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Nómadas (Col)

ISSN: 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia

Barbero, Jesús Martín


Heredando el futuro. Pensar la educación desde la comunicación
Nómadas (Col), núm. 5, 1996
Universidad Central
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105118998002

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HEREDANDO
EL FUTURO.
PENSAR LA EDUCACIÓN
DESDE LA
COMUNICACIÓN
Jesús Martín Barbero*

“Nuestro pensamiento nos ata todavía al pasado, al mundo tal como existía en la
época de nuestra infancia y juventud.Nacidos y criados antes de la revolución electró-
nica, la mayoría de nosotros no entiende lo que ésta significa. Los jóvenes de la nueva
generación, en cambio, se asemejan a los miembros de la primera generación nacida
en un país nuevo. Debemos aprender junto con los jóvenes la forma de dar los próximos
pasos Pero para proceder así debemos reubicar el futuro. A juicio de los occidentales
el futuro está delante de nosotros. A juicio de muchos pueblos de Oceanía el futuro
reside atrás, no adelante. Para construir una cultura en la que el pasado sea útil y no
coactivo, debemos ubicar el futuro entre nosotros, como algo que está aquí, listo para
que lo ayudemos y protejamos antes de que nazca, porque de lo contrario sería demasiado
tarde”.
Margaret Mead

