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Hechos y comentarios a cambio de un determinado número de uo-
ras de trabajo. Dolorcsa consecuencia, tam-
(1850- 1900) geles y variadas alegorías. Otros temas a
bién, de la crisis económica existente; per- imitar eran iniciales, plantas, flores, hojas,
turbación grave de Ib. contextura social que bucles, etc.
La juventud sin trabajo podría llegar a tener derivaciones peligrosí-
simas. Y basta, para convencerse de ello,
Artistas del cabello Los especializados en tales labores solían
colocar en las entradas de sus pisos o «salo-
La Oficina internacional del Trabajo, do fijarse en la participación que tiene la ju- Introducción del uarte capilar» en Barcelona. nes», muestras de cuantos trabajos de esta
Ginebra, ha publicado recientemente un exa- ventud, y en algunos casos la adolescencia, Ortells, Tomás, Turell, artistas del cabe- índole eran por ellos realizados. Mostrará los
men de cómo alcanza la plaga de la falta en hechos delictivos cuya frecuencia es ñor llo. — Objetos y joyas. — Carlos Mas- primeros tiempos de la introducción del arta
de ocupación a la juventud de dheisos desgracia bien alarmante. sip (Í890-1913). — El peluquero Turell e del cabello en Barcelona este anuncio del
países. No quiero molestar al lecor con la De todo ello se han dado cuenta los hom- Irla pierra este arte en Barcelona. ((Diario», del 2 junio 1861 (p. 4970). «D. Car-
transcripción de las cifras de este informe bres directores de determinados países, y los Ortells tiene de manifiesto en su casa,
de la indicada oficina; pues bastará indicar por lo tanto han realizado y continúan ejer- Ampliación del oficio de peluquería en calle de Escudillers, núm. 23, un cuadro de
que las estadísticas de varios pueb'os, en ciendo grandes esfuerzos para captar a la nuestra ciudad, fue, a mediados del siglo trabajo de diferentes clases de objetos hechos
los que es más dolorosa la crisis económica, mayor parte posible de esta juventud que, XIX, confeccionar objetos a base de cabello de cabellos, como paisajes, figuras y copias
demuestran que gran número de jjvene?, ociosa* y olvidada, podría conducir a los (véase LA VANGUARDIA del 11 de enero 1934). de láminas y viñetas de varias clases, cifras,
cuya edad no pasa de los veinticinco años, pueblos P muy lamentables situaciones. Es- Algunos de los que se lanzaron por esta nue- letras de adorno, cadenas, pulseras y leonti-
carecen de sitio en donde emplear su acti- tos jóvenes, que hoy vagan por el mundo sin va senda, llegaron a buena altura en sa es- nas, diseñados con esmero, que destina a
vidad. Algunas estadísticas, más detalla- poder hallar un sendero adecuado para se- pecialidad. Que no fueron muchos los que se figurar en la próxima exposición de Por-
das, hacen resaltar el hecho, todavía iMs guir normalmente el desenvolvimiento de metieron por ella, puede probarlo "ierta tugal.»
penoso quizá, de que muchos de estos jóve- su existencia, serán los hombres de maña- «Guía del barbero y peluquero», de Miró y Era la época en que esta práctica ya se
nes no sólo no tienen actualmente ocupa- na; tendrán influjo preponderante en los Corominola. La editó en 1877, cuando aque- había extendido por toda la península, seña-
ción a causa de la crisis, sino que no la asuntos públicos y privados, y, lógicamen-' llas labores estaban en su apogeo; y a pesar lando su apogeo en el cuarto de» siglo que
han tenido nunca, en todo el período de s»i te, como ellos sean serán los países a que de ello y de titular «artista» al oficial maes- va del 1865 al 1880. Asimismo se infiltró en el
existencia. pertenezcan. Juzgúese, pues, de la impor- tro, no menciona para nada trabajos en ca- hogar doméstico y nuestras muchachas se
Se comprende que sea así. Cuando ea la tancia' que tiene la preparación de la juven- bello (como no fuesen postizos de señora, que dedicaron a tales trabajos, bordando con
mayoría de los países todas las plazas re- tud a fin de que sea base firme de las so- nada tienen que ver con este arte) cual si los cabellos, iniciales y emblemas sobre pañue-
productivas están ocupadas, y es harto fre- ciedades y de las naciones en tiempos, no hubiese desconocido en absoluto. los, cual pudieran hacerlo con hilo de coser.
cuente que muchos establecimientos, y nu- ya lejanos, sino extremadamente próximos. El <(arte capilar», como le llamaban en Haflamcs en Barcelona algunos nombres
merosas industrias, se desprendan de parte La pasión hace presa fácilmente en las Francia, de donde se presenta originario, de peluqueros expertos en estas prácticas.
de su personal, resulta extremadamente di- almas jóvenes, y es por este motivo que mostró varias facetas. La más elevada, que Limitémonos a recordar los «?« tres de ellos:
fícil el que consiga un puesto el que, por primero en Italia y luego en Alemania, los bien podía tildársela de industria artística Tomás, Turell y Massip.
haber alcanzado la edad precisa para lan- gobernantes han procurado exaltar el espí- (como el bordado o la tapicería», se dedicaba El establecimiento del primero ocupaba x&
zarse a la lucha por la vida, llega a pre- ritu de los infantes para fortalecerlo y for- a reproducir paisajes o cuadros de compli- buen principal de la Tapinería, casa reediC*
tender un sitio que está sobradamente ocu- talecer así las organizaciones políticas en cada composición, empleando el pelo, como cada en el viejo solar del gremio de los sas-
pado o solicitado. que se apoyan los que tienen en sus manos único elemento de dibujo, cual si fuese hilo tres. En el balcón que miraba a la plaza
Una parte del daño que sufren los jóve- las riendas del Estado. En otros países, el o seda para bordar. Servíanse de cabellos de del Ángel leíase un rótulo: ¡(José Tomás,, ar-
nes que actualmente vienen alcanzando la hecho no es tan visible; pero en todos, y el distintos tonos, negros, rubios, blancos, para tista en objetos de cabello». Entre las labo-
edad necesaria para trabajar, nace acaso nuestro no ha de ser una excepción, si no lograr matices de clarobscuro. En los som- res que exhibía en demostración de su peri-
de la excesiva protección con la que se ha son los gobernantes, serán los que aspiran a breados se empleaba a veces trazos de goma, cie, se destacaba una reproducción de la
pretendido defender la actividad de aqué- gobernar en la forma y con los procedi- sobre los cuales echaban polvo de cabello. Concepción de Murillo, con retoques en los
llos. En épocas anteriores, el trabajo de los mientos que sea, quienes procuren actuar en Otra industria del pelo se hacía a base de rostros.
muchachos de cierta edad estaba muy esca- este sentido con más empeño, alistando en hilarlo, empleándolo en labores de cordone- Los hermanos Fernando y Ramón Turell,
samente retribuido y por lo tanto, los pa- sus filas el mayor número posible de jóve- ría o de bordado ordinario. Se confecciona- instalados alrededor del 1863, en la Rambla
tronos de todo género de comercios o indus- nes, para tenerlos a su disposición, con el ban cadenas para reloj, pendientes, pulse- del Centro, núm. 2, se distinguieron por su
trias no oponían grandes obstáculos a la fin de conseguir los ideales que persigan. ras, etc., objetos faltos de arte. Funcionaron habilidad. Al pasar, Ramón, a«*la calle de
admisión de un pretendiente de corta edad. Organizar la juventud es basa esencial en Barcelona pequeños talleres, en los que se Gignás, núms. 52 y 54, nació el muy experto
Ahora bien, ¿era esto una explotación que para organizar los pueblos. Si no se quiere empleaban a lo más dos o tres operarías. en la misma especialidad Juan Turell, quien
habla de ser reprimida? Quizá sí, en algu- que los adolescentes lleguen a constituir Uno lo tuvo don Pedro Cardona, en la plaza íué a perfeccionarse en París con el pelu-
nos casos; pero en otros, la ocupación mal un elemento de disolución social, es preci- del Rey, número 5, que vino a cerrarlo por quero Carlemai, pudiendo asegurar que na-
retribuida era una escuela, una puerta so que los gobiernos se ocupen seriamente el año de 1894. Una de las operarías del die hasta ahora, al parecer, ha llegado aquí
abierta para que el adolescente pudiera de la preparación de la juventud, procu- taller de Pedro Cardona, llamada Mercedes a tanta perfección. La Concepción de Murillo
iniciar el camino de su vida de trabajo. rando su instrucción y su cultura en todos Bosch y Fábregas, continúa todavía con una la tiene hecha sin retoques de color en las
Tanto se consideraba así, que muchos pa- los aspectos de ésta, esmerándose también peluquería para señoras (Canuda, 10). caras; cuenta al presente 55 años, y ha em-
dres, aunque escasos d€ medios de fortuna, en mejorar su salud por medio de la higie- A los joyeros vino a favorecerles la moda prendido reproducir «La Vicaría», de For-
sufragaban la pensión que no pocos comer- ne y de los ejercicios físicos; fomentando, capilar. Pues estos industriales cuidaban de tuny. Ha publicado un «Método de caracte-
cios exigían para tener en sus estableci- en fin, su amor a la patria, pues sin la construir sortijas, brazaletes, pendientes, re- rización para el teatro» (Barcelona, 1910).
mientos jóvenes dependientes, aprendices existencia de este cariño, es un sueño creer licarios y alfileres «guardapelos». En nuestros antiguos cementerios abunda-
de oficios que estimaban que más tarde en la fuerza y progreso de un país. Es po- Las sortijas se elaboraban de dos mane- ban, al expirar el siglo XIX, los grandes cua-
habían de proporcionarles el pan de ra- sible que, para conseguir estos resultados, ras: unas sencillas, con rebordes para enca- dros, recordatorios en cabello, que, un cris-
da día. sea preciso llegar a establecer el servicio jar una trencillita de pelo que quedaba al tal pretendía preservar de la acción del tiem-
Actualmente, no sólo esta vía está cerra- nacional obligatorio, en virtud del cual la exterior; y otras más perfeccionadas, forman- po. Vano empeño: pues la labor de destruc-
da para muchos jóvenes que alcanzan la juventud estaría durante varios años bajo do el aro de la sortija como una cajita, en- ción en todos ellos ha coincidido con las nue-
edad para emprenderla, sino que, análoga- la tutela y la dirección del Estado, procu- cerrando un poco de cabello. vas costumbres, según observación que reco-
mente, está obstruida la, al parecer más rándose asi despertar en los adolescentes el Los brazaletes acusaron formas variadas. gemos de Juan Massip en ((Elegante Confi-
amplia y desahogada, que ofrecían las ca- sentido del orden y de la disciplina, sin el En los mejores, el pelo se guardaba en cier- dencial», revista del oficio (mayo, 1924). Se
rreras universitarias y los estudios espe- cual las sociedades no pueden subsistir. to estüchecillo, que era dable recubrir de pe- lamentaba de que hubiese desaparecido un
ciales. La juventud intelectual que consi- Como hoy todo se designa por medio de ini- drería; y entonces se dibujaban con aquél arte^ representativo de una época, «que mira-
*«gue, con su esfuerzo.y el de sus familias, ciales, es posible que el S. N. O. sea la expre- iniciales o pequeños emblemas. Las pulseras ba con respeto aquel cuadrito oval, con aquel
un título académico después de varios años sión del único sistema hábil para que cier- más vulgares se hacían con simples c a i n i - marco negro y dentro de este relicario, los
dé luchar para obtenerlo, se halla con la tos pueblos no caigan en el caos, de cuyo tas de . cabello. apreciados cabellos de la hija perdida, de la
desagradable sorpresa de que el diploma borde están demasiado poco separados. Para relicarios de pelo, se adoptaban los mujer amada... este era el trabajo del pelu-
anhelado no le proporciona, sino es des- dibujos y tipos que solían tener las joyerías, quero artista». El caso de los viejos cemen-
pués de grandes luchas y no escasas vicisi- MARIANO R U B I O Y BELLVÉ para conservar y llevar objetos venerandos. terios de Barcelona merece otra observación.
