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México
2. Antecedentes de la estructura
socioeconómica de México: de la
revolución a la reconstrucción del país
Contexto socioeconómico de México
2. Antecedentes de la estructura socioeconómica
de México: de la revolución a la reconstrucción del país
Presentación de la unidad
¿Qué factores económicos, sociales y políticos dieron pie a esta situación? ¿Cuál es el
verdadero impacto de estos hechos en el siglo posterior? Esta y otras preguntas serán
contestadas a lo largo de la siguiente unidad.
Propósitos
Competencias a desarrollar
Contenidos de la unidad
Este era el ambiente que se vivía en el país a principios de 1900 y el nombre Francisco I.
Madero empezó a sonar en la vida política de México. En 1908 publicó su obra: “La
sucesión presidencial en 1910” en donde plasmó un estudio de la dictadura de Díaz y
planteó la necesidad de crear un partido independiente que lograra la efectividad del
sufragio y el triunfo del principio anti reeleccionista.
Díaz, por su parte, permitió que se crearan partidos y se postularan candidatos para
finalmente votar por un nuevo presidente. Madero aprovechó esta nueva posición de Díaz
y fue postulado como presidente del partido que fundó. Pero poco antes de las elecciones
de 1910, Madero fue encarcelado en Monterrey y posteriormente trasladado a San Luis
Este plan que subrayaba la máxima “sufragio efectivo, no Francisco I. Madero. Imagen
reelección” fue el estímulo para que la Revolución diera tomada de:
http://mexico.cnn.com/bicentenari
inicio.
o/2010/07/29/francisco-i-madero-
1873-1913
El primer brote se dio el 18 de noviembre cuando Aquiles Serdán, aliado de Madero y uno
de los principales líderes antirreleccionistas en México, fue asesinado. Posteriormente
La presión sobre Díaz creció a partir de 1902 con el posicionamiento del petróleo
mexicano como principal energético, en manos de los ingleses. Entre 1907 y 1908 la
situación se agravó, debido a la crisis mundial. Ello precipitó a la clase media urbana a
manifestarse en contra de Díaz y exigir su retiro. Díaz, aparentemente cediendo,
manifestó ante el presidente norteamericano William Howard Taft que no participaría en
las elecciones, sin embargo acabó reeligiéndose en julio de 1910.
Sería demasiado extenso recoger cada uno de los factores que influyeron en el inicio de
la revolución mexicana, así que de manera sintética, mencionaremos los siguientes
aspectos.
La inversión de fuertes capitales extranjeros se hizo a costa de explotar todas las riquezas
naturales. La explotación a la que se sometió a los peones en las haciendas, las minas y
las construcciones, y a los obreros y artesanos en las fábricas fue determinante en la
consecución de la lucha armada. Hacia 1910 el porcentaje de familias sin tierras
representaba el 96.9 % de la población total del país.
Para dar impulso y vigor al partido y a la Convención, Francisco I. Madero realizó una gira
por algunos Estados de la Nación, lo que logró despertar entusiasmo en algunos y
aumentó el número de integrantes de la Convención. Una vez instalada plenamente, se
puso a discusión el tema de las elecciones y se resolvió presentar como candidato a la
Presidencia de la República a Francisco I. Madero, y como candidato a la Vicepresidencia
a Francisco Vázquez Gómez, antiguo médico de Porfirio Díaz, de quién se había
distanciado políticamente para entonces. Al mismo tiempo que se lanzaba esa fórmula de
Madero-Vázquez Gómez, los convencionistas elaboraron un programa que iba a servir
como bandera de lucha, y en la cual los principios de “no reelección” del Presidente y de
los Gobernadores, y de “Sufragio efectivo”, eran esenciales.
EL GOBIERNO DE MADERO
Grupos revolucionarios
Las tropas constitucionalistas, formadas por campesinos y gentes del pueblo, derrotaron
al Ejército federal por todo el territorio nacional: Villa ocupó Chihuahua y Durango con la
División del Norte; Obregón venció en Sonora, Sinaloa y Jalisco con el Cuerpo de Ejército
del Noroeste; y Estados Unidos, tomando partido por los oponentes a Huerta, hizo
desembarcar su infantería de Marina en Veracruz el 21 de abril de 1914. Después del
triunfo constitucionalista en Zacatecas el 24 de junio de ese mismo año y la ocupación de
Querétaro, Guanajuato y Guadalajara, Huerta presentó la dimisión el 15 de julio siguiente
y salió del país. En el Tratado de Teoloyucan se acordó la disolución del Ejército federal y
la entrada de los constitucionalistas en la capital, que se produjo el 15 de agosto de 1914.
Aunque las fuerzas campesinas de Villa y Zapata ocupan la capital, ante su falta de
perspectivas y de programas son incapaces de constituir un gobierno y lo abandonan en
enero de 1915. Los constitucionalistas se apropian de la bandera obrera y campesina,
surgiendo el presunto “pacto de la clase obrera” y el gobierno.
Esta convención no tuvo peso militar, pero si alcanzó gran proyección ideológica, pues de
ella se derivó la forma que habría de adoptar el México emanado de la revolución.
