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TABLA DE CONTENIDOS
1. OBJETIVOS:
2. COBERTURA:
3.DESARROLLO DE LA GUÍA
6. BIBLIOGRAFIA
1. OBJETIVOS
1.1. Unificar criterios para el diagnóstico y manejo del status convulsivo en los diferentes
servicios del HIU en pacientes de 1 mes a 18 años de edad
1.2. Mejorar y optimizar el diagnóstico de status convulsivo
1.3. Optimizar el manejo del status a nivel intrahospitalario con el fin de disminuir los ingresos
a la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos
1.4. Racionalizar el recurso terapéutico
1.5. Disminuir la morbilidad y mortalidad de los pacientes con status convulsivo
1.6. Minimizar el status convulsivo refractario y las complicaciones que se derivan de éste
1.7. Facilitar el aprendizaje del personal en formación
2. COBERTURA:
Pacientes de 1 mes a 18 años que ingresen con el diagnóstico de status convulsivo en los
diferentes servicios de la institución. Las recomendaciones de esta guía excluyen los pacientes
menores de 1 mes de edad.
3. DESARROLLO DE LA GUÍA
3.1.1 Base de datos Medline utilizando los términos MeSH status epilepticus, midazolam,
valproate enfocada a guías de práctica clínica, revisiones sistemáticas, ensayos clínicos
controlados y artículos de revisión, con límites de niños mayores de 1 mes y menores de
18 años, e idiomas Inglés y Español.
3.1.3 Búsqueda de citas bibliográficas relevantes de los artículos encontrados con la primera
estrategia y artículos sugeridos por expertos en el tema. Además, se revisó en textos de
Cuidados Intensivos Pediátricos y Neurología Pediátrica.
INTRODUCCION
El status convulsivo es una emergencia médica que requiere intervención urgente y está asociada
con morbilidad y mortalidad importante. La definición más usada para status convulsivo es una
convulsión o una serie de convulsiones en las cuales pasan 30 minutos o más sin recuperación
completa de la conciencia. Dicha definición es la más común, pero con fines operacionales, se
debe tratar como tal una actividad convulsiva continua por más de 5 minutos, previniendo el
desarrollo de status persistente. 3
Para efectos prácticos es muy útil la clasificación de Shorvon la cuál divide el status convulsivo en
temprano, establecido y refractario. El status convulsivo temprano consiste en los primeros 30
minutos de estado epiléptico, durante los cuales los mecanismos fisiológicos compensan la gran
actividad metabólica. El status epiléptico establecido es definido como el periodo mas allá de 30
minutos, cuando persiste después del manejo para el status temprano y es en esta fase que los
mecanismos compensatorios comienzan a fallar. Si las convulsiones continúan 60-90 minutos
después de la iniciación del manejo, se denomina status refractario. 4
La incidencia del primer episodio de status convulsivo en la niñez es de 17-23/100.000 niños por
año; esta es mayor en menores de un año y hasta un 50% de los niños tienen un desarrollo
neurológico normal antes del primer episodio. Aproximadamente 10-25% de niños con epilepsia
tendrán al menos un episodio de status epiléptico antes de los 15 años y en 12% de los casos el
status es la primera manifestación de una epilepsia. 3
3.2 ETIOLOGIA
Una revisión retrospectiva de niños admitidos a UCI por status convulsivo reporta la siguiente
distribución: 34% por convulsión febril prolongada, 18% causa sintomática remota, 18% episodio
sintomático agudo, 11% epilepsia idiopática, 4% encefalopatía progresiva y en 5% no se identificó
la causa. 3 La recurrencia durante el primer año fue 17% en promedio, la más alta es de 47% para
el grupo sintomático remoto.
