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INDICE

La Interpretación Jurídica según Riccardo Guastini

Sumario
1. La Interpretación Jurídica
1.1. Concepto de interpretación
1.2. Teorías sobre la Interpretación Jurídica
1.2.1. Teoría cognitiva clásica
1.2.2. Teoría cognitiva contemporánea
1.2.3. Teoría escéptica

2. Riccardo Guastini y la interpretación jurídica


2.1. La obra de Riccardo Guastini
2.2. Tesis sobre la interpretación jurídica
2.2.1. La diferencia entre “disposiciones normativas” y “normas”
2.2.2. La indeterminación del Derecho
2.2.3. El carácter decisorio de la labor interpretativa
2.2.4. Los límites legales y naturales de la interpretación jurídica
2.2.5. Las clases de interpretación jurídica

3. Clasificación de interpretación jurídica


3.1. La interpretación declarativa
3.2. La interpretación correctora
3.2.1. La interpretación extensiva
3.2.2. La interpretación restrictiva
3.2.3. Otras técnicas de interpretación correctora
La Interpretación Jurídica según Riccardo Guastini

Sumario
El objetivo del presente artículo consiste en explicar la tesis de Riccardo
Guastini sobre la interpretación jurídica. Con dicha finalidad, en la primera parte,
explicamos en qué consiste la interpretación jurídica y cuáles son las teorías que
existen sobre ella; en la segunda, describimos la obra de Riccardo Guastini y
explicamos sus principales tesis sobre la interpretación del Derecho; finalmente, en
la última parte, describimos su clasificación de la interpretación jurídica.

1. La Interpretación Jurídica

1.1. Concepto de interpretación

La interpretación jurídica es una sub clase de la interpretación de


textos en general.

La interpretación jurídica consiste en determinar el significado de los


textos jurídicos (o textos normativos), tales como la Constitución, las
leyes, los reglamentos, los contratos, los testamentos, las sentencias,
los actos administrativos, entre otros.

Dicha actividad puede consistir en descubrir el significado de los textos


normativos (si consideramos que el significado existe previamente a
la labor interpretativa), o decidir cuál es ese significado (si entendemos
que los textos jurídicos no tienen un significado previo a la
interpretación). Esto es materia de discusión en la Doctrina, como
veremos a continuación.
1.2. Teorías sobre la Interpretación Jurídica

1.2.1. Teoría cognitiva clásica

Según esta teoría, la interpretación jurídica es una actividad de


investigación, averiguación o descubrimiento del significado de los
textos normativos.
La teoría supone que los textos jurídicos tienen un significado
previo a la actividad interpretativa y que la labor del intérprete
consiste en averiguar y declarar dicho significado.

De acuerdo a este planteamiento, el significado de los textos


jurídicos es preciso y conocible, de modo que todo problema
jurídico – social tiene una única solución, siendo la labor del
intérprete descubrirla y aplicarla al caso concreto. Los juristas
españoles Juan José Moreso y Josep María Vilajosana, describen
la teoría del siguiente modo:

Para esta posición, interpretar una formulación normativa F es, en cualquier


caso, detectar el significado de F, informando que F tiene el significado S. De
acuerdo con esta concepción, la interpretación del Derecho tiene como
resultado enunciados interpretativos proposicionales, susceptibles de verdad
o falsedad. La interpretación del Derecho es una actividad cognoscitiva sobre
cuya base es siempre posible determinar unívocamente el significado de los
textos considerados. Cada cuestión jurídica admite, así, una única respuesta
correcta: la que hace que el enunciado interpretativo sea verdadero. (1)

Teniendo en cuenta estos supuestos, los resultados de la labor


interpretativa pueden ser catalogados de “verdaderos” o “falsos”,
“correctos” o “incorrectos”.

(1) MORESO, José Juan y VILAJOSANA, Josep María, Introducción a la Teoría del Derecho, Madrid: Marcial Pons, 2004, p.
159.
Con relación a una determinada disposición, sólo una
interpretación podría ser catalogada de “verdadera” o “correcta”,
siendo todas las demás “incorrectas” o “falsas”.

