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El blog

«Arqueología de la Guerra Civil»


Un proyecto entre la ética y la estética

Carlos Marín Suárez


Xurxo Ayán Vila
Gonzalo Compañy
Alfredo González Ruibal
Blog «Arqueología de la Guerra Civil»
http://guerraenlauniversidad.blogspot.com

1 - Del “campus de batalla” al “si el fascismo no perdona,


la Arqueología no olvida”:
Hace ahora cuatro años, en un frío noviembre del 2008,
un grupo de arqueólogos y alumnos de la Universidad
Complutense de Madrid comenzamos a estudiar los restos de
la Guerra Civil Española en la Ciudad Universitaria de Madrid
mediante prospecciones y excavaciones arqueológicas. Dado
el interés que despierta en nuestra sociedad actualmente el
tema de la Guerra Civil y debido a que consideramos la práctica
arqueológica, y en concreto la arqueología contemporánea,
como una herramienta política con un alto potencial transgresor,
subversivo y emancipador (Falquina, Marín y Rolland 2006;
González Ruibal 2008; Marín, Compañy y Quintero 2012),
entendimos que esta investigación no podía llevarse a cabo
sin potenciar y reflexionar sobre su faceta pública (González
Ruibal et alii 2010).

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Arqueología Pública en España

Así pues, aquel bautismo en la Arqueología de la Guerra


Civil se concibió como un experimento en arqueología pública
en varios sentidos. Por un lado, la fase de trabajo de campo
estuvo abierta al público general y se alentaron las visitas,
especialmente de instituciones educativas. En segundo
lugar todo el proyecto fue entendido como una escuela de
arqueología, en donde más de cien alumnos, principalmente de
los itinerarios de Prehistoria y de Historia Contemporánea de
la UCM, colaboraron y complementaron su formación tanto en
las técnicas de campo como en la investigación de archivo. En
tercer lugar, se establecieron lazos de colaboración con distintos
colectivos y asociaciones que llevan algunos años dedicados al
estudio y a la visita de restos de la Guerra Civil en Madrid. Al
mismo tiempo nuestra intención fue que los miembros de estas
asociaciones conocieran de cerca la metodología arqueológica
que nos permite documentar y reconstruir hechos del pasado,
a veces con gran precisión. Entendemos que el futuro de los
proyectos arqueológicos sobre restos de la Guerra Civil se
encuentra en la colaboración con organizaciones de la sociedad
civil que son las primeras interesadas en la preservación y
divulgación de este legado. En cuarto lugar, y en relación con el
anterior punto, los resultados del proyecto se fueron haciendo
públicos según procedía nuestra investigación, mediante un
blog (Figura 1) y contactos con los medios.
Con el fin de aquella intervención pronto llegaría el trabajo de
laboratorio y nuevos proyectos de arqueología de la guerra civil
y la posguerra que también fueron contados a tiempo real en
este portal. Entendimos que, como ya nos avisaba hace años Ian
Hodder (1998), si queríamos llegar al máximo de gente posible,
insertar en nuestros discursos otras sensibilidades sobre el
patrimonio y establecer lazos sociales, deberíamos lanzarnos
a gestionar no sólo los “archaeological sites” sino también los
“web sites”. De hecho el blog hoy en día se llama “Arqueología
de la Guerra Civil Española” y en él tienen cabida todas las
intervenciones de arqueología de la guerra civil y posguerra
realizadas por los diferentes miembros que en él escribimos.
Pero aquella primera intervención explica que la dirección en la

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Marín, C. et al. - El blog “Arqueología de la Guerra Civil”

red de nuestro portal sea http://guerraenlauniversidad.blogspot.


com.es/. Velado homenaje a una materialidad familiar y extraña
a la par, la de la Ciudad Universitaria, que nos sorprendió a
todos por la valiosa información que escondía y por su alta
potencialidad para historizar. Además, con esa dirección web,
se quiere resaltar la idea de que esta arqueología que trata el
conflicto contemporáneo la realizamos desde la Academia, y
que aquel, por tanto, no debe ser ajeno ni la universidad ni a
la vida académica e intelectual. Por otro lado, aquella primera
intervención no sólo nos animó a seguir abriendo puertas en la
joven arqueología contemporánea española, sino que también
marcó la línea y el estilo de las entradas de nuestro blog.

Fig. 1. “Arqueología de la Guerra Civil en la UCM” primera entrada del


blog “Arqueología de la Guerra Civil Española”, del día 21 de octubre
de 2008.