tudes, los medios de mantenerse. El argumento de la película de costumbres Todos nosotros habíamos contemplado allí,
Ha complicado todavía más este problema sevillanas, producción de la casa Baños, ds en el primer decenio de este siglo, los cua-
de dar ocupación a la juventud la compe- UNA EXPOSICIÓN DEL ARTE Barcelona, que lleva por nombre ((El Relica- dros, muestra perenne del arte cuya desapa-
tencia creciente que la mujer ejerce para rio», está basada en una de estas joyas con- rición promovía, en Massip, su justificado
apoderarse de los medios de trabajo que DE LA BEBIDA teniendo eLrizo de cabello de una muchacha. lamento. Deseábamos gestionar la traslación
antaño eran peculiares del hombre. Durante El día diez y nueve del corriente se inaugura- Sin embargo, a los objetos verdaderamen- de alguno de ellos a nuestro Museo Munici-
la gran guerra, nos causaba extraordinaria rá la primera Exposición Internacional de vi- te destinados a estos recordatorios, se les pal y arbitramos la cooperación del perso-
sorpresa observar, en los países que la sos- nos, licores y cervezas, en los Estados Unidos,
cuya finalidad no es otra aue enseñar a los nor- conocía con el adecuado nombre de ((guar- nal de cementerios. No hemos llegado a tiem-
tenían, la novedad de que las mujeres des- teamericanos el «arte» de la bebida. dapelos», y así puede leerse en algún diccio- po para conseguirlo: hará diez años por lo
empeñasen funciones que hasta entonces ha- La exposición se celebrará en el Grand Cen- nario. Solían tener la aplicación de alfileres menos que han sido destruidos los últimos de
blan corrido exclusivamente a cargo del tral Palace, donde se organizan las grandes ex- para sujetar los pañolones de las señoras. dichos cuadros, por la vigilancia y aseo de
sexo masculino; pero la sustitución se expli- posiciones de automóviles y canoas. Los había con el cabello guardado en una los camposantos. Hoy ya no queda ni uno
caba fácilmente, porque ciertos servicios En la Exposición estarán representados los cajilla o estüchecillo, que quedaba interior sólo.
no hubieran podido ser atendidos sin el vinos y licores de todas las partes del mundo. Así eran también los medallones con cabe- El ambiente del arte capilar llevaba a los
auxilio de las mujeres, pues la mayoría de Hasta ahora se sabe que están representados peluqueros por vías análogas, dedicándose a
España, Italia, Francia, Inglaterra, Alemania, llo, que colgaban de sus leontinas ios caba-
los hombres válidos se hallaban en las ñlas Irlanda, Escocia, Hungría, Bélgica, Australia, lleros. Otros guardapelos, ordinariamente de rebuscados peinados de señoras, en las épo-
de los ejércitos que se disputaban la victo- Argentina, África del Sur, Portugal, Checoes- plata o de ruin metal, mostraban el cabello cas de carnaval. Domingo Moreno Montesi-
ria. Pero el hecho de la intervención de la lovaquia, Chile y Cuba, además de una amplia en la parte exterior, resguardado por un nos consignaba interesante nota en (¡Elegan-
mujer en multitud de funciones, ha dejado representación de todos los productos norteame- cristal. Se dibujada con él diminuto paisaje, te Confidencial» (febrero 1924), recordando la
de ser algo raro para convertirse en lo nor- ricanos. al que se añadía una firma, también del vida de Carlos Massip, consagrada a excelsas
mal y corriente. Así, una de las más for- La organización de la exposición comenzó mismo cabello: era el nombre de la persona labores de su industria. Desde 1898 al 1913
midables revoluciones sociales que registra- antes de que fuera anulada la Enmienda 18. Pe- presentaba anualmente en su tienda (calle de
rá la historia, se ha realizado sin convul- ro después a partir del cinco de diciembre se a la que dicho pelo pertenecía.
