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CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS AGRICOLAS

INTRODUCCIÓN

Aunque Colombia ha tenido una posición importante en avances y aplicación del control
Biológico, igualmente sigue en los primeros lugares en el uso indiscriminado de
plaguicidas. La aplicación excesiva de éstos trae consigo un acelerado deterioro ambiental,
serios problemas de salud y la baja rentabilidad de los cultivos, entre otros.
El manejo de plagas a nivel mundial lleva a un enfoque ecológico y económico en el
desarrollo e implementación de sistemas agrícolas, en donde se busca integrar métodos que
pueden reducir las poblaciones de las plagas a niveles que no causen daño económico a un
mínimo costo, pero a su vez se buscan métodos que garanticen a mediano y largo plazo un
ecosistema más estable y menos contaminado.

El desinterés en la aplicación de conceptos ecológicos en el manejo de problemas insectiles,


que sería una de las formas de enfocar el control biológico práctico, se debe al divorcio
entre la investigación básica y aplicada en las instituciones, la falta de coherencia en las
políticas de investigación o la total ausencia de ellas en las entidades del estado que
deberían asumir la responsabilidad de la investigación en este campo; la etiqueta de urgente
que siempre lleva la investigación aplicada y que hacen que se salten muchas etapas de la
investigación básica, dejando vacíos; los preconceptos anti teóricos de los productores y
aún de los profesionales del sector, los pocos recursos dedicados a la investigación, las
preferencias de los ecologistas por el estudio de los ecosistemas naturales y la falta de
divulgación de la investigación básica. Lo anterior ha originado toda una serie de
limitaciones que hoy día favorecen y dan ventaja al Control químico sobre el MIP.

Aunque aún falte investigación básica en Colombia, el Control Biológico ya se acepta


como concepto y como práctica. Los conocimientos sobre cuales controladores biológicos
pueden tener resultados positivos obedecerán a las investigaciones locales, aún con plagas
introducidas, puesto que el comportamiento de éstas y sus enemigos naturales está
condicionado por los ambientes locales. La Universidades juegan un papel importante en la
educación, enseñanza y puesta en práctica del control biológico. Es aquí donde creo la
inquietud, para que la Universidad de Córdoba logre la unión productiva entre agrónomos,
Ecólogos y Biólogos para que promuevan el desarrollo del control biológico y el uso
racional de recursos naturales.
CAPITULO
A. DESARROLLO HISTORICO DEL CONTROL BIOLOGICO.
Naturalistas y Experimentos Primitivos.
El concepto y el desarrollo del control biológico se produjeron necesariamente dentro del
marco de trabajo de la adquisición gradual de conocimientos biológicos y ecológicos a
medida que progresaba la civilización. La historia del control biológico es la historia de
los primeros naturalistas, biólogos y científicos experimentales.

El primer empleo de depredadores.


