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Paola Sarahi Sánchez Serrano

Marxismo y literatura

Estructura del sentir

El término sentir ha sido elegido con la finalidad de acentuar una distinción respecto
de los conceptos más formales de “concepción del mundo” o “ideología”. No se trata
solamente que debamos ir más allá de las creencias sistemáticas y formales
sostenidas, aunque siempre debamos incluirlas. Se trata de que estamos
interesados en los significados y valores tal como son vividos y sentidos
activamente, y las relaciones existentes entre ellos y las creencias sistemáticas o
formales, en la práctica son variables en una escala que va desde un asentimiento
formal con una disensión privada hasta la interacción más matizada existente entre
las creencias seleccionadas e interpretadas y las experiencias efectuadas y
justificadas
Las estructuras del sentir pueden ser definidas como experiencias sociales en
solución.
Las estructuras del sentir es lo social atravesando lo individual, sobre todo en la
conciencia práctica. Es decir cuando ciertas conductas que son sociales son
incorporadas por los individuos en sus prácticas cotidianas. Esta es una hipótesis
cultural que intenta explicar los elementos sociales e individuales que en su tensión
inherente quieren ser entendidos tal como son vividos y sentidos activamente, y no
entendiendo a la cultura como algo estático y ya pasado.
Desde una perspectiva en principio sociológica, Raymond Williams insistió en el uso
de la noción de “estructuras del sentir” para construir una descripción teórica de
“cultura” como el proceso de “interacción”, “conflicto”, tensión incómoda, disturbio,
malestar, resistencia, atasco, cruce más o menos violento entre ideología y
experiencia.
Frente al “modelo social” articulado en expectativas, convenciones, ideas y
actitudes valoradas y disponibles (“lo que se piensa que se está viviendo”), la
literatura o el arte emergen como la configuración material de lo que -fuera de esas
articulaciones- se está experimentando, siempre disimétrico o divergente respecto
del modelo en la medida en que las relaciones sociales nunca son otra cosa que
prácticas de sujetos históricos, vidas en proceso, amenazas siempre activas de la
de sujeción y la incertidumbre.
Arte o literatura serían así reacciones y respuestas, presiones y bloqueos con que
“lo vivido” se produce en términos de un excedente que en cada caso deja
“constancia de las omisiones” y altera tarde o temprano los límites de una
hegemonía que sólo parcialmente puede incorporarlo.
Paola Sarahi Sánchez Serrano

A través de la misma es posible vincular la experiencia del presente con la del


pasado; el sentimiento con el pensamiento; lo socialmente construido con lo
personalmente vivido. Esta interacción y la conciencia generada de ella, es dinámica
y permanente, constructiva y deconstructiva por lo que se habla de experiencias
sociales en solución, donde diversos grupos e individuos resignifican lo vivido. Por
lo general, las mutaciones y tensiones en las estructuras del sentir anticipan los
cambios sociales que luego se consolidarán tanto en las instituciones como en las
conductas individuales.
El ejemplo que nos da Raymond Williams es que en la Inglaterra de la segunda
mitad del siglo XVII, coexistían dos estructuras del sentir, las de los puritanos
derrotados y las de la corte .

La sociología de la cultura

Definir un campo para la sociología de la cultura, lo cual implica tanto la delimitación


de su objeto de estudio como el planteamiento de un método propio. Con este fin,
revisa de manera crítica las contribuciones de dos viejas tendencias que han
marcado la sociología de la cultura: la sociología observacional y la tradición
alternativa. Esto le va a permitir entender y definir la sociología de la cultura -en sus
formas más recientes y activas- como una convergencia de intereses y métodos
muy diversos que incluye tantas colisiones y fricciones como genuinos puntos de
entendimiento.

