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Debería dedicarse mucho tiempo y esfuerzo para asegurarse de que los objetivos anuales
están bien planteados, sean congruentes con los objetivos a largo plazo y sirvan de apoyo
a las estrategias que se van a implementar. Aprobar, revisar o rechazar los objetivos
anuales son mucho más que actividades rutinarias.
El propósito de los objetivos anuales se resume de la siguiente manera:
Los objetivos anuales sirven como guías para la acción, dirección y canalización de los
esfuerzos y las actividades de los miembros de la organización. Constituyen una fuente de
legitimidad en una empresa, al justificar las actividades de los grupos de interés. Sirven
como pautas del desempeño y como fuente importante de motivación e identificación de los
empleados. Brindan incentivos a los gerentes y empleados para mejorar su desempeño.
Ofrecen una base para el diseño organizacional.
Los objetivos que se enuncian y comunican con claridad son esenciales para el éxito en
las empresas de todos los tipos y tamaños. En las organizaciones son comunes los
objetivos anuales enunciados en términos de rentabilidad, crecimiento y participación de
mercado por segmentos de negocio, áreas geográficas, grupos de clientes y productos.
Los objetivos deben reunir alguna de estas características:
a) Claridad: un objetivo debe estar claramente definido, de tal forma que no revista ninguna
duda en aquellos que son responsables de participaren su logro.
b) Flexibilidad: los objetivos deben ser lo suficientemente flexibles para ser modificados
cuando las circunstancias lo requieran. Dicho de otro modo, deben ser flexibles para
aprovechar las condiciones del entorno.
c) Medible o mesurable: los objetivos deben ser medibles en un horizonte de tiempo para
poder determinar con precisión y objetividad su cumplimiento.
d) Realista: los objetivos deben ser factibles de lograrse.
e) Coherente: un objetivo debe definirse teniendo en cuenta que éste debe servir a la
empresa. Los objetivos por áreas funcionales deben ser coherentes entre sí, es decir no
deben contradecirse.
f) Motivador: los objetivos deben definirse de tal forma que se constituyan en elemento
motivador, en un reto para las personas responsables de su cumplimiento.
g) Deben ser deseables y confiables por los miembros de la organización.
h) Deben elaborarse con la participación del personal de la empresa (administración por
objetivos).
Políticas de distribución
La distribución es el conjunto de actividades desarrolladas por una empresa desde el
momento en que el producto o servicio sale de la empresa hasta que llega al consumidor
final. El objetivo es llevar el producto o servicio al lugar indicado, en el momento justo, en
la cantidad necesaria y al mejor precio.
Los circuitos de distribución:
Se llama circuito de distribución al camino que recorre un producto o servicio para llegar al
consumidor final. El circuito puede ser largo o corto, según el número de intermediarios.
Los intermediarios son de dos clases:
Mayoristas: que compran productos en grandes cantidades, los venden a los detallistas
Detallistas: Su trabajo es poner los productos a disposición del consumidor final.
Cuanto más corto es el circuito más barato es la distribución. Durante mucho tiempo los
canales de distribución fueron muy estables y las diferencias bien marcadas. Sin embargo,
desde hace unos años, se observa una fuerte evolución y aparecen nuevas formas de
canales ampliando la distribución.
Podemos distinguir tres formas de canales de distribución:
1. El comercio independiente (detallistas)
2. El comercio asociado (ejemplo. Benetton, Mac Donald’ s)
3. El comercio integrado (comercio con sucursales)
La política de distribución
La política de distribución consiste, para un productor, en escoger los canales de
distribución más indicados para la venta de su producto.
Varios factores influyen en esta política:
El consumidor
Las características del producto
La concurrencia
Los canales de distribución existentes
La importancia de la empresa
5.4. Cambio y cultura de apoyo a la estrategia
Todas las organizaciones tienen una cultura. La cultura incluye la serie de valores
compartidos, creencias, actitudes, costumbres, normas, personalidades y héroes que
describen la empresa. La cultura es la forma singular que tiene la organización para realizar
sus actividades. Es la dimensión humana la que crea solidaridad y significado y que inspira
compromiso y productividad en una organización cuando se aplican cambios a la estrategia.
Todos los seres humanos tenemos una necesidad básica de encontrarle sentido al mundo,
de sentir que se controla, y de darle significado. Cuando las circunstancias amenazan el
significado, las personas reaccionan a la defensiva. Los gerentes y los empleados incluso
pueden llegar a sabotear las estrategias en un esfuerzo por reconquistar el statu quo.
Es aconsejable contemplar la administración estratégica desde una perspectiva cultura
porque el éxito, muchas veces depende del grado de apoyo que las estrategias reciben de
parte de la cultura de la empresa. Si las estrategias de una empresa están apoyadas por
productos culturales como valores, creencias, ritos, rituales, ceremonias, historias,
símbolos, lenguaje y héroes, entonces los gerentes muchas veces pueden aplicar los
cambios sin problemas y con facilidad. Sin embargo, si no hay una cultura de apoyo y si
ésta no se cultiva, entonces los cambios de estrategia pueden resultar nulos o incluso
contraproducentes. La cultura de una empresa puede llegar a ser antagónica a las nuevas
estrategias y el resultado del antagonismo puede ser la confusión y el desorden.
Las estrategias que requieren menos cambios culturales tal vez sean más atractivas porque
los grandes cambios pueden requerir mucho tiempo y esfuerzo. Siempre que dos empresas
se fusionan es muy importante evaluar y considerar los vínculos entre cultura y estrategia.
El proceso para el cambio cultural en las organizaciones, según Tichy (1983) es el siguiente:
1).-Desarrollar una visión. La visión del estado ideal de la organización debe incluir los tres
sistemas: el técnico, político y el cultural.
2).-Intervenciones separadas. Las intervenciones para el cambio cultural deben hacerse en
cada uno de los sistemas en forma separada.
3).-Plan para reintegrar los tres sistemas.
La cultura ofrece la explicación de las dificultades que encuentra una empresa cuando trata
de cambiar el sentido de sus estrategias, como explican las siguientes palabras:
La cultura corporativa "correcta" no sólo se ha convertido en la esencia y el fundamento de
la excelencia corporativa, sino que, además, el éxito o el fracaso de las reformas que
necesita la empresa radica en la excelencia de la gerencia y en su capacidad para cambiar
la cultura impulso de la empresa en tiempo y forma con los cambios
5.5. El factor humano y la compensación en la implementación de la estrategia
En la implementación de la estrategia es donde los recursos humanos adquieren toda su
importancia, ya que una estrategia bien formulada puede significar un éxito o un fracaso
dependiendo de cómo esta estrategia sea ejecutada o llevada a cabo y esto es realizado
por los recursos humanos (personas que trabajan en la empresa). Por lo tanto, para una
buena implementación será necesario contar con personas implicadas, motivadas y
capacitadas para llevarlas a cabo. De la motivación, capacitación, etc. se encarga la
dirección de recursos humanos.
Pero no es suficiente el que la dirección de recursos humanos sea esencial en la
implementación de la estrategia para considerar a este departamento al mismo nivel que
los demás departamentos funcionales. Para que sea considerado al mismo nivel que los
otros departamentos funcionales es necesario también que el departamento de recursos
humanos esté implicado en la formulación de la estrategia. Para conseguir esto: