Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Concesión y Agencia
El contrato de agencia, como hemos referido supra, forma parte de los contratos con finalidad
distributiva. A diferencia de lo que sucedía antes de la sanción del nuevo Código Civil y Comercial,
en la actualidad esta modalidad contractual cuenta con una normativa jurídica específica que la
regula. En tal sentido, el art. 1479 del Código Civil y Comercial define al contrato de agencia
expresando que: “hay contrato de agencia cuando una parte, denominada agente, se obliga a
promover negocios por cuenta de otra denominada preponente o empresario, de manera
estable, continuada e independiente, sin que medie relación laboral alguna, mediante una
retribución”.25
Distinguidos juristas habían entendido que el otorgamiento de una zona de actuación de carácter
exclusivo no era uno de los elementos distintivos e ineludibles de este contrato; otra postura, en
cambio, consideraba que ello era un recaudo o carácter esencial de esta modalidad contractual.
Esta discusión quedó zanjada tras la regulación jurídica de este instituto por el nuevo Código Civil y
Comercial, que vino a darle razón a la última posición autoral mencionada, conforme lo
expusimos con antelación (se sugiere releer subtema 2.1.1).
excluidos
La regulación actual de las contrataciones con finalidad distributiva ha establecido un tipo mínimo
de orden público. Por lo tanto, los sujetos contratantes, si bien gozan de amplia libertad para
negociar las condiciones a las que desean someter su relación negocial, no pueden soslayar las
condiciones mínimas establecidas por el nuevo Código Civil y Comercial.
Actualmente, tras el dictado y sanción del nuevo Código Civil y Comercial, el contrato de agencia
se encuentra regulado por los artículos 1479 y siguientes de este plexo legal.
Caracteres
El agente es una parte autónoma, independiente, pero sujeto al control del principal.
El agente tiene exclusividad de zona, como en todos los contratos con finalidad distributiva.
El agente, a diferencia del empleado, realiza su actividad con medios propios (por ser
independiente) y a su propio riesgo.
Lo expuesto nos permite advertir la diversa naturaleza de las obligaciones que corresponden a
cada uno de los sujetos mencionados. En efecto, corresponde al empresario, como obligación
principal, la de entregar el monto al que asciende la remuneración pactada en dinero, lo que se
traduce en una obligación de dar suma de dinero; mientras que en lo que atañe al agente,
tenemos una obligación de hacer.
En cuanto al objeto de la contratación, la actividad del agente puede incluir no sólo la promoción
de los negocios, sino también la conclusión de los mismos, lo que implica que estará actuando
como mandatario o como representante del principal. Pero la finalidad económica del contrato es
siempre generar nuevos clientes, a partir de la promoción de los negocios del principal.
Respecto a la forma, la nueva regulación establece que el contrato deberá instrumentarse por
escrito.26
Obligaciones de las partes. a. Obligaciones y deberes del agente. b. Obligaciones y deberes del
comitente
Obligaciones del agente:
Según el art 1483 del Código Civil y Comercial, son obligaciones que recaen sobre el agente las
siguientes:
Velar por los intereses del empresario y actuar de buena fe en el ejercicio de sus actividades.
Recibir en nombre del empresario las reclamaciones de terceros sobre defectos o vicios de
calidad o cantidad de los bienes vendidos o de los servicios prestados como consecuencia de las
operaciones promovidas, aunque él no las haya concluido, y transmitírselas de inmediato.
Por su parte, las principales obligaciones del comitente son las siguientes, a saber:
Actuar de buena fe, y hacer todo aquello que le incumbe, teniendo en cuenta las circunstancias
del caso, para permitir al agente el ejercicio normal de su actividad.
Poner a disposición del agente con suficiente antelación y en la cantidad apropiada, muestras,
catálogos, tarifas y demás elementos de que se disponga y sean necesarios para el desarrollo de
las actividades del agente.
