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Psicoanálisis y esquizofrenia, ¿una relación acabada? (*).

Psychoanalysis and schizophrenia: A relation ended? (*).

Juan Francisco Artaloytia


Psiquiatra, psicoanalista. Bilbao.

Resumen: Se presentan primero los argumentos críticos de autores que cuestionan la


relación entre psicoanálisis y esquizofrenia. Seguidamente se rebaten tales argumen-
tos, introduciendo la idea de que la clasificación freudiana de las representaciones en
signos de percepción, representaciones cosa y representaciones palabra, surgida del
estudio de las afasias, no ha sido lo suficientemente desarrollada para la comprensión
de la esquizofrenia. En la clínica se muestran cuatro fragmentos de una sesión con un
paciente esquizofrénico, de la primera en diván tras dos años de trabajo en cara a cara,
durante la cual las alucinaciones auditivas hostiles se presentan en directo. En la me-
tapsicología se desarrolla el citado esquema freudiano como base para que en la psi-
copatología se estudie en profundidad el material clínico referido. En la evolución, se
presentan ciertos datos del trabajo del paciente con su psicoanalista que muestran los
potenciales beneficios. Finalmente se abordan algunas cuestiones técnicas en el trabajo
con pacientes esquizofrénicos.
Palabras clave: esquizofrenia, psicoanálisis, metapsicología, psicopatología.

Introducción En parte al hilo de lo anterior Gabbard y Williams


(2003) propusieron un interesante debate sobre
Hace cerca de 15 años Willick (2001) publicó un
la relación entre psicoanálisis y esquizofrenia en-
trabajo riguroso en el que cuestionaba las hipó-
tre un detractor estadounidense y un partidario
tesis psicoanalíticas sobre la participación de fac-
tores “psicogénicos” en la etiología de la esquizo- británico. El primero, Michels (2003) aportaba su
frenia desde una línea argumental esencialmente reflexión crítica. Además de los argumentos de
epidemiológica. Alertaba sobre la dificultad de los Willick, recordaba la ausencia de publicaciones
analistas para aceptar una etiología “biológica” y que demuestren una efectividad del psicoanáli-
prevenía para no caer de nuevo en “errores” simi- sis en el tratamiento de la esquizofrenia. Se lle-
lares. Además llamaba la atención sobre el hecho gaba a preguntar si el psicoanálisis aporta a la
de que en una revisión de los trabajos de los teó- esquizofrenia algo diferente que a la esclerosis
ricos de las relaciones de objeto británicos no se múltiple, el cáncer o la indigencia. El segundo,
encontraran casos bien documentados de esqui- Lucas (2003) limitaba las aportaciones del psi-
zofrenia, con la excepción de los publicados por coanálisis a la esquizofrenia a la de una herra-
Rosenfeld. Fue contestado por Frattaroli (2002), mienta técnica que supone el mejor modo de
Robbins (2002) y Gottdiener (2002). acercarse a los pacientes y entenderlos mejor.

(*) Artículo ganador en el IIº Premio Ángel Garma al mejor trabajo de Psicoanálisis, impulsado por la AEN y organizado en esta ocasión
desde la Sociedad Aragonesa de Salud Mental-AEN, entregado en Zaragoza durante sus IX Jornadas el 13 de noviembre de 2015.

Norte de salud mental, 2015, vol. XIII, nº 53: 11-25.


Juan Francisco Artaloytia

Con todo ello se dibuja un panorama sombrío nia si los genes y el ambiente intraútero son
que cuestiona la relación entre psicoanálisis y prácticamente los mismos y las condiciones
esquizofrenia. Los argumentos esgrimidos son peripuerperales parecidas? ¿Se puede des-
fundamentalmente tres: 1. La etiología de la es- cartar tan categóricamente que haya además
quizofrenia es “biológica” y no “psicogénica”. factores “psicogénicos” involucrados?
2. No hay casos bien documentados de esqui-
zofrenia en la literatura psicoanalítica. 3. No hay - Segundo, en el tejido neuronal se da una
publicaciones que demuestren una utilidad del estrecha interrelación entre factores “bioló-
psicoanálisis en la esquizofrenia. Seguidamen- gicos” y “psicogénicos”. Las neuronas son
te, se pasa a realizar un comentario crítico de células eléctricas que en su contacto con el
estos tres apartados: medio se modifican “biológicamente” para
transmitir o almacenar información eléctrica
1. La etiología de la esquizofrenia es “biológica” (Kandel, 2001). Los órganos de los sentidos
y no “psicogénica”: traducen información ambiental de diversa
índole a un lenguaje eléctrico que se transmi-
Es incuestionable que factores etiológicos te y modifica a otras neuronas o redes neuro-
orgánicos como la predisposición genética, nales. Así por ejemplo, para la organización
las infecciones intraútero o el sufrimiento de las conexiones neuronales que sustentan
peripuerperal se han visto sólidamente rela- funciones mentales complejas como el esta-
cionados con la etiología de la esquizofrenia blecimiento de la visión tridimensional o es-
(Minzeberg et al, 2008). Sin embargo, hay toda tereopsis, las experiencias sensoriales post-
una serie de datos que deberían llevarnos a re- natales son fundamentales (Kandel, 2000).
flexionar más a fondo: Así, el ambiente “psicogénico” tiene la poten-
cialidad de influir “biológicamente” en el teji-
-P
 rimero, resulta difícil definir variables “psi- do neuronal. Tradicionalmente se ha pensado
cogénicas” susceptibles de ser registradas que fuera de determinados períodos críticos,
y estudiadas epidemiológicamente. No es es muy difícil modificar ciertas organizacio-
fácil pensar en cómo objetivar la presencia nes neurofisiológicas. Sin embargo, estudios
de funcionamientos favorables o no entre el en pacientes ambliopes que en la edad adul-
bebé, la madre y su entorno durante los pri- ta pierden la visión del ojo contra-lateral han
meros tiempos de vida. El que el estudio de demostrado una sorprendente capacidad de
tales factores sea complejo no implica que recuperar la visión del ojo ambliope cuyo
carezcan de importancia. De hecho hay da- potencial visual se creía irreversiblemente
tos que apuntan en la dirección de no poder perdido (Hess, 2010). Un impactante estudio
descartarlos tan rápidamente. Así la tasa de de magnetoencefalografía en un paciente
concordancia en gemelos monocigotos (el con sindactilia congénita intervenido quirúr-
porcentaje de casos en que ambos hermanos gicamente en la edad adulta ha demostrado
desarrollan la enfermedad) para la esqui- la capacidad cerebral en pocas semanas de
zofrenia (compartiendo prácticamente una representarse por primera vez los dedos por
misma carga genética y un mismo ambien- separado y de normalizar las áreas de fun-
te intraútero y parecidas aunque no iguales cionamiento acercándolas a las de controles
condiciones peripuerperales) es en torno a sanos (Mogilner et al, 1993).
un 40-50% (Cardno y Gottesman, 2000). Para
una enfermedad genética con etiología de- - El modelo freudiano tomado del texto de las
mostrada como la Enfermedad de Huntington afasias (Freud, 1891) que clasifica las repre-
la tasa de concordancia es cercana al 100% sentaciones mentales en signos de percep-
(Friedman et al, 2005). Para una enfermedad ción, representaciones cosa (comandadas
infecciosa de afectación intraútero como la por la imagen visual) y representaciones pa-
toxoplasmosis la tasa de concordancia en labra (organizadas por la imagen auditiva de
monocigotos es en torno al 95% (Peyron et palabra) forma el esqueleto del esquema de
al, 2003). ¿A qué podemos atribuir ese 50- la carta 52 (Freud, 1896a), en el que además
60% de no concordancia para la esquizofre- se introduce el trascendental concepto de la

