Leyenda de la Bruja de Blair

Se dice que en el bosque del Black Hills, en Maryland, descansa una ciudad maldita.
Construida por Nathaniel Blair y sus hombres como un fuerte para ayudar a defender Lord
Calvert frente a tribus hostiles y violentas. Fue nombrado como su fundador, Blair, en 1634.

Se dice que 1785, Elly Kedward, de origen irlandés, fue acusada de brujería. Algunos niños
afirmaban que fueron obligados a beber su sangre. Por lo cual fue desterrada de Blair para
siempre. La ataron a una carreta, que abandonaron después en el bosque, en medio de un
invierno hostil.

Pocos días después, cuando la población la creyó muerta, 3 chicos acompañados por sus
perros, se internaron en el bosque para comprobarlo. Al ver que aun vivía, soltaron a sus
perros para que la despedazaran, mientras ellos la molían a palos, no satisfechos con eso la
colgaron de un árbol, donde finalmente murió.

Esos pequeños fallecieron un año mas tarde, en 1786, y poco a poco fueron desapareciendo
más de la mitad de los niños del pueblo. Toda la población temía una maldición de la bruja y
decidieron abandonar Blair, jurando nunca más mencionar el nombre de Elly Kedward.

En 1809, apareció un libro llamado Blair Witch Cult (El culto a la bruja de Blair), se dice
que fue escrito por la misma bruja, tratando de evitar quedar en el olvido. En 1820 Henry
Burkitt compró la ciudad vacía de Blair, y la rebautizó como Burkittsville, en 1824.

En agosto de 1825, en un pequeño río del bosque llamado Tappy East Creek. Una docena de
testigos presenciaron una horripilante y dramática escena. Vieron que una mano salió del
agua para arrastrar a la niña Eileen Treacle hacia el fondo. Su cuerpo jamás fue encontrado y
el agua se contaminó tomando una textura aceitosa durante varios meses.

En 1886 Robin Weaver desapreció en el bosque. Cuando la encontraron días después, ella
afirmaba que estuvo en el sótano de una casa en los bosques. Llevada ahí por una señora
que flotaba y prometió volver por ella. Robin la esperó durante mucho tiempo, pero comenzó a
tener miedo y huyó.

En 1940, Rustin Parr, un ermitaño secuestró 8 niños. Asesinó a siete de ellos en extraños
rituales diciendo que la mujer del bosque se lo había ordenado.