad, y prever los posibles elementos
que formarán parte del debate futuro sobre este tópico.
Evolución histórica
Durante la década de los ochenta comenzaron a gestarse una serie de iniciativas en el ámbito de los organismos
internacionales tendientes a disminuir las consecuencias negativas de los conflictos, particularmente en lo referido a
las poblaciones civiles que se veían afectadas por aquellos, evidenciando paralelamente una creciente preocupación
por los derechos humanos.
A este respecto, conocidas son las campañas desarrolladas por distintas organizaciones internacionales en torno
a denunciar las consecuencias negativas de la proliferación de minas antipersonales, principalmente en África y
Sudeste Asiático, encabezadas por figuras de renombre mundial que contribuyeron a sensibilizar a la comunidad
internacional en esta materia.
En este contexto, al alero de Naciones Unidas, se aprobó la “Convención sobre Prohibiciones o restricciones del Empleo
de Ciertas Armas Convencionales que Puedan Considerarse Excesivamente Nocivas o de Efectos Indiscriminados”,1
la que dentro de sus protocolos complementarios consideraba el referido a las “Prohibiciones o Restricciones del
Empleo de Minas, Armas Trampa y otros Artefactos”, el que es considerado como un antecedente directo del acuerdo
que estableció posteriormente el desminado humanitario.
Siguiendo la tendencia descrita, y ante la proliferación mundial de minas antipersonales y otros artefactos similares,
se suscribió la “Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Desminado Humanitario. Aporte de Chile a la seguridad internacional
Antipersonal y sobre su Destrucción”,2 de 1997, conocida abreviadamente como la “Convención de Ottawa”, que
tal como estableció su título tiene como objeto principal el logro, a largo plazo, de la completa moratoria en la
elaboración, exportación, importación y sembrado de tales implementos.
El interés de la mayoría de los países por incorporarse a este tratado se verificó luego, al constituirse en el acuerdo de
este tipo de más rápida entrada en vigencia, el 1 de marzo de 1999, tras la firma y ratificación del Estado número 40,
Burkina Faso, en septiembre de 1998.
· No emplear nunca minas antipersonales, ni desarrollar, producir, adquirir de un modo u otro, almacenar, conservar
o transferir(las);
· Destruir las existencias de minas antipersonales en un plazo de 4 años, a partir de la entrada en vigor del tratado;
· Realizar labores de limpieza de minas en su territorio en un plazo de 10 años;
· Llevar a cabo programas de sensibilización sobre las minas y garantizar el cuidado, rehabilitación e integración
de las víctimas de minas en sus comunidades;
· Ofrecer asistencia a otros Estados parte, por ejemplo mediante el apoyo a los sobrevivientes y adoptar una
legislación que asegure que los términos del tratado sean respetados en su territorio.
Chile, conforme a los principios de política exterior que ha determinado,4 no ha estado exento de esta preocupación
de carácter global, y ha formado parte, prácticamente desde sus inicios del debate acerca del desminado humanitario,
de las instancias internacionales descritas.
En este contexto, nuestro país no solo suscribió las convenciones señaladas sino que se comprometió a extender la
labor de desminado a los artefactos antitanque, sembradas durante la década de los setenta en sectores fronterizos
con Argentina, Bolivia y Perú.
Además, en septiembre de 2009, se ratificó el Protocolo V de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales,
referido específicamente a explosivos de guerra, obligándose así a adoptar una serie de medidas como:
2 El Tratado de Ottawa se concretó a partir del esfuerzo conjunto de más de mil organizaciones no gubernamentales reunidas en la Internacional
Campaign to Ban Land Mines (ICBL), Naciones Unidas y Cruz Roja Internacional, en diciembre de 1997.
3 Artículo Nº 1 de la “Convención de Ottawa”.
4 Definidos como el respeto al derecho internacional; la integridad territorial; la promoción de la democracia y el respeto a los derechos
humanos y; la responsabilidad de cooperar.
5 QUEZADA, Andrea. Exposición: “Marco jurídico internacional y el compromiso de Chile con el Desminado Humanitario”. Taller: “Desminado
humanitario. Aporte de Chile a la Seguridad Internacional”, organizado por el CESIM. 26 de abril de 2012.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
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Erich Haun V.
FECHA ACONTECIMIENTO
El Decreto Supremo Nº 79 de la Subsecretaría de Guerra, de fecha 2 de mayo de 2002, establece, además, que sus
principales funciones son: proponer políticas, normas legales y planes para el cumplimiento de la Convención de Ottawa;
obtener recursos económicos de origen nacional e internacional (organismos y gobiernos extranjeros) para realizar las
tareas de desminado; y coordinar a los órganos del Estado para la materialización del Desminado Humanitario.7
6 Comisión Nacional de Desminado. “Memoria 2003 de la Comisión Nacional de Desminado”. P. 3. Disponible en: http://www.cnad.cl
7 Ibídem.
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Desminado Humanitario. Aporte de Chile a la seguridad internacional
Para cumplir con tales objetivos, se estableció que la Comisión Nacional de Desminado debía contar con una
representación multisectorial, incorporando no solo a los jefes de estados mayores de las Fuerzas Armadas, sino
además a los subsecretarios de relaciones exteriores, hacienda y salud, encabezada, por cierto, por el ministro de
Defensa Nacional. De igual modo, se instauró una secretaría ejecutiva como unidad de trabajo, un comité de asesoría
técnica y un consejo consultivo, integrado este último por las ONGs interesadas en la materia.
Sin embargo, tal orgánica adolecía de los elementos técnicos para ejecutar, en definitiva, el proceso de desminado,
requiriéndose entonces la cooperación de las instituciones de la Defensa Nacional para poder operar, lo que implicó
la creación de unidades especializadas del Ejército y la Armada de Chile.
En cuanto a los éxitos obtenidos, se estima pertinente destacar la destrucción de todos los artefactos antipersonales
en stock durante 2003, más de dos años antes de expirar la obligación, como un indicio no solo de la seriedad con
que el país asumió el desafío contraído, sino además del ímpetu y eficiencia con que posteriormente se emprendió
el proceso de desminado.
Habida cuenta de lo anterior, el organismo dependiente del Estado Mayor de la Defensa Nacional, hoy Estado Mayor
Conjunto, se abocó a recabar todos los antecedentes relacionados con el establecimiento de campos minados, la
capacitación del personal que se desempeñaría en las labores e iniciar el levantamiento de los artefactos a nivel
nacional.