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Psicoanálisis y esquizofrenia, ¿una relación acabada?

nachträglichkeit. En su esencia metapsicoló- 2000). En realidad, la información de ambos


gica se mantiene todo a lo largo de su obra, tipos de estudio no se contradice sino que se
incluso después del giro de los 20. Tiene un complementa.
alto potencial heurístico, quizá no suficiente-
mente aprovechado aún en el estudio de la Doy la razón a Willick (2001) en lo que se refie-
esquizofrenia. No hemos de olvidar que el re a la dificultad para saber si las viñetas clíni-
cerebro humano está formado fundamental- cas que presentan muchos autores se refieren
mente por áreas de asociación, en las que la realmente a pacientes esquizofrénicos. Es un
capacidad de reorganizar la información es problema metodológico de fiabilidad. Aunque
fundamental. en la clínica psicoanalítica somos poco amigos
de “encasillar” a un paciente, en investiga-
Así, podemos afirmar que la interacción entre ción es indispensable que especifiquemos un
lo “biológico” y lo “psicogénico” es tan estre- diagnóstico fiable si queremos que nuestras
cha que lo uno o lo otro por separado se hace reflexiones sean de utilidad para otros pacien-
completamente inconcebible. Quizá lo que nos tes. Por ejemplo, Lombardi (2003) presenta un
falta es un mejor entendimiento sobre cómo se trabajo muy interesante de 13 años con una
produce tal interacción. paciente psicótica de 44 años, severamente
“confusa” en un inicio, “con delirios paranoi-
2. No hay publicaciones de casos de des” y con una “completa recuperación de
esquizofrenia bien documentados: sus síntomas” al final del análisis. Utiliza un
encuadre primero de 6 sesiones semanales en
En las publicaciones biomédicas, psiquiátri- diván para ir pasando a 5 y estabilizarse en 4
cas y psicológicas contemporáneas se da gran sesiones semanales. Aunque en las palabras
importancia a los estudios controlados y a las clave introduce el término esquizofrenia, no
grandes series epidemiológicas, ambos con especifica el diagnóstico de la paciente, lo que
diagnósticos fiables y un alto número de su- limita el alcance de la experiencia comunica-
jetos en los que se estudia el comportamiento da. Además, a menudo, tal y como reconoce
correlativo de unas pocas variables. No hay el mismo Bion (1957) se presentan las viñetas
duda de la trascendencia de tales trabajos. para ilustrar un pensamiento teórico del au-
tor, y no como un objeto de estudio. En este
Con respecto al número de casos a estudio,
sentido estoy más de acuerdo con Green, que
parece que en los citados ámbitos se ha perdi-
insiste en que la teoría tiene que partir de la
do la importancia del estudio en profundidad
clínica y no viceversa, tal y como se ilustra en
de los casos únicos singulares (Kafka, 2011).
el estudio del caso Z (Green y Donnet, 1973).
Tal enfoque permite valorar la interacción de
muchas variables en un único paciente. En la
3. No hay publicaciones que demuestren
historia de la medicina vemos muchos ejem-
el valor terapéutico del psicoanálisis
plos, como el caso de Phineas Gage (Harlow,
(con sus diferentes variaciones técnicas)
1848) que permitió el acceso al conocimiento
en la esquizofrenia:
de la patología frontal. O en la actualidad ca-
sos como el ya comentado de la sindactilia tie- Hay algunas excepciones. En Chestnut Lodge
nen un gran poder demostrativo. En la historia (McGlashan, 1984; Kafka, 2011), con ciertas
del psicoanálisis bastaría con recordar cómo el limitaciones metodológicas, se habla de una
estudio en profundidad del caso Dora permitió buena evolución en un tercio de los casos,
a Freud (1905) descubrir la transferencia. Y no tratándose de pacientes con un perfil de cro-
olvidemos que nadie pasa tanto tiempo escu- nicidad que no habían respondido a diversos
chando a un paciente como un psicoanalista. Y abordajes terapéuticos previos. Podemos citar
por ello, estamos en una posición privilegiada por otro lado el caso Martine de Kapsambelis
para el estudio en profundidad de los casos (2003) en el que analista y paciente trabajan
únicos. Nos encontramos con el problema de durante 23 años con un encuadre psicotera-
la confidencialidad, que hay que intentar sos- péutico variable. Se describe la evolución de
layar de la mejor manera posible (Gabbard, una forma hebo-catatónica de una esquizofrenia

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a una forma más paranoide de la misma para Clínica