* Profesor titular de la Escuela de Comunicación Social, Universidad del Valle, ha sido Presidente de ALAIC (Asoc. Latinoame-
ricana de Investigadores de Comunicación), miembro del Comité de Políticas Culturales del Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales.
En esa larga cita se desplie- secuencias lineales que dictaba la
ga el sentido del título y se sintetiza el palabra impresa” y que remite a un
propósito de este texto. Tomada de aprendizaje fundado menos en la de-
un libro1 que su autora escribió en pendencia de los adultos que en la
1970, no se qué resulta más sor- propia exploración que los jóvenes
prendente: si la lúcida valentía con habitantes del nuevo mundo
que mira nacer una cultura que la tecnocultural hacen de la visión, la
desubica, o la paradoja de que sea audición, el tacto o la velocidad.
una antropóloga, dedicada de oficio
a indagar el pasado, la que nos des- 1. Los destiempos en
cubra el nuevo rostro del futuro. En- la educación
tre ambas se teje el lado oculto del
debate entre educación y comuni- Dos destiempos desgarran
cación, y las líneas de fuerza que particularmente el mundo de la edu-
configuran la emergencia de un nue- cación en América Latina. Uno las
vo campo a la vez de investigación y “deudas del pasado”2: los objetivos no
de políticas. Pues es en la educa- cumplidos de universalización de la
ción donde se plasman en forma escolaridad básica. Pues si es cierto
decisiva las contradicciones entre los que en el plano de la cobertura la ex-
tres tipos de cultura desde los que pansión en las últimas décadas ha sido
M.Mead desentraña los lastres que considerable, el deterioro en la cali-
nos impiden comprender la enver- dad de la enseñanza no sólo ha multi-
gadura antropológica de los cambios plicado el número de los analfabetos
que atravesamos, y es desde sus di- funcionales sino que, según estima-
versas figuras de comunicación que ciones de la UNESCO, América La-
avizora la larga temporalidad en que tina es la región con mayores porcen-
se inscriben nuestros miedos al cam- tajes de fracaso escolar en el mundo.
bio, nuestras resistencias, tanto como A las dificultades que aún subsisten,
las posibilidades de inaugurar escena- entre los sectores de más bajos ingre-
rios y dispositivos de diálogo entre reemplazan a los padres instaurando sos, para acceder a la escuela básica
generaciones y pueblos. Llama Mead una ruptura generacional, que es la se añade ahora una deserción ince-
postfigurativa a aquella cultura en la que vivimos hoy, sin parangón en la sante. Y una desmoralización crecien-
que el pasado de los adultos es el fu- historia, pues señala no un cambio de te de los profesores -deterioro sala-
turo de cada nueva generación, de viejos contenidos en nuevas formas o rial, escasez de recursos, no renova-
manera que el futuro de los niños está viceversa, sino un cambio en la natu- ción de equipos que les hace fuerte-
ya entero plasmado en el pasado de raleza del proceso: la aparición de mente reacios a cualquier innovación
los abuelos, pues la esencia de esa una “comunidad mundial” en la que o mejoramiento de la calidad. El otro
cultura reside en el convencimiento de hombres de tradiciones culturales muy destiempo es el que día a día ahonda
que la forma de vida y de saber de los diversas emigran en el tiempo, la brecha de América Latina en la
viejos son inmutables e “inmigrantes que llegan a una nue- producción de ciencia y tecnología. Y
imperecederos. Cofigurativa deno- va era: algunos como refugiados y la imperiosa necesidad entonces de
mina un otro tipo de cultura en la que otros como proscritos”, pero todos ampliar y consolidar la educación su-
el modelo de vida lo constituye la con- compartiendo las “mismas leyendas” perior con miras a fortalecer la capa-
ducta de los contemporáneos, lo que y sin modelos para el futuro. Un futu- cidad de estos países en la produc-
implica que el comportamiento de los ro que balbucean los relatos de cien- ción de conocimientos y el diseño de
jóvenes podrá diferir en algunos as- cia-ficción en los que los jóvenes en- tecnologías. Inversión indispensable
pectos del de sus abuelos y de sus cuentran su experiencia de habitan- pues se trata del campo en el que se
padres. Finalmente, la cultura pre- fi- tes de un mundo cuya compleja hete- produce hoy la dependencia estraté-
gurativa es aquella en que los pares rogeneidad no se deja decir en “las gica, aquella en que se juega no sólo
la posibilidad de competir sino la de les del siglo XVII convierte la edad le indique al alumno lo que dice la
sobrevivir económica y culturalmente. en el “criterio cohesionador de la in- imagen.
Destiempos que se cruzan y que per- fancia”5 permitiendo el establecimien-
versamente vienen a reforzar las re- to de una doble correspondencia: en- Acosado por los cuatro cos-
cesiones económicas y las políticas tre la lineariedad del texto escrito y el tados, ese modelo de comunicación
neoliberales. Como lo hace patente el desarrollo escolar -el avance intelec- pedagógica no sólo sigue vivo hoy sino
acelerado proceso de retraimiento del tual va paralelo al progreso en la lec- que se refuerza al colocarse a la de-
Estado y su solapado o descarado tura-, y de éste con las escalas men- fensiva desfasándose aceleradamen-
empuje a la privatización de la educa- tales de la edad. Esa corresponden- te de los procesos de comunicación
ción. Una privatización que no remite cia estructura la información esco- que hoy dinamizan la sociedad. Pri-
sin embargo únicamente al achica- lar en forma tan sucesiva y lineal mero, negándose a aceptar el
miento y descomposición del Estado que, de un lado, todo retraso o pre- descentramiento cultural que atra-
tradicional sino también al deterioro cocidad serán tachadas de anorma- viesa el que ha sido su eje tecno-pe-
que ha conllevado la masificación es- les, y de otro se identificará la comu- dagógico, el libro. Pues “el aprendi-
colar. Y la búsqueda entonces en los nicación pedagógica con la transmi- zaje del texto (del libro-de-texto)
sectores medios de una educación que sión de contenidos memorizables y asocia a través de la escuela un modo
les permita competir en el mercado reconstituibles: el “rendimiento esco- de transmisión de mensajes y un
laboral, aceptando para ello los cos- lar” se mide por edades y paquetes modo de ejercicio del poder, basados
tos de “un contrato de servicios”3 de información aprendidos. Y es a ese ambos en la escritura”8. Segundo, ig-
obtenido en el mercado educativo. modelo mecánico y unidireccional al norando que en cuanto transmisora
que responde la lectura pasiva que de conocimientos la sociedad cuenta
Privatización que encarna, de la escuela fomenta prolongando la hoy con dispositivos de almacena-
otra parte, un nuevo modelo pedagó- relación del fiel con la sagrada es- miento, clasificación, difusión y circu-
gico centrado en la individuación: en critura que la Iglesia instaurara. Al lación mucho más versátiles, disponi-
la exaltación de la autonomía del indi- igual que los clérigos se atribuían el bles e individualizados que la escuela.
viduo, su capacidad de aprender a poder de la única lectura auténtica de Tercero, atribuyendo la crisis de la
aprender, y en un proyecto la Biblia, los maestros detentan el sa- lectura de libros entre los jóvenes úni-
meritocrático de renovación de las ber de una lectura unívoca, esto es de camente a la maligna seducción que
elites dirigentes que combina, sobre aquella de la que la lectura del alum- ejercen las tecnologías de la imagen,
la base de una alta presión selectiva, no es puro eco. “La autonomía del lo que le ahorra a la escuela tener que
la potenciación de la iniciativa indivi- lector depende de una transformación plantearse la profunda reorganización
dual con una clara recuperación de de las relaciones sociales que que atraviesa el mundo de los lengua-
los valores de la disciplina. sobredeterminan su relación con los jes y las escrituras; y la consiguiente
textos. La creatividad del lector cre- transformación de los modos de
Un segundo terreno de ce a medida que decrece el peso de leer que está dejando sin piso la obs-
destiempos es el de los modelos de la institución que la controla”6. tinada identificación de la lectura con
comunicación que subyacen a la edu- lo que atañe solamente al libro y no a
cación. La escuela encarna y prolon- De ahí la antigua y pertinaz la pluralidad y heterogeneidad de tex-
ga, como ninguna otra institución, el desconfianza de la escuela hacia la tos, relatos y escrituras (orales, visua-
régimen de saber que instituyó la imagen 7, hacia su incontrolable les, musicales, audiovisuales,
comunicación del texto impreso. La polisemia que la convierte en lo con- telemáticos) que hoy circulan. Cuar-
revolución cultural que introduce la trario del escrito, ese texto controla- to, impidiéndose interactuar con el
imprenta instaura un mundo de sepa- do desde dentro por la sintaxis y des- mundo del saber diseminado en la
ración4, hecho de territorialización de de fuera por la identificación de la cla- multiplicidad de los medios de comu-
las identidades, gradación/segrega- ridad con la univocidad. La escuela nicación a partir de una concepción
ción de las etapas de aprendizaje, y buscará sin embargo controlar la ima- premoderna de la tecnología, que no
de dispositivos de control social de la gen, ya sea subordinándola al oficio puede mirarla sino como algo exte-
información o del secreto. Paradig- de mera ilustración del texto escrito rior a la cultura, ”deshumanizante” y
ma de comunicación que desde fina- o acompañándola de un letrero que perversa en cuanto desequilibradora
de los contextos de vida y aprendiza- cio y el tiempo que viven los adoles-
jes heredados. Concepción y actitud centes, insertos en procesos vertigi- 2. Descentramiento
que lo que paradójicamente produce nosos de desterritorialización de la
del libro y
en los jóvenes es una brecha cada día experiencia y la identidad, y atrapa-
desordenamiento
más profunda entre su cultura y aque- dos en una contemporaneidad que
lla desde la que enseñan sus maes- confunde los tiempos, debilita el pa- cultural
tros, lo que deja a los jóvenes inermes sado y exalta el no-futuro fabrican-
ante la atracción que ejercen las nue- do un presente continuo: hecho a la Más que buscar su nicho en
vas tecnologías e incapaces de apro- vez de las discontinuidades de una el campo cultural ilustrado y legitima-
piarse crítica y creadoramente de actualidad cada día más instantánea, do, la nueva cultura, o quizá mejor el
ellas. y del flujo incesante y emborrachador malestar en la cultura que experi-
de informaciones e imágenes?. Está mentan los más jóvenes, desdibuja ese
la educación haciéndose cargo de campo desde la radicalizada experien-
