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de las Utopías
Por:
Código: 1526294
Presentado a
LICENCIATURA EN LITERATURA
ESCUELA DE ESTUDIOS LITERARIOS
FACULTAD DE HUMANIDADES
Palmira, diciembre 18 de 2017
La Universalidad del Quijote: la Resiliencia del Héroe o la Perseverancia
de las Utopías
Introducción
En este trabajo se propone una lectura de la obra emblema de la literatura de la
lengua española, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, con relación al estado
de resiliencia y construcción de utopías que definen, en cierta medida, el carácter del héroe
con aspectos sociales a fin de demostrar el carácter atemporal y siempre oportuno que se
significación que esta obra ha suscitado durante más de 400 años, más allá de lo que
Moderna: la novela.
Para empezar este ensayo, haré referencia a dos personalidades, quizá una primera
impresión pueda provocar una sensación en la que una es muy distante de la otra (e incluso
que las dos son muy diferentes al Quijote), y eso es bueno, puesto que lo que se propone
conforme al rol del héroe cervantino como un estado natural de todos los sujetos sociales,
artista británico Charles Chaplin, y hacerlo a través de una de sus más famosas piezas
capitalista de ese entonces (de ese entonces, digo, porque hoy, ya incluso hablamos de un
neocapitalismo), tal cual Quijote a la noción idealista de ese proyecto de indias que en su
resistiendo a él en toda su capacidad humana, lo que desde el punto de vista de este escrito,
En El Tiempo del “Quijote” (1964), Pierre Vilar ya nos insinuaba que, en la lectura
de la sociedad, tanto Cervantes, con su creación literaria, como Chaplin con su vida
el otro Charlie Chaplin. El arbitrista corto de vista percibe la crisis a corto plazo,
pero del naufragio de un mundo y de sus valores surge una genial tragicomedia. (p.
19)
Por otra parte, como segunda personalidad, rememoro la figura del auto convertido
en crítico político, periodista y humorista colombiano Jaime Garzón, y lo hago desde una
imagen que llevo grabada en la memoria, y hasta en los afectos, como una gran recreación
popular programa de aquel tiempo de finales de los 90´s, Yo Soy José Gabriel (esto que
aquí se menciona puede encontrarse en el portal de YouTube, bajo el título: Jaime Garzón
en Yo José Gabriel) en la que Garzón habla de su muerte, una que le han destinado
violentamente, de la que está al tanto, de la que reconoce y deja dicho que se debe a su
convicción de lograr un Estado más trasparente, pues lo que él hizo fue patentar el humor
Con total naturalidad, y el carácter por el que se lo conoció, en ese mismo programa
televisivo, el humorista pide al encargado de la orquesta de esa noche que toque una
canción llamada Canela, una composición que se distingue por referirse a la muerte como
una vicisitud que hay que asumir con gozo. Tan solo unos días más tarde, Garzón es
asesinado.
Tal vez mi simple descripción aleje de lo impactante que es dicho momento, pero
quisiera recalcar que lo que me interesa que se comprenda de esta situación, es el hecho de
ver a una persona amenazada de morir como destino que le ha sido impuesto por una
hegemonía que no permite ser cuestionada, y sobre todo verlo en televisión, riéndose,
entorno en el que los propósitos obedecen a intereses de consumo, de poder, de pasar por
encima del otro y de los Otros. Algo que es totalmente equiparable al Quijote, puesto que
los anhelos del hidalgo son retornar a los valores caballerescos, esos que en toda la obra se
conmover y excitar a los otros, sino como ascesis para su propio y personal
Todo esto puede tildarse de ser demasiado subjetivo, y lo es, pues las celebridades
que aquí destaco son justamente eso, celebridades, son de mi gusto, y son dignas de hallar
quijotadas por donde se les mire, pero, no por eso dejan de ser una cuota humana en una
sociedad que les exige, les reclama y les cobra un modo de vida para ser parte de ella. En
esta dirección, hace falta fijarnos en cualquier persona impulsada por los estatutos del
sistema, por ejemplo, quienes trabajan y deben preocuparse por ascender, por rendir y
cumplir con lo políticamente correcto, esas somos personas que de igual forma libramos
nuestras batallas para darle sentido a nuestra existencia y para lidiar con lo que no nos gusta
de ella.
Se ha demostrado, que Alonso Quijano, más allá de tomar la hidalguía como una
evasión a la realidad que lo comprende, lo hace también como un esfuerzo de triunfar sobre
lo que impone el mundo, o sino pensemos en cada uno de nosotros luchando con el peso de
sino más bien apropiado asumirnos como Quijotes victoriosos en la medida que podemos
resistiendo por medio de las artes, de las ciencias, y en general de los sueños, de los ideales,
No es que (Don Quijote) al salir de una aventura con el cuerpo molido a palos se
sienta dichoso de ello, porque sacrificarse sea su propósito, que bien le oímos
quejarse del dolor físico y lamentarse de sus tristes percances; lo que le hace
salido triunfante: su ánimo, su esforzado ánimo. Los palos que caen sobre sus flacas
carnes son un método ascético para su propia perfección, como el martirio lo es para
En definitiva, desde los tiempos en los que nació el Ingenioso Hidalgo, donde hubo
introduce una crisis que ha sido permanente y es por eso que la novela de Cervantes
trasciende a los años y a todo tipo de generación humana, pues, de cualquier forma, la vida
es un acto de resistencia:
Y este drama durará. Dura todavía, y por eso Don Quijote sigue siendo un símbolo.
