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Hacer visible lo invisible Apuntes para una Historia del Mundo Entrerriano

(Cap.I)
LA HISTORIA PROFUNDA CONTRA EL COLONIAJE FOLKLÓRICO
“Nadie enseña lo que no sabe”, me dijo categóricamente una gran compañera docente
hace mucho tiempo. “Y nadie defiende lo que no conoce”, podemos agregar entonces. No
enseñamos la Historia profunda de Entre Ríos, del mundo entrerriano, porque no la
estudiamos y no la conocemos, y por ello mismo, no defendemos nuestra tierra y no
reafirmamos nuestra memoria histórica revolucionaria frente al saqueo imperial y
centralista biocida del presente. La versión “folklórica” y anecdótica de nuestra historia
y de nuestra cultura debe ser superada por una reflexión histórica, cultural, educativa y
política crítica, rigurosa, profunda, concientizadora, comprometida y movilizadora, que
potencie las resistencias localizadas del presente. Todo folklorismo histórico y cultural
es cómplice de la continuidad del coloniaje y del saqueo en sus distintas formas.
El repaso de la Historia del Mundo Entrerriano debe hoy tener en cuenta el aporte del
método de análisis de los denominados estudios de la subalternidad, postcoloniales y
postoccidentales (1). Al estudio de la complejidad de las luchas, las diferencias, las
tensiones y las contradicciones de clases sociales en todas sus dimensiones debe
articulársele un estudio etnográfico preciso, y una percepción clara de la heterogeneidad
de los tiempos históricos y de la ramificación rizomática y compleja también de los
procesos que investigamos. El concepto de “mundo de la vida”, de mundo sociocultural,
que Husserl y después Habermas trajeron al debate en las ciencias sociales también nos
puede ayudar como herramienta metodológica. Nosotros trataremos de introducirnos
críticamente en la Historia del Mundo Entrerriano, en el sentido amplio y en el sentido
específico del concepto, a la vez.
LA SAGRADA ANTIGÜEDAD DEL MUNDO ENTRERRIANO
“...Durante el Plioceno, entre 6 y 5 millones de años atrás, el clima mundial
se enfrió, y se formó el casquete antártico. El agua retenida como hielo
provocó un descenso generalizado del nivel de las cuencas oceánicas.
El Mar Paranaense se secó, y los grandes ríos de la Mesopotamia
comenzaron a extender sus cauces...”
CARLOS N. CERUTI, “Ríos y Praderas: los Pueblos del Litoral”, en
“Nueva Historia Argentina”

En un sentido amplio, hablar de mundo entrerriano o mundo entrerriano de la vida, es


hablar de una tierra y una cultura histórica que se fueron formando en los vaivenes
geológicos, ecológicos y antropológicos de la región y del planeta. En un sentido
específico, interrelacionado con el sentido amplio, hablamos de un mundo complejo de
valores socioculturales abiertos, pero localizados y con devenir propio en nuestra tierra.
Un mundo sociocultural que tiene un momento de forja decisiva, un momento histórico
constitutivo, en la interacción de las comunidades nativas entre sí y con –y frente- a la
invasión colonial española y europea, incluyendo aquí por supuesto a los mancebos
“criollos” al servicio de la imposición imperial.
El colonialismo es político e ideológico, más que étnico o biológico. Es una política de
saqueo, alienación y explotación que puede estar conducida por un poder extranjero,
pero que puede estar acompañada por criollos y nativos al servicio –por distintas causas-
de esa política. Del otro lado habrá resistencia sociocultural a esa política y esa
resistencia política también puede ser multicultural. De lo que se trata en un estudio
histórico riguroso y serio hoy es analizar la complejidad de esa lucha política e ideológica
en cada momento clave.
Hubo un mundo entrerriano y litoraleño que se formó en la interacción con y en la
resistencia contra la colonización española y manceba. Ese mundo complejo de valores se
recombinó después con el mundo de gentes y el mundo de cosas que fueron llegando y que
fueron pasando en la tierra entrerriana, inserta en la historia mundial contemporánea.
Atahualpa Yupanqui (1908-1992), que llegó a Rosario del Tala en los años ´30 cuando
todavía no era Atahualpa Yupanqui y simplemente era un muchacho buscando caminos, nos
da una referencia histórica para avanzar en nuestro estudio arqueogenealógico. Don Ata
siempre fue agradecido de esos entrerrianos de amistades sin revés, como Climaco
Acosta y Cipriano Vila, a los que les dedicó la milonga “Sin caballo y en Montiel”, y
también habló con admiración de los gauchos judíos, ese fenómeno sociocultural único en
el mundo que se dio en la tierra entrerriana. Es conocida la historia de Don Adolfo
Rabinovich que le cedió su catre al Atahualpa recién llegado y durmió -sin decir nada- en
una mesa del billar de su boliche. Cuando Yupanqui habla de esa solidaridad y de esa
generosidad se refiere con admiración a personas con valores de “una sagrada
antigüedad”.

