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Causa Especial 20907/2017

Sala Penal
Tribunal Supremo

AL EXCMO. SR. INSTRUCTOR

, Procuradora de los Tribunales y de los Ilmos. Sres.


ORIOL JUNQUERAS VIES, cuyas demás circunstancias obran en la
Causa Especial de referencia, como mejor proceda en Derecho proceda,
DIGO:

Que me ha sido notificado el Auto de 15 de febrero de 2018, resolución


frente a la que interpongo el presente RECURSO DE REFORMA de
conformidad con las siguientes

ALEGACIONES

PRIMERA.- MARCO GENERAL DE INDEFENSIÓN Y DE INDEBIDA


TRAMITACIÓN DEL PROCESO

El presente recurso se articula frente a una resolución que, entre otros


pronunciamientos, deniega la acumulación instada respecto de las
diligencias que se siguen ante el Juzgado Central de Instrucción nº3.

No obstante, dicha decisión no es otra cosa que una manifestación concreta


del escenario de indefensión y de transgresión del proceso debido que a
juicio de esta parte, dicho sea con todos los respetos, se está produciendo ya
desde que se incoara la Causa Especial de referencia.
Todo lo que se dirá se está defendiendo tempestivamente en otros recursos,
protestas y alegaciones, pero creemos que es el momento de dejar constancia
de las violaciones de derechos fundamentales que impregnan y contaminan
el presente proceso a la vista de la forma en que se tramita y con especial
referencia al complejo (e irregular) manejo de las reglas de jurisdicción, de
competencia, de conexidad, etc.

Todo ello afecta a mis mandantes en cuanto son acreedores de los derechos
a la tutela judicial efectiva, el proceso con todas las garantías, el derecho a
la defensa y al juicio justo (artículos 24.1 y 24.2 CE y 6 CEDH) y por ello
habrá de acarrear las oportunas consecuencias anulatorias que la ley anuda a
tales infracciones.

El presente recurso sirve, por tanto, a la finalidad de discutir la decisión


tomada de no acumulación de procesos y, al mismo tiempo, para denunciar
la violación de derechos fundamentales ya anunciada.

SEGUNDO.- INSTRUMENTALIZACIÓN DE LOS PROCEDIMIENTOS

La gestión de los distintos procedimientos seguidos contra lo que se ha


venido en llamar el “proceso de autodeterminación catalán” es un claro
ejemplo de utilización estratégica de las reglas del proceso penal para la
obtención de determinados resultados, efectuado con una relajación de las
reglas de competencia, jurisdicción, aforamiento, etc., que difícilmente
encuentra antecedentes en procesos penales conocidos y que genera efectiva
indefensión.
La Causa de referencia es una de las múltiples piezas de ese “puzzle”
artificial que no puede ser convalidado ni tolerado al contravenir las más
elementales reglas del proceso justo.

Hubo un día en que la política decidió que debía “parar los pies” o (en
palabras del gobierno de España) “descabezar” al independentismo catalán.
Una opción política legal y mayoritaria en Cataluña y, por tanto, imposible
de ilegalizar, debía ser criminalizada, y a tal fin se diseñó o promovió una
estrategia de ataque por distintos frentes con una clara instrumentalización
de la justicia penal.

A los fines que nos interesa ahora, que no son otros que reiterar nuestra
visión de cómo se tramita la causa y evitar que se nos reproche en el futuro
(cuestiones previas del Juicio Oral) no haberlo dicho antes, pasamos a
explicar cómo se ha desarrollado esa instrumentalización del proceso basada
en criterios de oportunidad, en el derecho penal de autor y destinada a
desarrollar esa estrategia política ya anunciada.