(Riley, p. 24)
descubrir por qué son la la Resiliencia y la Utopía los motivos que hacen que ello sea así.
todos los países, a todos los tiempos, a todas las personas o a todas las cosas.” O sea, la
novela de Cervantes es una obra universal en todo sentido, pues, ha sido traducida y
como un retrato social real, demostrando que el verdadero heroísmo del mundo consiste en
protagonista del poema, para concebir al hombre dual, el hombre con virtudes y defectos
que debe aceptar que las adversidades a veces son más grandes que su misma integridad y
que aun estando firme ante ellas, estas simplemente resultan más grandes de lo que
constituir un orden mental ante las tensiones religiosas y económicas que miraron la luz en
aquel siglo, y que al día de hoy siguen representando un enigma con el que los seres
humanos estamos obsesionados por descifrar, y de allí, es decir, de reconocer ese estado
de utopías.
“Todos ellos (libros de literatura de finales de siglo XVI y del XVII) son, en cierto
la pregunta ¿qué es el hombre y qué marcha mal en él?”. Parece innegable que una
al tratar de resolver este interrogante en medio de una España en crisis, y a través de una
entonces, para dar rienda suelta a su mejor estrategia de sobrevivencia: una supuesta locura.
Supuesta porque es lo que nos permite sospechar la integridad misma del hidalgo,
pues, de todas las formas en las que se pudo haber sido loco en la Edad Media, no debe ser
casualidad que la de Alonso Quijano fuera una locura de caballería, en la que intervienen
estratégicamente para decir e impulsar lo que la sociedad de aquel tiempo debía escuchar y
comprender, sin que ese intento recibiera censura, ni marginalización por parte de quienes
instituían el poder, o si no pensemos en que una de las inquietudes que nos genera esta obra
es aquella dualidad entre la sensatez y lo descabellado, donde lo uno no parece estar muy
todo lo real, o sea, un esfuerzo y una cuota intelectual dentro de esta novela, en la que se
nos enfrenta a una incertidumbre de lo real para camuflar el activismo moderno que ejerció
Cervantes:
verdaderamente son. Y aquella otra, mucho más profunda, que él lleva a cabo para
crear las condiciones de realidad necesarias al objeto de llevar a término su acción
Uno de los episodios en los que se hace vivencial este binomio, es el que acaece
Sancho con una carta a Dulcinea, en la que se contrapone la percepción del caballero a la de
Corchuelo y Aldonza Nogales. Gran sorpresa para Sancho quien sabe muy bien quién es y
Esta conversación es importante porque Don Quijote con aires de cordura, o más
bien con revelación de esta, explica que tiene muy bien concebido a quien tiene por dama
de sus afectos, y que la tiene en razón de su idealizada imaginación “Yo imagino que todo
lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada, y píntola en mi imaginación como la deseo,
confesión una declaración no incitada, al tiempo que la afirmación de que Alonso Quijano
caballeresco sin que ello sea consumido o desechado por las costumbres emergentes de la
traumático, las personas resilientes consiguen mantener un equilibrio estable sin que
resilientes no pasan por este período, sino que permanecen en niveles funcionales a
Es decir, que el hecho de que Don Quijote decida suspender transitoriamente sus
aventuras y opte por la soledad, justificada en la penitencia que dice cumplir, puede
fracaso asegurado. Indudablemente de esto también podríamos aseverar que ser resiliente
pasa por un proceso melancólico digno de quien se resigna a luchar por causas perdidas,
mas, debe comprenderse que eso finalmente es el enriquecimiento del sentido de vida
Spinoza vendría a decir que la melancolía no era tan sólo una pasión, sino “una
pasión triste”, depotenciadora por tanto de nuestras energías ontológicas, esto es, de
nuestro mismo ser que no consiste en otra cosa que el conatus o “esfuerzo por la
Y de este estado parte la necesidad de las utopías, o sea, de ser Quijotes mismos. No
queda otra alternativa. El ser humano necesita aferrarse a los ideales para subsistir y resilir
nos ha obligado a competir y las utopías nos funcionan para solventar ese complejo. Por
supuesto, no hay que negar que existen utopías buenas y malas, pero al equipararnos al
Quijote, las motivaciones tenidas en cuenta solo pueden ser las que alimenten el espíritu
Por tratarse de una realidad mejor que la existente, la utopía no es, pero debe ser, y
por tanto no solo critica lo que hay, sino que supone una alternativa imaginaria a los
males del presente. Precisamente porque debe ser, lleva implícita la aspiración a
realizarse aquí y ahora. Lleva esa llamada a la acción, a la praxis, tan necesaria
Si bien Don Quijote muere, no podemos olvidar al Sancho “quijotizado”, así como
no podemos omitir que ese final es el destino más heroico posible para quien busca un
mundo más justo, puesto que, al no ser una tarea sencilla, lo menos posible es que se
realice, de ser así, a mi juicio, este notable ideal hubiera quedado reducido a otro apunte
humorístico y satírico de Cervantes, cuando la pretensión es que cale en las emociones del
lector, a fin de que quienes lo aborden, se asuman como los siguientes caballeros dispuestos
a retornar los buenos valores a cualquiera que fuese de las generaciones, como se cita en
Madorran (2015):
(…) pero la utopía de construir una sociedad más justa que la actual (…) no es por
Referencias
Recuperado de http://revistas.ucm.es/index.php/ASEM/article/view/ASEM1010110063A
http://dx.doi.org/10.15366/edadoro2015.34.005