MINAS TERRESTRES
REGIÓN % DE AVANCE
SEMBRADAS DESTRUIDAS
A la hora de analizar los datos, se observa un alto grado de avance en el desarrollo del proceso de desminado en
la zona sur del país, situación que tiende a explicarse tanto a partir de la menor cantidad de artefactos sembrados,
en comparación con otras regiones, como a la mayor accesibilidad y control que se ha tenido de los campos
minados.
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Erich Haun V.
Sin embargo, queda en evidencia también que aún resta por avanzar más significativamente en la zona norte del
país, hecho que fue determinante para solicitar una extensión del plazo establecido originalmente por el Convenio
Internacional hasta el año 2020.
La razón principal para justificar tal prórroga se encuentra en la complejidad que representa no solo el proceso
de desminado, efectuado principalmente por medios humanos, sino además en el cambio en la morfología de los
lugares sembrados producto de deslizamiento de terrenos derivado de crecidas de cursos fluviales, entre otras.
Lo ocurrido a inicios de 2012 en las cercanías de la localidad de Ollagüe en la Región de Antofagasta, así como en la
“Quebrada de Escritos”, en la Región de Arica-Parinacota da cuenta clara de aquello.
En cuanto a las consecuencias de tales circunstancias, debe recordarse que el desplazamiento de artefactos
hacia áreas fronterizas, particularmente hacia el Hito Nº 1 del límite con Perú, significó el inicio de negociaciones
entre ambos países para establecer que el desminado de tal zona fuera ejecutado por una empresa internacional
independiente, demostrando, más allá de las legítimas interpretaciones políticas que puedan esgrimirse, un avance
en términos de la concreción de medidas de confianza mutua.
Desde otra perspectiva, se aprecia que a pesar de la adquisición de maquinarias especializadas para efectuar estas
tareas con mayor expedición, que quedan en evidencia al analizar los crecientes aportes en moneda nacional y
extranjera para operaciones desminado,9 no garantiza una agilización del proceso en zonas de difícil acceso.
Paralelamente, la Comisión Nacional de Desminado ha desarrollado una serie de campañas educativas, en el marco
del “Plan de Difusión y Prevención hacia la Población Civil”, las que han estado enfocadas principalmente en los
escolares residentes en zonas aledañas a campos minados y turistas ocasionales. Del mismo modo, se han efectuado
una serie de talleres informativos en las Regiones de Arica-Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Magallanes.
A pesar de los avances enunciados con anterioridad, es preciso señalar que aún resta por avanzar en la dimensión
humanitaria del desminado. En este sentido, el Tratado de Ottawa señala explícitamente la necesidad de que los
Estados otorguen una serie de beneficios y prerrogativas a las personas que se han visto afectadas por la explosión
de este tipo de artefactos, situación que se prevé se intentará abordar en un proyecto de ley que enviará el Ejecutivo,
durante el presente año, al Parlamento.
Conclusiones
Chile, conciente de la problemática derivada de la instalación de minas antipersonales alrededor del mundo, ha
formado parte, casi desde sus inicios, de las instancias internacionales que han tenido como objetivo el restringir la
proliferación de estos y otros explosivos y, en tal contexto, se ha obligado a desarrollar todas las medidas necesarias
para erradicarlas del territorio nacional.
Este proceso no ha estado exento de dificultades. Los avances obtenidos en términos de la rápida destrucción de
las existencias de este tipo de armas en 2003, anticipándose a los requerimientos suscritos, fue precedido por un
proceso que se ha venido desarrollando con medios humanos y materiales del Ejército y la Armada de Chile, en
forma prolija, profesional y eficiente, habida consideración de lo complejo que resulta efectuar esta tarea.
9 Congreso Nacional. “Estado de cumplimiento de Convenciones sobre Restos Explosivos de Guerra: Ottawa y Protocolo V”. Biblioteca del
Congreso Nacional. P. 8.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
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Desminado Humanitario. Aporte de Chile a la seguridad internacional
En este sentido, los avances que pueden obtenerse a partir de la mecanización del proceso, se han visto obstaculizados
frecuentemente por las características geográficas y morfológicas del terreno a desminar, con el consecuente rezago
en la realización de estas labores. Del mismo modo, la ocurrencia de fenómenos naturales, como los verificados
frecuentemente en la temporada estival en el norte del país, tienden a complejizar tales tareas debido a la necesidad
de operar en forma urgente ante el peligro al que podrían verse poblaciones civiles.
Desde esta perspectiva, y haciendo abstracción de las consideraciones políticas que motivaron el reciente acuerdo
entre Chile y Perú para encargar el desminado de una zona acotada de la frontera a una empresa extranjera, se estima
que ello facilitará la focalización de los recursos humanos y materiales hacia otras áreas a desminar, sin afectar, por
cierto, la imagen de profesionalismo y altos estándares con que operan los efectivos nacionales, y que ha sido objeto
de reconocimiento mundial.
Por otra parte, se aprecia que el desarrollo de las negociaciones entre ambos países da cuenta de la factibilidad
de llevar a cabo una serie de medidas tendientes a incrementar la confianza y el diálogo, en momentos en que las
relaciones bilaterales son particularmente delicadas ante la próxima decisión de la Corte Internacional de Justicia.
En términos de los desafíos que se plantean para el futuro, en el ámbito internacional, se estima que el principal
objetivo a conseguir es que los Estados que se han negado a firmar y a ratificar la Convención de Ottawa (China,
Rusia, India, Estados Unidos, entre otros), lo hagan, situación que podría significar la completa restricción de este
tipo de armas a nivel global.
En el ámbito nacional, en tanto, la forma en que ha evolucionado el proceso de desminado plantea como interrogante
la forma en que se dará cumplimiento al nuevo plazo establecido para lograr el pleno desminado del territorio
nacional, previéndose la necesidad de redoblar los esfuerzos del país en este ámbito.
Por último, se estima que la iniciativa legal que anunció el Presidente de la República, en el mensaje del 21 de
mayo de 2012, permitirá dar cumplimiento a las materias pendientes en el carácter humanitario del desminado,
otorgando una serie de beneficios a quienes se han visto, por diversas circunstancias, afectados por la activación de
tales artefactos explosivos.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
GDD. Javier Urbina P.
Escenarios Actuales. CESIM. pp. 46-54.
Centro de Estudios e Investigaciones Militares
Santiago de Chile
ISSN 0717-6805
Visiones
No obstante lo anteriormente señalado, muy poco se ha dicho o debatido sobre los efectos de lo que sustantivamente
significa el nuevo proyecto, que consiste en que el objeto que se pretende financiar a partir de la vigencia de la
nueva ley son las “capacidades estratégicas”.