Además, los dos ejércitos revolucionarios, mayoritariamente campesinos, trataron de
superar sus diferencias y definieron un proyecto político que lograría el consenso de los
mexicanos. Si se considera que en ese tiempo la inmensa mayoría de la sociedad
mexicana era pobre, rural y campesina, el proyecto apuntaba a un gran éxito como más
tarde se constataría en algunas de las partes que se recuperaron para insertarse en la
Constitución de 1917.
PRESIDENCIA DE CARRANZA
Los liberales moderados de corte menos beligerante que los primeros y que proponían
también cambios radicales pero sin entrar en conflicto con los intereses de la Iglesia y los
sectores acaudalados del país. Los conservadores que querían que los cambios
propuestos en dicho congreso fueran más bien cosméticos sin afectar a los intereses de
ningún grupo importante.
La extracción social de los constituyentes fue heterogénea pues había civiles, militares,
profesionistas, mineros, negociantes, poetas, periodistas, rancheros, profesores,
trabajadores, etc., todos ellos sesionaron del 1 de diciembre de 1916 al 31 de enero
de 1917 en la ciudad de Querétaro.
El proceso no fue fácil por las distintas posturas ideológicas representadas ahí,
prevaleciendo la tendencia liberal moderada.
A finales de 1919, el ambiente volvió a enrarecerse ante la proximidad de la sucesión
presidencial. Carranza y su grupo de liberales moderados impusieron a un civil casi
desconocido para contender por la presidencia de la república que era embajador en
Washington, Ignacio Bonilla, mientras que el grupo liberal radical encabezado por
Obregón postulaba a su caudillo basándose en su prestigio y en su reciente oposición a
Carranza.
No obstante, fue hasta abril de 1920 que Obregón publicó el Plan de Agua Prieta donde
desconocía a Carranza, se adhería a la Constitución de 1917 y designaba como
presidente provisional a Adolfo de la Huerta.
Con esto, se cerraba otro capítulo de la Revolución Mexicana, quizá el más álgido, pues
se caracterizó por la violencia, la destrucción y por los altos costos sociales pero también
permitió que se pusieran los cimientos de un México menos injusto. Ese papel le habría
de tocar al grupo sonorense que gobernó al país hasta 1934.
Las revueltas del ejército en 1923, 1927 y 1929, se caracterizaron por la ausencia de un
programa definido, de corte progresista. Más bien dieron muestras de confusión y
orientaciones reaccionarias, y pusieron de relieve los vínculos que había entre un gran
número de generales y los intereses de los hacendados. La rebelión encabezada por de
la Huerta contó con el apoyo evidente de los latifundistas que aprovecharon la situación
para liquidar a dirigentes populares como Carrillo Puerto y a líderes agraristas en distintas
partes del país.
En defensa del huertismo participaron dos ilustres sinaloenses; Rafael Buelna Tenorio
quien perdiera la vida durante la toma de la plaza de Morelia un 23 de enero de 1924.
El otro fue Salvador Alvarado quien en 1923 defendió la plaza de Ocotlán Jalisco,
derrotado, abandonó el país por el puerto de Manzanillo, desembarcando en San
Francisco. Regresó a México al año siguiente por invitación de su amigo Adolfo de la
Huerta y se hizo cargo del movimiento insurrecto en el sureste. Pero las operaciones
militares fracasaron, se dirigió a Guatemala con un pequeño grupo de seguidores pero fue
interceptado en el rancho “El hormiguero”. Salvador Alvarado murió fusilado en dicho
lugar el 10 de junio de 1924, sin habérsele formado causa. Las órdenes de su ejecución
fueron cumplidas por su captor, un capitán subordinado del general obregonista Federico
Aparicio.
El general Ángel Flores nació en Culiacán Sin., fue gobernador de su estado (1920-
1924), pionero en la irrigación en Sinaloa a él se le acredita la construcción del canal
“Rosales” con el cual cobró auge la agricultura en el valle de Culiacán. En 1924 lanzó su
candidatura a la presidencia de la República, perdió ante Plutarco Elías Calles. Pobre y
decepcionado de la política se retiró de la vida pública.
Calles ganó la elección presidencial. No tuvo un rival fuerte; el general Ángel Flores le
disputó la presidencia sin muchas posibilidades reales.
Política agraria. Coincidente con Obregón en sus ideas sobre el problema agrario, Calles
no confiaba en el ejido y apoyaba la formación de la pequeña propiedad y la
modernización del latifundio. En consecuencia, estableció en 1925 la parcelación
individual obligatoria de los ejidos afirmando que de esta manera se obtenían las ventajas
de la pequeña propiedad y se fijaba al campesino a su parcela de cultivo. La Ley Bassols
promulgada en 1927 aumentaba los requisitos jurídicos para entrar en posesión de la
tierra. Esto les daba armas jurídicas a los propietarios para obstaculizar el trámite agrario
al establecer un juicio administrativo agrario. Casi todos los campesinos estaban
imposibilitados para seguir un proceso semejante. Dicha situación contribuía a legalizar el
despojo de las tierras de los campesinos. Fueron tales los abusos al amparo de esta ley
que fue derogada en 1931.
Asimismo, creó el Banco Nacional de Crédito Agrícola y los bancos de crédito ejidal.
