Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
SÁNCHEZ-ANDRÉS
do y putamen) y en menor medida de la corteza, aunque macros- terminal– y contra la ubiquitina. Hay agregados similares que están
cópicamente todo el cerebro se presenta a menudo atrofiado [15]. también presentes en el neuropilo, y que se han llamado‘agregados
El estriado se localiza en el cerebro anterior y pertenece al del neuropilo’ o ‘neuritas distróficas’ (ND). Mediante análisis de
sistema motor subcortical de los ganglios basales, que manda electrotransferencia e inmunodetección de fracciones nucleares del
señales a la corteza cerebral a través del tálamo. Este sistema está estriado y la corteza de pacientes con EH, se vio que los agregados
formado por el estriado (caudado y putamen), el núcleo subtalá- nucleares y delneuropilo estaban formados por un fragmento de
mico, el globo pálido (segmentos interno y externo) y la sustancia HTT N-terminal de 40 kDa. Los IIN son más frecuentes en la
negra (pars compacta y pars reticulata), además de participar corteza que en el estriado en todos los grados patológicos de EH,
fundamentalmente en el control del movimiento [16]. así como más comunes en los jóvenes que en los adultos.
Microscópicamente, la patología estriatal se caracteriza por
pérdida neuronal, gliosis y presencia de agregados proteicos [15,17].
Las neuronas más afectadas son las neuronas espinosas de tamaño MUTACIÓN RESPONSABLE
medio (MSSN, o medium-sized spiny neurons), que constituyen el DE LA ENFERMEDAD DE HUNTINGTON
95% de las neuronas estriatales, mientras que el resto no está afec- La mutación que causa la EH consiste en una expansión de repe-
tado por la patología [18]. Las MSSN utilizan GABA como neu- ticiones CAG cerca del extremo 5 del gen de la HTT, que inicial-
rotransmisor y proyectan al globo pálido (GP) y a la sustancia negra mente se denominó IT15, y se localiza en el brazo corto del cro-
(SN) [19]. Localizados en la matriz estriatal, sus cuerpos celulares mosoma 4 (4p16.3) [29-31].
reciben un gran número de señales, como las glutamatérgicas de la El gen de la HTT está formado por 67 exones dentro de una
corteza y del tálamo, colinérgicas de las interneuronas colindantes, secuencia génica de 170 kpb, y da lugar a una proteína de función
gabérgicas de MSSN adyacentes, y dopaminérgicas, que proceden desconocida de 348 kDa llamada huntingtina (HTT). La secuen-
de la sustancia negra pars compacta (SNpc) [20]. Las señales do- cia de repeticiones CAG se traduce a tramos de poliglutamina
paminérgicas modulan la transmisión desde la corteza cerebral al (poliQ) cerca del extremo N-terminal (residuo 17) de la HTT. Los
estriado. La acción de la dopamina sobre las neuronas estriatales individuos que no están afectados tienen 35 o menos repeticio-
depende del tipo de receptor de dopamina acoplado a proteínas G nes, y los que presentan longitudes de repeticiones de más de 40
que tengan. Los receptores tipo D 1 y D5 estimulan la actividad de kDa desarrollan la EH. Además, a mayor número de repeticiones,
la adenilato ciclasa y pueden potenciar los efectos de las proyeccio- antes empieza la enfermedad y más aguda es [32]. En las formas
nes corticales sobre las neuronas estriatales. Por su parte, los D 2 ,D 3 juveniles de la EH, aproximadamente el 80% de los pacientes han
y D 4 inhiben la actividad de la adenilato ciclasa y pueden tener heredado el gen mutado del padre [14]. A este respecto se han
efectos opuestos a los de las proyecciones de la corteza [21]. hecho estudios (en concreto, con una familia del lago Maracaibo)
Las MSSN, además de GABA, tienen otros neurotransmisores. que demuestran que se producen fenómenos de anticipación gé-
Basándose en los neurotransmisores que contienen y el tipo de nica por expansión de tripletes cuando la transmisión de la mu-
receptores de dopamina que expresan, se pueden dividir en dos tación es por vía paterna [29].
poblaciones: una contiene dinorfina (Dyn) y sustancia P, y expresa Además de la EH existen otras ocho enfermedades neurológi-
receptores D 1 , y otra cuenta con encefalina (Enk) y expresa princi- cas autosómicas dominantes, causadas también por una mutación
palmente receptores D2 . Las señales de ambas poblaciones de MSSN de expansión de tripletes de CAG codificantes para secuencias de
son inhibitorias y proyectan respectivamente a la parte externa del poliQ en sus respectivas proteínas [33,34]. Aunque noexiste una
globo pálido (Gpe; GABA/Enk/D2 ), o a la parte interna del globo homología de secuencia entre las distintas proteínas mutantes, es-
pálido (GPi; GABA/Dyn/sustancia P/D1 ) y a la sustancia negra tos trastornos de repeticiones de tripletes comparten un factor co-
pars reticulata (SNr; GABA/Dyn/sustancia P/D1 ) [22,23]. Las mún interesante: la presencia de agregados intraneuronales [34,35],
proyecciones GABA/Enk al GPe pueden estar afectadas más inten- cuya distribución solapa con los cambios patológicos típicos [36-
samente que las proyecciones GABA/sustancia P al GPi [24]. 41]. Además, en todos los casos, cuanto mayor es el tamaño de las
Con respecto a la gliosis, en el estriadocon EH se ha encontrado repeticiones, antes se manifiesta la enfermedad y más intensa es.
un incremento en la densidad de astrocitos fibrilares. Estos astro-
citos se detectan mediante inmunotinción con anticuerpos anti-
GFAP(glial fibrillary acidic protein, o proteína ácida fibrilar de la PROTEÍNA HUNTINGTINA: PATRÓN DE
glía); tienen un núcleo mayor y más vesicular de lo normal y poseen EXPRESIÓN, LOCALIZACIÓN SUBCELULAR
un número mayor de haces de filamentos gliales [15]. Y POSIBLE FUNCIÓN
Con respecto a la atrofia cortical, se han visto alteraciones La HTT es una proteína de expresión ubicua [42-46]. Dentro del
en las capas III, V y VI (y posiblemente también en la IV). Las sistema nervioso central (SNC) no hay un enriquecimiento de HTT
neuronas más afectadas en la corteza son las neuronas pirami- en el estriado, comparado con otras regiones cerebrales. El gen de
dales grandes de proyección [25]. En este caso tampoco las la EH y su proteína mutante se transcriben y traducen en el cerebro,
interneuronas corticales aparecen afectadas. La gliosis en la además, en niveles comparables con los de la HTT ‘silvestre’desde
corteza es menor que en el estriado, pero también aumenta con los estadios tempranos del desarrollo embrionario [45,47,48].
respecto a los controles. Dentro de las neuronas, la proteína se localiza fundamental-
En el cerebro con EH, las neuronas estriatales y corticales mente en el citoplasma, asociada con membranas o citoesqueleto
(neocortical y alocortical) contienen inclusiones intraneuronales en el soma, dendritas, axones y terminales nerviosos [43,44,48-
nucleares características ( IIN), que raramente están presentesden- 50]. La HTT también distribuye junto con membranas plasmáti-
tro de otras estructuras subcorticales, como el GP y el tálamo, y cas e intracelulares que contienen clatrina [51] –una proteína
generalmente están ausentes en otras partes del cerebro [17,26-28]. relacionada con endocitosis–, y su asociación con endosomas
Las NII son inmunorreactivas a los anticuerpos contra elN-termi- aumenta por la activación de la adenilato ciclasa y de la estimu-
nal de la huntingtina (HTT) –pero no al segmento interno o C- lación de los receptores de dopamina D 1 [52].
