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ada nla 10s ata. cin gan ino ento sta orte eso- pres Introduccién Ensefianza del derecho: La indulgencia con la ineptitud s © Aligual que casi todo el resto de América Latina, Chile ha estado inmerso en ‘una reforma muy significativa de su sistema de justicia criminal. Dicha reforma tidne componentes similares a los qe configuran el cambio en el resto de la Re- gién: el intento de sustituir un sistema inquisitive por uno de raigambre acusatoria, la separacién de funciones entre la investigaci6n y el juzgamiento, la ‘radicacién de la investigaci6n en el Ministerio Publico, la creacién de tribunales de control de la investigacién como instancias distintas de los tribunales de juzgamiente, y la instauracién de juicios orales. Més allé de los cambios estructurales a los cuales se han visto sometidas las leyes e instituciones que participan de nuestro sistema de justicia criminal, la re- forma procesal penal esta produciendo un efecto secundario que comienza a pre- ‘sentarse como una importante transformacion adicional de la cultura juridica chi- lena: las exigencias de la reforma en materia de capacitacién estén desarrollando lun nuevo paradigma de ensefianza legal, que lentamente ha comenzado a despla~ zar al tradicional sistema de ensefianza del derecho, al menos en el érea procesal penal. ‘Tradicionalmente, luego de la ensefiariza de. pregrado, los operadores del sistema de justicia criminal tenian una preparacién més 0 menos artesanal, que, LITIGACION PENAL, JUICIO ORAL Y PRUEBA —__ puesto en relacién con las evidentes y superabuniantes necesidades de capacita- Cin de la justicia criminal en nuestra Regién, equivale bastante a afirmar que la cultura juridica tradicional no se tomé realmente en serio la capacitacién de dichos operadores. Algo similar ocurrié con los actores del sistema y, en el caso de los jjueces, la capacitacién sistemética comenzé solo recientemente en Chile con la creacién de la Academia Judicial en el afio 1996. La Defensoria Penal Piblica y el Ministerio Piblico, por su parte, son instituciones nuevas y quienes antes cum- plian sus funciones no eran sometidos a procesos de capacitacién especificos para ‘el cumplimiento de tales roles. Los abogados penalistas, por Ultimo, no contaban. en el érea més que con un muy precario y desarticulado mercado de capacitacién de postgrado. La idea que quiads mAs contribuya a entender este estado de cosas, anterior al proceso de reforma, es que en un sistema de justicia criminal de corte inquisitivo existen pocas razones estructurales para tomarse en serio la preparacién tanto de juoces como de abogados, al menos en el sentido mas consistente con la imagen ‘que tenemos de la profesién juridica’ . Los incentivos simplemente no apuntaban en esa direocién y todo més bien parecia invitar a que el sistema se comportara exactamente del modo en que tradicionalmente lo habia venido haciendo respecto de este tema en la Regién. Nol b 3 Las personas se perfeccionan porque creen que de este modo van a poder ‘aumentar sus ingresos, avanzar en su carrera obteniendo ascensos 0 promociones, © bien porque su prestigio, que también constituye una herramienta de trabajo, pudiera verse en jaque si nolo hacen, afectando su carrera y sus ingresos*. De esta 1. Digamos, ta de profesionates en quienes las personas confian sus ms preciados bienesy ‘darechos, quectian Injo pautas més o menos rigurosas de dasempeio profesional capnoes tle responder a contaoles mas o menos estricts respocto de la dedicaciin que le confieven 8 tos casos de los que se hacen cargo, del tiempo que le destinan a propararis, del radio de improvisacion con que actdan en ellos, profesionales responsables ante el cliente la socie- dal por sus fracasos y errors; profesionales razonablemente al diver su dominio te ft tey penal y de su procedimionto, entrenados en un conjunto-de destrezas analiticas y Drgumentativas para presenta su caso con efectividad en ls ribamales 9 resolves, sexrit f° trate de abogados 0 jucces. 