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REHABILITACIÓN en el DESIERTO
www.vmeditores.com.ar
Compiladores:
Daniel R. Pérez
Adriana E. Rovere
Fernando M. Farinaccio
Dirección editorial José Luis Vázquez.
Diseño Fernando Vázquez Mazzini, Cristina Zavatarelli.
Reservados los derechos para todos los países. Ninguna parte de esta publicación, incluído el diseño de la cubierta, puede ser reproducida,
almacenada, o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste electrónico, químico, mecánico, electro-óptico, grabación, foto
copia, CD ROM, Internet o cualquier otro, sin la previa autorización escrita por parte de la Editorial. Este trabajo refleja, exclusivamente, las
opiniones profesionales y científicas de los autores. No es responsabilidad de la Editorial el contenido de la presente obra. Las fotografías
publicadas en este libro son de exclusiva propiedad de cada uno de los fotógrafos.
Impreso en Argentina. Se terminó de imprimir el 30 de enero de 2010, en Galt S.A. - Ciudad de Buenos Aires
La reproducción total o parcial de esta publicación con fines educativos, no requiere autorización previa por parte de los
autores citando la fuente de la siguiente forma:
Pérez, DR; AE Rovere y FM Farinaccio. 2010. Rehabilitación en el desierto. Ensayos con plantas nativas en Aguada
Pichana, Neuquén, Argentina. Vázquez Mazzini Editores. 80 pp.
Rehabilitación en el desierto : ensayos con plantas nativas en Aguada Pichana, Neuquén, Patagonia /
Daniel Roberto Pérez ... [et.al.]. - 1a ed. - Buenos Aires : Vázquez Mazzini Editores, 2010.
80 p. ; 24x17 cm.
ISBN 978-987-9132-24-1
9
Agradecimientos
11
Queremos expresar nuestro agradecimiento especial a Francisco Bogado de
TOTAL S.A. quien es nuestro interlocutor permanente y quien deposita desde el inicio
del convenio confianza y seguimiento invalorable hacia nuestro grupo y la Universi-
dad haciendo posible este trabajo y nuestra tarea conjunta.
Los fondos obtenidos por su gestión fueron una contribución importante para cons-
trucción del invernadero de viverización, la consolidación del actual equipo de trabajo,
y esta publicación.
A Sergio Cervera que nos apoyó en Aguada Pichana en el inicio del acuerdo entre la
Universidad y la Empresa.
A Julián Cantero y Miguel Poderoso que nos dan su ayuda en el Yacimiento Aguada
Pichana e incorporan progresivamente la rehabilitación ecológica a sus preocupaciones
en gestión ambiental y seguridad.
A la familia de cada uno de los autores de este trabajo por su apoyo y comprensión
por los tiempos que requiere nuestra vocación.
12
Índice
Agradecimientos...........................................................................................................11
Prólogo......................................................................................................................... 15
Autores......................................................................................................................... 72
Bibliografía.................................................................................................................. 74
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Prólogo
A más de 50 años de las expresiones publicadas por el Dr. Jorge Morello, iniciamos
las investigaciones sobre las posibilidades de rehabilitación de sitios degradados de la
cuenca de Añelo.
Este investigador en 1956, nos alertaba diciendo que “el país en un futuro no lejano
necesitará de estas superficies sobre las que ya no puede crecer ninguna vegetación”.
Hoy la cuenca de Añelo está ubicada entre los sectores con mayores índices de deserti-
ficación de la Provincia de Neuquén.
En virtud de aportar a la solución de problemas ambientales de índole regional, y
siguiendo el espíritu de la creación de la Facultad de Ciencias del Ambiente y la Salud
de la Universidad Nacional del Comahue, presentamos algunas experiencias realizadas
en canteras abandonadas. Las mismas, se realizaron por medio de un convenio con la
Empresa TOTAL en Aguda Pichana (Añelo).
El Laboratorio de Rehabilitación y Restauración de Ecosistemas Áridos y Semiári-
dos Degradados (LARREA) de la Facultad de Ciencias del Ambiente y la Salud, depen-
diente de la Universidad Nacional del Comahue, ejecuta proyectos de investigación y
transferencia tecnológica. Los mismos contribuyen a revertir la degradación de sitios
severamente impactados, que hoy se encuentran como áreas decapitadas de suelo y/o
desprovistas de la vegetación nativa original. Nuestra tarea no debe confundirse con una
mera revegetación, ya que está estructurada para aportar conocimientos sobre: la suce-
sión ecológica en sitios con disturbios antrópicos, la recuperación de servicios ecosis-
témicos, la gestión ambiental de ecosistemas desérticos, y la integración de los actores
sociales en los procesos de recuperación de los bienes y servicios ecológicos.
De acuerdo con Bainbridge (2007) idealmente deberíamos conocer tanto la estruc-
tura como la función de los ecosistemas que estamos restaurando o rehabilitando. Sin
embargo la escasa investigación en los desiertos genera incertidumbre sobre las inter-
venciones más efectivas. Ejemplo de este desconocimiento en el bajo de Añelo, es el
reciente hallazgo y descripción de una nueva especie de vertebrado endémico (Ávila et
al. 2009).
En este contexto se desarrolla el siguiente libro técnico que ofrece una contribución
15
desde los ámbitos académicos a la gestión ambiental de los espacios degradados por
actividades hidrocarburíferas y a la lucha contra la desertificación.
Parte de los resultados presentados en este libro integran tesis de Licenciatura en
Saneamiento y Protección Ambiental y una tesis de Magíster en Intervención Ambiental
de la Universidad Nacional del Comahue. Por ello, el proyecto de rehabilitación que
desarrollamos no sólo deja como resultado conocimiento para la recuperación del eco-
sistema, sino también la formación de recursos humanos comprometidos con la salud
ambiental de las zonas áridas.
Algunos de los resultados de este trabajo fueron presentados en el I Congreso Co-
lombiano de Restauración Ecológica desarrollado en Bogotá (Colombia) en Julio de
2009, y en el Congreso Iberoamericano de Restauración Ecológica desarrollado en No-
viembre de 2009 en Curitiba (Brasil), así también como en el noveno encuentro de las
partes (Conference Of The Parties (COP 9)) organizado por el Comité de las Naciones
Unidas para la lucha contra la desertificación (UNCCD) en Septiembre de 2009 en Bue-
nos Aires (Argentina).
DANIEL R. PÉREZ
Neuquén, 2009
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Capítulo 1
Desiertos y desertificación
Daniel R. Pérez
17
semiáridas y subhúmedas secas resultante guiente empobrecimiento de la condicio-
de diversos factores, tales como las va- nes de vida.
riaciones climáticas y las actividades hu- La población afectada por estos proce-
manas. Se produce un empobrecimiento sos es aproximadamente el 30% del total
ecológico y social que ocasiona la pérdida nacional, y comprende unos 9 millones
de la productividad natural, biodiversidad de habitantes. En la actualidad, más de
y potencial sustentabilidad para la socie- 60 millones de hectáreas están sujetas a
dad. procesos erosivos de moderados a graves,
Las actividades humanas alteran la y cada año se agregan 650 mil hectáreas
capacidad de los ecosistemas para sumi- con distintos grados de erosión. En Ar-
nistrar bienes (agua dulce, alimentos, gentina, las provincias del noreste, del
etc.) y servicios (purificación del aire, el norte y las provincias patagónicas están
agua, los suelos, etc.). Los vínculos en- afectadas por este problema.
tre la modificación de los ecosistemas y El Proyecto Manejo Sustentable de
la salud humana son más evidentes en las Ecosistemas Áridos y Semiáridos en Pata-
comunidades empobrecidas, carentes de gonia (PRODOC, 2005), actualmente se
los amortiguadores que se pueden permi- implementa en la Patagonia para intentar
tir las poblaciones con mayores recursos. revertir el problema de la desertificación.
