Vous êtes sur la page 1sur 13

CRIATURAS DE DIOS E HIJOS DE DIOS

"¿Somos todos hijos de Dios, o solo los cristianos?"

Respuesta: La Biblia establece claramente, que toda la gente es creación de Dios (Colosenses 1:16), pero
que sólo aquellos que han nacido de nuevo son hijos de Dios (Juan 1:12; Juan 11:52; Romanos 8:16; 1
Juan 3:1-10).

En la Escritura, los que se pierden nunca son mencionados como hijos de Dios. Efesios 2:3 nos dice que
antes que fuéramos salvos, “éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” Romanos 9:8
dice que “…no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos según la
promesa son contados como descendientes.” En vez de haber nacido como hijos de Dios, nacimos en
pecado, el cual nos separa de Dios y nos sitúa al lado de Satanás como enemigos de Dios (Juan 8:43). Un
verso después, en Juan 8:44, Jesús dijo a los fariseos; “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los
deseos de vuestro padre queréis hacer…” El hecho de que aquellos que no son salvos no son hijos de Dios,
también puede verse en 1 Juan 3:10, “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo; todo
aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.”

Nos convertimos en hijos de Dios cuando somos salvos porque somos adoptados dentro de la familia de
Dios a través de nuestra relación con Jesucristo (Gálatas 4:5-6; Efesios 1:5). Esto puede verse claramente
en versos como Romanos 8:14-17. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son
hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que
habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre! El Espíritu mismo da
testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de
Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él
seamos glorificados.” Aquellos que son salvos son “…hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26)
porque Dios nos ha “…predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el
puro afecto de Su voluntad.” (Efesios 1:5)

"¿Cómo puedo ser un hijo de Dios?"

Respuesta: “Mas a todos los que le recibieron (a Jesús), a los que creen en Su nombre, les dio potestad de
ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
“Debes nacer de nuevo”

Cuando Jesús fue visitado por el líder religioso Nicodemo, Él no le aseguró el cielo de inmediato. En vez de
ello, Cristo dijo, “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de
Dios.” (Juan 3:3).

Cuando una persona nace físicamente, hereda la naturaleza de pecado como resultado de la
desobediencia de Adán en el Jardín del Edén. Nadie tiene que enseñar a un niño a mentir. Él por
naturaleza sigue sus propios deseos erróneos, que lo conducen a pecados tales como mentir, robar y
odiar. En lugar de ser un hijo de Dios, él es un hijo de ira y desobediencia.

“Y Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del
aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros
vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los
pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” (Efesios 2:1-3).

Como hijos de ira, merecemos estar separados de Dios en el infierno. Afortunadamente, el pasaje
continúa, “Pero Dios, que es rico en misericordia, por Su gran amor con que nos amó, aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).” (Efesios 2:4-5)

¿Cómo somos vivificados con Cristo / nacidos de nuevo / hechos hijos de Dios? ¡Debemos recibir a Jesús!

“Recibir a Jesús”

“Mas a todos los que le recibieron (a Jesús), a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios.” (Juan 1:12)

Este pasaje explica claramente cómo convertirnos en hijos de Dios. Debemos recibir a Jesús mediante la
fe en Él. ¿Qué debemos creer acerca de Jesús?

Primero, debemos reconocer que Jesús es el eterno Hijo de Dios quien se hizo hombre. Nació de la virgen
María, por el poder del Espíritu Santo. Jesús no heredó la naturaleza pecaminosa de Adán. Por esto, Él es
llamado el segundo Adán (1 Corintios 15:22). Mientras que la desobediencia de Adán trajo la maldición
del pecado sobre el mundo, la vida perfecta de Jesucristo puede cubrir nuestras vidas pecaminosas.
Nuestra respuesta a esto debe ser de arrepentimiento (volvernos del pecado), confiando en que Su vida
perfecta nos purifica.

Segundo, debemos tener fe en Jesús como nuestro Salvador. El plan de Dios era sacrificar a Su perfecto
Hijo en la cruz, para pagar el castigo que merecemos por nuestros pecados: la muerte. La muerte de
Cristo libra del castigo y del poder del pecado a aquellos que lo reciben.

