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Arqueología y Sociedad,

Nº 21, 2010

Perspectiva arqueológica en la economía incaica1


Craig Morris
Julián Idilio Santillana
Es evidente que para una reconstrucción válida de las instituciones andinas se necesitan diversas
estrategias que dispongan de distintos tipos de información. Las evidencias etnográficas, documen-
tales y arqueológicas son incompletas por separado y es preciso enlazadas de manera sistemática2.
A pesar de lo obvio del principio, en la práctica ha sido muy difícil de aplicar. En particular, se ha
dejado de integrar a la arqueología en, los estudios vinculados a asuntos institucionales y de organi-
zación. Aunque Menzel, en su artículo sobre la dominación incaica de la costa sur del Perú (1959),
ha mostrado lo que es posible lograr cuando se aplica la arqueología a estos problemas, solo ahora
estamos en condiciones de esperar que la arqueología aporte algo más de lo que tradicionalmente le
ha interesado, o sea el estudio de la tecnología, las subsistencias y la cronología.
No creo que sea posible, indicar paso a paso una metodología básica que describa cómo se ha
de combinar exitosamente la arqueología con la etnohistoria y otras técnicas. Todo procedimiento
varía en gran medida debido a las diferencias entre los temas mismos, las características de los in-
vestigadores y las informaciones .disponibles. No obstante, hay dos puntos que merecen un énfasis
especial por ser de particular importancia: en primer lugar, es necesario hacer un esfuerzo constante
para eliminar las fronteras disciplinarias. y sub-disciplinarias, pues es posible que las soluciones a
interrogantes planteados por una subdisciplina puedan ser abordadas con los métodos y los datos
manejados por otra; en segundo lugar, las investigaciones deben ser diseñadas, desde su inicio, de
tal manera que incluyan estrategias múltiples anticipando cómo las diversas técnicas se verifican
entre sí y como todas pueden contribuir, a un conjunto uniforme de objetivos.
Este informe es un ejemplo de cómo la arqueología puede proporcionar nuevas informacio-
nes sobre diversos y complejos problemas vinculados al estudio del estado incaico. Aunque las
conclusiones de la investigación todavía están en una fase preliminar, es de esperar que muestren
algo sobre la manera de enfrentar los problemas cuya importancia ya se ha establecido a través de
1 Parte de los materiales de este estudio fue utilizado por los autores en una ponencia al I Congreso Peruano del
Hombre y la Cultura: Andina y por Morris en “Reconstructing Patterns of Non-Agricultural Production in the lnca
Economy: Archaeology and Documents in Instituttonal Analysis”, in Charlotte Móore (editor) Reconstructing of
Complex Societies, The American Schools of Oriental Research, Cambridge 1974.
2 Las obras siguientes son ejemplos de investigaciones básicas, las cuales, consciente y eficazmente, combinan
documentos y arqueología en la reconstrucción de ciertos aspectos de sociedades e instituciones sociales. No se es-
pera que la lista sea exhaustiva, sino que provea de una introducción aparte del trabajo que se está llevando a cabo:
Adams (1965: 1972); Calnek (1972); Charlton (1969); Rowe ( 1967) ; Rostworowski (1977, caps: 1, 3, 5 y 6).
Nota. La reedición de este artículo fue autorizado por la dirección de la Revista Histórica, PUCP, 2010. En la pu-
blicación original de 1978 no aparecen las Figuras 1 y 2. Las versiones finales de ambas figuras fueron publicadas
en diversas ocasiones; y las que se publican en esta reedición han sido tomadas del libro Huánuco Pampa. An Inca
City and its Hinterland by Craig Morris and Donald E. Thompson. 1985. New Aspects of Antiquity. Generald Editor
Colin Renfrew. Thames and Hudson Ltd, London. “Reconstructing Patterns of Non-Agricultural Production in the
lnca Economy: Archaeology and Documents in Instituttonal Analysis”, en Charlotte Móore (editor) Reconstructing
of Complex Societies, The American Schools of Oriental Research, Cambridge 1974.

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los estudios etnohistóricos. Además, se espera con los métodos y los datos manejados por otra;
que el éxito de aquellos estudios sea tal que se en segundo lugar, las investigaciones deben ser
alentará la realización de otras investigaciones diseñadas, desde su inicio, de tal manera que in-
semejantes, las cuales abordarían una gran va- cluyan estrategias múltiples anticipando cómo
riedad de temas esenciales para la comprensión las diversas técnicas se verifican entre sí y como
de las instituciones andinas. todas pueden contribuir, a un conjunto unifor-
me de objetivos.
Es evidente que para una reconstrucción
válida de las instituciones andinas se necesitan Este informe es un ejemplo de cómo la ar-
diversas estrategias que dispongan de distintos ti- queología puede proporcionar nuevas informa-
pos de información. Las evidencias etnográficas, ciones sobre diversos y complejos problemas
documentales y arqueológicas son incompletas vinculados al estudio del estado incaico. Aun-
por separado y es preciso enlazarlas de manera que las conclusiones de la investigación todavía
sistemática3. A pesar de lo obvio del principio, en están en una fase preliminar, es de esperar que
la práctica ha sido muy difícil de aplicar. En parti- muestren algo sobre la manera de enfrentar los
cular, se ha dejado de integrar a la arqueología en problemas cuya importancia ya se ha establecido
los estudios vinculados a asuntos institucionales a través de los estudios etnohistóricos. Además,
y de organización. Aunque Menzel, en su artículo se espera que el éxito de aquellos estudios sea
sobre la dominación incaica de la costa sur del tal que se alentará la realización de otras inves-
Perú (1959), ha mostrado lo que es posible lograr tigaciones semejantes, las cuales abordarían una
cuando se aplica la arqueología a estos problemas, gran variedad de temas esenciales para la com-
solo ahora estamos en condiciones de esperar que prensión de las instituciones andinas.
la Arqueología aporte algo más de lo que tradi-
cionalmente le ha interesado, o sea el estudio de
la tecnología, las subsistencias y la cronología. Investigaciones arqueológico-documentales
en Huánuco
No creo que sea posible, indicar paso a paso
una metodología básica que describa cómo se En 1963 se inició en el departamento de Huánu-
ha de combinar exitosamente la arqueología co, en la sierra central peruana, un estudio que
con la etnohistoria y otras técnicas. Todo pro- combinaba técnicas arqueológicas e históricas
cedimiento varía en gran medida debido a las en la investigación multidisciplinaria conocida
diferencias entre los temas mismos, las caracte- como “Un Estudio de la Vida Provincial Incai-
rísticas de los investigadores y las informaciones ca” y dirigida por John V. Murra. Participaron en
.disponibles. No obstante, hay dos puntos que este programa de investigaciones basadas sobre
merecen un énfasis especial por ser de particular fuentes documentales específicas y excepcio-
importancia: en primer lugar, es necesario hacer nalmente productivas (Ortiz de Zúñiga [1562],
un esfuerzo constante para eliminar las fronteras 1967, 1972), arqueólogos e historiadores, así
disciplinarias. y sub-disciplinarias, pues es posi- como etnólogos y un botánico. El equipo con-
ble que las soluciones a interrogantes plantea- centró su atención en varios grupos locales inte-
dos por una subdisciplina puedan ser abordadas grados al estado incaico así como en el camino
incaico, incluyendo los centros de poder estatal
3 Las obras siguientes son ejemplos de investigacio- allí localizados; también se vieron las relaciones
nes básicas, las cuales, consciente y eficazmente, combi-
nan documentos y arqueología en la reconstrucción de entre ambos factores. La investigación actual se
ciertos aspectos de sociedades e instituciones sociales. deriva directamente de aquel estudio, concen-
No se espera que la lista sea exhaustiva, sino que pro- trándose en los aspectos urbanos de la domina-
vea de una introducción aparte del trabajo que se está ción incaica en las regiones provinciales.4
llevando a cabo: Adams (1965: 1972); Calnek (1972);
Charlton (1969); Rowe ( 1967) ; Rostworowski (1977, 4 El proyecto del Dr. Murra, en el cual Morris cola-
caps: 1, 3, 5 y 6). boró como auxiliar, fue subvencionado por la National