La modificación de las tierras, dañadas Dicho proyecto, parte de un diagnóstico
por la erosión, la compactación, la salini- inicial que indica que si se utiliza la ero-
zación o sustancias químicas, tiene reper- sión del suelo como parámetro, entre el 4
cusiones en la salud. Se pueden observar y 28% de la región se encuentra erosiona-
efectos relacionados con la nutrición, el da (4% en la Provincia de La Pampa, 15%
desplazamiento de poblaciones, enfer- en la Provincia de Neuquén, 25% en la
medades transmitidas por el agua, los Provincia de Río Negro, 25% en la Pro-
alimentos o vectores y la contaminación vincia de Chubut, 28% en la Provincia de
(OMS, 2009). Santa Cruz, y 28% en la Provincia de Tie-
Según la Dirección Nacional de Con- rra del Fuego). Si se utiliza un sistema de
servación del Suelo y Lucha contra la medición más amplio que incluye varios
Desertificación, en Argentina, las zonas parámetros (cubierta vegetal, la erosión
afectadas por este fenómeno abarcan el eólica, la erosión hídrica, las especies do-
75% del territorio. Las causas son la ga- minantes y los perfiles del suelo) adaptado
nadería, las prácticas agrícolas inapropia- de la FAO para determinar el grado de de-
das, el manejo inadecuado de los recursos sertificación, las cifras son aún más pre-
naturales, la pérdida de la biodiversidad ocupantes, con superficies afectadas por
de los bosques y del suelo, lo que lleva a desertificación de un 85% de la Patagonia.
la caída de la productividad con el consi- Según Del Valle et al. (1998), la deserti-
18
Figura 1 a. Pérdida total de cobertura vegetal en suelos del bajo de Añelo, Neuquén.
19
ficación alcanza un 92% de la superficie versidad. Los habitantes empiezan a sufrir
de Neuquén. las consecuencias cuando sus campos se
En la actualidad, las tierras secas de vuelven improductivos. Los pobladores en
Neuquén se están degradando como con- muchos casos terminan viviendo sumidos
secuencia del pastoreo excesivo, la defo- en la pobreza o migran a centros urbanos.
restación, la fragmentación y la falta de En esta matriz degradada, la rehabi-
prácticas de rehabilitación y restauración litación de los desiertos y semidesiertos
de sus ecosistemas. Esta desertificación, con disturbio severo constituye un desa-
socava la productividad de la tierra y con- fío, que requiere de continuidad en las
tribuye al aumento de la pobreza. Las pri- experiencias, vínculo entre grupos de
meras víctimas de la desertificación son investigación y diálogo con tomadores
los recursos básicos, entre ellos la superfi- de decisión, y pobladores involucrados
cie de la tierra, el manto vegetal, la biodi- (Pérez et al. 2009).
20
Capítulo 2
Conceptos de restauración y rehabilitación
Adriana E. Rovere
Algunos ecosistemas degradados po- ticas (por ello son muy importantes los
seen la capacidad de recuperarse natural- conocimientos de composición florística
mente (restauración pasiva) si el agente y dinámica), (Ramírez-Marcial et al.
de disturbio es removido, si quedan plan- 2004; Rovere y Echeverría 2008, Rove-
tas remanentes en el sitio o en la región re 2008a).
como fuentes de semillas, si las semillas Las intervenciones que se emplean en
son capaces de moverse a través del paisa- la recuperación de un área varían según
je y de recolonizar las áreas degradadas; y la extensión y la duración de las pertur-
si el suelo permanece razonablemente in- baciones pasadas (dañado, degradado o
tacto (Lamb y Gilmour 2003). Sin embar- destruido), de las condiciones culturales
go, hay otros ecosistemas que no poseen que han transformado el paisaje; y de las
la capacidad de recuperarse naturalmente, oportunidades y limitaciones actuales
en cuyo caso una restauración activa es (Rovere 2008b).
necesaria para acelerar la velocidad de la El conocimiento de la composición
recuperación o para iniciar el proceso de florística de los tipos de vegetación nativa,
recuperación (Lamb y Gilmour 2003). así como también de las comunidades se-
En la práctica se pueden encontrar cundarias que se originan, constituye una
una gama de situaciones entre dos puntos información básica para ser utilizada a
opuestos: solamente se elimina o modifi- fin de recuperar las áreas degradadas me-
ca una alteración específica, que permite diante técnicas de restauración (Primack
que los procesos ecológicos se recuperen y Rodríguez 2001; Ramírez-Marcial et
por sí solos, o se efectúa la reintroduc- al. 2004). Ello es, porque permite identifi-
ción intencional y secuencial de especies car a las especies pioneras, propicias para
autóctonas y el control de especies exó- la recuperación de áreas degradadas e in-
21
troducirlas, si las mismas están ausentes dad y servicios, es posible enriquecer el
(Battaglia et al. 2004). área paulatinamente, a fin de restablecer
Las técnicas para la recuperación, me- la biodiversidad biológica existente antes
diante la restauración son muchas y va- del disturbio.
riadas, se relacionan con el objetivo del Los ecosistemas, presentan distinta re-
trabajo, el estado del sitio y el ecosistema siliencia luego de un disturbio, ya que no
original (ecosistema de referencia). Entre todos tienen la misma capacidad de regre-
ellas se realiza el traslado del suelo y/o sar al estado previo a la perturbación (Ho-
hojarasca, la siembra, la plantación, la re- lling 1996). En ecología, la resiliencia
moción de especies exóticas, la exclusión es un término que indica la capacidad de
de grandes herbívoros, la utilización de las comunidades o de los ecosistemas de
enmiendas orgánicas o polímeros artifi- absorber perturbaciones, sin alterar signi-
ciales que ayuden a retener humedad, la ficativamente su estructura y función. Es
preparación del terreno para aumentar in- decir, es la capacidad de un sistema para
filtración, el empleo de tratamientos arti- retornar a las condiciones previas a la per-
ficiales de sombra o riego y la utilización turbación. En general frente a perturba-
de mecanismos de facilitación (empleo de ciones de baja magnitud, el ecosistema se
plantas nodrizas) o competencia (Rovere recupera naturalmente; pero ante eventos
2008b). de gran magnitud la recuperación natural
La rehabilitación comparte con la res- es más difícil (Westoby et al. 1989). En
tauración un enfoque fundamental en los particular los sitios áridos o semiáridos,
ecosistemas preexistentes como modelos se caracterizan por su baja resiliencia. La
o referencias, pero estas dos actividades limitada cantidad de agua y nutrientes
difieren en sus metas y estrategias. La re- disponibles tienden a hacer a estos ecosis-
habilitación enfatiza la reparación de los temas vulnerables y sumamente difíciles
procesos, la productividad y los servicios de recuperar (Bainbridge 2007).
de un ecosistema, mientras que las metas En este contexto tan particular, las
de la restauración también incluyen el técnicas de rehabilitación mediante la
restablecimiento de la integridad biótica reintroducción de plantas nativas es una
preexistente en términos de composición importante alternativa a explorar. La re-
de especies y estructura de la comuni- habilitación intenta recuperar elementos
dad (SER 2004). Generalmente en un de estructura y/o función de un ecosiste-
ecosistema muy degradado, se comienza ma, sin intentar completar integralmente
rehabilitando el sitio, para reparar en el el ecosistema original como lo plantea
menor tiempo posible procesos ecológi- la restauración ecológica (Aronson et al.
cos. Una vez realizada la primera etapa 1993; Lamb y Gilmour 2003; SER 2004;
de recuperación de procesos, productivi- Rovere y Echeverría 2008).