Esta teoría se remonta a la época de la Revolución Francesa, se


basa en la idea de la “certeza del Derecho” y sostiene que la labor
del intérprete consiste en aplicar mecánicamente las soluciones
legales a los casos concretos. Al respecto, Moreso y Vilajosana
dicen lo siguiente:

Esta concepción ha estado asociada durante mucho tiempo al llamado


formalismo jurídico, que sostenía el mito de la certeza del Derecho,
normalmente por razones ideológicas. Participarían de esta actitud formalista
la escuela de la exégesis francesa y la jurisprudencia de conceptos alemana.
Para estas visiones, la tarea de los jueces se basaría en una aplicación
mecánica de las normas generales a casos individuales. Los jueces no
pueden (ni deben) en el trámite de aplicación efectuar ninguna modificación
en aquellas normas. (2)

1.2.2. Teoría cognitiva contemporánea

Esta teoría apareció en el siglo XX y constituye una nueva forma


de cognitivismo.

La teoría se basa en la idea que el Derecho es parcialmente


indeterminado, por causa, fundamentalmente, de la vaguedad del
lenguaje jurídico.

Los textos normativos poseen un significado cuyo ámbito de


aplicación es impreciso, pudiendo distinguirse un “núcleo” y una
“zona de penumbra” en el significado de todo texto jurídico.

(2) MORESO y VILAJOSANA, op. cit., p. 159.


De un lado, el contenido del “núcleo” es claro, y por ello es posible
identificar los supuestos de hecho que caen en él; de otro lado, el
contenido de la “zona de penumbra” es dudoso, y por eso no es
posible identificar los supuestos de hecho que caen en él.

Los supuestos que recaen en el núcleo se denominan “casos


fáciles”, mientras que los supuestos que recaen en la zona de
penumbra se llaman “casos difíciles”.

De acuerdo a esta teoría, cuando el intérprete se encuentra frente


a un caso “fácil”, se limita a describir el significado preexistente del
texto normativo y aplica dicho significado al caso concreto. Por el
contrario, cuando se halla frente a un caso “difícil”, el intérprete
decide el significado del texto normativo, y por lo tanto, decide su
aplicación al caso concreto. Sobre el particular, Moreso y
Vilajosana afirman:

De acuerdo con esta concepción, en determinadas circunstancias la actividad


interpretativa es una actividad cognoscitiva y en otras una actividad decisoria.
Consecuentemente, algunos enunciados interpretativos son susceptibles de
verdad o falsedad y otros no. Los textos legales, pues, estarían parcialmente
indeterminados, y, por consiguiente, existen respuestas correctas para
ciertos casos: en los casos típicos, el Derecho se halla determinado y existe
respuesta correcta para ellos; en los casos atípicos, en cambio, el Derecho
no se halla previamente determinado y no existe respuesta correcta para
ellos. (3)

La diferencia entre “casos fáciles” y “casos difíciles” es una


distinción objetiva y no depende de la interpretación jurídica.

1.2.3. Teoría escéptica

(3) MORESO y VILAJOSANA, ibid., p. 161.


De acuerdo a esta teoría, la interpretación jurídica es una labor de
valoración y decisión.

El intérprete no se limita a describir el significado del texto


normativo, sino que valora y decide sus posibles significados.

La teoría parte del supuesto de que los textos jurídicos no tienen


un significado propio, previo a la actividad interpretativa, y que, por
lo tanto, es el intérprete quien produce los posibles significados de
un determinado texto jurídico.

Cuando el texto normativo tiene varios significados posibles, el


intérprete elige uno de ellos para resolver un caso concreto; su
elección no puede ser catalogada de “verdadera” o “falsa”, ni de
“correcta” o “incorrecta”. En determinadas condiciones, cualquiera
de los significados creados por el intérprete podría ser utilizado
para resolver un caso concreto.

