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GRADO
HISTORIA, GEOGRAFIA
Fecha de elaboración : NOMBRE: 4º-------
Los campesinos y
artesano estaban
agrupados en doce
calcullis. Cada calpulli
estaba conformado por
familias dueñas de un
territorio y dirigidas por un
jefe.
Las familias debían
entregar una parte de sus
cosechas a los
gobernantes, otra a los
templos y otra para el
sostenimiento de los
esclavos y de los prisioneros.
Los prisioneros de guerra y quienes cometían delitos eran condenados a la esclavitud. Bajo esta condición
debían desempeñar toda clase de trabajos. Algunos esclavos eran sacrificados en honor de sus dioses.
Actividades económicas
Los aztecas desarrollaron actividades
económicas como la agricultura, el
comercio, la domesticación de aves y el
trabajo del oro y la plata (minería) y
textilería.
La segunda actividad
económica del imperio
azteca fue el comercio.
Los comerciantes se
desplazaban entre las
distintas ciudades del
imperio para
intercambiar mercancías
como mantas, objetos de
cerámica, de oro, de
plata, plumas, cacao, y
pieles de jaguar.
Las caravanas
comerciales y los
mercados en cada
ciudad eran controlados
por la poderosa clase de
mercaderes llamada
pochtecas.
Minería, conseguían obsidiana (piedra cristalina de origen volcánico) de la Sierra Madre Sur y Occidental para
elaborar armas y objetos cotidianos (cuchillos, platos,collares).
Textileria, otra industria muy importante entre los habitantes del imperio azteca fue la textil, la cual tenía entre sus
principales productos la fabricación de tejidos de algodón y fibra de maguey.
Si al nacer hubieras sido un niño o una niña azteca, tus padres te habrían saludado con gran alegría:
"Eres mi jade precioso, mi pluma de Quetzal".
Para un varón, un
pequeñísimo escudo,
lanza o utensilio de
trabajo.
Para las niñas, un
telarcito y trastes de
cocina.
Cada uno de los dieciocho meses del año tenía veinte días. Cada día era
representado por un signo. Al final del año había cinco días de descanso.
Estás listo para ayudar a tus padres. Las niñas aprenden a tejer, barrer y
guisar; los niños, a traer leña, ir a la milpa o al taller. ¡Hay que tener
cuidado de hacer bien el trabajo porque te pueden castigar picándote con
púas de maguey, o bien obligándote a respirar el humo de chiles quemados
que hace llorar! Así lo preparaban a uno para enfrentarse a las duras
tareas de ir a la guerra y mantener fuerte el territorio.
Muchas canoas cruzan los canales de la gran México-Tenochtitlán. Las
chinampas, donde se cultivan verduras y flores, son pequeñas islas
construidas por lo hombres. Ellos ponen estacas entretejidas con ramas,
formando paredes que contienen el fértil lodo del fondo del Lago de
Texcoco.
En cambio las niñas viven en la escuela, junto a los templos, hasta que se
casan. Allí aprenden las costumbres religiosas bajo la dirección de las
sacerdotisas.
Por las tardes, los muchachos se reúnen con las muchachas en el patio de
la escuela de danza para divertirse y aprender el baile y el canto.
Cualquier pretexto es bueno para pasar por el mercado, que parece una
feria llena de movimiento y color.
A pesar de ser tan grande está ordenado y limpio.
— Ándele.
En cada mercado hay jueces que deciden quién tiene razón cuando surgen
diferencias por el precio o la calidad de alguna mercancía.
¡Todos corren a ver a los comerciantes! Son formidables viajeros
llamados pochtecas. Llegaron con éxito de sus peligrosas misiones en
busca de ámbar y plumas de quetzal. Es fácil reconocerlos: visten
lujosamente y siempre portan bastones y abanicos. Hablan muchos
idiomas para poder cambiar sus mercancías, y son los predilectos del
Emperador; no sólo porque le traen valiosos y raros obsequios, sino
porque en sus viajes le sirven de espías. A través de sus relatos, el
Emperador sabe qué pueblos están descontentos y cuáles conviene
conquistar.
Los aztecas observan todo lo que les rodea y lo pintan con amor en libros
que guardan en grandes bibliotecas. El pintor-escribano, con tierra de
colores mezclada con la savia de algunas plantas, pinta sobre piel de
venado o en papel hecho de corteza de árbol.
Dan ganas de quedarse horas enteras mirando cómo trabajan los hábiles
artesanos. Unos hacen collares y anillos de oro, plata, turquesa, y
trabajan el jade en forma de animales. Otros cubren máscaras con
concha nacar, coral y mosaicos. ¡Mira el colorido de los bordados en los
vestidos y mantas! Las capas y los huipiles, entretejidos con miles de
pequeñas plumas multicolores, son muy bonitos.
Cuando ves las hermosas artesanías de tu gente te das cuenta que, si tus
padres te llaman "piedra preciosa" o "pluma de quetzal", es porque eres lo
más bello de su vida.
Desde los diez años, a los niños que estudian para guerreros les cortan el
pelo y sólo les dejan un mechón, que les quitarán si capturan un
prisionero. Al lograr esta hazaña suben de rango, y si matan o capturan a
cuatro enemigos, ascienden a comandantes y forman parte del consejo de
guerra. Los más valientes son los caballeros jaguar y los caballeros águila.
Cuando entran en combate, el Emperador toca un pequeño tambor de oro
para animarlos a conquistar la victoria.
Un dedo dibujado encima del objeto significa que debe entregarse una de
estas piezas; una banderita indica que deben entregarse veinte; y una
pluma, cuatrocientas.
Durante la guerra, los aztecas toman prisioneros, se hacen de riquezas
ajenas y adquieren prestigio. Al guerrero se le enseña, como a todo buen
soldado, que el triunfo depende de él.
Todos los niños quieren saber cómo se formó el mundo. Los viejos cuentan
que existieron cuatro mundos, llamados soles, los cuales nacieron y
después se apagaron. En cierta ocasión se reunieron todos los dioses en la
sagrada ciudad de Teotihuacán, para decidir quién se sacrificaría a fin de
crear el Quinto Sol y acabar así con la oscuridad.
El Sol brillaba pero no se movía. Para darle fuerza y movimiento, todos los
demás dioses se sacrificaron y lo alimentaron con su sangre para que el
Sol pudiera seguir su camino.
Imitando el camino del Sol en el cielo, los sacerdotes suben por una ancha
escalinata de la pirámide y realizan el sacrificio frente a la estatua del
dios que está en su templo.
¡Mira cuántos miles de trabajadores! Es asombroso darse cuenta que
estas pirámides son construidas sin la ayuda de animales de carga, ni
instrumentos de hierro.
Durante las fiestas, la ciudad adornada con arcos de flores vibra por el
sonido de los tambores y flautas. El aroma del copal alcanza todos los
rincones. La gente se divierte con el teatro, los acróbatas, los danzantes
y los cantores.
Este museo enseña mucho sobre los orígenes del hombre y acerca de
todas las culturas que poblaron nuestro territorio.
Tiene todo un piso con reproducciones de casas en tamaño natural con los
muebles y utensilios propios de cada región. También hay figuras vestidas
con trajes típicos y rodeadas de su rica producción artesanal.