Al parecer, antes de los primeros trabajos científicos y prácticos se produjeron algunos de
forma empírica. Probablemente, los agricultores primitivos, que eran sorprendentemente
buenos naturalistas, observaron a los insectos depredadores más comunes alimentándose
de insectos fitófagos. Esto sería tan claro y comprensible como observar a un león
alimentándose de una gacela. Fueron necesarios conocimientos biológicos mucho más
sólidos para percibir y comprender el parasitismo de los insectos, como veremos más
adelante.
La primera cita del uso de insectos depredadores por el hombre se pierde en la Historia,
pero se sabe que los antiguos chinos protegían a las hormigas en los cítricos para
controlar ciertas orugas y a los grandes coleópteros taladradores. Esta hormiga construye
en los árboles grandes nidos papiráceos que contienen miles de individuos. Para facilitar
el movimiento de las hormigas entre los árboles, se colocaron cañas de bambú de uno a
otro, y también se trasladaban las colonias desde los árboles silvestres.
P. FORSKAL citó en 1775 un hecho semejante entre los cultivadores Yemeníes de dátiles
de Arabia. Cada año ellos traían desde las montañas colonias de una hormiga depredadora
y las situaban entre sus palmas de dátiles para controlar las plagas de insectos.
La primera introducción satisfactoria conocida de un enemigo natural de un país a otro se
produjo dentro de esta misma época e indica que la idea de utilizar depredadores puede
haber sido aun entonces, más que una rareza. La langosta roja Nomadacris septemfasciata
Serv., era la plaga agrícola más seria en la isla Mauricio. Para intentar solucionar el
problema, en 1762, el conde de Maudave introdujo desde la India el «mynah bird»
(Acridoteres tristis). En 1770 se comprobó que el control de la langosta era satisfactorio.
El pentatómido depredador Picromerus bidens L. de Europa es no sólo un depredador
importante de varios lepidópteros y otros insectos defoliadores, sino que posee una cierta
preferencia por la chinche doméstica. Se ensayó para el control biológico de las chinches,
al parecer, ya en 1776. Unos pocos ejemplares liberados en una habitación infestada las
eliminaron en cuestión de semanas.

Observaciones durante el Renacimiento


Mientras tanto, en Europa se estaba acumulando la base biológica necesaria para el
desarrollo científico del moderno control biológico. Fue necesario todo el siglo XVII para
pasar desde las primeras vagas observaciones del parasitismo de los insectos hasta la
comprensión del fenómeno.
SILVESTRI (1909) señaló que U. ALDROVANDI, el cual lo publicó en 1602, fue el
primero en observar el parasitismo de un insecto. Citó la salida de larvas parásitas de
Apanteles glomeratus (L.) de una larva de Pieris brassicae (L.) en el momento de tejer sus
capullos, pero se equivocó al suponer que eran los huevecillos de la mariposa. Más tarde,
en 1668, J. REDX publicó la misma observación, interpretándola como el nacimiento de
diferentes especies de insectos de la misma pupa; de nuevo una defectuosa observación del
fenómeno del parasitismo entre los insectos.
J. GOEDAERT citó a otro parásito de mariposas en 1662, en el volumen 1 (lámina 77, pág.
175) de su Metamorphosis et Historia Naturalis lnsectorum. No está claro si GOEDAERT
comprendió completamente lo que había visto, pero su figura muestra claramente cómo
salen de la crisálida pequeños parásitos gregarios adultos. Crió mariposas adultas de varias
pupas, pero de dos de ellas obtuvo 82 pequeñas «moscas». Pero como no hay ningún
taquínido u otra mosca parásitos conocidos de tales hábitos gregarios y de ese tamaño, estas
«moscas» son, sin duda, himenópteros, probablemente pteromálidos. Esta es
probablemente la primera ilustración publicada de un himenóptero parásito.
SILVESTRI considera que el primero en interpretar correctamente el fenómeno del
parasitismo en los insectos fue .ANTONIO VALLlSNERI, de Padua, quien, en 1706,
escribió sobre la forma y la biología de cuantos descubrió. Sin .embargo, parece que este
honor debe reservarse a VANLEEUWENHOEK, el cual, en 1701, describió y dibujó un
parásito de un tentredínido que vive sobre sauce. Un amigo de Vallisneri, CESTONI, le
escribió discutiendo sobre parásitos del pulgón, la mariposa y la mosca blanca de las coles.
El conocimiento sobre los parásitos aumentó rápidamente desde este momento.
Entre los primeros, R. A. F. DE RÉAUMUR (que también inventó el termómetro de su
nombre) publicó principalmente desde 1734 a 1742 (Mémoires paur Servir a l'Histoire des
Insectes, en seis volúmenes), y barón CARL DEGEER, un discípulo de Linneo, desde 1752
& 1778. Ambos trataron cuidadosamente sobre las biologías de varios insectos parásitos y
depredadores.

El reconocimiento y la comprensión de las enfermedades de los insectos estaba


desarrollándose durante este mismo período de finales del Renacimiento (ver
STEINHAUS, 1956). Se produjeron como consecuencia del estudio de las enfermedades
del gusano de seda (Bombix mori, L.), principalmente en Europa, pero también en Japón y
en China. Sin embargo, los griegos ya conocían las enfermedades de las abejas y
Aristóteles las había comentado; Plinio también escribió sobre ellas en 77 a. d. c.
El poeta italiano VIDA publicó en 1527 un poema sobre el gusano de seda en el que se
contenían descripciones de sus enfermedades y remedios para ellas. Durante los siglos
XVI, XVII Y XVIII se escribieron en Europa., literalmente, cientos de trabajos sobre las
enfermedades del gusano de seda. Naturalmente, su cría era una industria de gran
importancia. VALLISNERI, que en 1706 observó correctamente el parasitismo entre
insectos, fue también el primero en mencionar la enfermedad conocida actualmente por
muscardina. Sin embargo, la primera publicación moderna en la que se describía un
organismo enfermo fue hecha por RÉAUMUR en 1726, en la cual se incluían unos dibujos
de una larva de insecto muerta por un hongo que actualmente sabemos que pertenecía al
género Cordyceps.

DEGEER publicó en 1776 la primera descripción de lo que hoy conocemos como una
infección de Empusa, en moscas. De todas formas, no supieron reconocer la naturaleza
microbiana de estas enfermedades.
Perfeccionamiento de los conocimientos biológicos durante el siglo XIX
En el siglo XIX, la Biología, incluido el control biológico, alcanza su mayoría de edad. El
capítulo de WILLIAM KIRBY, «Enfermedades de los insectos», en el volumen 4 (1826)
de la obra de KIRBY y SPENCE, An lntroduction to Entomology, supone el comienzo de
los fundamentos filosóficos y biológicos de la patología de los insectos. Este fue el primer
informe amplio sobre las enfermedades de los insectos en general, y por entonces KIRBY
.y otros reconocían que verdaderos hongos crecían realmente en el cuerpo de algunos
insectos, algunos claramente como saprofitos, pero otros posiblemente como parásitos,
según .ellos pensaban.

AGOSTINO BASSI, de Lodi, Italia, está considerado como .el padre de la patología de los
insectos y por algunos como el fundador de la doctrina de los microbios patógenos. Fue el
primero en demostrar experimentalmente la naturaleza parásita de la muscardina blanca del
gusano de seda. De esta forma, BASSI fue el primero en demostrar experimentalmente que
un microorganismo (Beauveria bassiana) era el causante de una enfermedad infecciosa en
un animal.
Mientras tanto, alrededor de 1850 comienza a aparecer la idea de emplear microorganismos
para el control de los insectos. Este concepto se produce al ampliarse el conocimiento de
que las enfermedades de los insectos eran infecciosas y contagiosas y que podían
transmitirse de individuos enfermos a normales.

De nuevo, BASSI aparece de primero en escena. En 1836 publicó la sugerencia de utilizar


líquidos corrompidos en pulverización sobre las hojas de las plantas para matar a las larvas
fitófagas. Aparentemente, hasta 1873 no se repitió esta recomendación. En agosto de este
año, el entomólogo americano J. L. LECONTE, en el Annual Meeting of the American
Association for the Advanoernwnt of Science, leyó una comunicación en la cual proponía la
producción de enfermedades, especialmente la muscardina del gusano de seda, y su
transmisión en el campo a otras larvas de lepidópteros. Entonces, en 1874, PASTEUR
sugirió el posible empleo de la pebrina contra la grave plaga de la filoxera de la vid en
Francia, y de nuevo en 1882 indicó que la filoxera debía tener sus propias enfermedades,
que deberían buscarse y emplearse artificialmente.
Entre tanto, probablemente sin conocimiento de otros investigadores, ELIE
METCHNIKOFF comenzó, entre 1878 y 1879, a realizar experiencias con tres
enfermedades de Anisoplia austriaca Hbst., grave plaga de los cereales en la región de
Odesa, Rusia. En 1879 publicó un importante trabajo sobre la muscardina verde
Metarrhizium anisopliae.
El preludio necesario para efectuar aplicaciones prácticas de control biológico
científicamente seguras son los estudios básicos de taxonomía y biología de parásitos y
depredadores, y más tarde de sus ecologías. Entre un número en aumento .de investigadores
que han publicado buenos estudios sobre taxonomía de parásitos debemos citar a M. M.
SPINOLA, que publicó en Génova: en 1806, su Insectorum Liguriae; J. W. DALMAN, de
Suecia, que publicó .en 1820 su trabajo Encyrtus' J. L. C. GRAVENHORST, que describió
1.300 ichneumónidos europeos por las mismas .fechas; J. O. WESTWOOD, el gran
entomólogo inglés, que .publicó abundantemente desde 1827; FRANCIS WALKER,
especialista en Chalcidoidea desde 1833 a 1861, que en 1837.creó la familia Encyrtidae; el
italiano C. RONDANI (publ. 1840-60), que también estudió las relaciones huésped-
parásito; el alemán A. FORSTER (publico. desde 1841 hasta 1880) y J. T. C.
RATZEBURG, otro alemán, que publicó entre 1837 y 1852. Su Die lchneumonen der
Forstinsekten (1844) ha sido la mejor contribución europea dedicada a la biología de los
himenópteros parásitos, que ha permanecido como modelo durante muchos años.
A medida que avanzaba el siglo XIX se aceleraron las ideas prácticas y los ensayos. El
doctor ERASMUS DARWIN, .abuelo de CHARLES DARWIN, destacaba ya, antes de
comenzar el siglo el control efectivo de ciertos parásitos y recomendaba en su libro de
agricultura y jardinería, Phytologia publicado en Londres en 1800, que en invernaderos y
estufas los pulgones podrían controlarse con el empleo artificial de larvas depredadoras de
sírfidos. KIRBY y SPENCE dedicaron un espacio considerable de su lntroduction to
Entomlogy (Londres, 1815) a dar gran importancia al trabajo de parásitos y depredadores y
a una discusión de los grupos más importantes y a sus costumbres.
KIRBY y SPENCE emplearon el término parásito tal y como lo empleamos actualmente,
pero a los insectos depredadores los llamaron, curiosamente, imparásitos.
THEOOOR HARTIG, de Alemania, en 1829, cuando sólo tenía veintidós años, tal vez fue
el primero en sugerir la construcción de jaulas para criar orugas parasitadas, con la idea de
recoger gran número de parásitos para liberarlos en el momento adecuado. VINCENT
KOLLAR, también de Alemania, comprendió claramente el valor de los organismos
entomófagos, especialmente los insectos parásitos y depredadores, en el control natural,
dijo que frecuentemente debemos la conservación de nuestros productos agrícolas a los
enemigos naturales. El emperador austriaco Francisco I apadrinó la publicación de este
trabajo en 1837.
Otro estudioso de los enemigos naturales, el italiano RONDANI, propuso el empleo de
insectos parásitos para el control de las plagas hacia 1850.

En Europa, hacia 1840, se efectuaron ensayos con insectos depredadores, recogiéndolos y


trasladándolos en el campo. El profesor BOISGIRAUD, De POITIERS, Francia, en 1840
empleó el carábido depredador Calosoma sycophanta L. en un intento de combatir orugas
de lagarta en sauces. También empleó estafilínidos depredadores contra tijeretas en su
jardín, y en ambos casos afirmó haber tenido éxito.
El segundo traslado internacional fue el de un pájaro depredador, o al parecer, de algún
enemigo natural para este caso, alrededor de 1850. El gobernador español de las Islas
Filipinas, Juan Martínez, introdujo el estornino chino o mynah crestado desde la China o la
India para el control de langostas migratorias. Quedó establecido en Luzón, pero no se
informó de los resultados (BALTAZAR, 1966).
Ahora nos trasladamos a América, donde hacia 1850 los daños producidos por plagas
importadas accidentalmente comenzaban a incitar la idea de importar nuevos enemigos
naturales de sus países de origen. Algunos entomólogos americanos estaban casi seguros
de que muchas plagas de origen europeo podían considerarse bajo control por sus
enemigos naturales en Europa.

ASA FITCH, famoso entomólogo del Estado de Nueva York, en 1855 hizo intensas
indicaciones y ensayos reales para importar desde Europa parásitos de la desastrosa plaga
del trigo Sitodiplosis mosellana (Gehin); había comprobado la dispersión del insecto, lo
había estudiado cuidadosamente en el campo, identificado correctamente como una especie
europea, observado la falta de parásitos efectivos en Nueva York y sabía que estaba bajo
control natural en Europa.

RILEY aparece en escena en 1873, como el primero en efectuar con éxito la transferencia
internacional de un .artrópodo depredador, al enviar a Francia a Planchon, el .ácaro
Tyroglyphus phyllocerae, depredador de la filoxera le la vid. Aunque el ácaro se
estableció, sin embargo no .se mostró de importancia en el control de la filoxera.
Sin ningún resultado sobresaliente se efectuaron envíos de depredadores de pulgones y
posiblemente también de parásitos, desde Inglaterra a Nueva Zelanda, en 1874, .aunque la
mariquita, Coccinella undecimpunctata L., había quedado introducida. Este podría ser el
primer establecimiento ultramarino de un insecto depredador.
Otra exportación internacional de un vertebrado depredador de insectos se hizo en 1875. El
sapo de Surinam, Bufo marinus, fue introducido en las islas Bermudas desde la Guayana
Británica, por el capitán Nathaniel Vesey, .especialmente para el control de las cucarachas.
Se aclimató y actualmente es abundante. Es un depredador muy general, que ha sido
distribuido por varias islas del Caribe.
La primera transferencia real de un insecto parásito .entre dos países parece haber sido la
importación en el Canadá desde los Estados Unidos de un Trichogramma parásito de
Gooseberry sawfly, efectuada por W. Saunders, presidente de la Sociedad Entomológica de
Ontario, en 1882. No se conoce resultado alguno.
Se recordará que el primero en citar una especie parásita fue ALDROVANDI en 1602,
aunque él no la reconociera como tal; sin embargo, es evidente por su descripción que el
parásito era Apanteles glomeratus (L.), bastante efectivo y común sobre la mariposa blanca
de la col. En 1883, doscientos ochenta y un años después, se convirtió en el primer
parásito trasladado intercontinentalmente y establecido con éxito. El responsable de esta
importación en los Estados Unidos fue RILEY, en colaboración con G. C. BIGNELL, de
Plymouth, Inglaterra. Esta especie fue liberada en el Distrito de Columbia, Iowa, Nebraska
y Missouri, extendiéndose rápidamente por todo el territorio. Continúa siendo actualmente
uno de los parásitos más activos de la mariposa blanca de la col.
En este momento está preparada la escena para el primer gran éxito del control biológico
clásico, el de la cochinilla acanalada en California, que demostró firmemente al control
biológico como un método importante en la lucha contra las plagas. La historia la
relatamos en el párrafo siguiente.