También en el terreno de los esos interrogantes? y si no lo está cia de desanclaje9 que la moderni-
modelos y dispositivos de comunica- haciendo, cómo puede pretender ser dad produce sobre las particularida-
ción, los destiempos se entrecruzan y hoy un verdadero espacio social y des de los hábitos, las mentalidades y
refuerzan convirtiendo la ruptura en- cultural de apropiación de conocimien- las prácticas locales. Pese a la
tre generaciones en el profundo con- tos?. postfigurativa posición de los adul-
flicto entre culturas de que habla tos, aún convencidos de que los cam-
Margaret Mead. Pero la escuela es- bios que viven los jóvenes son, como
camotea ese conflicto reduciéndolo a lo fueron siempre, “una fiebre pasa-
sus efectos morales y traduciéndolo jera”, hoy vemos emerger una ge-
a un discurso de lamentaciones sobre neración “cuyos sujetos no se
la manipulación que los medios hacen constituyen a partir de identificacio-
de la ingenuidad y curiosidad de los nes con figuras, estilos y prácticas de
niños, sobre la superficialidad, el con- añejas tradiciones que definen la cul-
formismo y el rechazo al esfuerzo que tura sino a partir de la conexión-des-
inoculan en los jóvenes “llenándoles conexión (juegos de interfaz) con los
la cabeza de morbo, banalidad y rui- aparatos”10. Lo que, de un lado,
do”. Lo que esa reducción impide es introduce discontinuidades que
que ya no la escuela sino el sistema rompen escandalosa o secretamen-
educativo se haga preguntas como te -gustos vestimentarios, musica-
estas: qué signican saber y aprender les, alimenticios, modos de hablar, de
en el tiempo de la economía relación con los mayores, comporta-
informacional y los imaginarios mientos sexuales- con los
comunicacionales movilizados desde condicionamientos del origen social o
las redes que insertan instantáneamen- del contexto familiar. Nos encontra-
te lo local en lo global?, qué desplaza- mos ante sujetos dotados de una elas-
mientos epistemológicos e ticidad cultural que, aunque se ase-
institucionales están exigiendo los nue- meja a una falta de forma, es más
vos dispositivos de producción y apro- bien apertura a muy diversas formas,
piación cognitiva a partir del interfaz y de una “plasticidad neuronal” que
que enlaza las pantallas hogareñas de les permite una camaleónica adapta-
televisión con las laborales del com- ción a los más diversos contextos y
putador y las lúdicas de los una enorme facilidad para los “idio-
videojuegos?, qué saben nuestras es- mas” de la tecnología. Aprenden a
cuelas, e incluso nuestras facultades hablar inglés en programas de televi-
de educación, sobre las hondas modi- sión captados por parabólica, dispo-
ficaciones en la percepción del espa- nen de una velocidad de percepción y
articulación, especialmente de imáge- levisión expone a los niños, desde que dres de la patria que nos cuentan los
nes, que parece responder a la vez al abren los ojos, al mundo antes velado libros son héroes sin tacha, valientes,
sensorium moderno que W.Benjamin de los adultos. Pero al dar más im- generosos, ejemplares; y lo mismo los
vio emerger en el paseante de las ave- portancia a los contenidos que a la padres de la casa: también en los li-
nidas de la gran ciudad11 y a las sen- estructura de las situaciones se- bros-para-niños aparecen honestos,
sibilidades postmodernas de las efíme- guimos sin comprender el verdadero abnegados, trabajadores, sinceros. De
ras tribus en la ciudad estallada o a papel que la televisión está teniendo una manera oscura los padres captan
las virtuales comunidades cibernéticas. en la reconfiguración del hogar. Y los lo que pasa pero no entienden su ca-
Discontinuidades y también continui- que entrevén esa perspectiva se limi- lado, porque ni los niños ahora “saben
dades, deslocalizaciones y también tan a cargar a la cuenta de la televi- demasiado”, ni viven cosas que “no
arraigos: nuevas formas de juntar- sión la incomunicación que padece son para su edad”. Durante la Edad
se en la ciudad, en el barrio, en la pan- la institución familiar: como si antes Media los niños vivían revueltos con
dilla. Y en la música, especialmente de la televisión la familia hubiera sido los adultos en el trabajo, en la taber-
en esa vieja/nueva cultura del rock un remanso de comprensión y de diá- na, hasta en la cama. Es sólo a partir
en que se mezclan desazón moral y logo. Lo que ni padres ni psicólogos del siglo XVIl13, cuando el declive de
estéticas de lo desechable, nuevas se plantean es por qué mientras los la mortalidad infantil se cruza, en las
sonoridades, ruidos, estridencias y rit- niños siguen gustando de libros para clases medias y altas, con un apren-
mos de la ciudad junto a la experien- niños prefieren -en porcentajes del dizaje por libros -que sustituye al
cia cotidiana de la violencia, el 70% o más según las investigaciones aprendizaje por prácticas- cuando
anononimato y la soledad hostil. realizadas en todos los países- los pro- emerge la infancia como “un mundo
gramas de televisión para adultos. aparte”. La televisión ha puesto fin a
Radicalizando ese Cuando es ahí donde se esconde la esa separación social, y es ahí don-
descentramiento, la televisión introdu- pista clave: mientras el libro disfraza de cala la honda desazón que produ-
ce un desorden cultural que plantea su control -tanto el que sobre él se ce su desorden cultural.
retos de fondo a la familia y a la es- ejerce como el que a través de él se
cuela. A la familia, porque mientras realiza- tras su estatuto de objeto dis- El estallido de las fronteras
el texto escrito creó espacios de tinto y de la complejidad de los temas espaciales y sociales que la televisión
comunicación exclusiva entre los y del vocabulario, el control de la te- introduce en el hogar des-localiza los
adultos instaurando una marcada levisión no admite disfraces haciendo saberes y des-legitima sus
segregración entre adultos y niños, la explícita la censura. La que, de una segmentaciones. Ello modifica tanto
televisión cortocircuita los filtros parte, devela los mecanismos de si- el estatuto epistemológico como
de la autoridad parental transfor- mulación que sostienen la autoridad institucional de los lugares de saber
mando los modos de circulación familiar, pues los padres juegan en la y de las figuras de razón. No es ex-
de la información en el hogar: “lo realidad papeles que la televisión des- traño que el imaginario de la televi-
que hay de verdaderamente revolu- enmascara: en ella los adultos mien- sión sea asociado a los antípodas de
cionario en la televisión es que ella ten, roban, se emborrachan se mal- los valores que definen a la escuela:
permite a los más jóvenes estar pre- tratan... Y de otra, el niño no puede larga temporalidad, sistematicidad, tra-
sentes en las interacciones entre adul- ser culpabilizado por lo que ve (como bajo intelectual, valor cultural, esfuer-
tos (..) Es como si la sociedad entera sí lo es por lo que clandestinamente zo, disciplina. Pero al ser acusada por
hubiera tomado la decisión de autori- lee) pues no fue él quien trajo subrep- la escuela de todos los males y vicios
zar a los niños a asistir a las guerras, ticiamente el programa erótico o vio- que acechan a la juventud la televi-
a los entierros, a los juegos de seduc- lento a la casa. La televisión desor- sión devela lo que ésta cataliza de
ción, los interludios sexuales, las intri- dena las secuencias del aprendiza- cambios en la sociedad: desplaza-
gas criminales. La pequeña pantalla je por edades/etapas, ligadas al pro- miento de las fronteras entre razón e
les expone a los temas y comporta- ceso escalonado de la lectura, y las imaginación, entre saber e informa-
mientos que los adultos se esforzaron jerarquías basadas en la “polaridad ción, naturaleza y artificio, arte y cien-
por ocultarles durante siglos”12. Al no complementaria” entre hechos y mi- cia, saber experto y experiencia pro-
depender su uso de un complejo códi- tos: mientras la cotidiana realidad está fana. Lo que a su vez conecta las
go de acceso, como el del libro, la te- llena de fealdades y defectos, los pa- nuevas condiciones del saber -esas
que constituyen para Lyotard el fon- de explorar el sentir, de liberar los sen- coanálisis: primero fantasma y des-
do de la marejada que llama tidos, de hacer estallar el sentido-, pués trazo, figura18. En todo caso,
postmodernidad, lo que ella tiene de entre las revueltas de los estudiantes desde el principio la imagen fué a la
cambio de época14- con las nuevas y la confusión de los profesores, y en vez medio de expresión, de comuni-
formas de sentir y las nuevas figuras la revoltura que esos años producen cación y también de adivinación e ini-
de la socialidad15. Desplazamientos y entre libros, sonidos e imágenes, ciación, de encantamiento y curación.
conexiones que empezaron a hacer- emerge un proyecto pedagógico que Es desde su estructural infancia -
se institucionalmente visibles en los cuestiona radicalmente el carácter infans significa no habla- que la
movimientos del 68 desde París a monolítico y transmisible del conoci- imagen resiste a ser legible: “más or-
Berkley pasando por Ciudad de miento, que revaloriza las prácticas gánica que el lenguaje, la imaginería
México. Entre lo que dicen los y las experiencias, que alumbra un procede de otro elemento cósmico
graffitis” la poesía está en la calle”,” saber mosaico hecho de objetos mó- cuya misma alteridad es fascinante”19.
la ortografía es una mandarina”, ”hay viles y fronteras difusas, de De ahí su condena platónica al mun-
que explorar sistemáticamente el intertextualidades y bricolages. Y es do del engaño, su reclusión/confina-
azar”,” la inteligencia camina más que en ese proyecto de saber donde co- miento en el campo del arte, y su asi-
el corazón pero no va tan lejos”16 y mienza a abrirse camino la posibilidad milación a instrumento de manipula-
lo que cantan los Beatles -necesidad de dejar de pensar antagónicamente dora persuasión religiosa, ideológica.
escuela y medios audiovisuales. Pues
si ya no se escribe ni se lee como an-
tes es porque tampoco se puede ver
ni representar como antes. Y ello no
es reducible al hecho tecnológico
pues “es toda la axiología de los lu-
gares y las funciones de las prácticas
culturales de memoria, de saber, de
imaginario y creación la que hoy co-
noce una seria reestructuración”: la
visualidad electrónica ha entrado a
formar parte constitutiva de la
visualidad cultural, esa que es a la
vez entorno tecnológico y nuevo ima-
ginario “capaz de hablar culturalmente
-y no sólo de manipular tecnológica-
mente-, de abrir nuevos espacios y
tiempos para una nueva era de lo sen-
sible”17. Esa que empieza en la tele-
visión y continua en el computador y
el hipertexto multimedia.