22
Algunos aspectos importantes para fin de evitar introducir un ecotipo
considerar en la introducción de plantas diferente. La población de una es-
son: pecie que ocurre en un ambiente
• Introducir semillas o plantas obte- particular bien definido, usualmen-
nidas a partir de semillas. La propa- te presenta mejor adaptación a ese
gación de plantas por esta vía ase- ambiente que la especie como un
gura la variabilidad genética de la todo (Alias et al. 2005).
población, aspecto primordial para • Evitar la reintroducción de una es-
asegurar la conservación global de pecie en un área degradada a partir
la biodiversidad a largo plazo, ya de reproducción vegetativa de po-
que de ella depende el potencial cos individuos, ya que podría dis-
evolutivo de las especies (Frankel minuir la variabilidad genética de la
y Soulé 1981). población. Si por algún motivo no
• Idealmente colectar semillas de la es posible obtener plantas de una
misma población que se quiere res- determinada especie a partir de se-
taurar si hay individuos reproducti- millas, entonces se pueden obtener
vos, o de la población más próxima plantas por propagación vegetativa
en el caso que los individuos repro- a partir de muchos individuos.
ductivos sean muy pocos. En gene- • Colectar sólo un 20% de las semi-
ral es conveniente usar semillas de llas maduras viables y sanas, dis-
plantas de procedencia local, ya que ponibles al momento de la colecta,
las mismos presentan características para así evitar cualquier efecto en
genéticas adaptadas al ambiente en la capacidad de regeneración de la
el que viven (Rovere 2006). población. Una excepción a esto
• Si se colecta semillas de otra pobla- es cuando se requiere realizar el
ción se deben buscar poblaciones rescate de una población con ries-
cercanas y que tengan similares go inminente de ser destruida por
condiciones ambientales, por ejem- factores antropogénicos o naturales
plo que sean de la misma altitud a (Gold et al. 2004).
23
Capítulo 3
Características del Monte y del área de estudio
Fernando M. Farinaccio, Daniel R. Pérez
24
Lag.
Negra
Lag.
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Lag.
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Nahuel Huapi
25
La precipitación media anual varía en- gía y Geología, Clima, Ganadería y Ve-
tre los 100-450 mm, con tendencia a dis- getación.
minuir hacia el oeste y con fuertes varia-
ciones condicionadas por el entorno del Ubicación
relieve (Páez et al. 2004; Abraham et al. El trabajo se desarrolló en Agua-
2009). En el norte los eventos de lluvia se da Pichana (figura 2), en dos canteras
dan con mayor intensidad y frecuencia en abandonadas que presentaron distur-
la época estival (Cabrera 1976; Paruelo bio severo. Para la ubicación geográ-
et al. 1998; Labraga y Villalba 2009); fica de las canteras se utilizó el sistema
en la zona central del Monte, la precipita- de coordenadas Gauss Kruger-Posgar
ción es extremadamente baja (Labraga y 94-WGS84. La cantera denominada 1
Villalba 2009); y en el sur la mayor can- está ubicada a los 38° 25’ 17” latitud sur,
tidad de lluvia se produce en la estación 69° 8’ 30” longitud oeste y posee una
de invierno, lo que resulta en un fuerte altitud de 422 m.s.n.m. (Figura 3). La
déficit de la misma en la época estival cantera denominada 2 está ubicada más al
(Paruelo et al. 1998; Labraga y Villalba oeste, a los 38° 25’ 46” latitud sur, 69° 9’
2009). La temperatura media anual varía 39” longitud oeste y tiene una altitud de
entre los 12-18°C (Cabrera 1976; Parue- 435 m s. n. m. (Figura 4).
lo et al. 1998); con valores más bajos en
la zona norte, donde las isotermas son de- Geología y Geomorfología
pendientes de la topografía (Abraham et Aguada Pichana se ubica en el “Bajo
al. 2009). de Añelo”, una extensa cuenca cerrada de
Los suelos están conformados princi- 280 km2, que presenta una red radial con-
palmente por el orden de los Entisoles – vergente de cauces temporarios.
Aridisoles, y en menor medida Molisoles Las rocas aflorantes de mayor anti-
(Del Valle 1998). güedad en el área corresponden al Grupo
Neuquén, las cuales se encuentran cubier-
Caracterización del ecosistema en tas en amplios sectores por sedimentos
Aguada Pichana modernos de diversos orígenes (fluvial,
El conocimiento del sitio a rehabilitar aluvial y eólico).
nos permite evaluar posibles factores que El Grupo Neuquén está integrado por
incidirán en el proceso de recuperación y depósitos clásticos rojos de origen conti-
nos brinda una referencia contextualizada nental que afloran extensamente a lo largo
de las intervenciones. Por ello, a conti- de toda la Cuenca Neuquina y en particu-
nuación presentaremos en forma reducida lar en Aguada Pichana.
los datos disponibles del área de estudio En la zona se observan depósitos de
en relación a la Ubicación, Geomorfolo- sedimentos modernos relacionados prin-
26
Figura 3. Cantera 1 antes de la intervención. Se observa ausencia de vegetación colonizando
el sitio degradado.
27
cipalmente a procesos aluviales y eólicos. El sustrato primario lo constituyen los
El área de aporte de estos depósitos son depósitos Cretácicos que se hallan en po-
abanicos aluviales formados por los cau- sición subhorizontal. Estos sustratos que-
ces temporarios que drenan la vertiente dan expuestos tras acciones de desmon-
oriental de la Sierra de Los Chihuidos tes, lo que se observa en amplios sectores
(GEA 2009). de la cantera 1 y cantera 2.
En cuanto a la Geomorfología el área Sumado al desmonte en ambas cante-
que ocupa el Yacimiento Aguada Pichana ras, se observa modificación de la topo-
predominan agentes y procesos geomórfi- grafía y escarificados mecánicos sobre el
cos definidos: sustrato en dirección norte-sur en la can-
• Presencia de arroyos temporarios tera 1 y este-oeste en la cantera 2.
de régimen torrencial, no perma-
nente. Clima
• Relieve de fuertes pendientes loca- Las lluvias oscilan alrededor de
les, que alternan con planicies on- los 140 mm anuales (Morello 1956).
duladas poco o nada disectadas por Las mayores concentraciones de lluvia
cauces efímeros. en Añelo ocurren en mayo y junio,
• Deficiente formación de suelos or- característica que se extiende desde el
gánicos. Río Colorado hacia el sur. A pesar de
De acuerdo con el informe GEA esta tendencia, la impredecibilidad y
(2009) es posible inferir algunos procesos variabilidad de las lluvias es muy alta
geomórficos y posibles intensidades del e influenciada por fenómenos como “la
efecto para la zona: niña” o “el niño” que pueden afectar
• Meteorización: Muy poca meteori- significativamente la rehabilitación y
zación, química y mecánica. restauración (Holmgren y Scheffer
• Remoción en Masa: Moderada. 2001). Así por ejemplo, NITMANN
• Erosión Fluvial: Máxima a Mode- et al. (2009) realizaron ensayos de
rada. rehabilitación con hidrogeles que se
• Erosión Eólica: Máxima. describen en el capítulo 5, experiencia I,
Los sitios de referencia aledaños a las durante una extensa sequía ocasionada
canteras en rehabilitación se caracteri- por el efecto “la niña”. A diferencia de ello,
zan por una superficie de bajo gradiente durante el año 2009 hubo leves efectos de
topográfico, que combina lomadas muy “el niño” a fines de otoño anticipado por
suaves y pequeños bajos cerrados. La co- algunos pronósticos (ECMWF, 2009).
bertura superficial está compuesta de ma- En Añelo se produjeron significativas
terial suelto muy modificado por la acción lluvias de entre el 18 y 23 de agosto, que
eólica. sumaron 18.5 mm, y coincidieron con
28
las plantaciones de Cercidium praecox todos ellos se dedican a la cría de ganado
(Chañar brea), Prosopis flexuosa var. caprino y bovino (Figuras 5 a y b).
depressa (Alpataco) y Senna aphylla A solo 500 metros de la cantera 1 se
(Pichana) que se presentan en el capítulo encuentra una aguada artificial (excavada
5 de experiencias desarrolladas, del en el terreno), utilizada como bebedero
presente libro. De esta forma, se muestra para el ganado. La vegetación muestra
como los períodos del niño, podrían claras señales de ramoneo, en particu-
utilizarse en trabajos de rehabilitación y lar en especies palatables para el ganado
restauración ecológica, como ventanas como Atriplex lampa (Zampa).
temporales óptimas que brindan mejores
condiciones para la supervivencia de las Vegetación
plantas introducidas. Antes de iniciar los trabajos de re-
El predominio de lluvias en época fría introducción de especies nativas en las
en este ecosistema es poco favorable para canteras, se evaluó la composición de la
las plantas que necesitarán la mayor canti- vegetación en las canteras abandonadas y
dad de agua en época vegetativa. Adicio- en las áreas aledañas a fin de identificar
nalmente las lluvias invernales ocasionan las especies nativas que potencialmente
una intensa actividad de deslizamiento de se podrían reintroducir.
agua, justamente cuando la cubierta de Para ello se eligieron en total seis si-
plantas anuales ha desaparecido dejando tios:
el suelo desprotegido (Morello 1956). • Dos con disturbio severo, denomi-
nados cantera 1 y cantera 2 (Figuras
Ganadería 3 y 4).