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Craig Morris y J. Idilio Santillana Perspectiva arqueológica en la economía incaica

Como en el espacio disponible no se puede los materiales y para señalar los antiguos puntos
analizar toda la investigación en Huánuco, se de vista sobre las diferencias en la calidad de los
considerará solo un rasgo del patrón incaico –la productos y sobre la clasificación de los objetos
producción no agrícola– para mostrar como se en general.
ha tratado de diseñar las investigaciones arqueo-
El segundo conjunto de preguntas trata de
lógicas utilizando como base la documentación.
la organización: ¿Se organizaba acaso a los pro-
Y porque la mayoría de los datos nuevos están
ductores en unidades específicas de producción?
relacionados con la manufactura de tejidos, éste
¿Trabajaban a tiempo completo, o solo por ho-
será el tema principal que nos ocupará.
ras? ¿Cuál era su posición social y económica?
La producción especializada no agrícola ¿Cómo se administraba la producción? Es posi-
siempre ha sido una parte integral de las consi- ble reunir datos arqueológicos relativos a todas
deraciones sobre el desarrollo y la naturaleza de estas preguntas, pero a la interpretación es difí-
las civilizaciones tempranas. Los arqueólogos se cil, lográndose mejor cuando analiza otra serie
han interesado especialmente en la formación de hipótesis alternativas y más específicas. Estas
de especialistas en esta época y en los avances hipótesis se formulan con mayor facilidad con la
tecnológicos que se lograron. Pero el material ayuda de documentos.
ordinariamente tratado no ha servido mucho
para el análisis de otros problemas y ramifica- Finalmente, aparecen preguntas más am-
ciones de la producción no agrícola y artesanal, plias que consideran no solo los contenidos so-
que también son cruciales para comprender las cioeconómicos, sino también los contextos polí-
sociedades en cuestión. Un enfoque sistemáti- ticos e ideológicos relacionados con los bienes y
co que combine el uso de materiales documen- su producción: ¿Cómo se distribuían estos bie-
tales con lo arqueológico, cuando se disponga nes? ¿Se limitaba el uso de ciertos bienes a cla-
de ambos, producirá un panorama más comple- ses o contextos sociales específicos? ¿En qué se
to. Para poder obtener esta mejor perspectiva, fundaba la demanda de los diversos productos?
debemos responder a tres conjuntos generales ¿Iba más allá de una utilidad básica? Estas pre-
de preguntas. guntas son las más difíciles, pero tal vez las más
importantes, si el estudio de los artefactos y su
El primer grupo tiene un carácter mayor- producción ha de contribuir a la reconstrucción
mente tecnológico: ¿Cómo se manufacturaban y a la comprensión de la sociedad en su totali-
estos productos? ¿Cuáles eran los materiales dad. Es aquí también donde se precisa coordinar
utilizados y dónde se originaban? Las técnicas estrechamente los estudios documentales y la
de producción ¿acentuaban la cantidad o la ca- arqueología. El arqueólogo en particular, tiene
lidad? ¿Había claras distinciones en la calidad ventajas cuando dispone de uno o varios mode-
de los productos? Estas preguntas se pueden re- los de la sociedad y sus instituciones, que posibi-
solver casi siempre por medio de la arqueología, litan así la formulación de interrogantes en esos
excepto en el caso de productos como los tejidos tejidos. Como dichos modelos a menudo son
que ordinariamente no se conservan. El mate- incompletos o no están adecuadamente com-
rial histórico tiene importancia más marginal, probados, la arqueología puede aportar nuevas
aunque puede ser útil para indicar el origen de informaciones vitales.
Science Foundation, proyecto GS 42. Antes del inicio del
proyecto, Murra (1962b) escribió un informe que exa- Mucho del material etnohistórico apropiado
minó algunos de los problemas tratados. Se ha publica- al estudio de los productos incaicos no agrícolas
do muchos de los resultados en ensayos que acompañan ha sido tratado por Rowe (f946) y por Murra
los documentos que se usaron para organizar el trabajo
(1956 y 1975) en obras generales sobre la cul-
(Ortiz 1562; 1967; 1972). Véase también Thompson
(1968a; 1968b; 1969), Morris y Thompson (1970), y tura y la economía incaicas. Además, el artículo
Morris (1966; 1967; 1971; 1972a). de Murra, “La función del tejido en varios con-
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textos sociales del estado Inca” ([1958] 1975), Sugerencias relativas a la