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Arqueología Pública en España

2 - “Chico, te lo explico con el pico”: la Arqueología de la


Guerra Civil en tiempo real
A día de hoy (23/11/2012) se han publicado un total de 384
entradas, de variada información, que han sido vistas por un
total de 157.013 visitantes y unas 300.000 han sido las páginas
consultadas1. Como decíamos el blog surgió en relación al
proyecto de documentación de los restos de la Guerra Civil en
la Ciudad Universitaria, que se iba a llevar a cabo durante el
mes de noviembre y principios del de diciembre del año 2008.
Por ello, la primera entrada se hizo el día 21 de octubre de
aquel año. Firmada por Alfredo González Ruibal anunciaba los
trabajos que se iban a realizar e indicaba que “Durante el mes
que dure el trabajo de campo, este blog funcionará como un
diario en el que se informará puntualmente del desarrollo de
nuestras investigaciones”. Dicho autor dirigió aquel proyecto
pionero en el panorama arqueológico español y ha sido el
director y/o coordinador de la mayor parte de los proyectos de
arqueología contemporánea que han dado lugar a lo que se ha
escrito en este portal.
Pero no se trata de un blog personal, ya que desde el
primer momento figuramos como autores los arqueólogos que
participamos en aquel proyecto y, según se han ido abordando
nuevos proyectos, esta lista ha ido aumentando. Por orden
alfabético los autores habituales de entradas en el blog somos:
Xurxo Ayán Vila, Víctor Bejega García, Gonzalo Compañy,
Álvaro Falquina Aparicio, Eduardo González Gómez de Agüero,
Alfredo González Ruibal y Carlos Marín Suárez. Además hemos
contado, a lo largo de todo este tiempo, con las aportaciones de
Víctor del Arco Sanz, Pedro Fermín Maguire, Ismael Gallego,
Laura Muñoz de Encinar, Alicia Quintero Maqua, Mayca Rojo
Ariza, Jorge Rolland Calvo y Manuel Sánchez-Elipe. Excepto

1 Las páginas de esta estadística se refieren tanto a las entradas consultadas como las
páginas consultadas creadas dentro del blog y en las que también se clasifican nuestras
entradas (Página principal; Nuestras investigaciones (2008-2011); Patrocinadores;
Contacto). A día 23/11/2012 eran 234.000 las “páginas” consultadas, pero sin que el
Blogger cuente con los datos del primer año de vida del blog, de ahí que ofrezcamos el
redondeo de 300.000 páginas consultadas.

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Marín, C. et al. - El blog “Arqueología de la Guerra Civil”

un topógrafo y una historiadora que han realizado alguna


entrada concreta, el resto somos todos arqueólogos, adscritos,
en un momento u otro, sea de forma contractual o por tener
matriculadas las investigaciones respectivas, a la Universidad
Complutense de Madrid, al Instituto de Ciencias del Patrimonio
(Incipit-CSIC) de Santiago de Compostela o a la Universidad
de León, principalmente. Aunque también habría que decir que
muchos de los mencionados hemos pasado ya a la precaria
categoría de “investigador independiente”.
Por tanto, y ante la ausencia de una ligazón institucionalizada,
el lazo de unión entre todos nosotros es la participación en los
diferentes proyectos de arqueología contemporánea coordinados
y/o dirigidos por Alfredo González Ruibal. De este modo, el blog
Arqueología de la Guerra Civil además de ser la cara más visible
y pública de nuestras campañas arqueológicas ha sido, en cierta
medida, lo que nos ha unido y dado coherencia como grupo de
investigación. Creo que no sería exagerado decir que el blog
es para nosotros un referente identitario y una avanzadilla en
nuestra lucha por una arqueología contemporánea, lucha que en
muchos casos se libra en el interior de nuestro campo académico.
Del blog se ha dicho: “Hay que destacar, además, que la
forma de registrar en el blog todo el proceso de una intervención
arqueológica convierte esta iniciativa en un ejemplo pionero y
didáctico. Pocas veces el público interesado, sea este experto
o iniciado, tiene la ocasión de poder seguir casi en directo el
trabajo de campo de los arqueólogos en el yacimiento, y todavía
menos visibles se vuelven las posteriores tareas de investigación
histórica y de tratamiento de materiales” (Cecilia 2010: 308). De
hecho si tenemos en cuenta el porcentaje mayoritario de las
etiquetas por las que podemos clasificar las entradas2 veremos

2 Etiquetas mayoritarias (porcentajes respecto al total de entradas): Materiales


arqueológicos (87 entradas, 22´6%); Excavación (85 entradas, 22,1%); Arqueología
del pasado reciente (66 entradas, 17,1%); Espacios represivos (62 entradas, 16,1%);
Arqueología pública (49 entradas, 12,7%); Metodología (43 entradas, 11,1%); Trincheras
(38 entradas, 9,8%); Memoria (28 entradas, 7,2%); Patrimonio (25 entradas, 6,5%);
Gente (24 entradas, 6,2%); Prospección (20, entradas 5,2%); Política (20 entradas,
5,2%) y Publicaciones (18 entradas, 4,6%). Se ha de tener en cuenta que una misma
entrada puede estar etiquetada con varias de estas categorías.