Estas instituciones poco beneficiaron a los ejidatarios, que eran considerados como
sujetos de crédito de segunda, y sí contribuyeron a enriquecer a los funcionarios
gubernamentales, a sus parientes y amigos.
Entre 1925 y 1932, la superficie total sembrada fue alrededor de 6 millones de hectáreas.
Los principales productos de consumo interno fueron maíz, frijol y trigo; y, para la
exportación, el henequén y el algodón.
Calles repartió cerca de tres millones de hectáreas a casi 300 mil campesinos.
Alcanzar estos cuatro objetivos le dio mucho prestigio al gobierno callista y sentó las
bases de una estructura financiera más sólida.
Reforma del ejército. El Secretario de Guerra, general Joaquín Amaro, emprendió una
profunda reforma del ejército por instrucciones de Calles.
En términos generales, se dio un paso importante para lograr la subordinación del ejército
al gobierno, ganando con ello en estabilidad política.
Política exterior. Los convenios de Bucareli (que buscaran canalizar las exigencias los
estadounidenses por presuntos daños causados a sus bienes por guerras internas durante el
período comprendido entre 1910 y 1921) nunca tuvieron validez legal. Las cuestiones que
se trataron ahí quedaron en pie y volvieron a presentarse durante el gobierno de Calles.
En sus dos primeros años los conflictos y las tensiones con el gobierno norteamericano
fueron constantes. Los Estados Unidos pretendían obtener seguridades para las
posesiones petrolíferas de sus monopolios y para los latifundios de sus naciones;
deseaban que no se les aplicara el artículo 27 constitucional.
R. Sheffield por Dwight W. Morrow. Este diplomático tuvo la habilidad de cambiar el clima
de tensión y amenazas y logró un acuerdo para preservar los intereses de los monopolios
petroleros. Por instrucciones de Calles, la Suprema Corte de Justicia emitió una decisión
mediante la cual el artículo 27 no tenía un carácter retroactivo.
El conflicto cristero fue el resultado del choque de dos fuerzas, el Estado y el clero
católico, que pretendían dominar a la sociedad. Se enfrentaban en el terreno educativo,
agrario y obrero. Ambas instituciones tenían intereses divergentes en estos terrenos. El
conflicto fue el resultado de sus discrepancias y de la lucha por sobreponerse una fuerza
a la otra. Se llegó a él por medio de una escalada de medidas de presión que
desembocaron en la guerra civil en la cual fueron perjudicados los campesinos de las
regiones más involucradas en la lucha.
A los actos de culto externo prohibidos por la Constitución, realizados en enero de 1923
con motivo de la construcción del monumento a Cristo Rey en el Cerro del Cubilete, el
gobierno de Obregón tomó represalias expulsando al representante del Papa. Surgió
entonces la Asociación Católica de Jóvenes Mexicanos (ACJM). Después, en 1925, el
gobierno aliado con la CROM intentó formar una iglesia Católica “mexicana”, expulsó a
sacerdotes extranjeros y aplicó con rigor las leyes que afectaban al clero. En 1926, se
reprodujo una declaración hecha en 1917 por el arzobispo José Mora y del Río contra la
Constitución. En respuesta, el gobierno desterró a unos 200 sacerdotes extranjeros, cerró
escuelas y conventos. Se formó La Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa
(LNDLR) que llamó a un boicot contra el gobierno. A esto respondió el Estado aplicando
más severamente el control sobre los sacerdotes. El clero se jugó una carta fundamental
cuando decidió suspender el culto el 31 de julio de 1926.
La LNDLR, cuya dirección estaba constituida por profesionistas urbanos, llamó a las
armas, confiando en que tenía la promesa de apoyo de los monopolios petroleros
norteamericanos reñidos entonces con el gobierno de Calles. Para los campesinos, la
suspensión de cultos fue severa, si a esto se agrega que no habían recibido ningún
beneficio de la revolución y que la entrega de tierras tal y como la llevaba a cabo el
gobierno significaba subordinarse a su control; se comprende entonces la fuerza que tuvo
el levantamiento.
Aunque oficialmente el clero no apoyó la rebelión cristera, esta concluyó entre otras
razones, por la intervención del embajador norteamericano Morrow ante el Vaticano.
Gracias a esto se iniciaron negociaciones que concluyeron con los Acuerdos de 1929.
Conforme a ellos nada cambió en la legislación: el clero se comprometió a reanudar el
culto religioso y el gobierno a ser más tolerante en la aplicación de las leyes. El triunfo del
gobierno fue total, pues no cedió en nada y obtuvo la solución de un problema que no
podía resolver con la fuerza de las armas.
Política interna. A diferencia de Obregón que se apoyó sobre todo en los partidos
agraristas. Calles se sustentó en el apoyo de la CROM, incluso a su principal dirigente lo
nombró Secretario de Industria, Comercio y Trabajo. A fines de 1926, ante el inminente
cambio presidencial, Obregón decidió postularse para la reelección. Contaba para lograr
su objetivo con el apoyo de la inmensa mayoría del ejército y su prestigio de caudillo.
Calles, sin mucho convencimiento, aceptó proponer la modificación de la Constitución
para permitir que por una vez no consecutiva pudiera reelegirse un presidente.
