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11/01/2018

SANIDAD

ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN
II. CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA SANITARIO ESPAÑOL
III. LA DISTRIBUCIÓN COMPETENCIAL: EL SISTEMA PÚBLICO DE SALUD
IV. ESQUEMA ORGANIZATIVO BÁSICO DE LA LEY GENERAL DE SANIDAD
V. COHESIÓN Y CALIDAD DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD
VI. RELACIÓN DE LOS USUARIOS DEL SISTEMA DE SALUD CON LAS
ADMINISTRACIONES SANITARIAS
1. Derechos
2. Obligaciones

I. INTRODUCCIÓN

La Ley 14/1986, de 25 de abril, General de la Sanidad es la norma central reguladora del sistema
sanitario en España. Se apoya fundamentalmente en los artículos 43 y 49 de la Constitución, en los
que se reconoce el derecho de todos los ciudadanos, a la protección de la salud, derecho que, para
ser efectivo requiere de los poderes públicos la adopción de las medidas idóneas para satisfacerlo; y
en la atribución a las Comunidades Autónomas (artículos 148.1.21 y 149.1.16) de amplias
competencias en materia de Sanidad.

El Real Decreto 1087/2003, por su parte, dispone en su artículo 15, en relación con el Instituto
Nacional de Gestión Sanitaria, que dicho organismo conservará el régimen jurídico, económico,
presupuestario y patrimonial y la misma personalidad jurídica y naturaleza de Entidad Gestora de la
Seguridad Social que el extinguido Instituto Nacional de la Salud, y que al mismo corresponderá la
gestión de las prestaciones sanitarias en el ámbito de las Ciudades de Ceuta y Melilla y realizar cuantas
otras actividades sean necesarias para el normal funcionamiento de sus servicios, en el marco de lo
dispuesto por la disposición transitoria tercera de la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad.

A la anterior normativa hay que añadir la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública,
que define la salud pública como el conjunto de actividades organizadas por las Administraciones
Públicas, con la participación de la sociedad, para prevenir la enfermedad así como para proteger,
promover y recuperar la salud de las personas, tanto en el ámbito individual como en el colectivo y
mediante acciones sanitarias, sectoriales y transversales.

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II. CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA SANITARIO ESPAÑOL

Pretende la regulación general de todas las acciones que permitan hacer efectivo el derecho a la
protección de la salud reconocido en el artículo 43 de la Constitución. En su virtud, las líneas básicas
del sistema son las siguientes:

Universalización de la sanidad: son titulares del derecho a la protección de la salud y a la atención


sanitaria todos los españoles y los ciudadanos extranjeros que tengan establecida su residencia en
territorio español.

Consecución paulatina de la gratuidad de la sanidad.

La política de salud se orienta a la superación de los desequilibrios territoriales y sociales.

Corresponsabilidad del Estado, Comunidades Autónomas y Administración local, dentro de un modelo


integral del sistema sanitario. El eje del modelo que la Ley adopta son las Comunidades Autónomas,
concibiéndose el Sistema Nacional de Salud como el conjunto de los servicios de salud de las
Comunidades Autónomas debidamente coordinados. El principio de integración inspira la Ley General
de Sanidad cuando dispone que: "En cada Comunidad Autónoma se constituirá un Servicio de Salud
integrado por todos los centros, servicios y establecimientos de la propia Comunidad, Diputaciones,
Ayuntamientos y cualesquiera otras Administraciones territoriales intracomunitarias, que estará
gestionado bajo la responsabilidad de la respectiva Comunidad Autónoma" (artículo 50).

Reconocimiento de las actividades sanitarias privadas en el marco de la libertad de empresa.

Reconocimiento del régimen de conciertos para la prestación de servicio sanitarios con medios ajenos
a las Administraciones públicas sanitarias.