LA COCHINILLA ACANALADA Iceria purchasi Maskell


Uno de los éxitos más notables e importantes del control biológico concierne a la
cochinilla acanalada, un pequeño insecto cóccido que chupa la savia de las hojas y ramitas
de los cítricos. Este cóccido se descubrió por primera vez en California en 1872, y hacia
1887 toda la industria de cítricos del sur de California estuvo amenazada por la
destrucción. A causa del tamaño del área infestada, el control químico mediante cianuro y
otros productos fue un fracaso. En 1888 Albert Koebele de la División de Entomología
fue enviado a Australia por el gobierno de Estados Unidos para representar el
Departamento de Estado en una exposición internacional celebrada en Melbourne. Como
todos los viajes al extranjero estaban vedados para el Departamento de Entomología, éste
fue el único subterfugio mediante el cual un entomólogo podía viajar a Australia para
buscar parásitos de la cochinilla acanalada, nativa de Australia. Koebele envió dos
insectos a California, un pequeño díptero parásito Cryptochaetum icervae y una mariquita
depredadora llamada vedalia, Rodolia cardinalis. Se pensó que el díptero parásito era un
posible agente importante para el control, pero Koebele envió también las mariquitas,
aparentemente sin pensar que podían ser muy útiles. Al final de 1888 se recibieron en
California las primeras mariquitas, y por enero de 1889 se habían enviado alrededor de
10.000 mariquitas a otros huertos de cítricos desde este primer punto de liberación. Para
octubre de 1889, escasamente un año después de que Koebele encontrara la Rodolia en
Australia, la cochinilla acanalada estaba prácticamente eliminada de grandes áreas de
huertos de cítricos del sur de California. Al cabo de dos años era difícil encontrar un solo
individuo del cóccido Iceria, y este control continuó hasta que la plaga quedó eliminada
efectivamente. El costo: alrededor de 1.500 dólares; lo salvado: millones de dólares cada
año. Esto causó impresión en la Cámara Legislativa de California, y California se
convirtió en un centro activo de promoción del Control Biológico.

La cochinilla acanalada reapareció con la llegada del DDT, infestaciones del cóccido que
no habían sido vistas en cincuenta años se encontraron después de que el DDT eliminara la
vedalia de algunas áreas locales. Bajo estas circunstancias la mariquita ha tenido que ser
introducida de forma continuada.
El gran éxito al controlar Iceria purchasi, anunció una era importante en el control de
plagas, el control biológico que a partir de este momento empezó a perfeccionarse hasta
alcanzar notables éxitos en todo el mundo. Entre estos pueden mencionarse el de: Levuana
iridescens en Fiji, plaga que atacaba plantaciones de coco y se controló con la mosca
Tachinidae Ptychomia remota; el pulgón lanigero del manzano Erisoma lanijerum
controlado en varios países del mundo con la avispita Aphelinus mali y el control biológico
del áfido Chromaphis iuglandicola con el Himenóptero Trioxys pallidus. El control
"biológico debe de estudiarse en sus fundamentos para evitar fracasos en los programas
que se establezcan en diversos lugares.

B. DESARROLLO HISTORICO DEL CONTROL BIOLOGICO EN COLOMBIA

Para nosotros, históricamente no sólo es el comienzo del Control Biológico de plagas en


Colombia, sino el mismo comienzo de la Entomología colombiana, está en el testimonio
que L. O. Howard consigna en su libro A HISTORY OF APPLIED ENTOMOLOGY,
publicado en 1930 y que textualmente dice:
"Ningún trabajo importante se ha realizado en ese país (Colombia) sin embargo, se han
publicado documentos sobre las langostas y sobre Coccobacillus acridiorum Herelle. Se
relata sobre el trabajo del doctor Luís Zea Uribe en Tocaima en el año 1913 y sobre el
trabajo del doctor Federico Lleras Acosta en Guaduas, en relación al C. acridiorum contra
las langostas; entiendo que ambos trabajos dieron buenos resultados". El éxito o el fracaso
de esos trabajos, es asunto secundario.