El departamento Añelo, con 11.655 • Dos sitios sometidos a disturbios
Km2, tiene en existencia ganadera 63.654 periódicos naturales, denominados
caprinos, 5054 ovinos, y 3934 equinos, pedregal y cauce temporario (Figu-
de acuerdo al censo agropecuario del año ras 6 y 7).
1988. Por observaciones realizadas du- • Dos en áreas sin disturbar aledañas
rante esta experiencia también existe ga- a las canteras, denominadas áreas
nadería bovina. de referencia 1 y 2, según la proxi-
En Aguada Pichana, la actividad eco- midad a la cantera 1 y 2 respectiva-
nómica desarrollada por los pobladores es mente (Figuras 8 y 9).
la ganadería a pequeña escala, utilizada Por medio del método línea inter-
sólo para la subsistencia. En la zona de cepción (Matteucci y Colma 1982) se
estudio, existen once puestos rurales y en evaluó la composición y cobertura de la
el área de influencia directa existen tres; vegetación. Se trazaron tres transectas de
50 m cada una, en cada sitio de estudio.
29
Figuras 5 a. Presencia de ganado caprino en inmediaciones de la cantera 1, tras los primeros transplantes
en las experiencias desarrolladas.
30
Figura 6. Aspecto general del sitio denominado pedregal.
Figura 7. Vista del lugar denominado cauce temporario posterior a una lluvia.
31
Figura 8. Área de referencia en proximidades de la cantera 1.
32
La lista de especies se completó con el Con respecto a la cobertura de cada si-
registro de especies no interceptadas por tio, (Tabla 2) también se observa un nivel
la transecta, pero que se observaron en el de cobertura decreciente desde áreas prís-
área de estudio. tinas y sectores de pedregales, a arenales
Con estos datos se confeccionó una y finalmente el interior de las canteras.
listado de la composición florística y se En cuanto a los índices de similitud
calculó la cobertura total promedio de de especies entre sitios, los valores indi-
cada sitio. También se calcularon índices can una alta heterogeneidad de paisaje
de similitud de Jaccard entre los sitios de (Tabla 3). Encontramos importantes di-
interés, mediante la fórmula: ferencias entre las áreas relevadas, inclu-
CC1, 2 = c (a+b+c)-1 sive entre áreas de referencia próximas.
Donde: Consideramos que es importante tener
(c) es el número de especies comunes a en cuenta esta diversidad espacial para
dos sitios. la planificación e implementación de pla-
(a) es el número de especies en el sitio 1. nes de rehabilitación con especies nativas
(b) es el número de especies en el sitio 2. (Pérez et al. 2009b).
El valor 1 indica que todas las especies Los relevamientos realizados permitie-
son comunes en los dos sitios, y el 0 que ron detectar la presencia de especies de uso
ambos sitios presentan especies comple- potencial para la recuperación de las cante-
tamente distintas. ras como Cercidium praecox, en sitios con
En la Tabla 1, se muestra la lista flo- condiciones ambientales extremas, como
rística de cada uno de los sitios. Como se cauces temporarios y roquedales.
puede observar la mayor riqueza de es- Fue notable la escasa presencia de es-
pecies ocurre en las áreas prístinas próxi- pecies nativas restablecidas naturalmen-
mas a cada cantera, luego en las áreas de te en las canteras sometidas a planes de
pedregal, y menor en las áreas de cauce abandono, con Grindelia chiloensis como
temporario y el interior de las canteras, principal especie colonizadora. Se evi-
estas últimas con el menor número de es- dencia la pobre o casi nula recuperación
pecies. natural de las canteras y se resalta la im-
portancia de iniciar planes de rehabilita-
ción o de restauración activa en el área.
33
Sitios
Sitios de referencia
Degradados
Nombre científico Nombre común Prístino Prístino
Interior Interior
Próximo Próximo Cauce
Cantera Cantera Pedregal
Cantera Cantera temporario
1 2
1 2
Tomillo de campo,
Acantholippia seriphioides X X X
Tomillo andino
Adesmia guttulifera X X
Anarthrophyllum sp. X
Atriplex lampa Zampa X X X X
Baccharis darwinii X X
Boungainvillea spinosa Mata negra X
Cebadilla
Bromus brevis X X X
pampeana
Calycera crassifolia X X
Cercidium praecox Chañar brea X X
Chuquiraga erinacea var. hystrix Chilladora
Ephedra ochreata Solupe X
Fabiana peckii var. patagonica X X
Glandularia crithmifolia Té de burro X X
Gochnatia glutinosa Jarillita X
Grindelia chiloensis Melosa X X X X X
Gutierrezia solbrigii X X X
Hoffmanseggia glauca Porotillo X
Hyalis argentea var. latisquama Olivillo X X X X X
Junellia ligustrina var. sp. X X
Larrea cuneifolia Jarilla macho X X
Larrea divaricata Jarilla hembra X X X X X X
Lycium chilensis Yaoyín X X X
Lycium gilleasianum Yaoyín X
Monttea aphylla Matasebo X
Barba de tigre,
Neosparton aphyllum X X
Retamillo
Neosparton ephedroides Pichanilla Retamo X
Panicum urvilleanum Tupe, Ajo macho X X
Plantago patagonica Peludilla X X X X
Poa lanuginosa Pasto hilo, Unquillo X X
Poa ligularis Coirón poa
Alpataco, Algarrobo
Prosopis flexuosa var. depressa X
enano
Rodophiala sp. Lirio del desierto X X X
Schismus barbatus Pastito cuarentón X X X
Charcao, Mata
Senecio filaginoides var. filaginoides X X X
mora
Senecio subulatus Mata mora
Senna aphylla Pichana X
Stipa speciosa var. speciosa Coirón duro
34
Sitios Degradados Sitios de referencia
Interior Interior Prístino Prístino Pedregal Cauce temporario
Cantera 1 Cantera 2 Próximo Cantera Próximo Cantera
1 2
<1% <1% 18 % 26 % 26 % 19 %
Tabla 2. Cobertura promedio de cada área de estudio.
Tabla 3. Índice de similitud entre cada área de estudio fuera de las canteras.
35
Capítulo 4
Descripción de las especies
Daniel R. Pérez, Juana L. Lagos
36
Nombre común: Tomillo de campo
Nombre científico: Acantholippia seriphioides (A. Gray) Moldenke
Familia: Verbenaceae
Morfotipo: Arbusto
Características:
Es un arbusto bajo, postrado, muy aromático. Las hojas se agrupan en fascículos
y son diminutas de 2-6 mm de largo. Las flores son blancas y se agrupan en una
inflorescencia en forma de cabezuela.
37
Nombre común: Coirón poa
Nombre científico: Poa ligularis Nees
Familia: Poaceae
Morfotipo: Hierba
Características: Es una gramínea de color verde pálido, con cañas con 3 a 4 nudos.
Tiene una membrana transparente entre la vaina de la hoja y la lámina llamada lígula,
de 8-18 mm.
38
Nombre común: Mata mora o Charcao
Nombre científico: Senecio filaginoides var. filaginoides De Candolle
Familia: Asteraceae
Morfotipo: Arbusto
39
Nombre común: Alpataco o Algarrobo enano
Nombre científico: Prosopis flexuosa DC. var. depressa Roig
Familia: Fabaceae
Morfotipo: Arbusto
40
Nombre común: Chañar brea.
Nombre científico: Cercidium praecox (Ruiz et Pavón) Harms
Familia: Fabaceae
Morfotipo: Arbusto o Árbol
41
Nombre común: Pichana
Nombre científico: Senna aphylla (Cav.) Irwin et Barneby
Familia: Fabaceae
Morfotipo: Arbusto
42
Nombre común: Botón de oro o Melosa
Nombre científico: Grindelia chiloensis Bartoli et Tortosa
Familia: Asteraceae
Morfotipo: Subarbusto
Usos: Industrial. Tiene resinas de valor para la industria (Wassner y Ravetta 2000).