llegar finalmente a un cuadro de naturaleza En cursiva, las intervenciones del paciente. En
más distímica. En mi asociación, González mayúsculas, lo que el paciente dice que refie-
Zubieta ha comunicado verbalmente su expe- ren las voces. En letra ordinaria precedida de un
riencia (no publicada) con un paciente esqui- guión, mis intervenciones:
zofrénico grave. Se trata de un paciente al que
conoció en un psiquiátrico, recluido en una • Primer fragmento:
habitación protegida para que no se autolesio- - He estado bien desde la última sesión en la que
nase. Comenzó a trabajar con él, primero en el tras tumbarme al final en el diván aparecieron
sanatorio y luego en la consulta privada a tres aquí las voces. Hoy he ido a renovar el carné de
sesiones por semana en cara a cara durante 12 conducir para vehículos especiales y tal vez no
años y otros 12 años con el paciente tumbado me lo mantengan... sí el de conducir normal,
en el diván. El paciente ha conseguido llegar a pero no el otro. Vuelven las voces.
sacar unas oposiciones, mantener un trabajo,
ser independiente, entablar una relación de - ME LLEVAN.
pareja y casarse. Sigue en tratamiento con su - ¿A quién se refieren?
analista. Por supuesto, en ambos casos ade-
más se mantiene un tratamiento farmacológi- - No lo sé, a mí, a él... como que te llevan y te
co con antipsicóticos seguido por un psiquia- matan.
tra diferente al analista.
• Segundo fragmento: Se trata de tres expre-
No es infrecuente escuchar a analistas hablar siones alucinatorias que aparecen en distintos
de la frustración que sienten cuando un pacien- momentos de la sesión, que recojo conjunta-
te esquizofrénico que aparentemente iba evo- mente por el estrecho vínculo que muestran en
lucionando bien se vuelve a brotar. Considero su contenido:
que tras la escéptica postura inicial de Freud,
los aportes de Klein para el acercamiento a los - SE CURAN (…) NOS CURAMOS (…) TE CURAS.
pacientes psicóticos produjeron cierto entu-
siasmo (Rosenfeld, 1952) y se llegó a pensar • Tercer fragmento:
que el psicoanálisis podría “curar” la esquizo- - A ÉSTE LE MATEN. ME CAGAN. ME LLEVAN. ¿Te
frenia. Sin embargo, la experiencia nos ha lle- explico lo del me cagan? Para ellos, cuando ma-
vado a comprobar que tales expectativas no se taron al chico aquel... coca, sangre, nariz... en-
han cumplido. Parece que si no “curamos” a un cima de matarle, piensan en él cuando cagan,
paciente, la experiencia no es digna de ser pu- como si le cagaran encima. Echarle la caca, la
blicada. ¿No pecaremos de cierta omnipoten- meada, la sangre de la coca encima... QUE ME
cia? En el ámbito de la investigación psiquiátri- MATEN Cómo insiste el tío en ello.
ca se puede “medir” la afectación sintomática
de los pacientes antes y después de una de- Para poder entender este material es importante
terminada intervención farmacológica. Por lo que especifique algunas cuestiones:
tanto, se pueden detectar pequeños cambios.
Así por ejemplo, en el ámbito de la esquizo- Al inicio de la sesión, poco después del ME LLE-
frenia resistente, una pequeña superioridad VAN, aparece otra alucinación: ME RAJAN. El ver-
en diversas escalas de la clozapina respecto a bo rajar fácilmente se asocia con el sustantivo
la clorpromazina (Kane et al, 1988) supuso un raja, forma vulgar para referirse a los genitales
cambio trascendental y la apertura al desarro- femeninos y que puede aludir a la castración
llo de toda una generación de nuevos antipsi- como teoría sexual infantil. Otra alusión aparece
cóticos, movilizando gran cantidad de recursos en la sangre de la nariz por la cocaína.
y de intereses económicos. Con nuestro afán
por “curar”, ¿no corremos el riesgo de no ver Pocos días antes de la sesión, cerca del domicilio
que podemos ayudar mucho a este grupo de del paciente, se produce un asesinato que apa-
pacientes produciendo pequeños cambios? rece en prensa. Apuñalan a un hombre al parecer
por un ajuste de cuentas. La noticia es inmedia-

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Psicoanálisis y esquizofrenia, ¿una relación acabada?

tamente incorporada a la trama delirante. Es una mitivo. Teniendo muy en cuenta que cada paso
“escena” entre los agresores y la víctima que el a la derecha supone una reorganización de lo
paciente contempla excluido a través de los ojos anterior.
de la prensa.
Representación palabra
Por otro lado, en el domicilio del paciente hay un
Al bebé se le van presentando toda una serie de
único aseo. En la taza del inodoro es donde el pa-
percepciones del objeto primario que tienden a
ciente defeca y se masturba. Hay un deslizamien-
coincidir en el tiempo. Olores, sabores, un tim-
to y confusión entre penetrar/eyacular/fecundar
bre de voz, una imagen visual, una disminución
y defecar en el sentido sádico anal. Además, en la
o no de la excitación… y en ocasiones llega una
misma taza es donde defeca el padre. A menudo
percepción más entre las restantes: alguien dice
el padre bromea con él sobre el olor que deja cada
mamá. Todas estas percepciones llegan al apara-
cual tras defecar. El padre y el hijo se alternan
to mental pasivamente como aferencias. Según
como protagonistas del acto y terceros excluidos.
se ha podido teorizar en torno a la vivencia pri-
Por otro lado, en la habitación del matrimonio, el maria de satisfacción, se reproducen alucinato-
padre penetra/eyacula/fecunda en la madre y el riamente al reaparecer el hambre. Es decir, se
paciente queda excluido de la escena. reproducen alucinatoriamente las percepciones
que llegan pasivamente al polo perceptivo del
• Cuarto fragmento: aparato mental.
-C
 omo cuando en el gimnasio miro y parece La imagen auditiva, la palabra mamá, es sin em-
que unos y otros me miran y me dicen, uno, bargo la única percepción que en un determina-
otro, otro... una pasada, Fran. ME CAZAN. do momento podrá ser emitida activamente por
Que igual le matan. el polo eferente motor. El niño no podrá reprodu-
cir activamente un olor de la madre, ni un sabor,
Metapsicología ni una imagen visual… sin embargo sí podrá re-
producir la palabra mamá como eferencia, como
Freud introduce la diferenciación entre signos de actividad muscular, como algo que sale activa-
percepción, representaciones cosa y represen- mente del aparato mental.
taciones palabra en su texto sobre las afasias
(1891). Poco después, en su carta 52 (1896a) es- Al bebé se le impone la palabra mamá. Y si quiere
tos tres elementos constituyen la esencia del es- ser humano y entenderse con los demás no ten-
quema propuesto del aparato mental. En el capí- drá más remedio que asumir la palabra como tal.
tulo VII del libro sobre los sueños (1900) se resalta Eso sí, en el juego infantil, pronto es el niño el
cómo el nexo con la palabra permite ganar una que empieza a imponer. De ahí que podamos su-
superficie de percepción al interior del aparato. poner que en el juego del carretel (Freud, 1920)
En su trabajo sobre el inconsciente (1915), en el el niño se diga por dentro: carretel, mamá. Re-
capítulo VII, se destaca como clave el nexo entre produce activamente la imposición de la palabra
la representación palabra y cosa para entender la que ha sufrido pasivamente. Es el nacimiento de
esencia de la represión. El sensacional anexo C de la actividad mental como eferencia, es la puesta
Strachey (1957) a la citada publicación constituye en marcha del mundo de las representaciones
un auténtico puente entre las reflexiones de 1915 palabra.
y las del estudio las afasias. Más adelante y en
el segundo gran texto del giro de los 20 (Freud, No solamente se imponen las palabras mamá,
1923), en su capítulo II se insiste en la importancia papá, bebé… vértices del triángulo edípico que se
del nexo con el resto mnémico de la palabra oída presenta concomitantemente en lo vivencial. Se
para el devenir consciente, y en su capítulo V, al impone el modo simbólico edípico de concebir el
preguntarse por el origen del superyó, se le atri- mundo. La palabra podría clasificar a las personas
buye en parte una procedencia de lo oído. del triángulo en rubias y morenas, altas y bajas,
gordas y flacas… pero no, las clasifica según la di-
Recorremos el esquema de la carta 52 de dere- ferencia de sexos y generaciones; fija los vértices
cha izquierda, de lo más elaborado a lo más pri- del triángulo en torno a estos parámetros para

