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La Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para la seguridad,

bienestar nacional y la protección de los derechos humanos.

Hablar de las fuerzas armadas y policía nacional es hablar de dos caras de forma
de defensa que cuenta nuestro país. Una protección que si bien ha sido un gran
apoyo en una parte de nuestra historia por otra, también ha sido objeto de
cuestionamientos.

El autor Paco Moncayo nos dice “el mundo se constituye en Estados para
organizar jurídica y políticamente los sistemas de control social sobre una
población que se adscribe a un territorio. (…) La naturaleza de las Fuerzas
Armadas se deriva de su condición de medio, de recurso de última instancia,
para el logro de los fines de la política; de ser una de las herramientas de la
estrategia, que puede usar de ellas, conforme a sus mejores intereses,
conveniencias y aptitudes. El establecimiento de su dimensión, condición,
medios, doctrina, son decisión de la política, en consonancia con sus propios
intereses y proyecciones”1.

Por otro lado Gerardo Prado señala que “la policía nacional no es un órgano que
administra justicia, ni la opera como quizás muchos la confundan su finalidad
establecida en la Constitución Política del Estado es la defensa de la sociedad y
de la conservación del orden público y del cumplimiento de las leyes en todo el
territorio nacional. Es una función de prevención como fuerza pública. (…) se
vuelve un operador de la administración de justicia cuando realiza funciones de
policía judicial para la investigación de los hechos delictivos a través de sus
distintas dependencias; por lo que si bien no dependen del Ministerio Público
coadyuvan al mismo en el trabajo de diligencias de policía judicial en las distintas
materias”2.

El calificar a estas dos instituciones resulta un poco complejo, e incluso para


algunos autores.

Sin dejar de hacer memoria, en la época de los años 80 ambos lucharon


arduamente para lograr la paz social en nuestro país; ya que, fueron años muy
difíciles que sufrimos de innumerables atropellos, muertes y abusos; todos dados
por los dos grupos terroristas que existieron en el aquel entonces, Sendero
Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).

La necesidad de mantener el orden en el territorio peruano, defender nuestra


soberanía y mantener la seguridad ciudadana, fueron razones primordiales para
la creación de estos dos organismos.

1
MONCAYO GALLEGOS, Paco. (1995) Fuerzas Armadas y Sociedad. Editorial Ecuador. Primera edición. Quito-
Ecuador. p. 31-32.
2
PRADO HERRERA, Gerardo Gianni. (2009) Organización y función de los operadores de la administración de justicia.
Editorial El Cid Editor. Primera edición. p. 6.
De otro lado, nuestra policía nacional tiene un carácter militar, lo que no es así
en otros países, esto se debe al gran azote del terrorismos y los movimientos
subversivos que tuvimos en nuestra historia. Sus deberes más resaltantes son
conservar la seguridad ciudadana y el orden en el tránsito. Sin embargo vemos
a diario que existen diversos medios de comunicación dándonos a conocer que
esto no es cumplido por ese mal que ha lastimado al Perú desde siempre, la
corrupción.

Pero ello no es excusa, destacando un poco más la labor de nuestra fuerzas


armadas, que si bien en época actual no nos encontramos en conflicto con otros
países; nos encontramos con problemas internos como la aun existencia del
narcoterrorismo en el Vrae, la reciente destrucción del norte del país que hubo a
causa de los golpes brutales la naturaleza. Estos son solo muestras de que las
fuerzas armadas continúan aun activas en el ejercicio de sus funciones. Pero
podríamos decir lo mismo de la Policía Nacional?

Fernando Rospigliosi al respecto menciona “el combate al narcotráfico debe ser


una función básicamente policial. Las fuerzas armadas deben participar sólo en
tareas que la policía, por escasez de recursos materiales, está imposibilitada de
cumplir, como la interdicción aérea o marítima. (…) En suma, la misión de los
militares no es construir carreteras o poner vacunas, esa es función de
instituciones civiles que deberían ser reforzadas. Los militares tienen que
entrenarse y estar listos para combatir, en caso de conflicto. Naturalmente, las
fuerzas armadas deben participar en el caso de emergencias y desastres
naturales. Pero sólo en situaciones extraordinarias”3.

