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La Gran Apuesta (The Big Short, 2015)

Introducción

La gran apuesta, película del director Adam McKay trata de un tema muy actual y
lo hace desde el punto de vista de unos tipos listos que estaban al tanto de todo y
que, gracias a su intuición, su falta de escrúpulos e incluso su atrevimiento,
estaban en el sitio y momento adecuado.

El tema es el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, en el año


2008, inicio de esa gran crisis económica mundial que aún persiste. El tema es
muy delicado y se plantea el dilema moral porque el éxito de algunos es el
fracaso y la ruina de otros muchos. Y ellos los que triunfan son conscientes de eso
en un momento dado.

Se podría decir que son personas que carecen de ética y moralidad

Desarrollo

La burbuja inmobiliaria y su posterior “explosión” debido a las grandes


especulaciones de inversionistas y aseguradoras hicieron que miles de personas
pierdan sus viviendas, que fueron hipotecadas; los responsables directos e
indirectos solo cobraron sus seguros y no salieron perjudicados. La ética y la moral
casi no existía en Wall Street y en todos los inversionistas que fueron participes de
la quiebra de muchos bancos; algunos de estos bancos se hundieron por su propia
irresponsabilidad. Incluso muchos de estos bancos eran internacionales y de los
más importantes del mundo.

Todos quieren ganar dinero, los buenos y los malos. La diferencia entre unos y otros
es quién tenía razón en la apuesta. El relato que se ha impuesto sobre esta crisis
apunta a que era todo cuestión de unos desalmados que no veían más allá de sus
bonus. Pero la codicia no se inventó en el año 2005, para colocar activos subprime
a incautos, ni desapareció con Lehman Brothers ni existe sólo en el sector bancario.
Para entender lo que ocurrió, hay que mirar un poco más allá de las explicaciones
sencillas.

Todo el mundo estaba convencido de que las subprime eran un negociazo y que el
mercado de la vivienda nunca quebraría. El mercado de derivados se multiplicó
alrededor de lo que muchos creyeron que era el sueño americano: el derecho de
todo ciudadano a tener una casa. Y no un derecho en abstracto (a comprarla) sino
concreto (a que alguien le prestara el dinero sí o sí).

¿Tienen los bancos que prestar más a todos sin mirar mucho sus credenciales o
son malos por prestar demasiado a gente que luego no podrá pagar?
No podemos clamar contra los bancos por no dar crédito a pymes y familias, y
además señalarlos por las subprime.

Por otra parte, ¿Fue Estafa?: las imágenes de trabajadores de Lehman Brothers
saliendo de su puesto de trabajo o las de los responsables de Goldman Sachs o
Morgan Stanley desesperados, mientras intentaban recomprar las opciones que
habían colocado en el mercado, son la mejor prueba de que no hubo un engaño
deliberado. En EUA, fueron las grandes firmas las que más pérdidas sufrieron. Una
de ellas (Lehman) desapareció.

Los banqueros que tomaron arriesgas apuestas en productos que ni siquiera ellos
entendían, tenían el peor de los incentivos: el convencimiento de que los políticos
utilizarían el dinero de otros para salvar a sus entidades, tal como lo dijo Mark Baum
“sabían que pasara lo que pasara ellos no perderían, "allí estaría el contribuyente"
para pagar la cuenta”. Y tenían razón.

Aunque no es cierto, que no hubiera consecuencias: hubo multas millonarias,


entidades quebradas, pocos de los consejeros de los bancos mantuvieron sus
puestos o sueldos. Y por cierto la mayoría de los clientes de las entidades que más
perdieron no eran precisamente clase media. Muchos de los que compraban
derivados de Lehman eran millonarios. Tampoco es verdad que estemos ante una
actividad desregulada. Pocos sectores hay más controlados, tienen más agencias
gubernamentales vigilando y más normativas.

Por ultimo cabe destacar que el desastre es tan enorme que parece capaz de
llevarse por delante el sistema capitalista. Nadie sabe realmente el tamaño del
agujero. Pero incluso a pesar de lo mal que se hicieron las cosas y a pesar de todos
los perjudicados, que fueron muchos, el mundo siguió creciendo año tras año. Sólo
en 2009, los cálculos oficiales hablan de un crecimiento global nulo. Desde
entonces, el PIB mundial se ha incrementado por encima del 3% año a año y
también EEUU es bastante más rico ahora que en 2007

Conclusión

La gran apuesta es una película agridulce. Una reflexión ácida sobre la quiebra del
sector inmobiliario norteamericano con toda la carga de problemas en cadena que
originó. En medio de ese apocalipsis anunciado, unos visionarios contemplan lo que
va a ocurrir y se las ingenian, con una gran audacia, para salvarse de la quema y
ganar dinero. No es nada edificante, así que, en realidad, son personas que parecen
simpáticas a fuerza de tratarlos y de oírlos comentar sus argucias. Y por ello
podemos decir que carecen en algún grado de ética y moralidad aunque nadie
puede ser cien por cien virtuoso en ese sentido así que no se puede juzgar de
manera imparcial. También podemos decir que los otros son peores, los grandes
inversionistas y los banqueros, pero ellos no se quedan atrás. La culpa está
repartida.

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