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UNIVERSIDAD TÉCNICA NACIONAL

Diplomado en Asistencia Veterinaria

ENFERMEDADES EN EL SISTEMA URINARIO


Seminarios, Principios de Enfermería

Estudiantes:
Maria Margarita Ortega López
Alejandra Rodríguez González

Profesora:
Dra. Carolina Víquez Céspedes

Sede Atenas
2014
Introducción

El presente trabajo contiene información sobre las enfermedades del Sistema


Urinario. La cistitis, la cual es una inflamación de la vejiga, producida por infección,
cristales en orina o bien por un golpe. También se encuentran la obstrucción urinaria, la
cual puede darse por factores tales como muco, sedimento en la vejiga o cálculos
renales. Esta puede ser letal en muchos casos, como por ejemplo, cuando la vejiga no
puede almacenar una cantidad superior de orina haciendo que esta fluya hasta los
riñones y provocando un daño en estos.

Otra enfermedad a tratar en este trabajo es la de los cálculos renales, los cuales son
acumulaciones similares a piedras que se forman a base de minerales que están en
forma natural en la orina. A los cálculos se les llama renales porque con frecuencia se
forman en los riñones. Por último trataremos, el fallo renal que es la perdida de la
capacidad de los riñones para eliminar residuos del organismo. El fallo renal indica un
problema en los riñones y sucede cuando estos no son capaces de filtrar las toxinas y
otras sustancias que contiene la sangre, estas toxinas se acumulan y afectan los
riñones disminuyendo su capacidad de mantener el equilibrio de sodio, potasio, fosfatos
de calcio y otros electrólitos para controlar el ácido en la sangre y en la presión
sanguínea.

Así bien, a lo largo del trabajo profundizaremos un poco en cada enfermedad


describiendo los signos clínicos que estas provocan, las formas de prevenirlas y sus
respectivos tratamientos de una forma muy general.
1. Cistitis

La cistitis es la inflamación de la vejiga producida normalmente por infecciones


bacterianas, con predominio de Escherichia coli. Esta enfermedad ocurre
esporádicamente por la introducción de microorganismos en la cavidad vesical por
traumatismo o retención de orina (Arundel et al, 1992). Además, la infección puede
darse a través de dos vías: la más común es la vía ascendente o retrógrada (desde el
exterior a través de la uretra) donde las bacterias contaminan la zona genital y
periuretral, de modo que al ingresar por la uretra se adhieren a la pared, se multiplican y
avanzan hacia la vejiga. Por vía descendente a causa de una infección renal, donde los
microorganismos acceden a las vías urinarias a través de la sangre, como
consecuencia de una bacteriemia (bacterias en sangre), ya que por medio del flujo
sanguíneo las bacterias llegan directamente a los riñones (Ohaco, G., 2014).

Signos clínicos: Causa deseo de orinar por lo que la micción es frecuente, está
acompañada de dolor y a veces gruñidos; el animal conserva la postura de micción
algunos minutos después de finalizada, incluso manifestando esfuerzos adicionales. El
volumen de orina expulsado es normalmente pequeño. En casos agudos puede haber
dolor abdominal moderado que el animal manifiesta con movimientos en las
extremidades posteriores, coceo (revolverse) al vientre, movimientos de látigo de la
cola, y una reacción febril moderada (Arundel et al, 1992). Una retención de orina
aguda es posible si la uretra se bloquea con pus o sangre, pero no es usual. Los casos
crónicos muestran los mismos signos pero las alteraciones son menos marcadas. Los
signos característicos son la micción frecuente y el pequeño volumen de orina (Arundel
et al, 1992).

Prevención: Seguir estricta higiene de los lugares y los animales propiamente para
evitar acumulación de heces; por ejemplo, las cajas de los gatos deben mantenerse
limpias y a su disposición. Además, en montas se debe desinfectar el pene de los
machos (Manual agropecuario, 2002).