423
Arqueología Pública en España

como, ciertamente, las dedicadas a los materiales que se han


ido recuperando en las excavaciones arqueológicas y que luego
se han tratado en el laboratorio, a las excavaciones en sí y a
las reflexiones sobre las arqueología del pasado reciente, son
mayoritarias. Ello corrobora nuestro afán por contar nuestras
intervenciones a tiempo real, con las dudas, condicionantes
y variadas problemáticas (sociales, académicas, legales y
administrativas) que conllevan. Creemos que una investigación
histórica honesta debe ser abierta a la sociedad y no cerrada
sobre sí misma, debe ser fluida y no hermética, debe transmitir
las dudas, problemáticas y límites del conocimiento histórico y
no discursos monolíticos y sin fisuras.
La arqueología contemporánea es una disciplina muy joven.
Tradicionalmente los restos de la guerra civil y la posguerra
han sido tratados por asociaciones y colectivos de aficionados,
en donde son raros los arqueólogos. Las leyes de patrimonio
no protegen estos restos explícitamente como patrimonio
arqueológico. Para muchos de nuestros compañeros
arqueólogos de la Academia la arqueología contemporánea no
es ni Arqueología ni Historia Contemporánea y no comprenden
una actuación arqueológica que vaya más allá de la exhumación
de restos humanos. A nivel social ha ido calando poco a
poco la figura del arqueólogo tratando restos de la guerra y
el franquismo, pero de nuevo asociada a la recuperación de
los cuerpos de los represaliados. Por todo ello, este empeño
por nuestra parte en la metodología arqueológica y en los
materiales arqueológicos se debe a la necesidad de defender
el carácter “democrático” de la Arqueología como disciplina
-cualquier ser humano puede ser estudiado a través de la cultura
material con la que interactuó- y su aplicabilidad universal -en
cualquier espacio y tiempo-. A un nivel más concreto nuestra
intención es demostrar que la materialidad de la guerra civil y
de la posguerra (campos de batalla, trincheras, fortificaciones,
Otras etiquetas existentes y más minoritarias son: Abrigo, Abyecto, Antifascismo,
Arte, Colectivos, Conferencias, Arte, Dibujo arqueológico, Documentos, Espectro,
Estratigrafía, Exhumaciones, Fascismo, Fortificaciones, Fosas comunes, Graffiti,
Hallazgos, Historia, Historia oral, Homenajes, Laboratorio, Metodología, Museos,
Otras guerras, Policía Armada, Recreación histórica, Represión, Ruinas, Testimonios,
Topografía, Trauma y Visitas.

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Marín, C. et al. - El blog “Arqueología de la Guerra Civil”

espacios represivos, monumentos fascistas, poblaciones de


nueva planta, reconstrucciones de barrios y pueblos, etc.)
son fuentes históricas de primer orden, y que la presencia de
documentos históricos y testimonios de los protagonistas no les
exime de esa condición.
“Por eso el blog recoge manifiestos y opiniones de los propios
autores sobre la Memoria Histórica, donde se manifiestan los
objetivos que la ciencia arqueológica actual puede ofrecer para
documentar un pasado turbio de forma objetiva y seria” (Cecilia
2010: 307). Y ello se puede analizar tanto en las etiquetas
referidas como en otras del tipo Política, Patrimonio o Gente.
Tanto en las entradas referidas a actuaciones o materiales
concretos, como en otras de carácter más general, han
abundado las opiniones concretas sobre qué consideración
debe tener este tipo de patrimonio tan peculiar, en qué
modo puede y debe socializarse, cuáles han sido nuestros
avances en otros aspectos no propiamente arqueológicos
de la investigación histórica (documentos, entrevistas con
los protagonistas o con sus familiares), y las visitas guiadas,
talleres, representaciones, trabajo con la comunidad local, etc.
Sobre estos últimos eventos, como veremos más adelante,
siempre hemos intentado que la información siguiera un hilo
bidireccional y nunca una imposición de nuestros criterios como
especialistas sobre el supuestamente profano público.
Es reseñable la etiqueta Publicaciones ya que el blog lo
hemos utilizado también a modo de repositorio3 en donde
centralizar todas las publicaciones “científicas” y memorias
para la administración de nuestras actuaciones arqueológicas
concretas, y poder facilitar de este modo la consulta a los
interesados. En dichas publicaciones y memorias se amplia
notablemente y de forma mucho más detallada la información
arqueológica recogida en ciertas entradas, las de carácter más
arqueográfico, podríamos decir, pero la mayoría de nuestras
aportaciones al blog están exclusivamente recogidas en este
portal.
3 Realmente en el blog se cuelgan los enlaces del repositorio real, el Digital.CSIC
(https://digital.csic.es/)