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Juan Francisco Artaloytia

que se puedan desarrollar las fantasías origina- de expresarse de las representaciones-cosa, en


rias de escena primaria, seducción y castración un pensar en imágenes (Freud, 1923), más anti-
e introducirse con ello la interdicción del incesto guo en ontogenia y filogenia que el pensar en pa-
y del parricidio (Artaloytia, 2010). Someterse a la labras. Los ideogramas de Bion (1957), los picto-
reorganización de la palabra conlleva la creación gramas de Aulagnier (1975), el trabajo en doble
de un inconsciente reprimido según un orden y la figurabilidad durante la sesión de los Botella
simbólico edípico (Szpilka, 2002). (2001), la puesta en acto durante la sesión de Sa-
pisochin (2011) (que como en el sueño vivencia-
Representación cosa do supone un sujeto protagonista que convoca a
un objeto a desempeñar un papel representando
Pero la imagen mnémica auditiva de palabra no re-
ambos una determinada escena) los considero
organizará nada si no tiene un asidero firme al que
en esta misma línea. Representaciones en imá-
fijarse. Y el nexo, ya lo dice Freud (apéndice C de
genes fugaces que se escapan inmediatamente
Strachey), se establece con la imagen visual, que
subroga a la representación cosa como la imagen de la memoria si no consiguen ser ligadas lo sufi-
auditiva de palabra a la representación palabra. cientemente por la palabra. Imágenes que tienen
su origen en el cara a cara y en el circuito pul-
Considero que la imagen visual constituye una sional visual con los primeros objetos y que nos
especie de continente que va pudiendo englobar ayudan a entender en parte, como veremos, la
como contenidos a toda una serie de signos de sintomatología psicótica durante el contacto real
percepción. Y nos encontramos en el territorio de o imaginado con la mirada del otro.
Narciso (Freud, 1914) y del espejo (Lacan, 1949;
Winnicott, 1967). Y en la mirada de la madre Signos de percepción
como espejo que en el juego pulsional del mirar,
Parece que cuanto más nos desplazamos a la
ser mirado y mirarse (Green, 1983 y 2002; Bote-
izquierda en el esquema de la carta 52 más nos
lla, 2001) va permitiendo en un mismo tiempo la
adentramos en terreno especulativo y resbala-
organización de una representación cosa de uno
dizo. Podemos pensar que para disponer de un
mismo y del objeto primario, muy interrelaciona-
buen número de huellas mnémicas de diversa
das y entremezcladas al principio.
cualidad como signos de percepción que se
Desde esta perspectiva, ya una vez establecidas integren dentro una representación cosa, es-
estas primeras representaciones cosa, después tas huellas se tendrían que haber podido fijar
de poder diferenciar un adentro de un afuera, se dentro de un determinado rango de excitación
pueden aprovechar todas las aportaciones de psíquica.
Klein y de los post-kleinianos sobre los juegos
proyectivos e introyectivos. Un exceso de excitación traumática probable-
mente podría conducir a un borramiento de las
Así como la introducción de la imagen auditiva de huellas (Freud, 1895a) o a un registro menos ac-
la palabra va permitiendo una reorganización de cesible de las mismas. Un defecto de excitación
lo anterior (lo que queda a su izquierda en el es- quizá a una no fijación apropiada de las mismas.
quema de la carta 52) bajo el orden simbólico edí- Y en cualquier caso, ambos extremos nos lle-
pico con todas sus consecuencias, la introducción varían a signos de percepción fuera del camino
de la imagen visual va suponiendo también una de lo que posteriormente podría incluirse en las
cierta reorganización de lo anterior. Opino que representaciones cosa y reorganizarse por las re-
lo que se impone es la tendencia a establecer la presentaciones palabra. Fuera por lo tanto de la
unicidad de cada representación cosa. Se podrán vía de la represión y del retorno de lo reprimido.
confundir unas representaciones cosa con otras,
pero ya por siempre tenderán a presentar un lími- Al referirnos a la dimensión cuantitativa, a la
te que intente diferenciar un adentro de un afuera cantidad de excitación, a la necesidad de que la
de cada representación cosa. cantidad se presente dentro de unos rangos ma-
nejables, no podemos pensar en el bebé aislado,
El sueño tal y como se vivencia, y no tal y como sino más bien en el binomio bebé-objeto prima-
se relata en palabras, vendría a ilustrar el modo rio y su entorno, respecto a lo que resultan fun-

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Psicoanálisis y esquizofrenia, ¿una relación acabada?