Se parte de la idea de que el Derecho se encuentra totalmente


indeterminado y que, por lo tanto, ningún caso tiene una respuesta
correcta y previa a la actividad interpretativa. Sobre el particular,
Moreso y Vilajosana nos dicen:

Según esta posición, interpretar una formulación normativa F es, en cualquier


caso, adjudicar un significado a F, estipulando que tiene el significado S. De
acuerdo con esta concepción, la interpretación del Derecho tiene como
resultado enunciados interpretativos no proposicionales, carentes de valores
de verdad. La interpretación del Derecho no es una actividad cognoscitiva,
sino una actividad decisoria o estipulativa. Ninguna cuestión jurídica tiene,
consiguientemente, una respuesta correcta, previa a la decisión judicial, por
la sencilla razón de que los textos legales son radicalmente indeterminados.
(4 )

Esta teoría se remonta al realismo jurídico americano de la primera


mitad del siglo XX.

Actualmente, existen tres escuelas que, con variantes, sostienen


sus postulados: La Escuela Norteamericana, la Escuela
Escandinava y la Escuela de Génova. Riccardo Guastini pertenece
a esta última.

2. Riccardo Guastini y la interpretación jurídica

2.1. Obra de Riccardo Guastini

El jurista italiano Riccardo Guastini estudió Derecho en la


Universidad de Génova (Italia) y comenzó su carrera docente muy
joven, en dicha Universidad, enseñando Derecho Constitucional y
Teoría General del Derecho.

Riccardo Guastini ha sido director del Departamento de Cultura


Jurídica «Giovanni Tarello» de la Universidad de Génova y director
de importantes revistas especializadas en Italia, tales como
“Materali per una Storia della Cultura Giuridica”, “Ragion Pratica”,
“Analisi e Diritto” y “Ricerche di Giurisprudenza Analitica”.

(4) Ibid., p. 160.


Además, ha sido profesor visitante en importantes universidad
extranjeras, tales como la Universidad Pompeu Fabra de
Barcelona, la Cardozo School of Law de Nueva York y el Institut des
Hautes Études Internationales de París.

Actualmente, Riccardo Guastini se desempeña como catedrático de


Filosofía del Derecho y Técnicas de Interpretación Jurídica en la
Universidad de Génova, y forma parte del Departamento de
Investigaciones Jurídicas de la Facultad de Derecho de dicha
Universidad.

Entre sus obras más importantes destacan “Dalle fonti alle norme”
(1990), “Distinguendo” (1996), “Teoria e dogmatica delle fonti”
(1998), “Estudios sobre la Interpretación Jurídica (1999), “Estudios
de Teoría Constitucional (2001)”, “L’interpretazione dei documenti
normativi” (2004), y “Teoría e Ideología de la Interpretación
Constitucional” (2007).

2.2. Tesis sobre la interpretación jurídica

2.2.1. Diferencia entre “disposiciones normativas” y “normas”

La palabra “norma” es utilizada de diversas maneras en el


Derecho. A veces, la palabra “norma” se utiliza para hacer
referencia a un determinado conjunto de palabras mediante el cual
se pretende regular la conducta social; por ejemplo, cuando se
hace referencia a “las normas del Código Civil”.
En otras ocasiones, la palabra “norma” es utilizada para identificar
el significado de un determinado texto jurídico, como cuando se
hace referencia a “la norma contenida en el artículo 1 de la
Constitución”.

Sin embargo, Guastini distingue entre “disposición normativa” y


“norma”. La disposición normativa constituye un conjunto de
palabras mediante las cuales se pretende regular la conducta de
las personas; la norma constituye el significado de la disposición
normativa. Sobre el particular, Guastini afirma:

es necesario distinguir cuidadosamente entre los enunciados normativos –


las “disposiciones”, como suele decirse- y las normas, entendidas como
significados: entre las dos cosas, de hecho, no se da una correspondencia
bi-unívoca. Muchos enunciados normativos son ambiguos: expresan dos (o
más) normas alternativamente. Muchos enunciados normativos (quizás todos
los enunciados normativos) tienen un contenido de sentido complejo:
expresan y/o implican una pluralidad de normas conjuntamente. (5)

De acuerdo a su planteamiento, no existe una correspondencia


precisa entre disposición normativa y norma. Una disposición
normativa puede ser ambigua y expresar dos o más significados
alternativamente (dos o más “normas”); también puede tener un
contenido complejo (expresar una pluralidad de “normas” al mismo
tiempo).