Mediante tinciones dobles que permiten distinguir subtipos la edad adulta y presentan un fenotipo normal [55,57]. Además,
de neuronas estriatales, se ha visto que hay poca (o ninguna) también se ha visto que en células pluripotentes nulas para HTT en
correlación entre el nivel de expresión de HTT constitucional y la el cultivo se da la diferenciación a un fenotipo neuronal normal y
vulnerabilidad en la EH. De hecho, las MSSN tienen una inmu- sinaptogénesis [75]. Finalmente, individuos cuya expresión de HTT
norreactividad variable, normalmente de moderada a baja para está reducida al 50% como resultado de una deleción en el gen de
HTT; y algunas parecen no ser inmunorreactivas en absoluto la HTT [2] no desarrollan el fenotipo patológico de la EH.
[46,53]. También se ha visto que las interneuronas estriatales (las En otro trabajo se combinan ratones knockout y ratonesknock-
cuales no están afectadas por la patología) tienen niveles varia- in, a los que se les ha modificado el alelo con 50 repeticiones CAG
bles de inmunorreactividad en el cerebro humano y en el de rata [76]. Este estudio demostraba que una única copia del gen de la
[48,54]. En contraste con esto, las neuronas piramidales cortica- HTT es suficiente para el correcto desarrollo cerebral, indepen-
les (que sí se ven afectadas por la patología), y fundamentalmente dientemente de la longitud de las CAG, de modo que la HTT
las de las capas que dan lugar a las proyecciones corticoestriata- mutante puede sustituir a la HTT ‘silvestre’ en este estadio. Esto
les, contienen de un modo uniforme niveles altos de HTT [54]. concuerda con el hecho de que pacientes homocigóticos para la
Se desconoce la función de la HTT, pero parece ser vital para EH tienen un desarrollo embrionario normal.
el desarrollo ontogénico, ya que ratones homocigóticos para Los estudios con ratones transgénicos, así como de líneas ce-
mutaciones nulas de HTT mueren en fase de embriogénesis tem- lulares transfectadas, han proporcionado más evidencias de que los
prana [55-57]. Para ahondar en la posible función de la HTT se tramos de poliQ pueden ser tóxicos por sí mismos. Los ratones
han identificado proteínas que interaccionan con ella, la mayoría transgénicos que expresan un pequeño fragmento de la HTT con un
de las cuales interaccionan tanto con la proteína normal como con tramo de poliQ expandidas desarrollan signos neurológicos anor-
la mutante [58-65]. Entre ellas, HAP1 [66,67] y HIP1 [68,69] males y neuropatológicos [77,78]. Según esto, los efectos tóxicos
están asociadas con vesículas de membrana e interaccionan con de la mutación en la EH (y en otras enfermedades por expansión de
proteínas del citoesqueleto, lo cual sugiere un papel para la HTT tripletes CAG) no parecen ser el resultado de una pérdida de fun-
en la endocitosis, el tráfico intracelular y el reciclaje de membra- ción de la proteína mutante. Más bien parecen indicar que las poliQ
nas [70]. En muchos casos, la interacción de la HTT con estas expandidas confieren propiedades nuevas a la proteína mutante, lo
proteínas es dependiente de poliQ, como es el caso de HAP1 [66], que llevaría a nuevas o modificadas interacciones con otras proteí-
HIP1 [68], cistationín-β-sintasa [60], caspasa 3 [71] y GAPDH nas intracelulares (véase el apartado anterior). Además, el efecto
(glyceraldehyde-3-phosphate dehydrogenase) [61]. Esto, junto tóxico de estos tramos de poliQ expandidos podría estar regulado
con su expresión ubicua, ha sugerido que la expresión regional de por el entorno proteico en el que se encuentren.
las proteínas que interaccionan con la HTT podría determinar el Por todas las razones anteriormente expuestas, es evidente
patrón selectivo de la neurodegeneración. Sin embargo, estas que la EH se debe a una ganancia de función tóxica inducida por
proteínas se expresan en todo el cerebro y no están especialmente la poliQ expandida. Sin embargo, hay evidencias de que algunos
enriquecidas en las regiones mas afectadas en la EH. de los rasgos de la sintomatología de la EH se producen probable-
mente por una cierta pérdida de función normal de la HTT [79].
La inactivación condicional selectiva de la HTT ‘silvestre’ en el
LA POLIGLUTAMINA EXPANDIDA CONFIERE cerebro (y los testículos) de ratón ha permitido examinar el efecto
UNA GANANCIA DE FUNCIÓN TÓXICA de la pérdida de la función normal de la proteína en los adultos
A LA HUNTINGTINA [80]. Estos animales presentaban unclasping (distonía sostenida
La mayor parte de las evidencias a favor de la ganancia de función en las extremidades al suspender al animal de la cola) agudo pro-
en la EH se derivan de los estudios genéticos que demuestran que gresivo, un hecho que se ha observado también en ratones transgé-
pacientes heterocigóticos para la mutación de la EH presentan el nicos para la EH [77,78,81,82]. También tenían déficit motores, de
espectro completo de fenotipo patológico, y que éste no es clínica- modo que a los 10-12 meses, los animales eran hipoactivos y su-
mente más agudo en personas homocigóticas para el gen de la EH frían temblores, y los ratones mutantes sobrevivían como máximo
[1,72]. Otros estudios iniciales argumentaban a favor de un meca- 13 meses. Los análisis histológicos demostraron que había dege-
nismo patogénico común centrado alrededor de los tramos de po- neración del tejido en el estriado y la corteza, acompañada de una
liQ, ya que en las enfermedades de tripletes CAG, éstos se encuen- apoptosis y una degeneración de los axones [80].
tran en genes que codifican para proteínas sin ninguna homología De acuerdo con estas observaciones, se ha visto que el aumen-
entre sí, aparte de los tramos de poliQ. En cada caso, la proteína to de la expresión de la HTT ‘silvestre’ en ratones transgénicos
‘silvestre’ tiene aproximadamente menos de 35 residuos de gluta- protege contra los efectos tóxicos de la HTT mutante [83]. Parece
mina; sin embargo, las formas patogénicas contienen 39 o más que los efectos antiapoptóticos de la HTT ocurren vía secuestro
residuos en sus tramos de glutaminas [73]. De acuerdo con esto, se de HIP1, una molécula proapoptótica que se expresa específica-
ha visto que la inserción de un tramo de poliQ dentro de un gen mente en el cerebro [84] y que interacciona eficientemente con
neuronal no relacionado con ninguna de estas patologías, el de la HTT ‘silvestre’, pero no con HTT mutante [69,85].
HPRT(hypoxanthine phosphoribosyl transferase), da lugar a rato- Existen otras evidencias a favor de que la HTT desempeña un
nes con un fenotipo neurológico muy similar al que se observa en papel importante en la supervivencia de las células del SNC [86,87].
ratones que expresan las formas truncadas de la HTT mutante [74]. En estos estudios se ha visto que la sobreexpresión de HTT ‘sil-
Otra prueba en favor de la hipótesis de ganancia de función vestre’ en las líneas celulares tiene un efecto antiapoptóticodown-
tóxica en la EH es el hecho de que los embrionesknockout homo- stream de los miembros proapoptóticos BCL2 yupstream de la
cigóticos para HTT mueran cerca del día embrionario 7,5 [55-57], activación de la caspasa 3 [86]. Se ha comprobado que la HTT
mientras que pacientes con la EH homocigóticos alcanzan la edad ‘silvestre’ aumenta la transcripción del gen del BDNF –factor que
adulta. Los ratones knockout heterocigóticos, con sólo la mitad del favorece la supervivencia de las neuronas estriatales–, lo que
alelo normal de la HTT, superan el estadio embrionario, alcanzan influye sobre la producción y la liberación del BDNF que deriva
de la corteza a las dianas estriatales, y también se ha comprobado asocian con vesículas de membrana y que interaccionan con pro-
que en la EH, la disfunción cortical ocurre en parte por la pérdida teínas del citoesqueleto [66,68,69,104]. Basándose en estos y otros
de la producción de BDNF mediado por la HTT [87]. estudios [67] se ha sugerido que podría participar en el transporte
retrógrado. Además, la HTT colocaliza con membranas que con-
tienen clatrina [51], y tras una estimulación de la adenilato ciclasa
POSIBLES MECANISMOS PATOGÉNICOS o de receptores de dopamina tipo D 1 , se redistribuye del cuerpo
DE LA POLIGLUTAMINA EXPANDIDA celular a las dendritas y los botones sinápticos [52].