Desde luego que hubo oposición. Luis N. Morones que aspiraba a la presidencia hizo que
la CROM se opusiera, aunque finalmente y de mala gana apoyara a Obregón. Más grave
fue el rechazo de los generales Francisco R. Serrano y Arnulfo R. Gómez. Ambos se
consideraban con méritos suficientes para suceder a Calles y ante el anuncio de la
reelección de Obregón manifestaron su descontento y sus intenciones de sublevarse. No
fueron muy lejos, Serrano y un grupo de sus partidarios fue detenido en Cuernavaca y
cuando eran trasladados a la capital, fusilados en Huitzilac, Mor. El 2 de octubre de 1927.
Arnulfo R. Gómez se levantó en armas en Oaxaca, derrotado rápidamente, fue capturado
y fusilado el 5 de noviembre del mismo año.
Ya sin oposición real, Obregón no tuvo ningún problema para ganar las elecciones. Sin
embargo, declarado presidente electo no llegó a tomar posesión, pues fue asesinado por
José León Toral, un joven católico enemigo del régimen, el 17 de julio de 1928. Su muerte
sumió en una gravísima crisis al grupo gobernante. Los seguidores de Obregón
sospechaban que Calles era el autor intelectual del crimen; el país estaba nuevamente al
borde de una guerra civil. Para evitarla, Calles cedió a todas las demandas de los
generales obregonista, les entregó la jefatura de policía del D.F., anunció públicamente su
intención de no reelegirse y de acuerdo con los generales obregonista, nombró presidente
interino a Emilio Portes Gil.
En su último informe presidencial Calles planteó una cuestión vital para la vida del país, la
necesidad de no depender de sus caudillos y pasar de la etapa en la cual éstos
dominaban a la etapa institucional.
Su propuesta era esencial: establecer mecanismos pacíficos para repartir el poder entre la
nueva clase gobernante, para evitar que toda sucesión presidencial provocara un
alzamiento armado. Pasando a los hechos, Calles convocó a la fundación de un partido
nacional que agrupara a todas las fuerzas políticas que integraban a la “familia
revolucionaria”.
A la convocatoria de Calles acudieron más de 800 “partidos” Logotipo del Partido Nacional
regionales. La fundación del PNR fue fruto de una coalición de Revolucionario. Imagen
las facciones pos revolucionarias que estaban de acuerdo con tomada de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Par
dirimir sus diferencias en su seno. Su primer acto fue designar
tido_Nacional_Revolucionario
a Pascual Ortiz Rubio como candidato a la presidencia. #mediaviewer/
Se trataba de un partido oficial, del gobierno, que contaba con todos los recursos políticos
y financieros de éste; no se trataba de un partido que naciera sin recursos o para
conquistar el poder, era un partido que se formaba para conservar el poder utilizando la
ventaja de ser el partido del gobierno. Esto sentó las bases para distorsionar la vida
democrática del país en las décadas siguientes aplicación de las leyes. El triunfo del
gobierno fue total, pues no cedió en nada y obtuvo la solución de un problema que no
podía resolver con la fuerza de las armas.
El “maximato”
Álvaro Obregón fue reelecto en 1928 sin mayor problema, ya no para un cuatrienio, sino
para un sexenio, pero sus planes se vieron frustrados, ya que fue asesinado por un
fanático religioso –José León Toral– que lo hacía responsable de la Guerra Cristera
contra la Iglesia Católica en julio de 1928. A la muerte del último caudillo, Calles quedó
como Jefe Máximo de la familia revolucionaria y continuó la obra de reconstrucción
nacional que había iniciado por su cuenta en el cuatrienio que le tocó presidir. Sin
embargo, al concluir su periodo presidencial se vio imposibilitado para continuar en el
cargo y –en su calidad de Jefe Máximo– impuso a los siguientes tres presidentes de la
república en un capítulo conocido como el maximato. Durante esta etapa, la política
mexicana se caracterizó por una dualidad de poderes mucho más marcada que en la
etapa anterior, cuando Obregón siguió participando en la escena política aunque Calles
fuera el presidente. En el periodo de 1928 a 1934 la influencia de Calles sobre el
presidente en turno fue decisiva, y casi podría decirse que constituyó una continuación de
su mandato con mayor libertad, pues él era en realidad el último caudillo.
El primer gobernante del maximato fue Emilio Cándido Portes Gil, tamaulipeco que ocupó
la presidencia interina de diciembre de 1928 a 1930, ya que Obregón había sido
asesinado. La principal encomienda que recibió fue concretar el proyecto político de
Calles que, en aquellos años, no tenía más objetivo que modernizar al país, es decir, el
desarrollo de la economía capitalista; lo que implicaba la consolidación del Estado
mexicano. El mismo día que asumió la presidencia, el Comité Organizador del Partido
Nacional Revolucionario convocó a todos los partidos a una Convención Constituyente en
la que se discutieron el programa del partido, la designación de un candidato a la
presidencia, y el nombramiento del Comité Directivo del PNR. Obviamente, la dirección de
dicho partido recayó en Calles.