damentales los aportes sobre el reverie en Bion actividad sexual que la señora P (Freud, 1896b)
(1962) y sobre el holding en Winnicott (1960). se ahorraba en su interior había de oírlo desde
fuera. Nos encontramos lejos del modelo para la
Veremos a lo largo del trabajo de qué mane- “Amentia de Meynert” en el que hay una ruptura
ra pueden irrumpir en la psicosis los signos de con la realidad y la imposición de una actividad
percepción a los que me refería, aquellos que alucinatoria “amistosa” en lugar de “hostil”, y
no consiguieron irse integrando en la vía de las diríamos que procedente del ello en lugar del su-
representaciones cosa y palabra. Quizá también peryó. La señora (Freud, 1894) que alucina con
puedan rescatarse en ocasiones a través de nue- la deseada llegada de su amado podría ser un
vas imágenes visuales tal y como referíamos en paradigma de este otro modelo.
el apartado anterior, a través de la figurabilidad
en el trabajo del sueño o en el trabajo en doble El paciente se tumba en el diván. Como en el mo-
durante la sesión (Botella, 2001) o en las repro- delo freudiano del sueño, se produce una depri-
ducciones en el escenario transfero-contratrans- vación sensorial, y cuando el movimiento pulsio-
ferencial (Sapisochin 2011). Otras vías pueden nal erótico irrumpe, exige una representación del
darse, como la investidura del dolor allá donde analista con un componente erótico. Considero
falla la representación del objeto (Zubiri, 2008) o que nos encontramos con algo que no se ha po-
el acto perverso como modo de intentar evacuar dido simbolizar. Es precisamente entonces cuan-
algún acontecimiento traumático no elaborado do irrumpen las alucinaciones auditivas hostiles.
(Bonnet, 2008). Aquí podríamos suponer que “las voces” repro-
chan, censuran y amenazan al paciente desde
fuera por el movimiento transferencial erótico.
Psicopatología
Nos rinden testimonio de un superyó post-edípi-
Con el bagaje metapsicológico previo, vamos co fallido, al menos en este sector. En lugar de
analizando los diferentes fragmentos recogidos un superyó postedípico que haya organizado un
de la clínica. inconsciente reprimido nos encontramos con las
alucinaciones auditivas hostiles.
• Primer fragmento: La secuencia parece sugerir
un conflicto entre dos polos opuestos. El pacien- Volvamos a la metapsicología. La palabra oída es
te comienza por decir que se sintió bien tras ha- recibida pasivamente en el polo aferente sensiti-
berse tumbado en el diván al final de la sesión vo y el niño la tiene que asumir. El superyó pro-
anterior y sin embargo asocia inmediatamente viene en parte de lo oído. En un determinado mo-
con que le van a retirar el carné de conducir. Po- mento el niño empieza a emitir activamente en
demos esbozar ambos polos: un polo pulsional el polo eferente motor (el niño se dice por den-
(se sintió bien) y un polo censor (le van a retirar tro, carretel, mamá). Este circuito de la palabra
el carné). Sin embargo, de la mano de este se- es fundamental para la introducción del orden
gundo, aparece una alucinación auditiva hostil: edípico y para la reestructuración de lo previo
ME LLEVAN. en una línea principalmente neurótica. Sin em-
bargo, en un cierto sector al menos, falla la sim-
Con todo el material de la sesión y su articula- bolización que requiere un superyó postedípico
ción con lo anterior y posterior, puedo afirmar logrado. Algo no ha transitado apropiadamente
que el movimiento pulsional tiene que ver con un hacia el polo eferente motor y parece quedar
componente transferencial erótico. atascado. Más allá del atasco nos encontramos
con un sector fallido del superyó. Más acá, con
Según el modelo freudiano de los años 90 (Freud una insistencia alucinatoria de la palabra censo-
1894, 1895b, 1896b, 1896c), en lo que hoy deno- ra, que adquiere una cualidad hostil y amenazan-
minamos esquizofrenia la actividad alucinatoria te: ME LLEVAN.
relacionada con la defensa es principalmente
auditiva y de naturaleza hostil. En lenguaje de la Aunque sin retomar la terminología freudiana
segunda tópica diríamos que este tipo de aluci- sensu stricto, hay varios autores que parecen ha-
nación es “superyoica”, aunque se trate en rea- ber desarrollado partes de su pensamiento par-
lidad de un superyó fallido. El reproche sobre su tiendo de estos planteamientos. Así Klein (1932)

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Juan Francisco Artaloytia

habla de que los esquizofrénicos proyectan su naza de castración. Es decir, nos encontramos
superyó. Lacan (1956) en su concepto de forclu- con un marco en el que se pueden desplegar las
sion considera que retorna desde fuera lo que fantasías originarias que ayudan a estructurar un
no se ha podido integrar dentro, y Bion (1957) aparato mental en la línea neurótica. ¿Qué pasa
afirma que en la parte psicótica, allá donde en la si las amebas de los vértices no están sujetas a
neurótica aparece el inconsciente, se encuentra la unicidad y la palabra no las ha podido fijar?
el mundo poblado de objetos extraños. Los tres vértices pueden fundirse y confundirse
en una unidad o separarse en un dúo. ¿Qué pa-
• Segundo fragmento: Llama la atención que en saría entonces con las fantasías originarias y la
el lenguaje “de las voces” se pasa del SE CURAN posibilidad de estructurar un psiquismo según la
al NOS CURAMOS para llegar al TE CURAS. Hay triangularidad edípica?
una gran desorganización sintáctica. Cuesta en-
tender quién habla, a quién se refiere y a quién De ahí paso a definir el concepto del magma sin-
se dirige. Freud (1915) habla del lenguaje rebus- cicial identitario (Artaloytia, 2015), en el que pre-
cado y con desórdenes sintácticos en la esquizo- cisamente al haber fallado la instauración de la
frenia, pero no profundiza mucho más. unicidad por la imagen visual y la fijación simbó-
lica por la palabra, se van presentando de modo
Si imaginamos la escena comprobamos que en rápido formas representacionales que transitan
SE CURAN aparentemente alguien (la voz prin- inestablemente de unos modos a otros y que
cipal según el paciente) se dirige en segunda pueden dar cuenta de parte de la incomprensibi-
persona al paciente para referirse a un grupo lidad del material de los pacientes esquizofréni-
tercero de personas. Es decir, se puede dibujar cos desde una perspectiva secundarizada.
una estructura triangular. Sin embargo, en NOS
CURAMOS, los tres elementos se funden en una Tras definir este concepto desde los desórdenes
unidad colectiva. Y más adelante, en TE CURAS el sintácticos del “lenguaje de las voces” pensé en
sujeto se dirige en segunda persona al paciente, la imagen parental combinada en Klein (1932),
es decir, se puede dibujar una estructura dual. definida desde otro lugar y marco conceptual,
pero en la que también se presenta una mezcla
Se parte de una estructura triangular para for- y confusión entre la representación del padre y
marse después una unidad colectiva que final- de la madre (aunque salvándose en Klein siem-
mente se transforma en un dúo. Cuando pensa- pre la unidad del yo, por primitivo que sea éste).
ba en la cuestión se me figuró la imagen de un En Bleger (1967) con su posición “glisco-cárica”,
magma sincicial que va transitando entre formas en Ogden (1989) con su posición “autístico-
triangulares, unitarias y duales. contigua” y en Grotstein (1996) con su posición
“trascendente” sí se definen sin embargo posi-
Si volvemos a la metapsicología, decíamos que ciones previas a la esquizo-paranoide kleiniana
una de las cuestiones fundamentales que se re- en la que se puede prescindir de una unicidad
organiza en torno a la imagen visual de la repre- inicial del yo. La falta de unicidad de las repre-
sentación cosa es la tendencia a imponer la uni- sentaciones también se describe en la falta de
cidad de cada representación, que más adelante investidura de los límites yoicos (Federn, 1952)
se termina de fijar por la representación palabra. o en los “objetos atmosféricos” (Kafka, 2011).
Resulta sin embargo más difícil de entender
Vamos a imaginarnos un triángulo que en cada desde aquí cuáles son las consecuencias en las
vértice tiene una ameba. Pongamos que primero fantasías originarias y la posibilidad de estable-
hemos fijado la unicidad de cada ameba. Y que cer una organización triangular edípica. Ello sí lo
después gracias a la palabra hemos denominado podemos encontrar en otro modelo, el del anti-
a las amebas mamá, papá y bebé. Si reforzamos edipo en Racamier (1980) en el que sin embar-
el trazo entre las dos primeras, el bebé queda ex- go, el autor necesita seguir conservando la uni-
cluido de una escena primaria. Si reforzamos el cidad y un cierto estatismo. El magma sincicial
trazo entre los vértices mamá y bebé podemos identitario nos permite dar cuenta de todo ello,
encontrarnos con una escena de seducción don- y especialmente de la rápida transición de unos
de el papá excluido podría constituirse en ame- modos representacionales a otros, tal y como se