El concepto de “capacidades estratégicas” o “capacidades operacionales” no es nuevo, pero ha cobrado especial valor
en el marco de los últimos procesos de modernización y transformación de las Fuerzas Armadas, especialmente en
el Ejército.
En consecuencia con lo anterior, el término “capacidad estratégica” se refiere, en el plano general, a los recursos
y las aptitudes que tiene una institución para desempeñar una determinada tarea y/o cometido. En este sentido,
las capacidades son el producto de la fuerza militar. Expresado de otro modo, las Fuerzas Armadas desarrollan
capacidades disponibles para ser ocupadas en un campo de batalla, conforme a una planificación operacional
determinada.
Por consiguiente, las capacidades están relacionadas, en un sentido integral, con la tecnología o el equipamiento
de la fuerza, con su organización y su doctrina de empleo. La tecnología o el equipamiento, alude entonces, a los
sistemas de armas, de modo que estos produzcan el efecto deseado en el campo de batalla.
Por esta razón, el concepto de capacidades estratégicas o capacidades operacionales, o capacidades conjuntas,
–que es como se les denomina con frecuencia– resulta en la actualidad un concepto clave. Ella es determinante
en los procesos de adquisición de material de guerra, ya que lo que se está financiando no es solo el armamento
específico que se adquiere con su tecnología, sino que la posibilidad de mantener o adquirir una determinada
* Oficial de Estado Mayor del Ejército de Chile. Magíster en Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente
se desempeña como vicepresidente del Consejo Académico Consultivo de Estudios e Investigaciones Militares del Ejército.
jurbinap@gmail.com.
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‘Capacidades estratégicas’: Un concepto clave
capacidad estratégica, necesaria para la Defensa Nacional. Por consiguiente, las capacidades estratégicas contribuyen
a determinar la medida exacta de lo que se debe financiar.
El Libro de la Defensa Nacional de Chile en su versión 2010, ya considera este concepto cuando se refiere a la política
militar del país, estableciendo que ella redunda en el nivel de alistamiento y equipamiento de las Fuerzas Armadas,
buscando la homogeneidad del equipamiento y el desarrollo de reservas humanas y materiales. Por lo tanto, se hace
cargo de las capacidades de las FAs, en consecuencia, de los criterios de asignación presupuestaria y de los nichos de
desarrollo para la industria de la defensa.
A este nivel, el eje del problema a resolver es el de la elección de los sistemas de fuerzas de combate necesarias para
llenar el vacío entre las capacidades existentes y las capacidades que se necesitan a fin de materializar la estrategia
de seguridad del país.1
Respecto a las capacidades conjuntas, el Libro de la Defensa Nacional establece que el espacio de batalla supone
la existencia de capacidades conjuntas en las instituciones armadas, sin que esto obste a la disponibilidad de
capacidades propias de cada institución para responder a exigencias específicas. El desarrollo de capacidades
conjuntas debe ser funcional a la conducción estratégica, considerando que la modalidad de empleo conjunto de
la fuerza es permanente y global. En general, para el desarrollo de capacidades, las instituciones militares tienen en
cuenta la naturaleza de su función, las características de sus medios y el escenario físico donde deban emplearse.2
En la actualidad, se entiende que las FAs pueden ser empleadas en diversos planos o ámbitos, como por ejemplo en
operaciones internacionales; en la disuasión o guerra convencional; en situaciones de catástrofes; y, últimamente,
surgen posibilidades de empleo en funciones propias de la seguridad internacional y nacional. Para ser empleadas
en cada uno de estos planos, las FAs deben disponer de capacidades concretas, en algunos casos estas capacidades
podrán servir a todos los planos o ámbitos, en otros serán específicas para uno de ellos.
Lo significativo de abordar y analizar el concepto de “capacidades estratégicas”, es que con ello se puede establecer
un criterio de evaluación concreto a la hora de financiar una determinada inversión en defensa. Derivado de lo
anterior, se puede orientar con mayor eficacia la participación de los poderes Legislativo y Ejecutivo en las discusiones
parlamentarias, lo que se traduce finalmente en un perfeccionamiento democrático del Estado y en mecanismos
de rendición de cuentas. Por lo tanto, mediante estos procesos, es posible distinguir la responsabilidad política
de la militar. Junto con ello, el desarrollo de capacidades estratégicas, hace mucho más inteligible las previsiones
estratégicas de la fuerza militar.
Para ilustrar lo hasta aquí señalado, se presenta el siguiente ejemplo: si el Estado de Chile decide, por imperativos
económicos, no financiar a las FAs o reducir los recursos financieros destinados a ellas, lo que se estaría resolviendo es
eliminar algunas capacidades ya logradas, o de lo contrario optar por no adquirir otras nuevas, lo que necesariamente
otorga un carácter político-estratégico a esta decisión. El concepto entonces, hace mucho más visible los efectos del
financiamiento de las FAs.
Esto originará necesariamente un nuevo rol del Congreso, distinto del Ejecutivo. Los gobiernos y sus políticas, como
es natural, podrán orientarse a lo que les corresponde en sus períodos de cuatro años, quedando por consiguiente,
la visión de Estado y compromiso de largo plazo, radicados también en esta instancia parlamentaria, asegurándose
así de forma adecuada, el financiamiento de las capacidades estratégicas.
1 Ministerio de Defensa Nacional. Libro de la Defensa Nacional de Chile 2010. Ministerio de Defensa Nacional. 2010, p. 169.
2 Ibídem, p. 177.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
GDD. Javier Urbina P.
Pensar en términos de capacidades estratégicas puede considerarse prácticamente un cambio de paradigma. Esto,
debido a que conllevará una serie de cambios en la planificación de la seguridad al más alto nivel, tanto en la política
de defensa y militar, como en la planificación de desarrollo de las instituciones de las FAs. Tendrá también efectos,
como hemos mencionado, en la transparencia y rendición de cuentas de los procesos de adquisiciones que se
efectúen en el sector defensa; facilitará una mejor integración de los roles que en estos procesos corresponden a
las instituciones de las Fas y al propio Ministerio de defensa; y sobre todo originará un mayor compromiso de todo
orden, en la conducción superior de la defensa, tanto del Ejecutivo, como del Legislativo.