Alteraciones de la expresión génica Se ha comprobado que las vesículas sinápticas incubadas in
La HTT es fundamentalmente una proteína citosólica; sin embar- vitro con fragmentos N-terminal de HTT mutante tienen alterada
go, la región N-terminal de la HTT mutante, y quizá también la la recaptación de glutamato [105]. Otros estudios en cerebros hu-
proteína mutante full-length [88], están presentes en el núcleo en manos con EH y de modelos de ratones transgénicos [17,81,105],
algunas circunstancias. Una característica de la secuencia de la así como del ratón knockout condicional [80], demuestran que hay
HTT es la presencia de un tramo largo de poliglutaminas seguido una degeneración de axones, lo cual es compatible con la hipótesis
de un dominio de poliprolinas. Muchos factores de transcripción de que la HTT desempeñe un papel en el tráfico celular y de vesí-
contienen dominios ricos en glutaminas y prolinas, que pueden re- culas sinápticas. Además, también se ha demostrado que la HTT
gular su actividad [89,90]; de hecho, el receptor de andrógenos, que mutante puede afectar al sistema endosomal/lisosomal [106], de
tiene expansiones de tramos de poliQ anormales en SBMA, funciona modo que un proceso que normalmente está regulado de forma
como un factor de transcripción nuclear. Aunque la HTT no parece precisa[52], se puede volver destructivo, vía activación del sistema
tener un dominio de unión al ADN, su estructura N-terminal sugiere endosomal/lisosomal, y producir la autofagia [106].
que interacciona con proteínas de regulación transcripcional [91,92].
Además, el único dominio estructural conocido de la HTT son múl- Alteraciones mitocondriales
tiples dominios HEAT [93], que se han encontrado también en las En el cerebro con EH, las actividades enzimáticas de diversas pro-
proteínas lanzadera nucleares, como las importinas [94]. teínas mitocondriales que participan en la fosforilación oxidativa
Saudou et al [95] demostraron que la localización intranu- están disminuidas [107-109]. En concreto, las actividades de los
clear de la HTT mutante (formas truncadas N-terminal) es nece- complejos II-III y IV se reducen en el estriado con EH. También se
saria para inducir degeneración en neuronas estriatales en cultivo. ha visto una reducción de la actividad de la aconitasa en el estriado
De hecho, hay cada vez más evidencias de que la HTT mutante y en la corteza [109], así como defectos en el complejo I en el
es capaz de interrumpir las funciones normales dentro del núcleo. músculo atrofiado [110,111], además de que algunas de estas dife-
Concretamente, la HTT se puede unir al factor de transcripción rencias se reproducen también en el modelo transgénico R6/2 [112].
TBP (TATA binding protein), que se secuestra dentro de los
agregados de HTT mutante tanto en los cerebros de los pacientes Activación de caspasas y apoptosis
de EH como in vitro [92]. Recientemente se ha demostrado que Como ya se ha comentado, en el estriado y en la corteza cerebrales
la HTT con tramos de poliQ expandidos interacciona más eficien- de pacientes con EH hay IIN y DN que se forman por un fragmen-
temente con CBP (CREBbindingprotein), y lo secuestra dentro to N-terminal de la HTT con tramos de poliQ expandidos [17].
de las inclusiones nucleares, lo que lleva a un decremento de CBP Esto refleja que se está produciendo la fragmentación de la HTT
funcional en las células en cultivo y a cambios en la expresión mutante, a consecuencia de la actividad de proteasas.
génica y en la toxicidad celular [59,96], así como a una reducción Ciertos estudios demuestran que los tramos de poliQ expandidas
en la acetilación de histonas [97,98]. dentro de proteínas truncadas son más tóxicos para las células trans-
La HTT se puede unir también a la p53 (proteína proapoptótica) fectadas que los tramos expandidos embebidos en las proteínas full-
mediante secuencias SH3 PXXP ( Sarc-homology) distales a sus tra- length [113], por lo que se sugiere que el corte proteolítico es un paso
mos de poliQ [59], y reprime la transcripción de los promotores que necesario en la iniciación de las enfermedades de poliQ. De acuerdo
regula. La HTT mutante también interacciona in vitro a través de con esto, y con respecto a la vulnerabilidad selectiva de las neuronas
su dominio N-terminal y de modo dependiente de poliQ con pro- del estriado, dos estudios [81,105] demuestran que existe una acu-
teínas represoras de la transcripción como N-COR [65], lo que mulación selectiva de fragmentos N-terminales de HTT en las neu-
podría dar lugar a la expresión de genes normalmente silentes. ronas estriatales y sus proyecciones axonales en ratones knockin y
Además, la HTT se puede unir a otros factores de transcripción transgénico full-lengthpara EH. Estos resultados han dado lugar a la
(HYP-B) y componentes del espliceosoma (HYP-A y -C) [85,99] a hipótesis de que la vulnerabilidad estriatal en la EH puede relacio-
través de sus poliprolinas de un modo dependiente de poliQ. narse con el procesamiento específico de la proteínafull-length[105].
Se ha visto que la expresión del exón 1 de la HTT mutante está De hecho, en un modelo knockout de HTT, en el cual los ratones
asociada con la expresión alterada, fundamentalmente reducida, producían un fragmento truncado N-terminal de la proteína normal
de diversos transcritos, tanto en líneas celulares [100] como en desde el alelo mutado, los animales heterocigotos mostraban una
ratones transgénicos. [101,102]. Mediante el uso de microchips actividad motora aumentada, déficit cognitivos y pérdida neuronal,
de ADN se ha estudiado la magnitud de las anomalías transcrip- y degeneración en el núcleo subtalámico y el GP [56,114]. Esto
cionales en el estriado de los ratones R6/2 (transgénicos de EH), sugiere que la generación de fragmentos N-terminales de la HTT
y se ha visto que son alteraciones selectivas, limitadas sólo al puede ser un evento significativo per se para la patología de la EH.
1,2% de los cerca de 6.000 genes estudiados [103]. Dentro del N-terminal de la HTT, entre los alelos 456 y 589,
hay agrupados sitios consenso de corte por caspasas. Las caspa-
Alteraciones en el tráfico celular de vesículas y endocitosis sas (proteasas de cisteína dirigidas a aspartato) son enzimas pro-
Diversas evidencias apuntan a que la HTT normal debe estar im- teolíticas que se activan en células que sufren apoptosis, y han
plicada en el tráfico celular de vesículas y endocitosis. Como ya se estado implicadas en la muerte celular dependiente de poliQ en
ha comentado, la HTT interacciona con diversas proteínas que se modelos de células en cultivo, donde la expresión de HTT mutan-
ratones EH knockin [88,139] no presenten anormalidades neuropa- En este sentido se ha visto que las proteínas propensas a agre-
tológicas significativas (como reducción del peso del cerebro, pérdi- gar, como la HTT mutada y las proteínas de la fibrosis quística,
da neuronal o astrocitosis reactiva), a pesar de la presencia de agre- inhiben el sistema de la ubiquitina proteosoma [156], y que esta
gados de HTT mutante. inhibición altera a su vez la vida media de las proteínas envueltas
Otros estudios en células transfectadas no sólo disocian la for- en la apoptosis y en la supervivencia celular [155]. Sin embargo,
mación de inclusiones y la supervivencia celular [115], sino que en otros trabajos no se han detectado cambios en la actividad del
también sugieren que las inclusiones intranucleares pueden reflejar proteosoma en modelos celulares con niveles bajos de expresión
un mecanismo de protección contra la toxicidad que induce la HTT de la proteína mutante de la fibrosis quística [157], ni con poliQ
soluble [95]. En este estudio, un mutante dominante negativo de la de distintos tamaños [158].