nos ofrece una sensible apreciación de los com- organización de la producción
plejos significados simbólicos y sociopolíticos de En general, hemos estado manejando tres ejes
la más importante actividad artesana incaica. de organización que parecen ser especialmente
Son limitadas las informaciones arqueoló- importantes en el caso incaico, pero que corres-
gicas actualmente disponibles. La mayoría de ponden sin duda también a otras sociedades
ellas provienen de un conjunto de edificios en complejas. En primer lugar, se considera hasta
las ruinas de la capital provincial incaica, a me- qué punto el estado controlaba la producción;
nudo conocida como Huanuco Viejo, localizada en segundo lugar, el grado de especialización de
en Huánuco Pampa. Este antiguo centro, que los productores y, en tercer lugar, el tamaño y los
abarca más de 2.5 km2 y está a una altura de principios de organización de la unidad produc-
4,000 m, se encuentra a 150 km al noroeste de tora. Estos dos últimos, como se verá más ade-
lante, tienden a estar bastante relacionados en
la moderna ciudad de Huánuco. La función del
el caso de los incas.
conjunto como centro de producción se des-
cubrió durante un programa de investigación La evaluación del papel del estado en la
cuyo objeto eventual era trazar mapas y obtener producción plantea un problema comparativo
muestras por medio de la excavación en toda que precisa información sobre las actividades
la ciudad. Las excavaciones en el conjunto se de producción organizadas por el propio estado
realizaron en octubre, noviembre y diciembre de incaico y aquellas organizadas por las diversas
1971, y la temporada terminó en enero de 1972. unidades socio políticas en niveles más bajos
Aun no se ha terminado de analizar los cientos de la estructura. Las fuentes documentales,
de miles de fragmentos y otros artefactos exca- frecuentemente confunden el nivel estatal con
vados. Además, con la continuación de la in- organizaciones locales (los más bajos); pero pro-
vestigación, es posible que se encuentre nuevas porcionan suficiente información para sugerir
que la producción artesanal se llevaba a cabo
instalaciones de producción. Lo que se propone
en varios niveles. Algunos productos, especial-
ahora es una conclusión preliminar, que estará
mente el oro, la plata y ciertos tejidos parecen
sujeta a modificaciones sustanciales mientras
haber sido virtualmente monopolios del estado,
progrese el estudio. el cual administraba tanto los materiales utiliza-
En particular, la mayoría de las preguntas dos, como la producción misma (Murra 1956:
tecnológicas, tendrán que esperar análisis más 189). La producción especializada artesanal, por
detallados5. Lo que más resalta actualmente del otro lado, no parece haber estado bajo la direc-
estudio es la capacidad de por lo menos ciertos ción total del estado. Moore (1958: 56) afirma
sectores de la economía incaica de producir bie- que los kurackuna o jefes regionales, tenían ac-
nes en cantidades relativamente grandes para ceso a la mano de obra de los especialistas. En
un sistema preindustrial. Sin embargo, poco a 1567, los jefes Lupaqa de las cercanías del Lago
poco nos estamos acercando a solucionar varios Titicaca podían obtener todavía los servicios de
de los problemas relacionados con la organiza- los tejedores. Por esta época ya se había mani-
festado la influencia de la autoridad europea, así
ción de la producción artesanal y su papel en la
como otras motivaciones nuevas; pero el dere-
economía y en la sociedad.
cho a estos servicios parece haberse originado
5 Aunque no se han estudiado los implementos en- en el período precolombino (Murra 1964: 438).
contrados durante nuestro trabajo más reciente, hay Un análisis más detallado de los documentos de
una larga tradición de interés en los aspectos técnicos
del hilado y del tejido en los Andes. Entre las fuentes la región llevaría probablemente a una mayor
que tratan del tejido andino se incluyen: Bird (1954); comprensión de la producción no agrícola en el
Gayton (1967); O’Neale (1949). nivel local.

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Craig Morris y J. Idilio Santillana Perspectiva arqueológica en la economía incaica

El éxito de la investigación arqueológica so- era probablemente administrada por la autori-


bre la producción controlada por el estado, en dad local. Refiriéndose a los Chupaychu, Ortiz
contraposición con la que estaba bajo la direc- de Zúñiga (1967: 239) nos informa que:
ción de unidades étnicas, depende de la capaci-
“la ropa de cunbi la hacían en su tierra que,
dad para diferenciar entre los niveles estatales y
mandó el ynga le pedía llevaban al Cuzco y
locales en los restos materiales. Los que hemos
trabajado con materiales incaicos en la región otra parte donde les señalaba”.
de Huánuco quizás somos culpables de exagerar Con la evidencia disponible sólo podemos
la facilidad con la cual se puede lograr general- adivinar el monto de dicha producción, pero es
mente dicha distinción. No sólo se diferencia- probable que fuese sustancial.
ban de las otras variedades locales la cerámica y
la arquitectura de tipo inca imperial en esta re- Independientemente de la cantidad de bie-
gión sino que también es distinta la distribución nes producidos para el estado incaico fuera de
y la ubicación de los asentamientos. En esencia, su propia red de poblaciones, la evidencia en
hay una intrusiva red de poblados estatales que Huánuco Pampa muestra ahora que ésta estaba
afectaban los patrones de población locales y directamente comprometida en la producción
preincaicos, una serie de pueblos que son dra- artesanal en una escala significativa. El material
máticamente diferentes tanto en su estilo como nuevo viene del área que se ha calificado como
en sus funciones. Huánuco Pampa era parte pro- Conjunto 5 en la Zona VB, contigua a la plaza
minente de esta red de poblaciones estatales, el principal de la ciudad norte (véase figuras 1 y
contraste entre los pueblos locales y los estata- 2). Este conjunto de edificios ha sido llamado
les, y probablemente entre las actividades loca- frecuentemente “el cuartel” (Harth-Terré 1964:
les y aquellas relacionadas con el estado, tal vez 13-14). Uno de los aspectos más notables de
no sea tan evidente en otros ámbitos del Tawan- este conjunto es el marcado grado de orden y de
tinsuyu, aunque el trabajo de Menzel (1959) en semejanza arquitectónica entre los edificios, que
la costa sur del Perú sugiere que el caso podría contrasta con gran parte de la ciudad. Esto sólo
haber sido algo parecido en partes de esa área. se explica por medio de una planificación explí-
Naturalmente, esta idea no se puede aplicar a cita. Además, un examen cuidadoso del muro
la región inmediata al Cuzco; es dudoso que la que rodea los edificios muestra que había acceso
distinción entre lo estatal y lo regional sea per- sólo en un punto, es decir, a través del Edificio
tinente en esta región, la cual como ha sugerido b1.
Rowe (1967), estaba altamente influida por la Por medio de la excavación de una muestra
planificación estatal y probablemente se encon- de 20 de los 50 edificios del conjunto, se esta-
traba bajo mayor control directo del estado que bleció que la producción no agrícola era una de
las regiones muy remotas. las actividades principales. Mientras que varios
Teóricamente, debería ser posible estudiar productos podrían haber sido elaborados den-
la producción no agrícola no solamente en un tro del recinto, actualmente tenemos evidencia
contexto estatal, identificando principalmente sólo de uno: el tejido. En una edición prelimi-
a qué unidades pertenecían las instalaciones de nar de este informe6 basada en evidencias muy
producción y las residencias de los trabajadores. iniciales, se sugirió que en el conjunto también
El problema más grave frente a la comparación se fabricaba cerámica. Una breve inspección
entre la producción estatal y la no estatal es la de parte del material, así como trabajo adicio-
dificultad de identificar cuáles eran las activida- nal en el Conjunto VB5, junto con el volumen,
des productivas controladas indirectamente por
6 C. Morris y J. I. Santillana. “Nuevas evidencias so-
el estado. Sabemos que había alguna producción bre producción no-agrícola en el Estado Inka”. Ponencia
para el estado en poblaciones que en realidad no presentada al “I Congreso Peruano del Hombre y la Cul-
eran del imperio y que parte de esta producción tura Andina”, Lima, 1972.

