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LA ORATORIA GRIEGA. LISIAS, DEMÓSTENES Y ESQUINES.

Evau17-18

La oratoria es el arte de pronunciar discursos o hablar bien en puú blico


siguiendo una serie de reglas con la finalidad de convencer o conmover a los que
nos escuchan.

La parte teoú rica de la oratoria que se ocupa del estudio concreto de esas
reglas y de la ensenñ anza de las partes del discurso es la retórica.

Los discursos aparecen en la literatura griega desde sus comienzos. Los


poemas homeú ricos contienen algunos ejemplos ilustres. Tambieú n en la poesíúa
posterior, en la tragedia y en la historia los discursos desempenñ an un papel
importante.

Sin embargo, hasta la segunda mitad del siglo V a. C. la oratoria no se convirtioú en


una disciplina con sus propias normas y en un geú nero literario independiente.
Surgioú como resultado de los regíúmenes democraú ticos que se implantaron en las
ciudades de Atenas y Siracusa (Sicilia). Dos factores determinantes propiciaron
su aparicioú n y desarrollo:

 Por un lado, la democracia ofrecíúa a cualquier ciudadano la


oportunidad de hablar en puú blico en la asamblea.

 Por otro, en democracia los litigios se resolvíúan ante un numeroso tribunal


popular, donde el propio acusado y el defensor eran quienes debíúan
pronunciar en persona sus respectivos discursos.

Muchos ciudadanos no disponíúan de la capacidad oratoria y acudíúan a


oradores profesionales que redactaban el discurso para que luego fuera leíúdo ante
el tribunal por el acusado o el defensor. Tras la presentacioú n de los discursos los
miembros del tribunal, que no poseíúan ninguú n tipo de formacioú n juríúdica previa,
votaban en secreto en funcioú n de la impresioú n que habíúan ejercido sobre ellos las
alocuciones. Era loú gico, por tanto, que se desarrollara toda una teú cnica de
componer discursos que teníúa como objetivo principal impresionar y persuadir al
auditorio.

Por tanto, la praú ctica judicial ateniense que obligaba a los ciudadanos a
defender sus causas ante los tribunales y el hecho de que todo aqueú l que
quisiera seguir la carrera políútica debíúa dominar el arte de la palabra, para
ganarse el favor de sus conciudadanos en la Asamblea, favorecioú y popularizoú el
estudio de la oratoria.

Auú n asíú, por regla general, cuando un ciudadano teníúa que defenderse ante
un tribunal solíúa acudir a un logógrafo (escritor de discursos profesional) y

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despueú s lo memorizaba; los ciudadanos maú s ricos acudíúan a los sofistas que
hicieron de la ensenñ anza de la oratoria y la retoú rica la parte fundamental de su
labor profesional.

Clasificación de los discursos.

Seguú n la temaú tica y el lugar donde se pronunciaban los discursos


podemos distinguir, seguú n Aristoú teles, tres categoríúas fundamentales:

 La oratoria política o simbuleuú tica, que abarca los discursos


dirigidos a la Asamblea o a cualquier otra institucioú n políútica de
caraú cter deliberativo (συμβουλευύ ω significa “deliberar”). Sus temas, por
tanto, eran fundamentalmente de naturaleza políútica. El mayor
representante es Demóstenes

 La oratoria judicial o dicaú nica que incluye los discursos pronunciados


ante los tribunales de justicia (δικανικού ς significa “abogado” y
δικαιοσυύ νη, δίκη “justicia”). El mayor representante es Lisias

 La oratoria epidíctica, que recoge los discursos pronunciados en


ocasiones solemnes, como la conmemoracioú n que se hacíúa a final de anñ o en
Atenas en honor de los caíúdos en combate. Era una oratoria de
exhibicioú n (ἐπιδειύξις); un cajoú n de sastre donde se incluye la que no es
políútica ni judicial . el mayor representante es Isócrates

No habíúa líúmites muy ríúgidos entre las categoríúas. Por ejemplo, era
frecuente que en los discursos de caraú cter judicial, que implicaban una cierta
rivalidad políútica, se incluyeran temas propios de la epidíúctica, como la
alabanza de los antepasados y la exaltacioú n de los grandes acontecimientos
pasados.