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Arqueología Pública en España

Las entradas al blog también las hemos clasificado en función


de los lugares donde trabajamos4. De este tipo de entradas, que
permiten la etiqueta geográfica, el porcentaje mayoritario se
asocia a Guadalajara. Las tres campañas arqueológicas (años
2010, 2011 y 2012) llevadas a cabo en el término municipal de
Abánades sobre trincheras y fortificaciones de ambos bandos
vinculadas a la Batalla de Guadalajara (1937), los excelentes
resultados obtenidos, las multitudinarias jornadas de puertas
abiertas (con recreaciones históricas incluidas), el apoyo
decisivo de la Asociación de Amigos de los Espacios Históricos
de Abánades y una comunidad local que participa activamente
en los proyectos, explican este hecho.
Por detrás se encuentran las asociadas a Extremadura. En
este caso se trataría de la primera intervención arqueológica
en España sobre un campo de concentración, el de Castuera
(1939-1940), que realizamos en el año 2010. A ello le
siguieron exhumaciones de represaliados en fosas comunes
del cementerio de la citada localidad al año siguiente y una
intervención doble este año 2012, tanto en el campo de
concentración como en el cementerio. Las campañas de
excavación de Castuera se han realizado en colaboración con
la Asociación por el Memorial del Campo de Concentración
de Castuera (AMECADEC) y la exhumación del año 2011 con
el Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREHMEX).
En tercer lugar figura la etiqueta Madrid, que hace referencia
tanto a la actuaciones ya mencionadas sobre el campo de
batalla de la Ciudad Universitaria (1936-1939), como a la
también pionera intervención arqueológica de un destacamento
penal para la construcción del ferrocarril Madrid-Burgos, el
de Bustarviejo (1944-1952), durante el año 2010, que nos
permitió extender nuestro análisis arqueológico a los primeros
lustros de la dictadura, y de nuevo con muy interesantes e
inesperadas revelaciones. Para la primera de las intervenciones

4 Etiquetas como Guadalajara (90 entradas, 23,4%); Extremadura (64 entradas,


16,6%); Madrid (55 entradas, 14,3%); León (37 entradas, 9,6%); Cataluña (25 entradas,
6,5%); Galicia (7 entradas, 1,8%).

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Marín, C. et al. - El blog “Arqueología de la Guerra Civil”

colaboramos con miembros del Grupo de Estudios del Frente


de Madrid (GEFREMA), con el Colectivo Guadarrama y con
Frente de Madrid, y desde entonces no deja de producirse un
goteo continuado de visitas guiadas.
En cuarto lugar, la etiqueta León se refiere principalmente a
la campaña de prospección y excavación arqueológica llevada
a cabo en el año 2011 sobre lo que se conoce como la Maginot
cantábrica, la línea defensiva que instaló la República en los
puertos de montaña entre Asturias y León. En concreto se
prospectaron las posiciones del término municipal de Puebla
de Lillo y se realizaron sondeos arqueológicos en la posición
avanzada republicana de Castiltejón.
La etiqueta Cataluña, la siguiente en el número de entradas,
se refiere también a una única campaña de excavación
arqueológica (año 2011) realizada sobre la línea fortificada
republicana de La Fatarella (Tarragona), relacionada con la
Batalla del Ebro (1938). De nuevo la suerte nos acompañó al
localizar a un soldado republicano muerto en combate con todo
su equipamiento en uno de los sondeos de un tramo de trinchera,
que fue bautizado por el equipo con el nombre de Charlie.
La asociación local Lo Riu, que se centra en la recuperación
del patrimonio en la zona y en concreto de los restos de la
Batalla del Ebro, se volcó en un proyecto que, realmente, ya
habían comenzado ellos varios años atrás, y luchó para que los
enormes problemas administrativos originados por la aparición
de Charlie pudieran solventarse.
En último lugar se encuentra la etiqueta Galicia en la que se
engloban diferentes estudios de arqueología contemporánea
realizados en esta comunidad autónoma, pese a que ninguno
de ellos haya supuesto una excavación arqueológica sensu
stricto. Arqueología de la guerrilla antifranquista, los trabajos
de documentación y de historia oral llevados a cabo sobre
los campos de concentración de Muros (A Coruña) o sobre la
explotación del wólfram en la primera posguerra son algunas
de las entradas que se pueden encontrar.