ruta de la ubiquitina suprimía las inclusiones, pero aceleraba la
muerte celular. Asimismo, en un modelo transgénico de SCA1 se Reversibilidad de los agregados y del fenotipo patológico
ha visto que la expresión de la ataxina 1, con 77 glutaminas y una Los estudios que se realizaron en el modelo transgénico condi-
deleción de regiones que favorecen la autoagregación, da lugar a cional TetOff de la EH [78,146] demuestran que el bloqueo de
una ataxia y una patología en ausencia de agregados detectables de la expresión de la HTT mutante permite la recuperación del
ataxina 1 [151]. Más aún, cruzando un transgénico de ataxina 1 con fenotipo patológico en ocho semanas, así como la desaparición
poliQ, expandidas con un ratón que carecía del gen de una ligasa de los agregados en tres semanas, en el animal, y cinco días, en
de ubiquitina, se suprimía la formación de agregados de ataxina 1, el modelo en cultivo. Esto manifiesta que las inclusiones son
pero la patología aumentaba considerablemente [152]. Estos estu- estructuras dinámicas y que se requiere un suministro constante
dios sugieren que los agregados reflejan un mecanismo celular que de la proteína para la progresión de la enfermedad. Estos traba-
protege a las neuronas de los efectos tóxicos de la proteína mutante, jos sugerían igualmente que los daños neurológicos podrían
y argumentan a favor de la hipótesis de que es la proteína soluble revertirse, al menos parcialmente.
la que desencadena la patogénesis. La formación de agregados
puede ser una estrategia por la cual la célula secuestra las proteínas
con poliQ mal plegadas, lo que reduce su capacidad para asociarse CONCLUSIONES
con otros componentes celulares. Aunque nuestro entendimiento acerca de la biología de la EH con-
Algunos de estos trabajos [95,152] sugerían una posible tinúa aumentando, aún quedan muchas preguntas sin responder, como
implicación del proteosoma en la EH. De hecho, que los agre- el papel real de la agregación de poliglutaminas o la vulnerabilidad
gados de HTT mutante estén ubiquitinados y colocalicen con específica de las MSSN en la patología de la EH. El mecanismo
subunidades del proteosoma [17,27,137,149,153] ha llevado a patogénico de la EH sigue siendo una incógnita, y todavía no se sabe
pensar que éste es el responsable de su degradación. De acuerdo si la pérdida neuronal constituye un componente clave para la pato-
con esto, diversos grupos han encontrado que la inhibición del génesis o simplemente es una representación de la culminación de la
proteosoma conduce a un incremento en el número de células enfermedad. Sin embargo, el hecho de que la interrupción de la
que contienen agregados [149,153-155], así como a una inhibi- producción de la HTT mutante en modelos transgénicos condiciona-
ción de la desaparición de los mismos en un modelo transgénico les conduzca a una reversión del fenotipo patológico ofrece nuevas
condicional TetOff de la EH [146]. esperanzas sobre la posible intervención terapéutica en la EH.
BIBLIOGRAFÍA
1. Wexler NS, Young AB, Tanzi RE, Travers H, Starosta-Rubinstein S, Penney 12. Haddad MS, Cummings JL. Huntington’s disease. Psychiatr Clin North
JB, et al. Homozygotes for Huntington’s disease. Nature 1987; 326: 194-7. Am 1997; 20: 791-807.
2. Ambrose CM, Duyao MP, Barnes G, Bates GP, Lin CS, Srinidhi J, et al. 13. Pratley RE, Salbe AD, Ravussin E, Caviness JN. Higher sedentary ener-
Structure and expression of the Huntington’s disease gene: evidence gy expenditure in patients with Huntington’s disease. Ann Neurol 2000;
against simple inactivation due to an expanded CAG repeat. Somat Cell 47: 64-70.
Mol Genet 1994; 20: 27-38. 14. Srivastava T, Lal V, Prabhakar S. Juvenile Huntington’s disease [letter].
3. Craufurd D, Dodge A. Mutation size and age at onset in Huntington’s Neurol India 1999; 47: 340-1.
disease. J Med Genet 1993; 30: 1008-11. 15. Vonsattel JP, Myers RH, Stevens TJ, Ferrante RJ, Bird ED, Richardson
4. Foroud T, Gray J, Ivashina J, Conneally PM. Differences in duration of EP Jr Neuropathological classification of Huntington’s disease. J Neuro-
Huntington’s disease based on age at onset. J Neurol Neurosurg Psychi- pathol Exp Neurol 1985; 44: 559-77.
atry 1999; 66: 52-6. 16. Afifi AK. Basal ganglia: functional anatomy and physiology. Part 2. J
5. Holthoff VA, Koeppe RA, Frey KA, Penney JB, Markel DS, Kuhl DE, et Child Neurol 1994; 9: 352-61.
al. Positron emission tomography measures of benzodiazepine receptors 17. DiFiglia M, Sapp E, Chase K, Davies S, Bates G, Vonsattel J, et al. Ag-
in Huntington’s disease. Ann Neurol 1993; 34: 76-81. gregation of huntingtin in neuronal intranuclear inclusions and dystro-
6. Kuwert T, Noth J, Scholz D, Schwarz M, Lange HW, Topper R, et al. phic neurites in brain. Science 1997; 277: 1990-3.
Comparison of somatosensory evoked potentials with striatal glucose 18. Lange H, Thorner G, Hopf A, Schroder KF. Morphometric studies of
consumption measured by positron emission tomography in the early di- the neuropathological changes in choreatic diseases. J Neurol Sci 1976;
agnosis of Huntington’s disease. Mov Disord 1993; 8: 98-106. 28: 401-25.
7. De Boo GM, Tibben A, Lanser JB, Jennekens-Schinkel A, Hermans J, 19. Graybiel AM, Aosaki T, Flaherty AW, Kimura M. The basal ganglia and
Maat-Kievit A, et al. Early cognitive and motor symptoms in identified adaptive motor control. Science 1994; 265: 1826-31.
carriers of the gene for Huntington disease. Arch Neurol 1997; 54: 1353-7. 20. Flaherty AW, Graybiel AM. Output architecture of the primate putamen.
8. Berardelli A, Noth J, Thompson PD, Bollen EL, Curra A, Deuschl G, et J Neurosci 1993; 13: 3222-37.
al. Pathophysiology of chorea and bradykinesia in Huntington’s disease. 21. Strange PG. New insights into dopamine receptors in the central nervous
Mov Disord 1999; 14: 398-403. system. Neurochem Int 1993; 22: 223-36.
9. Van Vugt JP, Siesling S, Piet KK, Zwinderman AH, Middelkoop HA, 22. Gerfen CR. Synaptic organization of the striatum. J Electron Microsc
Van Hilten JJ, et al. Quantitative assessment of daytime motor activity Tech 1988; 10: 265-81.
provides a responsive measure of functional decline in patients with Hun- 23. Gerfen CR. The neostriatal mosaic: multiple levels of compartmental or-
tington’s disease. Mov Disord 2001; 16: 481-8. ganization. Trends Neurosci 1992; 15: 133-9.
10. Leopold NA, Kagel MC. Dysphagia in Huntington’s disease. Arch Neu- 24. Reiner A, Albin RL, Anderson KD, D’Amato CJ, Penney JB, Young AB.
rol 1985; 42: 57-60. Differential loss of striatal projection neurons in Huntington disease. Proc
11. Rosenblatt A, Leroi I. Neuropsychiatry of Huntington’s disease and other Natl Acad Sci U S A 1988; 85: 5733-7.
basal ganglia disorders. Psychosomatics 2000; 41: 24-30. 25. Sotrel A, Williams RS, Kaufmann WE, Myers RH. Evidence for neuronal
degeneration and dendritic plasticity in cortical pyramidal neurons of Hun- and mutant huntingtins function in vesicle trafficking in the secretory
tington’s disease: a quantitative Golgi study. Neurology 1993; 43: 2088-96. and endocytic pathways. Exp Neurol 1998; 152: 34-40.
26. Maat-Schieman ML, Dorsman JC, Smoor MA, Siesling S, Van Duinen 52. Kim M, Velier J, Chase K, Laforet G, Kalchman MA, Hayden MR, et al.