43
Capítulo 5
Experiencias desarrolladas
Experiencia I
Rehabilitación de canteras a partir de transplante directo
de individuos adultos
Juan J. Nittmann
Objetivo en función de su presencia en las áreas
El objetivo del trabajo fue evaluar la aledañas a cada cantera (ecosistema de re-
supervivencia, el crecimiento y el desa- ferencia más cercano), como así también
rrollo de estructuras reproductivas de tres por su potencialidad para resistir el trans-
especies nativas, mediante trasplante di- plante directo. Las especies escogidas fue-
recto de individuos adultos, bajo diferen- ron: Acantholippia seriphioides (Verbena-
tes dosis de hidrogel. ceae) (Figura 10), Poa ligularis (Poaceae)
(Figura 11) y Senecio filaginoides var. fila-
Metodología ginoides (Asteraceae) (Figura 12).
El trabajo se desarrollo en las dos can- En la cantera 1 se ubicaron al azar tres
teras: cantera 1 y cantera 2 descriptas an- núcleos por tratamiento (especie y dosis
teriormente en el capítulo 3. de gel). Cada núcleo estuvo formado por
Se seleccionaron tres especies nativas, ocho individuos plantados en forma de
44
cruz y a una distancia de 1 metro entre establecimiento, estarían en condi-
cada planta. En esta cantera se aplicaron ciones de generar estructuras repro-
dosis de 0 litro, 2 litros y 3 litros de hidro- ductivas en un corto tiempo.
gel. En la cantera 2, solo se aplicaron 2 y El procedimiento consistió en realizar
3 litros de hidrogel. pozos de plantación, y extraer y trasladar
Para la plantación se utilizaron ejem- a los pozos plantas de similar tamaño,
plares adultos (no juveniles) de las espe- evitando sacar varias plantas de un mis-
cies seleccionadas, recolectados del área mo lugar a fin de no impactar el área de
de referencia. La selección de ejemplares referencia. En cada pozo se colocó hi-
adultos tuvo en cuenta tres aspectos, fun- drogel (Qemi International) previamente
damentales hidratado 24 horas, acorde al tratamien-
1 no hay disponibilidad en viveros lo- to. Los transplantes se realizaron a fin del
cales de estas plantas nativas, invierno y antes del inicio de la estación
2 se priorizó trabajar con ecotipos lo- de crecimiento. Cada planta se cubrió con
cales, a fin de utilizar plantas que una protección antiherbívoro y fue indi-
estén adaptadas genéticamente al vidualizada a fin de poder identificarla
lugar (Ulian et al. 2008), y en las mediciones posteriores en las que
3 los individuos adultos luego de su se evaluó la supervivencia, crecimiento
45
y desarrollo de estructuras reproductivas tó una supervivencia promedio de 75% y
(Figura 17a, 17b, 17c y 17d). S. filaginoides var. filaginoides un valor
Se analizó, luego de cuatro meses del promedio de 85% (Nittmann et al. 2009a
transplante, la supervivencia de las plan- y 2009b). No se encontraron diferencias
tas, el crecimiento (longitud de la hoja significativas entre la supervivencia de S.
más larga, número de hojas verdes o lon- filaginoides var. filaginoides y P. ligularis
gitud del tallo más largo según la especie) entre los distintos tratamientos en ambas
y las estructuras reproductivas (número canteras. Sin embargo los valores de su-
de flores y/o frutos según la especie). pervivencia tienden a ser mayores en los
Los datos se analizaron estadísticamen- tratamientos con 2 y 3 litros de hidrogel
te por medio de análisis no paramétricos de (Tabla 4).
Mann-Witney o Kruskal-Wallis, para dos y S. filaginoides var. filaginoides y P. li-
tres tratamientos respectivamente. gularis sobrevivieron al ensayo. Si bien
las plantas crecieron en todos los trata-
Resultados mientos, no se obtuvieron diferencias sig-
La especie A. seriphioides presentó su- nificativas entre ellos (Tabla 4).
pervivencia nula en todos los tratamientos Con respecto al desarrollo de estructu-
y en las dos canteras. P. ligularis presen- ras reproductivas, se encontraron diferen-
46
cias significativas entre las especies y las
diferentes dosis de hidrogel. S. filaginoi-
des var. filaginoides no formó estructuras
reproductivas en el tratamiento sin gel hi-
dratante, mientras que bajo los tratamien-
tos con hidrogel formaron en promedio de
8 a 21 estructuras por planta, no encon-
trándose diferencia significativa para las
distintas dosis (Tabla 4).
Las plantas de P. ligularis presentaron
diferencias estadísticas significativas en
el número de estructuras reproductivas
formadas bajo cada tratamiento en ambas
canteras, presentando el tratamiento sin
hidrogel la menor cantidad de estructuras
(Tabla 4).
Figura 17d. Vista de la plantación terminada, con malla para protección contra herbívoros.
47
CANTERA 1
SUPERVIVENCIA %
Cantidad de hidrogel en litros
0L 2L 3L n Valor de p
Acantholippia seriphioides 0 0 0 36
Senecio filaginoides var. filaginoides 62,5 91,7 91,7 36 ns p=0,089
Poa ligularis 58,3 83,3 83,3 36 ns p=0,546
CRECIMIENTO PROMEDIO (cm)
Cantidad de hidrogel en litros
0L 2L 3L n Valor de p
Senecio filaginoides var. filaginoides 4,8 3,8 2,0 18 ns p=0,593
Poa ligularis 4,0 7,8 4,6 26 ns p=0,201
ESTRUCTURAS REPRODUCTIVAS (Número promedio)
Cantidad de hidrogel en litros
0L 2L 3L n Valor de p
Senecio filaginoides var. filaginoides 0 10,5 8,3 18 ns p=0,078
Poa ligularis 1,3 5,8 4,8 26 * p=0,021
CANTERA 2
SUPERVIVENCIA %
Cantidad de hidrogel en litros
2L 3L n Valor de p
Acantholippia seriphioides 0 0 12
Senecio filaginoides var. filaginoides 83,3 100 12 ns p=0,513
Poa ligularis 58,3 91,7 12 ns p=0,126
CRECIMIENTO PROMEDIO (cm)
Cantidad de hidrogel en litros
2L 3L n Valor de p
Senecio filaginoides var. filaginoides 3,7 3,5 22 ns p=0,778
Poa ligularis 2,9 5,7 16 ns p=0,058
ESTRUCTURAS REPRODUCTIVAS (Número promedio)
Cantidad de hidrogel en litros
2L 3L n Valor de p
Senecio filaginoides var. filaginoides 21,4 17,3 20 ns p=0,649
Poa ligularis 3,5 6,5 16 * p=0,019
Tabla 4. Valor promedio del porcentaje de supervivencia, crecimiento y número de estructuras reproducti-
vas de las diferentes especies, bajo las distintas dosis de gel hidratante (0, 2 y 3 litros) en las dos canteras
estudiadas. Donde: (n) indica el número de individuos, (ns) indica que no existen diferencias significati-
vas estadísticamente y (*) indica que existen diferencias significativas estadísticamente.
48
Experiencia II
Supervivencia temprana de Cercidium praecox (Fabaceae)
Angélica Altamirano, Daniel R. Pérez
Figura 18. Plantín de vivero de Cercidium praecox (Chañar Brea) con precinto de identificación,
previo a la plantación
49
Previo a la plantación en el campo se se tapó y compactó la periferia de la plan-
efectuó el hoyado y descompactación del ta y por último se colocó la protección
terreno con una hoyadora marca SEERY® anti-herbívoros, para evitar ramoneo por
de 190 cc. (Figuras 19 y 20). Con una me- parte del ganado y la fauna nativa de ver-
cha de 22 cm, manipulada por dos ope- tebrados presente en la zona. La protec-
rarios y con distancia de un metro entre ción anti-herbívoros (Figuras 21a y 21b),
cada hoyo. se armó por medio de cilindros de mallas
Se realizaron dos plantaciones de C. metálicas de material desplegable, fijadas
praecox. La primera plantación se realizó al sustrato mediante una barra de hierro.
en otoño (mediados de junio de 2009), y En la primera plantación (22a, 22b,
la segunda plantación en invierno (prime- 22c y 22d) se introdujeron en total 450
ra semana de agosto). plantines de C. praecox de 14 meses de
Al momento de la plantación, prime- edad, con 150 plantines de cada categoría
ramente se incorporó a cada pozo 1 litro (chicos, medianos y grandes).
de hidrogel, luego se introdujo el plantín, En la segunda plantación correspon-
50
Figura 20. Hoyos y plantines antes de la plantación.