Los factores de riesgo más importantes para presentar un status convulsivo son: historia de
epilepsia, menor edad, predisposición genética y lesión cerebral adquirida. Los factores
precipitantes importantes son: fiebre, medicación irregular, suspensión brusca de
anticonvulsivantes, deprivación del sueño, fatiga, desórdenes metabólicos, uso concomitante de
medicamentos (anfetaminas, teofilina, isoniazida), hiperventilación y foto-estimulación
intermitente en epilepsias reflejas.
En cuanto al examen físico se debe identificar el estado del paciente, presencia de complicaciones
y establecer la posible etiología del status convulsivo.
Apariencia del paciente y signos vitales
Identificar el tipo de convulsión
Compromiso cardio-respiratorio
Énfasis en el examen neurológico para establecer alteraciones.
La etiología probable del status convulsivo puede determinar los paraclínicos a solicitar,
pero todos los niños deberían tener niveles de glucosa, úrea, electrolitos y gases
sanguíneos. Ante la sospecha de infección deben solicitarse cuadro hemático y proteína C
reactiva.
Para pacientes que estén con tratamiento anticonvulsivante, debe tomarse niveles séricos
de los medicamentos (fenobarbital, carbamazepina, ácido valproico, fenitoína), pues una
causa frecuente de status es dosis subterapeúticas de los medicamentos o manejo irregular
de estos.
Si se sospecha un desorden metabólico puede considerarse solicitar aminoácidos en
plasma, ácidos orgánicos en orina, lactato sérico y amonio.
Si la causa no es clara y se sospecha intoxicación, debe solicitarse tamizaje para tóxicos en
sangre y orina.
La punción lumbar debe diferirse hasta que se haya controlado el status convulsivo, el nivel
de conciencia haya mejorado y se haya excluido edema cerebral o una masa. En todo
menor de un año con convulsión febril o si se sospecha infección del SNC debe ser
realizada una vez el paciente se haya estabilizado. Es importante recordar que hasta en
20% de los pacientes hay pleocitosis reactiva inespecífica en el LCR después de un status
convulsivo.
Las indicaciones de TAC cerebral urgente son: status convulsivo asociado con trauma
craneoencefálico, convulsiones focales, signos neurológicos focales o anormalidades focales
en EEG, sospecha de hipertensión endocraneana y lactantes menores de un año de edad
con status convulsivo sin etiología clara.
En los niños con historia previa de epilepsia quienes han sido estudiados, no se necesitan
repetir las imágenes de cerebro en cada episodio de status epiléptico, excepto cuando
presenten un déficit neurológico nuevo.
El electroencefalograma (EEG) debe realizarse en todos los pacientes con status convulsivo
como parte del monitoreo, para aclarar el tipo de crisis y así definir el manejo más
apropiado, para descartar un status no convulsivo y es especialmente útil en pacientes con
histeria, para descartar una pseudocrisis.
3.9 MANEJO
Los objetivos que se buscan en el paciente con status convulsivo son los siguientes:
Asegurar una adecuada oxigenación cerebral y función cardiorrespiratoria
Terminar la actividad física y eléctrica de la convulsión en el menor tiempo posible
Prevenir las recurrencias
Identificar y tratar factores precipitantes (hipoglicemia, desequilibrios hidroelectrolíticos,
infección, niveles subterapéuticos de medicamentos)
Optimizar la terapia anticonvulsivante de mantenimiento
1.1 MIDAZOLAM:
1.1.1. Dosis: Dosis de carga de 0.2 mg/kg IV, se puede repetir cada 5 minutos hasta un
máximo de 2 mg/kg. Es hidrosoluble y cuando no ha sido posible tener acceso venoso
puede aplicarse por vía intramuscular o intranasal (esta vía es muy importante en el
manejo prehospitalario). El realizar manejo adecuado prehospitalario disminuye el
riesgo de status refractario. Es agente de elección para el manejo de status convulsivo
refractario por su perfil de seguridad, disponibilidad y soporte en la literatura de su
eficacia. En este caso, dosis bolo de 0.5 mg/kg IV y se inicia infusión IV de 2
g/kg/minuto con dosis de carga previo a cada aumento de infusión, con un máximo de
esta de 30 g/kg/minuto. Si no hay respuesta, continúa con otra medicación; sin
embargo con estas dosis se controlan la mayoría de los niños con status convulsivo
refractario. 8
1.1.2. Inicio de acción: 1-5 minutos.
1.1.3. Efectos colaterales: sedación, depresión respiratoria ocasional e hipotensión. Es
mejor tolerada que otras benzodiazepinas y con menos riesgo de depresión respiratoria.