Comunicar al agente, dentro del plazo de uso o, en su defecto, dentro de los quince días hábiles
de su conocimiento, la aceptación o rechazo de la propuesta que le haya sido transmitida.
Comunicar al agente, dentro del plazo de uso o, en su defecto, dentro de los quince días hábiles
de la recepción de la orden, la ejecución parcial o la falta de ejecución del negocio propuesto.28
admisibles
El agente opera sin representar al empresario, por lo que, en principio, no tiene facultad para
obligarlo directamente ni puede cobrar los créditos resultantes de su gestión, salvo que cuente
con poder especial para ello29; su actuación se limita a una simple intermediación entre el
empresario y el consumidor, salvo en lo que respecta a la recepción de las reclamaciones de
terceros previstas en el artículo 1483 del Código Civil y Comercial Unificado.
Salvo que exista un pacto en contrario, se entiende que el contrato de agencia se celebra por un
plazo indeterminado. Si se hubiere pactado que el contrato duraría por un plazo determinado,
su continuación con
En cuanto al reembolso de gastos, debemos señalar que el agente no tiene derecho al reembolso
de los gastos que le origine el ejercicio de su actividad, salvo que medie un pacto en contrario.31
Asimismo, las partes pueden prever un plazo de duración del contrato superior al tiempo mínimo
que establece el legislador en el art. 1492 del Código Civil y Comercial.
Finalmente, las partes pueden convenir la remuneración del agente. Si no hubiere un pacto
expreso al respecto, la remuneración consistirá en una comisión variable según el volumen o el
valor de los actos o contratos promovidos y, en su caso, concluidos por el agente, conforme con
los usos y prácticas del lugar de actuación del agente.32
Conforme lo venimos señalando, el agente obra por cuenta de quien le encarga los negocios, y no
se obliga frente a los terceros. Como consecuencia de ello, por regla, estos últimos sólo tienen
acción contra el principal que es el que resulta obligado.
La práctica muestra que los clientes del agente suelen seguir al producto y no a la persona, razón
por la cual, frente a la resolución del vínculo contractual, se han establecido distintos criterios para
indemnizar la clientela que el agente ha logrado con su trabajo promoviendo los negocios del
principal.
- Sistemas:
Modelo francés: tiene en cuenta la reparación del daño sufrido, no encontrando un límite
cuantitativo en cuanto al
Modelo alemán: sólo da derecho a cobrar por los nuevos clientes logrados o por haber
incrementado de manera
Nuestro Código Civil y Comercial unificado ha regulado esta situación estableciendo una regla
general para los casos de extinción del contrato de agencia, en su art. 1497.
Extinguido el contrato, sea por tiempo determinado o indeterminado, el agente que mediante su
labor ha incrementado significativamente el giro de las operaciones del empresario, tiene derecho
a una compensación si su actividad anterior puede continuar produciendo ventajas sustanciales a
éste.33
Y asimismo, estableció que: “En caso de muerte del agente ese derecho
Cabe aclarar que esta compensación no impide al agente, en su caso, reclamar por los daños
derivados de la ruptura por culpa del empresario.
A su vez, el legislador común se encargó de enunciar los supuestos en los que la compensación por
clientela quedaba excluida, en su art. 1498, que textualmente reza:
Compensación por clientela. Excepciones. No hay derecho a compensación si:
b) El agente pone fin al contrato, a menos que la terminación esté justificada por
incumplimiento del empresario; o por la edad, invalidez o enfermedad del agente, que no
permiten exigir razonablemente la continuidad de sus actividades. Esta facultad puede ser ejercida