18
Psicoanálisis y esquizofrenia, ¿una relación acabada?

demuestra en las imágenes del magma a las que ro-contratransferencial. El tumbarse en el diván
me refería antes. despierta un movimiento transferencial erótico
y el analista podría ser convocado a jugar todos
Veamos en el siguiente punto la utilidad de lo re- los papeles referidos.
ferido hasta aquí.
Por otro lado, irrumpen referencias a actividades
• Tercer fragmento: Vamos a empezar recordan- corporales diversas de zonas erógenas poco di-
do que algo está sucediendo en el campo (Baran- ferenciadas entre sí que aparecen en un primer
ger, 1969) transfero-contratransferencial que se plano sin que quede claro a quién corresponden.
inicia por el movimiento pulsional transferencial No está claro quién defeca ni a quién (como cuan-
erótico. Pronto el paciente asocia con el crimen do boca y pezón se confunden) ni si se está defe-
en el que una persona fue apuñalada por un gru- cando o rajando o penetrando. Recuerda al caso
po de agresores. Podemos definir una estructura de Tausk que comenta Freud (1915) de la mujer
triangular: la víctima, los agresores y el paciente cuyo amado le torcía los ojos, estando los ojos
que observa excluido a través de los ojos de la en un primer plano sin saber si los que se tuercen
prensa. Vemos que la cuestión se conecta di- son los de él o los de ella o bien los de ella por
rectamente con el ME LLEVAN, ME RAJAN de su influencia de los de él. Freud habla del lenguaje
actividad alucinatoria. Podríamos pensar que el hipocondríaco. Volviendo a la metapsicología,
paciente se identifica con la víctima apuñalada. podríamos hablar de signos de percepción que
Pero curiosamente también con los agresores, ya aparecen en primer plano sin quedar claro a qué
que obviamente es él quien piensa en la cues- representación cosa o palabra pertenecen.
tión al defecar. Además de lo triangular, podría
superponerse un nivel más dual de víctima/ver- Lo que aparece como signos de percepción y las
dugo en que el paciente podría ocupar alternati- rápidas transiciones de lo que hemos denomina-
vamente ambas posiciones. O incluso un magma do magma sincicial identitario producen un tipo
unitario en donde los tres elementos se funden de material escurridizo, inestable y cambiante,
y confunden. muy difícil de entender y recordar al no ser fácil
de fijar por la palabra, que produce un importan-
Pero el ME CAGAN, seguido de la explicación te impacto afectivo en paciente y analista. Solo
echarle la caca, la meada, la sangre de la coca en- el haber registrado el material y la posibilidad de
cima... nos introduce en otro nivel. Recordemos haberlo pensado con tiempo y tranquilidad per-
que el paciente defeca y se masturba en el mis- miten al analista ir entendiendo algo.
mo lugar. Luego puede haber cierta relación en-
tre las heces y el semen que penetran en la taza, • Cuarto fragmento: Es una situación relativa-
y por lo tanto un estrecho vínculo entre la agre- mente frecuente en pacientes esquizofrénicos.
sión sádico-anal y la penetración coital. Cierta Frente a la mirada (real o imaginada) de los otros
dificultad por lo tanto para diferenciar entre una siente que le leen el pensamiento y que a través
relación coital y una agresión sádico-anal. El pa- de gestos o movimientos de labios le transmiten
dre también defeca en el mismo lugar y por otro contenidos como los que se oyen en las voces.
lado, en determinados momentos penetra en la En la metapsicología veíamos que para poderse
madre. El hecho de que aparezca la sangre de la constituir la representación cosa de uno mismo
nariz (apéndice que sangra en la línea media) no es fundamental el circuito pulsional visual: uno
puede dejar de aludir a la castración o a la mens- primero es mirado (especialmente por el objeto
truación. Por lo tanto podrían estarse mezclando primario) y pasa después a mirarse a sí mismo
y confundiendo una escena primaria (el padre según ha sido mirado.
penetra con sus heces en la taza pero especial-
mente con su semen en la madre), una escena Como en el circuito de la palabra, se da un cierto
de castración (al paciente le rajan, sale sangre atasco en el polo aferente. Más allá del atasco
de su apéndice) y una escena de seducción (el nos encontramos con dificultades para represen-
paciente penetra o es penetrado sexualmente). tarse a uno mismo de un modo unitario, íntimo
Obviamente todos estos niveles se estarían des- y diferenciado de los otros (de hecho, el pen-
plegando simultáneamente en el campo transfe- samiento propio es legible para el otro, no hay