Si la existencia de más de un procedimiento idéntico o análogo ya tendría


que hacer sospechar de la irregularidad que ello pueda suponer, en la
presente “estrategia de criminalización” se han utilizado o están utilizando
hasta 6 tipos de procedimientos distintos:

Proceso-1: El Juzgado de Instrucción nº13 de Barcelona incoó a principios


del año pasado un proceso penal que es la quintaesencia de lo que se ha
venido en llamar una “causa general” focalizada contra el independentismo
catalán. Iniciado el proceso por denuncias de distintos protagonistas de lo
que se ha venido en llamar la “extrema derecha” española, dicho
procedimiento genera un ámbito de investigación secreta basado en una
imputación de hechos incierta (el Juez de Instrucción a día de hoy, un año
más tarde, sigue teniendo importantes problemas para informar a los
investigados de qué hechos delictivos se les atribuye) basada en una curiosa
notitia criminis que no es otra que la supuesta “autodenuncia” de un senador
en distintos mítines y conferencias que el Juez evita confirmar pues no llama
en ningún momento a declarar a dicha fuente de conocimiento de los
supuestos ilícitos hasta un año más tarde. Dicho procedimiento genera la
excusa (mediante las amplísimas facultades de injerencias en derechos que
una causa general por, entre otros delitos el de rebelión, permite) para
monitorizar toda la actividad política del independentismo catalán durante el
año 2017 y hasta la actualidad. El proceso es el instrumento de acopio de
pruebas con el que se servirán todos los demás procedimientos judiciales
contra el independentismo. Actualmente dicho proceso sigue adelante
manteniendo como investigados a algunos aforados, con una completa
delegación de la investigación en la policía judicial que genera de facto una
instrucción paralela extraprocesal, y con una indeterminación absoluta del
objeto de la investigación y una desinformación constante (existe una
resolución judicial que determina que “no se está investigando el referéndum
del 1-O” mientras el proceso se dedica, precisamente, a investigarlo). Los
interrogatorios efectuados en el Juzgado de Instrucción de Barcelona se
dirigen en muchas ocasiones, al parecer, a buscar pruebas de delitos y sobre
personas sometidos a otros procedimientos, como sucede respecto de mis
mandantes. Una pieza del puzzle del asedio al independentismo pacífico es,
por tanto, la del Juzgado de Instrucción nº13 de Barcelona: control absoluto
de los políticos independentistas, del gobierno catalán, de sus
comunicaciones y actuaciones, para obtener y acopiar todas las supuestas
fuentes de prueba que se utilizarán en los procesos donde convenga y cuando
convenga.
Proceso-2: No siendo un procedimiento judicial, no deja de ser un proceso
de investigación paralelo el que efectúa la Séptima Comandancia de la
Guardia Civil a las órdenes de todas y cada una de las autoridades judiciales
implicadas en la investigación general que se denuncia. Pero singularmente
el papel protagonista de esa actuación paralela es la que se efectúa mediante
la citación de testigos al amparo de las Diligencias Previas 118/2017 del
Juzgado de Instrucción nº13 de Barcelona. Pese a la existencia de un proceso
judicial supuestamente garantista, la Policía Judicial con el beneplácito del
Instructor (que no ordena a la Policía efectuar investigaciones concretas sino
que la faculta para tomar cualquier tipo de iniciativa en una delegación
absoluta sin control judicial) somete a interrogatorio a testigos sin presencia
de las defensas, interrogatorios que en ocasiones duran horas (para quedar
después reflejados en pocas páginas de declaración) y en ocasiones mediante
la conversión de la condición de testigo en investigado. Tenemos una
segunda pieza del puzzle: el auxilio extraprocesal a la investigación judicial
que se desarrolla fuera del Juzgado, dentro de las paredes de una comisaría,
sin Juez y sin abogados, pese a las repetidas demandas de tutela efectuadas
en tal sentido por los investigados ante la autoridad judicial. Con ello se
pretende recabar pruebas, pues lo serán, pese a su nula virtualidad probatoria
ex ante, mediante la influencia en el proceso que tendrán seguramente ex
post. Fruto de dichas investigaciones se darán a conocer públicamente y de
forma constante atestados de una prosa digna de un cronista político, más
que de un investigador y servidor público, redactados, además, por las
“víctimas” de los hechos que se atribuyen a los investigados, pues así se
define a la Guardia Civil en todas las resoluciones del Excmo. Instructor
respecto de los hechos supuestamente acaecidos el 20 de septiembre.