por ambas partes.35
35 Art. 1498 – Código Civil y Comercial Argentino.
7
Contrato de Concesión
Definición
El contrato de concesión es definido por el nuevo Código Civil y Comercial de la siguiente manera:
Hay contrato de concesión cuando el concesionario, que actúa en nombre y por cuenta propia
frente a terceros, se obliga mediante una retribución a disponer de su organización empresaria
para comercializar mercaderías provistas por el concedente, prestar los servicios y proveer los
repuestos y accesorios según haya sido convenido.36
En nuestro país, el contrato de concesión actualmente cuenta con una legislación específica, al
igual que sucede en países como Suiza o Italia. Uno de los aspectos a tener presentes a la hora de
analizar este contrato es que, si bien proviene del Derecho Público, existen diferencias entre dicho
ámbito y el del derecho común regulado por nuestro Código Civil y Comercial, ya que esta última
actividad se encuadra en el espacio de la competencia, lo que no acontece en el ámbito público,
donde se otorga un quasi monopolio generalmente. Así, el actual código Civil y Comercial lo regula
en los artículos 1502 a 1511, con una regulación mínima que es asimismo aplicable al contrato
de distribución propiamente dicho en cuanto sea pertinente, y a los contratos en los que se
concedan la venta y comercialización de software o de procedimientos similares.
Hay contrato de concesión cuando el concesionario, que actúa en nombre y por cuenta propia
frente a terceros, se obliga mediante una retribución a disponer de su organización empresaria
para comercializar mercaderías provistas por el concedente, prestar los servicios y proveer los
repuestos y accesorios según haya sido convenido.37
En un sentido similar, la doctrina lo ha conceptualizado como aquel mediante el cual el
concedente encomienda al concesionario un servicio permanente, organizado e integrado, para la
comercialización de sus productos, siendo el concesionario el medio a través del cual el
concedente llega al mercado (Lorenzetti, 1999).
Clases: concesión pública y privada. Concesión con finalidad distributiva y para la prestación de
servicios
La concesión reconoce diversas clases o tipos de acuerdo con diversos criterios de clasificación, a
saber:
Privada: cuando el sujeto concedente es una empresa, ya sea que revista la forma de sociedad
o se trate de un empresario particular.
Tiene finalidad distributiva; no hay imperio del Estado y se rige por las normas del Código Civil y
Comercial unificado.
Sin finalidad de lucro: cuando el sujeto concedente es una entidad sin fines de lucro; v.gr.: una
asociación civil, como puede ser un club que da en concesión la cantina a un tercero que llevará
adelante su explotación.
Para la prestación de servicios y obras: en este caso tampoco hay finalidad distributiva ni actos
de venta. El concedente otorga un privilegio de explotación de determinada área, obligándose el
concesionario a prestar un servicio (igual que en el caso anterior), pero con la obligación de
realizar inversiones, o modificaciones o desarrollar un proyecto acordado. En muchos casos, el
concedente persigue, de esta manera, que se haga una obra sin costo alguno, puesto que, al
finalizar la concesión, quedan las mejoras para el concedente. El plazo es fundamental para
garantizar la amortización de la inversión al concesionario, por lo que el concedente no puede
extinguirlo con antelación.
A partir de las clasificaciones enunciadas, nos detendremos para dar mayor precisión a las
nociones involucradas y a la distinción entre la concesión pública y la privada.
En esta dirección, diremos que la concesión pública consiste en una autorización o habilitación del
Estado para llevar a cabo una determinada actividad (por ejemplo, el transporte público de
pasajeros o la recolección de residuos). El concesionario hace un aporte de gerenciamiento y de
conocimientos técnicos específicos, que son necesarios y útiles al Estado, en cualquiera de sus
esferas, siendo entonces el concesionario autorizado a percibir una tarifa que represente el costo
del servicio que presta, como contraprestación.
Existen supuestos en los que el concesionario, además de lo expuesto en el párrafo anterior, vale
decir, la prestación del servicio o la realización de la obra pública, debe hacer inversiones; en estos
casos, la tarifa incluirá no sólo el costo del servicio, sino también tendrá en cuenta la recuperación
de la inversión que hubiera realizado. Por el contrario, cuando el concesionario no
efectúa inversiones, por lo general, la legislación prevé que el Estado deba efectuar una entrega o
adelanto para que el concesionario se encuentre en condiciones de dar inicio a la obra
concedida.
