“Prometo y juro que con el permiso divino, a partir de este día y en
adelante, me dedicaré al gran trabajo, que es: purificar y exaltar mi
naturaleza espiritual de modo que con la ayuda divina pueda lograr ser más que un ser humano, y levantarme así y unirme gradualmente a mi genio más alto y divino, y en esa condición no abusaré de la gran energía confiada a mí.”