Además de lo anteriormente enunciado, este cambio de paradigma resulta aún más significativo toda vez que
la Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa, actualmente en elaboración, supone dimensionar el escenario
que enfrentará el país a un plazo de 12 años, en función del cual deberá determinar cuáles serán las capacidades
estratégicas de la Defensa Nacional. Por consiguiente, la Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa, el nuevo
mecanismo de financiamiento y la incorporación del concepto de capacidades estratégicas, suponen asumir un
enfoque moderno y actualizado para implementar la estructura de la Defensa Nacional, en el marco de una política
de Estado claramente establecida acorde a los objetivos nacionales.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
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‘Capacidades estratégicas’: Un concepto clave
Reflejando el espíritu de la Política Nacional de Operaciones de Paz del año 1999,1 nuestro país ha
asumido en MINUSTAH, un compromiso concreto de solidaridad internacional, por medio del cual Chile ha logrado
posicionarse en el hemisferio mejorando sus capacidades de influir en materias regionales y globales, y revitalizando
la capacidad de acción conjunta con otros países de nuestra región. El intercambio generado entre autoridades
de los ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa de los países latinoamericanos, ha constituido un espacio
privilegiado de diálogo político, mediante la cual se ha desarrollado un amplio consenso sobre la importancia de
mantener la presencia latinoamericana en Haití.
Tras siete años de misión y de un mejor nivel de seguridad alcanzado por la acción permanente y eficaz del
componente militar de MINUSTAH, aumentan las posibilidades de implementación de programas sociales y de
fortalecimiento de la acción del Estado haitiano. Esto ha sido refrendado explícitamente por el Secretario General
de Naciones Unidas en su informe sobre Haití del 29 de febrero de 2012 bajo el supuesto de que el esfuerzo de
reconstrucción continúa requiriendo del apoyo de MINUSTAH, situación que hace imposible pensar en el retiro de
la misión en el corto plazo.
Considerando que el éxito de esta debe ser producto necesariamente de la fórmula “Paz + Seguridad + Desarrollo”,
Chile celebra las iniciativas dirigidas en esa dirección, como son los proyectos de impacto rápido en el ámbito de
seguridad, pero con efecto en el desarrollo socioeconómico (Quick Impact Proyects). Entre ellos, se han inscrito
múltiples proyectos multinacionales, como el desarrollado por la Compañía Combinada de Ingeniería Horizontal Chile
/Ecuador, consistente en el mejoramiento del sistema de canalización en Cité Soleil, así como, la repavimentación
de la circunvalación de Puerto Príncipe, que se lleva a cabo conjuntamente con ingenieros militares coreanos. Chile
valora que la MINUSTAH vuelque hoy, más que antes, sus capacidades hacia labores de apoyo a la reconstrucción y
ayuda humanitaria de esa nación caribeña.
Conscientes de que el factor seguridad es crucial para avanzar hacia la reconstrucción y desarrollo de Haití y
que la garantía futura de la misma dependerá de la Policía Nacional Haitiana (PNH), Chile respalda las iniciativas
conducentes a lograr una mayor capacitación y mejoramiento doctrinal de dicha institución, razón por la cual
Carabineros de Chile continuará cooperando con dicha entidad en materia de capacitación, que para este año 2012,
está dirigida a oficiales de niveles medio y superior.
Cabe tener presente que mediante la Resolución Nº 2012 de 2011, el Consejo de Seguridad decidió que la dotación
general de la MINUSTAH sea de hasta 7.340 efectivos, entre oficiales y tropa, con un componente policial de hasta
3.241 integrantes, en consonancia con lo indicado en el párrafo 50 del informe del Secretario General del 25 de
agosto de 2011. Estos recortes de personal militar no afectarán al contingente nacional de 515 efectivos, por
* Actualmente se desempeña como Subdirector de Defensa y Operaciones de Paz de la Dirección de Seguridad Internacional y Humana del
Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. lfartal@minrel.gov.cl
1 Decreto Supremo Ministerio de Defensa Nacional, Subsecretaría de Guerra Nº 68 de 14 de octubre de 1999, publicado en el Diario Oficial Nº
36.510 del 10 de noviembre de 1999.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
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Luis Felipe Artal C.
cuanto el proceso de reducción actualmente en curso se enfoca exclusivamente al personal de aquellos países que
incorporaron nuevos efectivos tras el terremoto.
No obstante lo anterior, Chile ha otorgado un impulso vital a la articulación de consensos regionales para planificar
una estrategia de salida coordinada y gradual con un horizonte hacia el año 2017.
En dicha oportunidad, las delegaciones coincidieron en que “seguridad con desarrollo” deben ser los pilares
fundamentales que orienten las acciones de la MINUSTAH y de la comunidad internacional en Haití, entendiendo
que dichos aspectos son “interdependientes y coadyuvantes” para generar una paz sustentable y el mejoramiento
tangible de las condiciones de vida del pueblo haitiano. Del mismo modo, coincidieron en que se requiere de un
esfuerzo de cooperación sostenido que ayude a consolidar el sistema democrático de Haití, “respetando la soberanía
y la autodeterminación de su pueblo”.
Por otra parte, se valoró la importancia de buscar y estimular el diálogo y la cooperación de los países UNASUR en los
foros multilaterales sobre la MINUSTAH, así como propiciar un esquema renovado de coordinación de las agencias
del Sistema de Naciones Unidas que redunde en un mayor beneficio del gobierno y pueblo haitiano.
Respecto del plan de reducción de contingentes, los ministros de Defensa y altos representantes de relaciones
exteriores de UNASUR, concordaron en conformar un grupo de trabajo, coordinado por la presidencia Pro tempore
del Consejo de Defensa Sudamericano, a efecto de elaborar un esquema respecto de la estrategia, forma, condiciones,
etapas y cronograma de un Plan de Reducción del componente militar de la misión, para ponerlo prontamente
a disposición de UNASUR. La presentación del citado plan se espera esté finalizado en el transcurso del segundo
semestre del presente año, de modo de prever la reducción de tropas sudamericanas a partir del 2013.
2 Declaración de ministros de Defensa y altos representantes de relaciones exteriores a los efectos de evaluar la situación y el ritmo de reducción
de los contingentes de los países miembros de la UNASUR en la MINUSTAH, Asunción, 5 de junio de 2012.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Perspectivas de la participación de Chile en la MINUSTAH
El 15 de abril, Samuel Huntington, fallecido en 2008, pudo haber cumplido 85 años. Nació el 18 de abril
de 1927 en Nueva York. Algunos podrían negar que fue uno de los especialistas más brillantes de los estudios
internacionales. Pero sería enteramente inconducente abordar la problemática de los conflictos internacionales sin
tener en consideración su visión, su conceptualización y su metodología. El paradigma huntingtoniano es fundamental
para comprender tanto la naturaleza del conflicto moderno como muy especialmente su carácter asimétrico. Durante
seis décadas animó el debate académico y político sobre los sucesos mundiales y sus protagonistas.