10
Podemos afirmar, además, que tratándose de una concesión pública, son las reglas del derecho
público las que se aplicarán, en cuanto estamos frente a un contrato administrativo.
Como antes se expresó, en este tipo de concesión no se pretende una distribución de bienes o
servicios propiamente dicha, como ocurre en el ámbito privado, sino que se delegan en
alguien que reúna las características de idoneidad necesaria y suficiente para cumplir con la
realización de la obra o la prestación del servicio.
Otra de las diferencias existentes, si bien existe tanto en el ámbito privado como público un
fuerte control del concedente, es que el Estado permanece siendo el titular del servicio,
permaneciendo éste y los bienes involucrados bajo su órbita de propiedad y cuidado. Podemos
afirmar, entonces, que en cuanto a control, en el ámbito estatal es un deber, que tiene en miras el
bien de la comunidad, el interés público; mientras en el ámbito privado es una facultad.
Las diferencias entre el espacio público y privado está dado principalmente por la actuación del
Estado, en cualquiera de sus esferas, como persona de Derecho Público, lo que implica, en muchos
casos, potestades exorbitantes previstas, o bien ínsitas en el contrato de concesión administrativo
a favor de la administración. En esta línea, viene al caso señalar que en la contratación pública no
se habla de precio, denominación ésta propia del derecho privado, sino de “tarifas”. La diferencia
entre el precio del Derecho Privado y las tarifas es que éstas dependen sólo de la voluntad del
Estado, en tanto el primero es acordado de mutuo acuerdo entre las partes merced a la igualdad y
equilibrio contractual existente.
Ahora bien, nadie puede discutir los puntos de contacto entre ambas figuras, ya que, por ejemplo,
la finalidad de ambas es la explotación de un servicio concedido por otro que lo detenta, o bien
que se otorguen bienes para ser explotados, o que se establezca una compensación al concedente,
o que la actuación del concesionario es siempre a su riesgo, por ser una empresa autónoma e
independiente.
Sin lugar a dudas, la mayor utilización de esta modalidad contractual se vislumbra en el sector de
la venta de automóviles, tema que trataremos particularmente más adelante, en la presente
lectura.
Ahora bien, ¿cuáles son las ventajas de la utilización del contrato de concesión que corresponde al
ámbito del derecho privado?
11
clientes a través del establecimiento de concesiones en distintos puntos estratégicos, lo que, sin
dudas, influirá en su nivel de erogaciones, deslindándose incluso de responsabilidades, ya que es
el concesionario el que asume los riesgos. Sin ninguna dificultad podemos, entonces, vislumbrar la
importancia del contrato bajo análisis.
En el ámbito de la concesión privada, podemos afirmar que la totalidad de los contratos tienen en
común que el concesionario ponga su organización empresarial, autónoma e independiente a
disposición del principal o concedente, sea para comercializar productos en una determinada zona
o mercado, sea para prestar servicios a terceros.
El concesionario sufre una pérdida de independencia económica desde el mismo momento en que
decide contratar, ya que entra a formar parte del control de un principal o concedente, que va a
fiscalizar todos los procesos de comercialización y a establecer los precios de venta al público.
Otra de las facultades del concedente, que vienen a ratificar lo expuesto, es que podrá supervisar
las condiciones en que se van a ofrecer los productos y servicios (acondicionamiento del local,
por ejemplo), imponer condiciones de financiamiento de los bienes o servicios a los clientes, a
través de instituciones propuestas por él mismo, y exigir el ajuste a criterios unificados; por
ejemplo, de contabilidad, informes, entre otros.
Caracteres
Es consensual.
Es bilateral.
Es oneroso.
empresas está excluido de la regulación que realiza la ley de defensa del consumidor40, pues son
parte en el mismo dos empresarios.