Proceso-3: Antes incluso que la investigación del Juzgado de Instrucción de


Barcelona el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ya había iniciado
investigaciones contra la Mesa del Parlament ampliadas posteriormente al
Gobierno de la Generalitat, esto es, las Diligencias Previas 1/2016 y las
Diligencias Previas 3/2017 y finalmente a los representantes de la AMI y
ACM. Esos procedimientos que apuntaban a la investigación de
desobediencias a resoluciones del TC y que descartaban cualquier tesis
acusatoria que se basara en la existencia de alzamientos violentos o
tumultuarios, rápidamente derivó en un instrumento más para atacar al
referéndum de autodeterminación que, pese a no ser delictivo por haberlo así
decidido el legislador penal, se tornó ya en septiembre de 2017 en el principal
objetivo a combatir. Es en el seno de las Diligencias Previas 3/2017 que se
dictaron todas las resoluciones por las que se impedía o se pretendía impedir
la jornada del 1-O y no ya “su validez” sino su efectivo desarrollo, y de un
plumazo el Tribunal Superior de Justicia clausuraba webs y edificios,
intervenía servicios informáticos y bases de datos, ordenaba requisar
papeles, urnas y sobres, etc. En ocasiones sus medidas coincidían con las
adoptadas por el Juzgado de Instrucción nº13 y la Policía Judicial se dirigía
tanto a éste órgano judicial como a aquél indistintamente. La tercera pieza
del puzzle encajaba, por tanto, en el mismo plan estratégico: prohibir una
votación de autodeterminación, criminalizar un espacio político legal y
pacífico y someter a control al poder legislativo. A día de hoy consta aún
abierta la causa referenciada en la que se investiga, al parecer, a ciudadanos
que no ostentan ningún aforamiento, en clara contravención con las mínimas
reglas de regularidad procesal.

Proceso-4: La Fiscalía no sólo promueve la acción penal contra todos los


investigados en todos los procesos sino que fue, en su día, también
investigadora. Así, constan referencias a múltiples diligencias de
investigación llevadas a cabo por la Fiscalía, contra alcaldes y otros
ciudadanos, y por hechos claramente concurrentes o análogos a los que se
han descrito y se describirán, en el seno de procedimientos de investigación
extraprocesales. La judicialización de la investigación no ha impedido, en
ocasiones, que la Fiscalía prosiguiera en sus procedimientos, y así incluso el
Govern de la Generalitat hubo de reaccionar frente a dichas actuaciones con
la presentación de una querella por prevaricación. El puzzle también
precisaba, por tanto, de un segundo mecanismo (aparte del policial) para
investigar hechos fuera del esquema de garantías del proceso penal. Tenemos
una cuarta pieza.

Proceso-5: La Audiencia Nacional también se suma al anterior rosario de


investigadores asumiendo una competencia inaudita y aprovechando en
pocas horas la (cuestionada judicialmente) destitución del gobierno de la
Generalitat para encarcelar a la casi totalidad de dicho gobierno mediante el
dictado de una prisión “exprés” de quienes no habían tenido tiempo ni de
preparar su defensa. El Juzgado Central de Instrucción ya venía instruyendo
una causa contra determinadas personalidades del asociacionismo catalán
pro-independencia así como contra todo un cuerpo de policía, los Mossos
d’Esquadra, representado por sus mandos. Ni el más partidario de las tesis
de acusación puede defender, a día de hoy, que dos órganos jurisdiccionales
distintos (Juzgado Central y Juzgado de Instrucción de Barcelona) estén
instruyendo al mismo tiempo los delitos de sedición y rebelión, como lo
hacen, sin destruir los cimientos mismos del sistema penal de justicia y el
derecho al juez ordinario predeterminado por la ley. Pero, sea como fuere, el
Juzgado Central de Instrucción instruye una causa, sin tener competencia
para ello, generando una instrucción con la que nuevamente hacer acopio de
material probatorio que se remitirá posteriormente al TS como se remitirán
algunos de sus investigados, escogidos por criterios difícilmente defendibles
más allá de criterios de oportunidad. Competencia y continencia de la causa
se diluyen y desaparecen. Tenemos una quinta pieza del puzzle: destitución
del gobierno con pérdida de aforamiento y encarcelamiento exprés a la
espera de la intervención del Tribunal Supremo y en previsión de la
aplicación (anunciada en todos los medios de comunicación y prevista para
el mes de marzo) de la suspensión de funciones que se vincula al
procesamiento por rebelión.