2.2.2. La indeterminación del Derecho

Riccardo Guastini sostiene que el Derecho se encuentra totalmente


indeterminado; es decir, no presenta nunca soluciones previas,
únicas y previsibles para la solución de los problemas jurídico –

(5) GUASTINI, Riccardo, Teoría e ideología de la interpretación constitucional, Madrid: Editorial Trotta S.A., 2008, p. 32.
sociales. El jurista español José Luis Martí, refiriéndose a la obra
de Guastini, expresa lo siguiente:

Sostener una posición realista o escéptica del derecho significa afirmar que
el derecho como conjunto de reglas está indeterminado. Es decir, que el
derecho así entendido no nos ofrece una respuesta única y unívoca para
cada caso particular que el juez pueda descubrir. Si el derecho nos ofreciera
respuestas correctas de este tipo, la interpretación sería una labor
ciertamente cognoscitiva, y el juez no tendría como función elegir la
interpretación que valorativamente le parezca más adecuada, sino la de
conocer cuál es la verdadera interpretación. En suma, la teoría escéptica
asume la tesis de la indeterminación del derecho. (6)

Esta indeterminación tiene un doble contenido: La indeterminación


del ordenamiento jurídico y la indeterminación de cada una de las
normas vigentes.

Por una parte, el ordenamiento jurídico es indeterminado porque


no se sabe cuáles normas están vigentes y cuáles no. Este tipo de
indeterminación se debe a la “equivocidad de los textos
normativos”, es decir, a la posibilidad de producir distintas normas
jurídicas a partir de un mismo texto.

La “equivocidad de los textos jurídicos” se debe a la ambigüedad


(muchos textos normativos conducen a dos o más significados
posibles), a la variedad de los métodos de interpretación (existe
plena libertad para elegir cualquiera de los métodos existentes), a
la dogmática jurídica (las teorías jurídicas condicionan la
interpretación a través de sus definiciones) y los juicios de valor de
los intérpretes (cada intérprete tiene su propia concepción de la
justicia, lo cual condiciona su interpretación). Con relación a este
punto, Guastini sostiene lo siguiente:

(6) MARTI, José Luis, “El realismo jurídico: ¿una amenaza para el liberalismo y la democracia?”, Isonomía, N° 17, octubre,
2002, p. 264.
Creo que una buena teoría de la interpretación debe partir de la constatación
de que todos o casi todos los documentos normativos son (al menos
diacrónicamente) equívocos, o sea que admiten diversas atribuciones de
significado, en relación con las reglas semánticas y sintácticas de la lengua,
los métodos interpretativos, las construcciones dogmáticas de los juristas y –
naturalmente- los juicios de valor de cada intérprete. (7)

Por otra parte, las normas vigentes son indeterminadas porque no


se base cuáles supuestos de hecho recaen en su campo de
aplicación y cuáles no. Esta indeterminación se debe a la vaguedad
del lenguaje, que impide precisar la totalidad de los supuestos de
hecho a los que se aplican las normas. Sobre el particular, la jurista
española María Gimeno Presa, nos dice:

Según Guastini, el lenguaje natural es intrínsecamente un lenguaje ambiguo


y vago. Por esta razón, los problemas fundamentales de toda interpretación
textual nacen de la vaguedad y de la ambigüedad de los textos objeto de
interpretación…Un enunciado normativo es vago en cuanto que su predicado
posee una referencia indeterminada, o sea posee una textura abierta o lo que
es lo mismo, está sin determinar la clase de todos los individuos que poseen
el atributo por él designado. (8)

De acuerdo a Guastini, la interpretación jurídica ayuda a reducir la


indeterminación del Derecho (identificando las normas vigentes en
el ordenamiento, y los supuestos de hecho a los que se aplican las
normas), pero no puede eliminar la indeterminación.