Aristoú teles senñ aloú los tres procedimientos de persuasioú n:

 El ἐθος o caraú cter moral: la credibilidad del orador ante el


auditorio.

 El πάθος o la emocioú n: la habilidad del orador para crear en la audiencia


un efecto emocional en su discurso.

 El λόγος o la argumentacioú n: el maú s importante de los tres; la verdad


loú gica de los argumentos presentados.

Estructura del discurso

El primero en iniciar la actividad de logoú grafo fue ANTIFONTE de Ramnunte (480-410),


ateniense, de ideologíúa conservadora, ejecutado por su participacioú n en el golpe de estado

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del 411, y de quien el historiador Tucíúdides hizo grandes elogios. De eú l nos quedan tres
ejercicios oratorios, “Tetralogíúas”.

En cuanto a la estructura, eú l fue al parecer el que dio el esquema que sirvioú de base a los
posteriores discursos forenses. El discurso se compone de cuatro partes
fundamentales:

a) Introducción: en esta primera parte el orador debe captar la atencioú n de


su auditorio y debe procurar ganarse su favor. (Captatio benevolentiae )

b) Narración: esta parte consiste en una exposicioú n breve de los hechos


que se tratan. (Narratio)

c) Prueba: en esta parte se realizan todas las argumentaciones y se


presentan las pruebas que apoyan lo que se dice. (Constitutio causae-
Confirmatio-Refutatio- Amplificatio )

d) Conclusión: se trata de un resumen de todo lo dicho y un nuevo intento de


ganarse a los que escuchan. (Peroratio)

Algunos nombres de griegos ilustres en el campo de la oratoria y retoú rica


son los de Gorgias, Antifonte y Andoú cides, pero los oradores griegos maú s
significativos fueron: Lisias maú ximo representante de la oratoria judicial,
Demóstenes maú ximo representante de la oratoria políútica, enfrentado siempre a
su eterno rival Esquines [e Isócrates maú ximo representante de la oratoria
epidíúctica.]

LISIAS

Los discursos judiciales eran escritos por profesionales para que los
pronunciaran los propios interesados. A estos profesionales, como ya se ha dicho
antes, se les llamoú “logógrafos” y ganaron merecida fama de oradores.

La oratoria judicial alcanza con LISIAS (445-380) su cumbre. Era meteco,


oriundo de Siracusa, nacido en el seno de una familia muy rica. Recibioú en Turio y
posteriormente en Atenas una educacioú n muy esmerada . era partidario de los
sectores democraú ticos y a los 55 anñ os, como consecuencia de las tribulaciones que
eú l y su familia padecieron bajo la tiraníúa de los treinta, para sostenerse tuvo que
dedicarse , con insospechada energíúa, a la actividad de logoú grafo, en la que
sobresalioú por encima de todos sus rivales, pues en un centenar de procesos soú lo
perdioú dos veces. Se conservan una treintena de discursos de los 233 que escribioú ,
casi todos cortos y sobre asuntos privados de sus clientes (aunque el nº XII
“Contra Eratóstenes” lo pronuncioú personalmente)

En Lisias se reconoce faú cilmente la precisioú n y sutileza de su interpretacioú n


juríúdica, la oportuna seleccioú n y valoracioú n de testimonios, la habilidad dialeú ctica
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de su argumentacioú n, la capacidad de centrar el punto juríúdico de la causa y
presentarlo con absoluta claridad y la energíúa de la peroracioú n. Lo que maú s se
admira en eú l es la extraordinaria facultad de crear un personaje y de prestarle
sentimientos, palabras y tono perfectamente de acuerdo con la condicioú n real de
su cliente, es decir, la,ηἤ θοποιῖα “etopeya”. Como lo exige su finalidad, la elocuencia
de Lisias se basa en hechos. Se expresa con sencillez, sin adornos, y confíúa su
propio valor a la impresioú n de una naturalidad inmediata y espontaú nea: pureza de
la lengua aú tica (no arcaizante como, p.e.., la de Tucíúdides), sencillez de la frase,
claridad de conceptos y exposicioú n de los hechos, períúodo pulido y conciso y en
estilo llano.

