Forma de organización de la revoluciòn neolìtica a la Revoluciòn Urbana
A partir de la llamada Revolución urbana (término acuñado por Gordon Childe y
utilizado tanto por Liverani y Khurt entre otros) ocurrida en la Baja Mesopotamia, sobre todo en el centro urbano de Uruk, hizo que las comunidades se aseguraran unos excedentes alimentarios con los que se pudo mantener a aquellos especialistas a tiempo completo que no producían alimentos, creando un polo redistributivo central. Durante el Neolítico y el Calcolítico las comunidades siguen organizadas en aldeas que son homogéneas y autosuficientes. Hay especializaciones ocasionales y de distribución irregular. La gran diferencia se produce en la separación de la producción primaria de alimentos y las técnicas especializadas, lo que hace que los especialistas se concentren en unas poblaciones más grandes y la producción de alimentos a las aldeas dispersas. Esto produce una jerarquización y las aldeas quedan como tributarias de la ciudad, a la que fluye el excedente de alimentos y a las aldeas, productos especializados y servicios. Finalmente, las relaciones se desequilibran a favor de los especialistas y se quedan con un porcentaje privilegiado de alimento. En la cúspide del núcleo especializado y urbano quedan situados aquellos que desempeñan funciones administrativas y ceremoniales, porque garantizan la cohesión de la comunidad, la organización de los flujos de trabajo y su correspondiente retribución. Es ahora que aparecen grandes organizaciones, como son el templo y el palacio, en donde se realizan las actividades administrativas y se acumulan los excedentes, es decir, representan el “sector público” de la ciudad y que no existe en las aldeas. Con estas grandes organizaciones surge la escritura, lo que permite la evolución a otras formas de organización política y económica. Con esta complejización, aparece una administración, que será el trabajo más especializado de todos y constituye una parte vital, ya que es este núcleo dirigente, con un rey a la cabeza (el que es representado como un guerrero defensor del templo ciudadano) y funcionarios, serán los que formen una ideología político-religiosa que dé estabilidad y cohesión. Podemos decir que la revolución urbana conduce a la formación del Estado, en el que el núcleo dirigente debe trabajar en dos ámbitos: el operativo (burocracia) y el ideológico (clero). Otra función característica del Estado es el monopolio de la fuerza con fines defensivos y de cohesión interna, cuyo núcleo está formado por especialistas de dedicación plena, pero si es necesario se recluta a la población forzosamente (corvea). Estas funciones están encabezadas por alguien que reúna todos los poderes, responsabilidades y el aparato ideológico. Es el jefe del palacio y debe tomar las decisiones estratégicas y la gestión corriente. En el culto se presenta como sumo sacerdote, donde simboliza y mantiene la cohesión de la comunidad. También es responsable de la defensa de la ciudad y el pueblo de los ataques exterior. La formación del Estado tiene un efecto de centralización comercial. Aunque en la Mesopotamia no se puede hablar de una homogeneidad como en el caso de Egipto.