427
Arqueología Pública en España

Pese al título del blog no todas las ubicaciones de las


entradas se refieren al caso español. Procedentes de proyectos
que también han sido dirigidos por Alfredo González Ruibal
podemos encontrar también algunas referidas a la arqueología
del fascismo en Etiopía o a la arqueología del colonialismo
franquista en Guinea Ecuatorial, y más concretamente de las
islas del estuario del Muni.
Si estudiamos cuáles han sido los picos de visitas (Figura 2)
veremos cómo éstos se corresponden con aquellos momentos
en los que se estaba llevando a cabo trabajo de campo y que,
por consiguiente, conllevaron una mayor actividad en el blog.

Fig. 2. Gráfica general de consulta de las páginas del blog. Puede


observarse cómo algunos de los picos de consulta (por encima de
las 10.000 páginas visitadas en un mes) se corresponden con hitos
de nuestro proceso de investigación: septiembre de 2010 (primera
campaña arqueológica en las trincheras de Abánades y la primera
también en el campo de concentración de Castuera); abril 2012 (se
colgó el informe de la campaña arqueológica de las trincheras de la
Fatarella y las reconstrucciones de la muerte de Charlie); septiembre
de 2012 (equivale con el final de la última campaña arqueológica en
el campo de concentración y en las fosas comunes del cementerio de
Castuera y también con la última campaña de Abánades).

De todos modos para cuatro años de blog, 157.013


visitantes y unas 300.000 páginas consultadas, son sólo 326
los comentarios registrados para las 384 entradas publicadas.
Si tenemos en cuenta que muchos de los comentarios son

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Marín, C. et al. - El blog “Arqueología de la Guerra Civil”

respuestas de los miembros del blog y que este número de


redactores está más o menos acotado, no parece que la función
básica de este portal haya sido la de la interacción y discusión
con los grupos interesados en este tipo de patrimonio, sino más
bien las de ofrecer al público tanto información recién salida del
horno como, tiempo después, artículos más prolijos. También
es posible que el carácter académico del blog pueda cohibir
al público a la hora de realizar comentarios. De todos modos,
como veremos más abajo, pensamos que el blog no es el lugar
ni el medio apropiado para este tipo de interrelación, sino otros
lugares en la red como son los grupos de Facebook y, sobre
todo, los encuentros guiados con una intención formativa:
inclusión de no-arqueólogos en el trabajo de campo, recorridos
guiados, jornadas de puertas abiertas, talleres in situ, charlas y
debates, y el trabajo diario con la comunidad local, asociaciones
culturales y de familiares y aficionados en general a este tipo
de patrimonio.

3 - New kids on the blog: arqueólog@s entre la ética y la


estética
Desde la Arqueología del pasado reciente conocemos bien
dos procesos coetáneos: por un lado, la rapidez con que se
producen los cambios y, por otro lado, la consecuente pérdida
de perspectiva histórica que nos lleva a mitificar y falsear
experiencias vividas. La aceleración en la transmisión de
la información en tiempo real, producida por el éxito de las
redes sociales y la eficacia de las nuevas tecnologías, puede
hacernos olvidar cuál era la realidad arqueográfica en 2008
cuando echó a andar este blog. Por aquel entonces primaba
en España un modelo de difusión arqueológica tradicional, con
intervenciones arqueológicas herméticas en cuanto al trasvase
de la información. La publicación científica, en el mejor de los
casos, era el único horizonte divulgativo de unos científicos
que elaboraban discursos para científicos. Únicamente los
proyectos patrocinados y bien financiados contaban con una
costosa página web que actuaba más como imagen de marca
y reclamo que como herramienta informativa.

429
Arqueología Pública en España

A su vez, en 2008 seguía prevaleciendo el modelo clásico


que sancionaba aquella división entre trabajo de campo y
trabajo de gabinete como ámbitos diferenciados. Ambos se
insertaban en un proceso de investigación desarrollado por
profesionales que no eran obligados por la Administración ni las
empresas contratantes a difundir los resultados de su actividad
científica. Los códigos éticos en vigor desde los años 90
brillaban por su ausencia en la práctica arqueológica. El propio
código ético de la European Association of Archaeologists,
aprobado en Ravenna en el lejano 1997, instaba a llevar a cabo
los pasos necesarios para informar al público general de todos
los objetivos, métodos y resultados de la práctica arqueológica,
empleando todos los medios de comunicación disponibles,
en papel o electrónicos. Bien es cierto que la generalización
de estas herramientas de autoedición como los blogs no se
produjo hasta 2007-2008. El retraso manifiesto en la asunción
de estos medios por la Arqueología española obedece, en
nuestra opinión, a un claro desinterés por la promoción de la
cultura científica y a la ausencia de un compromiso social y
político: la actividad arqueológica seguía siendo vista, en la
mayor parte de los casos, como una labor inocua, aséptica y
científica.
Sin embargo, en los últimos tiempos cierto sector de
la arqueología, a partir de un posicionamiento frente al
comportamiento de la arqueología tradicional, ha estado
ocupándose de potenciar su faceta pública. No dejando este
papel exclusivamente en manos de los museos, los blogs,
grupos de Facebook o las visitas durante los “días de puertas
abiertas” comienzan así a formar parte de las planificaciones
del trabajo de campo. Si bien con estas visitas, el trabajo de
campo dejaría de ser aquello preservado como “exótico” y
necesariamente lejano a la comunidad, ¿es suficiente tal gesto
para palpar una arqueología pública?
Además de las visitas, los lazos de colaboración con
colectivos y asociaciones constituyen medidas de primer
orden para revertir aquella situación de auto-aislamiento de
la arqueología tradicional. En este sentido, creemos que