Estos son los medios de que se vale Lisias para resaltar su cualidad principal
e inconfundible, que constituye su personalidad y cuyo encanto e intereú s conserva
hasta hoy. Es un narrador nato. Tiene la cualidad natural de crear un cuadro, de
colocar en eú l los personajes con luz y expresioú n apropiadas, con su personalidad y
con el míúnimo de medios necesarios, pero sin que falte ninguno. Sus figuras vivas y
escenas reales no conocen, como sucede en la comedia, el grave peligro de la
tipificacioú n abstracta y geneú rica. Las narraciones de Lisias, junto con la comedia y
el drama en general, constituyen un enriquecimiento de la personalidad y una
experiencia humana de gran intereú s psicoloú gico y de gran valor artíústico.

DEMÓSTENES

Εl mayor orador de la antiguü edad, fue DEMÓSTENES (384-322). Su padre,


un rico fabricante de armas, murioú cuando Demoú stenes tenιίa siete anñ os, no sin
haberle designado tres tutores, que dilapidaron la herencia. A los 18 anñ os,
Demoú stenes aprendioú de Iseo, orador y discíúpulo de Isoú crates, las recetas de la
elocuencia judicial para obligar a sus tutores a devolverle su patrimonio. Aunque
ganoú el proceso, no pudo recuperar su herencia, por lo que tuvo que ganarse la vida
con el oficio de logoú grafo. A los treinta anñ os publicoú su primer discurso políútico
conservado, “Sobre las simmorías”.

Por esta eú poca, Filipo II de Macedonia, en su incontenible expansioú n, trataba


de someter a todos los griegos. La mayoríúa de ellos cansados de las guerras
preferíúan llegar a concesiones con tal de mantener la paz. Demoú stenes, en cambio,
militoú en las filas de los que queríúan preservar las tradicionales libertades políúticas
de las polis griegas . Desde el anñ o 351, y durante una deú cada, Demoú stenes fue el
alma de la oposicioú n a Filipo. En estos anñ os escribioú cuatro violentas y ardientes
arengas, conocidas por el nombre de "Filípicas", con las que consiguioú que los
atenienses despertaran de su letargo y, bajo sus indicaciones , concertaran alianzas
con los tebanos para enfrentarse a Filipo, pero en la batalla de Queronea (Beocia)
en el 338 fueron aplastados por los ejeú rcitos macedonios. Filipo se mostroú
generoso y no destruyoú Atenas. Por sus meú ritos para con la patria se propuso
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conceder a Demoú stenes una corona de oro; su rival políútico, y tambieú n temible
orador, Esquines, se opuso a ello, y en el proceso que se celebroú anñ os despueú s
(330), y que nos es bien conocido gracias al magistral discurso "Sobre la corona",
se le ofrecioú a Demoú stenes la oportunidad de dar un repaso a toda su carrera
políútica, duramente atacada por Esquines . Este no consiguioú vencerlo y tras su
fracaso se marchoú al exilio. En el 324 Demoú stenes fue acusado de corrupcioú n y
soborno y partioú tambieú n al destierro. Tras la muerte de Alejandro Magno (323)
regresoú a Atenas y sublevoú al pueblo contra los macedonios. Demoú stenes ,
derrotado y perseguido a muerte , prefirioú suicidarse con veneno antes que caer en
manos macedonias .

