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¿Existirá alguna unidad de las cosas celestiales con las cosas terrenales o lo

que se llamaría gracia y naturaleza respectivamente? O ¿Solo son cuestiones


independientes la una de la otra?

Para llegar a una respuesta a estas preguntas hay que entender primero a que
se refiere cada una de ellas. La gracia la relacionamos con lo alto y superior,
con Dios mismo, como ser creador de los cielos, la tierra y todo lo que hay en
ella, como también es todo aquello invisible e infinito, todo lo que es y no dejara
de ser. La naturaleza hace referencia a lo bajo, a la tierra y todas las cosas
terrenales que en ella encontramos, lo que es factible; lo natural es también el
ser humano como administrador de toda la creación y todo lo pasajero.

Tomas de Aquino fue el primero en dar a conocer estas definiciones y en


averiguar si habría en ellas algún tipo de unidad o relación, porque antes de su
aparición los pensamientos de la época eran bizantinas y se regían por un
orden, donde la gracia iba por encima de la naturaleza, o también llamado
teocentrismo, Dios como centro de todas las cosas. Al ser un pensamiento
bizantino significaba que nadie era capaz de estar en desacuerdo con lo ya
impuesto porque se consideraba que dicha discusión era demasiado sutil o
insignificante, o que no conducía a nada. Pero Tomas de Aquino decidió ir mas
allá y aunque nunca logro saber sin había unidad o no, si contribuyo a abrir el
camino para que comenzara a discurrir un humanismo autónomo, una filosofía
autónoma, como lo establece Scheffer en su libro huyendo de la razón.

Si la gracia es superior a la naturaleza, ¿Lo natural es entonces menos


importante?, se supone que no debería ser así, pues aunque la gracia es Dios
mismo la naturaleza es lo creado por El. Ambas cosas cuenta con el mismo
grado de importancia. Dentro de la naturaleza se encuentra todo lo relacionado
a los animales, plantas, máquinas y el ser humano, pero estas cosas no están
al mismo nivel pues entre ellas hay una diferencia entre el ser humano y las
demás, pues aunque todas las cosas han sido creadas por Dios, el hombre
tiene mayor relevancia sobre las otras porque fue creado a semejanza de Dios,
y esto lo pone en un lugar superior y más cercano a su creador, es decir lo
relaciona con él.

Con lo anterior podemos comprender porque se tenía en más alta estima a la


gracia que a la naturaleza, porque desde otra perspectiva, el hombre a pesar
de ser creación de Dios y ser semejante a Él y estar en un lugar de comunión
con su creador, este peco y fue separado de su gloria, por lo que no hay un
equilibrio entre Dios y el hombre.

Y aunque desde los días de Tomás de Aquino, y por mucho tiempo, hubo un
continuo esfuerzo por hallar alguna unidad de naturaleza y gracia, Aquino creía
que sería la racionalidad la que diría algo acerca de ambas, sin embargo fue
más adelante con la aparición de Leonardo Da vinci, donde se consideró que
no era así, porque si bien es cierto la gracia no está por encima de la
naturaleza pero tampoco lo natural está por encima de la gracia, sino que debe
haber un balance entre ellas, y eso solo Cristo pudo darlo, pues él es el único
mediador entre Dios y el hombre, tal como lo dicen las escrituras y así mismo
es Señor tanto de lo celestial como de lo terrenal y además Jesucristo murió en
la cruz como sustituto y como propiciación para salvar a los hombres de su
culpa verdadera y para romper ese velo que a causa del pecado nos separaba
de Dios.

Con todo lo anterior podemos dar una respuesta a nuestras preguntas iniciales,
por eso considero que no puede haber una unidad completa entre las cosas
celestiales con las cosas terrenales, porque lo celestial siempre estará por
encima de lo terrenal y ese orden no se puede cambiar, porque de ser así,
sería como si la creación fuese más importante que el creador mismo, lo cual
no lo es, sino que es todo lo contraria, pero ello no significa menospreciar la
creación, sino darle igual importancia, aunque creo que si buscamos al rey
tendremos derecho a sus riquezas y no necesariamente si buscamos las
riquezas del rey podremos tener comunicación con él. No puede haber unidad
entre la gracia y la naturaleza pero si puede haber una relación entre ellas, y
esta relación tiene nombre propio y es Jesucristo, quien es el único que nos
puede llevar al padre y que tiene dominio tanto en los cielos como en la tierra
porque fue 100% hombre y es 100% Dios.

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