Los aspectos específicos que definieron al naciente partido estaban orientados hacia la
educación, industrialización, agricultura y hacienda, todos ellos enmarcados en una
retórica constitucionalista, nacionalista, agrarista y obrerista, con lo cual se buscaban
objetivos que consideraban prioritario el desarrollo económico nacional. Pero, además,
debía garantizar que la transmisión de poderes se efectuara pacíficamente para evitar el
riesgo de una nueva guerra civil. Con esa intención, Portes Gil mandó a llamar a Pascual
Ortiz Rubio para ocupar el cargo de Secretario de Gobernación para, posteriormente,
nombrarlo candidato a la presidencia de la república. Esta designación tenía muchas
ventajas, pues Ortiz Rubio se había desempeñado seis años como embajador en Brasil y,
por lo tanto, no tenía conexiones políticas ni militares que pusieran en riesgo el proyecto
de Calles, además de que tenía fama de una honestidad a toda prueba. No obstante,
existían algunos generales que desconfiaban de Calles, pues lo consideraban el traidor
que ordenó el asesinato de Obregón; así se protagonizó la última rebelión armada
encabezada por el general José Gonzalo Escobar, quien lanzó el Plan de Hermosillo, el
cual –básicamente– desconocía a Calles. Para apaciguar la rebelión, se designó al mismo
Calles como secretario de Guerra y Marina, lo cual le dio la oportunidad, no sólo de
vencerlo por la vía de las armas, sino, además, de deshacerse de todos los generales de
cuya lealtad no estaba seguro. Para ese momento ya se venía gestando la candidatura de
Pascual Ortiz Rubio, sólo opacada por la intención de Vasconcelos de contender en la
lucha electoral por medio de la promulgación del Plan de Guaymas, que buscaba
moralizar la vida de la nación. Sin embargo, además de grupos estudiantiles y algunos
intelectuales, nadie más apoyó al ex Secretario de Educación, así que Ortiz Rubio resultó
vencedor con una amplia mayoría.
Abelardo Luján Rodríguez sustituyó a Ortiz Rubio en 1932, y habría de gobernar hasta el
término de ese periodo constitucional en 1934. A diferencia de su antecesor, tuvo buen
cuidado de no oponerse a la tutela de Calles, y como consecuencia, su obra
administrativa resultó ser más efectiva, pues resultaba obvio que existía una gran
cohesión entre ambos. Como resultado de ésta tuvo continuidad el proceso de
consolidación institucional.
había forjado una importante imagen desde su posición como gobernador de Michoacán.
Otro de los puntos sustantivos a tratar en la Convención era establecer un mandato
sexenal y, por primera vez, un programa de transformación nacional que contemplaba
aspectos económicos, agrarios, de política obrera, de salud pública y de educación. En
medio de estas discusiones también se gestaba la reestructuración del partido oficial, que
dejaría de ser una confederación de grupos regionales para convertirse en el partido
nacional ideado por Calles. La era de las instituciones había comenzado.
Rodríguez tuvo que enfrentar las presiones del gobierno de Estados Unidos y del Comité
Internacional de Banqueros, quienes estaban interesados en cobrar los empréstitos que
México había solicitado, así como en beneficiarse del petróleo que tantas molestias le
había causado al gobierno norteamericano, a pesar de que aún no entraba en vigor el
Artículo 27. Las empresas petroleras extranjeras presionaban tanto al gobierno de
México que éste decidió crear una compañía que compitiera con ellas y las obligara a
atender la demanda local. Así nació, en 1934, Petróleos de México, S.A., con capital
exclusivamente mexicano. Otro de los grandes problemas nacionales ya desde entonces
era el de los trabajadores mexicanos emigrados a Estados Unidos que, estando el país
vecino en plena recesión económica, eran rechazados y expulsados a México. Se puede
afirmar que la política exterior mexicana atravesó por uno de sus momentos estelares con
la implantación de la Doctrina Estrada, sustentada por el canciller mexicano Genaro
Estrada, quien reafirmaba la posición nacionalista mexicana y se oponía al injerencismo
estadounidense. Con esto, México buscaba afianzar sus relaciones con los países
latinoamericanos.
En lo que respecta a la economía, durante este periodo puede afirmarse que nuestro país
continuaba siendo eminentemente agrícola, con las enormes diferencias entre el
desarrollo del norte, que se había beneficiado de las grandes obras de irrigación
realizadas por el gobierno, y el abandono del sur, donde había más población que
continuaba en condiciones semejantes a las del porfirismo. La altamente tecnificada
producción norteña se encontraba en manos extranjeras, lo mismo que la minería y la
extracción de hidrocarburos. Esto contrastaba con la situación del sur, en que la
producción agrícola y minera, así como de cultivos tradicionales, siguieron siendo de
subsistencia o, en el mejor de los casos, para exportación. Por aquellos años comenzó a
crecer la industria eléctrica como una necesidad del incipiente desarrollo industrial; sin
embargo, como era frecuente, se encontraba en manos extranjeras. En este caso se tomó
una medida similar a la del petróleo, al crear en 1933 la Comisión Federal de Electricidad.
A través de estos tímidos intentos, el gobierno de México pretendía “neutralizar” el poder
que había cobrado la industria en manos de extranjeros y la consecuente dependencia
que ello significaba.