El joven Atahualpa vivió en


E.Ríos en los años '30

¿A qué época nos debemos remontar para encontrarnos con la raíz de esa sagrada
antigüedad entrerriana? El gran Cesar Blas Perez Colman (1874-1949) nos dio una
respuesta clarísima en su Historia de Entre Ríos (1520-1810), que hoy es un clásico
imprescindible de nuestra historiografía. Citando al funcionario colonial Gonzalo de
Doblas, Perez Colman nos transcribe:
“…Estos indios –los minuanes- permiten en sus tolderías y en todo el territorio en que se
extienden, a cuantos indios guaraníes se desertan de sus pueblos y quieren vivir entre
ellos…del mismo modo permiten españoles, gauderios y changadores que andan por
aquellos campos matando toros para aprovechar los cueros… pero es mucho más lo que
extraen los mismos portugueses, a los que ayudan y favorecen mucho los minuanes…” (2)

Los tres tomos de la Historia Entrerriana


imprescindible de Perez Colman

¿QUÉ ENTENDEMOS POR GAUCHO, CRIOLLO Y “NACIONAL”?


“...Los yaros, se valen de la yerba del Paraguay que beben molida en polvo
cuando son consultados y dan la respuesta diciendo: la yerba me ha dicho
ésto o aquello...”
DANILO ANTON
“El Pueblo Jaguar. Lucha sobrevivencia de los charrúas
a través del tiempo”

El Che pensando la lucha con su mate

Hay un complejo mundo sociocultural entrerriano allí, clandestino y autónomo. Hay un


mundo nativo-gaucho en formación: la sagrada antigüedad entrerriana de considerar
hermano al amigo y más al amigo con necesidades y padecimientos tiene su base allí. Está
muy claro que esa sagrada antigüedad no es española, no es criolla-burguesa ni es
europea-inmigrante. Esa antigüedad es minuana-charrúa-guaraní-chaná-negra-gaucha-
popular-multicultural. La relectura hoy de éste párrafo decisivo de Perez Colman nos
debe llevar a rediscutir y ampliar lo que entendemos por gaucho y lo que entendemos por
criollo y criollismo, porque la colonialidad ideológica y racista también se metió por
mucho tiempo en estos conceptos, gracias a las operaciones y manipulaciones
historiográficas de la oligarquía terrateniente argentina en épocas de definición del
Estado-Nación argentino oligárquico y del modelo oligárquico agroexportador (1862-
1930).

El Prof. Cesar Blas Perez Colman

“De estos pueblos abnegados en la defensa del suelo de su patria nativa, heredó el
pueblo entrerriano sus más altas virtudes cívicas”, afirma brillantemente Perez Colman
en otra reflexión memorable, fundante de una nueva epistemología histórica que espera
ser desarrollada. Una corrección debemos hacer aquí a los estudios clásicos de historia
entrerriana: los charrúas no fueron exterminados en el Cerro de La Matanza (Victoria)
en 1751. Fueron reprimidos y masacrados sí, pero no exterminados sino dispersos y
derrotados política y comunitariamente. Volverán después como milicianos en las luchas
por la independencia y el federalismo.
El criterio epistemológico, la forma en que uno construye y busca validar el conocimiento,
puede ayudar en la defensa de la tierra y de nuestro mundo de la vida, o puede ser parte
de la destrucción y el saqueo. Un estudio arqueológico y antropológico puede ser
democrático, comprometido, concientizador y movilizador, o puede ser parte del
coloniaje. Podemos comparar aquí, dos concepciones, la de Juan Bautista Ambrosetti
(1865-1917), aquel gran estudioso entrerriano –oriundo de Gualeguay- considerado el
Padre del Folklore Argentino, y la del maestro Antonio Serrano (1899-1982).
La concepción epistemológica e ideológica de Ambrosetti se inserta en esa Argentina
terrateniente que ya había hecho la “conquista del desierto” y que, frente a la oleada de
inmigrantes obreros “rojos” y luchadores, buscaba desplegar una “identidad” nacional
“criolla” y folklórica. Ambrosetti ve a los pueblos nativos desde una meseta parecida a la
de Juan de Garay, a la Vera Mujica y a la de Julio Argentino Roca, y nos dice desde allí
que:
Juan Bautista Ambrosetti