Finalmente, debemos seguir a Jesús como nuestro Señor. Después de que Cristo resucitó victorioso sobre
el pecado y la muerte, Dios le confirió toda autoridad (Efesios 1:20-23). Jesús guía a aquellos que lo
reciben; pero Él juzgará a todos los que lo rechacen (Hechos 10:42).

Por la gracia que Dios nos da de arrepentirnos y tener fe en el Salvador y Señor, nacemos de nuevo a una
vida nueva como hijos de Dios. Solo aquellos que reciben a Jesús – no los que apenas saben de Él, sino los
que confían en Él para salvación, se someten a Él como su Amo y Señor, y lo aman como el supremo
tesoro – son hechos hijos de Dios.

“Llegar a ser un hijo de Dios”

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de
Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de
Dios.” (Juan 1:12-13)

Así como no tuvimos participación alguna en nuestro nacimiento natural, tampoco podemos lograr
nuestro nacimiento dentro de la familia de Dios, por medio de buenas obras o invocando la fe surgida de
nosotros. Como lo dicen los versos antes mencionados, Dios es el único que “tiene el derecho” de acuerdo
a su misericordiosa voluntad. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de
Dios.” (1 Juan 3:1). Por eso, el hijo de Dios no tiene nada de que enorgullecerse, sino solo gloriarse en el
Señor (Efesios 2:8-9).

Un hijo crece para parecerse a sus padres. De manera similar, Dios quiere que Sus hijos se vuelvan más y
más como Jesucristo. Aunque solo en el cielo podremos ser perfectos, un hijo de Dios no pecará
habitualmente y sin arrepentirse. “Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como Él es justo.
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo
de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado,
porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se
manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su
hermano, no es de Dios.” (1 Juan 3:7-10).

No nos equivoquemos; un hijo de Dios no puede ser “repudiado” por pecar. Pero alguien que “practica” el
pecado (por ej. que consistentemente disfruta el pecar sin hacer caso de seguir a Cristo y Su Palabra),
revela que nunca ha nacido de nuevo. Jesús dice de tal gente, “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y
los deseos de vuestro padre queréis hacer.” (Juan 8:44). Por otra parte, a los hijos de Dios ya no les atrae
la gratificación del pecado; sino el deseo de conocer, amar, y glorificar a su Padre.

La recompensa de ser hechos hijos de Dios es inmensurable. Como hijos de Dios, formamos parte de Su
familia (la iglesia), tenemos prometido un hogar en el cielo, y nos es dado el derecho de aproximarnos a
Dios en oración como nuestro Padre (Efesios 2:19; 1 Pedro 1:3-6; Romanos 8:15).

Responde al llamado de Dios a arrepentirte del pecado y a creer en Cristo. ¡Conviértete en un hijo de Dios
hoy mismo!

¿Ha hecho usted una decisión por Cristo, por lo que ha leído aquí? Si es así, por favor oprima la tecla “¡He
aceptado a Cristo hoy!”

¿SOMOS TODAS LAS PERSONAS HIJOS DE DIOS? – ¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

14 AGO , 2015

Print Friendly, PDF & EmailImprimir

juan-1-12

En este artículo analizaremos en la Escritura si realmente todas las personas son hijos de Dios como
algunas personas afirman.

El primer punto que queremos tocar es que todos fuimos creados por Dios:

Colosenses 1:16 “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la
tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue
creado por medio de él y para él.”
Apocalipsis 4:11 “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las
cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.”

Eso lo aclaramos porque hay personas que se olvidan o niegan que Dios sea su creador:

Deuteronomio 38:18 “De la Roca que te creó te olvidaste; Te has olvidado de Dios tu creador.”