Por la ausencia de sanidad vegetal, llegó a Colombia el pulgón lanígero Eriosoma


lanigerum (Haussman) y afectó los cultivos de manzano en 1929. Luís M. Murillo
introdujo de Estados Unidos a Aphelinus mali y consiguió erradicar la plaga en pocos
meses. Este fue el primer ejemplo de control biológico significativo de una plaga
registrada en Colombia. Ante las graves carencias de los servicios fitosanitarios, Luís M.
Murillo propuso en 1936 al entonces Ministerio de Agricultura y Comercio una acción
enérgica contra la introducción de plagas exóticas. Se establecieron servicios de sanidad en
los puertos marítimos y terrestres, vigilados por entomólogos y fitopatólogos. Sugirió que
la introducción de vegetales se hiciera por dos o tres puertos. En 1942 utilizó a
Cryptolaemus montrouzieri contra la palomilla del café; importó de Puerto Rico una avispa
originaria de Filipinas, un Spalangidae para controlar con éxito a Lyperosia irritans, mosca
hematófaga azote de los ganados del Huila.

En 1948 introdujo el coccinélido Rodolia cardinalis para controlar la cochinilla acanalada


de las acacias en Bogotá, llamada la "Peste Blanca": Icerya purchasi. También hizo el más
completo estudio al gusano rosado colombiano del algodón, Sacadodes pyralis y de la
avispa parasitoide Apanteles thurberiae. Esta interacción fue el principal motivo de su obra
"Sentido de una Lucha Biológica" (Sarmiento, sin fecha). Temeroso del daño de los
ecosistemas por los insecticidas, Luís Maria Murillo centró sus investigaciones en el
control biológico de plagas. Sus cuatro décadas de servicio al estado, fueron su lucha
permanente contra el uso indiscriminado de insecticidas y a favor de la represión de las
plagas por sus depredadores naturales; estos trabajos le valieron su ingreso como miembro
honorario a la Real Sociedad de Entomología de Bélgica y en Colombia, el reconocimiento
con la más alta distinción que confiere el gobierno nacional, la cruz de Boyacá, en 1962
(Sarmiento, sin fecha).

En 1962 se publica el Boletín Técnico NO 2 del IFA titulado "Principales plagas del
algodón en Colombia" de Hernán Alcaraz y se impone como referente de todo agrónomo.
Por esta misma época, conduce ensayos de laboratorio y campo con el fin de introducir del
Perú, en el ecosistema algodonero del Valle del Cauca a Hippodamia convergens
(Coleoptera: Coccinelidae); el depredador se estableció rápidamente en la zona del Valle
del Cauca y actualmente es considerado como uno de los más eficientes agentes de. control
de áfidos. En 1972 se hicieron algunos intentos por trasladar este insecto a la zona del
Tolima, pero no logró adaptarse a estas nuevas condiciones

En 1962, la sección de entomología de la estación experimental "'Balboa" de Buga (Valle)


del IFA, realizó la primera cría y liberación de Trichogramma sp., en algodonero. La
técnica de cría fue importada del Perú, pero en 1965 se hizo definitiva la cría del
parasitoide con los aportes de la Federación Nacional de Algodoneros y la asesoría del
entomólogo Peruano Juan Herrera Aranguena. En 1965, Valenzuela informa sobre la
técnica de cría masiva y liberación de 20 millones de Trichogramma sp., en la zona
algodonera del norte del Tolima (Valenzuela, 1973, 1993). Aunque la primera evidencia
sobre la aplicación del control biológico en caña de azúcar en Colombia, data de 1939,
donde se liberaron a los campos un millón de adultos de Trichogramma minutum Rileyi,
introducidos de los Estados Unidos al Ingenio Berástegui en el Departamento de Córdoba
(Zenner, 1965; citado por Gaviria, 1993)

En 1960 el Ingenio Manuelita S.A. inició la cría y propagación en laboratorio, inclusive


reclasificando la especie por Trichogramma pretiosum Riley (Gaviria 1993). En 1963 el
entomólogo Miguel Revelo se hizo acreedor del premio Alejandro Ángel Escobar en
ciencias con un trabajo sobre el efecto de Bacillus thuringiensis sobre algunas plagas
lepidópteros (Valenzuela 1973).

