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Tengo que aprender a robar toda la alegría que haya disponible y hacérsela ver a los demás.

Ya sé que todo el mundo no se ha convertido aún, que no ha llegado la paz a todos lados y que
no se acabó la tristeza, pero veo gente que regresa, reza, perdona y soy testigo de muchos
signos de esperanza. No tengo que esperar que todo vaya bien, sino que puedo celebrar cada
pequeño indicio que me dice que el reino está muy cerca.

Esto exige una disciplina: elegir la luz aun cuando haya muchas oscuridad que me dé miedo,
elegir la vida aun cuando las fuerzas de la muerte estén tan a la vista y elegir la verdad aun
cuando este rodeado de mentiras. Una vez que descubrís elegir la alegría escondida en medio
de tanto sufrimiento, la vida se convierte en una fiesta.

La alegría no niega la tristeza, sino que la transforma en una tierra fértil para cultivar más
alegría. (…) La gente que ha llegado a conocer la alegría de Dios no rechaza la oscuridad, pero
elige no vivir dentro de ella. Creen que la luz que brilla en la oscuridad puede dar más
esperanza que la oscuridad, y que un poco de luz puede disipar mucha oscuridad.

Pequeños gestos de amor. Fares- Rossi pág. 43

Cita a Nouwen, el regres…., págs. 124- 126

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