2.2.3. El carácter decisorio de la labor interpretativa

Para Guastini, el intérprete no descubre el significado de los textos


jurídicos, sino que decide ese significado, sobre la base de las

(7) GUASTINI, Riccardo, “Una teoría cognoscitiva de la interpretación”, Isonomía, N° 29, octubre, 2008, p. 24.

(8) GIMENO PRESA, María Concepción, “Teoría y doctrina de la interpretación jurídica en la propuesta de Riccardo
Guastini”, Doxa, N° 23, 2000, p. 700.
teorías dogmáticas que maneja, el método de interpretación que
utiliza y sus propias ideas de justicia.

El resultado de esta actividad será la atribución de un determinado


significado al texto interpretado (la creación de una norma jurídica),
que se desprenderá directa o indirectamente del texto, con un
alcance literal, o quizás más amplio o restringido que aquél. Con
relación a este punto, Guastini explica lo siguiente:

la interpretación … en un acto de voluntad, que consiste no en tomar


conocimiento del único significado, sino en decidir “un” significado en el
ámbito de los varios significados igualmente posibles. Se sigue que los
enunciados interpretativos no pertenecen al discurso descriptivo, por lo que
están privados del valor de verdad. (9) (10)

De acuerdo a Guastini, cuando un jurista se limita a dar a conocer


todos los posibles significados de un texto jurídico,
independientemente de un caso concreto, realiza una
“interpretación en abstracto”.

La “interpretación en abstracto” es una actividad decisoria, pero no


tiene efectos jurídicos, pues no modifica la realidad jurídica,

(9) GUASTINI, Teoría e ideología …., op. cit., p. 42.

(10) El jurista italiano Paolo Comanducci, perteneciente a la misma escuela de Guastini, describe el proceso
interpretativo de la siguiente forma: “Lo que generalmente se entiende como “interpretación” de enunciados es,
desde un punto de vista conceptual, más bien una actividad, un proceso, que un acto singular. Cabe por lo tanto
distinguir, en lo que se refiere a nuestro sujeto, entre diferentes atapas de de una secuencia interpretativa: 1) la
primera etapa está constituida por la identificación del enunciado como entidad de un lenguaje (podríamos
llamarla identificación lingüística del enunciado); 2) la segunda etapa está constituida por la identificación del
enunciado como una norma, en virtud de su carácter prescriptivo (podríamos llamarla identificación pragmática
del enunciado); 3) la tercera etapa está constituida por la identificación de la norma como principio o como regla
(podríamos llamarla configuración de la norma); y 4) la cuarta etapa está constituida por la identificación del
sentido de, o –como yo prefiero decir – por la atribución de sentido a, la norma, o sea al principio o a la regla
(podríamos llamarla interpretación scricto sensu de la norma, del principio o de la regla)”. COMANDUCCI, Paolo,
“Principios jurídicos e indeterminación del Derecho”, Doxa, N° 21, II, 1998, p. 91.
creando derechos, deberes u obligaciones para las personas.
Constituye sólo un ejercicio intelectual.

De otro lado, cuando un juez elige uno de los posibles significados


de un texto jurídico, para resolver un caso concreto, realiza una
“interpretación en concreto”.

La “interpretación en concreto” es una actividad decisoria que sí


produce efectos jurídicos, pues modifica la realidad jurídica,
creando derechos, deberes u obligaciones para las personas
involucradas en el supuesto de hecho examinado. Ésta constituye
un verdadero acto de producción jurídica.

2.2.4. Los límites legales y naturales de la interpretación jurídica

De acuerdo el planteamiento de Guastini, los intérpretes no tienen


una libertad absoluta para interpretar los textos jurídicos, pues
están sujetos a límites normativos y factuales.

Los primeros son impuestos por la ley, cuando ésta indica la forma
en que debe realizarse la labor interpretativa, estableciendo una
preferencia entre los métodos interpretativos, o la manera en que
los métodos deben aplicarse a los textos normativos.