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Figura 1. Plano de Huánuco Pampa

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Craig Morris y J. Idilio Santillana

Figura 2. Conjunto de 50 edificaciones al lado del sector norte de la plaza principal.


Estos representan una arquitectura rigurosamente planeada en la ciudad.
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sustancialmente mayor de datos comparativos otros artefactos rectangulares y con muestras de


sobre las otras secciones de la ciudad, indican haber sido usados, aparentemente, para esparcir
que si se producía cerámica dentro del recinto, los hilos en el telar; agujas también abundaban.
era en muy pequeña escala. Por tanto, la única Se encontraron más de 100 artefactos relaciona-
posibilidad de horno parece ser un fogón, que dos con el hilado y con el acabado de la tela. La
luego se usó como basurero. Recientemente identificación inicial proviene de dos tejedores
se ha encontrado en otras partes del sitio nu- andinos, integrantes del equipo de excavación,
merosas muestras de lo que se pensaba que era quienes examinaron los objetos en el campo. Se
moldes para bases de jarras. Ahora es evidente necesitará estudios especializados y mayor infor-
que eran soportes de jarras, relacionados con el mación etnográfica para llegar a identificacio-
uso de las vasijas y no con su fabricación. Pero si nes más precisas, verificaciones de la función de
no se fabricaban ni se almacenaban allí, todavía los objetos, y para dar una idea más clara de los
está por aclarar la presencia de miles de jarras de tipos de tejido que se producían.
diversas formas. La densidad de la cerámica en
el Conjunto VB5 es varias veces mayor que la La evidencia preliminar indica que las acti-
encontrada en otras áreas típicamente domésti- vidades en el Conjunto VB5 no se limitaban sólo
cas. La explicación de esto tendría que esperar a la producción. Antes de completar los análisis
un estudio sistemático de las colecciones, así detallados de la investigación, es difícil distin-
como comparaciones adicionales con el resto guir entre los basureros y los fogones que eran
de la ciudad. Sería lógico suponer que se utili- el resultado de las actividades cotidianas y de
zaban estas grandes cantidades de cerámica en la cocina, y los lugares que tal vez se asociaban
actividades de producción, tal vez para teñir los con ciertos aspectos de la producción. Las can-
tejidos. Otra hipótesis, analizada más adelante, tidades de hueso sin tallar en el Conjunto VB5
sostiene que la cerámica se usaba posiblemente son menores que en las áreas que se suponían
para la fabricación en gran escala de la chicha. de uso residencial. La evidencia actual apoya la
teoría de algún tipo de vida cotidiana dentro del
Como el tejido no se conserva en las tierras recinto. Sin embargo, es evidente que los patro-
altas y húmedas de la sierra, las únicas pruebas nes residenciales del conjunto se diferenciaban
que tenemos de su manufactura vienen de las bastante de aquellos del resto de la ciudad. Si
herramientas usadas, y eso que estas estaban bien la zona no ha resultado ser un cuartel en el
hechas con materiales de fácil deterioro, espe- sentido militar, la impresión arquitectónica ini-
cialmente madera. El artefacto más numeroso cial probablemente es una interpretación fiel del
era el huso, empleado como peso al hilar. Se ha estilo de las áreas residenciales. El hecho de que
hallado por lo menos 200 a 300 de éstos en el los trabajadores vivieran en el conjunto donde
Conjunto VB5. La mayoría eran de cerámica, trabajaban, así como la disposición de su espacio
pero había algunos más finos de piedra pulida. residencial, son datos cruciales para compren-
Lo importante es que eran varias veces más co- der su organización.
munes en este conjunto que en los otros edi-
ficios de Huánuco Pampa que supuestamente No es posible en este momento expresar en
sirvieron principalmente como residencias. Las términos cuantitativos precisos la importancia
otras herramientas, más interesantes porque no de la instalación de producción en Huánuco
son tan bien conocidas, eran de metal o hueso. Pampa. Por la evidencia, estamos razonable-
Había un gran número de artefactos de hueso mente seguros que todos los edificios casi idén-
que casi se puede aseverar que sean los huesos ticos (aproximadamente de 18 por 5 metros
pulidos con puntas muy agudas descritas por cada uno) que se encuentran arreglados en filas
Cabo (Libro 14, capítulo XI; tomo II: 259), y ordenadas, servían como de talleres-residencias
que servían para controlar la tirantez de la tela (véase figura 2). Esto significa que había 40 edi-
durante su fabricación. También eran comunes ficios con un espacio interior total de más o me-
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Craig Morris y J. Idilio Santillana Perspectiva arqueológica en la economía incaica

