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COLUMNISTAS
Abraham García
Chávarri
Una nota sobre el
debido proceso
parlamentario
desde la Opinión
Consultiva 2-2014 de
la Comisión de
Constitución y
Reglamento del
26 DICIEMBRE, 2016 POR JAVIER OYARSE CRUZ
Congreso de la
proceso que se ventila en el fuero judicial, y que nos permitirá conocer la forma o por daño psíquico
Mencionamos estos principios debido a que el administrado puede en esta vía desafíos para el Perú
Actualmente el artículo 205° de la Ley General de Aduanas[7], siguiendo la misma Sé el primero de tus amigos en indicar qu
te gusta.
tradición, regula los procedimientos aduaneros del siguiente modo:
Las multas administrativas de la presente Ley se rigen por las normas que regulan los
#EfeméridesJurídicas
procedimientos referidos en el párrafo anterior”. El día de hoy se recuerda la muert
Es así que el procedimiento contencioso tributario se inicia con el recurso de de la lideresa popular Maria Elena
Moyano.
reclamación, el mismo que es presentado dentro del plazo de veinte días hábiles de
haberse noti cado el acto administrativo con el cual se le pretende cobrar al
contribuyente un determinado tributo o multa, conforme a lo previsto en el artículo
137° del Código Tributario.
Dentro del análisis que debe realizar el operador de comercio exterior para decidir si
le conviene recurrir al poder judicial, es oportuno mencionar que a diferencia del
procedimiento contencioso tributario desarrollado ante la Administración Aduanera
y el Tribunal Fiscal, este procedimiento contencioso administrativo se rige por
principios; los cuales de alguna forma ofrecen las garantías del debido
procedimiento.
Así tenemos que el artículo 2° de la Ley N° 27584, señala que dicho procedimiento se
rige por los principios que se enumeran a continuación y por los del derecho
procesal, sin perjuicio de la aplicación supletoria de los principios del derecho
procesal civil en los casos en que sea compatible:
Al respecto Enrique Bernales (1996) señala que “En buena cuenta, y como lo anota
Quiroga, esta es una norma (artículo 139° inciso 8 de la Constitución) que garantiza la
tutela judicial efectiva y que obliga al juez a otorgar siempre esa tutela sin que pueda
eximirse en la usencia de una norma material que le permita resolver meritum causae la
controversia”.[9]
Este principio consagrado en la Constitución Política, también permite que los jueces
tengan la facultad de resolver cualquier controversia tributaria, aun cuando no exista
una norma positiva que regule alguna materia en discusión. Siendo esta amplia
prerrogativa de los jueces, lo que hace la diferencia con la Administración Aduanera,
donde los funcionarios públicos usualmente no aplican este mecanismo o
herramienta, debido a que no son los encargados de administrar justicia.
Sin perjuicio de lo expuesto anteriormente, cabe precisar que el artículo 128° del
Código Tributario estipula que los órganos encargados de resolver no pueden
abstenerse de dictar resolución por de ciencia de la ley. Vale decir que la
Administración Aduanera se encuentra obligada a resolver el recurso de reclamación
planteado por el contribuyente u operador del comercio exterior, dentro del marco
de la legislación existente, y de existir alguna de ciencia de la ley, cabe aplicar
algunos principios del derecho administrativo o tributario.
Este aspecto es muy importante, porque denota el justo equilibrio que debe existir
entre la Administración Aduanera y el operador de comercio exterior. Lo cual no
resulta claro en la etapa previa de la reclamación, donde todo el procedimiento se
basa únicamente en la presentación de documentos, escritos o noti caciones, sin la
posibilidad que el contribuyente pueda exponer los argumentos de manera
presencial u oral, ante el funcionario encargado de resolver su recurso.
Asimismo, en caso de que el Juez tenga cualquier otra duda razonable sobre la
procedencia o no de la demanda, deberá preferir darle trámite a la misma.