Según la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública son principios generales de acción
en salud pública los siguientes:

a) Principio de equidad, en cuanto que las políticas, planes y programas que tengan
impacto en la salud de la población promoverán la disminución de las desigualdades
sociales en salud

b) Principio de salud en todas las políticas de carácter no sanitario que influyen en la salud
de la población

c) Principio de pertinencia. Las actuaciones de salud pública atenderán a la magnitud de


los problemas de salud que pretenden corregir, justificando su necesidad de acuerdo con
los criterios de proporcionalidad, eficiencia y sostenibilidad.
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d) Principio de precaución ante la existencia de indicios fundados de una posible afectación


grave de la salud de la población. Aun cuando hubiera incertidumbre científica sobre el
carácter del riesgo, determinará la cesación, prohibición o limitación de la actividad sobre
la que concurran.

e) Principio de evaluación. Las actuaciones de salud pública deben evaluarse en su


funcionamiento y resultados, con una periodicidad acorde al carácter de la acción
implantada.

f) Principio de transparencia. Las actuaciones de salud pública deberán ser transparentes.


La información sobre las mismas deberá ser clara, sencilla y comprensible para el conjunto
de los ciudadanos.

g) Principio de integralidad. Las actuaciones de salud pública deberán organizarse y


desarrollarse dentro de la concepción integral del sistema sanitario.

h) Principio de seguridad. Las actuaciones en materia de salud pública se llevarán a cabo


previa constatación de su seguridad en términos de salud.

III. LA DISTRIBUCIÓN COMPETENCIAL: EL SISTEMA PÚBLICO DE SALUD

Al Estado le corresponde, en virtud del título competencial recogido en el artículo 149.1.16ª de la


Constitución -en el que se apoya la Ley General de Sanidad-, la fijación de los principios y criterios
sustantivos que permitan configurar un sistema sanitario inspirado en la idea de globalidad de todos
los servicios sanitarios operantes en el seno del Estado. A su vez, y con efectos desde enero de 2002,
fueron transferidos los servicios gestionados por el ya extinto Insalud a las Comunidades autónomas
llamadas "de vía lenta", completándose así el panorama de descentralización territorial contemplado
por la ley 14/1986. Por ello, el legislador estatal, a través de la Ley General de Sanidad, ha configurado
un modelo organizativo, el Sistema Nacional de Salud, concebido como el conjunto de los Servicios de
Salud de la Administración del Estado sumados a los de las Comunidades autónomas, y debidamente
coordinados.

El sistema Nacional de Salud se revela como presupuesto y, a la vez, resultante del conjunto de
sistemas de salud autonómicos: se trata de una estructura de cobertura sanitaria que tiene dos
vertientes, la estatal y la autonómica. En la vertiente estatal se sitúan el Ministerio de Sanidad y
Consumo y sus entidades dependientes, mientras que en la vertiente autonómica operan los diferentes
Departamentos autonómicos competentes en materia sanitaria y sus entidades dependientes
encargadas de las tareas de asistencia sanitaria propiamente dicha: los llamados Servicios
autonómicos de salud, sobre los que recae hoy el protagonismo administrativo y prestacional, sin

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perjuicio de la completa y compleja organización administrativa estatal. El Sistema Nacional de Salud


aparece, por lo tanto, como un sistema de integración fundamentado en la operatividad del derecho
a la salud de los ciudadanos y en el principio de uniformidad de las condiciones de vida. La Ley General
de Sanidad articula tres cauces para garantizar la globalidad de este sistema complejo:

a) Ejercicio por el Estado de un serie de competencias amparadas en los títulos de "sanidad


exterior y legislación sobre productos farmacéuticos" (con carácter exclusivo), y de
"legislación básica y coordinación general en materia de sanidad".

b) Establecimiento de criterios unitarios que deben orientar la organización de los


Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas, criterios a través de los cuales el
Estado impone directamente una homogeneidad de estos servicios.

c) Coordinación y establecimiento de mecanismos de cooperación y la participación de las


Comunidades autónomas en la articulación el sistema.