19
Juan Francisco Artaloytia

ningún límite íntimo que lo preserve, y el de los consigo engañar a las voces, me quedo más a
demás también es accesible para uno uno). Más gusto que Dios”.
acá del atasco, nos encontramos con una insis-
tencia sintomática impositiva en la recepción en A los dos años se produce un cambio de encua-
el polo aferente: ME MIRAN. dre (ya lo comentaremos en el apartado de téc-
nica) y el paciente se tumba en el diván a una
sesión por semana. Tiene lugar la sesión de la
Evolución que reproducimos en la clínica cuatro fragmen-
Cuando recibo al paciente, ya diagnosticado tos. Seguimos trabajando durante tres años
de esquizofrenia paranoide, cuenta 28 años de sin aparentes novedades con respecto a lo que
edad, ha tenido varios ingresos y recibido mu- nos ocupa. Consigue un trabajo que le permi-
chos tipos de tratamiento, siendo lo que mejor te pagarse una segunda sesión semanal. Poco
le ha funcionado un abordaje farmacológico con después de pasar a la segunda sesión semanal
700 mg/d de clozapina. A pesar de ello, lleva habla de algo que había callado hasta entonces:
más de 8 años sin parar de sufrir alucinaciones desde que empezó el tratamiento conmigo acu-
auditivas y miradas hostiles que lo atormentan de aproximadamente una vez al mes a un prostí-
durante casi todo el día con un intenso nivel de bulo. Antes del tratamiento había ido alguna vez
angustia psicótica. suelta, pero las voces “se alteraban demasiado”.
Describe los encuentros como placenteros, aun-
Dentro de su intento de sistematización deliran- que “preferiría tener una novia de verdad”. Sin
te, escasamente estructurado, cree que las vo- embargo comenta con gran preocupación que
ces pertenecen a los parientes de la única novia en las últimas tres ocasiones no ha conseguido
que tuvo, con 16 años, con quien mantuvo una llegar a tener un orgasmo, dificultad que nunca
relación breve y tormentosa. Considera que lo había aparecido hasta entonces. La última pros-
vigilan y persiguen, que no quieren que tenga tituta con la que se acostó le dijo que eso no era
otras relaciones de pareja, que le van a robar el normal, que se lo hiciera mirar. Él está auténti-
semen y lo van a matar. Aparece vagamente un camente preocupado por la cuestión, que vamos
componente de filiación, sintiendo provenir de trabajando.
unos padres de otra galaxia, aunque no llega a
engranarse coherentemente con lo anterior. Aproximadamente unos tres meses después co-
noce a una mujer ocho años más joven que él en
Voy a centrarme en cómo va evolucionando una una tienda mientras ambos compran ropa. Em-
cuestión en concreto, lo referente a las relaciones piezan a salir juntos. Las voces y las miradas, que
de pareja y a la sexualidad de pareja, íntimamen- durante todos estos años han ido disminuyendo
te vinculado con todos los elementos que desen- en frecuencia e intensidad, aparecen práctica-
granábamos en el apartado de psicopatología. mente solo por las noches y en momentos ais-
lados muy puntuales sin que produzcan apenas
Durante los dos primeros años trabajamos en angustia en un sentido fenomenológico. Su psi-
cara a cara a una sesión por semana. No ha sali- quiatra ha podido ir descendiendo la clozapina
do con ninguna chica desde los 16 años de edad. hasta 300 mg/d. Al mes de empezar a salir se
Vamos comprobando que cada vez que se fija en acuestan por primera vez, sin que las voces o mi-
alguien que le pueda gustar, las voces aumentan radas aumenten en frecuencia ni en intensidad,
en virulencia. Del mismo modo, si por las noches siendo el encuentro muy placentero para ambos.
antes de acostarse, se acuerda de alguien e in-
tenta elaborar una fantasía erótica para mastur- A lo largo del tratamiento hay dos momentos de
barse, sucede lo mismo. De hecho, para mas- una alta intensidad afectiva. Uno de ellos, en la
turbarse, elabora la siguiente estrategia: va al última sesión antes de una separación vacacional
único cuarto de baño de la casa con una revista de verano. Yo siento que cada vez voy sabiendo
pornográfica y cierra el pestillo, habiendo esco- más cosas del paciente pero dudo de si él va sa-
gido de antemano una imagen que le produzca biendo más de sí mismo y me sorprendo al final
una excitación sexual inmediata y se masturba de la sesión oyéndome decirle: “no sé hasta qué
apresuradamente. En sus palabras: “Sólo así punto te estoy pudiendo ayudar”, y ya ante la

20
Psicoanálisis y esquizofrenia, ¿una relación acabada?

puerta, el paciente se vuelve, me abraza entre lá- conflicto, pero no comentándolo con su analista
grimas y me dice: “Fran, tú no sabes todo lo que durante varios años. El componente transferen-
me estás ayudando”, sin que yo pueda tampoco cial lateral (Denis, 2011) es evidente. Tres, tras 5
reprimir las lágrimas. El segundo momento, po- años de tratamiento y después de pasar a dos
cos meses antes de escribir estas líneas, cuando sesiones semanales, en que aparece su anorgas-
lleva ya cuatro meses saliendo con su novia. En mia, que nos podría estar hablando de otro tipo
medio de una sesión muy emotiva rompe a llorar de conflicto: por una parte el polo pulsional y por
en el diván y se vuelve a mirarme para decirme: la otra el polo censor, que por primera vez actúa
“Fran, nunca pensé que fuera a poder tener una desde dentro y no desde fuera, como habiendo
novia, ella es tan buena y me quiere tanto…”. podido empezar a estructurar un conflicto intrap-
Sinceramente, en el principio de nuestro trabajo síquico. Opino que podría tratarse de un inicio de
ni de lejos imaginé que unos seis años después neurotización, aunque sea parcial, ya que a ren-
su sintomatología psicótica hubiera podido me- glón seguido es capaz por vez primera en 17 años
jorar tanto ni que fuera a poder establecer una de establecer y mantener una relación de pareja,
relación de pareja, con la que están haciendo con una sexualidad placentera para ambos, de
planes ya para vivir juntos. la que además, sí me puede hablar, sin que las
voces ni miradas se disparen.
Quiero hacer dos comentarios. Primero, al inicio
del tratamiento no puede elaborar una fantasía Técnica
erótica para masturbarse (solo puede ante la
revista; el estímulo visual inmediato le permite Me voy a centrar solamente en tres cuestiones:
ahorrarse la elaboración de una fantasía y así - La primera es que considero que una escucha
poder producir un cierto cortocircuito para “en- psicoanalítica es importantísima para los pa-
gañar” a las voces). En el material clínico veía- cientes esquizofrénicos. Cuando en fase pro-
mos que la voz irrumpe en el momento en que él ductiva e intensa angustia psicótica acuden o
requiere de una representación del analista (con son llevados a un profesional, generalmente
el que por primera vez no mantiene un contacto movilizan profundamente y despiertan el im-
visual directo) con un componente erótico. En pulso de actuar, de hacer algo, como el llanto
ambas ocasiones la alucinación auditiva hostil agudo e intenso de un bebé sufriente, que le
irrumpe en el momento en que se requiere de mueve a uno a intentar buscar una solución
un elemento representacional erótico cuya sim- con urgencia. En el ámbito psiquiátrico se les
bolización falta. Ello está en consonancia con ingresa, se cambia la medicación o se suben las
no haber podido establecer ni mantener una dosis; en el social, se buscan nuevos recursos;
relación de pareja en cerca de 17 años, ya que en el psicoanalítico se puede precipitar cierta
para ello se requiere de un soporte representa- urgencia de intervenir para paliar la angustia…
cional lo suficientemente sólido. Segundo, cuan- Estoy de acuerdo con autores como Rosenfeld
do él comenta con preocupación su anorgasmia, (1987) y Searles (1965) que tras años de expe-
yo quedo muy sorprendido, ya que a priori me riencia aconsejan no precipitarse a interpretar
parece un síntoma sexual típicamente neuróti- la transferencia negativa y por ejemplo llegar
co. Si recapitulamos, podemos pensar en tres a tolerar ciertos grados de idealización o sim-
fases: Una, antes de iniciar el tratamiento, en biosis. Más importante que interpretar nada
que “las voces se alteran mucho” si acude a un en un principio es transmitirle al paciente que
prostíbulo, lo que supone no poder hacerlo más uno puede acoger su angustia psicótica y los
que excepcionalmente. Es decir se produce un contenidos más perturbados de su pensamien-
conflicto entre el polo pulsional y el polo censor, to, y que uno tiene la capacidad de sobrevivir
que aparece en modo alucinatorio auditivo hostil (Winnicott, 1969), y servir de continente (Bion,
como proviniendo del exterior. Dos, tras iniciar el 1970; Lombardi, 2003) a esos contenidos, para
tratamiento y hasta 5 años después, la angustia que se vayan elaborando poco a poco, sin prisa
psicótica parece más contenida, y consigue que ni presión, marcando la posibilidad de un tiem-
los encuentros con prostitutas sean regulares po de trabajo. En mi experiencia el que el ana-
y placenteros, aparentemente en ausencia de lista sienta que lo que el paciente dice es muy

