ABRAHAM VALDELOMAR (Por: Derick Flores Gonzales)

A pesar de corta vida hablar de Abraham Valdelomar es imprescindible cuando se

trata de la literatura peruana. Estudiosos como Luis Alberto Sánchez afirman que
Valdelomar fue el primer escritor de narrativa que iba en busca de una identidad
peruana de verdaderas características y costumbres en sus obras. Cuenta las historias
que una vez Alfredo Barrenechea le preguntó a Jorge Basadre, ¿Cuál era la persona
más inteligente que había conocido? Basadre respondió inmediatamente: Valdelomar.

Este ilustre personaje de nuestra literatura nació en Ica el 27 de abril de 1888. Nació
en hogar modesto, se crió entre muchos hermanos, fue un hombre muy de familia, fue
un amante de su ambiente y de sus recuerdos, tomó notas y esas las plasmo en sus
primeros cuentos, recreándolas, y mejorando cada vez su estilo tan particular. Su
poema Tristitia representa lo antes mencionado. La persistente imagen de su infancia
volverá inmediatamente y se plasmará en sus demás obras.

En 1892 la familia de Valdelomar se traslada a Pisco, ya que su padre, trabajador de

aduana, le toca ir para esa localidad. Las experiencias de Valdelomar vinculadas al
mar y al campo influyeron decisivamente en sus obras. Luego su padre junto con su
familia se traslada a Chincha, ahí Valdelomar termina la primaria. Después, en 1900
estudiará su secundaria en Lima en el colegio Guadalupe. Su paso por la UNMSM le
hace incursionar en la política, mezclar ambas actividades (su pasión literaria y la
política) hace irregular sus estudios universitarios, sin embargo, su talento lo encamina
a trascender. Trabajo en el periódico, en algunas revistas, fue muy interesado por los
temas sociales y de actualidad política. Ya con 24 años era considerado en la Lima de
entonces como un escritor modernista, gran dibujante y conocedor de la historia.

Cuentan las historias, y es un hecho fehaciente, que cuando Valdelomar caminaba por
Jirón de la Unión, todos volteaban para mirarlo y murmuraban sobre sus poses, ya que
su capacidad intelectual estaba fuera de discusión. Una de las características
fundamentales de las obras de Valdelomar es que escribe en primera persona, siendo
siempre el personaje central de sus obras. Tiene muchas obras entre ensayos,
novelas y poesías, pero sobresalió de manera descollante como cuentista. “El Cabello
Carmelo” y/o “El Vuelo de los Cóndores” son de los cuentos más conocidos y
populares de nuestro periodo escolar. El nivel y estilo literario de Valdelomar
trascendió en el tiempo, quedando inmortalizado hasta nuestros días.