Su primera gran obra, The Soldier and the State, vio la luz pública en 1957 en su versión en inglés. Las comunidades
epistémicas, urbi et orbi, dieron cuenta de sus hallazgos y propuestas. Lo mismo puede decirse de sus 19 libros
(algunos de ellos como coautor) y cientos de artículos.
Para tener una idea general del paradigma huntingtoniano, resultan imprescindibles sus cinco obras centrales,
que, no pocas veces, sus detractores describen como una secuencia de “más a menos” a la hora de escudriñar su
densidad intelectual. Desde la otra orilla, se argumenta que se trata de cinco publicaciones centradas en cuestiones
completamente distintas y que, justamente, en la capacidad de examinar asuntos tan disímiles con un criterio
eidético –o conjunto de ideas– coherente y consistente, radica el espesor de su paradigma.
En el primero de sus volúmenes, Political Order in Changing Societies (1968), se aprecia una exhuberante lucidez
argumentativa, reconocida incluso por sus críticos, que unida al estudio detallado de casos y situaciones, lo hicieron
una obra señera de la literatura académica. En sus 461 páginas, Huntington examina la viabilidad de las sociedades
independizadas y con ello se adentra en los vericuetos del proceso más relevante de los asuntos internacionales
de fines de los 50 y comienzos de los 60, la descolonización y el consecuente surgimiento de una miríada de
Estados nuevos. Huntington se sumerge en la profundidad de estas naciones, algunas milenarias y otras de reciente
constitución, pero que al irrumpir de forma masiva y sucesiva en el escenario mundial, transmiten una renovada
vitalidad al concepto Estado-Nación. Hipótesis central de su trabajo es que modernización se traduce necesariamente
en la capacidad que tengan las instituciones de ir absorbiendo e integrando a las elites emergentes. Si esta existe, los
Estados podrán procesar la participación política y sus cambiantes demandas. Si está ausente, bajará la participación
política. Focos de resistencia y adversidad darán paso a la inestabilidad y el desorden.
“La diferencia política más importante entre los países no tiene que ver con su forma de gobierno, sino con su grado de
gobierno”, escribe de forma provocativa al mainstream del momento. Asimismo, añade que “las diferencias entre la
democracia y la dictadura son menos aguda que las diferencias entre aquellos países cuya política encarna el consenso,
la comunidad, la legitimidad, la organización, la efectividad y la estabilidad, y aquellos otros cuya política es deficiente
en dichos elementos. Los Estados totalitarios comunistas y los Estados occidentales liberales pertenecen, en general, más
a la categoría de los sistemas políticos efectivos que a los débiles. Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Soviética
tienen diferentes formas de gobierno, pero el gobierno gobierna en estos tres sistemas (…) en todas las características,
los sistemas políticos de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética difieren significativamente del tipo de gobierno
* Phd. por la Karlova Univerzita, Praga, República Checa. Actualmente se desempeña como académico de la Academia Nacional de Estudios
Políticos y Estratégicos. ivan.witker@yahoo.de
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
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Iván Witker B.
que existe en muchos, sino es que en la mayoría, de los países en vías de modernización de Asia, África y Latinoamérica”.
Todo fundamentado con una riquísima variedad de fuentes y antecedentes de las más variadas disciplinas, y los más
diversos autores, desde clásicos hasta sus propios contemporáneos y tesis de alumnos.
Es tal la centralidad que la idea de la efectividad del poder tiene en el pensamiento huntingtoniano que acusa a
los desarrollos oblicuos de las políticas públicas, las que, a su entender ponen énfasis –erróneamente– en limitar
la autoridad y dividir el poder. De este modo, se producen tergiversaciones, como es la persistencia en acentuar
la importancia de las elecciones, en circunstancias que para que estas sean trascendentes y no meros ejercicios
de concurrencia a depositar votos se requieren organizaciones políticas sólidas. “La autoridad tiene que existir antes
que se le limite”, escribe. De ahí que los requisitos previos a la autoridad y al gobierno efectivo son, a su juicio, la
movilización ciudadana, la participación y el desarrollo institucional.
Inserta en una época de altibajos en la relación civil-militar, esta primera gran obra de Huntington entra de lleno en
la discusión sobre las intervenciones militares. Al respecto, descarta que las motivaciones estén en las características
sociales y organizacionales de las Fuerzas Armadas, o tipo de entrenamiento, como peregrinamente se acostumbraba
decir en América Latina, adjudicándole todos los males del mundo a la Escuela de Las Américas. Huntington analiza
las intervenciones militares bajo el prisma de la hiperpolitización de las sociedades y, consecuentemente, bajo
niveles de madurez y desarrollo. “Cuando hay militares politizados, hay curas politizados, sindicalistas politizados y
empresarios politizados, universitarios politizados. La ausencia de instituciones políticas efectivas, capaces de mediar,
refinar y moderar la acción política, todos los grupos se politizan como una forma de influir. Así, cada grupo emplea los
medios que reflejan su naturaleza y sus capacidades distintivas. De esta manera, la sociedad entera se vuelve pretoriana”,
observa Huntington.
Otro tópico relevante, especialmente en el capítulo 6 de El orden político en las sociedades en cambio, 1990 es la
revolución y su viabilidad. En tanto, en el capítulo 10 analiza los partidos políticos señalando algo que reitera en otras
obras capitales, son instituciones que reflejan cuán moderna es una sociedad. Su debilidad puede ser reemplazada
por el liderazgo carismático o la fuerza militar, pero solo temporalmente. Los partidos políticos son irremplazables
como fundamento de la estabilidad política. Su gran aserto en esta parte que el futuro pertenece a quien organiza la
política. Una verdad aún plenamente válida. El gran detractor de las apreciaciones Huntington en esta publicación
fue el matemático Serge Lang, quien fustigó su análisis estadístico.
Otras obras que no tienen versión en español son: The Third Wave: Democratization in the Late Twentieth Century,
donde ensalza la importancia de la democracia en tanto amplía los márgenes de la libertad. Este es un libro básico
para entender el encadenamiento de ciertos fenómenos políticos que generan olas de cambio. Huntington ilustra
su punto de vista con la Revolución de los Claveles en Portugal, 1974. Este libro tiene una importancia lateral. Es el
que lleva al autor a desarrollar el paradigma cultural de los estudios internacionales y que cobra vigor en las obras
siguientes. Huntington dice que “al surgir las democracias modernas en un entorno cultural del norte europeo, habría
que plantearse si son o no una forma natural de gobierno para los pueblos que se encuentran fuera de ese perímetro
cultural”.