Eclesiastés 12:1 “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y
lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;”

Muy bien conociendo que todos somos creados por Dios, es decir todos somos criaturas de Dios, la
pregunta sigue en pie ¿Todos somos hijos de Dios? La respuesta es NO, veamos:

Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios;”

A todos los que le recibieron y creen en su nombre son a los que se les da la potestad de ser hechos hijos
de Dios, precisamente esa es la palabra de fe que los cristianos predicamos:

Romanos 10:8-13 ”Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la
palabra de fe que predicamos: 9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia,
pero con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no
será avergonzado. 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos,
es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo. “

(Si no sabes qué es el nuevo nacimiento, te invitamos a leer el artículo titulado: El nuevo nacimiento –
¿Qué dice la Biblia? aquí)

Así es lo que creen y confiesan al Señor son los que son llamados hijos de Dios, los demás no porque:
Romanos 10:14 “ ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ”

Adicionalmente los que creen que Jesús es el Cristo es nacido de Dios y los que le aman guardan sus
mandamientos:

1 Juan 5:1-4 “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que
engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. 2 En esto conocemos que amamos a los hijos de
Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. 3 Pues este es el amor a Dios, que
guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 4 Porque todo lo que es nacido de
Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”

¿Cómo alguien que no cree va a guardar los mandamientos de Dios y ser llamado hijo? Dios ama a quien
guarda sus mandamientos:

Juan 14:21 “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será
amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.”

¿Si todos fueran hijos de Dios, entonces para qué necesitaríamos creer y guardar su Palabra? Los que no
creen en Jesús no han nacido de Dios, por tanto tampoco creerán ni guardarán sus mandamientos y Dios
ama a quien guarda sus mandamientos. Dios oye a quien es temeroso de Él y hace su voluntad, al que no,
no le oye:

Juan 9:31 “Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su
voluntad, a ése oye.”

Es evidente que hay una gran diferencia entre ser una criatura de Dios y ser un hijo de Dios. Si a pesar de
todo lo que hemos leído, aún crees que todos somos hijos de Dios te tenemos una pregunta:

¿Si todos fuéramos HIJOS de Dios, como algunos afirman, entonces por qué la Escritura habla de los hijos
de Dios y los hijos del diablo? Veamos:
Jesús hablando con los fariseos le dice que ellos son hijos del diablo, porque la voluntad del diablo hacen
y no la de Dios:

Juan 8:44-47 “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha
sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando
habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. 45 Y a mí, porque digo la verdad,
no me creéis. 46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros
no me creéis? 47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois
de Dios. ”

Los hijos del diablo hacen la voluntad del diablo y los hijos de Dios hacen la voluntad de Dios. Jesús llama
hermanos solo a los que hacen la voluntad de Dios:

Mateo 12:50 “Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi
hermano, y hermana, y madre.”

Hebreos 2:11-13 “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se
avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la
congregación te alabaré. m 13 Y otra vez: Yo confiaré en él. m Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios
me dio.”

La gran diferencia entre los hijos de Dios y las criaturas de Dios es que los hijos de Dios tienen al Espíritu
Santo morando en ellos:

1 Corintios 6:19 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el
cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”

El Espíritu Santo que mora en los que han nacido de nuevo es el que da testimonio que somos hijos de
Dios:

Romanos 8:16-19 “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si
hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente
con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del
tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19
Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. ”

El Espíritu Santo lo tienen solo los que son hijos de Dios:

Gálatas 4:5-6 “5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de
hijos. 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:
!!Abba, Padre! ”

De hecho la Escritura nos manda a los hijos a llevar el mensaje de salvación a las criaturas de Dios:

Mateo 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”

Para que todo aquella criatura que crea, sea una nueva criatura y se reconcilie con Dios pasando a ser un
hijo de Dios:

2 Corintios 5:14-21“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos,
luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel
que murió y resucitó por ellos. 16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según
la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo que si alguno
está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto
proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a
los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20 Así que, somos
embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de
Cristo: Reconciliaos con Dios. 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. ”

Conclusión

La Escritura es bastante clara haciendo la diferencia entre los que son hijos de Dios y los que no son hijos
de Dios, somos hechos hijos de Dios cuando creemos y hacemos su voluntad, quien no cree y no guarda
sus mandamientos entonces no es hijo de Dios porque no hace la voluntad del Padre, si no del diablo.
Una persona que no conoce el Evangelio no puede creer por eso los hijos somos llamados a ser luz en
medio del mundo:

Los hijos de Dios debemos ser luz del mundo:

Filipenses 2: 12-14“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia
solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. 14 Haced
todo sin murmuraciones y contiendas, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin
mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como
luminares en el mundo;”

¿Cuál es la Voluntad de Dios Para Nuestras Vidas?