En cuanto a los límites factuales, debe tenerse en cuenta que


existe un número máximo de significados atribuibles a las palabras
de un texto jurídico, de acuerdo al lenguaje ordinario y a la
dogmática jurídica del ambiente cultural del intérprete, así como las
interpretaciones ya consolidadas de los textos jurídicos. Al
respecto, Gimeno Presa dice:
(Guastini) sostiene que la actividad interpretativa está sujeta a límites o
vínculos de dos tipos, normativos y factuales. Son vínculos normativos todas
las disposiciones que indican o disciplinan la interpretación y/o la solución de
controversias en torno a las cuestiones interpretativas. Son vínculos factuales
el ambiente cultural donde opere el ordenamiento jurídico que se interpreta.
(11)

Finalmente, tampoco es posible hacer interpretaciones que no se


puedan sostenerse adecuadamente con argumentos, y que, por lo
tanto, no resulten convincentes.

2.2.5. Las clases de interpretación jurídica

Guastini diferencia entre “interpretación en abstracto” e


“interpretación en concreto”. La primera es hecha por los juristas,
cuando dan a conocer los posibles significados de un texto jurídico;
la segunda es realizada por los órganos de aplicación del Derecho,
entre ellos los jueces, cuando eligen una interpretación
determinada para solucionar un caso concreto.

Sin embargo, teniendo en cuenta el resultado de la labor


interpretativa, Guastini diferencia entre “interpretación declarativa”
e “interpretación correctora”, las cuales explicaremos a
continuación.

3. Clasificación de la interpretación jurídica

3.1. La interpretación declarativa

(11) GIMENO PRESA, op. cit., p. 702.


Para Guastini, la interpretación declarativa es aquella cuyo producto
interpretativo guarda conformidad con el tenor de la disposición
normativa interpretada.

En este caso, el intérprete atribuye a una disposición normativa el


significado más inmediato que se desprende del uso común de las
palabras y de las reglas sintácticas. Guastini define este tipo de
interpretación, de la siguiente manera:

Por interpretación literal o declarativa puede entenderse, grosso modo, la


interpretación que atribuye a una disposición su significado “literal”, es decir,
el más inmediato – el significado prima facie, como suele decirse – que se
desprende del uso común de las palabras y de las reglas sintácticas . (12)

La interpretación declarativa se apoya en dos argumentos: el


argumento del lenguaje común y el argumento a contrario. El primero
apela al significado ordinario de las palabras y a las reglas
gramaticales del idioma en el que está formulada la disposición
normativa.

En un texto normativo, se pueden encontrar palabras del lenguaje


ordinario, palabras tecnificadas y palabras técnicas. Las primeras son
las que utiliza el común de las personas en un ambiente cultural
determinado. Las segundas son palabras del lenguaje ordinario que
han adquirido en el Derecho un significado especial. Las terceras son
utilizadas en una disciplina científica o técnica distinta al Derecho.

En el primer caso, el significado ordinario se encuentra en los


diccionarios. En el segundo, el significado ordinario puede encontrarse
en las definiciones legislativas y en las definiciones doctrinarias. En el

(12) GUASTINI, Riccardo, Estudios sobre la interpretación jurídica, México: Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
Universidad Nacional Autónoma de México, 1999, p. 26.
último, el significado ordinario puede encontrarse en los manuales de
la disciplina científica o técnica respectiva.

En el caso del argumento a contrario, se aduce que el legislador ha


dicho exactamente lo que quería decir, y que, lo que no ha dicho, no
quería decirlo; si hubiese querido decirlo, lo habría dicho.

El argumento se rige por la presunción de una perfecta


correspondencia entre la intención del legislador y el texto normativo,
lo cual permite excluir interpretaciones extensivas del texto jurídico
interpretado.

3.2. La interpretación correctora

Para Guastini, la interpretación correctora consiste en atribuir a los


textos jurídicos un significado diferente al literal, pudiendo ser dicho
significado más extenso que el literal (interpretación extensiva) o más
restringido (interpretación restrictiva).