En relación con la educación, el primer evento importante ocurrido en este periodo fue el
decreto de autonomía de la Universidad Nacional de México en julio de 1929. Otro suceso
relevante fue la adopción del laicismo absoluto que impuso Narciso Bassols a la
enseñanza primaria. También es indispensable mencionar que la educación, sobre todo la
rural, se multiplicó por todo el país, pues se creía que era el único medio para lograr la tan
ansiada modernización de México.
La crisis de 1929
En octubre de 1929 estalló en los Estados Unidos una gravísima crisis económica que
hundió el precio de las acciones cotizadas en la Bolsa de Valores de Nueva York, paralizó
la industria y arrojó al desempleo a millones de trabajadores.
La crisis se extendió a todo el mundo capitalista con mayor o menor grado de intensidad,
dependiendo de las condiciones internas de cada país. En Alemania, por ejemplo, sus
efectos fueron devastadores y le abrieron el camino del poder a Adolfo Hitler.
Nacional Bruto (PNB) que desde 1921 iba en aumento, dejó de crecer a partir de 1926 y
durante los tres años siguientes se estancó y tuvo una leve reducción.
Disminuyeron los ingresos del gobierno por exportación del petróleo, en parte porque las
compañías presionaban para evitar la aplicación del artículo 27 constitucional y la
legislación petrolera, en parte por la incorporación de Venezuela a la producción mundial
de petróleo.
Con la crisis del 29 aumentó el desempleo en México, disminuyeron los salarios reales y
los ingresos del Estado.
En la agricultura disminuyeron las exportaciones agrícolas en casi 50%. Los sectores
tradicionales de la agricultura fueron menos afectados por la crisis debido a que sus
nexos con el mercado mundial eran muy endebles.
de la población. Esta crisis afectó en forma grave a la economía. El PIB se redujo entre
1929 y 1932 un 16%; el producto agrícola descendió 30% entre 1929 y 1933.
1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 Promedio
Arroz - - - -9.6 - 21.6 22.0 22.2 20.7 24.0 1.5
patay 12.5 36.5 24.1 12.6
Azúcar -4.1 -4.1 - - - - 32.9 5.4 31.4 25.0 -0.4
13.9 14.0 18.3 44.4
Algodón 43.9 - 45.8 - - 65.1 16.9 -2.6 0.9 - 6.3
20.0 26.8 48.6 11.6
Café - 15.9 - 5.5 -3.3 -3.4 -5.0 - 33.6 8.9 -0.7
3.6 18.6 36.9
Frijol - - - -8.1 -0.6 16.7 2.9 18.9 -1.9 7.5 -2.9
15.9 19.6 14.3
a) b) c)
La fuerza del PNR que El apoyo del ejército ahora El control ejercido por los
permite a Calles centralizar depurado tras la rebelión callistas en el Congreso,
la política nacional, escobarista, que dio a que permitió a Calles
situación que aprovecha Calles la oportunidad de contrarrestar a grupos
para seleccionar a los deshacerse de aquellos opositores, así como
candidatos más idóneos a militares colocados en presionar y debilitar al
sus propósitos (sin fuerza puestos claves de quienes presidente en turno,
política) y poderlos manejar dudaba de su lealtad. estableciendo la diarquía
que caracterizó a este
período.
Estos factores permiten entender el origen de la fuerza adquirida por Calles para
establecer el control sobre la vida política nacional. Además nos permite entender el
desinterés por los problemas sociales, lo cual se manifiesta en la actitud conservadora
que asumió ante los problemas planteados por las masas trabajadoras.
Mientras Calles gobernó, ya fuera como presidente o como “jefe máximo”, el gobierno
realizó una campaña intensa por promover el nacionalismo entre la población y desterrar
concepciones vinculadas con el Porfirismo y el clericalismo. El terreno educativo fue
escenario de la lucha entre el clero y el gobierno. Para el gobierno se trataba de una
cuestión casi de vida o muerte. En el llamado “grito de Guadalajara” del 20 de julio de
1934, Calles declaró que la revolución debería de establecer un firme control de la mente
de la juventud.
Era un paso anticlerical que si bien respondía a las inquietudes de amplios sectores
magisteriales de contar con una ideología más definida y enfrentar la propaganda de la
iglesia, también le servía al maximato callista para hacer demagogia y disfrazar su política
anti agrarista y de conciliación con el capital extranjero.
Movimiento obrero
fines de 1926 y principios de 1927 fue una de las luchas independientes más importantes
de esos años.
Designado Secretario de Industria, Comercio y Trabajo por Calles, Morones encaminó sus
esfuerzos a evitar las huelgas y combatir a sus enemigos: el clero, las otras centrales
obreras y los sindicatos independientes. Para consolidar su poder, colocó en puestos
clave de los tribunales del trabajo a personas incondicionales de la CROM. El grado de
corrupción alcanzado por esta burocracia sindical era enorme y su fuerza política
importante. Morones creyó que podía ocupar la presidencia después de Calles, que era
su amigo personal, pero no contaba con la fuerza del caudillismo en el ejército y fracasó
en su intento. Al oponerse a Obregón había sellado su derrota política definitiva.