SG, Verschuuren JJ, et al. Distribution of inclusions in neuronal nuclei and Forskolin and dopamine D1 receptor activation increase huntingtin’s as-
dystrophic neurites in Huntington disease brain. J Neuropathol Exp Neurol sociation with endosomes in immortalized neuronal cells of striatal ori-
1999; 58: 129-37. gin. Neuroscience 1999; 89: 1159-67.
27. Sieradzan KA, Mechan AO, Jones L, Wanker EE, Nukina N, Mann DM. 53. Ferrante RJ, Gutekunst CA, Persichetti F, McNeil SM, Kowall NW, Gusella
Huntington’s disease intranuclear inclusions contain truncated, ubiquiti- JF, et al. Heterogeneous topographic and cellular distribution of huntingtin
nated huntingtin protein. Exp Neurol 1999; 156: 92-9. expression in the normal human neostriatum. J Neurosci 1997; 17: 3052-63.
28. Gutekunst CA, Li SH, Yi H, Mulroy JS, Kuemmerle S, Jones R, et al. 54. Fusco FR, Chen Q, Lamoreaux WJ, Figueredo-Cardenas G, Jiao Y, Coff-
Nuclear and neuropil aggregates in Huntington’s disease: relationship to man JA, et al. Cellular localization of huntingtin in striatal and cortical
neuropathology. J Neurosci 1999; 19: 2522-34. neurons in rats: lack of correlation with neuronal vulnerability in Hun-
29. The Huntington’s Disease Collaborative Research Group. A novel gene tington’s disease. J Neurosci 1999; 19: 1189-202.
containing a trinucleotide repeat that is expanded and unstable on Hunting- 55. Duyao MP, Auerbach AB, Ryan A, Persichetti F, Barnes GT, McNeil
ton’s disease chromosomes. Cell 1993; 72: 971-83. SM, et al. Inactivation of the mouse Huntington’s disease gene homolog
30. Rubinsztein DC, Amos W, Leggo J, Goodburn S, Ramesar RS, Old J, et Hdh. Science 1995; 269: 407-10.
al. Mutational bias provides a model for the evolution of Huntington’s 56. Nasir J, Floresco SB, O’Kusky JR, Diewert VM, Richman JM, Zeisler J,
disease and predicts a general increase in disease prevalence. Nat Genet et al. Targeted disruption of the Huntington’s disease gene results in em-
1994; 7: 525-30. bryonic lethality and behavioral and morphological changes in heterozy-
31. Gusella JF, MacDonald ME. Trinucleotide instability: a repeating theme gotes. Cell 1995; 81: 811-23.
in human inherited disorders. Annu Rev Med 1996; 47: 201-9. 57. Zeitlin S, Liu JP, Chapman DL, Papaioannou VE, Efstratiadis A. Increased
32. Andrew SE, Goldberg YP, Kremer B, Telenius H, Theilmann J, Adam S, et apoptosis and early embryonic lethality in mice nullizygous for the Hun-
al. The relationship between trinucleotide (CAG) repeat length and clinical tington’s disease gene homologue. Nat Genet 1995; 11: 155-63.
features of Huntington’s disease. Nat Genet 1993; 4: 398-403. 58. Bao J, Sharp AH, Wagster MV, Becher M, Schilling G, Ross CA, et al. Ex-
33. Evert BO, Wullner U, Klockgether T. Cell death in polyglutamine dis- pansion of polyglutamine repeat in huntingtin leads to abnormal protein in-
eases. Cell Tissue Res 2000; 301: 189-204. teractions involving calmodulin. Proc Natl Acad Sci U S A 1996; 93: 5037-42.
34. Nakamura K, Jeong SY, Uchihara T, Anno M, Nagashima K, Nagashima 59. Steffan JS, Kazantsev A, Spasic-Boskovic O, Greenwald M, Zhu YZ,
T, et al. SCA17, a novel autosomal dominant cerebellar ataxia caused by Gohler H, et al. The Huntington’s disease protein interacts with p53 and
an expanded polyglutamine in TATA-binding protein. Hum Mol Genet CREB-binding protein and represses transcription. Proc Natl Acad Sci U
2001; 10: 1441-8. S A 2000; 97: 6763-8.
35. Ross CA. Intranuclear neuronal inclusions: a common pathogenic 60. Boutell JM, Wood JD, Harper PS, Jones AL. Huntingtin interacts with
mechanism for glutamine-repeat neurodegenerative diseases? Neuron cystathionine beta-synthase. Hum Mol Genet 1998; 7: 371-8.
1997; 19: 1147-50. 61. Burke JR, Enghild JJ, Martin ME, Jou YS, Myers RM, Roses AD, et al.
36. Becher MW, Kotzuk JA, Sharp AH, Davies SW, Bates GP, Price DL, et al. Huntingtin and DRPLA proteins selectively interact with the enzyme
Intranuclear neuronal inclusions in Huntington’s disease and dentatorubral GAPDH. Nat Med 1996; 2: 347-50.
and pallidoluysian atrophy: correlation between the density of inclusions and 62. Liu YF, Deth RC, Devys D. SH3 domain-dependent association of hun-
IT15 CAG triplet repeat length. Neurobiol Dis 1998; 4: 387-97. tingtin with epidermal growth factor receptor signaling complexes. J Biol
37. Holmberg M, Duyckaerts C, Durr A, Cancel G, Gourfinkel-An I, Damier P, Chem 1997; 272: 8121-4.
et al. Spinocerebellar ataxia type 7 (SCA7): a neurodegenerative disorder 63. Peters MF, Ross CA. Isolation of a 40 kDa huntingtin-associated protein.
with neuronal intranuclear inclusions. Hum Mol Genet 1998; 7: 913-8. J Biol Chem 2000.
38. Li M, Miwa S, Kobayashi Y, Merry DE, Yamamoto M, Tanaka F, et al. 64. Liu YF, Dorow D, Marshall J. Activation of MLK2-mediated signaling casca-
Nuclear inclusions of the androgen receptor protein in spinal and bulbar des by polyglutamine-expanded huntingtin. J Biol Chem 2000; 275: 19035-40.
muscular atrophy. Ann Neurol 1998; 44: 249-54. 65. Boutell JM, Thomas P, Neal JW, Weston VJ, Duce J, Harper PS, et al. Aber-
39. Lieberman AP, Trojanowski JQ, Leonard DG, Chen KL, Barnett JL, Le- rant interactions of transcriptional repressor proteins with the Huntington’s
verenz JB, et al. Ataxin 1 and ataxin 3 in neuronal intranuclear inclusion disease gene product, huntingtin. Hum Mol Genet 1999; 8: 1647-55.
disease. Ann Neurol 1999; 46: 271-3. 66. Li XJ, Li SH, Sharp AH, Nucifora FC Jr, Schilling G, Lanahan A, et al. A
40. Paulson HL, Perez MK, Trottier Y, Trojanowski JQ, Subramony SH, Das huntingtin-associated protein enriched in brain with implications for pa-
SS, et al. Intranuclear inclusions of expanded polyglutamine protein in thology. Nature 1995; 378: 398-402.
spinocerebellar ataxia type 3. Neuron 1997; 19: 333-44. 67. Block-Galarza J, Chase KO, Sapp E, Vaughn KT, Vallee RB, DiFiglia
41. Skinner P, Koshy B, Cummings C, Klement I, Helin K, Servasio A, et al. M, et al. Fast transport and retrograde movement of huntingtin and HAP1
Ataxin-1 with an expanded glutamine tract alters nuclear matrix-associ- in axons. Neuroreport 1997; 8: 2247-51.
ated structures. Nature 1997; 389: 971-4. 68. Wanker EE, Rovira C, Scherzinger E, Hasenbank R, Walter S, Tait D, et
42. Li SH, Schilling G, Young WSd, Li XJ, Margolis RL, Stine OC, et al. al. HIP-I: a huntingtin interacting protein isolated by the yeast two-hybrid
Huntington’s disease gene (IT15) is widely expressed in human and rat system. Hum Mol Genet 1997; 6: 487-95.