2. | No se trata de que no haya razones més nobles que estas para querer perfeccionarse. Pe, ddosde el punto de vista del sistema en su conjunto y del modo en que se modela la conducta fe la generalidad de las personas al interior de lo cual equivale a decir el modo en que se disehan politicas pablicas, estas son las razones que configuran la estructura de incentivos dentro del mundo profesional para caplRitarse manera, si did no tiene mays perfectamente tualmente dor familia y gozal Bi sister constituye un cionamiento f En efecto, est paracién do le abogado nece corren por ir preparacién p de situacione agrega de ma todo razonab cionarse Muy pe gente con la Principalmen fectamente e puede respor con un coleg la destreza q establecer be ellos-, antes: 1a Ley). Los j eben rendi el més pert ‘mente ponie puramente fi dos No qui sionales 0 ig ‘tuosos en ni incentivos © inepto, poco titivo, A su nesto- no ti fe capacita- mar que la sn de dichos caso de los Chile con la Pablica y el antes cum- ecificos para no contaban capacitacién sas, anterior e inquisitivo sin tanto de f on la imagen 4 o apuntaban » comportara ndo respecto Ss sa ir y ) van a poder promociones, a de trabajo, sos". De esta siatbs hienes y jesional capnces ye le confieren a grado do te ya socio- jominio do li toy gas analiticas y solvers, sh ecctonasse, R10, ela Ia conducts | modo en que s° ura de incentivos Introduccion manera, si dicha relacién no existe ~es decit; si mi perfeccionamiento profesional ho tiene mayor relevancia réspecto de mi carrera, mis ingresos o mi prestigio- es perfectamente natural que prefiera conformarme con los conocimientos que a- tualmente domino, volver a mi casa tan temprano como pueda, disfrutar de la familia y gozar del teatro. 1 sistema inquisitive vigente en Chile hasta antes del proveso de reforma constituye un buen ejemplo de un entorno profesional en donde tun mayor perfec: Gionamiento profesional no es realmente “rentable”, 0 lo es muy marginalmonte. En ofecto, este sistema procesal penal no premia necesariamente una mayor pre- paracién de los operadores -jueces y abogades- ni castiga su ausencia, Lo que un Abogado necesita para ganar un caso y lo que un juez necesita para resolverio ‘orren por lineas muy separadas de lo que pudiera suponerse, esto es, la mayor preparacién profesional que ambos oficis suponen, al menos en una gran cantidad te situaciones, En ambos casos, la mayor perfeccién profesional probablemente se aagrega de manera tan marginal al 6xito o competitividad de cada cual, que hace del todo razonable que ni uno ni otro derrochen recursos, tiempo y energia en perfec- cionarse. ‘Muy por el contrario, el sistema inquisitivo es sobrecogedoramente indul- gente con la ineptitud, la ignorancia y la falta de destreza de abogados y jueces Principalmente favorecido por la escrituracion y el secreto, un abogado puede per fectamente encontrarse en el tribunal con resoluciones que no entiende, pero que puede responder en la calma de su oficina tras consultar un manual 0 conferenciar ‘con un colega (ni hablar de la racionalidad de la conclusién de que probablemente la destreza que més le otorgue competitividad sea desarrollar su habilidad para ‘establecer buenas “redes” de funcionarios en los tribunales -y de policfas fuera de ellos-, antes que privilegiar su capacidad de andlisis juridico 0 su conocimiento de la Ley), Los jueces, por su parte, gozan del refugio de su despacho y escasamente eben rendir cuentas por sus decisiones, asi, pueden con total impunidad rechazar el més perfecto argumento juridico sin haber jamés llegado a entenderlo, simple= mente poniendo ‘no ha lugar" al fina! de la pagina u offeciendo fundamentaciones puramente formales que no se hacen cargo realmente de los argumentos presenta~ dos. No queremos sefialar que los abogados y los jueces sean ineptos, poco profe- sionales o ignorantes, de hecho, esta lleno de ejemplos de abogados y jueces vit- ‘tuosos en nuestro pais. Lo que queremos relevar es solo que, en el entorno de incentives construido por el sistema