Antes de realizar una interpretación correctora, el intérprete debe


desacreditar la interpretación declarativa. Para esto puede utilizar el
argumento de “ratio legis”, el argumento de la “razonabilidad del
legislador” y el argumento de la “naturaleza de las cosas”. Con relación
a esta clase de interpretación, Guastini afirma:

Es evidente que la argumentación correctora debe sostenerse con


argumentos que desacrediten por impracticable, y por tanto excluyan, la
interpretación literal. (13)

(13) GUASTINI, Estudios sobre… op. cit., p. 32.


En el argumento de la “ratio legis”, se aduce que no se debe realizar
una interpretación literal de la disposición normativa, porque ella no
corresponde a la intención, la voluntad o el objetivo del legislador, los
que deben prevalecer sobre la literalidad.

En el argumento de la “razonabilidad del legislador”, se sostiene que


no se debe hacer una interpretación literal de la disposición normativa,
porque, así entendida, expresaría una norma absurda o daría lugar a
resultados absurdos cuando fuera aplicada.

En el argumento de la “naturaleza de las cosas”, se aduce que no se


debe realizar una interpretación literal de la disposición normativa,
porque dicha interpretación no se ajusta a los cambios sociales que
han operado en la realidad.

3.2.1. La interpretación extensiva

La interpretación extensiva consiste extender el significado literal de


una disposición, introduciendo en su campo de aplicación supuestos
de hecho que, según la interpretación declarativa, no entrarían en él.
Guastini define esta clase de interpretación de la siguiente forma:

Se llama extensiva a aquella interpretación que extiende el significado prima


facie de una disposición, incluyendo en su campo de aplicación supuestos de
hecho que, según la interpretación literal, no entrarían en él. ( 14)

En la interpretación extensiva se pueden utilizar dos argumentos: el


argumento “a simili” y el argumento “a fortiori”.

(14) GUASTINI, ibid., p. 34.


De acuerdo a Guastini, en el argumento “a simili”, se presenta un
supuesto de hecho regulado por el Derecho y otro no regulado, y se
sostiene que debe aplicarse al supuesto de hecho no regulado la
consecuencia jurídica del supuesto regulado, en razón a que existe
entre ellos una “semejanza esencial”.

La semejanza esencial se presenta cuando ambos supuestos


comparten un elemento común, que constituye la “razón” fundamental
por cual se atribuyó la consecuencia jurídica al supuesto de hecho
regulado. Al respecto, Guastini dice:

Se justifica la interpretación extensiva esencialmente mediante la analogía, o


sea, la semejanza… se reúnen… tanto los supuestos expresamente
previstos, como los supuestos no previstos por el texto en su tenor literal,
aduciendo que estos últimos se “parecen” –desde un perfil “esencial”, a la luz
de la ratio legis – a los supuestos expresamente regulados. (15)

Según Guastini, en el argumento “a fortiori”, se presenta un supuesto


de hecho regulado por el Derecho y otro no regulado, y se sostiene
que debe aplicarse al supuesto de hecho no regulado la consecuencia
jurídica del supuesto regulado, pues el primero merece “con mayor
razón” la misma consecuencia jurídica.

La mayor razón se presenta cuando la “razón” fundamental por cual


se atribuyó la consecuencia jurídica al supuesto de hecho regulado,
se encuentra presente con mayor intensidad en el supuesto de hecho
no regulado.

3.2.2. La interpretación restrictiva

(15) GUASTINI, Teoría e ideología … op. cit., p. 71.


De acuerdo a Guastini, se denomina “restrictiva” a la interpretación
que restringe el significado literal de una disposición normativa,
excluyendo de su campo de aplicación algunos supuestos que, según
la interpretación literal, entrarían en él.