¿Cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas?

Conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas es una de las cosas más importantes que debemos saber
si queremos tener gozo y vivir de la forma en que nacimos para hacerlo.

Eso es obvio, ¿no? Por eso muchos quieren conocerla y preguntan sobre ella. Con frecuencia recibo
correos como éste que recibí la semana pasada:

¡Hola Josué! ¿Cómo estás? Dios bendiga tu vida… Quisiera saber tu opinión sobre la voluntad de Dios.
Muchas personas llegan y te dicen “tal cosa es voluntad de Dios y tal no”, y la palabra de Dios me dice que
su voluntad es buena, agradable y perfecta, pero me gusta como hablas de la palabra y como argumentas,
entonces no sé si me das tu comentario al respecto por favor. ¡En serio te lo agradecería mucho!

Como es vital conocer cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas, hoy hablaré sobre ella de forma
breve, práctica y básica. ¿Me acompañas?

Algo importante sobre la voluntad de Dios para ti.

Antes de empezar, quiero decirte que debemos ser cuidadosos con nuestra motivación al querer conocer
la voluntad de Dios para nosotros.

Aunque Su Palabra revela todo lo que necesitamos saber, no nos dice cosas que, en nuestra ignorancia,
podemos creer (y a veces creemos) que son más importantes. “¿Me voy a casar el próximo año? ¿Este
negocio va a funcionar? ¿Qué pasará mañana?”
Dios quiere que camines en fe porque la fe lo glorifica a Él. La fe dice “Dios es grande, bueno y
maravilloso, y tiene todo bajo control” ¡y eso es cierto!

Hoy muchos gastan dinero en libros sobre cuál es la voluntad de Dios y cómo vivirla, acuden a “profetas”
para que les digan el futuro y por eso toman terribles decisiones, son estafados en congresos evangélicos
donde se les promete “revelación” de la voluntad de Dios… ¡Cuando ya Su Palabra dice cuál es Su
voluntad para nosotros!

“Lo que Dios quiere que sepas sobre Su voluntad para ti ya fue revelado en Su Palabra”

Lo que Dios quiere que sepas sobre Su voluntad para ti ya fue revelado en Su Palabra. Y su voluntad que
permanece secreta no contradice lo que Él reveló por la razón de que Él nunca miente, y tampoco
necesitamos saberla.

Veamos qué dice la Biblia.

Lee también: Hacer la voluntad de Dios es mejor que estar a la moda.

La voluntad decretada de Dios para nuestras vidas.

¿Qué es la voluntad decretiva o decretada de Dios?

Los teólogos llaman “voluntad decretada” o “voluntad decretiva”, a la voluntad que Dios ha decretado
desde antes de la fundación del mundo que sucederá y hará que pase a través de los medios que Él diga y
como Él diga (Por ejemplo, la crucifixión de Jesús).

Esta voluntad suele ser polémica porque muchos se preguntan hasta qué punto el hombre es responsable
de sus acciones, pero la verdad es que el hombre es 100% responsable de todo lo él que hace y decide.

Creo que una de las mayores necesidades (si no es la mayor) de todo cristiano es conocer la voluntad
decretada de Dios para nuestras vidas. Ella nos lleva a amar a Dios, vivir según sus mandamientos en
agradecimiento profundo, adorarlo cada día más, y a tener nuestra fe en Él en medio de todas nuestras
circunstancias ya que la vida en la tierra está llena de dificultades, entre muchas cosas más.
La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2)… pero muchas veces no parece serlo
para nosotros.

Como Dios es grande y nosotros pequeños, no solemos ver el cuadro completo de todo lo que sucede a
nuestro alrededor.

“Todos los días Dios está haciendo 10.000 cosas en tu vida y tú estás al tanto de dos o tres de ellas” —
John Piper.

La Biblia deja claro que la vida para los cristianos en la tierra no es color rosa (Romanos 8:17-18). Por eso
estoy en contra de la enseñanza de quienes predican que la voluntad de Dios es hacernos ricos, sanarnos
aquí en la tierra, que seamos “exitosos”, etc… Dios puede hacer todas esas cosas, y de hecho a veces las
hace, pero el hecho de que Él no las haga a algunos de sus hijos no significa que no los ame.