Desde el punto de vista administrativo, cabe precisar que el artículo 124° de la Ley N°
27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, señala que es obligación de las
unidades de recepción documental orientar a los administrados en la presentación
de sus solicitudes y formularios, quedando obligadas a recibirlos y darles ingreso
para iniciar o impulsar los procedimientos, sin que en ningún caso pueda cali car,
negar o diferir su admisión; pudiendo formular observaciones durante la recepción
de los formularios o escritos y concediéndole un plazo al administrado para que
efectúe las subsanaciones respectivas.
5. Actuaciones impugnables
Como puede observarse, el operador de comercio exterior debe identi car alguno de
estos seis supuestos antes de plantear la acción contencioso administrativa ante el
Poder Judicial, habida cuenta que se trata de acudir en defensa de sus propios
derechos, los cuales debe identi car y fundamentar convenientemente en su
demanda.
6. Pretensiones
Para Caballero Bustamante (2001)[10] “El objeto principal del procedimiento contencioso
administrativo no es buscar una declaración de nulidad o ine cacia del acto
administrativo impugnado, si no que el juez aprecie las pretensiones del particular contra
la administración para que se restablezca la legalidad conculcada. Por todo lo expuesto,
la acción contencioso administrativa se convierte en un medio de defensa de ciudadanos
frente a los actos y resoluciones arbitrarias que expida la Administración Pública en el
ejercicio de sus funciones”.
De modo que si nos referimos al tipo de pretensiones que pueden invocarse en una
demanda contencioso administrativa, recurrimos al artículo 5° de la Ley N° 27584,
donde se señala que en el proceso contencioso administrativo podrán plantearse
pretensiones con el objeto de obtener lo siguiente:
Respecto a la nulidad, debemos mencionar que el numeral 201.1 del artículo 202° de
la Ley N.° 27444, precisa que la nulidad de o cio de los actos administrativos que han
quedado rmes, sólo puede ser declarada cuando se agravie el interés público,
conforme al criterio expuesto por el Tribunal Constitucional[11]. Siendo que el plazo
para declarar la nulidad de o cio de un acto administrativo prescribe el año contado
a partir de la fecha en que hayan quedado consentidos, de conformidad con lo
estipulado en el inciso 202.3 del artículo 202° de la Ley N.° 27444. El desconocer este
plazo o actuar en contrario podría devenir en una acción de inconstitucionalidad[12].
El artículo 157° del Código Tributario precisa que la resolución del Tribunal Fiscal
agota la vía administrativa. Dicha resolución podrá impugnarse mediante el Proceso
Contencioso Administrativo, el cual se regirá por las normas contenidas en dicho
Código y, supletoriamente, por la Ley N° 27584.
La Administración Tributaria no tiene legitimidad para obrar activa, dado que en caso
de los tributos de alcance nacional es el Ministerio de Economía y Finanzas quien
tiene tal legitimidad. Pero de modo excepcional, la Administración Tributaria se
encuentra facultada para impugnar la resolución del Tribunal Fiscal que agota la vía
administrativa mediante el Proceso Contencioso Administrativo en los casos en que
la resolución del Tribunal Fiscal incurra en alguna de las causales de nulidad previstas
en el artículo 10° de la Ley N ° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General.
Para identi car el tipo de actos administrativos que se reconocen como aquellos que
realmente agotan la vía administrativa, nos remitimos al artículo 218° de la Ley N°
27444, donde se mencionan expresamente a los siguientes:
1. El acto respecto del cual no proceda legalmente impugnación ante una autoridad
u órgano jerárquicamente superior en la vía administrativa o cuando se produzca
silencio administrativo negativo, salvo que el interesado opte por interponer
recurso de reconsideración, en cuyo caso la resolución que se expida o el silencio
administrativo producido con motivo de dicho recurso impugnativo agota la vía
administrativa; o
2. El acto expedido o el silencio administrativo producido con motivo de la
interposición de un recurso de apelación en aquellos casos en que se impugne el
acto de una autoridad u órgano sometido a subordinación jerárquica; o
3. El acto expedido o el silencio administrativo producido con motivo de la
interposición de un recurso de revisión, únicamente en los casos a que se re ere
el Artículo 210 de la presente Ley; o
4. El acto que declara de o cio la nulidad o revoca otros actos administrativos en los
casos a que se re eren los Artículos 202 y 203 de esta Ley; o
5. Los actos administrativos de los Tribunales o Consejos Administrativos regidos
por leyes especiales
En consecuencia, tenemos que una vez que se haya agotado la vía administrativa, el
contribuyente u operador de comercio exterior, debe pagar la deuda o presentar
garantías como requisito para interponer la demanda contencioso administrativa, lo
cual equivale a aplicar la regla solve et repet (paga y después reclama).