inquisitive, un abogado o in juez puede ser inepto, poco profesional o ignorante, y aun asi ser perfectamente exitoso y compe titivo. A su vez, un abogado 0 un juez inteligente, instruido o habil -amén de ho- nnesto- no tiene para nada asegurada una mayor competitividad o éxito dentro del LITIGACION PENAL, JUICIO ORAL Y PRUEBA sistema, Por el contrario, muchas veces una 0 algunas de estas cualidades puede perfoctamente aunque, por supuesta, no necesariamento- jugar en conira del Frito profesional de jueces y abogados: jueces con mayor conocimiento de} dere cho que los ueces de sus respectives tribunales superiores que ven sis decisiones froctentemente revocadas; abogados que confian ingenuamente en sus conoci- tntontos juridicns litigando contra los empleados del tribunal sin ninguna prepar- {én jurfdica o incluso, en casos extremos, con compromisos con la contraparte. El punto es que, en ol entorno de incentivos del sistema inquistivo, la mayor Breer. Fyén profesional no parece hacer gran diferencia, ni ser lo suficientemente rentabie- come para que valga la pena, desde el punto de vista de los aetores, invert en ella, cn deemadro de ocupar tiempo, enetgfa ¥ recursos en las otras destrezas que el sfreema si parece recompenser; (aunque no necesariamente pertenezca.a nuestro imaginario colectivo acerea de en qué consiste la profesion juriica) El sistema acusatorio establecido en el nuevo Cédigo Procesal Penal -al igual que en el resto de los patses latinoamericanos que estén levando adelante simils- aes reformas- esta cambiando de manera significativa y profunda este entorno de incentives. ‘Alrespecto, nos parece que hay tres elementos adosados a sistema acusato~ rio que tienen el poder de producir este cambio: en primer lugar; la publicidad de Ios procedimientos, especialmente del juicio ora. La apertura de los tribunales 912 Gudadania (y ala prensa) suele producir un fenémeno que supera la mera pulici= ad: los procesos judicialos -especialmente los juicios penales- capturan la aten- Gin de le comunidad, catalizan la discusién social, moral y politica, se convierten gn una via de comunicaci6n entre el Estado y los ciudladanos a través de la cual se Gfirman valores, se instalan simbologias, y se envian y reciben mensajes muttos, En una frase, la publicidad de los procedimientos judiciales instala la vida de los tribunales dentro de la convivencia social. Una vez all, los abogedos y jueces se Gneuentran con que su trabajo pasa a estar bajo el escrutinio pblico, en todos 1os triveles las discusiones tienen lugar en salas con otros abogados yfiscales esperar'~ Yo su propio tumo, ante miembres de la comunidad que estén esperando la au ieneia de algin familiar detonido el dia anterior (por ejemplo, en una sala ante un Juez de garantfa en donde se realizan controles de detoncién o se formalizan inves tigaciones), en ocasiones con prensa presente si algtin caso importante est on 1a agenda, los abogados tendrén que argumentar -¥ los jueces tendrén que tomar Gocisiones y justficarlas- instanténeamente y en piblico, en un contexto en que toda la comunidad estaré al tanto de -y dispuesta a- discutir los pormenores de un aso que convoque su atencién. Este contexto, como saltaa la vista, ofroce bastan~ te menos misericordia para con la falta de preparacion de jueces v abogados: todo ‘ccurre vertiginosamente y no hay demasiado espacio para aquellos que-no sepan ‘oxactamente qué hacer v cbme hacerlo con efectividad. EL seg cuentra altel operadores j acusatorio de una impo el proceso -¥ partes y apu de informad Este modelo ado toda tt dios juridice interesa res tran abogad invest verifiquen), te (argume’ aaa SPee ra Bets vel 10 Introduccién EI sogundo elemento a través del cual ef nuevo sistema acusatorio se en- ‘cuentra alterando de una manera importante la estructura de incentivos de los operadores juridicos respecto de la capacitacién es la l6gica competitiva. El sistema acusatorio contenido en el nuevo Gédigo Procesal Penal esté disefiado sobre la base de una importante confianza en