51
Figuras 21 a. Ejemplo de protección contra her- Figuras 21 b. Detalle del anclaje, y
bívoros para mas de una planta. malla para protección contra herbívoros
de plantas individuales.
cias significativas con respecto a la altura los ejemplares chicos, y los medianos y
(Tabla 5). Sin embargo, con respecto al grandes (Tabla 5).
diámetro y a la altura del tallo, sólo se ob- En relación a la supervivencia de los
servaron diferencias significativas entre plantines en campo, debido a que el ramo-
52
plantines chicos, presentaron estadística-
mente mayores porcentajes de supervi-
vencia en los tratamientos con hidrogel
(88%), en comparación con los plantines
sin hidrogel (68%),
(χ 2 =8,74; Gl=1; p=0,03).
En los plantines medianos en la plan-
tación de otoño, no se encontraron dife-
rencias significativas en la supervivencia
con y sin hidrogel, teniendo (96% y 96%)
de supervivencia respectivamente.
Los plantines grandes plantados en la
misma fecha sin hidrogel (96%) presen-
Figura 22b. Hoyo con hidrogel. taron estadísticamente mayor superviven-
cia que los plantados con hidrogel (80 %),
neo fue extremadamente bajo en el perío- (χ2 =9,09; Gl=1; p=0,028).
do de estudio, no se consideró para el aná- En la segunda plantación realizada en
lisis la variable con o sin anti-herbívoro. invierno, no se encontraron diferencias
En la primera plantación de otoño los significativas en la supervivencia de los
53
plantines chicos plantados con hidrogel
(80%) y sin hidrogel (72%),
(χ2 =0.44; Gl=1; p= 0,93).
En los plantines medianos, tampoco se
hallaron diferencias estadísticas significa-
Tabla 5: Altura y diámetro promedio (error estándar), medidos a la altura del nudo cotiledonar de los
plantines de las tres categorías establecidas. Se indica el número utilizado (n) y las diferencias estadísticas
(Test de Kruskall Wallis). Letras diferentes indican diferencias significativas y letras iguales diferencias
no significativas.
54
tivas entre los tratamientos con hidrogel ferencias estadísticas en la supervivencia
(88%) y sin hidrogel (72%), con hidrogel (60%) y sin hidrogel (76%);
(χ2 = 2; Gl=1; p=0,57). (χ2 =1,43; Gl=1; p=0,69) (Figura 23).
Lo mismo ocurrió en los plantines gran- Los plantines sobrevivientes desarro-
des, en los que tampoco se encontraron di- llaron hojas verdes (Figuras 24 a y 24 b).
80 a 80
a
60 60
b a
40 40
20 20
0 0
chico c/gel chico s/gel chico c/gel chico s/gel
% Supervivencia Cercidium praecox
100 100
80 a a 80
a
60 60
a
40 40
20 20
0 0
mediano c/gel mediano s/gel mediano c/gel mediano s/gel
100 100
80 b 80
60
a a
60
40 40 a
20 20
0 0
grande c/gel grande s/gel grande c/gel grande s/gel
Figura 23: Porcentaje de supervivencia de C. praecox. por tratamiento en cada categoría de los plantines
Letras diferentes indican diferencias significativas y letras iguales diferencias no significativas.
55
Experiencia III
Establecimiento inicial de Prosopis flexuosa var. depressa (Faba-
ceae) en diferentes tipos de suelo
Adriana Quezada, Daniel R. Pérez
56
Figura 26 a. Acondicionamiento de hoyos.
57
Figura 26 c. Extracción del plantín de P. flexuosa var. depressa (Alpataco) del envase de vivero.
58
La supervivencia se evaluó a los cua- no hubo diferencias estadísticas significa-
tro meses de la primera plantación y a dos tivas entre la supervivencia de P. flexuosa
meses de la segunda plantación. Los datos var. depressa con hidrogel (98%) y sin hi-
de supervivencia se analizaron mediante drogel (93%); (χ2 =0,09; Gl=1; p=0,76).
tablas de contingencia y el test Chi cua- En el suelo 2 (suelo con deposito eólico)
drado. No se tuvo en cuenta para el aná- tampoco se encontraron diferencias esta-
lisis de los datos el tratamiento con y sin dísticas significativas entre los tratamien-
anti-herbívoros dado que el porcentaje de tos con hidrogel (96%) y sin hidrogel
ramoneo fue menor al 1%. (100%); (χ2 =0,03; Gl=1; p=0,86).
En la segunda plantación, tampoco se
Resultados encontraron diferencias estadísticas signi-
En la primera plantación, realizada en ficativas en la supervivencia de P. flexuo-
el suelo 1 (suelo totalmente decapitado)
80 80 a
60 60
40 40
20 20
0 0
suelo 1 c/gel suelo 1 s/gel suelo 1 c/gel suelo 1 s/gel
100 100
a a
80 80 a
a
60 60
40 40
20 20
0 0
suelo 2 c/gel suelo 2 s/gel suelo 2 c/gel suelo 2 s/gel
Figura 27. Porcentaje de supervivencia de la primera plantación a los cuatro meses en suelo 1 (decapita-
do) y en la segunda plantación a los dos meses de P. flexuosa var. depressa con 0,5 litro de hidrogel y sin
hidrogel.
59
sa var. depressa tanto en el suelo 1 con 2 con y sin hidrogel (92% y 84% respec-
hidrogel (90%) y sin hidrogel (96 %); tivamente); (χ2 =0,18; Gl=1; p=0,66) (Fi-
(χ2=0,08; Gl =1; p=0,77) como en el suelo guras 27 y 28).
Figura 28. Ejemplo de planta de P. flexuosa var. depressa viva con hojas en desarrollo.
60
Experiencia IV
Supervivencia temprana de Senna aphylla (Fabaceae) plantada
aislada y asociada a un sub-arbusto nativo.
Florencia del Mar González
61
turalmente en un sector de la cantera (Fi- mana de agosto de 2009, se trasladaron y
gura 30). plantaron 160 individuos de S. aphylla en
En invierno, durante la primera se- el área de estudio.
Figura 30. Colocación de plantines de S. aphylla (Pichana) en un sector de la cantera 2 con Grindelia
chiloensis (Melosa).
62
Para la plantación, primero se identi- plantación a pala y con una profundidad
ficaron las plantas de G. chiloensis, a fin de 40 cm. En los tratamientos que corres-
de ser utilizadas en el tratamiento de faci- pondían, se adicionó el hidrogel antes de
litación. Luego se realizaron los pozos de la plantación.
63
Figura 31 b. Plantín de S. aphylla (Pichana) aislado sobreviviente en campo, con precinto de identificación.