"...El cerebro poco educado, infantil casi, de los indios que me ocupan, demasiado influido
por la herencia de sus costumbres primitivas, no podía entrar de lleno en una evolución
progresiva hasta poder comprender el ideal religioso sin tropezar en ese camino con los
mil obstáculos que le imponía la fuerza regresiva del atavismo de supersticiones que
pesaba sobre ellos..." (3)
Serrano –que supo citar a Ambrosetti cuando lo creyó necesario, reconociendo algún
aporte- nos planteó las cosas de otra manera para entrar con espíritu abierto a estudiar
y valorar nuestro arte nativo:
"...Hay un mundo indígena de ideas y concepciones sociales y religiosas, que condiciona la esencia de ese arte, de la misma manera que la

tecnología y la materia condicionan sus formas y sus expresiones concretas. A ese mundo hay que entrar”... (4)

El Prof. Antonio Serrano

MODOS DE SER Y ESTAR EN EL MUNDO


Nuestro arte nativo - La expresión de
nuestros ribereños plásticos

El mismo Serrano, que mientras investigaba y andaba infatigablemente por infinitos


caminos arqueológicos y antropológicos en todo el Litoral y más allá también, estudiaba a
fondo los últimos aportes que había a nivel internacional en antropología, lingüística,
etnografía y arqueología. Serrano escribe, hacia 1955, sobre “Los tributarios del Río
Uruguay” para la Historia de la Nación Argentina dirigida por Ricardo Levene, y mientras
busca a fondo conocer sobre nuestras primeras culturas desplegando un cuadro
lingüístico comparativo castellano-chaná-guenoa-kaingang-guaraní, cita el aporte de Paul
Rivet, en francés, al libro “Les langues du monde” –Las lenguas del mundo- de 1924 (5).
Serrano está abierto y conectado al mundo buscando conocer lo nuestro, y da un paso
extraordinario en el estudio de nuestras primeras culturas, corriendo incluso -lo más que
puede- los propios horizontes epistemológicos de su formación y de su época. Esa
“mundanidad”, esa conexión global es más productiva y creadora que la otra mundanidad
alienante, la de jugar a los pokemones con el celular o vivir en la burbuja del wasap.

"Las lenguas del mundo", libro de 1924


citado por Serrano en francés
Y un documento arqueológico y antropológico puede empezar con una defensa de la
tierra. Así lo hizo Serrano cuando arrancó hablando de la Región Litoral en “Los pueblos
y culturas indígenas del Litoral”. Dijo el maestro de la arqueología de nuestro mundo de
la vida:

Portada del libro de Serrano

“La designación de litoral para nuestra región no surgió de los científicos. Ellos suelen
objetarla en sus disquisiciones académicas, pero es tal la fuerza de su raigambre que no
pueden esquivarla ni siquiera en sus discursos de crítica.
La voz nace con nuestra historia política, con nuestras luchas fratricidas, y con nuestra
irrenunciable fe en el federalismo. Surge de ellas y se nutre en sus causas. Para los
hombres de BsAs, litoral era un territorio pero era también una actitud frente a su
centralismo.” (6)
Los grandes como Serrano sólo han pensado en hacer más grande y más sólido el mundo
entrerriano que los formó. En 1974, “se crea la Biblioteca Provincial por la voluntad de
Serrano de donar su biblioteca particular al gobierno de Entre Ríos. Se trata de una
colección especializada en arqueología, antropología y arte prehistórico con 10.000
títulos y un archivo documental. En su Testamento de donación, al referirse a su
biblioteca, expresa: "Nació aquí, entre pobrezas y generosidades. Por su génesis es
entrerriana y considero que ella debe volver íntegra y sin retaceos al seno de esta
sociedad donde nací, me eduqué y se formó mi personalidad científica y cultural. Por eso
mi voluntad es que vuelva a Paraná y quienes juzguen el gesto lo hagan con la vara del
agradecimiento y del amor a la tierra natal." (7)
Antonio Serrano, Cesar Blas Perez Colman, los grandes estudiosos de nuestra tierra
comprometidos con nuestro mundo de la vida, con nuestro mundo entrerriano, deben ser
releídos hoy más que nunca y ampliados con todo el avance que las ciencias sociales y la
historiografía crítica pueden aportar en nuestra época.
Estos grandes maestros nos ayudan a hacer visible lo invisible, porque si como planteó
Antoine de Saint Exupery en ese libro tan entrerriano y universal que es “El Principito”,
hay que ver con el corazón porque lo esencial es invisible a los ojos, una de dos, o los
entrerrianos nos ponemos un marcapasos ético e histórico y buscamos resucitar nuestro
corazón para volver a ver mejor nuestra cultura, o empezamos a hacer visible lo invisible
hoy de nuestro mundo de la vida.