Proceso-6: Finalmente hemos de hablar del procedimiento que nos ocupa. El


Tribunal Supremo asume una competencia de la que carece (investigar a
parlamentarios catalanes) para acumular posteriormente a investigados no
aforados a través de criterios de conexidad extraños, pues solamente de
extraño cabe calificar que se seleccione a unos ciudadanos u otros dentro de
este esquema general de investigación de una dinámica que se tilda de
“rebelde” en todos los procedimientos pero se disecciona artificialmente para
la obtención de ventajas estratégicas, dicho sea desde el prisma de la opinión
que esta defensa respetuosamente defiende. En la presente causa se investiga
a la Mesa del Parlament (que se sometían y deben someterse a la jurisdicción
del TSJ) y por conexidad a exparlamentarios no aforados, añadiendo a los
miembros del Govern encarcelados por su actuación “inescindible” en un
procedimiento en el que, por ejemplo, la actuación acusatoria se centra en el
papel de los Mossos d’Esquadra y sus mandos, a quienes se deja bajo control
de la Audiencia Nacional. Todo el procedimiento se nutre fundamentalmente
de la prueba proveniente del Juzgado de Instrucción nº13 y en ella se
fundamentan las medidas cautelares adoptadas, pero al mismo tiempo se
evita la acumulación de todos los procesos ya apuntados que coinciden
fundamentalmente en objeto con el presente. En ocasiones los ejemplos son
de una evidencia incontestable cuando en la presente causa los
interrogatorios, por ejemplo, al investigado Sr. Forn se dirigen a imputar al
Sr. Trapero (no investigado en la presente causa) en base a elementos
obtenidos de la instrucción de Barcelona (en la que no son parte ni el Sr.
Trapero ni el Sr. Forn). El puzzle tiene, por tanto, una sexta pieza de cierre:
un proceso contra quienes se definen como “líderes” del proceso de
autodeterminación pero que depende de otros procedimientos en los que los
investigados no tienen capacidad de influencia ni participación
contradictoria.

El procedimiento que nos ocupa (y los demás procedimientos referenciados)


son una construcción procesal ad hoc proscrita por nuestro sistema penal y
por los derechos y garantías que asisten a los investigados.

Resulta imposible explicar a legos o juristas qué criterios determinan la


investigación procesal atomizada que se ha descrito y que, a criterio de esta
defensa, persigue un objetivo (para unos político y para otros jurídico) único:
criminalizar el independentismo catalán. Todos los procesos dependen del
criterio de gestión de este Excmo. Instructor como magistrado del Tribunal
Supremo, y tanto este tribunal como la Fiscalía tienen la capacidad de gestión
coordinada de la que las defensas carecen, en evidente indefensión, aparte
de la irregular tramitación procesal de hechos que deberían investigarse y
enjuiciarse de forma conjunta dada su inescindibilidad y para preservar la
continencia de la causa.

A día de hoy ya no queda libre de crítica y acusación ninguna institución


catalana: políticos rebeldes, ciudadanía abducida, docentes adoctrinadores,
medios de comunicación parciales, médicos y bomberos sediciosos, artistas
y humoristas apologetas, etc., hasta el punto de que hay quien dice que se
acusa a los catalanes en su conjunto. Más allá de ello, lo que incumbe a este
Excmo. Instructor es la tutela de los derechos y garantías de concretos
ciudadanos dentro de un proceso judicial.
Con el presente recurso no se quiere promover la competencia del Tribunal
Supremo para el conocimiento global de los hechos (pues se seguirá
defendiendo la vigencia de la jurisdicción del TSJ para los aforados) sino
denunciar la lesión de derechos fundamentales que la específica forma de
gestión de los procedimientos produce.

Esta parte tiene el derecho a denunciarlo y el Excmo. Instructor y


eventualmente los Tribunales que revisen el presente procedimiento, la
oportunidad y el deber, a nuestro juicio, de subsanar dichos vicios.

Por todo ello,

AL EXCMO. INSTRUCTOR SUPLICO: Que tenga por presentado este


escrito, por interpuesto el recurso de reforma, y acuerde la acumulación
interesada por el solicitante y revocada por el Auto impugnado (sin perjuicio
del cuestionamiento de la competencia del TS que se mantiene) y tenga por
realizadas las manifestaciones en el mismo contenidas a los efectos legales
oportunos.

En Barcelona para Madrid a 18 de febrero de 2018

Andreu Van den Eynde

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