A) Concedente
Ventajas
No sobredimensiona su empresa.
Optimiza la colocación de productos.
Desventajas
B) Concesionario
Ventajas
Exclusividad territorial.
Desventajas
Contratos de adhesión.
13
El objeto del contrato de concesión a decir de la jurisprudencia de la CSJN está constituido por la
comercialización de determinados bienes, más que por las compraventas sucesivas de tales
bienes.41
Nuestro actual Código Civil y Comercial ha regulado las obligaciones del concedente y del
concesionario en dos articulados que se transcriben a continuación:
14
objetivos de ventas, los que deben ser fijados y comunicados al concesionario de acuerdo con
lo convenido;
c) disponer de los locales y demás instalaciones y equipos que resulten necesarios para el
adecuado cumplimiento de su actividad;
d) prestar los servicios de preentrega y mantenimiento de las mercaderías, en caso de haberlo así
convenido;
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso a), el concesionario puede vender mercaderías del mismo
ramo que le hayan sido entregadas en parte de pago de las que comercialice por causa de la
concesión, así como financiar unas y otras y vender, exponer o promocionar otras
mercaderías o servicios que se autoricen por el contrato, aunque no sean accesorios de las
mercaderías objeto de la concesión ni estén destinados a ella.44
Retribución y gastos
El concesionario tiene derecho a una retribución, que puede consistir en una comisión o un
margen sobre el precio de las unidades vendidas por él a terceros o adquiridas al concedente, o
también en cantidades fijas u otras formas convenidas con el concedente.
Los gastos de explotación están a cargo del concesionario, excepto los necesarios para atender los
servicios de preentrega o de garantía gratuita a la clientela, en su caso, que deben ser pagados por
el concedente conforme a lo pactado.45
Extinción del contrato. Causales
b) disolución de la persona jurídica que celebra el contrato, que no deriva de fusión o escisión;
16
intención del incumplidor de atender con exactitud las obligaciones sucesivas. Este supuesto
refiere a la ejecución de la cláusula resolutoria (llamada en el anterior código “pacto comisorio”)
como consecuencia del incumplimiento de alguno de los cocontratantes;46
Además de los antes expuestos, existen otros motivos que pueden dar lugar a la resolución del
contrato de concesión, como, por ejemplo, el caso fortuito o la fuerza mayor, regulado en el actual
Código Civil y Comercial bajo la denominación de frustración de la finalidad;47 y la excesiva
onerosidad sobreviniente o imprevisión48, con la prevención de que, por tratarse la concesión de
un contrato "de empresa" celebrado entre comerciantes, la aplicación en la especie de la teoría de
la imprevisión deberá ser interpretada muy restrictivamente.
47 Art. 1090 – Código Civil y Comercial Argentino. Arts. 513 y 88 - Cód. Civ. vigente hasta
31 de julio de 2015.
48 Art. 1091 – Código Civil y Comercial Argentino. Art. 1198 - Cód. Civ. vigente hasta 31 de julio de
2015.
17
Bibliografía de referencia
Argentina.
De Lorenzo, M. F. - Tobías, José W. Complejo de negocios unidos por un nexo. (El ligamen
negocial), LL 1996-D-1387.
López, Frías (1994). Los contratos conexos. Barcelona: José María Bosch
Editor S.A.
Lorenzetti, R. (1999). Tratado de los contratos, Buenos Aires: Rubinzal
Culzoni.
Nicolau, N. L. – Hernández, Carlos A. (2012). Breve análisis acerca de la relación de consumo y sus
fuentes y de algunas normas que incorpora en esta materia el Proyecto de Código Civil y Comercial
de 2012. Buenos Aires, Rivera, Julio C. (Director).
Ripert G. (1954). Tratado Elemental de Derecho Comercial. Tomo 2, Sociedades. Ed. Tea.
www.21.edu.ar
18