la competencia adversarial; esto es, en la idea que el proceso -y especialmente el uicio- promueve el enfrentamiento intenso entre las partes y apuesta a que esta instancia de confrontacién arrojaré la mayor cantidad | de informacién sobre el caso, a la vez que depurars la calidad de dicha informacién, Este modelo -que revisaremos mas adelante con mayor profundidad- ha desarro- He achine yernnisngla caer apie EeSaIe diunhaSaradlonpagtoeepcia feat crpeatcodlsceSNSaEN SFSU interesa resaltar aqui, sin embargo, es que la situaci6n ptiblica en la que se encuen- Seay ge dostnn tsi aac eae TIE NNR Use ogni Vaoaeghlan capone investiguen todos los hechos, desconfien de toda la informacién (y, por lo tanto, la verifiquen), detecten todas mat ‘el caso de la contrapar~ te (argumentacién y prueba), ‘ia base de-que la contraparte hard lo mismo y, en ssi caso propio impli- caré un mayor riesgo de perder. Esto es lo que abogados ¥ jueces hacen en piiblico, Por cierto, esto no quiere decir que necesariamente todas los casos sean trabajados par todos los operadores con todo este rigor; pero esta es la manera de trabajar un caso penal en unssistema acusatorio, y esto es lo que el sistema necesita y exige de los abogados, no como actos de buena voluntad profesional o de filantropia gremial, sino en el més crudo sentido de mercado: litigar juicios orales -y dirigirlos- es un arte complejoy exigen- te, yno hay demasiado espacio -por no decir ninguno- para la improvisacién: silos abogados no estan preparados, los casos se pierden y se pierden ante los ojos de, todo e! mundo; silos jueces no estén preparados, las injusticias que ello geneta se cometen ante los ojos de todo el mundo. El tercer elemento que juega en favor de la transformacién de la cultura de capacitacién de los operadores juridicos del sistema penal es menos tangible y ‘acaso menos "técnioo”, pero poderoso a la vez: el sistema de juicios orales hace del ejercicio de la profesién de abogado y de juez algo extraordinariamente atractivo: profesionalmente més digno y més estimulante, alli donde el sistema inquisitive ha hecho de la profesién algo més tedioso ¢ indigno. En efecto, el sistema inquisitive ha convertido en una medida importante el ejercicio de la profesién en un trabajo de papeleria yen el abandono de mayores pretensiones de excelencia juridica en la litigacién penal, ante el hecho, por una parte, de que los escritos que se apartan de las formas estandarizadas e intentan profundizar en la argumentacién, el anélisis 0 el conocimiento tienen altas posibilidagies de no ser siquiera leidos por los tribu- ee OLE LINGACION PENAL, JUICIO ORAL ¥ PRUEBA —— nates, mucho menos asumidos por éte en la argumentaeién judicial. por la Ot mate echo de que mucho més valioso que la excelencia profesional parece Sof npecidad para dasarrllar redes y contactos con actuarios do Bala fomrese ie cae eet gn embargo, un poder de facto sobre los abogados v las cass. Si est 18 cee la righler y la formulacién ritual del sistema, el resuitado'es un ent Frofesional poco atracivo tedioso, poco estimate vce bastante menos dlignidad rr a que seguramento form alguna vz la fantasia vooaconal del sbesloo® Poa se os jueoee no les va mejor: también su trabajo los aparta de as Persons oh aaorman las causas que estin lmados a jugar; sus casos son resvelins S05 carry isto realmente toda la prueba, muchas veces sin siquia eoneces Smputad oa victim; dependen de un sistema de empeados dus ne asec ado eae as importantes de corrupcién, muchas weoes a espaldas del ues else vee ayo nornbre estn corrompiendd ls administracién de justices et waa jhe conse en buena medida en lee lo qu estos empldcs nan sews se co rabayo con pocas posibilidads de control los jueces-llamados a Wee ‘jresolver casi nunca investigan realmente y casi siompre resuelvon ee condiciones vrecaras respect de la nformacion que necestarian para tomar! ipo de decisio- nes que les hemos confiado. tin este escenario de nuevas logicas y destrezas que impone el sistettt la capacitacién de los actores del sistema