430
Marín, C. et al. - El blog “Arqueología de la Guerra Civil”

dar a conocer la metodología de trabajo tiene que ver con


contextualizar el resultado de las investigaciones que hasta
el momento se encontraba aislado. Esta contextualización,
al recuperar su dimensión social, redunda en otros aspectos
como la preservación del patrimonio.
De aquella primera fase de ética (o ausencia de la misma)
pasamos a la realidad de los dos o tres últimos años en los
que se ha vivido la auténtica revolución de Facebook, Twitter
y las aplicaciones para móviles. Estas nuevas herramientas
permitieron, por un lado, modernizar las metodologías de
registro en campo y, por otro, socializar la actividad científica con
la creación de grupos de trabajo virtuales y portales vinculados
a proyectos arqueológicos liderados por nuevas generaciones
de arqueólogos y arqueólogas. Esta necesaria ruptura con el
modelo de la Arqueología jerárquica tradicional (todavía muy
vigente en nuestro país) abre las puertas a una Arqueología
más democrática y abierta. No obstante, en muchos casos, lo
que se constata es una preocupación más por ir a la moda que
plantear líneas editoriales o diseñar y actualizar con verdaderos
contenidos esos nuevos canales de información.
En este camino entre la ética y la estética, nuestro blog
ha mantenido una línea clara desde 2008, de acuerdo con
un enfoque teórico y ético que concibe la Arqueología como
una disciplina de gestión integral del Patrimonio, asentada
sobre una cadena técnico-operativa que, en sí misma, alberga
un potencial informativo enormemente interesante y que es
demandado por sectores cada vez más amplios de la sociedad.
En este sentido, hemos abogado por cuatro principios claros
en nuestra línea editorial: la transparencia, la información en
tiempo real, la integración de diferentes agentes implicados
en la recuperación de la llamada memoria histórica y la
independencia. En este sentido, podemos definir “Arqueología
de la Guerra Civil Española” como una plataforma virtual libre
y relativamente abierta que acoge estudios críticos sobre
un patrimonio traumático como son las materialidades y las
memorias de la Guerra Civil Española y la posguerra.

431
Arqueología Pública en España

Es un blog editado por un equipo amplio de personas


comprometidas que creen en la potencialidad de las Ciencias
Sociales para reorientar y transformar la acción social. Espíritu
crítico e independencia son las claves para luchar contra el
revisionismo llevado a cabo por el fascismo postmoderno y
para dignificar el papel jugado por las llamadas Humanidades.
Es un blog que divulga información en tiempo real a modo
de diario virtual de las intervenciones arqueológicas llevadas a
cabo por nuestro grupo de trabajo. Esta agilidad en el trasvase de
información rompe los ritmos y plazos del modelo administrativo
y burocrático habitual (proyecto - informe preliminar - memoria
técnica) y con el hermetismo característico de cierto espíritu
académico, con frecuencia preocupado por primicias noticiosas
y veleidades curriculares.
Es un blog que permite mostrar el trabajo arqueológico tal
como es, una investigación siempre abierta y que no siempre
cuenta con certezas a la hora de interpretar el registro.
Respecto a la relación con el “público”, los no expertos,
aquellos que le dan razón de ser a la “arqueología pública”,
pero que a la par se les suele dejar de lado, como meros
espectadores en la producción de conocimiento, el blog
consigue ciertos avances. Es cierto que el blog permite la
interacción con el público a través de comentarios que jamás
han sido censurados, pero hemos visto más arriba que el
número total de comentarios respecto al total de entradas
es bastante bajo, y cómo existen otros medios de discusión
y/o creación colectiva del conocimiento como pueden ser los
grupos de Facebook, por ejemplo, en donde es más fácil que los
internautas se hagan partícipes en el proceso de construcción
del conocimiento, aportando referencias, experiencias y datos.
Por otro lado, el número de firmantes en él, pese ser amplio,
está acotado, lo que en cierta medida sigue reproduciendo la
división tradicional entre el experto y el no experto.
Pero, como decíamos, el blog, respecto a nuestro concepto
de Arqueología Pública, hemos de entenderlo dentro de una
cadena técnico-operativa, en la que este portal en Internet es
432
Marín, C. et al. - El blog “Arqueología de la Guerra Civil”