3. De la magia de la ima-
gen al pensamiento visual

En el principio fue la pala-


bra, dice la Biblia, en el principio fue
el gesto, dicen los antropólogos, en el
principio fue la imagen, dice el psi-
En una civilización logocéntrica20 la mexicanas iluminando los escenarios culto el pintor Rolando de la Rosa
imagen no puede ser sino sucedáneo, latinoamericanos en que se libra la expuso en el Museo de arte Moderno
simulacro o maleficio. No pertenece batalla cultural. El primero se sitúa (1987) una Virgen de Guadalupe con
al orden del ser sino de la apariencia, entre la desconfianza y el ascetismo el rostro de Marilyn Monroe. Blasfe-
ni al orden del saber sino de la enga- de los franciscanos, cuyo didactismo mia que en cierto modo empata con
ñosa opinión. Y su sentido estético esta trata de conjurar el uso mágico y la que paradójicamente subyace al
siempre impregnado de residuos má- fetichista que el pueblo tendía a ha- lugar que la Guadalupana conserva en
gicos o amenazado de travestismos cer de las imágenes, y la explotación la Constitución de 1873, que consa-
del poder, político o mercantil. que los jesuitas hacen de las poten- gra al mismo tiempo su día como fies-
cias visionarias y las capacidades ta patria y la más radical separación
Es contra toda esa larga y taumatúrgicas de la entre iglesia y Estado, o en la solem-
pesada carga de sospechas y desca- imagen...milagrosa. En la que se pro- ne coronación de 1895 durante el go-
lificaciones que se abre paso una duce el ejemplo más denso y esplén- bierno laicista de Porfirio Díaz.
mirada nueva que, de un lado rescata dido de la guerra de ciframientos y
la imagen como lugar de una estraté- resignificaciónes de que está hecha El segundo escenario reúne
gica batalla cultural, y de otro des- la historia profunda de estos países. tres actores: el barroco popular que
cubre la envergadura de su media- Abiertos a la novedad del mundo ame- del siglo XVIII al XIX despliega “un
ción cognitiva en la lógica tanto del ricano, los jesuitas no le temen a la pensamiento plástico frente al que las
pensar científico como técnico. hibridación cultural -que aterraba a los elites sólo tendrán indiferencia, silen-
franciscanos- y no sólo permiten sino cio o desprecio”24, que es el de los
Cómo puede entenderse el que alientan las experiencias visiona- santuarios rurales de Tepalcingo y
descubrimiento, la conquista, la colo- rias, las conexiones de la imagen con Tonantzintla; el muralismo que de
nización y la independencia del Nue- el sueño y el milagro, la irrupción de Orozco y Rivera a Siqueiros
vo Mundo por fuera de la guerra de lo sobrenatural en lo surreal humano. resignifica en un discurso revolucio-
imágenes que todos esos procesos Pero los indígenas, por su parte, apro- nario y socialista el didactismo de los
movilizaron? se pregunta Serge vechan la experiencia de simulación misioneros franciscanos y el barroquis-
Gruzinski21. Cómo pueden compren- que contenía la imagen barroca para mo visionario de los jesuitas, el dis-
derse las estrategias del dominador o insertarle un relato otro, hecho de curso ideológico y el impulso utópico;
las tácticas de resistencia de los pue- combinaciones y usos que desvían y y tercer actor, la recuperación de los
blos indígenas desde Cortés hasta la pervierten, desde dentro, la lectura que imaginarios populares en las
guerrilla zapatista sin hacer la historia imponía el relato de la iglesia. El imaginerías electrónicas de Televi-
que nos lleva de la imagen didáctica sincretismo de simulación/subversión sa, en las que el cruce de arcaísmos
franciscana al barroco de la imagen cultural que contiene la imagen mila- y modernidades que hacen su éxito
milagrosa, y de ambas al manierismo grosa de la Virgen Guadalupana ha no es comprensible sino desde los
heroico de la imaginería libertadora, sido espléndidamente descifrado por nexos que enlazan las sensibilidades
al didactismo barroco del muralismo O. Paz y R. Bartra22. Pero la guerra a un orden visual social en el que
y a la imaginería electrónica de la de imágenes que pasa por ese las tradiciones se desvían pero no se
telenovela?. Cómo penetrar en las icono no queda sólo entre la apareci- abandonan, anticipando en las
oscilaciones y alquimias de las iden- da del Tepeyac, la diosa de Tonantzin tranformaciones visuales experiencias
tidades sin auscultar la mezcla de imá- y la Malinche, sino que continua pro- que aún no tienen discurso ni concep-
genes e imaginarios desde los que los duciéndose hoy en las hibridaciones to. El actual desorden postmoderno del
pueblos vencidos plasmaron sus me- iconógráficas de un mito que imaginario de construciones, simula-
morias e inventaron una historia pro- reabsorve el lenguaje de las historie- cros, descontextualizaciones,
pia?. tas impresas y televisivas fundiendo eclecticismos- remite al dispositivo
a la Guadalupana con el hada madri- barroco (o neobrarroco que diría
Recorriendo la historia mexi- na de Walt Disney, la Heidi japonesa Calabrese25) “cuyos nexos con la ima-
cana, Gruzinski responde a esas pre- y hasta con el mito de la Mujer mara- gen religiosa anunciaban el cuerpo
guntas, y hay en ella dos momentos villa23. Eso del lado de las imágenes electrónico unido a sus prótesis tec-
que desbordan las peculiaridades populares, porque también del lado nológicas, walkmans, videocaseteras,
computadoras”26. al orden de la percepción y del pen- otro no es más que el simulacro
samiento de una época, que después fetichista de un sujeto devenido él
Hablar de pensamiento vi- racionalizará y utilizará la ciencia31. mismo objeto37.
sual resulta aún demasiado chocante Ernst Gombrich estudia la configura-
a los racionalistas y ascéticos oidos ción de la mirada que tematiza y La perspectiva
que aún ordenan el campo de la edu- textualiza la imagen -”un cuadro es epistemológica tiene su más explícito
cación. Los prejuicios son tantos y tan una hipótesis que contrastamos al mi- y espléndido punto de partida en la
hondos que tornan sospechosa y lle- rarlo”- desde la perspectiva psicoló- obra filosófica de M. Merleau-Ponty
na de malentendidos cualquier em- gica de la gestalt, es decir de la acti- primero sobre la percepción, luego
presa de cuestionamiento y replantea- vidad cognitiva de la percepción en la sobre la pintura de Cezanne y final-
miento. Confundido de un lado con la construcción de la imagen32. mente sobre la relación de lo visible a
mentalidad mercantil del “una imagen lo invisible38. Hay un saber del cuer-
vale más que mil palabras”, y del otro La investigación po que no es pensable desde la con-
con las identificaciones primarias y las sociosemiótica de la imagen ha hecho ciencia en que se representa el mun-
proyecciones irracionales27, las mani- pensable su espesor significante, la do pero que es accesible a la expe-
pulaciones consumistas y la simula- materialidad de la experiencia social riencia originaria en que se constitu-
ción política28, el mundo de la imagen que carga las formas, los colores y ye el mundo del hombre, el interfaz
se situaría en los antípodas de la pro- las técnicas33, la relación constitutiva entre la percepción y la expresión.
ducción de conocimiento, esto es en de las mediaciones tecnológicas con Constituido en punto de vista desde
el espacio y el tiempo de la diversión los cambios en la discursividad, con el que el mundo toma sentido, el
y el espectáculo29. Pero desde la his- las nuevas competencias de lenguaje, cuerpo deja de ser el instrumento de
toria del arte, primero, desde la se- desde los trazos mágico-geométricos que se sirve la mente para conocer
miótica y el psicoanálisis después, y del homo pictor al sensorium laico y se convierte en el lugar desde el
también desde la fenomenología y la que “revela” el grabado o la fotogra- que veo y toco, o mejor desde el que
epistemología, la imagen esta siendo fía, y los nuevos relatos que inaugu- siento cómo el mundo me toca. Ese
reubicada en la complejidad de sus ran el cine y el video34. Pero también carácter libidinal y no geométrico
relaciones con el pensamiento. Erwin la sociosemiótica explora el vaciado de la percepción humana -”estamos
Panofsky investiga pioneramente las de sentido que sufre la imagen so- hechos de la carne del mundo”- es el
secretas conexiones que ligan las for- metida a la lógica de la mercancía y que Merleau-Ponty encuentra plas-
mas y los estilos con los mapas men- el espectáculo: en la indiferencia y mado en la pintura de Cezanne, la pri-
tales de su tiempo30. Así la imposibili- la insignificancia que corroen el mera en “resolver” el antagonismo
dad medieval de la perspectiva pictó- campo del arte mientras se produce tanto racionalista como empirista en-
rica respondía a la ausencia de la dis- una estetización banal de la vida toda tre la sensación y el pensamiento.
tancia intelectual que exigía la moder- y una proliferación de imágenes en Cezanne se ha negado a escoger en-
na idea de historia. El análisis las que no hay nada que ver35; en tre la forma (de los renacentistas) y
iconológico da cuenta justamente del el debilitamiento y fragilidad de lo real el color (de los impresionistas) entre
paso de la iconografía de los motivos que produce un discurso de la infor- el orden y el caos para poder “pintar
o las alegorías, que representan los mación visual en el que la sustitu- la materia en el trance de darse for-
cuadros o los edificios, a la compren- ción de la cifra simbólica, que anu- ma, haciéndonos visible el incesante