juega un rol clave 0 Ja implementacion y cape éxito de la Reforma. Para tales efectos, estos materiales Henan cO-et propé- ato traspasar @ los alunos los'aspectos bésicos para desarroliee ¥ ejercitar las Sloctrozas requeridas por el nuevo sistema procesal penal en 1a litigacién de au- ddiencias, particularmente las de juicio oral. La premisa sustantiva de estos materiales consiste en l= litigar y divigir Juicios orales es, redundancia aparte, una disciplina: na absoluto una cues: sae entregada al talento intuitivo de los participantes. Abandonat la Titigacion 0 la areceién de juicios orales a la pura improvisacion ertesanal de juebss ¥ ‘abogados spor talentosos que sean no es més que una toval falta de profesionalismo y, see luego, un riesgo tan extrema como absurdo desde él Pane do vista del dlesempeno y el resultado de estos profesionales: En cambio, tase una metodo- togfa que puede aprenderse y entrenarse por cualquier Persona sta disciplina esté lejos de consistir en téenicas de orator desarrollos de ta capacidad histrignica, como los prejuicios de nuestn comunidad juriica oe ston creer. En cambio, subyace laidoa de que el juicio es un siete ‘profunda~ mnante estratégioo y que, en consecuencia, comporvarse ‘profesionalmente respecto io él consisto ~en particular para'los abogados, aunque es'2 vvisi6n también alte ‘adicalmente la actuacién de los jueces- ent construin una feet del caso adecuada y “ominar la técnica para ejecutarla con efectividad. Este visiin del juicio y del tra~ bajo que alli r modo en que li ‘actual cultura é sea algo “estra les- la verdad | distorsionarla, cual ella es... idea tan preset de qué quiere | re decir que bh ‘manera de pot minimamente Juicio como wu ‘actual vision |r su valor es at prueba puedi ‘versiones, re cign heterogs tal cosa come prueba tiene on Ia totalic ‘medida en ¢ extension -€ no importa cién con el mente torp donde dicha juicio como presentar I que realme! bir el juicio sino a travé ella revele ‘un modo q pase inadv ola entreg nal. Ene marse est la igit ola oY. del los ica tera day Introduceién bajo que alli realizan abogados y jueces, es radicalmente distinta respecto del modo en que la actual cultura juridica percibe esta instancia. En efecto, nuestra actual cultura en torno al juicio se espanta con facilidad ante la idea de que el juicio sea algo “estratégico”: “Ia verdad no es estratégica -dirian nuestras ideas cultura- les- la verdad es la verdad, y los avances estratégicos no son sino un intento por distorsionarla... la verdad ‘verdadera’ lo tinico que requiere es ser revelada, tal . cual ella es... asi, completa y simplemente, sin estrategias de por medio...”. Hsta idea tan presente en la cultura juridica latinoamericana, sin embargo, no compren- de qué quiere decir que el juicio sea un ejercicio estratégico. Desde luego, no quie- re decir que haya que ensefiarles a los abogados cémo distorsionar la realidad de manera de poder engafiar a os jueces, ni que estos tiltimos tengan que ser siquiera minimamente tolerantes con esta clase de artimatias. En cambio, la imagen del Juicio como tn ejercicio estratégico asume dos ideas, ambas distantes de nuestra actual visién acerca del juicio penal. AEE Aller PSI, epi ‘su valor es auto-evidente, pero prac ica Io es en todo el aporte que la prueba puede hacer al caso, por una parte; por otra, la prueba siempre consiste en versiones, relatos subjetivos y parciales, compuestos por un conjunto de informa- cién heterogénea en cuanto asu origen, amplitud y calidad (de manera que no hay tal cosa como asumir que la prueba simplemente ‘revela la verdad’); por ultimo, la prueba tiene su maximo aporte de informacién y de peso probatorio en relacién ‘on la totalidad del caso y con el resto de la evidencia, de manera que solo en la ‘medida en que esas relaciones sean relovadas, la prueba aporta al caso toda la ‘extensién -en cantidad y calidad de la informacién que posee. Como contracara, no importa qué tan deliciosa sea la informacién que una prueba contiene en rela- cién con el caso, si dicha