uno de sus nodos y se complementa con otros como el trabajo


en campo con la comunidad local, los recorridos guiados, las
jornadas de puertas abiertas, las charlas-debate, la inserción
de la comunidad local y asociaciones en el proceso de
investigación, etc., todos ellos ensayados con distinta fortuna
en nuestros proyectos. En estos otros nodos de la arqueología
pública quizás la transmisión de información sea menor que en
el blog, pero a cambio ganamos en interacción, construcción
colectiva del conocimiento y nuestro papel “experto” queda
mucho más diluido, ya que lo que se pone sobre la mesa son
los propios sentimientos, conocimientos, reflexiones personales
e historias familiares que, indefectiblemente, todos albergamos
en relación con este pasado tan reciente y traumático (Figura 3).

Fig. 3. Encuentro de los miembros del equipo con familiares de presos


franquistas y vecinos alrededor de las excavaciones de las casas de
los familiares del destacamento penal de Bustarviejo (Madrid), en
junio del 2010.

433
Arqueología Pública en España

El blog ha de ser entendido, por tanto, como una parte


integrante de todo este dispositivo de arqueología pública. De
todos modos quizás sea un buen síntoma de la tensión existente
entre el arqueólogo como experto y el arqueólogo como
intelectual situado que lucha hombro con hombro con otros
agentes que estudian el pasado para entenderse a sí mismos,
respecto a ese pasado y para poder criticar radicalmente el
presente (Falquina, Marín y Rolland 2006), más aún cuando
de lo que hablamos son hechos acaecidos en las últimas
siete décadas. Más allá de estas tensiones y contradicciones
inherentes a nuestra apuesta por una arqueología pública,
pretendemos que ésta no sea “la de la difusión, sino la de
la formación de individuos y masas críticas, implicadas en
contextos históricos y vinculadas (consciente, comprometida o
científicamente, como se prefiera) con sus tramas y problemas.
El trabajo en este sentido con un sector particular de la realidad
(…) nos lleva a plantear una pedagogía de la historia, la
arqueología y las tradiciones populares que va más allá de la
didáctica de la ciencia (…); una pedagogía crítica alimentada
por un espíritu democrático y contraria a los sistemas expertos”
(Rolland 2011: 213). No se trataría entonces de diluir la figura
del arqueólogo y de su conocimiento especializado, sino
de bajarle de su torre de marfil, de transmutarle de erudito a
mediador y de defender una pedagogía dialógica en donde los
argumentos se fundamenten en pretensiones de validez y no
de poder (Freire 1970).
Pero incluso a pie de cata, cuando año tras año crece el
número de voluntarios-no arqueólogos que colaboran, por
ejemplo, en el trabajo de campo arqueológico, ¿es suficiente
esta participación para poder hablar de una participación
comunitaria? Es decir, ¿desde dónde se da la participación
de este otro y cuál es su aporte? Una respuesta es que este
otro no participa, sino que “ingresa” en una participación ajena,
impuesta y diseñada desde fuera. ¿Nos hemos preguntado por
qué no hemos sido capaces, como investigadores en ciencias
sociales, de dar con la dimensión social del otro o es que
más bien no nos interesa como tal? No es suficiente abrir las