Para hacer una interpretación restrictiva, se hace uso del argumento


de la disociación. El argumento de la disociación consiste en introducir
en el texto jurídico una distinción en la que el legislador no ha pensado,
con el fin de reducir el campo de aplicación de una disposición sólo a
algunos de los supuestos de hecho previstos por ella, según una
interpretación literal. Sobre el argumento de la disociación, Guastini
expresa lo siguiente:
La interpretación restrictiva es el resultado de una técnica interpretativa
específica: la técnica de la disociación, algo parecido al distinguishing de los
jueces de common law.
Esta técnica consiste en introducir en las normas distinciones “nuevas”, es
decir no hechas por la autoridad normativa; consiste en descomponer la clase
de los supuestos previstos por el texto – según la interpretación literal – en
dos (o más) sub clases, con el intento de sugerir que dichas subclases,
siendo “sustancialmente” distintas, no pueden no tener consecuencias
jurídicas diferentes. (16)

3.2.3. Otras técnicas de interpretación correctora

De acuerdo a Guastini, existen otras técnicas interpretativas que


conducen a resultados diferentes a la interpretación declarativa y que,
por lo tanto, caen dentro del concepto de la interpretación correctora:
la “interpretación sistemática”.

Se hace interpretación sistemática cuando, para decidir el significado


de una disposición normativa, no se atiende a la disposición

(16) GUASTINI, Riccardo, “Variaciones sobre temas de Carlos Alchourrón y Eugenio Bulygin. Derrotabilidad, lagunas
axiológicas, e interpretación”, Doxa, N° 31, 2008, p. 151.
aisladamente considerada, sino al contexto en el que está situada.
Ese contexto puede ser poco amplio o mucho: los demás incisos o
párrafos de un mismo artículo legislativo, los demás artículos de una
ley o todas disposiciones de un determinado ordenamiento jurídico.

Se incluye dentro de la interpretación sistemática a la denominada


“interpretación adecuadora”, la cual consiste en adecuar el significado
de una determinada disposición normativa al significado de una
disposición normativa superior o a un principio fundamental. La
interpretación sistemática también es conocida como “interpretación
conforme”.
FUENTES CONSULTADAS

ATIENZA, Manuel. “Entrevista a Riccardo Guastini”. En Doxa. N° 27, 2004, pp. 457 -473.

CHIASSONI, Pierluigi. “Entre formalismo y theological reading: Garzón Valdés, Francisco Suárez y la
interpretación de la ley”. En Doxa. N° 30, 2007, pp. 79 – 87.

COMANDUCCI, Paolo. “Principios jurídicos e indeterminación del Derecho”. En Doxa. N° 21, II, 1998, pp. 89-
104.

GIMENO PRESA, María Concepción. “Teoría y doctrina de la interpretación jurídica en la propuesta de Riccardo
Guastini”. En Doxa. N° 23, 2000, pp. 689 - 707. Trad. del italiano por Miguel Carbonell y Pedro Salazar.

GUASTINI, Riccardo. Teoría e ideología de la interpretación constitucional. Madrid: Editorial Trotta S.A., 2008.
102 pp.

GUASTINI, Riccardo. “Una teoría cognoscitiva de la interpretación”. En Isonomía. N° 29, octubre, 2008, pp. 15
- 31.

GUASTINI, Riccardo. Estudios sobre la interpretación jurídica. México: Instituto de Investigaciones Jurídicas de
la Universidad Nacional Autónoma de México, 1999. 100 pp. Trad. del italiano por Marina Gascón y Miguel
Carbonell.

GUASTINI, Riccardo. “Variaciones sobre temas de Carlos Alchourrón y Eugenio Bulygin. Derrotabilidad, lagunas
axiológicas, e interpretación”. En Doxa. N° 31, 2008, pp. 143 - 156.

GUASTINI, Riccardo. “Proyecto para la voz ‘ordenamiento jurídico’ de un diccionario”. En Doxa. N° 27, 2004,
pp. 247 – 282.

GUASTINI, Riccardo. “Concepciones de las fuentes del Derecho”. En Isonomía. N° 11, octubre, 1999, pp., 107
– 176.

MARTÍ, José Luis. “El realismo jurídico: ¿una amenaza para el liberalismo y la democracia?”. En Isonomía. N°
17, octubre, 2002, pp. 259 - 282.
MORESO, José Juan y VILAJOSANA, Josep María. Introducción a la Teoría del Derecho. Madrid: Marcial Pons
2004. 221 pp.

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