nos 3,000 m2. Además, otros dos edificios, el b2 tajoso disponer de mejores informaciones sobre
y el b3, contenían una gran cantidad de huesos y los otros niveles de la economía y de la sociedad
otras herramientas, que probablemente también de la región para ver si esta instalación estatal,
e usaban para la producción y para actividades construida a fines del siglo XV o principios del
relacionadas con ella. Su arquitectura, en parti- XVI, tuvo alguna influencia notable sobre los
cular, indica que eran bastante distintos de los patrones de producción a nivel local. ¿Las ope-
otros 40 edificios recién mencionados. Se pro- raciones del estado implicaban acaso un aumen-
pone que parte de esta diferencia radica en el to general en la producción de textiles y otros
hecho de que no se usaban como dormitorios. productos? Por otro lado, podría haber habido
una centralización de varios de los aspectos de
Partiendo de la base de las 40 residencias-
la producción, a expensas del rendimiento lo-
talleres, es difícil llegar a una indicación del
cal. Quizás se trataba de una combinación de
número de personas que vivía en el conjunto.
ambos factores. Sospechamos que lo que ocurría
Toda la evidencia disponible da a entender que
era que existían tendencias de cambia en la or-
los edificios se usaron en forma contemporánea
ganización, las cuales colocaban bajo el control
y es probable que todos fueran utilizados de
del estado la producción de cantidades cada vez
manera intensiva durante la época posterior a
mis grandes de ciertos bienes. Estudios más pro-
la conquista española, cuando se interrumpió
fundos de documentos regionales y de hallazgos
la función de la ciudad. No se conoce ningu-
arqueológicos quizás ayudarán a resolver estas
na evidencia histórica que ayude directamente
preguntas tan cruciales para la comprensión de
a calcular el tamaño del grupo de trabajadores;
los patrones de cambio económico y político.
pero se supone que por lo menos 100 personas
vivían y trabajaban en el conjunto. Esto impli- Ahora nos dirigimos hacia las cuestiones de
caría un promedio de solamente 2.5 personas la especialización por ocupaciones y del carác-
por cada edificio, sin duda un número mínimo ter de la unidad de producción. Aquí encontra-
si se tiene en cuenta la cantidad de material en- mos que la evidencia arqueológica indica que el
contrado en la zona. El doble de este número se- Conjunto VBS era una instalación especializa-
ría probablemente más realista, pero parece casi da, muy distinta a los otros grupos de edificios
imposible postular un total de más de 300 perso- en la ciudad. No parece probable que la gente
nas, cuando se considera la cantidad de espacio que trabajaba en aquella instalación se ocupa-
disponible y la proporción del mismo que debe ra en ninguna otra actividad económica fuera
haber sido ocupado por las vasijas de cerámica. del recinto. Debemos aguardar los estudios de
los patrones de distribución de artefactos en el
Cualquiera que sea el número exacto de pro-
recinto antes de llegar a alguna conclusión final
ductores o la cantidad precisa de su producción,
sobre el conjunto de actividades y sobre la sub-
se han de considerar grandes para una instala-
división interna.
ción de producción preindustrial. Además, la
disposición arquitectónica indica que el control La evidencia disponible en este momento no
era estricto. Fuera del muro exterior del conjun- sugiere un patrón de especialización interna rígido,
to, las estructuras b1 y b4 parecen haber sido y tiende a apoyar la sugerencia de que la mayoría
edificios administrativos de algún tipo No eran de los miembros del grupo al que nos referimos
talleres ni residencias, y no estallamos exageran- practicaba labores semejantes, entre las que la pro-
do si sugiriéramos que alojaban actividades rela- ducción de textiles era probablemente la primera
cionadas con los registros y con la seguridad. actividad de una lista relativamente corta.
A través de la evidencia de Huánuco Pampa Se puede considerar mejor el concepto del
podemos sostener con insistencia la gran impor- grado de especialización como una parte del
tancia del estado y el grado de control directo carácter y de la organización general de los
en ciertas actividades de producción. Sería ven- grupos potenciales de trabajadores, campo en

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el cual los documentos proveen la mejor fuen- salud y fueran jefes de unidades domésticas es-
te. Esa información no se presenta en la forma taban obligados a trabajar para el Inca sobre una
de descripciones explícitas que se puedan apli- base temporal y rotativa. Esta era la forma usual
car directamente como interpretaciones, sino de trabajo en las tierras cultivadas del estado,
a manera de datos sobre el carácter general de en la construcción pública y en el ejército. En
la mano de obra disponible para el estado. La términos cuantitativos, es probable que la mit’a
consideración de diversas opciones en un es- fuera la fuente más importante de mano de obra.
fuerzo por contraponer la evidencia documen- Puesto que era un servicio temporal, la mit’a no
tal con la arqueológica, es típica del proceso alejaba a los conscriptos de sus contextos socia-
interpretativo que le utiliza en muchos otros les y étnicos en las comunidades tradicionales.
esfuerzos generales para reconstruir los patro- No conozco ningún vínculo definitivo entre la
nes de actividad en la ciudad. fuerza laboral de la mit’a y la producción textil u
otro tipo de producción artesanal. Tendemos a
La etnohistoria sugiere que se pueden hacer
asociar casi toda la artesanía con algún grado de
distinciones entre los trabajadores del estado se-
especialización; sin embargo, el sistema de pro-
gún varios criterios, incluida la labor desempe-
ducción en gran escala que vemos en el Conjun-
ñada, la porción de tiempo dedicada al servicio
to VB5 probablemente podía ser realizado por
del estado y el grado en que la comunidad local
mano de obra temporal bajo la supervisión de
y las relaciones de parentesco eran alteradas por
especialistas. Hay la posibilidad adicional de que
el cumplimiento de obligaciones hacia el estado.
estos artesanos locales sirvieran al estado con
Es difícil definir de manera precisa las diversas
una dedicación a tiempo parcial, cumpliendo
categorías de trabajadores del estado, puesto
con su obligación hacia la mit’a al desempeñar
que éstas eran relativamente flexibles y cambia-
su trabajo habitual.
ban rápidamente. Hay tres clases de trabajadores
que son los que quizás ayudan más a entender La razón primordial para dudar que el re-
la producción no agrícola; en Huánuco Pampa cinto de producción en Huánuco Pampa fuera
están relacionadas con el problema inmediato administrado por trabajadores de la mit’a, es la
de interpretar la producción controlada por el indicación en las crónicas de que el hilado y una
estado: Son la Mit’a, compuesta por trabajado- gran parte del tejido eran trabajos principalmen-
res reclutados en turnos; las aqllakuna, mujeres te femeninos (Cobo [Libro 14, Capítulo XI])
escogidas; y los mitmaqkuna, colonos. Todos se 1956: Tomo II, 258; Guaman Poma [¿1615?]
pueden considerar como patrones posibles, y 1936: 218-220; Rowe 1946: 24) aunque algunas
habían sido utilizados por separado o conjunta- fuentes mencionan la fina tela kumpi como pro-
mente por el estado incaico en las actividades ducto del trabajo masculino (Cobo [Libro 14,
de la producción. Sin embargo, es probable que Capítulo XI] 1956: Tomo II, 259), Además, la
solamente uno de ellos se aplique al complejo de arqueología demuestra bastante específicamen-
producción tratado antes. Ciertamente que no te la presencia de mujeres en el recinto. Encon-
hay divisiones que sugieran grandes distincio- tramos más de una docena de alfileres de metal
nes de categorías o clase entre los trabajadores. (T’upu) utilizados para sujetar la ropa femenina
Aquí solamente se puede bosquejar brevemente (véase los diversos dibujos de Guaman Poma,
la naturaleza de estas tres clases. Para un trata- 1936: 300 por ejemplo) y no había artefactos
miento más completo de las diversas categorías que pudiéramos asociar con la presencia o con
de servicio al estado, véase Murra (1956: 264- actividades masculinas, por lo menos en esta
274) y Rowe (1946: 265-270). etapa de nuestro análisis.
a. La mit’a: Fuera de los nobles y los inte- b. Los mitmaqkuna: Los colonos mitmaq
grantes de algunas otras clases exoneradas de eran gentes trasladadas por el estado de un lu-
impuestos, todos los varones que gozaban de gar a otro en grupos relativamente grandes, una