434
Marín, C. et al. - El blog “Arqueología de la Guerra Civil”

puertas, cuando se mantiene el cerco sobre el que se funda


la arqueología desde sus comienzos. La sola presencia de la
comunidad en una fase del proceso de investigación como es
el trabajo de campo o escuchándonos en una visita guiada no
implica necesariamente que dicha investigación sea “pública”.
En otros términos, ¿qué se entiende por “público”? El
público nacería de una oposición, esto es, de una privación.
El público deviene en tal paradójicamente de aquello a lo que
no accede. Curioso eufemismo para denominar lo público-
privado. La arqueología pública podría ocuparse entonces de
poner sobre el tapete las formas de privación del público, el
despojo que la comunidad protagoniza en su propio terreno,
es decir, el terreno de lo público. Estaríamos entonces ante la
privatización de lo público, de la historia. En el contexto de una
arqueología pública, ¿de qué hablamos cuando hablamos de
visitante activo? ¿Qué se esconde o sigue escondiendo tras el
disfraz de la participación? Pese a todo, aún es posible creer
que la participación sea algo más que manipular los comandos
de una audio-guía, una pantalla táctil o tener la oportunidad de
evaluar una muestra o intervención.
Trascendiendo esta idea limitada de lo público y su ilusoria
puesta en práctica, la arqueología pública tendría que ver
más bien con replantear nuestra relación como investigadores
e investigadoras con la comunidad, con este otro. Se trata
por ello de lograr ir más allá de la publicidad, para ingresar
al plano de lo público. El ejercicio de una arqueología del
conflicto contemporáneo requiere especialmente una reflexión
arqueológica acerca de lo público. Arqueología pública entendida
entonces como la práctica que concibe su interacción con la
comunidad en tanto medida primordial para aportar a solucionar
un problema. Problema, por cierto, del cual esta comunidad es
protagonista, y los investigadores también. Volviendo a ello, si
se reconoce que muchos de los problemas del actual modelo
de sociedad son frutos de un conflicto del pasado reciente, y
si lo que se pretende es aportar a la resolución de éstos, es
imprescindible interactuar con este otro, pero en tanto otro
que es. Del mismo modo, no es posible seguir hablando de un

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Arqueología Pública en España

“acceso democrático y universal a la cultura” si no se parte del


reconocimiento de la comunidad como poseedora de saberes.
Se trataría por lo tanto de un reestablecimiento de lazos
que nunca dejaron de existir, de mostrar aquellas relaciones
que, de un modo no exento de conflictos, han dejado de
ser visibles y palpables. Tal lazo entendido como el poner a
disposición del público el conocimiento arqueológico en pro de
reestablecer la relación que la sociedad tiene con su propia
historia. La socialización de la arqueología entendida más
allá de la publicación de sus mecanismos de producción de
conocimientos o incluso como la publicación de sus resultados,
cuestiones que deberían ser básicas. Socialización, en tanto
consideración del aporte social como motor de sus objetivos.
Por otro lado el patrimonio arqueológico, y particularmente
el campo del conflicto contemporáneo, constituyen una fuente
privilegiada para palpar las invisibilizaciones de la historia.
Por ello, puede ser utilizado como un apoyo para reflexionar
sobre la historia o sobre las políticas de memoria. Desde esta
perspectiva, creemos que el “desconocimiento” sobre esos
hechos traumáticos y sus consecuencias sociales puede dejar
de ser abordado en tanto “ausencia”, para ser concebido como
uno de los puntales que orienten nuestro trabajo. La excesiva
pregunta por el “divulgar”, tal vez como modo de evitar
preguntarnos cómo fundar nuestra práctica en los problemas
de la sociedad. ¿Es el desconocimiento que tiene la sociedad
acerca de la arqueología nuestro principal problema? Que
la arqueología, además de una ciencia social sea pública,
implica algo más que que la sociedad sea su destinataria,
fundamentalmente que sea la esencia misma de su trabajo.
La pregunta debe formularse entonces acerca de si debemos
“llegar” o “partir” de la comunidad. Una arqueología pública
tiene que ver con demostrar arqueológicamente el por qué del
desinterés o del desconocimiento social.
Es estéril postular la comprensión de un sitio, si paralelamente
no se apuesta a la comprensión de uno mismo frente a ese sitio:
es uno el que se comprende en la historia, al comprender el sitio.

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Marín, C. et al. - El blog “Arqueología de la Guerra Civil”

El pasado verano, excavando la zanja perimetral del campo de


concentración de Castuera, sacamos a la luz un pico igual al
que estábamos usando. Pero aquel pico de la generación de
nuestros abuelos fue utilizado por unos presos políticos a los
que se les obligó a hacer trabajos forzados y fue también un
arma de tortura con el que se golpeaba la espalda de los que
flaqueaban. Pero este pico simboliza también una ruptura, la
que permite mutar la relación “sujeto investigador-objeto de la
problemática” en “sujeto investigador-sujeto de la problemática”
(Bianchi et alii 2012: 96), en cuanto que el otro es concebido
como un sujeto desde cuya particularidad se habilitaron y
construyeron saberes colectivos, sociales, políticos e históricos
de los cuales todos los miembros del equipo de investigación -y
la sociedad en general- somos herederos.

4 - Epílogo:
Al comienzo de la batalla de Guadalajara, los mandos
republicanos interceptaron un mensaje del general Moscardó.
Este hombre, crecido desde la gesta del Alcázar de Toledo,
tenía una actitud soberbia y minusvaloraba al enemigo. En el
telegrama se podía leer lo siguiente: “Idea del enemigo. Bastará
decir que el enemigo está mandado por un doctor en Derecho
y miembro del Cuerpo de Archivos, Bibliotecas y Museos”.
Cierto: José Ignacio Mantecón era comisario político de una de
las unidades que infringieron al fascismo su mayor derrota en
España.

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