Sin perjuicio de aceptar la coherencia del criterio emitido por el Poder Judicial, somos
de la modesta opinión que dejar al libre albedrío del contribuyente u operador de
comercio exterior, la posibilidad de pagar o a anzar la deuda que pretende seguir
impugnando en la vía judicial, podría ser utilizado simplemente para generar mayor
morosidad y cartera incobrable de deudas tributarias, como lo tuvimos en el pasado.
Así tenemos que si el administrado, en cualquier tipo de proceso judicial, solicite una
medida cautelar que tenga por objeto suspender o dejar sin efecto cualquier
actuación del Tribunal Fiscal o de la Administración Tributaria, incluso aquéllas
dictadas dentro del procedimiento de cobranza coactiva, y/o limitar cualquiera de sus
facultades previstas en el presente Código y en otras leyes, resultan aplicables las
siguientes reglas:
En ese sentido, resulta válido suponer que estando el operador de comercio exterior
obligado a garantizar la deuda tributaria aduanera, la cobranza de la misma se
encuentra plenamente respaldada con una contracautela de naturaleza personal o
real, siempre que su monto pendiente de pago supere las quince unidades
impositivas tributarias.
Nuestra posición se basa en el hecho que, esta acción judicial, debe estar premunida
de las garantías constitucionales tanto para el contribuyente u operador de comercio
exterior, como para la Administración Aduanera, teniendo en cuenta que se podría
debilitar la facultad de scalización y recaudación de los tributos para el sco.
Atentando de manera directa con el objetivo de crear y fortalecer la conciencia
tributaria.
Por ese motivo es que el artículo 38° de la Ley N° 27584 señala que la medida
cautelar podrá ser dictada antes de iniciado un proceso o dentro de éste, siempre
que se destine a asegurar la e cacia de la decisión de nitiva. Para tal efecto, se
seguirán las normas del Código Procesal Civil con las especi caciones establecidas en
esta Ley.
Otro aspecto que es necesario precisar respecto a las medidas cautelares es que son
especialmente procedentes en el proceso contencioso administrativo las medidas
cautelares de innovar y de no innovar. Para Alsina (1998)[16], “La prohibición de
innovar puede ser de nida como la medida precautoria por la cual se tiende al
mantenimiento de la situación de hecho o de derecho al momento de ser decretada”.
Ponemos como ejemplo, para este tipo de medida cautelar, la solicitud que pudiera
hacer el operador de comercio exterior para que la Administración Aduanera no
proceda al remate o disposición de las mercancías que se encuentran incautadas o
comisadas en los almacenes aduaneros, hasta que se resuelva el fondo de la
demanda contencioso administrativa[17].
1. Tres días para interponer tacha u oposiciones a los medios probatorios, contados
desde la noti cación de la resolución que los tiene por ofrecidos;
2. Cinco días para interponer excepciones o defensas, contados desde la noti cación
de la demanda;
3. Diez días para contestar la demanda, contados desde la noti cación de la
resolución que la admite a trámite;
4. Quince días para emitir el dictamen scal o devolver el expediente al órgano
jurisdiccional, contados desde su recepción;
5. Tres días para solicitar informe oral, contados desde la noti cación de la
resolución que dispone que el expediente se encuentra en el estado de dictar
sentencia;
6. Quince días para emitir sentencia, contados desde la vista de la causa. De no
haberse solicitado informe oral ante el Juez de la causa, el plazo se computará
desde la noti cación a las partes del dictamen scal o de la devolución del
expediente por el Ministerio Público.