21
Juan Francisco Artaloytia

importante y que intente entenderlo (Federn, Es ahí donde propongo un cambio al diván (yo
1952) desde el respeto, la paciencia (Karon, siento mucha mayor facilidad para pensar con
2003), la capacidad de seguir pensando y sin la el paciente tumbado) y a tres sesiones por se-
necesidad de precipitarse en la actuación ni la mana (teniendo que reducir honorarios). Sin
interpretación, genera en el psiquismo del pa- embargo al paciente le toca en un sorteo una
ciente una confianza y un vector de fuerza que vivienda de protección oficial, lo que supone
hace que el material vaya fluyendo. Solo con una importante carga económica para sus es-
que se establezca este flujo, casi en un sentido casos medios que implica que incluso a una
económico, disminuye la tensión en el paciente sesión por semana tenga que reducir los ho-
y se produce una cierta mejoría sintomática. norarios. Reflexiones como la de Ogden (1997)
me llevan a probar en diván a una sesión por
- Segundo, desgraciadamente no siempre se pro- semana, y ello supone sorprendentemente un
duce el suficiente grado de conexión para poder cambio muy importante que hace que el trabajo
iniciar un trabajo. Quizá sea necesario que con- se relance. En la primera sesión de la que se ex-
curran una serie de condiciones por parte de tracta el material clínico presentado, tengo una
paciente y analista. En el caso descrito, el pa- reacción contransferencial que me da la clave:
ciente acudió esperando una solución mágica, aparece en mí cierta excitación sexual que me
ya que una conocida del humilde barrio madri- sorprende y casi me incomoda. Pronto puedo
leño periférico en que vivía “se había curado de entender que no había sido capaz hasta enton-
las voces que oía” (se trataba de una psicosis ces de captar toda la carga erótica del material.
histérica), y a pesar de rebajar las expectativas Ello, como comentaba, supone un relanzamien-
por parte del analista, se mantuvo cierta idea- to del trabajo. Durante la primera sesión en di-
lización de inicio. No se trataba por supuesto ván, en que las alucinaciones auditivas hostiles
de una auténtica demanda de análisis (Guaña- se presentan en directo durante la sesión, sin
bens, 1995), ya que el paciente mantenía su ver- que medie sin embargo un aumento de la an-
dad delirante y no buscaba ningún saber velado gustia psicótica en un sentido fenomenológico,
que el analista le pudiera ofrecer. Sin embargo tomo nota literal de todo el material, que luego
el paciente se encontró con algo diferente, un puedo ir pensando y entendiendo poco a poco.
marco en que podía sentirse escuchado desde Unos tres años después el paciente encuentra
el respeto y un analista dispuesto a acogerlo un trabajo que mejora su economía y permite
que creía en una potencialidad de mejoría a tra- que pasemos a dos sesiones por semana. En
vés de intentar entenderle más en profundidad. el momento de escribir estas líneas, seguimos
Quizá la potencialidad de neurotización parcial trabajando.
de ciertos sectores de un paciente dependa
también de las expectativas del analista y de la Conclusiones
dinámica que se genere entre ambos.
Considero que la relación entre psicoanálisis y
- Como comentábamos, algo sucede para que se esquizofrenia no está ni mucho menos acabada.
proponga un cambio de encuadre. Tras un año y El modelo freudiano que clasifica las represen-
medio de trabajo a buen ritmo en un encuadre taciones mentales en signos de percepción, re-
psicoterapéutico en cara a cara a una sesión presentaciones cosa y representaciones palabra
semanal, empiezo a sentir que el material se que proviene del estudio neurofisiopatológico
agota, que ya no hay nada más de lo que ha- de las afasias, no está lo suficientemente desa-
blar, que nada se modificará, y cada sesión se rrollado para la comprensión de la esquizofrenia.
me hace larga, me entra sueño, siento una gran El estudio psicopatológico detallado de cuatro
dificultad para seguir pensando. Pasan así va- fragmentos de material clínico demuestra la po-
rios meses. Tales reacciones están descritas por tencialidad heurística del citado modelo. En el
autores como Bion (1954, 1959), Green y Don- caso que se describe el paciente presenta una
net (1973), Racamier (1980) y Rosenfeld (1987) evolución muy favorable en el trabajo durante
y creo que se trata de ataques al pensamiento seis años con su psicoanalista, llegándose a pos-
o imposición de una blancura psicótica que al- tular una neurotización parcial de ciertos aspec-
canzan al funcionamiento mental del analista. tos que pronto se traducen en importantes cam-

22
Psicoanálisis y esquizofrenia, ¿una relación acabada?

bios en su vida. En este caso en concreto el paso angustia psicótica en un sentido fenomenológi-
al diván tras dos años de trabajo en cara a cara co, lo cual abrió las puertas a seguir pudiendo
permitió que las alucinaciones auditivas hostiles trabajar más en profundidad.
se presentaran en directo sin un aumento de la

Contacto
Juan Francisco Artaloytia • jfartaloytia@yahoo.es
C/ Colón de Larreátegui 14, 3º Dcha.-Int. 48001 - BILBAO

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