La tesis de la cultura occidental es el eje de su obra siguiente The Clash of Civilizations and the Remaking of the World
Order, aparecido en inglés en 1996 , como libro, y en 1993, como artículo en la prestigiosa revista Foreign Affairs. Su tesis
central es que, desaparecida la Guerra Fría, las nuevas fisuras son de índole civilizacional. Dos ideologías, dos bloques
político-militar y económico, se desploman dando paso a un escenario multipolar dominado por la confrontación
entre diversas civilizaciones. Se trata de una perspectiva que aún despierta escepticismo, especialmente en las
comunidades epistémicas no anglófonas, donde las sensibilidades respecto al conflicto son mayores. Por cierto que
tras los atentados del 11 de septiembre y subsecuentes en Londres y Madrid, esta hipótesis de Huntington pasó a
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
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Samuel Huntington (1927-2008): La actualidad de los conflictos
ser un paradigma referencial, mas algo incómoda. Uno de sus grandes críticos es Fred Halliday, quien precisamente
publica una obra sobre el islam, lo que denomina “mitos de la confrontación”, en alusión a este, el más conocido libro
del pensador estadounidense.
Huntington sostiene que podrá discutirse si el Estado-Nación está o no en decadencia, y si nuevos actores son más o
menos relevantes, pero ello no obsta que la lógica medular radica en el conflicto, y, por ende, la racionalidad realista
seguiría siendo decisiva en los asuntos internacionales. Subordinadamente, el tema de la identidad o adscripción
a una determinada civilización es, a su entender, la línea que define actitudes y conductas. Para Huntington, la pos
Guerra Fría no será una era de paz y cooperación, como lo ven aún hoy los idealistas, sino el germen de nuevas
rivalidades y fragmentaciones. Para EE.UU., Huntington avizora un gran desafío, cual es la negación u hostilidad de
otras civilizaciones hacia ese “bien tan preciado” que sería la democracia. Aún más, señala que el interés nacional
pasará a estar determinado por factores culturales. El megachoque del futuro (a largo plazo) será entre la civilización
y la barbarie. Sus detractores señalan que subvaloró la sustentabilidad de la democracia.
En suma, podría decirse que el pensamiento huntingtoniano es una revisita al concepto desarrollado anteriormente
por H. Kissinger respecto a que el mundo del futuro estaría dominado por las siguientes potencias: China, EE.UU.,
Europa, Japón, Rusia e India. Huntington, a diferencia de Kissinger, no ve a estos países solo como potencias-
contendientes, sino como columnas vertebrales de civilizaciones. Visualiza entonces a las civilizaciones africana,
budista, hinduista, islámica, japonesa, latinoamericana, ortodoxa y sinítica. Señala que al islam debe vérsele
diferenciadamente por su crecimiento demográfico y acceso a los hidrocarburos. Añade que a las civilizaciones se
les debe examinar como una “totalidad” o como una “aserción cultural”, es decir, una fuerza integradora a través de la
lengua, la sangre, religión y estilo de vida.
Los niveles de conflictividad estarán dados, a su entender, de acuerdo a la convergencia que su ritmo y concepción
de modernización tenga con la modernización occidental. Japón y la India serían más fáciles por el carácter
instrumental con que han asumido la modernización. Esto significa –dice– que sus líneas de exclusión se encuentran
más matizadas. En el paradigma huntingtoniano, Rusia es una gran incógnita. Siete de las ocho características de
Occidente no son compartidas por Rusia, pese a su larga relación con Europa. Si Rusia se occidentaliza, la iglesia
ortodoxa pasará a ser parte del museo nacional. Turquía y México también entran con dificultad en el rompecabezas
de Huntington. Demasiada idiosincrasia nacional, poco peso para ser potencia global.
El último libro de Huntington aparece el 2004, Who we are? The Challenges to America´s National Identity (Quienes
somos: Los desafíos a la identidad nacional americana). Aquí, Huntington explora, de manera polémica, aquello que
él considera lo más atractivo de EE.UU., su cultura. Es un libro donde escudriña en las circunstancias históricas que
fraguaron al país que hoy es primera potencia mundial. Es casi un relato del cómo llegó a lo que es. Es especialmente
provocador por la valoración negativa que hace de la migración mexicana. Se refiere con preocupación a los estados
con fuerte población mexicana, ya que esta despreciaría lo anglosajón y lo primigeniamente integrador, para
privilegiar el ancla hacia México. El crecimiento poblacional de los inmigrantes mexicanos sería lo más peligroso
de esta tendencia, incluso comparado a la posibilidad de que estos inmigrantes acepten y refuercen los valores
políticos, los símbolos y los ideales estadounidenses (si esto no ocurriese, EE.UU. dejaría de existir, sentenció en más
de una oportunidad).
No se ha logrado establecer las razones que tuvo Huntington para arribar a severas conclusiones. Seguramente
fueron vivencias personales o reflexiones que lo llevaron a revisar sus apreciaciones originales sobre los mexicanos,
contenidas en sus obras anteriores, especialmente The Politics of Disharmony. Por ahora cabría conjeturar con su
preocupación por los cambios demasiado drásticos que se observan en la sociedad estadounidense estos últimos
años y que él ha terminado adjudicando a la migración mexicana.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Iván Witker B.
Finalmente, cabe referirse brevemente al escepticismo con que se percibe a Huntington en América Latina.
Probablemente este tiene su raíz en su desconocimiento de la región, algo que él mismo en más de una oportunidad
admitió. Viajó poco por estos países y, en consecuencia, se impregnó escasamente de la idiosincrasia latinoamericana,
lo que le impidió, entre otros, advertir la marcada diferencia entre los latinos que viven en EE.UU. y el resto de los
latinoamericanos, algo que incluye ciertamente a los mexicanos. En todo caso, los matices y claroscuros sobre
América Latina invitan y motivan a adentrarse más y más en esta corriente de pensamiento tan actual en los estudios
internacionales y sin la cual toda disquisición en materia de seguridad resultaría incompleta.