IV. ESQUEMA ORGANIZATIVO BÁSICO DE LA LEY GENERAL DE SANIDAD

a) Sistema Nacional de Salud. Es el conjunto integrado de "todas las estructuras y


servicios públicos al servicio de la salud" (artículo 44 de la Ley General de Sanidad), que
engloba los Servicios de Salud de la Administración del Estado y los de las Comunidades
autónomas.

b) Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Se trata de un órgano


permanente de coordinación, cooperación, comunicación, planificación de información
entre los distintos Servicios de Salud, y con la Administración General del Estado. Está
presidido por el Ministro de Sanidad y Consumo, y constituido por los Consejeros
competentes en materia e sanidad de las Comunidades Autónomas y de la Ciudad
Autónoma de Ceuta (el representante de Melilla asiste como invitado).

c) Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas. Están integrados por todos los
centros, servicios y establecimientos de la propia Comunidad, Diputaciones Provinciales,
Ayuntamientos y cualesquiera otras Administraciones territoriales intracomunitarias,
realizándose su gestión bajo la responsabilidad de la Comunidad Autónoma.

d) Áreas de Salud. Son las estructuras fundamentales del sistema sanitario,


responsabilizadas de la gestión unitaria de los centros y establecimientos del Servicio de
Salud de la Comunidad Autónoma y de las prestaciones sanitarias y programas sanitarios
en su demarcación territorial. Su delimitación debe responder a criterios demográficos y
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territoriales (deben comprender una población de entre 200.000 y 250.000 habitantes y


cada provincia debe contar como mínimo con una), y están compuestas por tres órganos:
uno de participación, consulta y seguimiento de la gestión -el Consejo de Salud-; otro de
dirección, que debe dar representación en proporción no inferior al 40% a las
Corporaciones Locales -el Consejo de Dirección-; y un tercero de gestión -el Gerente-.
Además, es necesaria la existencia de al menos un hospital general, público o privado
vinculado, en cada Área de Salud.

e) Zonas básicas de Salud. Son el resultado de la subdivisión de las Áreas de Salud, siendo
definidas por la Ley como el marco territorial de la atención primaria de la salud donde
desarrollan las actividades sanitarias los Centros de Salud, centros integrales de atención
primaria situados bajo la órbita funcional del hospital general del Área. En Municipios,
localidades o barrios distintos de la cabecera de la Zona pueden existir consultorios locales
médicos y de enfermería, vinculados funcionalmente al correspondiente Centro de Salud.
No existe en este nivel un Consejo de Dirección y un Gerente, sino un Equipo de Atención
Primaria que atiende el Centro de Salud preceptivo en cada Zona; equipo a cuyo frente
hay un Coordinador médico que depende del Gerente del Área.

V. COHESIÓN Y CALIDAD DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD

Al amparo de las previsiones constitucionales y de los respectivos estatutos de autonomía, todas las
Comunidades Autónomas han asumido paulatinamente competencias en materia de sanidad, siendo
necesario un perfeccionamiento de las relaciones entre las diversas Comunidades Autónomas y el
Estado. Así, se promulgó la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional
de Salud, estableciendo las acciones de coordinación y cooperación de las administraciones públicas
sanitarias como medio para asegurar a los ciudadanos el derecho a la protección de la salud, con el
objetivo común de garantizar la equidad, la calidad y la participación social en el Sistema Nacional de
Salud, en concreto en el ámbito de las prestaciones, la farmacia, la investigación, los profesionales y
la calidad del sistema sanitario. La Ley 16/2003 ha sido modificada por el Real Decreto-ley 16/2012,
de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y
mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones.

Así la equidad, trata de garantizar el derecho a la protección de la salud en condiciones de igualdad


efectiva en todo el territorio y posibilitar la libre circulación de todos los ciudadanos; la calidad, quiere
conjugar la incorporación de innovaciones con la seguridad y efectividad de éstas y por último, la
participación ciudadana, tanto en el respeto de la autonomía de sus decisiones individuales como en
la consideración de sus expectativas como colectivo de usuarios del sistema sanitario y para permitir
el intercambio de conocimientos y experiencias.

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Para ello crea los instrumentos para la toma de decisiones que corresponde asumir conjuntamente al
Estado y las Comunidades Autónomas, como la Agencia Española de Medicamentos y Productos
Sanitarios, la Comisión de Recursos Humanos, la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud,
entre otros, y el órgano básico de cohesión que es el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de
Salud, al que ya nos hemos referido.

Desde el punto de vista de los destinatarios, por Real Decreto 1192/2012, de 3 de agosto, se regula
la condición de asegurado y de beneficiario a efectos de la asistencia sanitaria en España, con cargo
a fondos públicos, a través del Sistema Nacional de Salud.

