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UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE

TABASCO
DIVISIÓN ACADÉMICA MULTIDISCIPLINARIA
DE COMALCALCO

ALUMNO (a): ISAMARA GIL NARANJO

MAESTRA: VERONICA FERNANDEZ ARTEAGA

ASIGNATURA:TECNOLOGIAS DE LA INFORMACION Y COMUNICACION

GRADO: 2 GRUPO: K

FECHA:19-feb.-18
Contenido
ETICA ........................................................................................................................... 3
VIRTUD ..................................................................................................................... 3
TIPOS DE VIRTUD .................................................................................................... 3
VIRTUDES ÉTICAS ................................................................................................... 4
HISTORIA DE LA ETICA ........................................................................................... 4
EL BIEN MORAL COMO EJE RECTOR DE LA ÉTICA.............................................. 5
ÉTICA DE LA VIRTUD ............................................................................................... 6
LA ÉTICA DE LA VIRTUD ON ENFOQUE A LO QUE ACTUALMENTE DOMINAN
EL PANORAMA DE LA ÉTICA NORMATIVA ............................................................ 8
Bibliografía .................................................................................................................... 9
ÉTICA
Es la disciplina1 que trata de lo bueno y lo malo, con el deber moral y la obligación. La
ética son un conjunto de principios morales, una teoría o un sistema de valores morales.
Palabra ética proviene del griego êthos y significaba, primitivamente, estancia, lugar
donde se habita. Posteriormente, Aristóteles afinó este sentido y, a partir de él, significó
manera de ser, carácter. Así, la ética era como una especie de segunda casa o
naturaleza; una segunda naturaleza adquirida, no heredada como lo es la naturaleza
biológica. De esta concepción se desprende que una persona puede moldear, forjar o
construir su modo d’ser o êthos
¿Cómo se adquiere o moldea este êthos, esta manera de ser? El hombre la construye
mediante la creación de hábitos, unos hábitos que se alcanzan por repetición de actos.
El êthos o carácter de una persona estaría configurado por un conjunto de hábitos; y,
como si fuera un círculo o una rueda, éste êthos o carácter, integrado por hábitos, nos
lleva en realizar unos determinados actos, unos actos que provienen de nuestra manera
de ser adquirida.

VIRTUD
Aristóteles2 define la virtud como la excelencia. La virtud es la acción más apropiada a
la naturaleza de cada ser; el acto más conforme con su esencia. Esta acción propia de
cada ser que es la virtud, es también el bien propio de cada ser. En el hombre, por tanto,
la virtud es la excelencia de su parte esencial que es el alma.

TIPOS DE VIRTUD

Existen, pues, dos tipos de virtud: intelectual y moral. La primera debe su nacimiento y
desarrollo sobre todo a la enseñanza, por lo que requiere de experiencia y de tiempo,
mientras que la virtud moral es resultado de la costumbre, de la cual ha tomado su
nombre. De esto se desprende sin lugar a duda que ninguna de las virtudes morales
surge en nosotros naturalmente, puesto que nada de lo que es por naturaleza puede
modificarse por la costumbre; así, por ejemplo, la piedra, que naturalmente tiende a
caer, no podría, aunque intentáramos habituarla a ello lanzándola infinitas veces,
acostumbrarse a moverse hacia arriba, ni el fuego podría ir hacia abajo. Nada, en fin,
de lo que es naturalmente de un modo podría acostumbrarse a ser de otro.

1
Coordinación de actitudes, con las cuales se instruye para desarrollar habilidades más rápido, o para seguir un determinado código
de conducta u orden
2
Filósofo y científico de la antigua Grecia
VIRTUDES ÉTICAS
Por tanto, la virtud ética es un hábito3, no un don de la naturaleza, y así mismo, se niega
con ello la posibilidad defendida por los socráticos de que la virtud moral pueda ser
susceptible de una elaboración científica. Con ello, Aristóteles pretende señalar el papel
que las pasiones juegan en la realización de una vida virtuosa, pues muchas veces
estas pasiones la obstaculizan, aun a sabiendas de que no es lo mejor. La moralidad
por tanto, no pertenece únicamente al orden del logos, sino también a la pasión y a las
costumbres (ethos en griego, de donde proviene la palabra ética). Diríamos que la moral
requiere, por tanto, de una educación, fundamentalmente mediante el ejemplo, que
tenga como principal objetivo introducir la razón en las costumbres de manera duradera,
elaborando una serie de hábitos adecuados.