sión de los conceptos y los esquemas daba los tiempos del pasado y el pre- nacer del mundo”. Pero el mundo
mentales que organizan la selección sente, por la fragmentación que exi- “que es lo que vemos”, no se nos re-
de los motivos y la composición de las ge el espectáculo, transforma el de- vela sinembargo más que si apren-
formas pictóricas o arquitectónicas. seo de saber en mera pulsión de ver36; demos a verlo. Paradoja del pensa-
Investigando el orden visual del en el primado del objeto sobre el suje- miento occidental que opone el indis-
Quattrocento, Pierre Francastel va to que realiza el discurso publicita- pensable aprendizaje del leer a su no
más lejos: en lugar de la correspon- rio a través de la imagen convertida necesidad para saber ver, pues ese
dencia de las formas con las cosas en estrategia de seducción y obsceni- pensamiento desconoce el saber del
vistas, la pintura anticipa las estruc- dad, esto es puesta en escena de una ver, esto es su modo peculiar de po-
turas del ver, pertenecientes a la vez liberación perversa del deseo cuyo nernos a pensar, o
mejor de darnos qué pensar: la secre- al XIX por primera vez en la cultura cognitivo de la imagen se produce a
ta conexión en la visión de lo sensible occidental “la vida escapa a las leyes partir de su informatización, esto
y lo inteligible, de lo visible y lo invisi- generales del ser tal y como se daba es de su inscripción en el orden de lo
ble. en el análisis de la representación”; y numerizable, que es el orden del
con la vida, el trabajo transforma el cálculo y sus mediaciones lógicas:
La revaloración cognitiva de sentido de la riqueza en economía, y número, código, modelo. Inscripción
la imagen pasa paradójicamente por también el lenguaje se “libera” para que no borra sin embargo ni la figu-
la crisis de la representación. Y a enraizarse en su materialidad sonora ra ni los efectos de la imagen - el
examinar esa crisis dedicó M.Foucault y en su expresividad histórica, la “ex- erotismo o la pornografía vía internet
su libro “Las palabras y las cosas”. presividad de un pueblo”. El fin de la funcionan- pero esa figura y efec-
El análisis se inicia con la lectura de metafísica da la vuelta al cuadro : el tos remiten ahora a una economía
un cuadro de Velázquez, Las espejo en que al fondo de la escena informacional que reubica la
Meninas, lectura que nos propone se mira el rey, al que el pintor mira, se imagen en los antípodas de la
tres pistas. Puesto que estamos ante pierde en la irrealidad de la represen- ambigüedad estética y la irraciona-
un cuadro en el que un pintor nos con- tación. Y en su lugar emerge el hom- lidad de la magia o la seducción. El
templa, lo que en verdad vemos es el bre vida-trabajo-lenguaje. Y es a partir proceso que ahí llega entrelaza un
revés del cuadro que el pintor pinta, y de la trama significante que tejen doble movimiento. El que prosigue y
es en ese revés donde somos visibles las figuras y los discursos (las imá- radicaliza el proyecto de la ciencia
nosotros. Segunda, lo que podemos genes y las palabras) y de la eficacia moderna -Galileo, Newton - de tra-
decir del cuadro no habla de lo que operatoria de los modelos, como se ducir / sustituir el mundo cualitativo
vemos porque “la relación del lenguaje hace posible ese saber que hoy deno- de las percepciones sensibles por la
a la pintura es infinita. No porque la minamos ciencias humanas. cuantificación y la abstracción lógico-
palabra sea imperfecta sino porque numérica, y el que reincorpora al pro-
son ireductibles la una a la otra. Lo Es justamente en el cruce ceso científico el valor informativo de
que se ve no se aloja, no cabe jamás de los dos dispositivos señalados lo sensible y lo visible. Un nueva
en lo que se dice”39. Tercera, la esen- por Foucault-economía discursiva y episteme cualitativa abre la investi-
cia de la representación no es lo que operatividad lógica - donde se sitúa gación a la intervención constituyen-
da a ver sino la invisibilidad profunda la nueva discursividad constitutiva te de la imagen en el proceso del sa-
desde la que vemos, y ello a pesar de de la visibilidad y la nueva identi- ber: arrancándola a la sospecha ra-
lo que creen decirnos los espejos, dad lógico-numérica de la imagen. cionalista, la imagen es percibida por
las imitaciones, los reflejos, los en- Estamos ante la emergencia de “otra la nueva episteme como posibilidad de
gaña-ojo. Pues ya no es, como en el figura de la razón”40 que exige pen- experimentación/simulación que po-
pensamiento clásico, el desciframiento sar la imagen, de una parte, desde tencia la velocidad del cálculo y per-
de la semejanza en su juego de sig- su nueva configuración sociotécnica mite inéditos juegos de interfaz, esto
nos, en su capacidad de vecindad, -el computador no es un instrumento es de arquitecturas de lenguajes.
imitación, analogía o empatía, la que con el que se producen objetos, sino Virilio denomina “logística visual”41 a
hace posible el conocimiento. Ni tam- un nuevo tipo de tecnicidad que po- la remoción que las imágenes
poco la hermenéutica de la escritura, sibilita el procesamiento de informa- informáticas hacen de los límites y
que domina desde el Renacimiento en ciones, y cuya materia prima son funciones tradicionalmente asignados
un reenvío de lenguajes -de la Escri- abstraciones y símbolos, lo que inau- a la discursividad y la visibilidad, a
tura a la Palabra- que coloca en el gura una nueva aleación de cerebro la dimensión operatoria ( control,
mismo plano las palabras y las cosas, e información, que sustituye a la del cálculo y previsibilidad), la potencia
el hecho, el texto y el comentario. A cuerpo con la máquina-; y de otra, interactiva (juegos de interfaz) y la
partir del siglo XVII el mundo de los desde la emergencia de un nuevo pa- eficacia metafórica (traslación del
signos se espesa, e inicia la conquista radigma del pensamiento que rehace dato cuantitativo a una forma percep-
de su propio estatuto poniendo en cri- las relaciones entre el orden de lo tible: visual, sonora, táctil). La visibili-
sis su subordinación a la representa- discursivo ( la lógica ) y de lo visi- dad de la imagen deviene
ción tanto del mundo como del pen- ble (la forma), de la inteligibilidad y legibilidad42, permitiéndole pasar del
samiento. Y en el paso del siglo XVIII la sensibilidad. El nuevo estatuto estatuto de“obstáculo epistemológico”
al de mediación discursiva de la nológica. El problema de fondo es
fluidez (flujo) de la información y del cómo insertar la escuela en un Más que un conjunto de nue-
poder virtual de lo mental. ecosistema comunicativo43, que es vos aparatos, de maravillosas máqui-
a la vez experiencia cultural, entorno nas, la comunicación designa hoy un
4. La escuela: entre el pa- informacional y espacio educacional nuevo sensorium (W. Benjamin): nue-
limpsesto y el hipertexto difuso y descentrado. Y cómo seguir vas sensibilidades, otros modos de
siendo en ese nuevo escenario el lu- percibir, de sentir y relacionarse con
gar donde el proceso de aprender el tiempo y el espacio, nuevas mane-
Antes que una cuestión de guarde su encanto: a la vez rito de ras de reconocerse y de juntarse. Los
medios el nuevo escenario comuni- iniciación en los secretos del saber y medios de comunicación y las tecno-
cativo debería ser para la educación desarrollo del rigor de pensar, del aná- logías de información significan para
una cuestión de fines: qué transfor- lisis y la crítica, sin que lo segundo la escuela en primer lugar eso: un reto
maciones necesita la escuela para implique renunciar al goce de crear. cultural, que hace visible la brecha
encontrarse con su sociedad?. Por- Ubicada en esa perspectiva la rela- cada día más ancha entre la cultura
que de lo contrario la mera introduc- ción educación/comunicación se des- desde la que enseñan los maestros y
ción de medios y tecnologías de co- dobla en ambos sentidos: qué signifi- aquella otra desde la que aprenden los
municación en la escuela puede ser can y qué retos plantean a la educa- alumnos. Pues los medios no sólo
la más tramposa manera de ocultar ción los cambios en la comunicación?, descentran las formas de transmisión
sus problemas de fondo tras la mito- qué tipo de educación cabe en el es- y circulación del saber sino que cons-
logía efímera de su modernización tec- cenario de los medios? tituyen un decisivo ámbito de sociali-
zación, de dispositivos de identifica-
ción/proyección de pautas de compor-
tamiento, estilos de vida y patrones de
gustos44. Es sólo a partir de la asun-
ción de la tecnicidad mediática
como dimensión estratégica de la
cultura que la escuela puede inser-
tarse en los procesos de cambio que
atraviesa nuestra sociedad. Para lo
cual la escuela debe interactuar con
los campos de experiencia en que
hoy se procesan los cambios:
desterritorialización/relocalización de
las identidades, hibridaciones de la
ciencia y el arte, de las literaturas es-
critas y las audiovisuales, reorganiza-
ción de los saberes desde los flujos y
redes por los que hoy se moviliza no
sólo la información, sino el trabajo y
la creatividad, el intercambio y la
puesta en común de proyectos, de
investigaciones, de experimentaciones
estéticas.Y por lo tanto interactuar
con los cambios en el campo/merca-
do profesional, es decir con las nue-
vas figuras y modalidades que el en-
torno informacional posibilita, con los
discursos y relatos que los medios
Ideogramas Cretenses masivos movilizan y con las nuevas