Como bien se aprecia la labor de las fuerzas armadas es más resaltante sobre
la policía nacional esto se debe a que la misma policía ha logrado su
desprestigio. Solo ver titulares como “Más de 3.700 policías fueron sancionados
durante el año pasado, Callao: sentencian a policía que cobraba por trámites
gratuitos, Lince: policías acusados de secuestro ya tenían otras denuncias,
Puno: Fiscalía evalúa complicidad de más policías en envíos de droga, Puno:
cuatro policías cayeron con 23 paquetes de droga, Puno: cuatro policías cayeron
con 23 paquetes de droga, Lima: Caen tres policías acusados de secuestro,
tortura y extorsión”4, es muestra que nuestro país avanza y retrocede al mismo
tiempo.

Nuestro actual gobierno continua con la labor dejada por el ex mandatario Ollanta
Humala, que si bien tuvo un mandato con altos y bajos, logro darle un refuerzo
en cuanto a armamento, equipos y movilidad a ambos organismos. Esta
situación no la hemos podido ver con anteriores mandatarios, quizá porque no
3
ROSPIGLIOSI, Fernando. (2013) Las fuerzas armadas y la democracia: la necesidad del control civil de las
instituciones castrenses. Editorial El Cid Editor. Primera edición, Miami-Florida. p. 8.
4
http://elcomercio.pe/noticias/policias-corruptos
han tenido la experiencia del Sr. Humala de pertenecer al bando militar y conocer
de cerca las carencias y necesidades que existen dentro de cada uno de ellos.

La decisión del anterior gobierno fue muy acertada, ya que se sumaron más
beneficios para todos aquellos que se unan al servicio militar.

Ahora bien luego de hacer memoria y resaltar funciones de ambos partes,


debemos plasmarlo en nuestra actualidad, la cual no deja de ser un dolor de
cabeza, ya que vivimos una ola de violencia dada no solo en las calles sino
también dentro de nuestros hogares.

La Federación Iberoamericana nos dice “el concepto de «seguridad ciudadana»


es el más adecuado para abordar los problemas de criminalidad y violencia
desde una perspectiva de derechos humanos, en lugar de los conceptos de
«seguridad pública», «seguridad humana», «seguridad interior» u «orden
público». A tales efectos recuerda que «la expresión seguridad ciudadana surgió,
fundamentalmente, como un concepto en América Latina en el curso de las
transiciones a la democracia, como medio para diferenciar la naturaleza de la
seguridad en democracia frente a la seguridad en los regímenes autoritarios»5.

Dividiendo esto, queda muy claro que la seguridad ciudadana debe ser
combatida y velada por la policía nacional y conflictos de índole más graves por
las fuerzas armadas.

Esta situación que se ve actualmente, no del todo es cumplida. Las fuerzas


armadas trabajan siguiendo las funciones encargadas, tal es el caso como lo
demostró recientemente en la ola de desastres que azotaron a nuestro país y
que se requirió del uso de los diversos medios de transporte que las FF.AA.

Sin embargo, el desprestigio y la poca valoración que tiene nuestra policía


nacional, la han llevado a quedarse vulnerable ante los actos de corrupción,
situación que pone en tela de juicio constantemente todas las acciones que han
de realizar a favor nuestro.

El que pasemos por una ola desencadenada de violencia se acentúa en la poca


práctica de valores, los mismos que se están perdiendo y que a lo largo del
mundo ya no se practican en casa.

Cada vez son más los niños que llegan a matar a un animal sin razón ni causa,
o que terminan ofendiendo a sus padres; jóvenes que violan a menores de edad
y graban la escena para luego publicarlo en las redes sociales como si se tratara
de algo normal.