Podemos ver un resumen excelente de la voluntad decretada de Dios para nosotros en Romanos 8:26-29,
un vistazo al cuadro completo y qué es lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas:

“… el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los
corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los
santos.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”

“Nada de lo que pasa a nuestro alrededor se escapa de la voluntad de Dios”

Allí podemos ver que el principal propósito de Dios para nuestras vidas es hacernos como Cristo y todo lo
que Él hace en nuestras vidas es para eso y por eso nos ayuda a bien. Nada de lo que pasa a nuestro
alrededor se escapa de la voluntad de Dios porque Él lo decretó así.

En eso se resume la voluntad decretada de Dios revelada para quienes tienen a Cristo. Todo lo demás es
mera especulación y sacar versos de contexto. Especulación que, por cierto, le ha hecho mucho daño a la
iglesia y nos ha robado el gozo de entender que el evangelio es más que una vida bonita en la tierra.
Sin embargo, muchas veces estamos más interesados en ser expertos en la voluntad decretada de Dios o
en tratar de conocer los secretos de Dios, que en nuestra obediencia a lo que Él quiere que hagamos. EPIC
FAIL.

Ebook recomendado: Can I know God’s Will? de R.C. Sproul (GRATIS para Kindle)

La voluntad preceptiva de Dios para nosotros.

¿Qué es la voluntad preceptiva de Dios?

Los teólogos llaman “voluntad preceptiva” a los mandamientos de Dios para nosotros, a las cosas que son
Su voluntad que hagamos. Podemos decidir no hacerlas, y de hecho, con frecuencia no las hacemos. La
prueba de que somos salvos es que tenemos un deseo por hacer esas cosas para Su gloria.

Toda la voluntad preceptiva de Dios se resume varias veces en la Biblia de esta manera: “Ama a Dios y
ama a tu prójimo como a ti mismo”. Esto encierra muchísimo (Pista: Eso es MUCHO más que calentar una
silla los domingos en la mañana o trabajar en un ministerio algunos días a la semana)

En mi ebook “Conociendo a Dios every day” dedico todo un capítulo sobre el amor en la vida cristiana.
Puedes descargarlo como regalo aquí.

Con respecto a la voluntad preceptiva de Dios, John MacArthur da en el blanco cuando dice lo siguiente:

“Éxito no es sinónimo de prosperidad, poder, popularidad o cualquiera de las nociones mundanas de


éxito. El éxito verdadero consiste en hacer la voluntad de Dios, cueste lo que cueste”.

Una vez escuché que en vez de preguntarnos cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas, debemos
alinear nuestras vidas a la voluntad que Dios ya ha revelado. Y eso es muy cierto.Hay muchas cosas que
no sabemos y no conoceremos por ahora (¿Recuerdas lo que dije antes sobre vivir en fe?), pero lo que
Dios es, lo que nos ha dicho y lo que ha hecho, es más que suficiente para que lo amemos y confiemos en
Él todos los días.

La voluntad decretada que Dios reveló, cuando es recibida como lo que realmente es, es el originador y
catalizador de nuestro anhelo y búsqueda del cumplimiento en nuestras vidas de la voluntad preceptiva
de Dios.

“Conocer los decretos de Dios para nuestras vidas nos hace vivir según sus preceptos”
Conocer los decretos de Dios para nuestras vidas nos hace vivir según sus preceptos. Así de
transformadora es Su gracia. También nos libra del afán de querer conocer todos los detalles de lo que
viviremos durante el resto de nuestra estadía en la tierra. No necesitamos saber realmente que pasará
mañana cuando nuestro futuro eterno está más que asegurado.

Tanto la voluntad decretada de Dios como la voluntad preceptiva van de la mano en el presente y
debemos vivirlas. Una prueba de que eres cristiano es que buscas hacer la voluntad preceptiva confiando
en la gracia de Dios y teniendo tu gozo en la revelación de Su voluntad decretada a la vez que eres guiado
por Su Espíritu todos los días (Romanos 8:14).

Vous aimerez peut-être aussi