VI. RELACIÓN DE LOS USUARIOS DEL SISTEMA DE SALUD CON LAS ADMINISTRACIONES
SANITARIAS

La relación de los ciudadanos, usuarios del sistema de salud, con las Administraciones sanitarias se
articula sobre la base del reconocimiento de determinados derechos y obligaciones.

1. Derechos

De acuerdo con la Ley 14/1986, Ley General de Sanidad, los usuarios del sistema de salud tienen
derecho conforme al artículo 10 de la misma en lo que está vigente:

a) Al respeto a su personalidad, dignidad humana e intimidad, sin que pueda ser


discriminado por razones de raza, de tipo social, de sexo, moral, económico, ideológico,
político o sindical.

b) A la información sobre los servicios sanitarios a los que puede acceder.

c) A la confidencialidad de toda información relacionada con su proceso y con su estancia


en instituciones sanitarias públicas y privadas que colaboren con el sistema público.

d) A ser advertido de si los procedimientos de pronóstico, diagnóstico y terapéuticos que


se le apliquen pueden ser utilizados en función de un proyecto docente o de investigación,
que, en ningún caso, podrá comportar peligro adicional para su salud.

e) A elegir médico y demás sanitarios titulados en las condiciones establecidas por las
leyes.

f) A obtener los medicamentos y productos sanitarios que se consideren necesarios para


promover, conservar o restablecer su salud.

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La Ley 41/2002, de 14 de noviembre, reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y


obligaciones en materia de información y documentación clínica, configura el derecho de los pacientes
a:

a) Conocer, con motivo de cualquier actuación en el ámbito de la salud, toda la información


disponible sobre la misma y a que, en su caso, se respete su voluntad de no ser informada.

b) Al respeto del carácter confidencial de los datos referentes a su salud, y a que nadie
pueda acceder a ellos sin previa autorización amparada por la ley.

c) Al respeto de la autonomía del paciente, exigiendo que toda actuación en el ámbito de


la salud de un paciente necesita el consentimiento libre y voluntario del afectado, una vez
que recibida la información disponible y valoradas las opciones propias del caso.

d) A manifestar anticipadamente su voluntad sobre los cuidados y el tratamiento de su


salud que ha de ser respetado en el supuesto de llegar a situaciones en cuyas
circunstancias no sea capaz de expresarlos. Libremente puede manifestar anticipadamente
su voluntad sobre el destino de su cuerpo o de los órganos del mismo. (véanse "Últimas
voluntades anticipadas" y "Testamento vital").

e) A recibir información sobre los servicios disponibles, calidad y requisitos de acceso, y a


la información previa necesaria para la elección de médico.

f) A acceder a su historia clínica y que la misma se encuentre perfectamente custodiada


en el centro sanitario.

g) Una vez finalizado el proceso asistencial, a recibir el informe del alta, el alta del paciente
y a que le faciliten, en todo caso, los certificados acreditativos de salud.

Por su parte la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública establece los siguientes
derechos:

a) Derecho a la información

b) Derecho de participación

c) Derecho a la igualdad

d) Derecho a la intimidad, confidencialidad y respeto de la dignidad

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2. Obligaciones

Como obligaciones de los usuarios podemos señalar las siguientes:

a) Cumplir las prescripciones sanitarias comunes a toda la población, así como las
específicas determinadas por los servicios sanitarios.

b) Cuidar las instalaciones de las instituciones sanitarias.

c) Responsabilizarse del uso adecuado de las prestaciones ofrecidas por el sistema


sanitario.

Otras normas sanitarias relevantes son la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias
frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los
productos del tabaco.

Esta Ley tiene por objeto:

a) Establecer, con carácter básico, las limitaciones, siempre que se trate de operaciones
al por menor, en la venta, suministro y consumo de los productos del tabaco, así como
regular la publicidad, la promoción y el patrocinio de dichos productos, para proteger la
salud de la población.

b) Promover los mecanismos necesarios para la prevención y control del tabaquismo


(artículo 1).

La Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública establece los siguientes deberes:

a) Deber de colaboración.

b) Deber de comunicación.

Y son obligaciones de las Administraciones Públicas la de procurar información pública sobre riesgos
para la salud de la población y la de colaboración en salud pública e imparcialidad en las actuaciones
sanitarias

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