Curbet Jaume nos señala “analizar la (in)seguridad desde un enfoque integral —


probablemente la única seguridad posible— supone ver con nitidez, en una
mirada integradora, las distintas perspectivas que ofrece cualquier problema de

5
FIO Federación Iberoamericana de Ombudsman. (2011) Seguridad ciudadana: VIII Informe sobre derechos humanos.
Editorial Trama. Primera edición. Madrid-España. p. 74.
inseguridad que debamos afrontar: los actores, los factores de riesgo, las
vulnerabilidades, los procesos, las causas, las consecuencias; pero también las
políticas de seguridad que pretenden solucionarlos y sus efectos reales. Lo cual
plantea, en particular a los actores de las políticas públicas de seguridad (…)
Nuestra percepción de la inseguridad, así como la consecuente búsqueda de
seguridad, constituyen un proceso psicosocial de evolución consciente. Así,
según sea el nivel de percepción de la inseguridad — egocéntrico (yo contra
todos), etnocéntrico (nosotros contra ellos) o mundicéntrico (todos nosotros) —
se despliegan, respectivamente, estrategias de seguridad individual, grupal o
colectiva”6.
Como se ve una de las causas principales de la inseguridad en el país es
provocada por nosotros mismos al no formar personas de bien desde nuestros
hogares y continuar la misma practica en los colegios.

Ahora si nos vemos tan vulnerables como nos ayudan estos organismos en el
día a día? Es muy claro, las fuerzas armadas se encuentran listas para salir a
defender nuestro territorio y por ende defendernos a nosotros también, lo cual
es la forma más ideal que ellos poseen en resguardar nuestros derechos.
Por el lado de la policía nacional, si bien hoy en día su labor no es del toda
apreciada; no quiere decir que no trabajen para protegernos. .

Naturalmente como en todo lugar existen efectivos honestos y corruptos y son


precisamente aquellos buenos policías quienes arriesgan día con día sus vidas
en las calles para combatir la delincuencia.

Ambos organismos son muy importantes para la seguridad, bienestar nacional


y protección de nuestros derechos humanos.

El reconocer su labor debe ser tarea nuestra y trabajar en conjunto deber ser
una estrategia para combatir la inseguridad y la ola d delincuencia.

Pues entonces es deber de este Gobierno continuar con la labor dejada del
anterior y mejorar aún más estos dos organismos, no solo con programas de
beneficios sociales o aumento de sueldos, sino con equipamiento en cada uno
de sus cuarteles que es lo que más requieren hoy en día.

Solo espero que no sean olvidados una vez, porque ello significaría que hemos
sido olvidados una vez más.

6 CURBET Jaume, (2011) Un mundo inseguro: la seguridad en la sociedad del riesgo. Editorial El ciervo. Primera
edición. Barcelona-España. p. 190.
BIBLIOGRAFÍA

o MONCAYO GALLEGOS, Paco. (1995) Fuerzas Armadas y Sociedad.


Editorial Ecuador. Primera edición. Quito-Ecuador. p. 31-32.
o PRADO HERRERA, Gerardo Gianni. (2009) Organización y función de
los operadores de la administración de justicia. Editorial El Cid Editor.
Primera edición. p. 6.
o ROSPIGLIOSI, Fernando. (2013) Las fuerzas armadas y la democracia:
la necesidad del control civil de las instituciones castrenses. Editorial El
Cid Editor. Primera edición, Miami-Florida. p. 8.
o FIO Federación Iberoamericana de Ombudsman. (2011) Seguridad
ciudadana: VIII Informe sobre derechos humanos. Editorial Trama.
Primera edición. Madrid-España. p. 74.
o CURBET Jaume, (2011) Un mundo inseguro: la seguridad en la
sociedad del riesgo. Editorial El ciervo. Primera edición. Barcelona-
España. p. 190.
o http://elcomercio.pe/noticias/policias-corruptos

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