En 1968 el insecto plaga Trichoplusia ni adquiere súbita importancia económica como


plaga del algodón. En el año siguiente los entomólogos de la Federación Nacional de
Algodoneros, Álvaro Cújar y Teodoro Daza, publicaron un trabajo sobre la biología y
control del insecto. En 1970 se realizó el control de Trichoplusia ni con Baculovirus en
algodonero del litoral Atlántico (Valenzuela, 1973).

También se hicieron intentos de controlar Helicoverpa (Heliothis) spp., en campo con


muestras de Baculovirus proveniente de Illinois (EE.UU.) a solicitud de Hernán Alcaraz
pero no mostró regularidad debido a que tiene poca estabilidad a nivel de campo
(Valenzuela 1993).

En 1970, Gaviria inicia una cría masiva de la mosca cubana Lixophaga diatraea parásito de
larvas de Diatraea saccharalis y libera durante un año, cerca de 60 mil parasitoides. Sin
embargo, la especie no logró adaptarse al medio ecológico del Valle del Cauca.

A finales de 1970 se introdujo de Brasil otro parasitoide de la plaga, la mosca


Metagonistilum minense y se liberaron 40 mil insectos criados masivamente en el ingenio
Riopaila. En 1972 se comprueba que se había adaptado exitosamente a su nuevo ambiente.
Entre 1970 y 1972 se liberaron cerca de 250 mil insectos adultos de Paratheresia
clavipalpis (Mosca indígena), el agente biológico que fue más importante para el control
del barrenador. Esto fue en el Ingenio Riopaila, mediante puparios obtenidos en el Instituto
Central de Investigaciones Azucareras de Trujillo (Perú) (Valenzuela, 1973; Gaviria, 1993).

En 1973 se creó la Sociedad Colombiana de Entomología (SOCOLEN) y a partir de este


año se empezó a dar una tendencia al tratamiento de los problemas entomológicos con el
ingrediente bioecológico. Se presentan muchos aportes en el campo del control biológico,
algunas veces repetitivos, pero en general hay aportes significativos en control biológico de
plagas de cultivos de importancia económica, como palma africana, soya, arroz, tomate y
flores.

Durante los primeros 20 años historia reciente de la investigación en SOCOLEN, el control


microbial de insectos se centró en el uso de B. thuringiensis; el entomófago más utilizado
fue el parasitoide Trichogramma y los ácaros Phytoseiidae fueron los depredadores que
tuvieron mayor atención (Zuluaga y Duque, 1993).

Para el año 1999, la investigación entomológica se centró en temas relacionados con el


Manejo Integrado de Plagas, teniendo como base el control biológico, involucrando en sus
investigaciones en mayor medida a los ordenes Coleoptera, Díptera, Himenóptera,
Homóptera y Lepidóptero. Los hongos entomopatógenos han tenido un gran repunte como
tema de investigación, encaminados a la selección de cepas, pruebas de compatibilidad y
desarrollo de productos. Los cultivos en los que se están trabajando, son leguminosas, caña
de azúcar, café, arroz, frutales, pastos, ornamentales y palma de aceite (SOCOLEN, 1999).

La universidad colombiana ha tenido responsabilidades compartidas en la historia de éxitos


del control biológico, destacándose las contribuciones hechas por la Universidad Nacional
en plagas de cultivos como maíz, tomate, flores, algodonero, arroz y forestales; todas sus
sedes han tenido la mayor participación en investigación dentro de los centros educativos
del país. También se mencionan otras facultades de agronomía y biología de universidades
como la del Valle, Universidad de Antioquia, Universidad de Tolima, Universidad
Javeriana, Universidad de Córdoba y otras, a través de sus trabajos de grado y tesis de
postgrado (Vergara 1990, SOCOLEN 1999).

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