informacién es entregada de una forma tan estratégica- mente torpe y defectuosa que su contribucién disminuya ostensiblementé, alli donde dicha informacién realmente ayudaba a reconstruir los hechos. Concebir el Juicio como un ejercicio estratégico no consiste en distorsionar la realidad, sino en presentar la prueba del modo que mas efectivamente contribuya a reconstruir ‘lo que realmente ocurri6’. Lo que nos interesa destacar a estas alturas es que conce- bir el juicio estratégicamente importa asumir que la prueba no habla por si sola, sino a través de los litigantes; y los Itigantes pueden presentarla de manera que ella revele en toda su plenitud la informacién que posee, o bien pueden hacerlo de lun modo que dicha informacién naufrague en un mar de detalles insignificantes, pase inadvertida por otras miles de razones, pierda credibilidad, omita informacién la entregue de un modo que no convoque adecuadamente la atencién del tribu- nal En este contexto, la disciplina dagitigacién provee herramientas para aproxi- marse estratégicamente al juicio: le ensefia a Jos alumnos cémo construin una LITIGACION PENAL. JUICIO ORAL Y PRUEBA ee *teoria del caso’ adecuada; cémo examinar a los testigos propios, extraer de ellos la informacién que dicha teoria del caso requiere y fortalecer su credibilidad: ‘cémo contraexaminar a los testigos de la contraparte y relevar los defectos de su testimonio; cémo examinar y contraexaminar peritos; cémo utilizar prueba mate- rial y documental; cémo utilizar el alegato de apertura y el alegato final y, en fin ‘c6mo proveer al tribunal de un "punto de vista’ desde el cual analizar toda la prue~ ba, Lejos de engafiar a los jueces, la aproximacién estratégica al juicio los provee con mas y mejor informacién, situéndolos en una mejor posicién para resolver e! caso. La segunda idea que subyace a la idea del juicio como un ejercicio estratégi- co esté intimamente vinculada a la anterior: si el juzgamiento penal y la construc ccién de ‘lo que realmente ocurris’ es algo complejo, lleno de versiones, éngulos, interpretaciones y prejuicios, entonces la mejor manera de producir la mayor can~ tidad posible de informacién, a la par que depurar ‘el grano de la paja’, testeando la calidad de la informacién con arreglo a la cual el caso se va a juzgar, esa través de ‘un modelo que estimule la competencia entre las partes; en.un entorno de juego justo garantizado por el tribunal. De la mano con esto y como consecuencia natu- ral, viene la estricta separacién de roles. Las partes, a través de la competencia, aportarén cada una toda la informacién que la otra haya decidido omitir, a la vez (que relevarén todos los defectos de la informacién contenida en la prueba de la contraparte a través del contraexamen, las objeciones y los alegatos. Esta com- prensién del juicio supone hacerse cargo -como la disciplina de litigacién 1o hace- de cada rol especifico y de los distintos intereses, poderes y funciones que concu- rren en cada uno de ellos, La premisa metodolégica tras la disciplina de litigacién, a su vez, consiste en esplazar la imagen de capacitacién como “instruccién hacia la imagen de capaci- tacién como “entrenamiento". Consistente con esto, la capacitacién en destrezas de litigacién esta estructurada sobre la base de simulaciones. Este modelo de ense- fianza, més que a la filosofia, se parece al fitbol: para aprender a jugar, hay que jugar. Y hay que jugar mucho. Por supuesto que un jugador de fitbol debe tener cierta informacién: debe saber las reglas del juego, debe conocer a sus comparieros de equipo y las capacidades de cada uno, debe conocer las instrucciones del direc- tor técnico, los acuerdios estratégicos del equipo y las jugadas practicadas en los ‘entrenamientos. Pero nadie es realmente un jugador de futbol por ser capaz.ce repetir de memoria las reglas de la FIFA. El modelo de litigacién se hace cargo de cesta idea, y pone a los alumnos a litigar casos simulados sobre la base de una cierta ‘técnica que el curso ensefia y que los alumnos -lo mismo que