7. Cinco días para apelar la sentencia, contados desde su noti cación.
13. Actividad probatoria
Esta regla se entiende debido a que el juez debe evaluar o merituar los mismos
medios probatorios que el demandante estuvo presentando en la etapa
administrativa anterior (procedimiento contencioso tributario), para efecto que
pueda revisar con imparcialidad todos los fundamentos de la demanda contencioso
administrativa.
Un requisito similar existe cuando se tramita la apelación ante el Tribunal Fiscal,
según lo estipulado en el artículo 148° del Código Tributario, no se admite como
medio probatorio ante el Tribunal Fiscal la documentación que habiendo sido
requerida en primera instancia no hubiera sido presentada y/o exhibida por el
deudor tributario. Sin embargo, dicho órgano resolutor debe admitir y actuar
aquellas pruebas en las que el deudor tributario demuestre que la omisión de su
presentación no se generó por su causa. Asimismo, el Tribunal Fiscal deberá
aceptarlas cuando el deudor tributario acredite la cancelación del monto impugnado
vinculado a las pruebas no presentadas y/o exhibidas por el deudor tributario en
primera instancia, el cual deberá encontrarse actualizado a la fecha de pago.
El artículo 31° de la Ley N° 27584 señala que los medios probatorios deberán ser
ofrecidos por las partes en los actos postulatorios, acompañándose todos los
documentos y pliegos interrogatorios. Siendo admisibles de manera excepcional los
medios probatorios extemporáneos, cuando estén referidos a hechos ocurridos o
conocidos con posterioridad al inicio del proceso, vinculados directamente a las
pretensiones postuladas. En cuyo caso, el Juez correrá traslado a la parte contraria
por el plazo de tres días.
Asimismo, añade el precitado artículo que si el particular que es parte del proceso no
tuviera en su poder algún medio probatorio y éste se encuentre en poder de alguna
entidad administrativa, deberá indicar dicha circunstancia en su escrito de demanda
o de contestación, precisando el contenido del documento y la entidad donde se
encuentra con la nalidad de que el órgano jurisdiccional pueda disponer todas las
medidas necesarias destinadas a la incorporación de dicho documento al proceso.
Sin perjuicio de lo expuesto, debemos precisar que si lo estima conveniente para los
intereses del sco, el Procurador Público del Ministerio de Economía y Finanzas se
encuentra facultado para interponer la apelación, frente a la sentencia que en
primera instancia ha declarado fundada la demanda contencioso administrativa.
Es así que revisando el numeral 2) del Rubro VI, Normas Generales, del
Procedimiento IFGRA-PE.23 donde se detallan las deudas aduaneras que no pueden
acogerse al aplazamiento y/o fraccionamiento previsto en el artículo 36° del Código
Tributario, observamos que no están incluidas las deudas que han sido objeto de una
demanda contencioso administrativa o de una acción de amparo tengan o no medida
cautelar noti cada a la SUNAT, por lo que, al no existir prohibición expresa que las
excluya, consideramos pueden ser aplazadas y/o fraccionadas las deudas tributarias
aduaneras que son objeto de demanda contencioso administrativa o de una acción
de amparo tengan o no medida cautelar noti cada a la SUNAT.
17. Conclusiones
[5] Texto Único Ordenado del Código Tributario aprobado mediante D.S. N° 133-
2013-EF.
[8] Giuliani Fonrouge, Carlos M. Derecho Financiero. Vol. II. 6ta Edición. Editorial
Depalma. 1997. Pág. 800.
[9] Bernales, Enrique. La Constitución de 1993. CIEDLA. Lima 1996. Pág. 561
[16] Citado por Hinostroza Mínguez, Alberto; El embargo y otras medidas cautelares.
Librería y Ediciones Jurídicas, Lima, 1998, pág. 231
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