Vinculada en su historia a otras ciencias y disciplinas, la sociología de la cultura se


encuentra retrasada respecto a otras áreas de estudio. Este subdesarrollo responde
a la percepción que se tiene de ella como un agrupamiento difuso de estudios
especializados, ya sean de comunicación o de artes.
Definida inicialmente la sociología de la cultura como el ámbito y la problemática de
una misma convergencia, esta convergencia es un intento de reformular aquellas
ideas sociales y sociológicas desde las cuales ha sido posible considerar la
comunicación, el lenguaje y el arte como marginales y periféricos o en el mejor de
los casos como procesos sociales secundarios y derivados. Esta nueva mirada
comprende la reformulación del objeto de estudio, esto es: investigar activa y
abiertamente acerca de estas relaciones trasmitidas y asumidas así como acerca
de otras relaciones posibles y demostrables. Como tal, no sólo volverá de esta
manera a reformular su propio campo, sino que planteará nuevas cuestiones y
aportará nuevas pruebas para el trabajo general de las ciencias sociales.
Esta convergencia con su extensión deliberada y su interconexión de los hasta
ahora separados sentidos de cultura, representa un modo diferenciado de entrada
en cuestiones sociológicas generales lo que permite hablar de la sociología de la
cultura como una rama de la sociología general con un interés y un enfoque
Paola Sarahi Sánchez Serrano

específicos. Su interés se concentra en todos los sistemas significantes y sobre todo


en la producción y las prácticas culturales manifiestas. Su enfoque integral, requiere
nuevos tipos de análisis social de instituciones y formaciones específicamente
culturales y la investigación de la relación existentes entre estas.

Ahora bien, esta nueva sociología de la cultura puede considerarse hasta cierto
punto como la transformación de tendencias bien definidas, las que Williams revisa
esquemáticamente de manera muy clara.
Su interés se centra en las instituciones culturales, principalmente en las áreas ya
institucionalizadas de la religión y la educación. Sus estudios se pueden distinguir
en: el de las instituciones sociales y económicas de cultura y, las definiciones de
sus 'productos'; el de su contenido y el de sus efectos.

En lo que respecta al estudio de las instituciones, se han hecho muchos estudios


sobre las instituciones modernas de comunicaciones dentro de una perspectiva
explícitamente sociológica (funcional). Mientras unos el análisis con algo de historia
o con una argumentación social general, otros, utilizaron técnicas observacionales
y analíticas similares -en el contexto de una crítica radical de las instituciones y de
sus funciones en la sociedad capitalista. Explícitamente propagandística, ésta
sociología añadió elementos de análisis económico y de historia política y
económica. Finalmente, son pocos los estudios que se han hecho fuera de los
campos dominantes de la prensa, la radio y la televisión.

Los estudios sociológicos sobre el contenido cultural se han distinguido de otras


disciplinas, por los presupuestos metodológicos del análisis observacional. El
análisis de contenido fue definido por Wright como un técnica de investigación
para la descripción objetiva, sistemática y cuantitativa del contenido manifiesto de
las comunicaciones. Útil en el análisis de los tipos de contenidos: donde el análisis
requiere procedimientos de investigación extensivos y sistemáticos, en contraste
con el tratamiento más selectivo e incluso arbitrario del contenido en los estudios
no sociológicos. Asimismo es útil en el análisis de la selección y descripción de
algunas figuras sociales: la investigación cultural sobre los tipos de ficción pueden
combinarse con un análisis más amplio de la significación social cambiante de
algunas figuras sociales típicas. Aunque ha sido criticado por su cuantitivismo, es
esencial para cualquier sociología de la cultura desarrollada.

(El estudio de los efectos es el que ha aportado contribuciones más evidentes.


Requiere en sí mismo un análisis sociológico ya que está relacionado con el
carácter social de algunas instituciones modernas, particularmente con la
publicidad y la investigación de mercado, así como las investigaciones de
audiencia y el sondeo de las opiniones políticas. Aquí se puede distinguir entre los
estudios operacionales, que estudian los efectos como indicadores de política
Paola Sarahi Sánchez Serrano

interna y de decisiones de marketing y, la investigación crítica, en la cual los


efectos de ciertas formas específicas de producción son evaluados tanto por sus
efectos sociales específicos como generales y con frecuencia en respuesta a una
preocupación pública manifiesta. La distinción con los estudios culturales no
sociológicos, se da en que la cuestión del efecto se plantea casi siempre sin
mucha o ninguna evidencia y con frecuencia sólo por afirmación simple e incluso
casualmente.

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