formas de participación ciudadana especial los audiovisuales, que no pro- terias, grados, edades y paquetes de
que ellos abren especialmente en la ducen sino masificación, conformis- conocimientos, a otro descentrado y
vida local. Pero esa interacción exi- mo y consumismo- está acarreando plural, cuya clave es el “encuentro”
ge superar radicalmente la concep- un serio proceso de marginación del palimpsesto -ese texto en el que
ción instrumental de los medios y las sociocultural : pues al no preparar el pasado borroso emerge en las
tecnologías de comunicación que pre- sino para su “cultura normalizada” la entrelíneas que escriben el presente-
dominan no sólo en las prácticas de la escuela deja a los sectores más po- y el hipertexto: escritura no
escuela, sino en los proyectos educa- bres sin la menor posibilidad de apro- secuencial sino montaje de conexio-
tivos de los ministerios, y hasta en los vechar tanto la oralidad como ex- nes en red que al permitir una multi-
discursos de la UNESCO. En esa periencia cultural primaria, que plicidad infinita de recorridos transfor-
concepción los medios son mirados constituye su modo propio de comu- ma la lectura en escritura. Potencian-
como herramientas completamente nicación y organización perceptiva y do la figura y el oficio del educador,
exteriores al proceso pedagógico mis- expresiva del mundo, como esa otra que de mero retransmisor de saberes
mo, capaces únicamente de moder- cultura de la visualidad electrónica, se convierte en formulador de proble-
nizar, esto es de ampliar la cobertu- forma de “oralidad secundaria”45 que mas, provocador de interrogantes,
ra de transmisión y tecnificar la ilus- gramaticalizan y semantizan los coordinador de equipos de trabajo,
tración de lo que se transmite- y de medios y tecnologías de comunica- sistematizador de experiencias, me-
amenizar la inercia que erosiona tan- ción. Cuando es ahí, en la complici- moria viva de la institución que hace
to el sistema educativo (a pesar de la dad/ compenetración entre esas dos relevo y posibilita el diálogo entre ge-
acumulación de reformas que los su- culturas -oral y visual- por donde pasa neraciones. En una escuela así hasta
cesivos gobiernos introducen sin que la especificidad de la experiencia co- ese medio que representa la paraliza-
en el fondo nada cambie) como la lectiva de modernidad en ción mental, el secuestro de la imagi-
autoridad y las prácticas cotidianas de Latinoamérica46. Cómo puede la es- nación y la consagración de la banali-
maestros y alumnos. Concepción que cuela insertarse en la complejidad de dad, la televisión, puede convertirse,
se basa en, y retroalimenta, la praxis mestizajes -de tiempos y memorias, de un lado en “terminal cognitivo”
comunicativa de una escuela que aún imaginarios y culturas- anclada úni- cuya fragmentación y flujo exigen
se piensa a sí misma como mera camente en la modernidad letrada e un nuevo modo de leer, capaz no sólo
retrasmisora de saberes a memorizar ilustrada, cuando en nuestros países de apropiarse críticamente de los con-
y reproducir. Y de ese modo una edu- la dinámica de las transformaciones tenidos que trasmite sino de desci-
cación que ve en los medios sus peo- que calan en la cultura cotidiana de frar los cambios en la experiencia
res enemigos acaba siendo su más las mayorías provienen básicamen- social y en la narratividad cultural
perversa aliada: por más escandaloso te de la desterritorialización y las que ese medio cataliza48. Y en se-
que suene, lo cierto es que nada em- hibridaciones que agencian los medios gundo lugar, la televisión le interesa a
puja más a los adolecentes a dejarse masivos y de “la persistencia de es- la escuela menos como motivación
absorber por los medios que la abis- tratos profundos de la memoria co- que como dispositivo específico de
mal distancia entre la actividad, di- lectiva sacados a la superficie por las aprendizaje: aprender de las imáge-
versidad, curiosidad, actualidad, bruscas alteraciones del tejido social nes en lugar de aprender por la
apertura de fronteras que dinamizan que la propia aceleración imagen: la estructura del discurso
hoy el mundo de la comunicación, y modernizadora comporta?”47. audiovisual como proceso
la pasividad, uniformidad, redun- performativo, esto es “ni de
dancia, anacronía, provincianismo Un uso creativamente peda- condicionamiento ni de identificación
que lastran desde dentro el modelo y gógico y crítico de los medios -televi- sino de estructuración del pensamien-
el proceso escolar. Un modelo que al sión, vídeo, computador, multimedia, to”49. Y específico también en otro
enfrentar cotidianamente a los alum- internet- sólo es posible en una es- sentido, el que permite explorar su
nos a un discurso maniqueo y cuela que transforme su modelo y su capacidad de proveer temáticas para
esquizoide -la escuela “último baluar- praxis de comunicación: que haga la interacción social, de abrir a otros
te” del libro y por tanto de la reflexión, posible el tránsito de un modelo cen- modos de saber, adquisición de acti-
del argumento, y la independencia de trado en la secuencia lineal que en- tudes, de estimulación imaginativa y
pensamiento, frente a unos medios, en cadena unidireccional- mente ma- afectiva50.
una diversificación de enfoques y una
La otra vertiente de la rela- mayor especialización del discurso
ción comunicación/educación, la pre- audiovisual. El momento actual inscri-
sencia de programas educativos en los be a la televisión educativa en un com- CITAS
medios, sólo va a ser evocada aquí plejo conjunto de movimientos: de
1. M. Mead, Cultura y compromiso, Granica,
pues ella exigiría una reflexión del ta- privatización de la mayoría de las ca- Buenos Aires,1971.
maño y densidad dedicada a la ante- denas públicas en Europa y América
rior. Desde el punto de vista histórico Latina, de concentración creciente del 2. J.C. Tedesco, Situación de la educación en
América Latina, en Educación y comunicación,
la radio fue el primer medio con “vo- sector de producción de programas y Turner, Madrid, 1989
cación pedagógica”51, y de ello tiene su compra o anexión por parte de
3. J.J. Brunner, El nuevo pluralismo educacio-
Colombia una experiencia pionera en grandes conglomerados económicos nal en América Latina, Flacso, Santiago,1991
sus aciertos y fracasos: Radio de comunicación unos y de produc-
Sutatenza. Por su parte, la televisión ción industrial en general otros, pero 4. M. McLuhan, La galaxia Gutenberg, Plane-
ta-Agostini, Barcelona, 1981
nace en muchos países, desde Esta- también de expansión y fortalecimien-
dos Unidos a Europa pasando por los to de los canales locales de televisión 5. J. Meyrowitz, La télévisión et l’integration
nuestros, como proyecto de “educa- comunitaria o municipal, de crecimien- des enfants: la fin du secret des adul tes, in
“Reseaux” Nº 74, ps. 55-88, París, 1995.
ción cultural y popular”, pensada desde to de los productores y redes indepen-
un modelo de comunicación pedagó- dientes de video55. De ahí que la tele- 6. M.de Certeau, L’invention du quotiden, p.289,
U.G.E-10/18, París, 1980
gica en la cual los tele-espectadores visión educativa se pluralice en una
eran los alumnos y los productores multiplicidad de modelos56. La televi- 7. R.Debray, Vida y muerte de la imagen. Histo-
eran los maestros52. Es decir fue la sión escolar de “enriquecimiento” ria de la mirada en Occidente, Paidos, Barcelo-
na, 1992
escuela la que le prestó a la televisión cuyo objetivo es proporcionar sensi-
su paradigma de comunicación, bilizaciones, ayudas o refuerzos, al tra- 8. J.J.Brunner, Fin o metamorfosis de la escue-
iluminista y conductista, entre un polo bajo del maestro en el aula. La televi- la, en “David y Goliath” Nº58, p.60, el parén-
tesis es nuestro, Buenos Aires, 1991
emisor que detenta y trasmite el sa- sión de “enseñanza directa” o “a dis-
ber, y un polo receptor convocado tancia” que sustituye al aula y que, 9.A.Giddens, Consecuencias de la modernidad,
p.32 y ss, Alianza, Madrid, 1994
únicamente a captar el mensaje pe- aunque organizada curricularmente en
dagógico y a reproducirlo de la ma- su estructura y contenidos, introduce 10. S.Ramirez/S.Muñoz, Trayectos del consu-
nera más fiel posible. Consecuencia: la autonomía de la televisión como mo, p.60, Informe de investig. Univalle Cali,
1995; S. Ramírez, Cultura, tecnologías y sensi-
el lenguaje de la televisión se subordi- medio de instrucción y formación ins- bilidades juveniles en “Nómadas” Nº 4, Bogotá,
na miméticamente a cumplir el viejo tituyendo una permanente interacción 1996.
rol de ilustrador en imágenes de los con los telealumnos. La televisión de
11. W. Benjamin, Iluminaciones 2, p.49 y s,
contenidos didácticos, lenguaje vigila- “contexto” se inserta explícitamente Taurus, Madrid, 1980
do estrechamente por los educadores en la televisión-proyecto cultural
12. Meyrowitz, obra citada, p.62
que desconfían de su polisemia que rebasa lo curricular en la diversi-
distractora, y desaprovechado tanto dad y libertad de sus temas a la vez 13.Ph.Aries, L’Enfant et la vie familiale sous
estética como narrativamente53. Un que expande su tecnicidad hacia la l’Ancien Regime, Plon, París, 1960
segundo momento va a permitir a la organización multimedia, experimen- 14. El libro eje del dabate J.F.Lyotard, La condi-
televisión educativa sacudirse la sub- tando y potenciando al máximo las ción postmoderna, tiene como subtítulo Infor-
ordinación mecánica al modelo de formas de interactividad, no sólo como me sobre el saber, Cátedra, Madrid, 1984