HISTORIA DE LA ETICA
Durante varios siglos, los filósofos morales se ocuparon en encontrar principios, para
establecer reglas que guiaran la conducta, centrándose más en los actos humanos que
en los individuos, o sea en qué es lo que se debe hacer en lugar de qué clase de persona
hay que ser. Antes de la revolución del desarrollo de las ciencias naturales, el
pensamiento de los filósofos griegos, como Platón y Aristóteles, era la influencia más
importante para la filosofía y la ciencia. Ellos se ocupaban de la naturaleza y de la
formación del buen carácter, tratando de encontrar respuestas a preguntas como: Cómo
es la mejor forma de vivir y no tanto en Cuál es la correcta forma de actuar en cada
circunstancia, es decir, que la excelencia moral y la naturaleza de la virtud eran los
temas prioritarios. A partir de Newton y Galileo, el interés de los pensadores se volcó
hacia las reglas y los principios de la conducta moral. A mediados del siglo pasado,
algunos filósofos volvieron a ocuparse del carácter y sobre qué se entiende sobre ética
de la virtud. Para Aristóteles y buena parte de otros filósofos griegos, ser bueno, o ser
capaz de conocer qué es lo correcto y lo incorrecto, no se trata de la aplicación de reglas
y principios morales, sino de llegar a tener la sabiduría necesaria, mediante
determinadas prácticas, para lograr comportarse en forma correcta en cada
circunstancia, o sea, tener la clase de disposición natural y aprendida, y de carácter
correctos. Estas disposiciones son virtudes que los griegos consideraban el mayor bien
del hombre que hace posible una vida venturosa y exitosa. Para los filósofos griegos,
existen cuatro virtudes fundamentales: el coraje, la justicia, la templanza4 (autodominio)
y la inteligencia o sabiduría práctica; o sea, que, tanto para Platón como para Aristóteles,
la doctrina más importante es la denominada unidad de las virtudes. Una persona buena
sabe conducirse aun cuando diferentes virtudes entran en conflicto. Para Aristóteles, el
3
Costumbre o practica adquirida por frecuencia de repetición del acto
4
Moderación de placeres
hombre bueno tiene la virtud de la magnanimidad5, que significa grandeza de alma; y
esta virtud es la que contiene a todas las demás. El hombre con grandeza de alma es
el arquetipo de la bondad y de la virtud. Es alguien que ayuda a los demás y que no
pide nada para él, que tiene orgullo cabal y moderada humildad, que es digno de
grandes cosas y se distingue en la sociedad. Para Platón, todas las virtudes se reúnen
en una sola y es el conocimiento; porque para este filósofo es imposible saber lo que es
mejor y hacer lo peor, ya que los actos de debilidad son el resultado de la ignorancia.
Aristóteles también coincidía en que no se puede actuar mal a sabiendas. Ambos
filósofos compartían la idea de que el virtuoso actúa racionalmente y Aristóteles elabora
la doctrina del justo medio sobre este tema. El justo medio no significa actuar de una
manera intermedia sino por medio de la razón. Por ejemplo, el justo medio entre la
cobardía y la audacia es el coraje, o sea, enfrentar el peligro pero evitando la
imprudencia.