tissues. Neuron 1993; 11: 985-93. 69. Kalchman MA, Koide HB, McCutcheon K, Graham RK, Nichol K, Nishiya-
43. DiFiglia M, Sapp E, Chase K, Schwarz C, Meloni A, Young C, et al. ma K, et al. HIP1, a human homologue of S. cerevisiae Sla2p, interacts with
Huntingtin is a cytoplasmic protein associated with vesicles in human membrane-associated huntingtin in the brain. Nat Genet 1997; 16: 44-53.
and rat brain neurons. Neuron 1995; 14: 1075-81. 70. Gusella JF, MacDonald ME. Huntingtin: a single bait hooks many spe-
44. Sharp AH, Loev SJ, Schilling G, Li SH, Li XJ, Bao J, et al. Widespread cies. Curr Opin Neurobiol 1998; 8: 425-30.
expression of Huntington’s disease gene (IT15) protein product. Neuron 71. Goldberg YP, Nicholson DW, Rasper DM, Kalchman MA, Koide HB, Gra-
1995; 14: 1065-74. ham RK, et al. Cleavage of huntingtin by apopain, a proapoptotic cysteine
45. Bhide PG, Day M, Sapp E, Schwarz C, Sheth A, Kim J, et al. Expression protease, is modulated by the polyglutamine tract. Nat Genet 1996; 13: 442-9.
of normal and mutant huntingtin in the developing brain. J Neurosci 1996; 72. Durr A, Hahn-Barma V, Brice A, Pecheux C, Dode C, Feingold J. Ho-
16: 5523-35. mozygosity in Huntington’s disease [letter]. J Med Genet 1999; 36: 172-3.
46. Gourfinkel-An I, Cancel G, Trottier Y, Devys D, Tora L, Lutz Y, et al. 73. Zoghbi HY, Orr HT. Glutamine repeats and neurodegeneration. Annu
Differential distribution of the normal and mutated forms of huntingtin in Rev Neurosci 2000; 23: 217-47.
the human brain. Ann Neurol 1997; 42: 712-9. 74. Ordway JM, Tallaksen-Greene S, Gutekunst CA, Bernstein EM, Cearley
47. Landwehrmeyer GB, McNeil SM, Dure LSt, Ge P, Aizawa H, Huang Q, JA, Wiener HW, et al. Ectopically expressed CAG repeats cause intranu-
et al. Huntington’s disease gene: regional and cellular expression in brain clear inclusions and a progressive late onset neurological phenotype in
of normal and affected individuals. Ann Neurol 1995; 37: 218-30. the mouse. Cell 1997; 91: 753-63.
48. Sapp E, Schwarz C, Chase K, Bhide PG, Young AB, Penney J, et al. 75. Metzler M, Chen N, Helgason CD, Graham RK, Nichol K, McCutcheon
Huntingtin localization in brains of normal and Huntington’s disease pa- K, et al. Life without huntingtin: normal differentiation into functional
tients. Ann Neurol 1997; 42: 604-12. neurons. J Neurochem 1999; 72: 1009-18.
49. Tukamoto T, Nukina N, Ide K, Kanazawa I. Huntington’s disease gene 76. White JK, Auerbach W, Duyao MP, Vonsattel JP, Gusella JF, Joyner AL,
product, huntingtin, associates with microtubules in vitro. Brain Res Mol et al. Huntingtin is required for neurogenesis and is not impaired by the
Brain Res 1997; 51: 8-14. Huntington’s disease CAG expansion. Nat Genet 1997; 17: 404-10.
50. Gutekunst CA, Levey AI, Heilman CJ, Whaley WL, Yi H, Nash NR, et 77. Mangiarini L, Sathasivam K, Seller M, Cozens B, Harper A, Hethering-
al. Identification and localization of huntingtin in brain and human lym- ton C, et al. Exon 1 of the HD gene with an expanded CAG repeat is
phoblastoid cell lines with anti-fusion protein antibodies. Proc Natl Acad sufficient to cause a progressive neurological phenotype in transgenic
Sci U S A 1995; 92: 8710-4. mice. Cell 1996; 87: 493-506.
51. Velier J, Kim M, Schwarz C, Kim TW, Sapp E, Chase K, et al. Wild-type 78. Yamamoto A, Lucas JJ, Hen R. Reversal of neuropathology and motor
dysfunction in a conditional model of Huntington’s disease. Cell 2000; hoff H, et al. SH3GL3 associates with the Huntingtin exon 1 protein and
101: 57-66. promotes the formation of polygln-containing protein aggregates. Mol
79. Cattaneo E, Rigamonti D, Goffredo D, Zuccato C, Squitieri F, Sipione S. Cell 1998; 2: 427-36.
Loss of normal huntingtin function: new developments in Huntington’s 105. Li H, Li SH, Johnston H, Shelbourne PF, Li XJ. Amino-terminal frag-
disease research. Trends Neurosci 2001; 24: 182-8. ments of mutant huntingtin show selective accumulation in striatal neu-
80. Dragatsis I, Levine MS, Zeitlin S. Inactivation of Hdh in the brain and rons and synaptic toxicity. Nat Genet 2000; 25: 385-9.
testis results in progressive neurodegeneration and sterility in mice. Nat 106. Kegel KB, Kim M, Sapp E, McIntyre C, Castano JG, Aronin N, et al.
Genet 2000; 26: 300-6. Huntingtin expression stimulates endosomal-lysosomal activity, endo-
81. Hodgson JG, Agopyan N, Gutekunst CA, Leavitt BR, LePiane F, Singa- some tubulation, and autophagy. J Neurosci 2000; 20: 7268-78.
raja R, et al. A YAC mouse model for Huntington’s disease with full-length 107. Gu M, Gash MT, Mann VM, Javoy-Agid F, Cooper JM, Schapira AH.
mutant huntingtin, cytoplasmic toxicity, and selective striatal neurode- Mitochondrial defect in Huntington’s disease caudate nucleus. Ann Neu-
generation. Neuron 1999; 23: 181-92. rol 1996; 39: 385-9.
82. Reddy PH, Williams M, Charles V, Garrett L, Pike-Buchanan L, Whet- 108. Browne SE, Bowling AC, MacGarvey U, Baik MJ, Berger SC, Muqit MM,
sell WO Jr, et al. Behavioural abnormalities and selective neuronal loss et al. Oxidative damage and metabolic dysfunction in Huntington’s disease:
in HD transgenic mice expressing mutated full-length HD cDNA. Nat selective vulnerability of the basal ganglia. Ann Neurol 1997; 41: 646-53.
Genet 1998; 20: 198-202. 109. Tabrizi SJ, Cleeter MW, Xuereb J, Taanman JW, Cooper JM, Schapira
83. Leavitt BR, Guttman JA, Hodgson JG, Kimel GH, Singaraja R, Vogl AW, AH. Biochemical abnormalities and excitotoxicity in Huntington’s dis-
et al. Wild-type huntingtin reduces the cellular toxicity of mutant hun- ease brain. Ann Neurol 1999; 45: 25-32.
tingtin in vivo. Am J Hum Genet 2001; 68: 313-24. 110. Koroshetz WJ, Jenkins BG, Rosen BR, Beal MF. Energy metabolism
84. Hackam AS, Yassa AS, Singaraja R, Metzler M, Gutekunst CA, Gan L, et al. defects in Huntington’s disease and effects of coenzyme Q10. Ann Neu-
Huntingtin interacting protein 1 induces apoptosis via a novel caspase-de- rol 1997; 41: 160-5.
pendent death effector domain. J Biol Chem 2000; 275: 41299-308. 111. Arenas J, Campos Y, Ribacoba R, Martín MA, Rubio JC, Ablanedo P, et
85. Faber PW, Barnes GT, Srinidhi J, Chen J, Gusella JF, MacDonald ME. al. Complex I defect in muscle from patients with Huntington’s disease.
Huntingtin interacts with a family of WW domain proteins. Hum Mol Ann Neurol 1998; 43: 397-400.
Genet 1998; 7: 1463-74. 112. Tabrizi SJ, Workman J, Hart PE, Mangiarini L, Mahal A, Bates G, et al.