Muchos fueron los que pensaron que la mano de Morones estaba detrás del asesinato de
Obregón. Acosado por los obregonistas, Calles se desligó de la CROM y el presidente
Portes Gil destituyó a Morones e inició una depuración de cromistas del gobierno.
A partir de ese momento la declinación de la CROM fue inevitable. De sus filas fueron
saliendo distintos grupos: el de Fidel Velázquez y sus amigos, el de Vicente Lombardo
Toledano y otros. Lombardo Toledano fundó en 1931 la Confederación General de
Obreros y Campesinos de México (CGOCM), que pronto se convirtió en un serio rival de
lo que quedaba de la CROM.
Por otro lado, la lucha de los sectores más importantes de la clase obrera se reanimó:
ferrocarrileros, electricistas, petroleros, mineros, casi todos estos destacamentos se
orientaron a formar grandes sindicatos nacionales de industria que comprendían a los
trabajadores de toda una rama productiva a nivel nacional. Obviamente, estos sindicatos
poseían una fuerza muy superior a los sindicatos de empresa.
Por su parte la CGT se mantuvo al margen de la política electoral; dirigió algunas luchas
importantes, como la de los tranviarios del D.F. en 1925; y se benefició del ingreso a sus
filas de algunos sindicatos que abandonaron la CROM. En la década de los 30 abandonó
su filiación anarquista y de no colaboración con el Estado.
Los militantes del PCM fundaron en 1929 la Confederación Sindical Unitaria de México
(CSUM).
Uno de los efectos sociales de la crisis del 29 fue la reanimación del movimiento obrero,
que aunada a la pérdida del favor oficial de la CROM, propició un auge importante en los
años 30.
Casi al mismo tiempo, otro sector intentó ganar a la LNC para que ingresara al PNR.
Fracasó en su intento de subordinarla al partido del gobierno, pero logró arrebatarle otra
fracción de campesinos.
Debilitados, los sectores más radicales del agrarismo sufrieron severos ataques del
gobierno. En Veracruz se desarmó a los campesinos de la LNC, dando margen a una
represión por parte de las guardias blancas de los hacendados.
Para ese mismo año, el total de tierras repartidas era de casi 6 millones de hectáreas, y
cuatro años más tarde había ascendido solamente a 7.7 millones de hectáreas, apenas el
15% de la tierra cultivable.
Faltaban 70 mil comunidades campesinas por recibir los beneficios del agrarismo. De ahí
la inquietud prevaleciente en el medio rural, la lucha constante por la tierra y la falta de
control político del gobierno sobre grandes contingentes del campesinado.
Ante los problemas suscitados por la crisis económica mundial, la inquietud campesina y
la lucha por la candidatura presidencial dentro del PNR, se fundó en 1933 la
Confederación Campesina Mexicana (CCM) por parte de dirigentes campesinos, políticos
y caciques que apoyaban la candidatura de Lázaro Cárdenas. Entre los primeros
participaron Graciano Sánchez, Enrique Flores Magón, de los segundos estuvieron Emilio
Portes Gil, Saturnino Cedillo, Saturnino Osornio, y otros más.
El dominio de Calles no fue absoluto durante esos años, lo que le permitió ejercerlo fue
que supo controlar el recién creado Partido Nacional Revolucionario (PNR) y conciliar los
diferentes intereses en su interior, como lo hizo con la candidatura de Lázaro Cárdenas en
la cual tuvo que ceder a las tendencias de las organizaciones campesinas que
respaldaron su postulación.
Fue el 12 de junio de ese año cuando apareció en la prensa un escrito hecho por el
senador Ezequiel Padilla donde transcribió las declaraciones que había hecho el general
Calles unos días antes cuando había sido visitado por él y otros senadores. En ellas
censuró las divisiones al interior del partido, refiriéndose específicamente al ala de
El periódico El Nacional, órgano oficial del PNR, no publicó la entrevista ya que un día
antes Matías Ramos presidente del comité ejecutivo del partido le mostró el escrito a
Froylán C. Manjarrez (director del informativo) para que lo publicara y éste, al conocer el
contenido, notificó a Cárdenas quien pidió enseguida la renuncia a Ramos.
Ese mismo día Cárdenas pidió la renuncia de todos los miembros de su gabinete y el 17
del mismo mes integró uno nuevo sin elementos del callismo y con Emilio Portes Gil en la
presidencia del Comité Ejecutivo del PNR.
cuando partió rumbo a Mazatlán, Sinaloa, para después dirigirse a Los Ángeles,
California.
En los meses siguientes, el conflicto permaneció, aunque con menos intensidad, hasta el
11 septiembre de 1935, cuando se registró una balacera en la Cámara de Diputados en la
que murieron dos legisladores de filiación cardenista Manuel Martínez Valadez y Luis
Méndez (3), por lo que al día siguiente se desaforó a 17 diputados callistas.
.
El conflicto se reavivó con el regreso de Calles a la ciudad de México el 13 de diciembre,
acompañado de Luis N. Morones. Ese día declaró que había vuelto “hacer la defensa del
régimen callista contra los ataques de los seis últimos meses”.