Huntington falleció hace 4 años, tras 58 años de docencia e investigación en el John M. Olin Institute for Strategic
Studies de la Universidad de Harvard. Fueron esos fructíferos años universitarios los que llevaron a su método y
paradigma a constituirse en grandes aportes a la teoría política y al desarrollo de ideas y conceptos dentro de los
estudios internacionales. Gracias a la maciza obra de Huntington, hoy en día podemos teorizar con mucho mayor
asertividad sobre golpes de Estado, democracia, gobernabilidad, tercer mundo, conflictividad y régimen político.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Samuel Huntington (1927-2008): La actualidad de los conflictos
Escenarios Actuales. CESIM. pp. 55-56.
Centro de Estudios e Investigaciones Militares
Santiago de Chile
ISSN 0717-6805
Dando inicio a las actividades académicas del año 2012, el Sr. Stephen Johnson, Director del Programa
Américas del área latinoamericana del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Estados Unidos (Center
Strategic International Studies, CSIS) dictó el 19 de marzo la conferencia “Visión de la política de seguridad y defensa de
Estados Unidos en la región y sus principales desafíos”.
Como parte de los intercambios académicos con la Universidad de los Andes, el 7 de mayo visitó el CESIM el
profesor Alejandro Gómez, doctor en historia por la Universidad Torcuato di Tella y profesor de Historia Económica
e Historia de las Empresas en la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, quien
compartió un desayuno con los oficiales y analistas del Centro de Estudios.
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Actividades Académicas del CESIM
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Escenarios Actuales. CESIM. pp. 57-60.
Centro de Estudios e Investigaciones Militares
Santiago de Chile
ISSN 0717-6805
Panorama Internacional:
Seguridad y Defensa
Efemérides
2012: Año internacional de la energía sostenible para todos
Los efectos que paulatinamente se han venido observando en diversas partes del mundo, producto del cambio
climático y sus nefastas consecuencias, así como la necesidad de implementar nuevas fuentes energéticas, ha
generado una preocupación a nivel mundial.
En este sentido, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 2012 como el Año Internacional de la
Energía Sostenible para Todos, con el propósito de “profundizar la toma de conciencia sobre la importancia de
incrementar el acceso sostenible a la energía, la eficiencia energética y la energía renovable en el ámbito local,
nacional, regional e internacional” (Organización de Naciones Unidas. Ver: http://www.un.org/es/events/sustainableenergyforall/
background.shtml). Para tales efectos, mediante la Resolución Nº 65/151 se estableció efectuar diversas
actividades durante el año, a través de los distintos organismos competentes. Lo anterior, se fundamenta en
que tal como expresa la citada resolución, más de 3.000 millones de personas dependen actualmente de la
biomasa tradicional para cocinar y como fuente de energía, mientras 1.500 millones de personas aún carecen
de electricidad (http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=A/RES/65/151).
La actual situación se torna aún más preocupante en razón de la relación que existe entre energía y desarrollo.
Contar con energía limpia, segura y eficiente es un desafío que actualmente los países en desarrollo enfrentan.
Los Objetivos del Milenio y las diversas reuniones realizadas, como la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo
Sostenible, han buscado generar iniciativas en esta dirección y lograr disminuir la pobreza.
De este modo, se ha establecido que el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, liderará los esfuerzos que
ONU-Energía, integrado por 20 organismos de Naciones Unidas, está realizando para presentar una nueva
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Panorama Internacional: Seguridad y Defensa
iniciativa mundial denominada “Energía para todos”. La idea consiste en que tanto gobiernos como el sector
privado y la sociedad civil trabajen mancomunadamente para el cumplimiento de los siguientes objetivos al
2030: garantizar acceso universal a servicios energéticos modernos, reducir intensidad energética mundial en
un 40%, e incrementar el uso de energía renovable a nivel mundial al 30%.
Noticias Internacionales
Acuerdo estratégico entre Estados Unidos y Afganistán
Tras un año y medio aproximado de negociaciones, el pasado 23 de abril se alcanzó el acuerdo militar
estratégico entre Estados Unidos y Afganistán que permite la permanencia de tropas al menos hasta el 2024.
El acuerdo consiguió revertir la decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de retirar las tropas
totalmente al 2014. Lo anterior, fundamentado en principalmente tres motivos: el primero; evitar una reedición
de una guerra civil. Segundo; lograr la viabilidad económica de Afganistán, en base a que cerca del 90% de
la economía está ligada de alguna manera a la presencia de las tropas extranjeras y donaciones externas. Es
así como se está trabajando en diversificar la economía a través de la exploración de otras áreas productivas,
entre otras iniciativas. Por último, se requiere reforzar las capacidades de las fuerzas de seguridad afganas
(ANSF) sobre todo en tareas de lucha contra la producción de droga, considerando el alto nivel de cultivo de
amapola para la elaboración de heroína, gravísimo problema que azota a Afganistán en la actualidad.
“Nuestro objetivo es una relación duradera con Afganistán para fortalecer la soberanía, estabilidad y prosperidad
en el país que contribuya a nuestros objetivos compartidos de vencer a Al Qaeda y sus aliados extremistas”,
señaló el portavoz de la embajada de Estados Unidos en Kabul, Gavin Sundwall. (Ver: http://www.elmundo.es/
elmundo/2012/04/23/internacional/133520077 5.html)
De este modo, la presencia extranjera considerará no solo el aspecto puramente militar, “la presencia
norteamericana dejará de estar basada en un fuerte contingente de tropas de combate para acercarse más
a los parámetros conocidos en
Fuente: http://www.whitehouse.gov/photos-and-video/photogallery/presidents-trip-afghanistan
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Panorama Internacional: Seguridad y Defensa
otras circunstancias y escenarios, constituyéndose en elementos de apoyo a una nación aliada, centrados en la
instrucción y el adiestramiento, la logística y el asesoramiento técnico”. (Documento de análisis del Instituto
Español de Estudios Estratégicos. Ver: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2012/DIEEEA19-2012_El_Acuerdo_
Estrategico_entre_Afganistan_y_Estados_Unidos.pdf ).
Dentro de lo acordado en el acuerdo, se estableció que no existirán bases estadounidenses en territorio afgano
y las operaciones (o incursiones nocturnas) no serán lideradas o exclusivas de las tropas extranjeras, sino que
serán afganas. Por otra parte, el acuerdo no fijó un contingente determinado, otorgando así flexibilidad de
acuerdo a las circunstancias. A lo anterior, se debe agregar que Estados Unidos dejará de controlar el centro
de detención de Bagram, lugar de reclusión de talibanes y aquellos catalogados como terroristas.