64
Los tratamientos realizados fueron: cativas entre la supervivencia de S. aphy-
• S. aphylla a sotavento de G. chilo- lla con hidrogel, tanto para la plantación
ensis con 1 litro de hidrogel asociada con G. chiloensis o plantada en
• S. aphylla a sotavento de G. chilo- forma aislada, la supervivencia prome-
ensis sin hidrogel dio fue de 93% y 78% respectivamente,
• S. aphylla aislada con 1 litro de hi- (χ2 =0,53; Gl =1; p =0,47).
drogel A su vez, tampoco se registraron di-
• S. aphylla aislada sin hidrogel ferencias significativas entre la supervi-
La supervivencia bajo los distintos vencia de S. aphylla sin hidrogel, tanto
tratamientos se evaluó a los 60 días, me- para la plantación asociada a G. chiloen-
diante tablas de contingencia, empleando sis o plantada en forma aislada, la super-
el Test Chi-cuadrado. vivencia fue de 85% y 65% respectiva-
mente
Resultados (χ21, 37; Gl =1; p =0,24). (Figuras. 31
No se encontraron diferencias signifi- a y b, Figura 32). PRI
100
100
80
80
a 60
60 a 40
% Supervivencia Senna aphylla
40
20
20
0
0
100 80
80 a 60
60
a 40
40 20
20 0
m
0
asociada c/Grindelia aislada
100
Tratamiento sin gel
80
Figura 32. Porcentaje de supervivencia a los 60 días post-transplante de S. aphylla en los distintos trata-
mientos: S. aphylla sola y sin hidrogel, S. aphylla asociada a G. chiloensis sin hidrogel, S. aphylla sola60
con 1 l de hidrogel y S. aphylla asociada a G. chiloensis con 1 l de hidrogel.
40
6520
0
Capítulo 6
Discusión y conclusiones
Daniel R. Pérez, Adriana E. Rovere, Fernando M. Farinaccio
66
los bajos valores de colonización natural que es el momento en que se realizó el
de las especies nativas y los bajos índices ensayo.
de similitud de especies hallados entre En relación a la cantidad de hidrogel
los distintos sitios (interior de canteras, (2 y 3 litros), tanto para P. ligularis como
área de referencia sometidas a disturbios para S. filaginoides var. filaginoides, no
periódicos y áreas de referencia prísti- se encontraron diferencias significativas.
nas), concluimos que existe una alta he- Por ello podemos concluir que la dosis de
terogeneidad del paisaje, aún entre áreas hidrogel de 2 litros por planta, son sufi-
de referencia prístinas próximas. Por ello cientes para reintroducir plantas adultas
resaltamos que es importante conside- de estas dos especies a campo. Dicha
rar esta diversidad espacial de especies dosis no sólo brinda altas tasas de super-
para la planificación e implementación vivencia, sino que también permitió el
de planes de rehabilitación con especies crecimiento de la planta (Nittmann et al.
nativas. 2009a, 2009b).
De acuerdo a nuestra experiencia la re- En referencia a las estructuras repro-
habilitación de canteras a partir de trans- ductivas para la especie S. filaginoides
plante directo de individuos adultos, con- var. filaginoides, no puede desarrollarlas
cluimos que es una opción viable en estos en el corto plazo si no tiene un tratamien-
ecosistemas áridos degradados, pero que to con hidrogel que le aporte un determi-
sus resultados dependen de la especie na- nado porcentaje de humedad. A diferencia
tiva utilizada. Es posible el transplante de de ella, P. ligularis produce estructuras
individuos adultos de Senecio filaginoides reproductivas aún sin hidrogel. Es proba-
var. filaginoides y de Poa ligularis, dado ble que esta especie, requiera menores de-
que dichas especies presentaron altos va- mandas hídricas para la formación de flo-
lores de supervivencia (85 y 75 % respec- res y frutos. Los resultados encontrados
tivamente) luego de los primeros cuatro para esta especie, son coincidentes con
meses. Consideramos que estos valores Bertiller et al. (2004), quienes mencionan
son altos, dado que Rey Benayas et al. que es posible reclutar artificialmente P.
(2003) mencionan que durante el período ligularis en sitios que no son propicios
postransplante, las plantas presentan ge- naturalmente. Al igual que en los resul-
neralmente alta mortalidad debido al es- tados de Distel et al. (2008) encontramos
trés. No podemos decir lo mismo, para la que la especie P. ligularis tiene alta capa-
especie A. seriphioides, debido a que pre- cidad de crecimiento en ambientes degra-
sentó una supervivencia nula. Se descarta dados y protegidos bajo clausuras.
a A. seriphioides como una especie propi- Debido a que los ecosistemas áridos
cia para reintroducir como planta adulta poseen características climáticas muy
al menos para el período otoño-invierno, variables, sería recomendable hacer este
67
tipo de ensayo en una escala temporal más Sobre el uso de hidrogeles, Ciano et al.
extensa, para conocer si efectivamente los (1998; 2000a; 2000b), han mencionado
ejemplares adultos sobrevivientes pueden resultados exitosos en la supervivencia a
actuar como fuente de propágulos viables campo de plantas de especies nativas y
y generar nuevas plántulas en el área en exóticas en estepa patagónica con uso de
diversas condiciones climáticas del de- los mismos. Nuestros resultados de su-
sierto. pervivencia temprana, muestran hasta el
En Cercidium praecox, nuestros re- momento diferencias significativas a los
sultados a corto plazo a los 120 y 60 días cuatro meses en los ejemplares chicos de
postrasplante, muestran altos valores de C. praecox, que tuvieron mayor supervi-
supervivencia (entre el 84 y 100%), aun- vencia con gel, mientras que lo contra-
que los mismos son ligeramente variables rio ocurrió con los ejemplares grandes
entre el tamaño de la planta utilizada, la donde la supervivencia fue mayor sin
época de plantación otoño o invierno y el hidrogel. Por otra parte la supervivencia
uso o no de hidrogel. Los altos porcen- a dos meses no muestra diferencias entre
tajes de supervivencia obtenidos hasta los tamaños de las plantines y la presen-
el momento en Neuquén muestran que cia o no de hidrogel. Es probable que la
esta especie también podría ser apta para fecha de plantación, coincidente con llu-
rehabilitación y restauración ecológica vias ocurridas, haya contribuido a estos
en el Monte Austral. Calzón y Van Dam resultados.
(2007), han realizado con anterioridad Dalmasso et al. (2002) en ensayos
experiencias con Cercidium praecox para realizados a 200 km. de nuestra área de
recuperar zonas de peladares en la provin- estudio encuentran que a pesar de las al-
cia de Salta. tas temperaturas en diciembre (a fines de
Según Chambouleyron et al. (1994) primavera) la supervivencia de plantines
Cercidium praecox acumula nitrógeno y de Cercidium praecox de seis meses es
actúa como centro de distribución de car- mayor que en mayo (otoño) y concluyen
bono y nitrógeno. Esta característica de que el mejor período para la adaptación
la especie, sumada a la capacidad de de- de los plantines es este mes, ya que en
sarrollar sistemas radiculares profundos mayo el reposo vegetativo retardaría el
y poseer adaptaciones a las sequías, fa- crecimiento y la adaptación en la prima-
vorece el enriquecimiento del suelo. A su vera siguiente. Los resultados que se ob-
vez su presencia favorece la introducción tuvieron en la experiencia de Dalmasso et
de gramíneas, aumentando la capacidad al. (2002) muestran:
forrajera y contribuyendo de esta forma a) valores de supervivencia del 85%
a la mejora de los campos y su uso sus- en las plantaciones de primavera
tentable. y 35% en las plantaciones de oto-
68
ño en el sitio Rincón de Correa con períodos de mayor humedad en el sustrato
cercado perimetral, haya influido en estos resultados. Un se-
b) valores de supervivencia del 25% guimiento a más largo plazo y durante la
en plantaciones de primavera y época estival, brindará mayores resulta-
40% en plantaciones de otoño en la dos para la reintroducción de esta especie
localidad de El Portón, y nativa en áreas degradadas.
c) un 85% de supervivencia en plan- Dalmasso et al. (2002) en el Yaci-
taciones de primavera en la Parcela miento El Portón en el Norte de Neuquén,
El Zaino. aproximadamente a 200 km del sitio de
El presente trabajo en cambio, encuen- estudio, estudiaron la supervivencia de
tra altos porcentajes de supervivencia de Prosopis flexuosa var. depressa en plan-
ejemplares de C. praecox plantados tanto taciones realizadas en diciembre (fines de
en otoño como en invierno. Se debe tener primavera) y en mayo (otoño) en campo
en cuenta que nuestros datos corresponden a partir de ejemplares de seis meses. Los
a supervivencia temprana y que la expe- resultados de estos autores muestran:
riencia de Dalmasso et al. (2002), se reali- a) una supervivencia del 80% en la
zó con riego de 5 litros por planta mientras plantación de primavera y un 65%
que el presente trabajo brinda datos con en la plantación de otoño en el sitio
hidrogeles y sin hidrogeles. Asimismo, es Rincón de Correa con cercado peri-
importante analizar y comparar tamaños metral,
de plantines, la rustificación en vivero, las b) un 70% de supervivencia en la
temperaturas que se presentan durante el plantación de primavera y un 20%
ensayo, los períodos de sequía o eventos en la plantación de otoño en El Por-
de lluvia ocurridos durante la experiencia, tón, y
y los tipos de sustratos en los que se planta. c) una supervivencia del 90% en la
El estudio y análisis de todos los paráme- plantación de primavera en la Par-
tros mencionados anteriormente, permitirá cela El Zaino esta última sin cerco
obtener conclusiones más definitivas para perimetral.
la reintroducción de C. praecox en am- Nuestros resultados de la superviven-
bientes altamente degradados. cia temprana de Prosopis flexuosa var.