siones de ningún género, sin propagandas completó con la exposición de toda clase de Los modelos de estas y otras labores, que Fernando y de la Enseñanza) «el resultado
ruidosas, sin agitaciones políticas, sin la bebidas alcohólicas. omitimos, solían presentarse en cuadernos definitivo de todo un año de meditación y re-
menor disputa entre los partidarios de la Aunque en un principio fue organizada con litografiados, tamaño de cuarto mayor, que cogimiento artístico», en el desarrollo de un
un carácter puramente comercial después se se divulgaron extraordinariamente. Quizás el peinado original, sujetado a una idea. Esta,
idea nueva y los mantenedores de la con- modificó el plan inicial y estará destinada al primero que vio la luz pública, fue el editado cada año variada, se condensaba en los títu-
cención vieja: la mujer se ha adueñado de público en general permitiéndose la degustación en París por Mr. Carné, en 1859, formado por los que llevaron sus trabajos: La canastilla,
taquillas, despachos, cajas de caudales y gratuita dentro de unos límites determinados.
de mil otros cargos diferentes, sin que na- Además de las bebidas expuestas, unas mil diecisiete hojas y conteniendo 522 modelos El la
molino, La aurora boreal, El cuerno de
abundancia, El barco, el abanico, El pavo
die le haya disputado la plaza que preten- de diferente calidad, se expondrán al público de objetos grandes y chicos. Fueron en se-
día, y que ha logrado conquistar. La inva- toda clase de accesorios, vasos, recuerdos his- guida imitados en todas partes a donde se real, La cascada, La Luna, El áauila, La ja-
sión de la mujer ha sido aplastante por el tóricos, etc., del arte de la bebida en todos los extendió la moda francesa. Se asegura que ponesa, La jaula, La llama, La aldea.
número. Me parece haber leído estos días países del mundo. Se dice también que habrá de Barcelona salió también uno de estos cua- Digamos aun que coincidieron nuevas prác-
un café, el «más grande del mundo» donde se dernos. Conocemos otro, que en Madrid vino ticas industriales en el arte del cabello, con
que en el Japón hay un contingente de podrán tomar bebidas de todas clases. Los li-
treinta y cinco mil mecanógrafas. Y así es cores extranjeros han entrado en los Estados a publicar Domingo Gascón (plaza de Santa la desaparición de éste. Empleáronse maqui-
en todos los países; y Dasta, para conven- Unidos oomo muestra, independientemente de Catalina de loa Donados, número 2). También nillas diversas para confeccionar ciertas la-
cerse de ello, observar 1a oleada, de mucha- las cuotas concedidas a cada país. debió editarse alguno en Sevilla, atendido lo bores, en cabello, buscando baratura y rapi-
chas que, al llegar la hora de cerrar los Se celebrará también un original concurso, mucho que cundieron estas labores por An- dez. Y la honradez que debía presidir en la
establecimientos, aparecen en las vías co- para el cual se han establecido premios en me-' dalucía. confección de tales objetos se fue al traste.
merciales de la ciudad, de todas las ciu- dallas para profesionales y aficionados que pre- Se destacan en sus páginas los obligados Los cabellos del deudo o del amigo remitidos
dades. senten los mejores «gourmets» del pais. Ofre- temas fúnebres: grandes y pequeños dibujos, a París, se devolvían confeccionados, ya loa
cen medallas de oro, plata y bronce a las amas
Prácticamente, puede considerarse que ha de casa que presenten los mejores menús con representando ordinariamente un panteón, mismos, ya otros similares.
sus correspondientes bebidas desde el almuerzo, rodeado por una verja, al que cobija con sus Perdida la fe, entró la desconfianza y en
quedado duplicada la masa de los ario'es merienda, cena, y colación a la salida del caídas ramas un sauce llorón, o le rodean el nuevo siglo , sin el viejo ambiente, se ha
cectes que pugna para obtener un sitio, teatro. varios cipreses. En la lápida se inscribía el extinguido el arte capilar.
no ya en el sol, sino en cualquier paraje Los premios para profesionales han sido orga- nombre del difunto que recordaban los ca-
en donde se dé cierta cantidad de dinero nizados por la Sociedad de Restaurantes. bellos. Como temas religiosos, estaban dise FRAWCU»CC CARRERAS Y C*\i)i

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