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Craig Morris y J. Idilio Santillana Perspectiva arqueológica en la economía incaica

forma de colonización dirigida por el estado. La A menos que un análisis futuro cambie nues-
razón que se da generalmente para explicar estos tra interpretación de los restos materiales en
cambios de lugar de las poblaciones, es que los Huánuco, lo más probable parece ser que los
cambios apoyaban el mantenimiento de la segu- ocupantes del Conjunto VB5 fueron algún tipo
ridad interna. Sin embargo, Cieza (1959:60-62) de aqllakuna, o por lo menos un grupo con una
sugiere que también tenían funciones económi- estructura semejante.
cas. Si bien el tamaño exacto de las unidades Las mujeres y las actividades femeninas se
mitmaq no está claro y probablemente variaba asociaban casi por completo con el recinto; en
mucho, parece cierto que eran grupos de varias términos arquitectónicos, la unidad de residen-
familias, frecuentemente comunidades enteras. cia era probablemente una unidad no familiar; el
Cieza sostiene que los mitmaqkuna eran a control estricto de acceso al recinto demuestra
veces artesanos, plateros, picapedreros, y men- medidas de seguridad que no tienen comparación
ciona específicamente a los tejedores. En uno de en la ciudad, y estas parecerían justificables sólo si
los edificios del Conjunto VB5 se hallaron algu- los ocupantes del recinto pertenecieran a alguna
nos fragmentos al estilo de la cerámica negra de clase social especial, la cual requiriera una segu-
Chimú, hechos con materiales de la región, lo ridad excepcional. Estas características describen
cual llevaría a pensar en la posibilidad de que sus mejor a las mujeres escogidas que a cualquier otro
ocupantes fueran mitmaqkuna del Chimú. Pero grupo que pudiera haber estado presente en un
como los fragmentos constituían un porcentaje centro administrativo incaico. No obstante, no
insignificante de la colección del edificio y como hay evidencia de los cargos religiosos que se su-
parecen haber faltado en las otras estructuras, pone que también desempeñaban.
su presencia no apoya fuertemente la posibili- En una comunicación personal el Dr. John
dad mencionada. La arquitectura, por otro lado, H. Rowe ha sugerido que la evidencia arqueoló-
parece contradecir la idea de los mitmaqkuna. gica, fuera examinada en términos de la posibi-
Presuntamente, los mitmaqkuna se caracteriza- lidad de que allí se produjera la chicha, puesto
ban como un grupo de unidades familiares in- que se sabe que las aqllakuna la hacían (Rowe
terrelacionadas. Una distribución, con edificios 1964: 269; Guaman Poma [1615] 1936: 299).
casi idénticos en calles relativamente angostas, Quizás la mejor hipótesis actualmente disponi-
parece más adaptable a su utilización por indi- ble para explicar las grandes cantidades de ce-
viduos, en vez de familias. Si bien tenemos que rámica en el recinto es que fuera utilizada en
admitir que la arquitectura en sí misma no es la elaboración de Chicha. Cobo ([Libro XIV)
completamente convincente, nuestra supuesta Capítulo IV] 1956; II: 242) nos informa en la
expectativa para una colonia de mitmaqkuna se- preparación y el consumo de la chicha se utili-
ría un grupo de pequeños recintos, cada uno con zaban numerosas vasijas. Durante la temporada
sitio para un patio y algún grado de independen- de excavaciones de 1972, trabajamos en otra
cia para la unidad familiar (véase Rowe 1944 y área abundante en cerámica (en el sector orien-
Morris 1971 sobre la arquitectura incaica). tal de la ciudad) que se ha interpretado provi-
c. Las aqllakuna: Las aqllakuna han sido sionalmente como un lugar donde se elaboraba
usualmente vinculadas con la religión (Rowe la chicha y otros productos alimenticios para el
1946: 269.; Cobo [Libro XII, Capítulo XIX] consumo general (Morris mss, Stein, 1975). Al
1956, II, 98), pero el material documental tam- comparar las formas de las jarras y los restos bo-
bién sugiere que era un grupo variado y que tánicos encontrados en éstas y otras colecciones
dispondremos de algunas pruebas excelentes so-
sus servicios incluían actividades que no eran
bre la posible producción de la chicha.
específicamente religiosas (Rowe 1946: 269;
Guamán Poma [1615] 1936: 298-299). las No es necesario aceptar literalmente la
aqllakuna eran solteras y, en general, jóvenes. clasificación compleja de las mujeres escogidas