En el establecimiento inicial de Proso- depressa a los 4 y 2 meses postransplante,
pis flexuosa var. depressa en suelos deca- indican que es posible la reintroducción
pitados y en suelos con depósito eólico, se de esta especie tanto en otoño (100-93%)
encontraron altos porcentajes de supervi- como en invierno (90-84%), con o sin hi-
vencia con y sin uso de hidrogeles en los drogel respectivamente.
dos suelos estudiados. Es probable que la A corto plazo no encontramos dife-
coincidencia de las plantaciones con los rencias significativas entre los tratamien-
69
tos con y sin hidrogel. Es probable que especie es incapaz de germinar en suelos
la fecha de plantación, coincidente con con valores de conductividad eléctrica >
lluvias haya influido en los resultados a 7,53 mmhos/cm, y valores de sodicidad
obtenidos. > a 4,17.
El rápido crecimiento en profundidad Es importante conocer las condiciones
del sistema radicular de Prosopis flexuo- en que Prosopis puede ser reintroducido
sa var. depressa (Poblete y Pérez 2007) a campo en los sitios degradados, ya que
hace que el hidrogel sea probablemente esta especie como otras del mismo género
importante en su reintroducción inicial, tiene un rol ecológico clave en los eco-
pero es posible que no interactúe con la sistemas desérticos. Ello es por que pre-
planta, luego de los primeros meses des- senta, entre otras características: un alto
pués de la plantación. desarrollo de biomasa y productividad,
En términos generales los resultados favorece la estabilización del suelo, for-
obtenidos por diferentes autores incluído ma mantillo de restos orgánicos, fija ni-
el presente, indican que es posible la rein- trógeno, incrementa la masa microbiana,
troducción de Prosopis flexuosa var. de- crea condiciones microclimáticas, modi-
pressa en sitios que han sido sometidos a fica la infiltración en el suelo por el efecto
disturbios severos y que presentan suelos de sus sistemas radiculares (Beresford
decapitados o alterados por desmontes. Jones 2004).
El establecimiento natural, sin in- En la evaluación de la interacción por
tervención del hombre, de especies del S. aphylla y G. chiloensis realizada en
género Prosopis es bajo y discontinuo. una de las canteras, no se encontraron al
Villagra et al. (2002) mencionan que la menos durante los dos primeros meses de
falta de semillas de P. flexuosa en el ban- la plantación, diferencias significativas
co de semillas del suelo puede deberse a entre plantas asociadas y no asociadas, lo
la predación que realizan hormigas y roe- que indica que estos arbustos no requeri-
dores. Asimismo Muñoz y Pérez (2007) rían facilitación para su establecimiento.
describen intensos ataques de brúquidos Nuestro resultado es coincidente con Ber-
sobre los frutos y semillas de P. flexuosa tiller et al. (2004), quienes señalan a los
var. depressa y altas tasas de mortalidad arbustos como colonizadores de áreas con
de ejemplares germinados en campo en el suelo desnudo en Patagonia.
Monte Austral. A su vez no se observaron diferencias
En cuanto a los sustratos en los que significativas entre el tratamiento con y
Prosopis flexuosa var. depressa puede sin hidrogel, y se considera que probable-
desarrollarse, la salinidad sería un fac- mente la precipitación ocurrida luego de
tor limitante en la etapa de germinación. la plantación, podría haber enmascarado
Poblete y Pérez (2007) mencionan que la el efecto del hidrogel.
70
Distintos autores han evaluado inte- y revegetar el sitio, sino también porque
racciones positivas por facilitación entre facilita la fijación de nitrógeno.
especies vegetales (Callaway y Walker A más de 50 años de las expresiones
1997; Maestre 2002; León et al. 2007; publicadas por el Dr. Jorge Morello sobre
Smit et al. 2008), e indican que los meca- la necesidad de rehabilitación de áreas des-
nismos de facilitación permiten disminuir nudas, iniciamos las investigaciones que se
el estrés ambiental, lo cual cobra aún más presentaron en este libro a fin de evaluar
interés en ambientes áridos. Ello ocurre las posibilidades concretas de recupera-
porque las especies facilitadoras, brin- ción de sitios degradados de la cuenca de
dan protección frente a la radiación solar Añelo.
directa, disminuyen la pérdida de agua, Consideramos que si bien nuestras
aumentan la humedad y oxigenación del conclusiones se basan en resultados en el
suelo, protegen contra la herbivoría y en corto plazo, son importantes para:
algunos casos inclusive aumentan la can- a) evaluar las características autoeco-
tidad de nutrientes (Callaway y Pugnaire lógicas de las especies nativas,
1999). b) conocer diferentes aspectos técni-
La continuidad del seguimiento de los cos que son importantes para consi-
ejemplares en su supervivencia y creci- derar en los ensayos de reintroduc-
miento, permitirá confirmar los resultados ción de especies nativas a campo y
obtenidos y definir las mejores condicio- c) brindar una respuesta a la gestión
nes para la reintroducción y desarrollo de ambiental de los espacios degrada-
S. aphylla en ecosistemas degradados. Su dos por actividades hidrocarburífe-
inclusión mediante ensayos de rehabi- ras y a la lucha contra la desertifica-
litación es prioritaria, no sólo por cubrir ción.
71
Autores en orden alfabético
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Lagos, Leonilda Juana Rovere, Adriana Edit
Ayudante alumna ad-honorem de la cá- Profesora Adjunta Interina (ASD 3/AC)
tedra Intervención en Ambientes Degra- del Centro Regional Universitario Barilo-
dados. Laboratorio de Rehabilitación y che. Universidad Nacional del Comahue.
Restauración de Ecosistemas Degradados Investigadora Adjunta del CONICET. La-
(LARREA). Universidad Nacional del boratorio Ecotono. Centro Regional Uni-
Comahue (UNCo), Neuquén (Argentina). versitario Bariloche (UNCo).
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Ensayos con plantas nativas en Aguada Pichana, Neuquén - Patagonia
Este libro es producto de una labor en equipo orientada por el espíritu de la
creación de la FACULTAD DE CIENCIAS DEL AMBIENTE Y LA SALUD
REHABILIT
en el
ACIÓN
DESIERTO
de la UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE: aportar a la solución
de problemas ambientales significativos en la región como la desertificación.
Presentamos algunas experiencias iniciales de recuperación de ambientes áridos
degradados que continúan en el marco de un convenio entre la Fundación de
la Universidad Nacional del Comahue (FUNYDER) y la Empresa TOTAL en
Aguda Pichana (Bajo de Añelo, Neuquén).
Algunos de los resultados de este trabajo fueron presentados en el I Congre-
so Colombiano de Restauración Ecológica desarrollado en Bogotá (Colombia)
en Julio de 2009, y en el Congreso Iberoamericano de Restauración Ecológica
desarrollado en Noviembre de 2009 en Curitiba (Brasil), como así también en el
noveno encuentro de las partes (Conference Of The Parties (COP 9)) organiza-
do por el Comité de las Naciones Unidas para la lucha contra la desertificación
(UNCCD) en Septiembre de 2009 en Buenos Aires (Argentina).
REHABILITACIÓN en el DESIERTO
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