Sobre la grandeza del escritor , unaú nimemente lo han considerado antiguos


y modernos como el maú s importante orador griego y quizaú de todos los tiempos.
Lisias e Isoú crates superaron a Demoú stenes en las cualidades que les eran propias,
pero nadie le aventajoú en la fuerza de su παί θος , la violencia de su invectiva y la
vehemencia encendida de las expresioú n en la que vibran sus sentimientos.
Demoú stenes conquista y arrebata al oyente no por la seduccioú n de la palabra como
tal sino por atraerlo, mediante persuasioú n, a la esfera de sus convicciones y
sentimientos, y lo que sobre todo explica su fascinacioú n es la presencia de ideas
generales , de principios universales que otorgan a su argumentacioú n un profundo
poder de elevacioú n y penetracioú n en las conciencias. Pero esta elevacioú n moral y
eú tica de su discurso no estaú al margen de la realidad , de los intereses concretos y
de los motivos actuales . El estilo de Demoú stenes sintoniza muy bien con lo que
dice , lo cual no implica que no exista elaboracioú n ni estudio previo; al contrario , a
pesar de la impresioú n de sinceridad y de espontaneidad que deja en el oyente,
revela un atento estudio y un gran esmero en evitar el hiato y la secuencia de tres
síúlabas breves. Es un estilo vigoroso y severo, que recuerda a Tucíúdides en la
tensioú n de espíúritu que delatan sus períúodos sostenidos y vibrantes.

Pero si todos estaú n de acuerdo en la excelencia del orador, como hombre


políútico Demoú stenes ha sido diversamente juzgado, es decir, ha sido exaltado o
denigrado en demasíúa. Unos lo han visto como un hombre fuera de su tiempo,
anclado en el pasado; otros, como un ingenuo políútico. Pero no han tenido en
cuenta la realidad histoú rica que condicionaba la actitud del orador. En el momento
en que Atenas, "repuú blica de abogados", desaparece de la historia, Demoú stenes
entrega al futuro un testimonio de grandeza moral, de coherencia y dignidad que,
independientemente de otros aspectos, atrae al menos el respeto, si no la
admiracioú n, de todos.
ESQUINES (390 – 314 a. C.)
No estaú n claros los datos concernientes a su parentesco y a sus primeros
anñ os, aunque parece probable que sus padres, aunque pobres, fuesen respetables.

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pasoú un tiempo como actor, y sirvioú en el ejeú rcito, en donde se distinguioú . Tambieú n
ocupoú varios puestos de alguacil en tribunales, y en particular en la Bouleú ..
Participoú en varias campanñ as militares que le llevaron finalmente a la arena
de la políútica y por esta razoú n fue enviado en una embajada para levantar al
Peloponeso contra Filipo II de Macedonia. Sin embargo en una segunda embajada
en el anñ o 347 a. C parece ser que Filipo logroú ponerle totalmente de su parte. Por
este motivo fue acusado por Demoú stenes y por Timarco de alta traicioú n. Esquines
contraatacoú acusando a Timarco de haber perdido el derecho de hablar frente al
puú blico como consecuencia de sus relaciones en la juventud, que le habíúan dejado
una reputacioú n de prostituto (Timarco habíúa sido el eromenos de muchos hombres
en la ciudad portuaria del Pireo). Tras este discurso Timarco fue sentenciado y se
dice que aparecioú ahorcado.
Este discurso, Contra Timarco, es considerado muy importante por la gran
cantidad de leyes atenienses que cita, y por la luz que arroja sobre la construccioú n
de relaciones homosexuales entre los hombres de esa eú poca. En particular, es un
documento muy valioso que muestra la permisividad que existíúa entre los
atenienses a la hora de contemplar las relaciones homosexuales entre hombres y
joú venes. Muestra que dichas relaciones eran permitidas siempre y cuando
estuviesen basadas en el deseo y en la persuasioú n, tal y como Esquines describe sus
propias relaciones con joú venes, sus discusiones con ellos y los poemas que les
dirige, a la vez que lo utiliza para evitar que dichas relaciones puedan usarse en su
contra. Por otra parte, las relaciones que estaban basadas en acuerdos financieros
en los que el joven vendíúa sus favores a cambio de dinero (que era de lo que se
acusaba a Timarco), no eran aceptadas y, por el contrario, eran condenadas.
Como consecuencia de su exitoso ataque a Timarco, Esquines fue absuelto
de los cargos de traicioú n que eú ste le habíúa imputado.
En 343 a. C. Demoú stenes renovoú sus ataques contra Esquines en su discurso
titulado Sobre la Falsa Embajada. Esquines replicoú con otro discurso .Esta rivalidad
fue constante hasta el anñ o 330 a. C., momento en que los dos rivales pronunciaron
los discursos Contra Ctesifonte (Esquines) y Sobre la Corona (Demóstenes). El
resultado fue una completa victoria de Demoú stenes.
Esquines se exilioú de forma voluntaria y se fue a vivir a Rodas, en doú nde
abrioú una escuela de retoú rica. Maú s tarde se mudoú a la isla de Samos en donde murioú
a la edad de setenta y cinco anñ os.
Sus tres discursos, que en la antiguü edad recibieron el apodo de "las tres gracias", se
situú an al nivel de los de Demoú stenes y son los siguientes: Contra Timarco, Sobre
la embajada fraudelenta y Contra Ctesifonte