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Arqueología y Sociedad, Nº. 21 2010

indicada por Guamán Poma ([1615] 1936: 301- de esta producción en el caso de la población
302) para suponer que, además de la diferencia incaica, Mientras que algo de especialización en
en categorías de edad, había distinciones impor- los bienes manufacturados es una característica
tantes en las actividades económicas realizadas general de toda civilización antigua y probable-
por varios grupos de aqllakuna. En realidad, al mente siempre tenía algo que ver en sus proce-
considerar estas variaciones, parece probable sos de desarrollo, la especialización no siempre
que hubiera más de una casa para las mujeres encajaba dentro del mismo contexto socioeco-
escogidas en un centro importante como Huá- nómico, ni desempeñaba el mismo papel.
nuco Pampa; además, el Conjunto VB5 puede
Obviamente, el panorama de la organiza-
ser solamente un recinto ocupado por mujeres
ción económica incaica es todavía incompleto.
cuyas responsabilidades económicas sobrepasa-
Sin embargo, hay dos aspectos generales del sis-
ban casi completamente cualquier cargo o fun-
tema económico que pueden ayudar a explicar
ción religiosa que tuvieran.
por qué era importante para el estado incaico en
La manera por la cual las sociedades com- expansión disponer de un gran control directo
plejas movilizan y organizan una fuerza laboral sobre la producción, cómo se realizaba ese con-
para realizar ciertas tareas esenciales representa trol estatal y por qué se daba énfasis a productos
una de sus dimensiones más importantes. En el tales como el tejido. El primero de estos rasgos
caso de sociedades complejas tempranas, parece cruciales es que los incas ponían énfasis en las
muy probable que grupos estructurados según relaciones de intercambio recíproco, antes que
líneas religiosas, y a veces de parentesco, se diri- en el trueque o el uso de mercados (Murra 1956:
gieran gradualmente hacia funciones económi- Cap. VI). Ligado a esto vemos que el estado de-
cas, políticas y militares bajo el servicio de una pendía del trabajo humano para muchos bienes,
autoridad centralizada (Murra 1956, Cap. VIII en vez de tener como al base de renta el sistema
y 1962a: 722; Adams 1956). Un factor impor- de tributos en especie. El segundo aspecto es la
tante para, el desarrollo de los estados antiguos gran capacidad de los dirigentes a varios niveles
era la capacidad para manipular las institucio- de la sociedad para trasladar a la población de
nes tradicionales y las unidades de organización sitio en sitio, colocando a la gente donde tuviera
de tal forma que pudieran servir a distintas fun- acceso a los recursos esenciales. En la mayoría
ciones. Tenemos evidencia, entre los incas, de de los casos, estos recursos eran naturales, y te-
una mano de obra considerable, controlada di- nían que ver con la colocación de pueblos en
rectamente por el estado. Si las investigaciones diferentes zonas ecológicas (Murra 1967; 1968;
posteriores confirmaran nuestra identificación 1972; 1975). Pero cuando se llega al nivel de
de esa fuerza como un grupo de mujeres esco- organización estatal, se trataba frecuentemente
gidas, podremos empezar a ver la interacción de del traslado de la gente a situaciones esencial-
la complicada red de factores económicos, polí- mente urbanas, destinándola no sólo al control
ticos y religiosos que en traban en la formación de recursos naturales, sino a la organización o
y en el mantenimiento de estos grupos. supervisión de la población laboral.
La práctica de la reubicación de la pobla-
ción y del traslado de gente para lograr diferen-
El contexto institucional de
tes fines, era común a los tres grupos de traba-
la producción centralizada
jadores estatales tratados antes. En el caso de
Por nuestro conocimiento general de las socie- la producción artesanal, facilitaban la centrali-
dades urbanas antiguas hemos llegado a consi- zación de la producción, las rentas basadas en
derar que la producción especializada no agrí- la energía humana en combinación con la ca-
cola es un rasgo importante. En consecuencia, pacidad de reubicar a la gente. Si se podía traer
no nos sorprende encontrar evidencia sustancial productores en número suficiente a los centros

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Craig Morris y J. Idilio Santillana Perspectiva arqueológica en la economía incaica

de la administración estatal, se simplificaba el fragmentos es tal que apoya fuertemente la idea


control directo. Si nuestra interpretación actual de que la producción de la cerámica estaba cen-
de Huánuco Pampa es acertada, éste era tal tipo tralizada y que probablemente se producía cerca
de centro. Había pocos aspectos de la vida de la de Huánuco Pampa o en la ciudad misma. De
ciudad en que el estado no dominara. La falta todos los productos alimenticios suministrados,
de casi toda influencia local en la arquitectura la chicha era quizás el más importante. Cierta-
y en los artefactos señala la posibilidad de un mente, ésta resultaba un elemento esencial en
control estatal estricto de la vida de la ciudad, un centro donde el trabajo del estado se llevaba
y no hace pensar que hubiera interacción libre e a cabo a menudo dentro de un contexto cere-
informal con las regiones remotas. Además, los monial (Murra 1958; 1960). Además de la posi-
ocupantes del Conjunto VB5 no eran los únicos bilidad de su producción en el Conjunto VD5,
residentes de la ciudad que estaban ahí como creo que podemos demostrar lo siguiente: que
resultado de procedimientos estatales relativos la chicha se preparaba para varios fines distin-
a la renta y a la colonización. Probablemente la tos en las diferentes partes de la ciudad, que era
mayoría de su población, si no toda, era reclu- un producto principal esencial en la economía
tada a través de similares mecanismos (Morris de un centro administrativo y que hacer chicha
1972b). constituía una actividad de tanta importancia
como tejer.
Regresando ahora a la importancia del inter-
cambio recíproco, es necesario los métodos por El tejido era particularmente vital en la reci-
los cuales el estado se deshacía de sus productos. procidad. En los Andes se utilizaba en casi todas
La distribución de bienes tiene que ver, por su las relaciones sociales, políticas y económicas
lado, con las relaciones recíprocas entre el esta- de importancia (Murra 1962a). Bienes como la
do y aquellos que trabajaban para él. El tipo de chicha o la cerámica eran probablemente artí-
interacción varía según la clase o el trabajador, culos de abastecimiento urbano y con pocas
pero parece que el estado tenía que organizar excepciones se consumían o se utilizaban cerca
el traslado y proveer hospitalidad en todos los de sus lugares de producción. Sin embargo, el
casos (Murra 1956: 169; 1958). Nuestro traba- tejido pesaba menos y tenía más valor, por eso,
jo arqueológico en Huánuco Pampa ha indica- hay que considerar su producción en el contex-
do que el estado hacía muchos esfuerzos para to de un área y un ambiente político-económico
cumplir con sus obligaciones de abastecimiento mucho más extenso. La evidencia arqueológica
y hospitalidad (Morris 1972b; y mss). disponible nunca ha podido rastrear en la sie-
rra las distribuciones de textiles perecederos.
El material documental nos dice que se espe- Pero la importancia concedida a los tejidos en
raba que el estado proporcionara los alimentos y los documentos implica seguramente que se re-
otras necesidades que podían tener aquellos que distribuían más allá de la ciudad a manera de
lo servían. La arqueología muestra que para lo- regalos o de reciprocidad. Usualmente, las rela-
grar este fin, se constituyeron 497 almacenes en ciones económicas y políticas entre el Inca y un
Huánuco Pampa. La mayoría de estos se utiliza- grupo nuevamente sojuzgado se iniciaban me-
ban para almacenar alimentos, probablemente diante la entrega de tejidos (Murra 1962a: 721).
dirigidos en gran parte a asegurar una provisión Nuestro trabajo arqueológico en Ichu, el pueblo
estable de comida para la ciudad misma (Mo- donde vivió el jefe de uno de los grupos loca-
rris 1967). La arqueología sugiere también que les antes, durante y después de la época incaica
el estado suministraba las vasijas en las cuales (Ortiz [1562] 1967: 55-60) mostró que una gran
preparaban, guardaban y servían los alimentos cantidad de la cerámica asociada con Huánu-
(Morris y Thompson 1970). Aunque ahora no co Pampa había llegado allí de alguna manera
parece que producía cerámica en el Conjunto (Thompson 1967: 360). Este es uno de los muy
VB5, la uniformidad estilística y material de los raros casos en que se ha encontrado en un pue-
25
Arqueología y Sociedad, Nº. 21 2010