El midazolam intranasal es superior al diazepam intrarrectal en seguridad y repuesta.
Puede acumularse con infusiones prolongadas lo que resulta en largo tiempo para
despertarse.
1.1.4. Presentación: Ampollas de 5 mg/5 ml o 15 mg/3 ml.
1.2 LORAZEPAM: Pese a ser una excelente benzodiazepina para el manejo de status
convulsivo, incluyendo el refractario, no está disponible en nuestro medio.
1.2.1. Dosis: 0.05 mg/kg – 0.1 mg/kg. Dosis máxima 4 mg/dosis.
1.2.2. Inicio de acción: 15-30 minutos.
1.2.3. Duración de acción: 8-12 horas.
1.2.4. Presentación: Ampollas de 2 mg/ml y 4 mg/ml.
1.3 DIAZEPAM: Es la benzodiazepina más usada, porque está disponible en todos los
niveles de atención.
1.3.1. Dosis: 0.1 – 0.3 mg/kg/dosis IV lento. Dosis máxima de 10 mg. La
administración rápida puede causar depresión respiratoria e hipotensión; velocidad
máxima 5 mg/minuto. Por vía rectal se administra a 0.5 mg/kg/dosis.
1.3.2. Inicio acción: 1-3 minutos.
1.3.3. Duración de acción: 15-30 minutos. Por la vida media corta es la menos
recomendada.
De acuerdo a esto el manejo del paciente se inicia con su estabilización, monitoreo y toma de
paraclínicos para establecer la causa y realizar un abordaje apropiado así:
Una vez estabilizado el paciente del status considere medicaciones anticonvulsivantes de segunda
línea, es decir, terapia de mantenimiento acorde con el tipo de crisis para evitar las recaídas. De
tal manera que crisis focales pueden continuar con carbamazepina, generalizadas con ácido
valproico o reiniciar el manejo que tenía en pacientes con epilepsia.
Monitoreo clínico: los siguientes son signos clínicos que evidencian que el paciente
continúa en crisis: midriasis, taquicardia sin causa clara, movimientos anormales o
estereotipados, trismos, cianosis o sialorrea; si hay duda si son crisis debe realizarse
electroencefalograma.
Monitoreo electroencefalográfico: es la forma más segura de monitorear un paciente con
status para estar seguros que cedieron las crisis, por lo tanto todo paciente en UCIP con
este diagnóstico requiere monitoreo electroencefalográfico permanente. Los registros
intermitentes de EEG pueden realizarse pero se tiene el riesgo de no registro de
convulsiones en pacientes con crisis intermitentes. 6
3.11 COMPLICACIONES
3.12 PREVENCION
En ausencia de lesión cerebral aguda coexistente, el manejo oportuno y adecuado del status se
asocia con evolución favorable, especialmente en niños. La etiología de la crisis y la duración son
determinantes esenciales en el pronóstico. La mortalidad ha descendido de 32 a 50% en el siglo
pasado, a 3-10% en las últimas décadas. La prevención de las complicaciones implica un buen
monitoreo cardiovascular, respiratorio, hepático, renal y ácido-base, y tratar la hiperpirexia,
hipertensión endocraneana y las infecciones.
Para pacientes con epilepsia o patología del SNC de base es fundamental la educación, el control
periódico y asegurar el suministro de los medicamentos por el régimen de salud responsable para
evitar esta complicación.
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