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RESUMEN EVAU.

A. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ORATORIA.

Podríamos definir la oratoria como el arte de crear bellos discursos con la intención de
persuadir. Se pretende, pues, poner la belleza literaria al servicio de la utilidad (por ejemplo,
para ganar un juicio o para convencer a los conciudadanos de una medida política). A partir del
siglo V a.C. se convirtió en género literario en Grecia.
Tiene antiguos precedentes, pues ya en la Ilíada hay muestras de ella y los propios héroes
reconocen que a unos los dioses les dieron la cualidad de luchar bien en la guerra y a otros la
de hablar hábilmente en la asamblea, como a Néstor.
Pero lo que de verdad desarrolló el género fue la vida de la polis, que exigía la participación del
pueblo en su gobierno y la necesidad de defender intereses privados ante los tribunales.
Atenas es el mejor ejemplo de ello.

Tipos de oratoria
De acuerdo con los fines concretos que perseguía, se divide la oratoria en: forense (δικανική),
política (συμβουλευτική) y de exhibición (επιδεικτική).
La oratoria forense servía para hacer buenos discursos ante los tribunales. De gran utilidad si
se tiene en cuenta que en Grecia el acusado había de defenderse personalmente en el juicio,
sin representación de abogado como hoy, por lo que dependía muchas veces de su habilidad
para salir airoso o sufrir una condena (la Apología de Sócrates es un buen ejemplo de este tipo
de discurso).
Los que no tenían esta habilidad recurrían a un experto para que les compusiera los discursos y
luego ellos se los aprendían de memoria y los pronunciaban ante el tribunal.
La oratoria política, por su parte, enseñaba el arte de deliberar en la asamblea.
El tercer tipo de oratoria, la de exhibición, tenía un fin más teórico que las anteriores. Se
utilizaba en los discursos pronunciados ante grandes multitudes en las fiestas; derivó luego en
mera exposición pedante en banquetes, en discusiones filosóficas o en la literatura. Alcanzó su
momento culminante en la segunda sofística, durante el siglo II d. C.
El discurso solía estar dividido en cuatro partes: el prólogo, la exposición, la prueba y el epílogo.

B. AUTORES Y OBRAS

ORATORIA LISIAS DISCURSOS Escritos destinados a litigantes que cubren una gran
variedad de temas, desde el asesinato hasta el adulterio y
la malversación.
ORATORIA ESQUINES CONTRA TIMARCO Discurso compuesto en el 346-345 a.C. para enfrentarse
al proceso que este personaje, amigo de Demóstenes, se
disponía a abrir contra el autor.
ORATORIA DEMOÓ STENES FILIÓPICAS Discursos elaborados en contra de la política
expansionista del rey de Macedonia.

ORATORIA DEMOÓ STENES SOBRE LA CORONA Discurso judicial de defensa a Ctesifonte y de ataque
vehementemente a todos aquellos que

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