los jugadores respec to de las reglas de la FIFA- deben conocer. Igual que en el fiitbol, la técnica esté estrita y probada, pero no es posible aprender nada de ella -absolutamente nada- sino a través de un entrenamiento intenso en st utilizaci6n. La pizarra es sin duda itil, peroel ver el jugador sabe camarin, Alaluzd reglas bésicas d accién dichas r del juicio y Ia ineludiblement un relato veros tinuacién, vame a analizar qué « penal; revisam directo), de qué tamente divers examen directe Iimites que enc en eljuicioy qu ‘tente con decla esto, habremo también de ev aparte. Por iit funcién de los 21 alegato final preliminar al at Procesal Penal’ el que se deser Desde 0 fraceionarse et Juicios orales tos, y ha no encontre tener e! litigan con destrezas ceficaz, no se vi escrito. Esas: =r de ellos sdibilidad: ctos de su eba mate- I y, en fin, ja la prue- jos prove resolver el vestratégi- os e una cierta es respec iécnica esta pente nada- essin duda Introduccién titi, pero el verdadero entrenamiento para el partido se hace en la cancha: solo alli el jugador sabe si es capaz de tomar parte en las jugadas que le han asignado en el camarin. ‘Ata uz de estas reflexiones, l presente texto intenta entregar al alumao las reglas basicas de la FIFA y traspasar algunas herramientas minimas para poner en aceién dichas reglas. Asi, el texto aborda, en primer lugar, una cierta concepcién del juicio y la idea que le subyace: que todo juicio es un relato y que includiblemente, la tarea de litigar puede traducirse en la de proveeraljuzgador de un relato verosimil, que le dé fundamento a una decisién en nuestro favor. A con- tinuaci6n, vamos sobre el tema de los testigos, y dedicamos buena parte del trabajo a analizar qué es lo que debe hacerse con elles, la més crucial evidencia de! juicio penal; revisamos, entonces, qué debe hacerse con los testigos propios (examen directo), de qué manera el tratamiento de los testigos de la contraparte es comple tamente diverso (contraexamen), cudles son las particularidades que presenta el examen directo y ol contraexamen de testigos expertos y, en fin, cuéles son los limites que encuentran las partes en su capacidad de examinar y contraexaminar «en el juicio y qué podemos hacer cuando un testigo declara en juicio algo inconsis- tente con declaraciones previas o tiene problemas de memoria en la audiencia. Con ‘esto, habremos cubierto el campo de los testigos. Pero el relato penal requiere también de evidencia material, de manera que iremos sobre eso en un capitulo aparte. For tltimo, la evidencia requiere ser analizada y argumentada, Esa es la funcién de los dos alegatos que contiene el procedimiento, el alegato de apertura y el alegato final. Antes de revisar los temas sefalados, el texto se detiene en forma preliminar al andlisis general del modelo de jucio oral requlado en el nuevo Cécigo Procesal Penal con el fin de dar informacién basica acerca del marco normativo en ‘ol que se desenvuelven las destrezas de ltigacién que este texto intenta explicar Desde otro punto de vista, los ternas que cubren estos materiales pueden fraccionarse en! e een juicios orales. La’ no encontrar en estos materiales ninguna idea acerca del tono de voz que debe tener el litigante, su postura gestual en la sala de audiencia u otras relacionadas con destrezas que, si bien puetien ser relevantes para ser un comunicador més eficaz, no se vinculan estrictamente con la visién estratégica del juicio que hemos descrito, Esas destrezas quedan entregadas a otras disciplinas que no manejamios LiTigaCION PENAL, JUICIO ORAL Y PRUEBA ——— yen las cuales, creemos, la experiencia comparada resulta mucho menos aplica — yin un esfuerzo muy importante de adaptacién en nuestro Pals motodalogia de t lidad det sistem estos materiales se han elaborad sobre la base de nuestro trabajo de } todavia la exper stanza de prey postgrade desarrllado funndamentalmente en la Facultad fe Dee a Aare et iveraidad Diego Portals desde el aio 1097. Ademés, ellos 9 Nat vo | para su desarrol tenriquecidos por nuestra