86. Rigamonti D, Bauer JH, De-Fraja C, Conti L, Sipione S, Sciorati C, et al. Mitochondrial dysfunction and free radical damage in the Huntington R6/
Wild-type huntingtin protects from apoptosis upstream of caspase-3. J 2 transgenic mouse. Ann Neurol 2000; 47: 80-6.
Neurosci 2000; 20: 3705-13. 113. Hackam AS, Singaraja R, Wellington CL, Metzler M, McCutcheon K,
87. Zuccato C, Ciammola A, Rigamonti D, Leavitt BR, Goffredo D, Conti L, Zhang T, et al. The influence of huntingtin protein size on nuclear local-
et al. Loss of huntingtin-mediated BDNF gene transcription in Hunting- ization and cellular toxicity. J Cell Biol 1998; 141: 1097-105.
ton’s disease. Science 2001; 14: 14. 114. O’Kusky JR, Nasir J, Cicchetti F, Parent A, Hayden MR. Neuronal de-
88. Wheeler VC, White JK, Gutekunst CA, Vrbanac V, Weaver M, Li XJ, et generation in the basal ganglia and loss of pallido-subthalamic synapses
al. Long glutamine tracts cause nuclear localization of a novel form of in mice with targeted disruption of the Huntington’s disease gene. Brain
huntingtin in medium spiny striatal neurons in HdhQ92 and HdhQ111 Res 1999; 818: 468-79.
knock-in mice. Hum Mol Genet 2000; 9: 503-13. 115. Kim M, Lee HS, LaForet G, McIntyre C, Martin EJ, Chang P, et al.
89. Courey AJ, Holtzman DA, Jackson SP, Tjian R. Synergistic activation by Mutant huntingtin expression in clonal striatal cells: dissociation of in-
the glutamine-rich domains of human transcription factor Sp1. Cell 1989; clusion formation and neuronal survival by caspase inhibition. J Neu-
59: 827-36. rosci 1999; 19: 964-73.
90. Gerber HP, Seipel K, Georgiev O, Hofferer M, Hug M, Rusconi S, et al. 116. Sanchez I, Xu CJ, Juo P, Kakizaka A, Blenis J, Yuan J. Caspase-8 is
Transcriptional activation modulated by homopolymeric glutamine and required for cell death induced by expanded polyglutamine repeats.
proline stretches. Science 1994; 263: 808-11. Neuron 1999; 22: 623-33.
91. Cha JH. Transcriptional dysregulation in Huntington’s disease. Trends 117. Wellington CL, Singaraja R, Ellerby L, Savill J, Roy S, Leavitt B, et al. Inhib-
Neurosci 2000; 23: 387-92. iting caspase cleavage of huntingtin reduces toxicity and aggregate forma-
92. Huang CC, Faber PW, Persichetti F, Mittal V, Vonsattel JP, MacDonald tion in neuronal and nonneuronal cells. J Biol Chem 2000; 275: 19831-8.
ME, et al. Amyloid formation by mutant huntingtin: threshold, progres- 118. Wellington CL, Ellerby LM, Hackam AS, Margolis RL, Trifiro MA,
sivity and recruitment of normal polyglutamine proteins. Somat Cell Mol Singaraja R, et al. Caspase cleavage of gene products associated with
Genet 1998; 24: 217-33. triplet expansion disorders generates truncated fragments containing
93. Andrade MA, Bork P. HEAT repeats in the Huntington’s disease protein. the polyglutamine tract. J Biol Chem 1998; 273: 9158-67.
Nat Genet 1995; 11: 115-6. 119. Goldberg YP, Nicholson DW, Rasper DM, Kalchman MA, Koide HB, Gra-
94. Vetter IR, Arndt A, Kutay U, Gorlich D, Wittinghofer A. Structural view of ham RK, et al. Cleavage of huntingtin by apopain, a proapoptotic cysteine
the Ran-Importin beta interaction at 2.3 A resolution. Cell 1999; 97: 635-46. protease, is modulated by the polyglutamine tract. Nat Genet 1996; 13: 442-9.
95. Saudou F, Finkbeiner S, Devys D, Greenberg ME. Huntingtin acts in the 120. Ona VO, Li M, Vonsattel JP, Andrews LJ, Khan SQ, Chung WM, et al.
nucleus to induce apoptosis but death does not correlate with the forma- Inhibition of caspase-1 slows disease progression in a mouse model of
tion of intranuclear inclusions. Cell 1998; 95: 55-66. Huntington’s disease. Nature 1999; 399: 263-7.
96. Nucifora FC Jr, Sasaki M, Peters MF, Huang H, Cooper JK, Yamada M, 121. Turmaine M, Raza A, Mahal A, Mangiarini L, Bates GP, Davies SW.
et al. Interference by huntingtin and atrophin-1 with CBP-mediated tran- Nonapoptotic neurodegeneration in a transgenic mouse model of Hun-
scription leading to cellular toxicity. Science 2001; 291: 2423-8. tington’s disease. Proc Natl Acad Sci U S A 2000; 97: 8093-7.
97. Steffan JS, Bodai L, Pallos J, Poelman M, McCampbell A, Apostol BL, et 122. Graveland GA, Williams RS, DiFiglia M. Evidence for degenerative
al. Histone deacetylase inhibitors arrest polyglutamine-dependent neuro- and regenerative changes in neostriatal spiny neurons in Huntington’s
degeneration in Drosophila. Nature 2001; 413: 739-43. disease. Science 1985; 227: 770-3.
98. McCampbell A, Taye AA, Whitty L, Penney E, Steffan JS, Fischbeck 123. Zeron MM, Hansson O, Chen N, Wellington CL, Leavitt BR, Brundin P, et
KH. Histone deacetylase inhibitors reduce polyglutamine toxicity. Proc al. Increased sensitivity to N-methyl-D-aspartate receptor-mediated excito-
Natl Acad Sci U S A 2001; 98: 15179-84. toxicity in a mouse model of Huntington’s disease. Neuron 2002; 33: 849-60.
99. Passani LA, Bedford MT, Faber PW, McGinnis KM, Sharp AH, Gusella 124. Sun Y, Savanenin A, Reddy PH, Liu YF. Polyglutamine-expanded hun-
JF, et al. Huntingtin’s WW domain partners in Huntington’s disease tingtin promotes sensitization of N-methyl-D- aspartate receptors via
post-mortem brain fulfill genetic criteria for direct involvement in Hun- post-synaptic density 95. J Biol Chem 2001; 276: 24713-8.
tington’s disease pathogenesis. Hum Mol Genet 2000; 9: 2175-82. 125. Levine MS, Klapstein GJ, Koppel A, Gruen E, Cepeda C, Vargas ME,
100. Li SH, Cheng AL, Li H, Li XJ. Cellular defects and altered gene expres- et al. Enhanced sensitivity to N-methyl-D-aspartate receptor activation
sion in PC12 cells stably expressing mutant huntingtin. J Neurosci 1999; in transgenic and knockin mouse models of Huntington’s disease. J
19: 5159-72. Neurosci Res 1999; 58: 515-32.
101. Cha JH, Frey AS, Alsdorf SA, Kerner JA, Kosinski CM, Mangiarini L, et al. 126. Bibb JA, Yan Z, Svenningsson P, Snyder GL, Pieribone VA, Horiuchi
Altered neurotransmitter receptor expression in transgenic mouse models of A, et al. Severe deficiencies in dopamine signaling in presymptomatic
Huntington’s disease. Philos Trans R Soc Lond B Biol Sci 1999; 354: 981-9. Huntington’s disease mice. Proc Natl Acad Sci U S A 2000; 97: 6809-14.
102. Cha JH, Kosinski CM, Kerner JA, Alsdorf SA, Mangiarini L, Davies SW, 127. Klapstein GJ, Fisher RS, Zanjani H, Cepeda C, Jokel ES, Chesselet MF, et al.
et al. Altered brain neurotransmitter receptors in transgenic mice express- Electrophysiological and morphological changes in striatal spiny neurons in
ing a portion of an abnormal human huntington disease gene. Proc Natl R6/2 Huntington’s disease transgenic mice. J Neurophysiol 2001; 86: 2667-77.