EL BIEN MORAL COMO EJE RECTOR DE LA ÉTICA


Es frecuente olvidar que el eje rector de la ética al explicar la moralidad es el bien moral.
¿En qué consiste, en resumidas cuentas, este bien? Ciertamente se trata de una
perfección a la cual está llamada una determinada potencia apetitiva, pues como bien
reza la definición de bien de Aristóteles, “el bien es lo que todas las cosas anhelan”, o
“apetecen”. En esta definición aparece con claridad una correlación que es esencial
para el bien, a saber, la perfección o lo anhelado o apetecido, y justamente la potencia
para apetecer. Muchas veces se ha considerado con tino que Aristóteles, con esta
definición, ya apunta al bien ontológico, del cual el bien moral vendría a caracterizar a
un determinado bien que no es ya trascendental.
Es la idea que tiene Maritain al decir que el bonum trascendentale se refiere a cualquier
género de bien y, también, de apetito, pues todo ser apetece, sea a sí mismo o a otra
cosa que lo perfeccione, sea esto de manera determinada o por determinarse (como en
el caso de la libertad). Según Maritain, el bien es el ser en tanto que se ofrece al amor;
y siendo el amor la manera en que se entiende cualquier tendencia apetitiva, se sigue
que es el ser en cuanto se ofrece al apetito. “He aquí aun una nueva epifanía 6del ser:
todo ser es metafísicamente bueno, es decir, apto para ser amado, para ser objeto de
un amor, en la medida misma en que es. He aquí el bien que llamamos metafísico u
ontológico y que es coextensivo con el ser”.

5
Generosidad y nobleza de espiritu
6
Manifestación de una cosa
ÉTICA DE LA VIRTUD

El enfoque de la ética de la virtud en la filosofía moral sostiene que, a la hora de decidir


cómo vivir, no deberíamos tener en cuenta que haría del mundo un lugar mejor, o qué
normas debemos obedecer, sino más bien qué tipo de agentes morales queremos ser.
La ética de la virtud se centra en el carácter moral. Sostiene que la ética tiene que ver
con el tipo de personas que somos, y no tanto con lo que hacemos.
Debido a esto, la ética de la virtud, a diferencia de otros puntos de vista éticos, no nos
orienta hacia lo que se debe hacer. No nos dice que deberíamos incrementar la felicidad
en el mundo, o defender la igualdad, o evitar el asesinato. Más bien, nos dice
simplemente que debemos desarrollar un carácter moral sólido. En opinión de quienes
defienden la ética de la virtud, si tenemos un carácter virtuoso actuaremos
correctamente.
Debido a la forma en que la ética de la virtud concibe el pensamiento ético, resulta difícil
ver cómo podríamos defender un punto de vista especista conforme a esa línea de
pensamiento. Aun así, hay quienes podrían pensar que es posible adoptar un enfoque
desde ética de la virtud que esté en consonancia con el especismo. Al considerar esto,
primero debemos señalar que estamos en una posición ventajosa en nuestra relación
con los animales no humanos. Estamos en una situación de poder frente a ellos. Esta
relación de poder nos puede conducir a beneficiarnos de una situación en la que los
animales se vean perjudicados, o simplemente ser indiferentes a los daños que sufren,
ya sean causados por nosotros mismos, por los demás, o como consecuencia de
fenómenos naturales. Sin embargo, tales actitudes, que pueden describirse
acertadamente como abusivas o insensibles, difícilmente pueden ser consideradas
características de un carácter virtuoso.