Saint Exupery en Concordia

Prof. Mauricio Castaldo


María Grande, E.Ríos, 12/9/2016
NOTAS:

1. Nos referimos por ejemplo a los aportes de Aníbal Quijano, Boaventura de


Sousa Santos, Gayatri Spivak y Partha Chaterjee, entre otros. Nosotros
acordamos aquí también con el concepto de mundos de la vida trabajado y
propuesto por Adolfo Gilly y Rhina Roux, en “Capitales, tecnologías y mundos de
la vida. El despojo de los cuatro elementos”, Revista Herramienta, Setiembre de
2008, http://www.herramienta.com.ar/foro-capitalismo-en-trance/capitales-
tecnologias-y-mundos-de-la-vida-el-despojo-de-los-cuatro-elemen y seguimos la
metodología de análisis que desarrolla Edward Thompson en su libro “Costumbres
en Común”, Barcelona, Crítica, 1995. Para profundizar el estudio del devenir
geológico, ecológico y antropológico de nuestra tierra, ver Carlos N. Cerutti,
“Ríos y Praderas: los pueblos del Litoral”, en “Nueva Historia Argentina” (Tomo I,
dirigido por Myriam Noemí Tarragó), BsAs, Sudamericana, 2000, pp. 105-146).-
2. Cesar Blas Perez Colman, “Historia de Entre Ríos (1520-1810)”, Tomo I, Paraná,
Imprenta de la Provincia, 1936, p.p.160-161. El Prof. Juan Jose Rossi en su
trabajo “Los Charrúas” (BsAs, Galerna-Búsqueda de Ayllú, 2002, p.9) nos recuerda
también el planteo de las virtudes cívicas que nos legaron los charrúas, tal como lo
planteaba Perez Colman. Para pensar la integración, la inclusión rebelde
multicultural en las tolderías charrúas, ver Danilo Antón, “Pueblo Jaguar. Lucha y
sobrevivencia de los charrúas a través del tiempo” , Montevideo, Pri Guazú
Ediciones, 1998.-
3. Ingrid de Jong, “Entre indios e inmigrantes: el pensamiento nacionalista y los
precursores del folklore en la antropología argentina del cambio del siglo (XIX-XX)” , en
https://www.academia.edu/10433439/Entre_indios_e_inmigrantes_el_pensamiento_na
cionalista_y_los_precursores_del_folklore_en_la_antropolog_and_237_a_argentina_de
l_cambio_del_siglo_XIX-XX_
4. Salomón Hocsman, “La obra arqueológica de Antonio Serrano en las regiones del
Noroeste y Litoral argentinos entre 1920 y 1970” , en
https://www.academia.edu/4739065/La_obra_arqueol
%C3%B3gica_de_Antonio_Serrano_en_las_regiones_del_Noroeste_y_Litoral_argentino
s_entre_1920_y_1970
5. Paul Rivet, “Langues Américaines” en “Les langues du monde”, París, 1924, citado
por Antonio Serrano, “Los tributarios del Río Uruguay” , Historia de la Nación
Argentina (Tomo I, dirigida por Ricardo Levene), BsAs, El Ateneo, Academia
Nacional de la Historia, 1955, p.426.-
6. Antonio Serrano, “La Región”, en “Los pueblos y culturas indígenas del Litoral”,
Santa Fe, Editorial Castellví, 1955, p.9.-
7. “Antonio Serrano”, Biobliografías de Eduner, en
http://www.eduner.uner.edu.ar/autores-regionales/5/antonio-serrano

Histo

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