Acad Sci U S A 1998; 95: 6480-5. 128. Murphy KP, Carter RJ, Lione LA, Mangiarini L, Mahal A, Bates GP, et
103. Luthi-Carter R, Strand A, Peters NL, Solano SM, Hollingsworth ZR, al. Abnormal synaptic plasticity and impaired spatial cognition in mice
Menon AS, et al. Decreased expression of striatal signaling genes in a transgenic for exon 1 of the human Huntington’s disease mutation. J
mouse model of Huntington’s disease. Hum Mol Genet 2000; 9: 1259-71. Neurosci 2000; 20: 5115-23.
104. Sittler A, Walter S, Wedemeyer N, Hasenbank R, Scherzinger E, Eick- 129. Usdin MT, Shelbourne PF, Myers RM, Madison DV. Impaired synap-
tic plasticity in mice carrying the Huntington’s disease mutation. Hum 144. Perutz MF, Johnson T, Suzuki M, Finch JT. Glutamine repeats as polar
Mol Genet 1999; 8: 839-46. zippers: their possible role in inherited neurodegenerative diseases. Proc
130. Scherzinger E, Lurz R, Turmaine M, Mangiarini L, Hollenbach B, Hasen- Natl Acad Sci U S A 1994; 91: 5355-8.
bank R, et al. Huntingtin-encoded polyglutamine expansions form 145. Perutz MF. Glutamine repeats and inherited neurodegenerative diseas-
amyloid-like protein aggregates in vitro and in vivo. Cell 1997; 90: 549-58. es: molecular aspects. Curr Opin Struct Biol 1996; 6: 848-58.
131. Cooper JK, Schilling G, Peters MF, Herring WJ, Sharp AH, Kaminsky 146. Martín-Aparicio E, Yamamoto A, Hernández F, Hen R, Ávila J, Lucas JJ.
Z, et al. Truncated N-terminal fragments of huntingtin with expanded Proteasomal-dependent aggregate reversal and absence of cell death in a con-
glutamine repeats form nuclear and cytoplasmic aggregates in cell cul- ditional mouse model of Huntington’s disease. J Neurosci 2001; 21: 8772-81.
ture. Hum Mol Genet 1998; 7: 783-90. 147. Price DL, Sisodia SS, Borchelt DR. Genetic neurodegenerative diseas-
132. Li SH, Li XJ. Aggregation of N-terminal huntingtin is dependent on the es: the human illness and transgenic models. Science 1998; 282: 1079-83.
length of its glutamine repeats. Hum Mol Genet 1998; 7: 777-82. 148. Tobin AJ, Signer ER. Huntington’s disease: the challenge for cell biol-
133. Martindale D, Hackam A, Wieczorek A, Ellerby L, Wellington C, Mc- ogists. Trends Cell Biol 2000; 10: 531-6.
Cutcheon K, et al. Length of huntingtin and its polyglutamine tract in- 149. Waelter S, Boeddrich A, Lurz R, Scherzinger E, Lueder G, Lehrach H,
fluences localization and frequency of intracellular aggregates. Nat et al. Accumulation of mutant huntingtin fragments in aggresome-like
Genet 1998; 18: 150-4. inclusion bodies as a result of insufficient protein degradation. Mol Biol
134. Krobitsch S, Lindquist S. Aggregation of huntingtin in yeast varies with Cell 2001; 12: 1393-407.
the length of the polyglutamine expansion and the expression of chap- 150. Leavitt BR, Wellington CL, Hayden MR. Recent insights into the molec-
erone proteins. Proc Natl Acad Sci U S A 2000; 97: 1589-94. ular pathogenesis of Huntington disease. Semin Neurol 1999; 19: 385-95.
135. Peters MF, Nucifora FC Jr, Kushi J, Seaman HC, Cooper JK, Herring 151. Klement IA, Skinner PJ, Kaytor MD, Yi H, Hersch SM, Clark HB, et al.
WJ, et al. Nuclear targeting of mutant huntingtin increases toxicity. Mol Ataxin-1 nuclear localization and aggregation: role in polyglutamine-
Cell Neurosci 1999; 14: 121-8. induced disease in SCA1 transgenic mice. Cell 1998; 95: 41-53.
136. Lunkes A, Mandel JL. A cellular model that recapitulates major patho- 152. Cummings CJ, Reinstein E, Sun Y, Antalffy B, Jiang Y, Ciechanover
genic steps of Huntington’s disease. Hum Mol Genet 1998; 7: 1355-61. A, et al. Mutation of the E6-AP ubiquitin ligase reduces nuclear inclu-
137. Davies SW, Turmaine M, Cozens BA, DiFiglia M, Sharp AH, Ross CA, et al. sion frequency while accelerating polyglutamine-induced pathology in
Formation of neuronal intranuclear inclusions underlies the neurological SCA1 mice. Neuron 1999; 24: 879-92.
dysfunction in mice transgenic for the HD mutation. Cell 1997; 90: 537-48. 153. Wyttenbach A, Carmichael J, Swartz J, Furlong RA, Narain Y, Rankin
138. Schilling G, Becher MW, Sharp AH, Jinnah HA, Duan K, Kotzuk JA, et J, et al. Effects of heat shock, heat shock protein 40 (HDJ-2), and pro-
al. Intranuclear inclusions and neuritic aggregates in transgenic mice ex- teasome inhibition on protein aggregation in cellular models of Hun-
pressing a mutant N-terminal fragment of huntingtin. Hum Mol Genet tington’s disease. Proc Natl Acad Sci U S A 2000; 97: 2898-903.
1999; 8: 397-407. 154. Scherzinger E, Sittler A, Schweiger K, Heiser V, Lurz R, Hasenbank R,
139. Shelbourne PF, Killeen N, Hevner RF, Johnston HM, Tecott L, Lewan- et al. Self-assembly of polyglutamine-containing huntingtin fragments
doski M, et al. A Huntington’s disease CAG expansion at the murine into amyloid-like fibrils: implications for Huntington’s disease pathol-
Hdh locus is unstable and associated with behavioural abnormalities in ogy. Proc Natl Acad Sci U S A 1999; 96: 4604-9.
mice. Hum Mol Genet 1999; 8: 763-74. 155. Jana NR, Zemskov EA, Wang G, Nukina N. Altered proteasomal func-
140. Kahlem P, Green H, Djian P. Transglutaminase as the agent of neuro- tion due to the expression of polyglutamine- expanded truncated
degenerative diseases due to polyglutamine expansion. Pathol Biol (Par- N-terminal huntingtin induces apoptosis by caspase activation through
is) 1998; 46: 681-2. mitochondrial cytochrome c release. Hum Mol Genet 2001; 10: 1049-59.
141. Kahlem P, Green H, Djian P. Transglutaminase action imitates Hun- 156. Bence NF, Sampat RM, Kopito RR. Impairment of the ubiquitin-pro-
tington’s disease: selective polymerization of Huntingtin containing teasome system by protein aggregation. Science 2001; 292: 1552-5.
expanded polyglutamine. Mol Cell 1998; 1: 595-601. 157. Gelman MS, Kannegaard ES, Kopito RR. A principal role for the pro-
142. Karpuj MV, Garren H, Slunt H, Price DL, Gusella J, Becher MW, et al. teasome in endoplasmic reticulum-associated degradation of misfolded
Transglutaminase aggregates huntingtin into nonamyloidogenic poly- intracellular cystic fibrosis transmembrane conductance regulator. J Biol
mers, and its enzymatic activity increases in Huntington’s disease brain Chem 2002; 277: 11709-14.
nuclei. Proc Natl Acad Sci U S A 1999; 96: 7388-93. 158. Ding Q, Lewis JJ, Strum KM, Dimayuga E, Bruce-Keller AJ, Dunn JC,
143. Lesort M, Chun W, Johnson GV, Ferrante RJ. Tissue transglutaminase is et al. Polyglutamine expansion, protein aggregation, proteasome acti-
increased in Huntington’s disease brain. J Neurochem 1999; 73: 2018-27. vity, and neural survival. J Biol Chem 2002; 277: 13935-42.