Tratamiento: con Antibiótico, preferiblemente basado en un cultivo y sensibilidad. Si


no se hace el cultivo, se deben usar los antibióticos de amplio espectro (que alcanzan
concentraciones elevadas en la orina); sin embargo, si un cultivo de orina subsiguiente
sigue siendo positivo, el animal debe evaluarse radiográfica y ultrasónicamente para
descubrir causas predisponentes, y para ello, puede ser útil administrar un tratamiento
de apoyo que ayude a eliminar las bacterias de la vejiga urinaria mecánicamente a
través de un lavado; por lo tanto, se debe permitir que el animal tenga frecuentes
oportunidades para orinar (Roldan et al, 2007).

2. Obstrucción

La obstrucción del sistema urinario se caracteriza por la obstrucción parcial o total de


la uretra que se diferencia clínicamente por retención completa de orina, esfuerzos
inútiles de orinar, distensión de la vejiga y las secuelas de la perforación uretral y rotura
de la vejiga (Arundel et al, 1992). Se observan sobre todo en el animal macho debido
a particularidades anatómicas de la uretra (como en el perro en su hueso peneano, la
uretra es más estrecha hacia la punta del pene, o en los gatos y los ovicaprinos por la
estrechez de su uretra igualmente) y las cuales se convierten en un caso de urgencia
cuando los sustratos bloquean la salida de orina en menor o mayor medida (Brehm et
al, 2005).

Signos clínicos: Polaquiuria (necesidad de orinar frecuentemente, pero eliminando


poca cantidad de orina en cada micción), estranguria (micción dolorosa, frecuente y en
muy pequeña cantidad), disuria (micción dolorosa, difícil), hematuria (presencia de
sangre en la orina), manifestaciones de dolor; en casos graves, decrepitud, afección del
estado general creciente, vómito, rechazo del alimento, deshidratación, síntomas de
shock debidos a la grave uremia con aumento de la creatinina y de la urea en sangre,
desequilibrios electrolíticos (Brehm et al, 2005).

Prevención: Como la causa específica de la obstrucción esta todavía poco clara, no


dispone de prevención específica; no obstante, en todos los casos debe haber
disponible de modo constante agua en abundancia y una observación cuidadosa de los
animales más susceptibles por personas experimentadas, varias veces al día, permitirá
la detección temprana y un tratamiento con más éxito (Siegmund et al, 1981).

Tratamiento: Debe aliviarse la obstrucción de la uretra y administrar fluidoterapia


intravenosa para mejorar la función renal y corregir las anomalías electrolíticas por lo
que deben controlarse a diario los electrólitos séricos, el peso corporal, la producción de
orina, el hematocrito y los sólidos totales plasmáticos además de su tipo; es importante
ajustar adecuadamente la cantidad de líquidos administrados (Siegmund et al, 1981).

La cirugía es necesaria si existe una obstrucción ureteral, por lo que cuando sea
posible, la obstrucción debe corregirse para reestablecer el flujo urinario, sin embargo,
frecuentemente es necesario practicar una nefrectomía unilateral (Roldan et al, 2007).

También es importante que parte del tratamiento sea modificar la dieta a una que
prevenga y evite la formación de cristales en la vejiga o piedras que provoquen la
obstrucción urinaria.

3. Cálculos Renales (Urolitiasis)

Signos clínicos: Los síntomas más frecuentes en casos de cálculos renales son: la
micción frecuente, la hematuria, el goteo de orina, esfuerzo al orinar, así como también
la depresión, vómito y mucho dolor (Chunliffe, 2009).

Prevención: En lo que respecta a los cálculos renales se puede decir que la


prevención abarca muchos factores dependiendo de la predisposición y factores de
riesgo, por ejemplo las razas pequeñas son más expuestas a padecer de esta
enfermedad que las razas grandes, esto por estar relacionado con un menor volumen
de orina, menor número de micciones y por ende mayor concentración de minerales
(Ling, 1998). Se ha demostrado que las dietas con humedad elevada y un aumento
moderado de sodio reducen la formación de cálculos en razas sensibles (Stevenson,
2003).
Una forma de prevenir los Cálculos Renales es estimular la diuresis, volúmenes
elevados de orina incrementan la frecuencia de la micción, lo que ayuda a eliminar
todos los cristales libres que se formen en las vías urinarias. Esto se puede lograr
administrando alimentos enlatados con un 70% – 80% de agua o administrando agua
común en la alimentación del animal (Borghi, 1999).