comunicación transmisiva y liberar estrategia estrictamente pedagógica 15.Ver a ese propósito: G.Vattimo, La sociedad
hasta un cierto punto las posibilidades sino de educación ciudadana, esto transparente, Paidos, Barcelona, 1980; M.
Maffesoli, El tiempo de las tribus, Icaria, Bar-
pedagógico-expresivas propias de ese es de participación y expresión de la celona,1990
medio. Ello sucede especialmente en comunidad, y de innovación cultu-
la “educación continuada”54 de adul- ral que busca en la experimentación 16. J.Cortazar recoge esos graffiti en Noticias
del mes de mayo, Casa de las Américas-Diez
tos, que al abordar un aprendizaje casi del lenguaje audiovisual catalizar los años, p. 246 y ss. La Habana, 1970
desescolarizado de oficios y de capa- nuevos modos de ver y oír, de leer y
citación en proyectos sociales y de narrar. 17. A.Renaud, Videoculturas de fin de siglo,p.17,
Cátedra, Madrid, 1990
renovación tecnológica posibilitaba
37. J.Baudrilard, Las estrategias fatales, Ana-
18. A.Leroi-Gourhan, El gesto y la palabra, grama, Barcelona, 1985
Univ.Central, Caracas, 1971; Ch.Metz, Le
signifiant imaginaire. Psychanalyse et cinéma, 38.M. Merleau-Ponty, Phénoménologie de la
U.G.E, París, 1977; R.Gubern, La imagen por- perception, Gallimard, París, 1945; Le doute de
nográfica y otras perversiones ópticas, Akal, Cézanne, in Sens et non sens, Nagel, París, 1966;
89. Le visible et l’invisible, Gallimard, París, 1964