En el Senado se tomaron medidas para seguir eliminando a los callistas que aún
quedaban en el aparato político; primero se desaforó a 5 senadores y se desaparecieron
los poderes de los estados de Guanajuato, Durango, Sinaloa y Sonora, gobernados aún
por allegados a Calles. En el ejército fueron destituidos de sus puestos los generales
Joaquín Amaro, Manuel Medinaveytia Esquivel y José María Tapia.
El 17 de ese mes se anunció por medio del recién creado diario callista El Instante, que se
había encargado de publicar las declaraciones del “Jefe Máximo”, que el resto de los
periódicos se había negado, la conformación de un nuevo partido llamado “Partido
Constitucional Revolucionario” formado por quienes apoyaban al general Calles, que
habían sido excluidos del partido y del gobierno.
En el PNR la reacción fue continuar la purga de los elementos callistas que restaban en
su interior.
El acontecimiento que provocó el desenlace del conflicto fue cuando el 5 de abril de 1936
un tren que iba de Veracruz a la ciudad de México, fue dinamitado cerca de la estación de
Paso Grande. Al respecto Cárdenas escribió lo siguiente:
Los llamados “amigos” del general Calles vuelven a reanudar las agitaciones en el país.
Se registra la voladura del tren cerca de la Estación Orizaba, sobre la vía Veracruz, y se
emprende una activa labor subversiva entre elementos del Ejército, labor que transmiten
al Gobierno varios jefes y oficiales. El Gobierno dispone no se proceda contra ninguno.
El 9 de abril el general Rafael Navarro Cortina, comandante de las Fuerzas Militares del
Distrito Federal, fue el encargado de notificar a Plutarco Elías Calles su salida del país, en
un avión que lo llevaría el día siguiente a Brownsville, Texas. También fueron arrestados
los tres civiles que lo acompañarían Morones, León y Ortega.
Lázaro Cárdenas envió una nota a los diarios, donde explicaba que se pasó de una
actitud vigilante a tomar medidas de emergencia; es decir el exilio. Finalmente, en sus
apuntes concluye el tema escribiendo: “Los que pasan por la primera magistratura del
país no deben aspirar a representar mayor autoridad política que el que tiene
constitucionalmente la responsabilidad presidencial”.
Aunque si bien fue evidente desde junio de 1935 que el general Calles ya no gozaba del
poder político suficiente para enfrentar al gobierno cardenista, ya que tener el control de la
clase política ya no era suficiente en esos momentos para controlar del país, no fue sino
hasta el 10 de abril de 1936, cuando con su exilio quedó anulado el callismo de la vida
política de México y el presidencialismo se convirtió en un elemento característico del
sistema político mexicano.
Actividades
Autorreflexiones
Autorreflexiones. Cabe recordar que esta actividad tiene una ponderación del 10% de tu
evaluación.
Cierre de la Unidad
Como nos pudimos dar cuenta a través de la historia, la Revolución Mexicana fue una
lucha que se generó por las diferencias que había entre las clases sociales, el abuso de
autoridad tanto del gobierno en turno como por los empleadores. Desafortunadamente la
lucha por el poder hizo que el lapso de tiempo fuera más largo de lo necesario.
El modelo capitalista fue el elegido por los gobernantes, sin embargo, Lázaro Cárdenas
con sus tendencias socialistas ayudaron a que se definiera la política económica y la
reforma agraria.
Después de la gran depresión de 1929 -1933 el país vivía una intensa agitación laboral, y
social; aunado a que los congresos federal y estatal estaban dominados por el jefe
máximo.
Situación que llevo al presidente Lázaro Cárdenas, apoyarse en los grupos de obreros y
campesinos para fortalecer su gobierno. Esto sirvió para que gobernara con su pueblo al
frente y no en contra ni a sus espaldas y atender sus justos y antiguos reclamos. En el
campo haciendo realidad sus promesas de reparto de tierras, instituciones crediticias en
beneficio de los campesinos, constitución de sociedades económicas que les beneficiara,
construcción de obras de riego, etc.
Suprimió concesiones muy productivas que tenían altos jefes de armas entre otros.
Lo relevante del gobierno de Cárdenas fueron sus proyectos: La Reforma Agraria,
La Organización de los Obreros, la Educación Socialista y la Expropiación Petrolera.
Por lo que dejamos a tú reflexión y análisis las siguientes interrogantes.
Referencias
Ávila, José Luis (1993) “Sociedad y Cultura”, en Enrique Semo (coord.). México un pueblo
en la historia. Nueva Burguesía 1938-1957, T.5, México, Alianza.
Barroy Sánchez, Héctor (2005) “Historia de México”, México, Mc Graw Hill.
Fernández, Iñigo (2004) “Historia de México”, México, Pearson Educación.
Galeana de Valadés, Patricia (coord.) (1997). “Los siglos de México”, México. Editorial
Nueva Imagen.
González Gómez, Francisco (1994) “Historia de México”, Tomo 2, México. Editorial Quinto
Sol.
Peña, Sergio de la y Teresa Aguirre (2006) “De la Revolución a la Industrialización”.
Colección
Historia Económica de México Vol. 4, Enrique Semo (coord.), UNAM-Océano, México.