Cuando se habla de ética, se puede argumentar que, como la mayoría de la gente


acepta el especismo7, es muy difícil asumir un punto de vista antiespecista. Sin
embargo, quienes defienden un enfoque de ética de la virtud pueden rechazar esta
afirmación, como lo han hecho Daniel Dombrowski y Nathan Nobis, porque se debe
obrar virtuosamente, independientemente de si el contexto en el que nos encontramos
es favorable o desfavorable a la acción moral.
Hay quienes defienden la ética de la virtud y afirman que ser virtuoso es realizar nuestro
potencial de convertirnos en agentes morales por completo. Pero solo podemos realizar
ese potencial al máximo haciendo posible que otros individuos también satisfagan sus
propias necesidades, según han afirmado teóricos y teóricas como Stephen Clark,
7
Discriminación moral de los individuos por permanecer a otra especie
Bernard Rollin, Rosalind Hursthouse y Martha Nussbaum. Puesto que los seres
sensibles se ven perjudicados cuando no pueden satisfacer sus propias necesidades,
el enfoque de la ética de la virtud implicaría el respeto a los intereses de los demás. Por
otra parte, debido a lo que se ha señalado anteriormente en relación con la
insensibilidad, también podríamos afirmar que la acción más virtuosa no sería
simplemente no hacer daño, sino en realidad, hacer el bien, y tratar de ayudar a los
animales siempre que sea posible.
Las éticas de la virtud niegan que la moral se reduzca a un conjunto de principios o
reglas morales que hay que seguir y afirman que la moral se manifiesta a través de
rasgos internos de la persona, las virtudes, que son disposiciones de carácter moral u
orientación de la voluntad a vivir de una forma admirable. Para las éticas de la virtud,
las actitudes son más importantes que las creencias y el carácter moral y la voluntad
lo son más que la razón. Entre los primeros filósofos contemporáneos que han
defendido alguna ética de la virtud se cuentan Elizabeth Anscombe(1919-2001),
Philippa Foot(1920) y Alasdair MacIntyre (1929).
Para MacIntyre las sociedades modernas no han heredado una sola tradición moral,
sino fragmentos8 de tradiciones morales muchas veces incompatibles entre sí, pero
que constituyen el grueso de nuestras convicciones morales. Por ello, a veces, la gente
se siente confusa. Somos perfeccionistas platónicos cuando recompensamos a los
ganadores olímpicos, utilitaristas cuando aplicamos el principio de selección con los
heridos de guerra, lockeanos cuando afirmamos los derechos a la propiedad, cristianos
cuando tenemos por ideal la caridad, la compasión y el igual valor moral de todas las
personas, y seguidores de Kant y Mill cuando afirmamos la autonomía personal. Las
teorías éticas modernas han intentado dar coherencia a estas convicciones9, pero han
fracasado porque estas convicciones morales son muy heterogéneas y están
desconectadas de la tradición de la que proceden. MacIntyre propone volver a una
concepción aristotélica de la vida buena que de coherencia a estas convicciones y
alumbre un conjunto de virtudes que ofrezcan ejemplos de vida y den sentido a la
existencia humana. Ya no sirven teorías éticas construidas a partir de principios y
reglas de aplicación universal.

8
Parte o pedazo, generalmente irregular de una cosa
9
Ideas religiosas, éticas o políticas en las que cree una persona
LA ÉTICA DE LA VIRTUD CON ENFOQUE A LO QUE ACTUALMENTE DOMINAN EL
PANORAMA DE LA ÉTICA NORMATIVA

Este es uno de los más importantes para la ética. Sus defensores contemplan las
cuestiones morales desde la óptica de los agentes morales centrándose en las fuentes
de moralidad en la vida interior y en el carácter. Sostienen que “tal vez” ¿Qué debo
hacer? Es la pregunta equivocada. Podríamos preguntarnos en su lugar: ¿Qué clase de
persona debo ser? Derivada de Aristóteles, la ética de la virtud asume que existen
ciertos ideales hacia los cuales debemos tender activamente porque son adecuados
para el desarrollo y progreso pleno de la humanidad. Estos ideales son descubiertos a
través de una profunda reflexión sobre qué clase de personas tenemos el potencial de
llegar a ser. Honestidad, valentía, compasión, generosidad, fidelidad, integridad, justicia
y prudencia son todos ejemplos de las virtudes que podemos imitar y tratar de cultivar.
La hipótesis es que una persona que ha desarrollado virtudes estará naturalmente
dispuesta a actuar de forma consistente con ellas. La orientación de quién soy yo y
quién debería ser posee también una dimensión social. Los agentes sociales también
se preguntan “quiénes somos nosotros” y “quiénes deberíamos ser”
Bibliografía
(s.f.).

buganza, j. (2015). la etica de la virtud y su lugar en la teoria etica. estudiosde filosofia, 67.

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