blo remoto de la sierra la cerámica producida las investigaciones diseñadas cuidadosamente


por o para el estado, y muestra el flujo de ciertos imaginativamente para aprovechar los diversos
bienes a lo largo de líneas de poder político. tipos de materiales disponibles, pueden ofrecer
una nueva y útil comprensión, aún en las difíci-
Para los procesos económicos y políticos del
les cuestiones de organización e institucionales.
estado incaico, era esencial una gran variedad
de bienes agrícolas. Algunos eran importantes Deseo subrayar un último punto referente
porque apoyaban intrincadas operaciones ad- al estudio del desarrollo económico y político
ministrativas y militares; otros, como el tejido, en los Andes y en otros lugares. Aunque se ha
circulaban en términos redistributivos más am- reconocido, por lo menos desde Childe (1950),
plios, extendiendo los artículos del Inca y los la importancia de los bienes no agrícolas en la
símbolos de su poder hasta el campo. La dispo- emergencia de las sociedades complejas, ha ha-
nibilidad de estos productos afectaba directa- bido una tendencia, sobre todo en la arqueolo-
mente lo que podía hacer el estado y lo que no gía, a dirigir las investigaciones a cuestiones de
podía hacer. Los aumentos en la producción de productos de subsistencia. Sin sugerir que dismi-
tejido y de otros bienes, algunos de los cuales nuyamos el énfasis en los estudios de la econo-
no conocemos todavía, permitían al estado em- mía de subsistencia, considero que necesitamos
prender nuevos vínculos económicos y políticos, dedicar mucho más esfuerzo a la investigación
renovando y reforzando continuamente los que de aquellos bienes no agrícolas (por ejemplo el
ya tenía. La producción estatal, o por lo malos tejido en el caso andino) que tenían un valor y
el acceso extensivo del estado al tejido y a otros significado mucho más allá de su simple utilidad
productos especiales, alimentaba una economía económica. Son estos los productos no agrícolas
y una política en expansión. Es en este contexto que nos dan acceso al conocimiento de algunas
de rápido crecimiento económico y político, que de las dimensiones sociales y políticas, tanto
se daba principalmente obedeciendo a una se- como económicas, de una sociedad. Su penetra-
rie de principios recíprocos peculiares y no bien ción en múltiples esferas es lo que les da una
entendidos todavía, en el que se explica el es- función clave en la emergencia de formas cen-
tablecimiento por el estado de un complejo de tralizadas de organización y en la determinación
producción en Huánuco Pampa, rigurosamente de la estructura institucional de la sociedad.
planificado y controlado.
El análisis del desarrollo económico y po-
Agradecimientos
lítico de cualquier sociedad requiere datos só-
lidos sobre muchos aspectos de la producción, Nuestro trabajo fue subvencionado por la Na-
de la organización y del control. Para el estudio tional Science Foundation (GS 28815); y auto-
de sociedades contemporáneas se obtiene esta rizado por las Resoluciones Supremas Nos. 015
información por medio de estadísticas cuida- y 1038 (1972). Además, deseo agradecer al per-
dosamente recopiladas, junto con materiales sonal del Proyecto Arqueológico en Huánuco
detallados sobre los contextos de los cuales se Pampa y a las numerosas personas cuya ayuda
extrajeron. En el caso de los incas no contamos ha sido inapreciable. Van agradecimientos espe-
con este tipo de fuente, fuera de los pocos casos ciales al Arqueólogo Idilio Santillana V., enton-
en los cuales se transcribió kiphu, razón por la ces estudiante de la Universidad de San Cristó-
que dependemos de las reconstrucciones deri- bal de Huamanga, que dirigió las excavaciones
vadas en gran parte de la documentación y la en el Conjunto VB5 y que preparó la versión
arqueología. Los datos obtenidos de esta mane- preliminar de la figura 2. También estoy agrade-
ra son difíciles e ineficaces de usar cuando se cido al Sr. Delfín Zúñiga y a la Sra. Jean Mohan,
contrastan con aquellos disponibles para los es- quienes colaboraron en la última versión de la
tudiosos de sociedades modernas. No obstante, figura 2.

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Craig Morris y J. Idilio Santillana Perspectiva arqueológica en la economía incaica

Finalmente, estamos en deuda con John V. Gayton, Anna Hadwich


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