19. R. Debray, obra citada. p.53 39. M. Foucault, Les mots et les choses, p.25,
Gallimard, París, 1966
20. A ese respecto: J.Derrida, De la
Gramatología, p.11 y ss., Siglo XXI,B.A.1971 40. A.Renaud, L’image: de l’économie
informationelle à la pensée visuelle, in “Reseaux”
21. S.Gruzinski, La guerra de las imágenes. De Nº 74, p.14 y ss., París, 1995
Cristobal Colón a ‘Blade Runner’, F.C.E.,
México, 1994 41. P.Virilio, La máquina de visión, p.81, Cáte-
dra, Madrid, 1989
22. O. Paz, El laberinto de la soledad, F.C.E.,
México,1978; R.Bartra, La jaula de la 42. G.Lascaut y otros, Voir,entendre, U.G.E.-
melancolia, Grijalbo, México, 1985 10/18, París, 1976; J.L.Carrascosa, Quimeras
del conocimiento .Mitos y realidades de la
23. M. Zires, Cuando Heidi,Walt Disney y intelegencia artificial, Fundesco, Madrid, 1992
Marylin Monroe hablan por la Virgen de
Guadalupe, en “Versión”Nº 4, ps.57-93, Méxi- 43.J.L.Rodríguez Illera (Comp.), Educación y
co, 1992 comunicación, Paidos, Barcelona, 88

24. S.Gruzinski, obrea citada, p.204 44. El aporte latinoamericano a la reflexión e


investigación en este campo, un panorama:
25. O.Calabrese, La era neobarroca, Cátedra, M.Mª Krohling Kunsch (Org.), Comunicaçao e
Madrid, 1989 educacaçao: caminhos cruzados, AEC/Loyola,
Sao Paulo,1986; V.Fuenzalida (de.), Educación
26. S.Gruzinski, obra citada, ps. 213-214 para la comunicación televisiva, Ceneca, San-
tiago, 1986; C.Gonçalves (de.), Educación para
27. A.Novaes y otros, Rede imaginaria la comunicación-Concentración de la comuni-
.Televisao e democracia, Companhia das Le- cación en Europa, Generalitat de Catalunya,
tras, Sao Paulo, Barcelona, 1993: A.Silj (Coord.),La nuova tele-
visiones in Europa, Fininvest, Milano,1992
28. J.Baudrillard, A la sombra de las mayorías R.Roncagliolo, La integración audiovisual en
silenciosas, Kairos, Barcelona, 1976 América Latina: Estados, empresas y produc-
tores independientes, Flacso, México, 1994. M.
29. N. Postman, Divertirse hasta morir, Ed.de la Gutiérrez (ed.)Video, tecnologia y educación
Tempestad, Barcelona, 1991 popular, IPAL, Lima, 1989

30. E. Panofsky, Estudios sobre iconología, 56. J.M.Pérez Tornero, El desafío educativo
Alianza ,Madrid, 1972 de la televisión, Paidos, Barcelona.94.

31. P.Francastel, La figura y el lugar, Monte


Avila, Caracas, 1969

32. E.Gombrich, La imagen y el ojo, Alianza,


Madrid, 1987; Lo que nos dice la imagen, Nor-
ma, Bogotá, 1993

33. J.Berger, Modos de ver, G.Gili, Barcelona,


1974

34. R.Gubern, La mirada opulenta: explora-


ción de la iconósfera contemporánea,G. Gili,
Barcelona, 1987; VV.AA, Videoculturas de fin
de siglo, Cátedra, Madrid, 1990

35. J.Baudrillard, La transparencia del mal,


Anagrama, Barcelona, 1991

36. J.González Requena, El espectáculo infor-


mativo, Akal, Barcelona, 1986

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