Tratamiento: Primeramente deben tratarse e identificarse las causas de formación


de cálculos. Algunos cálculos pueden tratarse con una dieta terapéutica o fármacos. O
bien tratamiento quirúrgico cuando están infectados o producen obstrucción.

4. Fallo Renal

Signos clínicos: El fallo renal es consecuencia de la pérdida irreversible de las


capacidades metabólicas, endocrinas y excretoras del riñón. Como síntomas tenemos
anorexia, depresión, debilidad, letargia, pérdida de peso, náuseas, vómito, diarrea,
poliuria (secreción de orina en cantidades abundantes) y polidipsia (aumento anormal
de la sed). En el examen físico se pueden observar mucosas pálidas, deshidratación,
hipotermia, estomatitis (infección en la mucosa del hocico), úlceras bucales, pelo seco y
en mal estado en general. En la palpación del abdomen revela riñones pequeños e
irregulares (Fossum, 2009).

Prevención: Para prevenir el fallo renal es importante una dieta balanceada de


acuerdo a la edad, tamaño y el peso del animal. Muy importante que la dieta tenga
proteína animal ya que hace la orina menos ácida, y mantener animal bien hidratado
(Fossum, 2009).

Tratamiento: Entre los tratamientos del fallo renal incluye reducir la carga de trabajo
de los riñones con fármacos, o bien con un manejo dietético que cumpla con todas la
necesidades del animal para que este mantenga el peso, una adecuada filtración
glomerular y limitar la producción de toxinas urémicas, además de una adecuada
terapia fluidos (Fossum, 2009).
Referencias

1. Arundel, J.H.., Blood, D.C. ,Radostits, O.M., Gay, C.C. 1992. Medicina
Veterinaria: libro de las enfermedades del ganado vacuno, ovino, porcino,
caprino y equino. Séptima edición. Editorial: Mc GRAW- Interamericana de
España. Madrid.

2. Biblioteca del campo. 2002. Manual Agropecuario: Tecnologías orgánicas de la


Granja Integral Autosuficiente. Segunda edición. Editorial: Fundación Hogares
Juveniles Campesinos, Bogotá - Colombia.

3. Brehm, H.,Gobel, T., Hartmann, M., Schulze, H. 2005. Guía práctica para
auxiliares técnicos veterinarios (ATV).: Asistencia en la consulta. Segunda
edición. Editorial: Ediciones S, España.

4. Cunliffe , J. 2009. Serie Excelence Razas de Hoy. Pomerania. Página: 30.

5. Ohaco, G.,2014. Infecciones urinarias. Laboratorio de análisis clínicos


integrados. Bahía Blanca - Argentina.

6. Pibot, P. Biourge, V. Elliott, D. Enciclopedia de la Nutrición Clínica Canina.


Manejo nutricional de la Urolitiasis Canina. Páginas: 309-313.

7. Pibot, P. Biourge, V. Elliott, D. Enciclopedia de la Nutrición Clínica Canina.


Insuficiencia Renal Crónica: Importancia de la nutrición. Páginas: 268-282.

8. Roldan, J.C., Martínez, H.A., Durán, L.F., Durán, F. 2007. Volvamos al campo:
VADEMÉCUM VETERINARIO. Primera edición. Editorial: Grupo Latino Editores
Ltda., Bogotá – Colombia.

9. Siegmund, O.H., Fraser, C.M., Archibald, J., Blood, D.C., Henderson, J.A.,
Newberne, P. M., Snoeyenbos, G.H., Weipers, W.L., 1981. El manual de Merck
de Veterinaria: un manual de diagnóstico y terapéutica para los veterinarios.
Segunda edición. Editorial: Merck & CO., Inc., Estados Unidos.

10. Welsh Fossum, T. 2009. Cirugía en pequeños animales. 3er ed. Elsevier Health
Sciences, Barcelona, España.

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