experiencia en la utilizaciin de esta ‘metodologia de ma- Iiteracura comp n casey intense durante ls afios 1999 a 2003 en Ja capacitnson He ‘abogados, ! Jusses,faalesy defensores en el contest co la implement2o de la Reforma Aliqualeg Ieee ton Chile. A su vor, también hemos tonido la posibldad de aes cas sa han Oni rrocmeespatses como Argentine, Ecuador, México, Paraguay v Pert 1a CaPocl- } remisiones gent én de abogados, fiscales, jueces y defensores ‘ lector acoeder aquellas porcio os materiales corresponden a una edicién sustancilmento rociicac® € ‘con que tomam aan tents niginalmente pubicado en enero del aio 2000 por la Universidad Tet + Con todo, en las Un tig mateiales do apoyo doconte.La primera edcién constinayS wp Pp pase a estos mi ) poricfucrzo por introducit matorieles muy simples sobre la materia, neesie0S su ture, fiemng mney ey que nos permitian trabajar con esta mevodologia de enseian=a &0 0 tacién ersten ca sonario en que era requetido en forma urgente material de table Es por eso {que buena parte de los textos correspondia a un trabajo de seleccién de lecturas Gepecializadas, algunos do cuyos desarrllos fueron seguldos ny de cerca, otros adaptados ala realidad de lo que era en esa época la propessis de reforma chilena, ois ellos complementados con nuestra experiencia en el diseno ¥ Vamos de fos proyectos que la integraban. Las referencias normatvas et dicho texto se ha- i de vlos proyectos que se encontraban en estado de tramitacién legislativa en el Congreso Nacional, “Em esta nueva edieién hemos intreducido cambios importantes al texto orig nal que creomos transforman al texto en uno préstcamente nuevo, Poe WS hetnos cambiado el titulo de la primera versién con el ‘propésito de marcar esa | ae. a Estos cambios se deben fundamentalmente a dos factores. Pos une P- ; caer coatamos eon un texto normative definitive que nes partite dave 8 wo resp a varias d las destrezas expicadas en los diversos capstles. 0] Br \ cee oom alos no tienen la aspiracion de ser un trabajo dogmatic sabre el nev ‘Gédigo, sies nocesario detenerse en el analisis © interpretacion de algunas normas | ; que guian o establecen pautas acerca de cfimo debe ligase Be Jos juicios. Una cogunda razén a Jos cambios obedace al natiral proceso de ‘aprendizaje que hemos ‘experimentado en el perfodo transcurrido, La misma utilizacién de la metodologia err hile otros patses nos ha permitido ix porfeccionando nuestra aproximal‘t? al tema, generando tn discurso mucho més propio que el de la PAE edicion. Cans, Gectamos recientemente, en dicha edicién seguiamos muy de cerns & Ne patses con mayor experiencia en estos temas, particularmente Estados Unidos, en : Introduccién s Unidos, en donde fuimos formados originariamente en esta materia. La utilizacién de esta metodologia de trabajo y la observacién de su funcionamiento préctico en la rea~ lidad del sistema nos ha permitido construir una vision propia que, siguiendo todavia la experiencia de paises con maé tradicién en estos temas, creemos se hace cargo en forma muy especifica y concreta de los problemas que se presentan para su desarrollo en nuestro pais y que son muy dificiles de resolver leyendo la literatura comparada existente. ‘Aligual que en la primera edicin de estos materiales, por razones pedagégi cas se han omitido en general las remisiones detalladas a los autores, solo hacemos remisiones generales a los capitulos relevantes de los mismos que permiten al lector acceder a la informacién necesaria para complementar sus estudios y en aquellas porciones en donde nos ha parecido una exigencia ética por la cercania ‘con que tomamos las estructuras de otros textos 0 las expresiones de otros autores. Con todo, en las pginas finales se ofrece un lstado de la bibliografia que sirvi6 de base a estos materiales, asi como la indicacién de bibliografia complementaria. A su turo, hemos evitado el tono académico y, en cambio, privilegiamos una orien- tacion eminentemente préctica y de facil lectura.

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