Asimismo, durante la reciente Cumbre de la OTAN, realizada en la ciudad de Chicago en Estados Unidos, los
países de la Alianza se comprometieron, junto con reducir el número de sus fuerzas, a financiar al Ejército y
policía afgana, entregando para ello cerca de 4.100 millones de dólares. El Secretario General de la OTAN,
Anders Fogh Rasmussen, señaló que la salida de tropas foráneas a finales del 2014, no significaba el fin de los
compromisos de la OTAN con Afganistán, respaldando así el nuevo compromiso establecido en el acuerdo
estratégico. (Ver: http://spanish.irib.ir/an%C3%A1lisis/comentarios/item/124376-concluye-la-cumbre-de-la-otan-en-chicago).
Este acuerdo fue considerado, tal como expresó León Paneta, Secretario de Defensa de los Estados Unidos, un
“paso significativo” entre ambos países, con el propósito de seguir trabajando en la solución del conflicto afgano.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Panorama Internacional: Seguridad y Defensa
A la cita asistieron los jefes de Estado y gobierno de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Rusia, Japón,
Canadá y Estados Unidos. No obstante la relevancia que tuvo la situación económica europea, también se
abordaron el tema energético y cambio climático, la seguridad alimentaria, la situación en Medio Oriente y
África, con especial énfasis en la situación Siria.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Panorama Internacional: Seguridad y Defensa
Escenarios Actuales. CESIM. pp. 61-62.
Centro de Estudios e Investigaciones Militares
Santiago de Chile
ISSN 0717-6805
En el libro “Teoría de la seguridad y defensa en el Continente Americano. Análisis de los casos de Estados
Unidos de América, Perú y Chile”, John Griffiths analiza una serie de elementos que captan hoy el interés en el ámbito
de la seguridad y, a la vez, plantea una serie de desafíos a nivel estatal.
Primero, cómo dar mayor profundización y densidad al concepto de seguridad. En los últimos años se han realizado
una serie de esfuerzos de reconceptualización, pero los resultados no han sido del todo satisfactorios. Esto se
evidencia en el ámbito hemisférico, donde el concepto de seguridad multidimensional, incorporado incluso a nivel
institucional por la Organización de Estados Americanos (OEA); no genera consenso y es objeto de profundos
cuestionamientos. En esencia, tal como lo plantea el autor, ha supuesto la “securitización” de la agenda del desarrollo
y ha generado nuevas demandas a nivel estatal: desde qué perspectiva enfrentar las distintas amenazas y con qué
herramientas actuar frente a ellas.
Segundo, en mayor o menor medida los países latinoamericanos deben avanzar hacia una mayor consolidación
del Estado. Las deficiencias en esta área son determinantes para entender factores como el tipo de amenaza que
enfrentan los países. En la práctica, en algunos países en América Latina las amenazas internas tienen mayor
gravitación que las externas y, consecuentemente, el rol que deben asumir las Fuerzas Armadas es bastante distinto.
Mientras en algunos países estas tienen muy limitado su accionar en el ámbito interno, en otros, la seguridad interna
es una de las tareas prioritarias de las fuerzas.
* Ingeniero naval de la Universidad Austral de Chile. M.Sc. en Ingeniería, Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil. Académico de la Pontificia
Universidad Católica de Chile. rneeb@uc.cl.
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Ricardo Neeb C.
Las diferencias en cuanto a la consolidación estatal son un factor fundamental en el caso de Chile y Perú, países
analizados con mayor profundidad en la publicación. Para diversos analistas, este es un factor fundamental y no
siempre considerado; por lo que su inclusión por parte del autor, es clave para entender la diferencia en cuanto a
concepciones elementales, percepciones mutuas y prioridades.
Sin embargo, el trabajo del autor no solo aporta en esa perspectiva, sino que al comparar la realidad latinoamericana
(bifocalización en el ámbito interno y externo), versus la realidad estadounidense (priorización en el ámbito externo).
Asimismo, ayuda a comprender algunas de las principales divergencias que han surgido entre Estados Unidos y los
países de la región en diversos foros. Además contribuye a entender que América Latina no estará, ni siquiera en un
corto plazo, dentro de las principales prioridades de Estados Unidos.
En esencia, con este trabajo John Griffiths nos entrega una visión amplia, inclusiva y desafiante de las principales
condicionantes en el ámbito de la seguridad y defensa; incorporando para ello elementos de análisis de gran interés
y novedad; en un contexto histórico, pero de gran significado en el actual escenario.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Escenarios Actuales. CESIM. pp. 63-64
Centro de Estudios e Investigaciones Militares
Santiago de Chile
ISSN 0717-6805
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Las temáticas que se abordan son relativas al área de la Seguridad y Defensa, relaciones internacionales, cooperación
internacional, modernización de las Fuerzas Armadas, así como los permanentes desafíos que impone el proceso
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Escenarios Actuales aspira a ser una publicación de referencia en materias de Seguridad y Defensa, difundiendo
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Normas Editoriales
En relación a las referencias bibliográficas, estas deben ser numeradas consecutivamente y estar a pie de página.
Deben regirse por las normas ISO.
Ejemplos:
Para monografías:
• APELLIDO(S), Nombre. Título del libro. Responsabilidad secundaria. Edición. Lugar de edición: editorial, año edición,
páginas. Serie. ISBN.
Para artículos:
• APELLIDO(S), Nombre. Título del artículo. Responsabilidad secundaria. Título de la publicación seriada. Edición.
Localización en el documento fuente: año, número, páginas.
• Título de la publicación. Responsabilidad. Edición. Identificación del fascículo. Lugar de edición: editorial, fecha del
primer volumen-fecha del último volumen. Página, ISBN.
Para ponencias:
• APELLIDO (S), Nombre. “Título de la parte”. En: APELLIDO (S), Nombre. Título de la obra completa. Responsabilidad
secundaria. Nº de edición. Lugar: editorial, año de publicación. Serie. ISBN.
• Responsable principal. Título (tipo de soporte). Responsabilidad secundaria. Edición. Lugar de publicación: editor,
fecha de publicación, fecha de actualización o revisión, (fecha de consulta). Descripción física. (Colección). Notas.
Disponibilidad y acceso. Número normalizado.
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Escenarios Actuales, año 17, mayo, Nº 1, 2012
ISSN 0717-6805
Impreso en los Talleres del Instituto Geográfico Militar.
Nueva Santa Isabel 1640
Santiago, Chile
Centro de Estudios e Panorama político económico actual de Europa, sus
Investigaciones Militares
desafíos tras la crisis financiera
Armando Di Filippo M.